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Capítulo 31. Distrito del placer.

En el capítulo anterior.

Hay que seguirlos-Dijo el trío al unísono.

-Esperen, debo avisarle a Eina que saldré...-Los detuvo en seco. La correa apretaba el cuello del peliblanco, aún más teniendo en cuenta que el destino era desconocido.

-¿En serio crees que te abra la puerta? La conversación parecía muy seria y trataba sobre ti. Posiblemente sea peligroso-Le avisó el pelirrojo.

Un escalofrío recorrió la espalda del muchacho.

-Tienes razón... intervenir cuando ella está enojada es igual de difícil que luchas contra un minotauro irregular-Confesó el pobre muchacho enamorado. Ya saben lo que dicen, el amor no conoce defectos y el carácter fuerte de la semi elfo era una de las cosas que él amaba de ella. Tal vez debido a que la única mujer con la que convivió desde niño poseía uno a la par o ligeramente superior al de su novia.

"Mamá Alfia, si la conocieras sin dudas se llevarían bien" Pensó, mientras le bajaba sudor de la frente. La peliplateada era de temer.

-Okey... ¡Manos a la obra!-Gritaron, arrancando a correr y seguir a las dos féminas sin ser detectados o perderlas.

Y así la investigación nocturna comenzó, sin saber al lugar donde los llevaría y mucho menos sin saber lo que les esperaría...

En el capítulo actual.

Nuestro grupo de aventureros, pertenecientes a la familia Hestia desde que inició el juego de guerra vs Apolo, a excepción de Cassandra y Daphne, quienes se hallaban siendo regañadas en demasía y sermoneadas sobre no acercarse al conejo humanoide, recorrieron las calles de Orario, siguiendo al par de orientales de la familia Takemikazuchi, o al menos Chigusa solamente momentáneamente a consecuencia de la reconversión de Mikoto.

Trataban de evitar ser vistos a toda costa porque la impresión que les daba esta pequeña travesía nocturna de las féminas era que, en caso de ser descubiertas, se excusarían y postergarían el objetivo que se plantearon, así que las siguieron desde las sombras, tratando encarecidamente de no llamar la atención hasta que conocieran el paradero.

-Llevamos diez minutos caminando y no sé a dónde se dirigen. Yo nunca he pasado por aquí-Susurró el conejo, asomándose desde una pared fuera de un callejón.

-Lili opina lo mismo. Esta zona, si bien no la desconozco, no imagino por qué Mikoto-Sama y Chigusa-Sama quisieran visitarla. Prácticamente es una zona peligrosa-Comentó la Hobbit, asomándose desde el mismo lugar que el peliblanco, solo que un poco más abajo por su menor estatura a comparación con este último.

-Hmmm-Encima de la Bell y Lili, emergió la cabeza de Welf, quien sostenía su barba y lucía pensativo.

"No hay manera de que se dirijan ahí... ¿Verdad? ¿Qué podrían hacer en ese sitio dos chicas tan buenas como ellas?" Se cuestionó fervientemente, tratando de buscarle lógica al recorrido que las orientales tomaban sin miramientos e intenciones de frenar. También le parecía extraña la manera en la que evitaban que la gente las viera.

-Se movieron. Andando-Avisó el joven peliblanco, movilizándose.

El resto lo siguió.

"Dime por favor que no van al distrito del placer. Si Bell entra a ese lugar Eina nos matará junto con él..." Un escalofrío recorrió la médula del herrero, imaginándose la aterradora cara de la semi elfo, quien daba más miedo que el Jacinto criatura con el que se enfrentó su amigo en el juego de guerra.

-Que los dioses se apiaden de nuestras almas...-Susurró, sin que el par lo escucharan.

El pelirrojo tenía un mal presentimiento sobre esto.

Las siguieron durante un par de minutos más hasta que los temores se convirtieron en realidad...

-Esto tiene que ser una maldita broma-Susurró Welf, al ver el sitio que había frente a sus ojos.

-Lili no puede creer que Mikoto-Sama y Chigusa-Sama hayan venido a este lugar por voluntad propia-Expresó la pequeña soporte, posándose detrás de Bell.

-¿Por qué reaccionan así? ¿Es este lugar?-Preguntó el peliblanco, sin comprender la postura que sus compañeros tomaron cuando llegaron juntos y vieron a las dos chicas entrar.

-Bell-Sama ¿No sabe que lugar es este?-Preguntó Lili, mirándolo al rostro.

-¿Se supone que debería saberlo?-Contestó Bell con otra pregunta a consecuencia de su desconocimiento. Hace sentido que no lo conozca si se considera el poco tiempo que lleva viviendo en Orario. Además, de ser consciente de ese lugar probablemente Eina lo castraría.

-Es el distrito del placer...-Le respondió Welf, apuntando a un grupo de mujeres para que su amigo comprendiera mejor, mujeres las cuales usaban ropa... ¡¿A ESO SE LE PODÍA LLAMAR ROPA?! ¡ESTABAN PRÁCTICAMENTE DESNUDAS!

En fin, cientos de féminas con atuendos provocadores que enseñaban mucha carne y no dejaban nada a la maldita imaginación hablaban a los hombres que cruzaban las casas y edificios, tratando de atraerlos.

Las mejillas de Bell se sonrojaron enormemente y abrió los ojos en toda su circunferencia cuando notó el actuar y el vestir de las chicas de ese lugar.

Él quería decir algo pero las palabras simplemente no salían de su boca, era como si se cortaran al tratar de abrirse paso desde su garganta.

-¡Sí! ¡Es un burdel! ¿Qué demonios hacen Mikoto-Sama y Chigusa-Sama en un maldito burdel?-Se preguntó la Hobbit a sí mismo, con mucha confusión y vergüenza.

-C-Como sea, así sea un burdel, debemos encontrarlas, no sabemos la situación y sacar conclusiones antes de tiempo sería una gran equivocación de nuestra parte, así que vamos-Respondió Bell, comenzando a avanzar y adentrándose a el lugar donde el deseo y la lujuria de los habitantes de Orario es saciada.

-¡Espere Bell-Sama! ¡Yo iré adelante!-Interrumpió la Hobbit, dando un paso al frente del joven y observando a los alrededores con una mirada muy poco amigable.

"Creo que es lo mejor, Bell es presa fácil en esta jungla llena de depredadoras" pensó el pelirrojo, posándose detrás de su amigo, a manera de fila india. Dejando al conejo inocente en medio y siendo capaz de vigilarlo sin perderlo de vista ni un segundo en ese lugar de perdición.

Aunque, digamos que lo hace más por sí mismo que por el peliblanco idiota enfrente suyo.

-¿Por qué te pones ahí Welf?-Preguntó Bell.

-Más vale prevenir que curar, no quiero ser asesinado por "ella"-Contestó Welf al oído del peliblanco, haciendo alusión a la novia del conejo, quien seguramente no le agradará saber el lugar que visitaron, pero sí se entera que algo le ocurrió a su amado.

"Ella no buscará explicaciones, si no culpables, tengo que evitar que algo malo pase a como dé lugar, si no, esto se convertirá en una zona de guerra conmigo en medio ¡DEBO PROTEGER LA CASTIDAD DE ESTE TONTO POR MI PROPIA SEGURIDAD!" Dijo Welf en su mente, temblando hasta la punta de sus dedos y sintiendo una helada brisa en su nuca y espalda.

El distrito del placer arderá desde sus cimientos si a su mejor amigo se le ocurría alejarse de ellos. Y todo gracias a una simple semi elfo sin ninguna clase de habilidad especial. Pero para que un aventurero de nivel 2 le tema es de considerar.

-¡Ahora si! ¡Vamos!-Informó Lili, apuntando hacia adelante y comenzando su andar.

"Todos los dioses, protejan a este inocente niño de las garras de la lujuria" Dijo el herrero en su mente a manera de oración.

Bell solamente ladeaba la cabeza y veía el rostro nervioso de Welf, al parecer estaba un tanto confundido.

"¿Por qué actúan así? Mi abuelo me habló de estos lugares, no obstante, ni de loco participaría en los actos que se desenvuelven aquí. Además, si solo fuese tocado por una de las mujeres mi mini Bell sería arrancado de mi cuerpo por mi novia. Valoro mis partes privadas justo donde están desde el día de mi nacimiento" Pensó el muchacho, tragando saliva y asegurándose de no perderse a pesar de que las luces rojas y el aire cálido, al igual que dulce, lo distraían en demasía.

Dentro del distrito del placer.

La fila de investigadores era observado por los cientos de mujeres que habían en cada esquina, mayormente las miradas iban en dirección al novato del momento, a Bell Cranel, todas querían probar un pedazo del héroe.

"No me gusta como me ven... se siente como la mirada que me observaba diario" pensó Bell con miedo al mismo tiempo que volteaba a todas partes para evitar hacer contacto visual con alguna de las mujeres.

A la distancia, cierta diosa de cabello plateado estornudó.

"¿Mi conejito estará pensando en mi?" Se cuestionó la susodicha.

Pero volviendo con nuestro protagonista.

-La imagen de este lugar no cambia a pesar del tiempo. Ni su olor-Opinó Welf.

-¡¿Ha estado aquí, Welf-Sama?!-Preguntó con furia la pequeña chica.

-Mis viejos compañeros me arrastraban aquí cuando aún pertenecía a la familia Hecesto. No era lo mío y me largaba de inmediato. Le soy fiel a Hefesto-Sama-Respondió Welf, quien no parecía mentir por la seguridad demostrada en la solvencia de sus palabras a la hora de justificarse.

-¡Oye el de pelo blanco! ¿Buscas diversión?-Preguntó una mujer mientras se acercaba peligrosamente a Bell y sacudía de izquierda a derecha sus pechos casi descubiertos de no ser por pequeños trozos de tela que tapaban los pezones.

-¿Eh? E-Esto no...-Contestaba el joven con claro nerviosismo por el atrevimiento de la mujer y la lujuria que ésta despedía.

-¡NO! ¡NO LO BUSCA! ¡EL CONEJO TIENE DUEÑA!-Respondieron tanto Lili como Welf al unísono mientras con sus manos le impedían el paso a la prostituta que se relamió los labios al fijarse en la potencial presa.

Aceleraron el andar y suspiraron, aliviados.

"Esto será más difícil de lo que preveía" Fue el pensamiento colectivo.

-Debemos encontrar a Mikoto y Chigusa. Desde que entramos las perdimos de vista. Puede ser peligroso para ambas estar rodeadas de hombres que solo buscan "Eso"-Explicó el herrero.

-Podríamos separar...-Quiso sugerir el chico.

-¡SEPARARSE NO ES UNA OPCIÓN!-Gritaron el humano y la hobbit.

-Okey... me callo-Como perro regañado, Bell agachó la cabeza y les cedió la responsabilidad al par.

-Lili piensa que por lo pronto hay que inspeccionar las calles principales. No debieron ir muy lejos. Para evitar la atención indeseada se tienen que mezclar con la gente y correr no es una buena forma de hacerlo-Comentó la susodicha, buscando la aprobación de sus compañeros.

-Sin dudas es la mejor opción considerando el escenario-Concordó el primero.

Bell solamente hizo como si su boca fuese cerrada con una bragueta.

-Así me gusta, Bell-Sama. Usted calle y obedezca. Aquí antojan...-Dijo Lili, agudizando la mirada ante los potenciales obstáculos con los que podrían toparse en el recorrido. Inspeccionaba la zona y calculaba las partes por las cuales habían menos prostitutas.

Pero...

"¡TODO ESTE MALDITO LUGAR ESTÁ INFESTADO! ¡NO IMPORTA DE QUÉ LADO VAYAMOS! ¡HAY LA MISMA CANTIDAD DE MUJERES!" Se quejó internamente, lamentándose y cayendo de rodillas al suelo.

Mientras Bell trataba de tranquilizar a la pequeña soporte, la distancia Welf vió a sus dos amigas siendo rodeadas por un grupo de hombres con intenciones cuestionables. Ellas solamente se limitaban a retroceder de espaldas y negar con la cabeza y las manos. Pero ellos insistían vehementemente.

-¡Rayos! ¡Vamos!-Corrió Welf con Lili detrás suyo.

-¿Eh? ¡¿Welf-Sama las halló?!-Le cuestionó la chica, siendo arrastrada.

Sin embargo, a raíz de la desesperación de actuar rápido para salvar a sus amigas, se les olvidó a quien más debían proteger de este maldito burdel.

-¡O-Oigan! ¡Espérenme! ¡No se vayan sin mi! ¡EINA ME MATARÁ!-Lloraba el conejo, corriendo a la dirección donde sus compañeros se dirigían.

No obstante, la suerte no acompañaría hoy al conejo, a pesar de su par de patas que según las creencias lo proveen de eso.

-¡Es hora del servicio! ¡Agarren a quien más deseen y les guste!-Dijo una segunda prostituta desde el burdel donde tuvieron ese roce con la primera, a la vez en que agitaba una campana.

De la nada, la gente comenzó a aglomerarse y el pobre chico sólo veía como sus compañeros se alejaban cada vez más, siendo empujado por los cientos de hombres y mujeres.

-¡Lili! ¡Welf!-Grito Bell mientras era abrazado por la mujer de hace poco y la multitud lo arrastraba.

Mansión de la chimenea. Perspectiva de Eina.

-Díganme ¿Entendieron?-Preguntó la castaña a las nuevas miembros, quienes yacían tendidas en el suelo claramente cansadas del griterío y sermón. A Cassandra se le escapaba el alma del cuerpo como consecuencia de la larga amenaza disfrazada de "entrevista" a la cual se les sometió.

"Esta mujer es realmente aterradora... ¡POR ÚLTIMA VEZ! ¡NO QUEREMOS ROBARLE A SU NOVIO, ASESORA-KUN!" Pensó Daphne, apretando los puños en desesperación y enojo puro y duro.

-S-Sí... entendimos...-Respondieron a duras penas a consecuencia del agotamiento físico u mental.

-De acuerdo, de acuerdo. Siendo así entonces esta sesión termina. Confiaré en ustedes-Declaró la semi elfo, sonriendo y tendiéndoles la mano para ayudarlas a levantarse.

Ambas chicas que integran la familia Hestia aceptaron la amabilidad un tanto titubeante y temerosas. A pesar de que ella no posee ningún falna o apariencia amenazadora es una existencia capaz de rivalizar con el miedo que infunde "El Rey" Ottar.

-Usted debe amar mucho a Bell, señorita Eina. Supongo que es muy afortunado de tener a una mujer tan hermosa como usted de pareja-Opinó la peliazul, sonriéndole. Sus palabras estaban repletas de sinceridad. Tal vez el carácter de la asesora sea en demasía pesado, pero sin dudas hay amor a su hombre en cada acción.

-Hee~ ¿En serio? Qué cosas dices... me sonrojas...-Eina, quien hasta hace unos minutos les explicaba las mil y un razones por las cuales les iría mal si trataban de seducir al conejo, se sonrojo en demasía, tomando sus mejillas con ambas manos y moviendo la cabeza de un lado a otro como una doncella enamorada, lo que es en cierta manera.

-Encontraste su interruptor. Bien hecho Cassandra-La felicitó Daphne, susurrándole al oído. El estado de ánimo cambió y la presión sobre sus hombros decayó radicalmente con lo dicho por su amiga y compañera de familia desde hace años.

-¿A-Are? ¿Interruptor?-Ella ladeó la cabeza. No fue esa la intención ni el objetivo que quería alcanzar al darle el cumplido a la semi elfo. Aunque claramente no se quejaría del resultado ya que todo escenario en el que la ira de la mujer enfrente suyo fuese apaciguada era bueno.

-Fufufu. Me agradas, Cassandra-Se rió Eina, posando la mano en el hombro de la susodicha.

-Vayamos a cenar. Deben morir de hambre, ha sido un día largo. Siento seca la garganta-Comentó, dirigiéndose a la puerta mientras sostenía la mano de la peliazul, arrastrándola con ella, y girando la perilla estando enfrente de la misma, abandonando la habitación.

"¡¿CÓMO NO LA VA TENER SECA?! ¡FUERON HORAS DE GRITOS SIN PARAR! ¡INCLUSO ESTOY SORPRENDIDA DE QUE NO QUEDARA AFÓNICA!" Expresó la pelirroja mentalmente, siguiéndolas desde atrás.

El trío de hermosas chicas caminó por los pasillos, les extrañaba la falta de movilidad y ruido a esa hora de la noche, dado que aún era "Temprano" entre muchas comillas. Aunque claro, ellas desconocían los horarios en que los aventureros se regían.

Después de varios minutos inspeccionado la sala, comedor, cocina, baños, etc, sin entrar a las habitaciones porque sería invadir la privacidad de Bell, Welf, Mikoto, Hestia-Sama y Lili, se cuestionaron el paradero del cuarteto.

-No hay nadie... ¿A dónde fueron?-Interrogó Eina, extrañada de que Bell no le avisara que saldría.

-¿Habrán ido a cenar?-Preguntó Cassandra.

-¡Lo dudo! ¡La comida está aquí!-Gritó Daphne desde la cocina, refutando dicha posibilidad al encontrarse con un par de ollas llenas de comida que todavía humeaban vapor al abrir las tapas que las cubrían.

Se volvieron a reunir en el centro de la mansión.

-¿Por qué tanto escándalo? Debo dormir temprano para ir mañana a mi trabajo en la tienda de Hefesto y sus gritos no me dejan dormir...-Declaró Hestia, la diosa matrona de la familia, caminando hacia ellas mientras se frotaba los párpados y una burbuja de moco se inflaba y desinflaba cuando respiraba.

-Hestia-Sama ¿De casualidad sabe a dónde se fueron Bell y los demás? No los encontramos-Preguntó Eina, preocupada y en búsqueda de información sobre el paradero del grupo de aventureros.

-Se... se...-Asintió la deidad de coletas, dándole el avión por el cansancio. Ni siquiera escucho la pregunta, mucho menos le presto atención.

-Mi cama me llama...-Susurró, dándoles la espalda y caminando de regreso a donde vino.

-Dejen de hacer ruido por favor, no quiero volver a regañarlas...-Adicionó, bostezando y estirando los brazos.

-Eso no fue de mucha ayuda...-Comentó Daphne, con sudor bajándole de la frente.

-Hestia-Sama tiende a actuar como una niña, pero es alguien en quien se puede confiar. Permítanme un segundo-Informó la semi elfo, yendo detrás de la antes mencionada.

Las ex miembro de la familia Apolo hicieron caso a la instrucción y aguardaron ahí mismo de pie.

-¿Qué crees que...?-Cassandra estuvo a punto de realizar dicha pregunta, sin embargo un grito la interrumpió.

-¡DESPIERTE, HESTIA-SAMA!-.

Ambas saltaron del susto.

-¡Mi oído! ¡No escucho nada! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Lo rompiste! ¡Mi tímpano, lo rompiste!-Después de aquel ruido, semejante a regaño de madre levantando a su hijo para ir a la escuela, le siguió el llanto y lamentos de la pequeña Diosa de coletas.

Saliendo del cuarto de Hestia, aparecieron Eina y la pequeña diosa, siendo traída desde la oreja que la castaña le apretaba y de donde la jalaba.

-¡S-Soy una diosa! ¡No trates así a una diosa! ¡Duele! ¡Duele!-Reclamaba la pobre Hestia, sin poder sacarse del agarre de la novia de su hijo.

-Ahora, Hestia-Sama, responda ¿Sabe a dónde se fueron Bell y el resto? Tengo un muy mal presentimiento y algo me dice que usted lo sabe-Preguntó la semi elfo. Sus lentes le cubrían los ojos y una sonrisa que inspiraba muchos sentimientos, la mayoría malos, se dibujó en su rostro.

Las piernas le temblaron a la persona a quien se le dirigió la pregunta.

Gracias al nerviosismo, desvió la mirada, juntó sus manos y se rindió.

-I-Intenté ocultarlo lo mejor que pude... lo lamento Bell-Musitó, evidenciando su complicidad.

Suspiró pesadamente y explicó la situación antes de comunicar el paradero del conejo.

-C-Como Diosa del hogar poseo una habilidad pasiva que permaneció conmigo cuando bajé a genkai. Y esa es la de conocer la ubicación de mis niños y los sentimientos que estos están teniendo. Por eso no fue difícil para mí reconocer que Bell se enamoró de ti desde el primer instante en que se conocieron-Relató.

Las mejillas de Eina se ruborizaron en demasía.

-¡U-Ujum! E-Eso no responde a mi pregunta...-La mujer retomó la compostura luego de que su corazón saltara de alegría al enterarse de que el muchacho, del cual está perdidamente enamorada, cayó flechada por ella desde el minuto uno.

-S-Sí te digo dónde están... ¿Prometes no volverte loca?-Interrogó Hestia.

-No sé por qué se pone así, Hestia-Sama. No creo que haya hecho algo peor que lo que me ha hecho hasta ahora ¿Qué hizo? ¿Ir al distrito del placer?-Dijo la bella asesora de forma sarcástica, casi burlándose de ello ya que no había forma de que eso hubiera sucedido... ¿verdad?.

Tanto Daphne como Cassandra y la propia Eina se rieron, pero las risas se fueron apagando cuando notaron que Hestia seguía callada, con la mirada hacia abajo y sus ojos simulándose como remolinos.

Fue ahí donde, toda la risa y diversión, pasó a un terror extremo que subía por toda la espina dorsal de los que se encontraban en el lugar.

-Hestia-Sama... ¿Bell fue al distrito del placer?-Preguntó Eina con un tono de voz que espantaría a los muertos, obligándolos a permanecer debajo de la tierra, azotando muy fuerte la mesa de centro con ambas manos.

-S-Sí... ¡Pero!...-Respondió la deidad tratando de explicar a detalle el motivo de esa visita indecorosa, pero no tuvo tiempo de hacerlo.

En menos de lo que canta un gallo o lo que dura un parpadeo, la semi elfo salió corriendo a toda velocidad fuera de la mansión, sin escuchar nada ni a nadie.

-¡TE VOY A CASTRAR, BELL! ¡¿ESCUCHASTE?! ¡CASTRAR!-Gritó como loca, yendo a aquel sitio de perdición donde ellos hombres sacian sus más bajos deseos.

-¡Eina! ¡Espera! ¡Espera! ¡No cometas ninguna tontería!-Cassandra la siguió, corriendo detrás de ella.

-¡CASTRAR DIJE!-Repitió la castaña.

-Ya se volvió loca...-Tragó saliva Daphne, dirigiéndose a donde ambas iban, cuestionándose cómo era posible que una mujer sin falna superara en velocidad a dos niveles 2.

A lo lejos, desde la puerta de la mansión, Hestia lloraba, limpiándose las lágrimas que se deslizaban desde sus mejillas.

-No... *¡Sniff!* puede... *¡Sniff!*... ser... *¡Sniff!*-Esnifaba, realmente arrepentida de lo estaba por suceder.

-¡MIS NIETOS YA NO NACERÁN!-Gritó, lamentándose en demasía.

En el distrito del placer, perspectiva de Welf, Lili, Mikoto y Chigusa.

Después de una pequeña plática, los hombres que anteriormente trataron de coquetearle a las mujeres orientales se retiraron sin problema alguno al comprender la situación que los trajo a ese sitio e informando de su nula relación con los servicios manejados en los burdeles.

-Muchas gracias, en serio les agradezco por quitarnos a esas personas de encima, Welf-Dono, Lili-Dono. No obstante ¿Qué los trae por aquí?-Preguntó Mikoto a sus nuevos compañeros de familia.

-Actuabas raro. Sabíamos que era grosero, pero la seguimos igualmente, Mikoto-Sama. Y la verdadera pregunta sería... ¿Qué hacen ustedes aquí a esta hora?-Contestó Lili con un rostro serio.

-Lo lamento-Se disculpó Mikoto.

-¡N-No es culpa de Mikoto!-Interrumpió Chigusa.

-Entonces explícanos-Respondió Welf.

-V-Verán...-Comenzó a contar Mikoto.

Después de algunos minutos de explicación, tanto Lili como Welf comprendieron el motivo de que ambas estuvieran en ese lugar.

-Entonces... vienen a buscar a su amiga a quien no ven desde hace tiempo porque desapareció, según sus fuentes se encuentra aquí... aunque ustedes no creen que sea así por el hecho de que ella tiene un origen noble y se les hace impensable que esté en el distrito del placer...-Retroalimentó el herrero para sí mismo mientras tomaba su barbilla y analizaba la situación.

"Sí... claramente es algo que podría ocurrir aquí. No importa el origen de las mujeres, si le llegan al precio a los padres o las secuestran, acabarán aquí tarde o temprano o en un mercado de esclavos" Pensó, frunciendo el ceño.

-De todas maneras, no creo que sea bueno venir así sin más. Vayámonos de aquí y reunamos información antes de hacer alguna clase de movimiento. A la familia Ishtar no le agradará que hayan merodeadores en sus dominios-Opinó la hobbit, pero llamó su atención que Welf mirara a todos lados, como si estuviera buscando algo.

-O-Oye... ¿D-Dónde está Bell?-Preguntó el pelirrojo con miedo en su voz.

La mirada de Lili se tensó.

-¿Bell-Dono vino con ustedes?-Cuestionó Mikoto, ya que no se encontraba con ellos en ese preciso momento.

"Todo se acabó..." pensó Welf, con un aura pesada en su cuerpo y un rostro perdido.

-Eina-Sama nos matará... ¡EINA-SAMA NOS MATARÁ!-La hobbit jaloneó la camisa del pelirrojo, sacudiéndolo intensamente. Esos pobres intentos de hacerlo reaccionar de poco o nada sirvieron. Él había abandonado el mundo de los vivos.

-Dios ha muerto...-Murmuró.

-¿Quién es Eina?-Cuestionó Chigusa.

-La novia de Bell-Dono... tú no estuviste cuando recibimos el regaño en el gremio luego de que lo metiéramos en problemas junto con Lili-Dono y Welf-Dono. Ella es...-Incluso Mikoto, conocida por su gran valor o personalidad suicida era consciente del gran riesgo que la asesora representaba.

-Aterradora... no hay monstruo en el calabozo más aterradora que ella. Es más, sé que es estúpido, pero si existiera un minotauro irregular catalogado como un nivel 7, este daría menos miedo que Eina-Externó Welf.

-Wow...-Chigusa quedó impresionada.

-¡HAY QUE BUSCARLO!-Gritaron al unísono, regresando en donde suponen dejaron de verlo.

Perspectiva de Bell.

-¡AHHHHHHHHHH!-Gritaba Bell mientras trataba de huir de el mar de mujeres que se le acercaban con intensiones muy poco inocentes.

Huía y gritaba, siendo una constante desde que perdió a sus compañeros.

-¡Vamos mi amor! ¡Te prometo que lo gozarás!-Le decía una de las amazonas.

-¡NO GRACIAS! ¡SOY HOMBRE DE UNA SOLA MUJER!-Respondía, evitando los abrazos y agarres de las mujeres que lo jaloneaban.

-¡Te puedo dar un descuento! ¡Me enorgullezco de mi técnica y flexibilidad!-Otra de ellas ofertaba sus servicios.

-¡NO ME INTERESA! ¡YA NO DIGA NADA MÁS!-Las lágrimas del conejo se deslizaban y al caer eran empujadas por el aire.

"Abuelo... ¡SER PERSEGUIDO POR MUJERES ES ATERRADOR! ¡NO ME PARECE ENVIDIABLE COMO DECÍAS!" Reclamó a la figura imaginaria de su abuelo, el cual siempre que le hablaba de mujeres y distritos rojos, lo hacía con cierta nostalgia, haciendo énfasis en que ser perseguido por mujeres que quieren tu semilla es la aventura de un hombre.

"¡SIEMPRE CAMBIAS ESA FRASE! ¡¿TODO ES LA AVENTURA DE UN HOMBRE O QUÉ?!".

Varios minutos transcurrieron entre ofertas de servicios sexuales y agarrones. Pero debido a su gran habilidad como nivel 3, el conejo pudo escapar de todas las prostitutas devora hombres que querían probarle la zanahoria.

Ya cuando por fin pudo librarse de todas ellas dejó de correr y retomó el aire. Su respiración estaba agitada a consecuencia del cansancio. No se imaginaba lo peligroso que era ahí.

Continuó recorriendo las calles, hasta llegar a la conclusión de que...

-Estoy perdido... ¿Ahora donde voy?-Se preguntó el peliblanco, buscando al resto de su familia.

Comenzó a caminar lentamente, mirando solamente hacia adelante e ignorando a las chicas que trataban de acercarse a su lado.

De un momento a otro, mientras miraba de reojo a las pequeñas casas de citas, su mirada chocó con una hermosa mujer.

Pero, tan rápido como sus miradas entraron en contacto, se volvieron a separar.

"¿Una mujer zorro? ¿Una renard?" Pensó el peliblanco, al darse cuenta de la raza a la que esa chica pertenecía.

Mientras seguía caminando y su mirada estaba perdida, chocó con alguien. O mejor dicho, su rostro golpeó algo extremadamente suave y rebotó.

-¡L-Lo siento! ¿Se encuentra bien?-Preguntó Bell mientras se disculpaba por su error.

La mujer que yacía de pie enfrente suyo lo miró y él a ella, haciendo contacto visual.

-No te había visto antes. Eres muy atractivo. Soy Aisha ¿Y tú?-Respondió la amazona con un tono seductor en su voz al mismo tiempo que observaba cada detalle del cuerpo del joven.

Bell solo permanecía estático y la miraba con un gran sonrojo en su rostro.

-¿Quieres acompañarme esta noche?-Preguntó Aisha mientras acercaba su rostro al del muchacho de manera peligrosa, acariciándole la mejilla.

En un rápido movimiento, la amazona lo tomó con fuerza, impidiendo que se moviera.

Esto asustó a Bell de sobremanera.

-No. yo no...-Decía el peliblanco con gran miedo por la fuerza que ejercía la mujer, él era nivel 3 y estaba siendo sometido por una prostituta.

Si la situación no parecía poder empeorar, varias voces se acercaron a su posición.

-¡Aisha! ¡Es el pequeño novato! ¡El del juego de guerra contra la familia Apolo!-Alertó una chica que, al igual que Aisha, era amazona, aunque no venía sola, junto a ella, llegaban otras tres más.

-¡Es cierto!-

-¡Pelo blanco y ojos rojos!-

Esos eran los comentarios que daban las chicas, confirmando la identidad de Bell quien tragaba saliva.

-El que tiene el récord de subir de nivel más rápido-Finalizaron todas al unísono con una mirada amenazadora, que hizo temblar cada fibra del cuerpo de nuestra pobre víctima.

-¡Yo lo vi primero! ¡No lo tendrán!-Expresó Aisha, apretando aún más el cuerpo de Bell y enterrándole el rostro entre sus grandes y bien formados pechos.

"¡NO PUEDO RESPIRAR! ¡HUELE DELICIOSO PERO NO LOGRO RESPIRAR! Esperen... ¡NO DEBERÍA ESTAR PENSANDO EN ESO EN UN MOMENTO ASÍ!" Se dijo a sí mismo, parte de él disfrutaba de la situación, pero la otra sabía que era peligroso mantenerse en ella. Trataba de forcejear y librarse del agarre, pero la amazona, de nombre a Aisha, ni se inmutaba.

"¿Qué tan fuerte es?" Se cuestionó mentalmente.

-¡Esperen! ¡Esperen! ¡Solo vine por unas amigas mías! Y-Yo tengo novia...-Expresaba el peliblanco, sacando la cara de su suave prision momentáneamente y sin desistir en sus esfuerzos de tratar de zafarse aun cuando estos claramente demostraron ser en vano.

-Fufufu. Eso no importa. Haremos que olvides a esa noviecita ¡Vámonos!-Dijeron las amazonas, empujando a Bell e ignorando completamente lo que había dicho y las súplicas seguidas de estas.

-¡Esperen! ¡Por favor!-Gritaba el pobre chico, pero poco o nada podía hacer.

-¡SUÉLTENME!-Lloraba e imploraba que lo dejaran en paz, pero entre más entraba en pánico, peor le iba.

"Eina me matará... ¡DEBO HUIR! ¡DEBO ESCAPAR SE AQUÍ!" Se dijo a sí mismo.

-¡Wow! ¡Sí que tienes energía!-Aisha comenzó a infundir mayor fuerza para evitar que se le escapara la presa. Los huesos le crujían al peliblanco al tratar de zafarse.

-Fufufu. Guarda ese energía para más tarde, ya pronto llegaremos...-Le susurró al oído, alterándolo.

-¡SUÉLTENME!-Vociferaba.

-Samira, ayúdame-Ordenó Aisha a una amazona de cabello blanco cenizo.

Esta asintió y se puso enfrente, y...

*¡Boing!*

"¡SÁNDWICH DE PECHOS!" Gritó el conejo cuando en su espalda, o mejor dicho, su cuello, fueron aplastados los enormes pechos de la amazona antes nombrada, que no tenían nada que envidiarle a Aisha.

Prácticamente le impidieron movimientos al aplastarlo entre ambas, presionándolo a tal punto que ni siquiera era capaz de inflar su pecho para respirar. Aunque gracias a esto cierto amiguito pegado a los muslos de la primera amazona no fue sentido al despertarse.

"Hoy moriré... si me quedo moriré seco y se me voy me matará Eina..." Sus dos de tinos finalizaban en una trágica conclusión.

Y de ese modo daba inicio el martirio del conejo, mientras que iba en camino la bestia más peligrosa sobre Orario...

Una mujer celosa buscando a su novio en un burdel...

-¡HE LLEGADO! ¡VOY A ENCONTRARTE, MALDITO INFIEL!-Gritó Eina, a las puertas del distrito del placer y adentrándose a este.

-¿Cómo no se cansa?-Cuestionaron las nuevas integrantes de la familia Hestia, tomando una pausa para respirar tras correr detrás de la semi elfo durante varios kilómetros sin detenerse.

-¡S-Sigámosla!-Cassandra continuó, temiendo que un mal no profetizado se presentara.

-¡Espérenme!-Daphne también se adentró a las garras de ese lugar de ocio y lujuria para los hombres.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

En fin, déjenme sus opiniones.

¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?

Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.

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¡Si gustan leer una novela original escrita por mi, pueden leer la que recién acabo de publicar!

"Objetivo frustrado por un amor inesperado"

Acompáñanos en al historia de Akiro Itō para cumplir su tan anhelado deseo... ¡Vengarse de quien rompió su corazón!.

Aquí les dejo el link para que vayan a leerla o pueden encontrarla en mi perfil. Hasta ahora llevo el prólogo y el primer capítulo del primer volumen.

https://www.wattpad.com/story/295436264?utm_source=ios&utm_medium=link&utm_content=share_writing&wp_page=create_story_details&wp_uname=Aetd556&wp_originator=Updq6%2FIi6BWjWjl9fWmdgFplAGHQxmBh9KtLNUzCXq8Z1hhr2ZdP3Q0Mc6DsZaDAgH2X2xNZeBY6nbXJbf8D2cMC4S4qhJJgbh4mVRLtfVTiVXNZCVonFivgF0HRk7Om

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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...

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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

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