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Capítulo 37. Time Skip. Parte 1.

-¿Q-Qué quieres decir con eso...?-La expresión de confusión en una hermosa semi elfo de cabellera castaña era clara. Incluso acercó su rostro más de lo debido hacia la persona que recién le dio esa impactante noticia.

Una hermosa sanadora peliplateada de ojos púrpura, quien estaba sentada enfrente de la antes mencionada suspiró cruzada de brazos, como si estuviese harta de repetir lo mismo.

-Como te dije las últimas veintidós veces que preguntaste. Felicidades, estás embrazada. Dentro de ti se está formando una nueva vida-Repitió Airmid, con una sonrisa fingida dado que ha reiterado ese dialogo varias veces en los últimos diez minutos.

-¿P-Pero cómo? ¿Cuándo?-Interrogó la castaña, retirándose los lentes y frotándose los párpados. Seguía incrédula ante la noticia, no daba crédito a lo que sus largas orejas escuchaban.

-Verás, cuando una pareja se quiere mucho...-Airmid iba a explicarle el "¿Cómo?".

-¡S-Sé cómo es que los niños se hacen! ¡No necesitas explicarlo!-Gritó Eina vehementemente, sonrojándose en demasía.

La peliplateada retomó esa actitud seria que le caracteriza.

-Respecto al "¿Cuándo?" Creo que eso tú deberías saberlo. Según mis análisis, tienes aproximadamente mes y medio o dos meses de embarazo-Reveló esta última.

-¿D-Dos meses...?-La memoria de la bella semi elfo divagó en busca de un momento en específico.

"¿Cuándo fue que Bell y yo lo hicimos...? ¡C-Creo que es más fácil enumerar cuando no lo hicimos!" Entró en pánico y gritó internamente mientras se ruborizaba en demasía ante tales recuerdos.

La noche en Melen...

La noche posterior al juego de guerra...

Ese día previo a que "ella" apareciera...

Aquella escapada previa a la expedición de la familia Hestia...

Ese pequeño momento juntos en donde lo hicieron después de que le dieran de alta...

¡SON DEMASIADOS COMO PARA CARGARLE LA RESPONSABILIDAD A UNI SOLO!

"Esperen... si es Máximo hace dos meses... entonces debió ser en Melen..." Ina unió los puntos cuando el vapor dejó de salir de su cabeza producto de su vergüenza.

-Tranquila. Sinceramente me sorprende que una asesora del gremio resultara embarazada pero conociéndolas, debe tratarse de un buen hombre-Airmid intentó tranquilizarla.

Eina puso las manos en las rodillas y miró al suelo.

-N-No me malentiendas. Estoy feliz de saber que... nuestro amor dio un fruto tan especial. Sin embargo... también tengo miedo. Digamos que... mi pareja corre el riesgo de morir casi siempre, han sido muchas noticias fuertes en los últimos meses, tanto así que esta me está mortificando del mismo modo. En cualquier otro escenario, saltaría de felicidad a sus brazos para darle la noticia. Pero ahora...-Explicó, cruzando el brazo sosteniéndose el contrario.

-Se trata de un aventurero ¿Cierto? Creí que para las asesoras del gremio estaba rotundamente prohibido emparejarse con los aventureros a su cargo. He oído el dicho "Jamás enamorarse de un aventurero. Siempre mueren y dejan detrás un corazón roto"-Comentó la sanadora, sorprendida de la labor que el futuro padre desempeñaba dentro de Orario.

Eina sentía que las palabras de la médico se incrustaban en su corazón como flechas a quemarropa.

-¿P-Por qué todos me dicen eso? Acaso... ¿Está mal enamorarse de un aventurero?-Interrogó un tanto decaída y fingiendo dolor por las afiladas palabras de la antes mencionada.

-No te estoy juzgando. Solo hago mención de lo que he escuchado por ahí. Incluso tienen ese lema aquí. Como médicos vemos morir a tanta gente que formar un vínculo afectivo con alguien tiende a ser contraproducente-Informó Airmid para aligerar la carga sobre los hombros de su paciente.

Una pequeña lágrima se derramó por las mejillas enrojecidas de la castaña.

-En fin, dices que haz tenido muchas noticias fuertes en el último tiempo. ¿Te importaría hablar de eso? Sé que no estoy en el derecho de indagar en tu vida privada y si no deseas responder no insistiré pero... ¿Quién es el padre?-Interrogó de forma seria y con tacto. Aunque por dentro la curiosidad carcomía a la sanadora.

En el hospital de la familia Dian Cecht son pocas las formas de entretenerse y varias veces los chismes eran la única fuente de diversión. Suena crudo y poco ético, no obstante, la realidad es que la confidencialidad del paciente en pocas ocasiones aplica entre los miembros del cuerpo médico.

-B-Bueno...-Eina se rascó la nuca. Una clara señal de pena.

Airmid ladeó la cabeza. Esa reacción despertó aún más su curiosidad. De repente abrió los ojos en demasía, como si relacionara los puntos pasados.

-Por favor dime que no es quien creo que es...-Se frotó los párpados con desdén y agotamiento de tan solo pensar en aquel aventurero que tantos problemas ha causado.

-Q-Quisiera poder negarlo, pero desgraciadamente me enamoré de...-

-Bell Cranel...-.

Dijeron al unísono.

-Esto explica el estrés bajo el que estás. No me imagino cómo es tenerlo de novio ¡Siempre se mete en problema!-Declaró la curandera con vehemencia.

-¡Ya lo sé!-Concordó la novia del conejo.

Ambas bajaron la cabeza.

-Si... definitivamente la tienes difícil. O sea, no luce como alguien que huya de sus responsabilidades y claramente se hará cargo de su hijo. Sin embargo, conociendo su estilo de vida, no me sorprendería que un día llegue en pedazos a la superficie o de plano no vuelva-Opinó la capitana de la familia Dian Cecht.

-No me ayudes Airmid-La ceja de Eina tembló ante el comentario fuera de lugar de su médico.

-Lo lamento. Es solo que las cosas no son sencillas con él. Hace semana y media vino a mí con un brazo hecho pedazos después de esa expedición. Ayer lo vi entrenando cuando específicamente le dije que no se esforzara-Expresó a Airmid con una vena inflándose en su frente.

-No te preocupes. Yo lo devolví a la cama tan pronto lo vi-La expresión vacía y emanante de furia proveniente de la semi elfo alivió a la mujer.

-En fin. Dejando eso de lado, dime... ¿Qué tanto ha hecho en estos meses? Lo último de lo que me enteré a detalle es que despedazó el burdel de Ishtar-Interrogó Airmid.

Un largo suspiro provino de Eina.

-¿Por dónde empiezo...?-Cuestionó, empujando sus lentes para acomodarlos.

-Recomiendo que sea a partir de lo que menciono. ¿Qué sucedió después de eso?-Dijo la sanadora.

-Eso fue aproximadamente hace mes y medio... lo que vino seguido de ello fue...-De ese modo, la asesora dio inicio al relato. Los recuerdos fluyeron y las escenas en orden cronológico se proyectaron en su mente a manera de película para no perder detalle alguno de los últimos 45 días.

Flashback. Días después del rescate de Haruhime de las garras de la familia Ishtar.

-Así que planean unirse a mi familia...-Declaró Hestia frente a la bella renard por la cual todo el problema en el distrito del placer se desarrolló y la amazona que la acompañaba.

Ambas intercambiaron miradas y, decididas, asintieron al acto.

-Sí. Quiero estar junto a Mikoto y Bell-Sama, quien me rescató. Es la única forma en la que puedo pagar por los problemas que tuvieron que pasar por culpa mía-Respondió Haruhime.

A espaldas de Hestia, Bell y Eina escuchaban atentamente la solicitud de la rubia.

-Haruhime... tú no me debes nada. Te rescaté porque era lo correcto. Así que...-El albino quiso razonar con ella para dejarle en claro que no hay ninguna deuda a saldar, pero fue interrumpido abruptamente.

-Bell-Sama, esta es mi decisión. Ni siquiera usted podrá ir en contra de mi determinación-La expresión repleta de confianza y sin una pizca de vacilación por parte de la bella chica hizo retroceder al conejo en sus intentos de frenar su adición a la familia Hestia. Si bien no es como si le desagradara la idea de tenerla en sus filas dado que su magia resultaría muy útil para los miembros de la familia, no desea que ella se sienta obligada a integrarse. Como mencionó, su vida fue salvada, se le dio la libertad que tanto deseaba, porque eso era lo correcto al criterio de Bell y el resto de la familia Hestia y Takemikazuchi.

Hestia se cruzó de brazos y cerró los ojos, analizando la situación. No había motivos para negarse, al contrario, todo era a favor de ambas aventureras. Una nivel 4 en su familia con mucha experiencia y una maga con una capacidad mágica y un potencial muy alto era algo que no llegaba todos los días a tu puerta. Así que... ¿Por qué dudaba?

Simple... no podía tomar esa decisión sin antes consultarle a la semi elfo a su espalda, quien poseía una mirada severa dirigida a la amazona que no le quitaba el ojo al conejo, quien era el novio de la chica de orejas largas.

-Dime, Eina... ¿Qué opinas? ¿Podrás soportar a dos mujeres más en esta mansión? Cassandra, Daphne, Lili, Mikoto y yo ya hacemos mayoría-Preguntó la diosa de coletas la opinión de la novia de su hijo, recalcando la presencia de tantas féminas en la familia y cómo esto podría causar discordia en la relación entre los miembros de la misma.

Los presentes en la sala de entrevistas voltearon hacia la castaña, siendo el centro de atención ya que de ella dependería el veredicto.

Se acomodo las gafas, empujando el centro de las mismas para que estas se aplastaran hasta el final de su nariz.

-Respecto a Haruhime no tengo problema alguno. Creo que es beneficioso tenerla y aunque no la conozco mucho, por la opinión que Bell y Mikoto tienen de ella, sé que no haría nada para seducir a mi novio, así que corresponderé al pensar de ambos. Sin embargo... ¡ELLA NO ME INSPIRA NI UN ÁPICE DE CONFIANZA! ¡CADA PARTE DE MI GRITA QUE AL PRIMER DESCUIDO SE COLARÁ EN LA HABITACIÓN DE BELL Y LO VIOLARÁ!-La explicación de la asesora iba a buen puerto, relatando su punto de vista hasta que llegó la hora de señalar a la amazona que solamente sonreía de manera burlesca ante la acusación, aparentemente infundada, de la novia del albino, quien despertó su atención cuando ambos pelearon en él techo de aquel edificio. Sin dudas las formas en las que una amazona se interesa en un hombre son extrañas.

-¡E-Eina! ¡Eso es grosero!-Sonrojado, Bell reclamó.

-No, no, no. Tiene un buen punto, suena a algo que haría definitivamente-Aisha le cedió la razón a la semi elfo de forma despreocupada.

-¡¿No se supone que debes de negarlo?!-Gritó el conejo.

-Para nada. Esa es la realidad dado que ha cruzado por mi mente hacerte eso. Quizás con unos tragos de más se me olvidaría que tienes novia, aunque no es que me interese mucho aún estando sobria-Dijo la morena, sosteniendo su barbilla ante la posibilidad de que aquel escenario sucediera, la cual era extremadamente posible.

De repente miró a la asesora.

-Te prometo que solo quiero una noche, si aceptas te pagaré muy bien-Expresó, haciendo una seña con las manos que daba a entender que estaba dispuesta a entregarle una alta suma de valis por esa noche de pasión con el hombre que flechó su corazón y que ahora quería que le flechara ahí.

-¡SOBRE MI CADÁVER! ¡NO VOY A PROSTITUIR A MI NOVIO!-Reclamó Eina, queriendo aventarse hacia la amazona.

-¡E-Eina! ¡Tranquila! ¡Tranquila!-Bell la detuvo.

-¡Déjame pelear con ella! ¡Esa noche en el distrito de placer quedó inconclusa!-La castaña quería retomar la pelea que tuvieron ambas el día en que estuvieron buscando al peliblanco cuando este se perdió y fue capturado por las hijas de Ishtar para posteriormente huir de la sede y resguardarse en el burdel donde Haruhime se hallaba.

-¡Quiero verte intentarlo de nuevo mocosa! ¡Esa vez fue pura suerte!-La morena se puso de pie.

-¡A-Aisha-Sama!-Haruhime se interpuso entre su amiga y la novia de su héroe para evitar que el conflicto creciera.

-¡P-Prometo controlarla, pero por favor permita que se una, Eina-Sama! Sin ella yo... no estaría aquí. Fue mi guardiana y protectora durante mi estancia en el distrito del placer. Fue de las pocas buenas que me dieron esos años ahí. Quiero que esté conmigo porque para mí es... como una hermana mayor-Pidió con desesperación la renard, explicando los motivos por los cuales quería a Aisha a su lado en esta nueva etapa de su vida.

Las palabras de esta última pararon la disputa. Aisha, quien dejó de forcejear, bajó los brazos y aclaró la garganta.

-T-Te pido de favor que no vuelvas a decir esas cosas cursis-Dijo con un tono tsundere y ligeramente ruborizada. Aunque tratara de disimularlo y fingir que no le importa, claramente la alta estima de la rubia fue lo suficientemente alta como para tocar su corazón.

-¿Uh?-Haruhime ladeó la cabeza, confundida por dicha actitud. No lo dijo con la intención de molestar ni mucho menos. Solo dijo la verdad tal y como lo es desde su perspectiva.

Ambas retomaron su asiento. Eina respiró hondo y se calmó, retomando así la discusión que los traía a ese lugar.

-Bueno, si Haruhime me da su palabra de vigilarla, entonces supongo que ni hay razón por la cual me niegue. Siempre y cuando ella también comprenda su posición en esta familia-Eina señaló a Aisha. Gracias a la pureza de la rubia y como esta brillaba cada que hablaba de manera calma y dulce se le imposibilitaba negarse. Era un tierno animalito al cual quisieses proteger a toda costa. Era impensable creer que alguien así estuvo en un sitio Tun indecoroso como el distrito rojo.

-Lo prometo y el doy mi palabra. Yo estoy agradecida por esta nueva oportunidad de vivir como lo desee y es gracias a ustedes-Haruhime sonrió de manera dulce, juntando sus manos e inclinando la cabeza de manera extremadamente linda.

-Ugh...-Un subidón de azúcar atacó a los presentes.

-¡Ujum! Siendo ese el caso, entonces les doy la bienvenida a mi familia-Hestia retomó el control de la entrevista para recibir a ambas como sus hijas.

-Ustedes, al formar parte de la familia Hestia, solo tienen una obligación-Agregó.

Esto confundió a los cuatro dentro de la habitación.

-No importa que seamos un conjunto, jamás estarán obligadas a hacer algo que no quieran. Lo que les ordeno es, así vaya en contra de todo lo que representa la unión de una familia, siempre velen por su felicidad. Yo, como su diosa, jamás las juzgaré por ser egoístas respecto a lo que desean, al contrario, las apoyaré porque, a partir de hoy, ustedes son mis hijas y una madre siempre querrá que sus hijas cumplan sus sueños y metas sin sentirse encadenada a un grupo-La pequeña Diosa de coletas se acercó a ambas y posó cada mano en la mejilla de cada una, acariciándolas de forma delicada y dulce.

Esto avergonzó a la amazona, quien ni estaba acostumbrada a esa clase de contacto. Haruhime sonrió y disfrutó el calor que aquel gesto le proporcionaba.

-¡Bienvenidas, mis niñas!-Dijo Hestia, totalmente emocionada y abrazándolas.

Un nudo se formó en la garganta de Aisha.

"¿Q-Qué es esto...?" Se cuestionó. Una calidez indescriptible brotó desde lo profundo de su pecho

-Ha sido difícil ¿cierto? Creciste en un lugar hostil donde el cariño escaseaba. No te contengas, suelta todo-Hestia le susurró al oído. Comprendía el dolor y las batallas por las que la amazona tuvo que pasar. A pesar de desconocer los detalles, notaba que en esa actitud coqueta, impulsiva y pícara... había tristeza y traumas.

-¿C-Cómo sabes que yo...?-Quiso interrogar Aisha.

-Desde hoy soy tu madre... obviamente he de conocer a mis hijas-Dijo con total naturalidad la pelinegra.

-No tengas miedo de comenzar de nuevo, mi niña. Aquí nadie te juzgará por tus heridas del pasado y los actos que cometiste anteriormente. Cómo te dije, somos tu familia y te apoyaremos en todo-Adicionó.

Una serie de recuerdos azotaron la mente de la morena. Muchos dolorosos... tristes... sin amor... desde que nació nada había sido lindo, nada había sido fácil.

Los mejores momentos que tiene son al lado de Haruhime. El día en que llegó y vio a aquella soñadora e inocente chica... se vio a sí misma antes de que tuviera consciencia de todo lo malo que este mundo ofrecía. Fue en ese instante que decidió protegerla.

A pesar de lo que le ha tocado sufrir... veló por la rubia.

Así que... ese corazón puro estaba intacto. En lo profundo del mismo aún conservaba humanidad y amor.

Las lágrimas comenzaron a brotar. Las manos de Aisha temblaban mientras rodeaban el delgado cuerpo de la diosa para abrazarla. Su rostro se enterró en el pecho de esta última, empapándolo por su llanto.

"Jamás había visto así de vulnerable a Aisha-Sama..." Pensó Haruhime.

-No fue tu culpa. Nada ha sido tu culpa. Solo eras una víctima-Dijo Hestia.

El llanto de la amazona se potenció.

-N-No fue mi culpa...-Musitó.

-Exacto, no lo fue. Tú, como todo ser humano, merece ser feliz. Que nadie te diga lo contrario-Respondió la pelinegra.

Una sonrisa se dibujó en Haruhime.

-Aplica lo mismo contigo, pequeña. Tampoco fue tu culpa. Nada de lo que has sufrido ha sido consecuencia de tus actos. Muchas malas personas han tratado de mancharte, difamarte y herirte, pero te haz mantenido de pie con el apoyo de los demás que en verdad buscan tu bienestar. Si bien tu historia no ha tenido una última temporada feliz, definitivamente vendrán cosas buenas para ti, así que, no te culpes ni te sientas impura. Mamá jamás te juzgará-Declaró la deidad, viendo a la renard sin separarse del abrazo de Aisha.

Ella también se unió al abrazo tan pronto el diálogo se vio concluido.

-Sin dudas Hestia-Sama es genial. De las mejores diosas que he conocido-Opinó Eina.

-Kami-Sama siempre sabe cómo apoyarnos. Estoy realmente agradecido de haber sido aceptado por ella-Respondió el conejo.

Sin dudas representa lo mejor de los dioses. La diosa del hogar... trata a todos su hijos como eso. Ese título le queda perfectamente bien.

-A pesar de que soy impura, yo...-Musitó.

Aisha se separó momentáneamente del abrazó. Limpió sus lágrimas.

-P-Pero, Haruhime, tú no eres impura-Confesó, despertando la confusión de esta última.

-¿E-Eh?-Salió de ella.

-Es cierto. No veo ninguna clase de impureza en ti. Yo soy una diosa Virgen y créeme cuando te digo que sé de esas cosas-Dijo Hestia, dándose cuenta de ese detalle.

-¿Q-Qué quieren decir con eso?-Interrogó Haruhime.

-Eres virgen-Dijeron ambas al unísono.

"C-Creo que esta conversación no me concierne escucharla" Las mejillas del albino se sonrojaron.

-Vámonos...-Ordenó Eina, caminando lentamente mientras empujaba a su novio fuera de la habitación.

-P-Pero si yo... en el burdel-.

-Siempre te desmayabas antes de que hicieses algo y terminaba tomando el trabajo por ti. A veces Samira o Lena nos turnábamos para tomar tu lugar. Te dije, Haruhime, siempre te protegería-Dijo Aisha, revelando lo que realmente sucedía cuando la renard veía la clavícula de los hombres y se desmayaba.

Jamás fue abusada ni perdió su pureza. Aisha se había encargado de protegerla todo este tiempo, tal y como se prometió.

"Solo reafirmas lo que pienso. Eres realmente una buena persona" Pensó Hestia referente a la amazona al conocer la verdad y los esfuerzos que hizo para proteger a su "Hermanita".

-Fufufu ¿Ven? ¡Ustedes son más que dignas de estar aquí! ¡Así que más les vale ser muy muy felices después de todo lo que han sufrido! ¡Es orden divina!-Gritó Hestia, abrazando a ambas y dando pequeños saltos mientras las sostenía.

Una sonrisa sin remordimiento y dolor se presentó en ambas. Por fin tenían un lugar al cual llamar hogar. Las cadenas que las aprisionaban en sus pecados pasados fueron retiradas.

"Gracias... Hestia-Sama..." Pensaron al unísono.

Recibieron una oportunidad que nunca esperaron luego de haber crecido entre el dolor y la desesperanza. La oportunidad de cambiar su destino por uno más brillante y feliz. Uno verdaderamente digno de aguardar con ansia y emoción.

De vuelta a la realidad.

-Tengo un par de preguntas sobre lo que me acabas de contar...-Expresó Airmid mientras sostenía su barbilla.

-Adelante, eres libre de preguntar lo que desees-Eina le dio rienda suelta para que saciara sus dudas.

-¿En qué momento eso pudo causarte estrés? A lo que mi concierne es una escena tierna y por la forma en la que Aisha Belka se abrió ante Hestia, quiero suponer que no causó problema o molestia ¿O a caso me equivoco?-La sanadora dio inicio.

Eina dio un largo suspiro.

-Estás completamente equivocada e incluso admito que creí lo mismo. Pero debido a que ahora Haruhime se libró de ese pensamiento de que era "indigna" al enterarse que seguía siendo Virgen, ahora incluso se unió a los coqueteos hacia mi novio junto a Aisha. He tenido incluso que separarlos al comer juntos porque no sé cómo demonios hacen parecer erótico el comer pan-Una vena se marcaba en la frente de la semi elfo tan solo al recordarlo.

Airmid abrió los ojos, impresionada al oírlo.

-Vaya... supongo que la haz tenido difícil en ese aspecto. Mi otra duda era respecto a la adición de Aisha Belka a la familia Hestia. Tengo entendido que Ishtar fue desterrada como castigo por conspirar junto a Evilus y ninguna de sus hijas deseó quedarse con ella, siendo juzgadas y, dependiendo de su relación a los planes en contra de Orario, se les impondrían diferentes castigos ¿Solo Aisha fue la que consiguió liberarse de las consecuencias?-Interrogó la curandera, dando detalle de la información que conocía respecto al castigo que se le dio a dicha diosa de la belleza luego de ser arrestada por la familia Ganesha.

-Esa es otra de las causas de mi estrés...-Reveló la castaña, retirándose los lentes y frotándose los párpados con la yema de los dedos.

-Resulta que, gracias a que la familia Ishtar se disolvió, cientos de Amazonas de rango menor, incluyendo a prostitutas que vieron perdidos sus hogares, se quedaron sin un lugar al cual permanecer. Los burdeles fueron cerrados hasta nuevo aviso, incluso ahora siguen clausurados y... le correspondió al gremio encontrarles asilo temporales mientras las cosas se apaciguaban. Los días fueron tranquilos luego de rescatar a Haruhime, no obstante, luego de una semana es que las olas de personas atacaron el gremio-La mirada perdida y los ojos color esmeralda totalmente vacíos reflejaban un severo trauma en la bella semi elfo, quien reía con desdén.

-Ese día no tuve tiempo para siquiera parpadear. Lena Tally se unió a la familia Loki en busca de Bete Loga, Samira quiso unirse a la familia Hestia también pero me negué rotundamente dado que tratar con Aisha y Haruhime ya era pesado aunado a cierta enemistad entre ella y Mikoto, por lo que tuve que arreglar los papeles para que se uniera a otra, creo recordar que está en las filas de la familia Hermes aunque desconozco cómo le vaya. Frine, por su parte, fue encarcelada porque era la más inmiscuida en los asuntos de Evilus y no parece que salga pronto. Varias amazonas más se unieron a familias menores, otras tantas vieron la oportunidad para buscar pareja, Orario tuvo docenas de bodas en menos de un mes gracias a eso. Es sorprendente la capacidad que esas mujeres tienen de encontrar marido-Eina hablaba sin parar a un ritmo acelerado. Por momentos parecía que se quedaba sin aire pero respiraba hondo y continuaba con su relato.

Cada detalle sobre la vida de esas mujeres rondaba su cabeza. Todos los papeles de cambios de familia aparecía como una imagen en su subconsciente y prácticamente se aprendió el nombre de casi centenares de mujeres en menos de cuatro días, que fue el tiempo que duró haciendo horas extras para apaciguar los humos en las ex hijas de Ishtar y las prostitutas del distrito del placer. También tuvieron que tratar con varios hombres que se quejaban por el cierre de los burdeles, pero de esos se encargaban las prostitutas que rondaban por la zona y jamás se les volvía a ver.

Airmid analizaba lo dicho por la asesora. Algo parecía interesarle de lo anterior. No obstante... esto se hallaba fuera de lo pronunciado.

-Eina... ¿Ocurrió algo más en esos días?-Preguntó.

La expresión de la antes mencionada cambió. Sus piernas vacilaron y tragó saliva.

-L-La verdad es que sí...-Susurró. Sonaba asustada.

-¿Qué fue lo que te pasó?-Insistió la peliplateada.

La respiración de la castaña se alteró y comenzó a tartamudear.

-R-Recibí una visita que... ugh... de tan solo a-acordarme la sangre se me vuelve hielo...-Se abrazó a sí misma. Temblaba cual gelatina.

Esto inquietó a la sanadora.

-¿De quién...?-Quiso indagar a pesar de la mala espina que esto conllevaba.

-Yo sabía que relacionarnos con esa familia era peligroso, aún más deberles un favor...-La voz de la asesora temblaba, como si estuviera a punto de romperse.

-Temo que ese día llegue... lo temo mucho...-Repetía.

-Eina...-Airmid la nombró.

-El día en que... esa mujer haga su jugada...-Agregó la aterrada mujer.

Airmid posó la mano en la espalda de la susodicha y la acarició suavemente para calmarla.

-Hedin Selland... ese es el nombre de quien me visitó un día en el gremio...-Reveló.

El rostro de la peliplateada emitió una expresión de sorpresa mayúscula.

Conocía ese nombre.

Conocía al aventurero que lo poseía.

Era consciente del rango con el que él contaba.

Sabía a la perfección a qué familia pertenecía.

Teniendo en cuenta todos esos factores, era imposible no sentir un nudo en la garganta al tan solo imaginarse a solas con el antes nombrado. El terror que aquel elfo infunde tan solo existiendo en un mismo espacio que tú no se puede poner en palabras, es sencillamente indescriptible.

-T-Todo comenzó de la siguiente manera...-Tomando una enorme bocanada de aire para así controlar sus nervio, y lista para contar lo sucedido, Eina dio esa introducción.

En el Gremio. Dos semanas después del rescate de Haruhime.

-Al fin las cosas se han calmado-Musitó Misha desde su escritorio, estirando piernas y brazos sin abandonar su asiento.

-Sí... creí que jamás acabaría-Concordó Rose, posándose de pie detrás de la silla con una expresión que denotaba un alivio tremendo.

Era un día normal en el gremio tras el enorme caos que significó el desalojo de los habitantes del distrito del placer y su posterior reasignación. Las labores eran las comunes, algunos aventureros llegaban para cambiar piedras mágicas, otros solamente se limitaban a tratar de coquetear con una que otra asesora sin éxito alguno, normalmente eran los novatos quienes trataban de hacerlo.

-Oye Eina ¿Y cómo van las cosas con Bell? No lo haz podido ver en días-Preguntó Misha a su compañera al costado de su escritorio.

La semi elfo quien estaba sumergida en firmar y sellar documentos hizo caso omiso. Un enorme trauma la había agotado y desde hace un tiempo ya entró en modo automático cada que tomaba asiento en el gremio.

-Hey, Eina-Rose puso la mano en el hombro de la castaña y lo sacudió ligeramente para llamar su atención, aunado al nombramiento previo a dicha acción.

No hubo reacción alguna.

-Vaya... fue la más afectada-Opinaron.

No insistieron y esperaron. Un par de horas después, cuando el montón de hojas se redujo a la nada, finalizando así su labor, por fin salió de ese estado de trance.

Pegó un largo suspiro, asentó el sello en su lugar y dejó la pluma en el bote de tinta.

-Ahora sí, chicas... ¿Qué sucede?-Preguntó, volteando a su dirección.

Al parecer no las ignoró, fue consciente del llamado pero no lo atendió.

Rose se paró de su asiento y se dirigió a donde el par se hallaba.

-Niña, me preocupa tu salud. Te ves realmente cansada. Las bolsas negras debajo de tus ojos, el temblor en tu mano derecha y los bostezos casi seguidos no son indicativos de una buena salud. Si sigues así tendré que decirle a Royman que te de unos días de descanso-Dijo la pelirroja de forma seria y, como amiga de la semi elfo, preocupándose por su bienestar.

-Es que, han sido días difíciles. Entre lo de la semana pasada y el propio estrés del trabajo me han consumido. Además, últimamente me siento muy cansada y tengo náuseas-Se quejó la asesora, desparramándose en su asiento.

-Esos síntomas pueden ser producto del mismo cansancio...-Comentó Misha.

-Sí... supongo que si ¿Qué mas podría ser?-Eina se levantó de hombros, cediéndole la razón.

-Dejando eso de lado. Haré lo que te dije. Tú fuiste quien más se esforzó en lo sucedido con los burdeles, mereces descanso. Si Royman se niega, simplemente lo amenazaremos con hacer una huelga, ya ves que eso siempre funciona-Rose le guiñó el ojo a su amiga.

-No creo que sea ético usar esa carta cada que nos conviene solo para obtener beneficios-Se quejó la semi elfo.

-Tampoco lo es que nos haga trabajar horas extra sin remuneración. Una cosa compensa a la otra-Replicó Misha.

"Sería irresponsable de mi parte irme a descansar con esa excusa... sin embargo, el descansar un par de días para dormir lo que no he dormido en la última semana se escucha muy tentador" Pensó Eina, sosteniendo su barbilla y viéndose convencida por los casi nulos argumentos de sus amigas.

-En fin. Iré a la oficina de Royman. Tú solo relájate y si llega un aventurero dile que Misha lo atenderá-Rose pasaba a retirarse.

-Claro, yo me encargo de tu trabajo. Para eso están las amigas. Además, siempre me ayudas, es lo menos que puedo hacer-Dijo la pelirrosa, levantando el pulgar en señal de apoyo.

-Chicas...-Eina se sintió conmovida por las acciones del par. Se alegraba de que personas tan buenas fuesen sus amigas.

Ella se limitó a poner ambos brazos detrás de su cabeza, inclinar la silla hacia atrás y descansar.

Cerró los ojos, sumergiéndose en el mundo de los sueños rápidamente. Cuando sus párpados fueron cerrados, prácticamente fue como sellar una puerta de roca sólida. En pocas palabras, muy difícilmente se volverían a abrir hasta que algo lo ameritara.

Y... desgraciadamente para nuestra bella semi elfo... eso llegó más rápido de lo que se preveía.

-¡Eina...!-.

"Hmmm... ya quiero verte Bell. Espero que no creas que te he descuidado. Te prometo que cuando reciba mi descanso, tú serás quien no cerrará el ojo en días. Quiero que me mimes y me cuides" Pensó, sonriendo al imaginarse en cama mientras el albino le traía el desayuno y le daba un beso en la frente. Él le decía "Tú descansa amor, tu novio se encargará de todo".

Fantasías simples de una mujer sin deseos tan mundanos como la renard y la amazona que habitan su hogar...

-¡EINA!-Los gritos eran reiterados.

Frunció el ceño al recordar que esas dos mujeres han pasado mucho tiempo con su novio gracias a su ausencia.

"Lo reprenderé y regañaré. Tal vez no ha hecho nada, pero no debo esperar a que lo haga para molestarme ¿Verdad?" Se justificó pobremente, tratando de demostrar que tenía razón a pesar de que claramente no era así.

-E-Eina...-Ahora sonaba con miedo el llamado de Misha.

"Probar los deliciosos platillos de Mikoto siendo traídos por Bell... acabó de desarrollar una fantasía sumamente hermosa..." Se dijo a sí misma en su burbuja ajena a lo que sucedía al exterior. Hasta que...

-Supongo que una asesora impertinente es la mejor forma de definirla-La voz seria, estoica e irritada de un tercero hizo acto de presencia, causando un escalofrío en la castaña.

Rápidamente abrió los ojos. Una fuerte presión cayó en el ambiente y un peso semejante a cientos de losas de concreto la aplastaban contra el piso. Su respiración se vio alterada y el pecho le aplastaba el corazón.

Sus brazos bajaron lentamente y retomó la postura.

Cuando pudo percatarse del responsable de este estado y el sumo silencio que rodeaba el gremio, el miedo en su interior aumentó casi de inmediato.

Se trataba de...

-H-Hildrsleif...-El apodo de aquel aventurero de la familia Freya salió de su boca.

Un elfo de cabellera dorada, ojos rojos y lentes, con una túnica que cubría la totalidad de su cuerpo y una expresión digna de un cuento de terror.

Eina volteó lentamente a su lado derecho en busca de Misha. Ella se hallaba pasmada e inmóvil como el resto del gremio. Nadie movía ni un solo músculo. La respiración de los presentes era tan limitada que algunos inclusos dejaron de aspirar y espirar aire con tal de no hacer algo que molestara a tan imponente figura.

-E-Eina...-Misha llamó a su compañera.

-T-Te busca...-Adicionó, evitando a toda costa el contacto visual con el susodicho y sin siquiera apuntarlo por el temor de que eso llegue a parecerle grosero.

-He venido aquí por usted. Solo deseo tener una conversación breve. Prometo que no le quitaré mucho de su tiempo-Hedin dio un paso al frente y miró desde arriba a la semi elfo, quien permanecía sin habla y solo inclinaba la cabeza para verlo desde abajo, como una hormiga presenciando a un gigantesco elefante sin siquiera poder hacer nada para evitarlo.

A pesar de que las palabras del rubio eran educadas y calmas, en su rostro se dibujaba un desagrado tremendo con tan solo ver a la asesora delante suyo. Una mirada que juzgaba cada rasgo de la chica no se borraba de él y esto fue sentido por la susodicha.

-Antes de que todos mueran de asfixia por no poder respirar, les pediré que entren a una de las habitaciones de estudio. Ahí podrán hablar libremente y con la privacidad que amerita el asunto que lo trajo aquí, Hildrsleif-Rose tomó el control de la conversación sin miedo alguno, como se esperaba de una veterana en la labor de asesora.

El elfo se inclinó ligeramente hacia adelante a manera de reverencia para agradecer las consideraciones.

Se abrió paso por la barra para cruzar al otro lado del escritorio.

La pelirroja abrió la puerta de la habitación de estudio y permitió que pasara.

Eina todavía no articulaba palabra alguna ni movía las piernas para ponerse de pie.

-Más te vale no hacerlo esperar-Dijo la chica lobo al oído de su compañera. Si bien quisiera apoyarla en esto, no podía interferir. Era un asunto que solo le concierne a ambos elfos.

Eina tragó saliva y, ayudada por Misha y Rose, se puso de pie. Ambas le prestaron sus hombros para avanzar y de ese modo introducirse al sitio. La sentaron en uno de los sillones delante de donde Hedin tomó asiento.

Luego de esto, se retiraron y cerraron la puerta.

La castaña permanecía cabizbaja y sus manos se posaban sobre sus muslos, temblorosas.

El sonar de las manecillas del reloj provocaban una escena tétrica. Los latidos de la chica se coordinaron con aquel ruido.

Nadie rompía el hielo.

Era un silencio completamente aterrador. Como si un lobo se tomara su tiempo vigilando a su presa para matarla. Los ojos rojos y filosos del elfo daban esa impresión.

Es increíble que, en todos los años que lleva de vida, solo ha conocido a dos personas con los ojos rojos y... el sentimiento que la azota cuando es vista por ellos es tan diferente.

La calidez que le proporciona ser vista por Bell...

El miedo que la golpea cuando es Hedin el responsable...

De repente... esa sensación desapareció.

La presión se disipó y Eina nuevamente pudo respirar correctamente.

Hedin se cruzó de brazos y acomodó sus lentes, cerrando los ojos momentáneamente.

-Levanta la cabeza. Es grosero mantener esa posición ante un invitado-Pidió.

-¡Hai!-La chica hizo caso de inmediato y sin titubear. Su espalda se estiró para darle una postura correcta.

Hedin levantó una ceja y negó con la cabeza.

-Eres impura ¿Cierto?-Interrogó.

La sala nuevamente quedó en silencio.

-¿Qué?-Eina ladeó la cabeza.

-No eres una elfo al 100% ¿Verdad?-Se repitió, aclarando el contexto de su pregunta.

"Por un momento creí que se refería a..." Las mejillas de la asesora se sonrojaron y negó con la cabeza vehementemente.

-S-Sí. Mi madre es una elfo pero mi padre no-Respondió, dando un pequeño contexto sobre su origen.

-Ya veo... eso explica por qué aquel desagradable elfo lucía asqueado al hablar de ti-Comentó el rubio.

-Señor Royman... siempre me ha odiado por ese motivo...-El ánimo de Eina decayó.

-Y es comprensible. Nuestra raza siempre a priorizado un linaje puro antes que el mestizaje. Aunque a pesar de ello los mestizos cada vez son más comunes-Explicó Hedin.

Las orejas de la mujer decayeron. No era capaz de negar dicho argumento. El racismo, quieran o no, es un aspecto característico de su raza.

-Pero no he venido hasta aquí y definitivamente no le pedí a Royman información sobre ti para verte sintiendo pena por tu mera existencia-Hedin cambió abruptamente de tema.

Eina tragó saliva ante esto. Se mantuvo callada a la espera de lo que él diría. Cada fibra de su cuerpo le gritaba que no hablara a menos que se le indicara. Era su instinto de supervivencia, ese instinto tan arcaico y antiguo que los seres humanos siguen gracias a los miles de años en los que la raza humana ha tenido que enfrentarse a miles de situaciones peligrosas.

-Como prometí, seré breve...-Dijo, inclinándose hacia adelante.

-¿Cuál es tu relación con Bell Cranel?-La interrogante fue lanzada.

-¿M-Mi relación con Bell...?-Repitió la castaña.

-No me trago el cuento de que solo sean asesora y aventurero. En las calles corren cientos de rumores que los involucra a ambos en una relación sentimental-Detalló el rubio.

-Tendría que ser demasiado idiota, distraído o quizás interesarme poco o nada ese asunto para no estar al tanto. Así que busco la confirmación por tu parte... ¿Ustedes están involucrados románticamente?-Reiteró.

La piel se le puso de gallina a la semi elfo. No se trataba de mera curiosidad lo que motivaba a Hedin. No... él sabía la respuesta. Solo quería oírlo de la propia chica.

-Y-Yo... sí... soy novia de Bell Cranel...-Esa respuesta fue casi escupida. No es que le avergonzara ese hecho, es que la persona quien preguntaba parecía odiar que esa fuese la realidad.

Las cejas del elfo se arrugaron.

-Más problemas... malditos problemas... y todo por su actitud de niña...-Musitó, apretando el mango de su báculo con enojo.

Tras esto centro su atención en Eina.

-Seré directo contigo. Una conocida mía está interesada en ese idiota y si un día decide actuar y tomarlo... no habrá nada que puedas hacer-Los ojos vacíos y sin tacto del elfo la apuntaron.

Eina sintió como si un agujero en su abdomen se formara.

-¿Q-Qué...?-

-Así que te conviene desprenderte de esos sentimientos. Ella por mucho es mejor que tú en absolutamente todo. Tú no eres nada si se comparasen aunado a que, así trates de interponerte, no representarías una amenaza. Puede eliminarte con solo chasquear los dedos. Poner fin a tu vida tan solo con una palabra y no harás nada... porque no hay nada que puedas hacer...-El medio retornó al cuerpo de la castaña.

Permaneció en silencio. No parecían palabras vacías, era claramente una advertencia.

-Por lo que, tengo otra pregunta. Si te dijera que, de no poner fin a esa relación, vivirías un infierno en carne propia... ¿Terminarías con él?-.

Esas últimas tres palabras hicieron eco en la mente de la asesora.

Si amarlo te trae sufrimiento... ¿Vale la pena quedarse a su lado?.

¿Qué tan grande es tu amor? ¿Morirás por él?

¿Resistirías todo el dolor del mundo con tal de permanecer a su lado?

¿Perderías la vida con tal de ser fiel a ese amor que profesas?

¿Qué tan real es tu amor?

¿Permanecerías a su lado así eso los condenara a una vida de sufrimiento?

¿Tu amor es amor?

¿Lo amarías en esta vida y en la siguiente? ¿Abandonarías este mundo que no te permite estar con él con la esperanza de reencontrarlo en la otra vida y ser felices? En caso de que en la siguiente tampoco puedan serlo... ¿Morirías de nuevo y de nuevo hasta que por fin el destino les permita ser felices?

¿Qué tan grande es tu amor?

¿Qué tan real es tu amor?

¿Lo que sientes siquiera es amor?

¿Cómo saberlo?

¿Como dar una respuesta a un suceso tan alejado pero a la vez tan real?

¿Cómo responder a algo que te causa miedo de solo imaginarlo?

¿Qué te asegura que lo que digas será lo que en verdad harías?

Nada...

Entonces... ¿Por qué no estás dudando en responderle?

¿Por qué estás tan segura de lo que dirás?

¿Por qué tus labios se están moviendo sin titubear a pesar de que estabas muerta de miedo segundos antes?

¿Por qué estás...?

-Yo amo a Bell Cranel. Jamás terminaría con él ni me separaría de su lado porque... él no lo haría. Él me ama tanto como yo a él. No importa las dificultades o los peligros que deba enfrentar para poder alcanzar la felicidad siempre y cuando esté Bell a mi lado-.

¿Por qué estás confrontándolo... tan confiada y sonriente?

Los ojos de Hedin se abrieron en su totalidad.

La resolución de la castaña.

La determinación que está emanaba.

Era todo lo contrario a lo que demostró unos momentos antes.

Sin embargo... frunció el ceño y se puso de pie.

-Eres una idiota idealista si crees que eso es suficiente para enfrentar lo que vendrá-La insultó.

-He tenido suficiente. Espero que no te arrepientas de la decisión que haz tomado-Agregó.

-Yo... nunca me arrepentiré de sentir lo que siento. Creo que de eso se trata el amor...-Respondió Eina.

Hedin se detuvo momentáneamente.

-Ya veremos...-Contestó.

Eina parecía haberle perdido el miedo al elfo.

-Hildrsleif... disculpe...-Lo llamó.

Este freno nuevamente antes de abrir la puerta.

-Sé que puede ser grosero preguntar, pero su nombre es famoso entre todos los árboles sagrados. Quiero saber... ¿Por qué decidió dejar de ser rey?-Preguntó.

La mano sobre la perilla puso fuerza y la aplastó.

Una memoria vaga apareció en los recuerdos del elfo. Una sonrisa.

-Ocúpate de sus propios asuntos-Respondió con cólera. Una vena se marcó en su frente a raíz del enojo que provino de la mismísima nada.

La puerta fue abierta y él se retiró.

Eina se mantuvo parada, viendo que se iba. Hasta que...

Sus piernas le fallaron y cayó sentada al suelo.

De vuelta a la realidad.

-Prácticamente trató de que terminaras con él. Vaya... esa relación parece ser un nido de problemas...-Opinó Airmid, sintiendo un escalofrío.

-Sí... pero no pasará. No me alejaré de él. Menos ahora que...-Eina posó la mano en su vientre mientras mostraba su determinación.

-Que esperamos un hijo...-Adicionó.

Airmid sonrió.

-Tan solo con lo que me haz contado es suficiente para que una persona normal colapsara... ¿Qué es lo que vino después para que dijeras que fue peor que lo de ahora?-Preguntó.

La expresión en Eina cambió.

-La llegada de "ella" fue un antes y un después en al vida de todos...-Musitó.

La imagen de una chica apareció en su mente.

Cabellera azul. Piel de ese mismo color. Garras largas y alas de gran tamaño.

Una vouivre...

Pero no era cualquiera.

Esta podía hablar...

El día en que el mundo dio un giro de 180 grados y todo lo que creían saber también tambaleó. Esa realidad que tanto tiempo se mantuvo invariable por fin era amenazada.

-Wiene... llegó para cambiar nuestras vidas...-Dijo, nombrando a la susodicha.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

Planeo hacer varios capítulos con esta dinámica dado que quiero poner fin al Fic en menos de 10 o 15 capítulos y los arcos de peso en el mismo son el asalto a Knoss y el de Freya, por lo que relataré mediante la conversación de Eina y Airmid lo ocurrido previo al asalto a Knoss. Esto debido a que el fic se ha alargado más de lo que desearía y desde el principio planeaba que finalizara con el arco de Freya, aunado que el arco de los pisos profundos con Ryuu no sería muy diferente así que no tiene sentido profundizar mucho en el mismo. Espero que puedan comprender mis motivos y en caso de que no, pues déjenme sus impresiones para así abrir lugar al diálogo, estimados lectores.

En fin, déjenme sus opiniones.

¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?

Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.

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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...

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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina. ¿Su amor podrá superar el consejo que le dan a las asesoras sobre no enamorarse de los aventureros a su cargo? ¡Averigüémoslo!
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¡Una aventura de un héroe sin Falna le espera a nuestro protagonista! ¿Qué pruebas y dificultades habrán en su camino sin la bendición de un dios? ¡Descubrámoslo!
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

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