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Capítulo 4. La fuerza de un sueño

En la iglesia abandonada, sede de la familia Hestia.

-Bien Bell, si bien lo que hiciste fue irresponsable, no puedo negar que también es sorprendente, apenas llevas 1 día como aventurero y derrotaste a un minotauro, pero de todas maneras, si la princesa de la espada no te sacaba del calabozo, otros monstruos pudieron acercarse a ti y acabar con tu vida, debo agradecerle cuando tenga la oportunidad de toparme con ella, aunque me desagrade Loki, una de sus hijas te salvó, por eso mismo, debes tener más cuidado en tus próximos días en el calabozo-Dijo Hestia, reprendiendo a Bell por su irresponsabilidad en el calabozo, el peliblanco solo pudo bajar la cabeza mientras asentía levemente, ese día ya iban 2 regaños muy fuertes, uno por parte de Eina y otro por parte de su recién obtenida Diosa.

-Lo lamento Kami-Sama, mi sueño de ser héroe influyó en querer salvar a las personas pero debo comprender que también debo salvarme a mi mismo, prometo que haré lo posible para que la situación no se repita-Contestó Bell, sonriéndole levemente a su diosa.

-De acuerdo, espero que cumplas tu palabra, por lo pronto, debes quitarte la camisa, voy a actualizar tu estado, quiero creer que al vivir esta "aventura" debiste haber crecido en estadísticas-Comentó Hestia al pequeño joven quien rápidamente se puso boca abajo en la única cama del sitio y levantó su camisa hasta la altura de su cuello.

-Listo Kami-Sama-Dijo Bell, permitiéndole a su diosa ponerse encima de su espalda para comenzar con la actualización de su estado.

-Veamos, veamos ¿Cuánto creció mi pequeño Bell?-Decía Hestia mientras dejaba caer una pequeña gota de sangre desde la punta de su dedo índice, la cual reveló el estado del chico.

Bell Cranel
Humano
Nivel 1

Fuerza:I90
Resistencia:I97
Destreza:I105
Agilidad:I113
Magia:I0

Habilidades:
Liaris Freese: Crecimiento rápido mientras duren los sentimientos. La intensidad de los efectos se corresponde con el nivel de los sentimientos del usuario. Como efecto secundario hace al usuario inmune a los encantos

El rostro de la Diosa Hestia se sorprendió de sobre manera, era increíble lo que sus ojos estaban observando en ese instante, ella, a pesar de no haber tenido ningún hijo desde que bajó al mundo de los mortales, sabía que no podía ser normal tal aumento de estadísticas en tan solo un día en el calabozo.

"¡¿POCO MÁS DE 400 PUNTOS SUBIÓ EN TAN SOLO UN DÍA?! ¡ESTO NO PUEDE SER NORMAL!" Pensó Hestia impresionada por tales estadísticas, si no lo estuviera viendo con sus propios ojos, podría pensar que era falso pero ahí estaba la prueba.

La gran cantidad de puntos subidos por cada estadística pasó a un segundo plano cuando la pequeña diosa bajó su mirada y pudo observar en el apartado de habilidades, una que había nacido, una que no estaba antes de la actualización, una que surgió por una promesa que en ese momento ella no recordaba, una promesa que había impulsado a Bell a cumplir su sueño de ser un héroe.

"Crecimiento rápido mientras duren sus sentimientos..." dijo Hestia para sí misma dentro de su mente.

"-Lo prometo, prometo no morir, Eina-" Hestia recordó aquellas palabras que Bell había dirigido a aquella asesora semi-elfo.

-Ya veo... así que de ahí surgió... que raro es el sentimiento conocido como amor-Dijo la diosa en voz baja para sí misma.

-¿Pasa algo Kami-Sama?-Preguntó Bell al notar que su Diosa no había dicho nada por varios minutos y ver que ella estaba perdida en sus pensamientos.

"Tengo que evitar que más gente conozca esta habilidad, sería problemático" pensó Hestia rápidamente mientras inventaba una excusa.

-N-No sucede nada Bell, me sorprendí solamente al ver tus estadísticas, creciste mucho en verdad, permíteme unos segundos y te entrego tu hoja de estado-Respondió Hestia mientras posaba una hoja de papel en la espalda descubierta y blanca del chico.

En ese instante, Hestia tuvo que eliminar de la hoja, la habilidad tan rara e increíble que había nacido en Bell, para evitar conflictos futuros con otros dioses que se pudieran ver interesados en su hijo.

-Aquí tienes Bell, eres realmente impresionante-Dijo Hestia con una sonrisa amable a su hijo después de haberse bajado de la espalda del mismo, entregándole la hoja de estado para que Bell viera con sus propios ojos su crecimiento.

-E-Es increíble... subí muchos puntos en tan poco tiempo-Comentó Bell mientras que en sus ojos se notaba un brillo lleno de sorpresa e ilusión.

-Así es Bell, por es mismo, sigue avanzando, para convertirte en el héroe que deseas ser-Aconsejó Hestia a Bell.

-¡Así será Kami-Sama!-Contestó el peliblanco con una sonrisa de oreja a oreja, llena de ilusión.

-Y para proteger a aquella asesora, jujuju-Agregó la diosa a sus palabras mientras se reía levemente y posaba su mirada insinuante al joven.

-¡K-Kami-Sama! ¡No se burle de mí por favor!-Gritó Bell con un claro sonrojo en sus mejillas y un leve tartamudeo en sus palabras.

-Ya, ya, no me engañas Bell, pero de acuerdo, dejaré de molestarte... por ahora-Contestó Hestia.

-C-Creó que debería dormir ya, mañana será un día ajetreado, tendré mi segundo día en el calabozo, pero lo positivo es que obtuvimos muchas ganancias hoy, espero que me vaya de esa forma mañana también-Comentaba Bell mientras se ponía de pie, en dirección al sofá de la iglesia para dormir.

-Espero lo mismo pero sin que pase lo de hoy, es peligroso ponerte en situaciones así, prefiero que vuelvas vivo con poco dinero a qué no vuelvas-Expresó Hestia mientras acariciaba el cabello del peliblanco.

-Así será, se lo prometí a usted Kami-Sama y a Eina, no quiero volver a preocuparlas por meterme en situaciones muy riesgosas, aunque siento que es el pan de cada día de los aventureros ¿Me equivoco?-Preguntó Bell, ladeando la cabeza.

-Si, efectivamente pero, también hay que saber qué peleas puedes ganar y cuales no, por eso es mejor comprender tus límites, pero dejemos esta platica para después, ya es tiempo de dormir-Respondió la diosa, mientras mandaba a su hijo a conciliar el sueño.

-Buenas noches Kami-Sama-Dijo el joven peliblanco mientras salía del cuarto.

-Buenas noches, Bell-Dijo Hestia de igual manera.

"¿Qué sorpresas me esperarán mañana? Me emociono con solo pensarlo" dijo Bell en su subconsciente, extasiado por la idea de seguir avanzando.

Al día siguiente.

En las calles de Orario corría la voz de un cierto rumor, un aventurero de nivel 1 había derrotado a un minotauro en los pisos superiores que había escapado de la familia Loki, esto no sería tan hablado si el aventurero en cuestión no fuera ni más ni menos un pequeño joven de cabellos blancos y ojos rojos que llevaba menos de una semana siendo un aventurero.

-¿Oíste eso? Dicen que ese Niño es el que derrotó a aquel minotauro el día de ayer ¿Crees que sea verdad?-Preguntaba una persona entre tantas que observaban a Bell caminando en dirección al gremio.

"Siento como todos me ven, es algo incómodo pero creo que es normal, aunque ¿En verdad es tan impresionante derrotar a un minotauro?" Pensó Bell mientras trataba de ignorar aquellos ojos que se posaban en su ser.

-Creo que si es él pero me cuesta creerlo, según la descripción que dieron, definitivamente es el, parece débil, debe tener una habilidad impresionante o fue entrenado antes de llegar a Orario-Contestó otro extraño a la pregunta de la persona anterior.

Si bien Bell no lograba oír de buena manera lo que las personas murmuraban, no había que ser una persona muy lista para saber que hablaban de él.

El peliblanco continuó su camino sin distracción alguna, deseaba ver a Eina como todos los días desde que llegó a la ciudad calabozo hace tan solo 3 días pero... algo hizo que se pusiera alerta.

Unos ojos morados, una mirada penetrante con fuertes sentimientos fue interceptada por los agudos sentidos de Bell, sintió hostilidad en ellos, por eso mismo, volteó hacia donde esta provenía pero sin lograr distinguir de quién era.

-¿Qué fue eso?-Dijo Bell para sí mismo, sin apartar la mirada.

-Ummmm-Comentó una voz detrás de él.

Esto hizo que Bell volteara de repente al oír aquel ruido, espantando a la persona.

-Oh, perdón si te asusté ¿Sucede algo?-Preguntó el joven hacía la bella chica que había llamado su atención.

"Es muy linda..." pensó Bell en el fondo cuando notó de mejor manera a la muchacha.

-Ummm, se te cayó esto-Dijo aquella persona hacia Bell mientras le entregaba una pequeña piedra mágica que se encontraba en la palma de su mano.

-¿Uh? ¿Una piedra mágica? Pensé que ayer las había cambiado todas-Comentó Bell mientras observaba aquel objeto.

-Disculpe y muchas gracias-Agregó el peliblanco a sus palabras mientras agradecía a la jovencita y metía aquella piedra mágica en su bolsillo.

-Eres un aventurero ¿Cierto? ¿Te diriges tan temprano al calabozo?-Preguntó la chica con clara curiosidad por Bell.

-Si, supongo...-Respondió Bell mientras un ruido provenía desde su estómago, haciendo enrojecer al chico por pena.

Rápidamente, aquella chica había entrado al restaurante donde trabajaba y trajo con ella una pequeña caja.

-No es mucho pero...-Dijo la camarera mientras le entregaba aquella caja en las manos de Bell, era un bento.

-N-No podría... ¡No puedo aceptar el bento de alguien a quien nunca he visto! Además ¿Qué comerás tú?-Replicó el peliblanco hacia la muchacha.

-No te preocupes, una vez que abra el Bar habrá algo para comer para mi-Contestó la camarera.

-B-Bien, lo aceptaré-Dijo Bell, rindiéndose.

-Pero si te sientes mal por ello, ven a visitarme en la noche al bar y cena aquí-Expresó la chica.

-D-De acuerdo, si sirve para poder devolverte el favor, lo haré-Contestó el joven peliblanco ante el pedido de la muchacha.

-Por cierto mucho gusto, mi nombre es Bell, Bell Cranel-Agregó el chico a sus palabras mientras extendía su mano hacia ella.

-Mucho gusto Bell, mi nombre es Syr, Syr Flova y trabajo aquí, en la señora de la abundancia-Contestó Syr amablemente y señalando al bar.

-Entonces, muchas gracias por el bento, Syr-Agregó Bell con una sonrisa dulce y amable en manera de agradecimiento.

Esto hizo que aquella chica se sonrojara levemente y su vista no dejara pasar ningún detalle de las facciones de Bell, hasta que se recompuso y dió su respuesta al agradecimiento.

-D-De nada, Bell-Respondió.

-Nos vemos en la noche, Syr, cumpliré mi palabra-Expresó Bell mientras se iba al gremio para después ir al calabozo.

Ya con la distancia tomada entre ambos, unas palabras salieron de la boca de Syr.

-Es él...-

En el gremio.

Podíamos ver a una hermosa semi-elfo en su gabinete, realizando varias actividades y organizando una gran cantidad de papeleo a una velocidad inhumana, ese era el día a día de Eina, trabajadora del gremio de aventureros, como eran pocos los aventureros así cargó ya que casi nadie resistía su diligente enseñanza, mataba el tiempo ayudando en otras tareas, aunque nunca a otros asesores ya que para ella según, era responsabilidad de ellos, Eina solo tenía a su cargo al recién convertido en aventurero, Bell Cranel, chico que en tan solo un día ya le había dado su primer susto cuando se enteró de que tuvo una batalla con un minotauro y resultó herido pero gracias a todos los dioses, no pasó a mayores aquel encuentro y ese mismo día iría nuevamente al calabozo.

"-Lo prometo, prometo no morir, Eina-" sonó esa frase dicha por Bell en la mente de la chica.

"¡Ahhhhhhh! ¡¿Por qué late desenfrenadamente mi corazón cada vez que recuerdo esas palabras?!" Pensó Eina mientras se sonrojaba pero sin dejar de realizar sus tareas.

-Eina... ¿Te encuentras bien?-Preguntó Misha que, al igual que Eina, era una asesora en el gremio.

-¡Si¡ ¡Estoy bien! ¿P-Por qué preguntas?-Expresó la semi-elfo ante la pregunta de su amiga y compañera, con un tono fuerte, casi gritando, como si se hubiera espantado.

-Es que pareces nerviosa y tu rostro está completamente rojo-Agregó Misha.

-¿Ah?-Ese sonido salió de Eina mientras miraba su rostro con un pequeño espejo cercano a ella, ahí pudo notar el color de sus mejillas, que estaban realmente calientes cuando posó sus manos en ellas, retirando sus guantes previamente.

-¿Eina?-Vovlió a nombrar Misha a su compañera.

-N-No es nada Misha, no te preocupes, sigue con tu trabajo, luego te quejas porque no lo logras terminar-Regañó la semi-elfo a su compañera, tratando de recoperar la compostura después de su pobre y vergonzosa demostración de hace unos segundos.

-¡Ahhhh Einaaaa! ¡Eres muy cruel! ¡Y yo preocupándome por ti!-Replicó Misha con un ligero lloriqueo y queja, como ya era normal en ella.

-Gracias por eso, pero en serio, no es nada-Dijo Eina, consolando a su amiga con una sonrisa.

-¡Einaaaaaaaaa!-Gritó a Bell al entrar al gremio.

-Bell...-Dijo sorprendida Eina, pero recordó lo sucedido el día anterior y volvió a su estado anterior.

-Hola Eina, solo vine a reportar mi estado para poder ver si es posible bajar un poco más-Expresó Bell mientras tenía su hoja de estado en la mano.

-H-Hola Bell, s-si, déjame verla-Respondió Eina con un ligero tartamudeo.

"Ohhhh ya veo" pensó Misha al ver a ambos y notar como actuaba Eina.

-¡¿QUÉ?! ¡TODAS TUS ESTADÍSTICAS SOBREPASAN LOS 90 PUNTOS!-Gritó Eina con sorpresa y así dejando atrás su nerviosismo.

-E-Eina, baja la voz, baja la voz-Dijo Bell, tratando de calmar a su asesora.

-Lo lamento pero es que es increíble, solo llevas un día en el calabozo y subiste demasiados puntos, lo normal sería actuar como lo hice-Se excusó la semi-elfo ante la reprimenda del peliblanco.

-¿En serio es tan raro? No me lo esperaba, digo, tampoco es como que tuviera a alguien en mi familia para comparar nuestro crecimiento jejeje-Dijo el joven conejo mientras rascaba ligeramente su cabello.

-¡Claro que es raro! Pero de todas maneras, por lo que veo, puedes bajar hasta el piso 6, no pases de ese piso ¡Y ESPERO QUE ESTS VEZ SI ME HAGAS CASO!-Reprendió Eina a Bell mientras le jalaba una oreja.

-L-Lo prometo-Decía Bell sin quejarse del dolor.

-Entonces es momento de que me retire, muchas gracias por tu aprobación, Eina, nos vemos en unas horas-Agregó el muchacho antes de salir del gremio.

-¡Cuídate Bell!-Expresó la asesora con una sonrisa amable pero preocupada por el aventurero.

-Fufufu, creo que ya no hace falta preguntar si te pasa algo-Comentó Misha riéndose levemente.

-¿Qué quieres decir?-Preguntó Eina, ladeando la cabeza.

-Solo diré que recuerdes nuestra regla, no te enamores de un aventurero-Dijo la asesora de cabellos rozados con un tono serio y algo decaído hacia su amiga.

El sonrojo en las mejillas de Eina volvió nuevamente al oír esas palabras pero igual cierta tristeza, muchas chicas, tanto del gremio como fuera de él, piensan de esa manera, el enamorarse de un aventurero es algo malo, es muy posible que mueran, dejando tras de sí el corazón roto de aquella persona a la que le juraron amor.

-Bell... no mueras...-Dijo Eina, posando ambas manos en su pecho, con un rostro preocupado y una mirada que no se movía de la puerta.

En el calabozo.

Nos encontrábamos en los primeros pisos del calabozo, era obvio que, habiendo pasado sin problemas en los pisos superiores apenas en su primer día, ya con su actualización de estado, sería menos problemático y así fue, los aventureros novatos que se paseaban por la zona sólo veían a un ser semejante a un conejo blandiendo su espada con una facilidad y gracia realmente grande, como si aquella arma no representara ninguna molestia en sus movimientos, cada movimiento que ejercía, cada paso que daba hacia adelante para acabar con un monstruo, solo dejaba una piedra mágica detrás de sí, parecía tener un talento natural para acabar con aquellos enemigos sin vacilar.

Eso fue una constante entre el piso 1 y el piso 4, donde derrotaba a los kobolds y Goblins agrupados en grandes números, para después recoger las piedras mágicas.

-No tengo idea de cuánto dinero voy a requerir esta noche en el bar, así que pienso que, entre más dinero logre conseguir, más podré comer, además, me gustaría comprarle un regalo a Kami-Sama y a Eina de ser posible, por el momento me conformaré con conseguir dinero para la cena de hoy-Decía Bell para nadie en especifico, solo como retroalimentación.

"Aquí vienen los monstruos que, después del minotauro, más problemas me dieron ayer, veamos si sigue siendo tan grande la diferencia entre nosotros" pensó Bell al notar como un grupo de 3 War Shadow se acercaban a él, siendo estos los monstruos más fuertes entre el piso 1 y 6.

-Es raro que estén aquí, aún no paso del piso 5, creo que bajen 1 o 2 pisos debe ser normal, así que mejor ignoro ese detalle y comienzo a luchar-Dijo le peliblanco para sí mismo mientras corría a atacar.

Cortes rápidos, cortes precisos, esa era la manera de definir su forma de pelea, ninguno de los aventureros en esos pisos quería luchar, solo deseaban ver a aquel joven que los sorprendía con su habilidad.

Un war shadow se posó detrás de Bell y éste saltó para esquivar el ataque, cayendo justamente detrás de él y partiéndolo en 2 pedazos al lanzar un tajo, provocando un corte horizontal en el cuerpo del monstruo, dejando únicamente dos partes, la superior e inferior, las cuales desaparecieron al cabo de algunos segundos, dejando consigo una piedra mágica y para sorpresa de Bell, una Hoja de Dedo de War Shadow, el botín proveniente del monstruo.

-¡Genial!-Celebró Bell sin darse cuenta que otro de los dos War Shadow restantes se lanzaba a atacarlo al rostro.

Esto fue notado por Bell que, sin dudar, lanzó su rostro hacia atrás, lanzando una patada al war shadow y alejar de él, ya con la distancia entre ambos siendo establecida, el peliblanco planeó sus siguientes movimientos con solo ver el terreno y ubicando a ambos contrincantes a los que se enfrentaba, curiosamente, los dos War shadow estaban separados entre sí, si estuvieran juntos sería más problemático acabar con ellos ya que supondría tener que atacar primero a uno y en ese momento el otro podría arremeter contra Bell.

"Tengo que aprovechar este escenario" pensó Bell, sonriendo hacia quien sería su primer objetivo.

Lanzándose silenciosamente ante la mirada de todos en el lugar, un borrón de color blanco pasó a gran velocidad frente a ellos, tanto aventureros como los War shadow no vieron a donde se dirigió aquel conejo hasta que un ruido fue provocado.

*SLAAAAAAASH*

Ese sonido fue producido por el aire siendo cortado con el paso del filó de la hoja de la espada que estaba apunto de colisionar con la pobre víctima, cortando en el acto al penúltimo War shadow, el cual tuvo el mismo destino que él anterior.

-Bien, van 2, sólo faltas tú-Dijo el chico con orgullo, sin voltear a ver al último monstruo quien yacía parado a espaldas de Bell.

El War Shadow no deseaba atacar, se notaba que su instinto de supervivencia le decía que no había manera de sobrevivir a aquel aventurero, mientras ese pensamiento parecía pasar en la mente de aquel monstruo, fue asesinado de manera rápida e indolora.

-Ese fue el último-Expresó Bell, recogiendo la piedra mágica del War Shadow.

-Creo que hice bien en acabar con ellos de manera rápida, que sea un aventurero no justifica la crueldad hacia los monstruos-Comentó Bell con cara seria, él odiaba ese tipo de actos cobardes, si puedes acabar con tu enemigo de manera rápida, es tu obligación hacerla, humillarlo y hacerlo sufrir es de cobardes.

Puso su espada nuevamente en su funda y comenzó a trotar para subir nuevamente, ya habían pasado 6 horas desde que llegó al calabozo y, si bien aún no caía la noche, deseaba hacer algunas compras antes de ir a La señora de la abundancia como antes había dicho Bell.

-E-Es impresionante ¿De verdad es un aventurero de nivel 1? Si él quisiera, fácilmente podría llegar a la primera sección de los pisos intermedios-Comentó una de los aventureros que habían observado la batalla, al parecer Bell no los notó o no le interesó que lo estuvieran viendo.

-Tiene futuro, me pregunto quién será su dios, no parece pertenecer a una familia grande, pero me alegra saber que los rumores de que derrotó al minotauro sean ciertos, deben serlo, no se inmutó para derrotar a esos War Shadow, aunque no sean la gran cosa para aventureros como nosotros, sigue siendo algo a destacar-Dijo el acompañante de la chica que dijo lo anterior.

-Tienes razón Raúl, pero debemos seguir entrenando, no viendo a otros aventureros-Dijo la bella chica gato.

-Cierto, continuemos a ver hasta donde podemos llegar nosotros dos, Anakitty-Respondió Raúl a las palabras de su amiga y compañera en la familia Loki.

Ya en la superficie, en las calles de Orario.

Bell caminaba libremente, en dirección al gremio para cambiar sus piedras mágicas, si bien no tendría la misma cantidad de dinero que logró recaudar el día de ayer ya que no tuvo un encuentro con un monstruo como el minotauro, las ganancias no eran pocas, entre tantos Kobolds, Goblins y aquellos Dark Shadows que derrotó, al menos 10,000 valis debería de obtener, sin contar el botín que éste último droppeó.

-Aquí tienes pequeño, 24,000 valis, por la Hoja de Dedo de War Shadow es que obtuviste casi el doble de lo que habrías obtenido sin ella-Dijo la encargada de proporcionar el dinero por las piedras mágicas(Ni idea de quién sea sinceramente jaja)

-¡Wooooow! ¡Muchas Gracias!-Dijo Bell con una gran sorpresa en sus ojos y sonriendo alegremente mientras tomaba en sus manos el dinero.

-Oh, por cierto ¿Se encuentra Eina? No la pude ver cuando entré al gremio-Preguntó el peliblanco antes de retirarse.

-No se encuentra, tuvo que regresar a su casa por unas cosas, en unas horas vuelve, si quieres puedes esperarla-Respondió Misha a la distancia al oír la pregunta del muchacho.

-Entiendo... mejor vengo en otra ocasión para encontrarme con ella-Dijo Bell ante la respuesta de la asesora, compañera de Eina.

"Así me dará tiempo para pensar en qué comprarle a Eina y a Kami-Sama" pensó Bell con una sonrisa mientras salía del lugar.

En la noche, en camino a la señora de la abundancia para la cena de Bell.

"Espero no llegar demasiado temprano, aunque son las 8 pm ¿Me tomó más de 5 horas comprar algo para dos chicas? Es difícil saber qué les gusta, así que es mejor tomarse su tiempo para no equivocarse, según mi abuelo nunca hay que enojar a una mujer porque es peligroso, entonces ¿Cómo sería enojar a 2? Espero nunca saberlo" pensó Bell mientras un escalofrío recorría por su espina dorsal.

En sus manos tenía dos pequeñas bolsas, dentro de ellas habían un par de cintas para el cabello y una pequeña arreglo para el cabello, para Hestia y Eina respectivamente.

Se detuvo un momento.

-Creo que aquí es-Dijo Bell al estar de frente a la señora de la abundancia para después entrar al lugar.

-¡Bell! ¡Si viniste!-Dijo una hermosa camarera de nombre Syr Flova al ver como aquel muchacho entraba.

-Lo prometí ¿No es así?-Contestó Bell, sonriendo amablemente.

-Ven, te llevaré a la barra para atenderte-Dijo Syr mientras jalaba el brazo del peliblanco.

-E-Espera Syr, se me van a caer las bolsas-Expresó el chico, agarrando con fuerza lo que tenía en su mano.

-Bien Bell ¿Qué deseas orde...-Antes que Syr pudiera terminar de decir esas palabras, un gran plato de comida cayó frente a Bell.

-¡Hey Niño! Estás muy delgado, me dijo syr que eres un aventurero así que debes comer mucho, con esto puedes empezar-Dijo una Enana que parecía ser la jefa del lugar.

-Disculpe p-pero yo no ordené esto...-Contestó Bell un tanto nervioso por la presencia imponente de la mujer.

-No te recomiendo que le lleves la contraria, mejor acepta la comida-Sugirió Syr con un susurro al oído del chico.

-A-Ah entonces, muchas gracias-Agradeció el peliblanco por la comida.

-Llámame Mama Mia, no me gusta que me hablen de usted-Comentó la enana, sonriéndole al chico.

-Muchas gracias, Mama Mia ¡Buen provecho!-Dijo Bell, juntando sus manos y agradeciendo por la comida.

El ambiente en el lugar era calmado y alegre, Bell platicaba plácidamente con la camarera y con la dueña del sitio cada vez que tenían la oportunidad, parecía que el chico tenía un cierto talento para agradarle a las mujeres ya que incluso 2 camareras con orejas y cola de gato comenzaron a acercarse de igual manera al chico para platicar con él.

-... si jaja, yo fui quien derrotó a aquel Minotauro pero fui salvado, de no ser por esa persona, pude haber muerto por otro monstruo-Comentó Bell a Mama Mia y Syr.

-Pero Niño ¿No llevas solamente 3 días como aventurero? ¿Cómo lograste hacerlo?-Preguntó la enana con clara sorpresa en su rostro.

-En realidad llevo dos... pero no sé, instinto de supervivencia quiero creer-Contestó el chico ajeno al motivo por el cual logró vencer.

-Es posible pero para un aventurero no solo basta eso, creo que tuviste suerte de novato-Expresó Mama Mia mientras le daba una fuerte palmada en la espalda a Bell, la cual hizo retumbar todo su delgado cuerpo.

-¡Llegaron los de la reservación-nya!-Gritó una de las chicas gato, la cual tenía por nombre Anya según Bell escuchó por parte de Syr.

En ese momento entraron una gran camada de aventureros que parecían muy importantes y fuertes, Bell no pudo retirar su mirada expectante ante esas personas.

-Son la familia Loki, la segunda más fuerte de Orario-Dijo Syr al notar hacia donde veía Bell.

-Familia Loki...-Comentó Bell con admiración, en ese momento notó a una hermosa chica con rostro serio y un cabello largo y dorado.

En sus recuerdos pudo notar que, antes de desmayarse en su enfrentamiento, una aventurera con los mismos rasgos que ella fue quien lo había salvado.

-Ella es la princesa de la espada, aventurera de nivel 5-Volvió Syr a resolver las dudas del chico.

-Ella fue la que me salvó, me gustaría agradecer...-Comentaba Bell hasta que fue interrumpido al oír ligeramente la platica que se desarrollaba en aquella mesa.

-Hey Aiz, cuéntanos esa historia del pequeño Niño al que tuviste que salvar del minotauro, han estado hablando mucho de ese bastardo, creo que lo exageran, de seguro tú lo salvaste y cuando lo trajiste estaba desmayado del miedo-Dijo un hombre lobo con una actitud arrogante.

Bell al oír eso frenó en seco.

-Pero Bete, él si derrotó al minotauro...-Contestó la inexpresiva chica.

-¿Ah? ¡No digas estupideces Aiz! No hay manera de que una pequeña basura como él pudiera derrotar a un minotauro, para mi que estás inventando cosas, se ve de lejos que es un llorón cualquiera-Contestó Bete ante la respuesta de la princesa.

-¡Hey lobo sarnoso! Cállate ya y deja de molestar a Aiz, pero creo que tienes razón, nos es imposible creer que un niño como él haya logrado tal cosa-Dijo una linda amazona con buenas proporciones.

Bell solo tenía la mirada agachada, tratando de contener las lágrimas de impotencia por no poder defenderse ante las palabras de aquellos aventureros.

-¿Bell?-Preguntó Syr con preocupación.

-Discúlpame Syr, tengo que irme ¿Podrías hacer un favor por mi?-Preguntó Bell sin levantar la mirada.

-Claro Bell ¿Qué necesitas?-Preguntó la linda camarera de manera amable.

-Cuida las bolsas que traje por favor, aquí tienes el dinero de la comida, no sé si es más o menos pero en caso de que sea menos, prometo volver mañana a completar el pago-Dijo Bell mientras le entregaba una pequeña bolsa con Valis a la camarera.

-De acuerdo Bell, si es eso lo que quieres...-Contestó la chica, tomando en sus manos el dinero.

Apenas soltó la bolsa, Bell arrancó a correr hacia afuera del lugar, con lágrimas en sus ojos, sin mirar atrás, ante la mirada de todos en el lugar.

-Ese era...-Dijo Aiz al ver a Bell salir del sitio, por lo que la chica salió detrás de él al igual que Syr.

-¡Hey Aiz!-Gritaron todos al verla salir.

Ya afuera del bar no pudo ver a Bell.

-Se fue...-Dijo Aiz sin cambiar su rostro pero claramente estaba decaída.

-¡Hey Aiz! ¿Qué sucede? ¿Por qué saliste de esa manera?-Preguntó Loki hacia la princesa de la espada pero sin recibir respuesta alguna por parte de ella.

En el calabozo.

De lado de Bell, el muchacho tenía una mirada fulminante y decidida, se encontraba dentro del calabozo a altas horas de la noche, las palabras de aquellos aventureros habían herido de gran manera el orgullo que yacía dentro de él, provocando que sus sentimientos se intensificaran.

-Debo demostrar de lo que estoy hecho, debo demostrar que no fue solo un golpe de suerte mi victoria, debo hacerme lo suficientemente fuerte para que no haya duda de que puedo ser un héroe-Decía Bell mientras acababa con una gran cantidad de monstruos a su paso 1, 2, 3, 6, 10, 30, la cuenta de cuantos monstruos eran destruidos por el chico iba en aumento tras cada avance que realizaba, solo dejaba en el suelo una gran cantidad de piedras mágicas que no se preocupó en recoger.

-Tengo que ser más fuerte, tengo que ser más fuerte...-Se repetía en reiteradas ocasiones el chico mientras seguía blandiendo su espada, sin importarle cuántos pisos bajara ni a qué monstruos estuviera derrotando, Goblin, Kobold, War Shadow, Dungeon Lizard, Frog Shooter, Killer Ant y... ¿un Orc? ¡¿Hasta qué jodido piso había bajado?!, mínimo hasta el piso 10.

-¡TENGO QUE SER MÁS FUERTE!-Gritó Bell, descargando su frustración.

Esta situación se repitió toda esa noche.

En la sede de la familia Hestia, amaneciendo.

Hestia se encontraba viendo hacia donde Bell siempre se perdía ante sus ojos cuando iba al calabozo, ya había pasado un día entero desde que Bell se fue y no había rastro alguno de él, ella ya había preguntado en todos los lugares posibles y nadie lograba darle algún indicio de donde estaba.

-Bell... por favor vuelve-Dijo a Hestia con lágrimas en sus ojos y agachando la mirada en señal de preocupación.

Hasta que a lo lejos una persona caminaba con dificultad, se trataba de Bell, cuando Hestia pudo vislumbrarlo, ya que los rayos del sol no permitían ver de quien se trataba de manera correcta, salió corriendo en su dirección y ahí pudo notar el estado físico en el que se encontraba, lleno de moretones, sangre cayendo por su cabeza y algunas heridas profundas en brazos y parte de su torso.

-¡Bell! ¡¿Qué pasó?!-Preguntó Hestia mientras ayudaba a caminar al chico.

-Kami-Sama...Quiero ser más fuerte-Expresó Bell su deseo hacia su diosa, antes de caer desmayado.














Bueno amigos hasta aquí el capítulo de hoy, como les dije van a ser 2 a la semana, ya no 4, cuando tenga el 2do lo subiré, aún no sé qué día será, espero que les haya gustado y tenga su apoyo junto con sus votos.

PD: Estuvo genial el descanso, pero aquí acaba 😁

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