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Capítulo 25. Profetizando un futuro incierto.



En el capítulo anterior.

-¡APOLO-SAMA!-Gritaron con desesperación, esto lo sacó de su relajación.

-¿Qué pasa Luan? ¿Consiguieron lo que les pedí?-Preguntó.

-¡APOLO-SAMA! ¡CANCELE TODO TRATO DE JUEGO DE GUERRA! ¡ESE NIÑO ES UN MONSTRUO!-Gritó el Hobbit con terror.

Tras de él, el capitán de la familia entró con el rostro ensangrentado.

La confianza de Apolo desapareció cuando se le relató lo sucedido.

-¿Qué he hecho...?-Preguntó con dificultad para respirar.

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En el capítulo actual, con Eina.

La asesora del gremio se encontraba dentro de su habitación. Su jornada laborar ya había finalizado por ese día.

Desabrochaba su blusa botón a botón mientras buscaba entre su armario su ropa para dormir.

Su mente divagaba en aquella situación ocurrida hace unos días... El encuentro con Bell Cranel, su novio.

Todo el tiempo posterior a lo ocurrido esa noche especial que la marcó como mujer no ha dejado de pensar en él. Dentro de ella existía cierto miedo de estar yendo demasiado rápido con su relación aunque ¿Cómo saberlo? Es la primera que ha tenido, no cuenta con un punto de referencia para saberlo.

Solo recordarlo provoca un sentimiento cálido en su pecho y la ruboriza de sobremanera, causando cierto calor en su rostro.

Sacudió su cabeza en repetidas ocasiones, golpeó sus mejillas tras esto y suspiró.

-Tranquilízate Eina. No podemos continuar así. Somos las mayores en la relación y a pesar de eso siempre actuamos como la gatita inocente-Se dijo q sí misma, vistiendo sus prendas recién sacadas del armario antes mencionado.

Vistiendo una pijama color azul, se alistó para dormir.

Recostada en su cama, mirando el techo frente a ella, dejó volar su imaginación.

-¿Hasta dónde quiero que llegue mi relación con Bell...?-Se preguntó.

Nuestra amada semi elfo por fin se planteó aquella pregunta.

¿Qué alcance tiene el vínculo que formaron? Después de unir sus cuerpos era imposible que, como una elfo enamorada, lo dejara ir y, observando lo mucho que él la ama, tampoco el conejo se alejaría.

¿Les esperaba un "Y vivieron felices por siempre" o... Un final cruel...?.

Un shock se extendió hasta los lugares más recónditos de su cuerpo al finalizar dicho cuestionamiento.

-Final cruel...-Susurró, con la voz entrecortada.

En ese instante las advertencias de sus compañeras invadieron su interior.

"No te enamores de un aventurero".

"Ellos nunca cumplen sus promesas".

"Si formas una relación con ellos tarde o temprano morirá y solo dejará tu corazón roto como prueba de que él existió".

Su corazón latió rápidamente, como si quisiese salirse del pecho, esto siendo consecuencia de una imagen que cruzó en su mente... Bell muerto.

-Pero... Bell me prometió no morir...-Alcanzó a decir en media crisis.

Cada vez que el peliblanco le decía esa promesa, poco a poco ella se la creía.

Su seguridad al hablar, el esfuerzo que ha puesto en lo que hace para alcanzar sus metas y el riesgo constante en el que se ve envuelto tras su motivación de convertirse en un héroe.

Sintió mariposas en el vientre de la nada con tan solo mirar en sus memorias el empeño que su novio le ha puesto a sus objetivos desde que llegó a Orario.

Eina se enorgullecía de lo que él paso a paso lograba. Amaba verlo crecer y acercarse más a ella.

Pero su preocupación acrecentaba con el transcurrir del tiempo y la cercanía que desarrollaban.

Temía que... Un día... Lo perdiera todo... No obstante, por alguna razón desconocida, algo le decía que estaría bien.

Algo desde lo profundo de su ser.

Sus preocupaciones se desvanecían semejante a una delgada hoja de papel en el agua.

-Mi Bell que quedará conmigo. Es demasiado necio como para morir-Se rió ligeramente.

-Saldremos del molde y romperemos aquella maldición entre asesoras y aventureros-Sonrió, estirando su mano y anhelando ver a Bell pronto.

Y para su fortuna su deseo se cumplió prontamente.

*¡Ding Ding!*

El timbre de su apartamento sonó.

-¿Eh?-Fue sorprendida por aquel ruido.

Se levantó y puso sus lentes.

-¿Quién podría ser a esta hora?-Se preguntó mientras caminaba hacia la puerta de entrada.

Estiró los brazos y bostezó hasta llegar.

Echó un vistazo en la mirilla por precaución. Claramente no le abriría a cualquier a que visitara su apartamento a altas horas de la noche, hay que ser precavidos.

Cuando visualizó de quien, o mejor de quienes se trataba, no pudo ocultar su sorpresa.

-¿Bell? ¿Hestia-Sama?-Los nombró.

Se apresuró a quitar el seguro y girar el picaporte.

-¡Hola Eina!-Saludó Hestia con una risita nerviosa.

-Hola Bell, Hestia-Sama. Buenas noches, es un gusto verlos aquí pero ¿A qué se debe su visita?-Les preguntó, manteniendo la calma.

-Perdón la molestia pero...-Antes de que Bell explicara la razón de su presencia en dicho sitio se quedó en silencio de la nada.

Eina, quien esperaba la respuesta, mientras ladeaba la cabeza, no comprendía el repentino cambio en el peliblanco.

Él se percató de la confusión de la semi elfo.

-¡Ujum!-Aclaró la garganta.

-A-Antes que nada debo decirte que eres increíblemente hermosa aún con pijama-Declaró, desviando la mirada y sonrojándose.

La chica bajó la mirada instintivamente y se topó con la vestimenta antes mencionada.

La pequeña diosa veía a ambos y levantaba los pulgares hacia su hijo al mismo tiempo que le guiñaba el ojo. Su halago tiene el sello de aprobación de Hestia.

Eina se ruborizó aunque, contraria a su actuar común, no gritó no lo golpeó por verla así.

-S-Siempre dices cosas de ese tipo ¿Sabes? Sin importarte si estamos solos o con compañía-Ella apuntó a Hestia.

-Por mi no hay problema, finjan que no estoy aquí-La diosa con coletas se escondió detrás de un sillón.

-¡D-De todas maneras! Entra Bell-La semi elfo le dio paso al único que faltaba por entrar, jalándolo a los adentros y cerrando la puerta tras de sí.

Cada uno tomó asiento en los sillones con los que el hogar contaba.

-Nos disculpamos por la inoportuna visita pero... No teníamos otro lugar a donde ir-Informó Hestia con decaimiento.

-No vendríamos a molestar si no estuviéramos en una situación de este tipo-Continuó el muchacho.

-No es molestia en lo absoluto, me alegra v-verte. Además, aún no me dormía pero sigo sin entender a qué se refieren con "No teníamos otro lugar a donde ir"-Preguntó la asesora, acomodado sus lentes e insistiendo por una explicación.

-La cosa es que... Ya no tenemos sede-Bell rascó su nuca mientras lo decía con una vena saltando de su frente. Tal parece que estaba enojado debido a ello.

-¿No tienen sede...? ¿Qué ocurrió con la iglesia?-Interrogó la semi elfo. Aquella respuesta le propiciaba la formulación de más preguntas que la resolución de las ya existentes.

Hestia suspiró pesadez.

-Familia Apolo, eso pasó-Reveló.

Un escalofrío recorrió la columna de Eina desde el principio hasta el final.

-F-Familia Apolo... ¡B-Bell! ¡¿Estás bien?! ¡¿No te hicieron daño?!-Se levantó de repente y comenzó a inspeccionar el cuerpo de su amado en busca de heridas u otra clase de lesiones.

-¡E-Estoy bien Eina! ¡E-Espera! ¡Jajaja! ¡Hace cosquillas!-Respondía Bell con cortas carcajadas al sentir cosquillas por el rose de los suaves dedos de Eina en cada rincón de su cuerpo.

-No tienes ninguna cortada, quemadura o moretón... Es un alivio-Se recostó en su asiento después de no hallar nada. Nuevamente se calmó.

-Cuéntenme ¿Qué fue lo que les hizo ese Dios?-Esa pregunta tenía una impresión de disgusto cuando se refirió a Apolo.

-Veo que estás informada de las mañas de Apolo, eso facilita la conversación-Comentó Hestia.

-¿Cómo no estarlo? Hemos recibido cientos de registros de aventureros que cambian de familia debido a amenazas provenientes de él y sus "Advertencias" que terminan con alguien herido. Por eso me preocupé cuando me dijeron que se vieron envueltos con ellos-Explicó la semi elfo.

-Las cosas son así. Esta mañana, como ya es costumbre, salí de la iglesia para ir al calabozo donde me encontraría con Welf y Lili. Eso lo sabes ya que te saludé en el gremio antes de entrar-Bell fue el primero en hablar.

-Mientras eso ocurría, a los pocos segundos, alguien tocó a la puerta y fue Apolo. Pidió entrar mientras varios de sus hijos lo esperaban afuera-Hestia continuó.

-Incluso yo que llevo poco tiempo en Orario comprendí a qué se debía su visita. Lo conozco desde hace mucho y sé que no tomaría tantas molestias de no ser un asunto turbio o egoísta-

-Fue directo al grano, me pidió que le entregara a Bell-

Evitando rodeos innecesarios, la diosa dijo lo que Eina ya sospechaba.

-Supongo que lo rechazó ¿No es así?-Quiso confirmar.

-Sí, obviamente. No existe un mundo en el que le cediera voluntariamente a mi hijo-Contestó.

-Después de eso se retiró, posiblemente me sobrepasé con mis palabras, causando su furia-Sudor bajó por la frente de la diosa al agregar lo anterior.

-Y él tomó represalias ¿Verdad?-Preguntó la asesora.

-Sí... Nos retó a un juego de guerra-Bell interrumpió, comunicando aquello.

El color en la piel de Eina perdió un par de tonalidades.

-Un juego de guerra... No puede ser-Su mano temblaba. No se preocupó en indagar en sí aceptaron o no, era obvio que el juego de guerra se realizaría a no ser que Hestia le entregara a Bell

-Es de las más numerosas en Orario y en la tuya solo eres tú...-Acomodó sus lentes que casi se caen.

-Somos conscientes. De no haber luchado con su capitán hace unas horas estaría aterrado-Declaró el peliblanco.

-¿Eh?-Ese sonido salió de la semi elfo.

-Disculpa, repite lo que dijiste por favor. Creo que no escuché bien-Pidió con una expresión neutra.

-Que de no haber luchado con Jacinto hace unas horas en "La señora de la abundancia" estaría asustado pero ahora mismo es todo lo contrario-La confianza rebosante del joven aventurero no concordaba con la problemática en la que se vio envuelto, aunque claro, esto era debido a la percepción que Eina tenía de los hechos.

-Luchaste contra un nivel 3 y no saliste herido. Claro, que tonta soy, en ocasiones olvido que prácticamente derrotaste a una amazona nivel 4 y escapaste de dos Amazonas nivel 6-Los latidos de la muchacha regresaron a su ritmo habitual tan pronto cayó en cuenta de que su novio era un aventurero muy fuerte. Esto trajo consigo calma en ella.

En ocasiones pasa por alto el monstruoso poder que él tiene, todo por la apariencia inocente y personalidad tranquila con la que cuenta.

-Sí. Gracias a esa experiencia en Melen puedo decir con certeza que se necesita más que un nivel de diferencia para meterme en problemas-Confesó el peliblanco.

-¡Esperen! ¡¿Qué amazonas?! ¡De eso no me hablaste!-Reclamó Hestia, jalando la camisa de su hijo.

-¡Usted no me permitió contarle otra cosa que no fuera "Aquello"!-Gritó Bell mientras se mareaba por la constate sacudida de su cabeza.

-Disculpen ¿Qué quieren decir con "Aquello"?-Cuestionó la semi elfo.

Hestia y Bell se dieron un vistazo rápido y regresaron la atención a la muchacha.

-A nada en realidad-Dijeron al unísono.

Signos de interrogación aparecieron arriba de la cabeza de Eina.

-Ya veo... Retomando lo anterior, supongo que están aquí porque quieren que les de asilo momentáneo-Ignoró el griterío de la diosa del hogar y unió los puntos.

-S-Sí. Sé que es una molestia y no hay problema si te niegas ya que no existe razón alguna por al cual te veas envuelta en...-Bell intentó darle demasiadas vueltas al asunto pero su adorada novia posó el dedo índice en sus labios, impidiéndole continuar con su habladuría.

-Acepto que se queden. Tú también puedes depender de mi en ocasiones, así que no temas en pedirme ayuda ¿De acuerdo?-Le dijo, sonriéndole dulcemente.

"Demonios... No podría pedir una mejor novia..." Pensó Bell, con las mejillas sonrojadas y alegre por su suerte.

-Fufufu. Posiblemente vea escenas como esta a diario-Susurró Hestia con una expresión semejante a la de una chica shippeando a dos personas.

Eina retiró su dedo y se puso de pie.

-Ammm tenemos que ver dónde dormirán. Solo cuento con una cama y un sofá-Comentó, sujetando su barbilla.

-¡Yo pido el sofá!-Saltó la pequeña diosa y cayó en aquel sitio.

-¡Espere kami-Sama! Si usted duerme ahí eso significaría que yo...-Miró de reojo a Eina.

-Que Bell dormiría conmigo...-Complementó la oración anterior. Ligeramente emocionada por dicha posibilidad.

"Tal vez no sea mala idea..." Cualquier queja que el conejo tuviese antes de ver a la semi elfo desapareció como una partícula de polvo en el viento.

-Tiene razón Kami-Sama, no ha de haber problema si usted duerme en el sillón si así lo desea, no soy nadie para ir en contra de sus decisiones-Bell intentó con descaro el ocultar las ganas de dormir con su amada.

-S-Sí, Hestia-Sama. No tengo problema en dormir con Bell, de hecho, es la mejor opción en este caso-Expresó Eina tratando de recuperar la compostura.

-Son conscientes de que no me pueden mentir ¿Cierto?-Hestia puso cara de póker.

Ambos miraron a otro lado y rascaron sus cabezas.

-Mis niños, son pareja y durmieron juntos en Melen ¿Qué otro escalón pueden subir? Solo les faltaría casarse y tener hijos para que su relación esté completamente realizada-Comentó ella, acomodando uno de los cojines a un costado del sofá.

Eina, con un aura amenazante vio a Bell.

Sin hablar pero leyendo los labios de la chica, él entendió lo que quiso dar a entender.

"Le contaste sobre Melen" Fue lo que comunicó.

Bell negó la cabeza en repetidas ocasiones. No mentía ya que prácticamente la lo supuso sola si que él diera detalle alguno.

-Como les mencioné semanas atrás... No tema en gritarle al mundo que se aman, a demostrar lo mucho que se quieren. El peor amor es el que no se expresa-Explicó la diosa, recostándose.

-No obstante, viendo su situación con respecto al tema del señor Royman y el deseo que Bell tiene para protegerte, entiendo que se reserven pero no hay por qué hacerlo ahora que solo estamos nosotros, yo adorno verlos felices. Si ustedes lo son, yo con más razón-Finalizó, guiñándoles el ojo y cerrándolos al instante.

La asesora y el aventurero se sintieron felices por aquellas palabras de aliento.

Guardaron silencio al verla dormir, dirigiéndose a la habitación que probablemente compartirían los siguientes días.

Ya en ella, la primera en acostarse fue la fémina.

Bell se retiró la armadura con cuidado, asentándola en la pared a un costado de su espada. La bufanda de piel de goliath que Eina le regaló la dobló cuidadosamente y la asentó en el suelo.

-Veo que aún la tienes-Dijo ella al ver aquella tela.

-La cuidaré lo mejor posible. Fue el primer regalo que me diste-Contestó él, ya estando únicamente con su camisa negra y unos pantalones.

-Es el mismo caso conmigo. El Kanzashi que me regalaste cuando fuimos a comprar tu primera armadura-Ella se deslizó por la cama hasta el otro extremo donde una cajonera, la cual abrió, residía. De ella sacó una caja de madera y sacó su contenido.

En ella había una pequeña varilla de metal con arreglos en uno de los extremos de la misma.

-Cierto. Recuerdo que tardé varias horas en escogerlo-Comentó el muchacho.

-Pero valió la pena-Agregó.

Extrañada, la muchacha externó una pregunta.

-¿Valió la pena?-

Sin una pizca de vergüenza, el joven contestó.

-Sí, lo valió. Al ver la felicidad reflejada en tu hermoso rostro tras entregártelo me di cuenta que comencé a enamorarme de ti. Si tuviera que pasar 1000 horas más eligiendo un regalo que te regrese esa expresión lo haría sin pensármelo ni un segundo-Confesó.

Los ojos de Eina se cristalizaron.

paf

Rápidamente los brazos de la elfo lo rodearon en un tierno y cálido abrazo.

-No es justo, siempre me haces sentir la mujer más afortunada del mundo por lo mucho que te esfuerzas en traer mi felicidad-Le reclamó realmente conmovida. Pareciera que su amado tiene un talento natural para alborotarle el corazón.

-Claro que es justo. Tu sola existencia me hace volar por los cielos y poseer tu amor me da la fuerza que necesito para despertarme día a día con tal de verte nuevamente-Dijo Bell, acariciándole el cabello.

Ella posó ambos brazos detrás de la nuca de su pareja.

-Te amo-Dijo.

-Yo te amo más, Eina-Contestó el aventurero.

Mua

El beso fue corto pero dulce y suave, ya se les habían acostumbrado.

Desde un pequeño resquicio de la puerta que no fue cerrada correctamente, cierta Diosa con coletas los veía llena de orgullo.

"Sé que no debería espiarlos pero su vida amorosa es el mejor medio de entretenimiento que tengo" Pensó.

Las luces se apagaron en la habitación, ambos se acostaron frente al otro.

-Buenas noches, Eina-Le deseó el peliblanco.

-Descansa, Bell-Fue el mismo caso con la semi elfo.

Y de esa forma cayeron dormidos en espera de un nuevo día.

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Esa misma noche, en alguna parte de la sede de la familia Apolo.

Los gritos de un Dios arrepentido resonaban desde la gran mansión que le pertenece, los hijos de este mismo no podían conciliar el sueño como consecuencia de su desesperación, sin embargo, había una en específico que no tenía dicha dificultad.

La atención se centró en una habitación de tamaño considerable, en ella no había ninguna característica a resaltar.

Armarios.

Mesas de noche.

Unos cuantos sillones.

Y sobre todo... Una extensa cama en la cual dormía una chica abrazando su almohada.

Se preguntarán ¿Qué tiene que ver esto con Bell Cranel y el juego de guerra. Antes de contestar a dicha interrogante debemos prestarle atención a la joven antes mencionada.

Sus ojos yacían cerrados como señal de su "Descanso". Sin embargo, la respiración irregular, el sudor deslizándose por su frente y empapando su ropa de dormir reflejaba todo lo contrario.

Apretaba la almohada con la que tenía mucho apego.

No se necesitaba ser un genio para saber que su sueño no era en lo absoluto placentero.

-La sangre correrá en el castillo...-

-Un alma corrompida luchará contra la pureza de un alma inmaculada...-

Esas oraciones al azar salían de su boca con dificultad.

-La criatura cortará los lazos en el mundo terrenal...-

-Las paredes caerán...-

-Un ruego de esperanza y misericordia será pedido ante la presencia de la humanidad y divinidad-

-La pérdida de una vida llegará...-

Con el fluir de su hablar lo dicho caricia del poco sentido que mantenía.

-Luz...-

-Oscuridad...-

-Manipulación...-

-Salvación...-

-Arrogancia...-

-Compasión...-

-Quitar...-

-Proveer...-

-Dos fuerzas contrarias...-

-Solo una puede ganar...-

-Solo una puede elevarse...-

-Solo una... Puede salvarse...-

-De este conflicto... Un futuro brillante o lúgubre se vislumbrará...-

Con falta de aire, finalizó.

Su pecho dolía.

Gritos ahogados provenían de su garganta.

Los párpados le pesaban.

*¡PAM!*

Una puerta fue abierta de golpe.

-Deja de balbucear tan alto Cassandra. Nuestras habitaciones están juntas y no me dejas dormir...-Cierta chica de cabello rojo fue la responsable de ello.

-¿Cassandra?-Al no recibir respuesta, le llamó la atención por segunda ocasión.

Se acercó a la cama de su amiga con cuidado y haciendo el intento de ver qué le sucedía.

Cuando logró visualizar parcialmente su rostro se percató de que se le estaba dificultando respirar.

-¡Cassandra!-Gritó desesperada, sacudiéndola con la intención de despertarla.

-¡AHHHHHHH!-Gritó con una mueca de terror y desesperación la chica de cabellera azul rey.

Al verla despierta de repente, Daphne cayó de espaldas.

Cerró los ojos y suspiró.

-Esta vez duró lo suficiente como para casi ahogarte...-Negó con la cabeza.

Cassandra giró a donde la pelirroja habló.

Al verla comenzaron a brotar lágrimas en sus párpados.

-¡Daphne! ¡Daphne!-La nombraba en reiteradas ocasiones, intentando bajar de la cama y cayéndose por culpa de la sabana al enredarse enredarse en sus piernas.

Aún en el piso ella se arrastró hasta su amiga.

-¡¿Qué ocurre Cassandra?! ¡Me estás asustando!-Daphne retrocedía a casa centímetro que la peliazul se acercaba.

La chica acortó la distancia al impulsarse con la base de la cama, incluso tecleó a la pelirroja.

*¡PAM!*

-¡Ugh! ¡Eso dolió!-Reclamó Daphne.

-¡NO PERMITAS QUE LA MUERTE ENMASCARADA CONVENZA AL SOL!-Gritó Cassandra mientras abrazaba a su amiga y temblaba como si tuviese hipotermia.

Daphne no comprendía tan desesperada y extrema advertencia por parte de ella. Se limitó a abrazarla y calmarla.

-Respira-Le dijo, peinándole el cabello con sus dedos.

-No permitas que... Se extinga la luz...-Susurraba Cassandra con temblor en la voz.

-Desearía entender a qué te refieres cada vez que tienes este tipo de sueños...-Dijo la pelirroja, perdiendo el cansancio y las ganas de dormir.

De pronto... Un grito resonó en cada rincón de la sede.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-

*¡SLASH!*

Cassandra abrió sus ojos de repente.

-¿Qué fue eso...?-Preguntó Daphne con un mal presentimiento.

-Es demasiado tarde... ¡Es demasiado tarde!-La calma momentánea en la muchacha se perdió en un abrir y cerrar de ojos.

Se agarró la cabeza y repitió varias veces una frase.

-La luz debe brillar. El mundo se acabará si él desaparece-

-La luz debe brillar. El mundo se acabará si él desaparece-

-La luz debe brillar. El mundo se acabará si él desaparece-

Su desesperación iba en aumento.

Sus predicciones siempre, sin falta, se hacían realidad.

Sin embargo, en esta ocasión, no hubo un final en el camino, solo dos rutas a tomar y cada una con diferentes desenlaces.

Es triste...

Doloroso...

Frustrante...

Tener el poder de prever lo que ocurrirá pero que, sin importar tu esfuerzo y voluntad para evitar que algo malo ocurra, nadie te crea, ni las personas más cercanas a ti.

Daphne decidió no acudir al escándalo de la mansión.

-Me quedaré contigo-Le dijo a la peliazul, cuidando que durmiese bien.

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A la mañana siguiente.

El sol hizo acto de presencia, asomándose lentamente desde el este de Orario.

Los rayos del sol se filtraban en una ordenada habitación gracias a zonas que las cortinas no cubrían.

Dentro de aquel cuarto dos jóvenes ya se hallaban despiertos, alistándose para comenzar su día.

En ellos se percibía relajación y paz. Tal parece que disfrutaron de su descanso.

-Y... ¡Listo!-Dijo Bell, enrollando aquella tela roja alrededor de su cuello.

-Fufufu. Desde que te regalé la bufanda de piel de goliath no te la haz quitado cada que vas a tus aventuras. Espero que no se te rompa por usarla tanto-Eina se rió, mientras se ponía el chaleco de su uniforme.

-Ojalá no-Contestó el conejo, con una gota de sudor bajando en su frente.

Ambos estaban de espaldas, el aventurero hurgaba entre sus cosas en búsqueda de las pociones que no utilizó el día de ayer dentro del calabozo.

Al recogerlas y equiparlas en su bolsa sintió un toque en el hombro.

-¿Uh? ¿Sucede algo Eina?-Preguntó el peliblanco. Al voltear, ella le picó la mejilla con la punta de su dedo.

-Quería saber si me ayudarías a ponerme el Kanzashi-La semi elfo extendió sus manos abiertas y juntas. En ellas reposaba un adorno metálico color dorado que a uno de los extremos se le unía una cadena del mismo color y algunos adornos semejante a mariposas rojas predominantemente.

Nota del autor: Imagen de referencia.

Bell agarró Kanzashi.

-Claro, sería un gusto-Respondió.

La muchacha se dio la vuelta.

El joven se posó detrás de ella.

Delicadamente desenredó su cabello con el pasar de sus dedos entre el mismo.

Podía sentir la suavidad del mismo y el aroma que este emanaba.

Flores... Ese fue el olor al que le recordó.

Aunque, según Bell, su novia siempre huele a flores.

Se quedó deleitando unos instantes hasta que recordó el objetivo de esto.

Con ambas manos agarró el cabello de Eina con extremo cuidado, asegurándose de no lastimarla.

Este se fue acumulando hasta formar una especie de coleta sin amarrar.

Él formó un chongo en la parte superior trasera de su cabeza, amarrándolo para que no se deshiciera.

Nota del autor: A esto tipo de peinado lo conocemos como chongo en mi país.

Ya acomodada la cabellera, insertó el Kanzashi de forma diagonal, dejando a la vista la parte adornada.

-Creo que lo hice bien...-Declaró.

La semi elfo tomó un espejo de mano que dejó encima de su cama y lo vio por sí misma.

-S-Si no te gusta puedo rehacerlo, no hay problema con eso...-Bell rascó su nuca al mismo tiempo que su novia susurraba algo.

-Me encanta...-

-¿Are?-El chico ladeó la cabeza.

-¡Me encanta! Eres muy bueno arreglando el cabello de una chica eh-Dijo con una expresión de sorpresa seguida de un ceño fruncido.

Ella se le acercó a la cara con los rasgos faciales anteriores.

-¡N-No es lo que piensas! Tengo experiencia gracias a que mi madrastra me permitía jugar con su cabello cada que recogía unas flores como regalo para ella-Explicó el peliblanco, alzando las manos.

-Fufufu. Solo bromeaba contigo-Eina rápidamente cambió de actitud.

-Me parece muy lindo todo lo que hacías con tu madrastra, quisiera saber más-Agregó, sentándose en el borde de la cama.

-No juegues así conmigo...-Los nervios del muchacho se calmaron.

-Podría hablarte de ella cuando regresemos. Tu trabajo ya empezará y mi entrenamiento con la señorita Aiz también-Comentó el muchacho mientras tomaba su espada.

La sonrisa de la asesora desapareció.

-¿Entrenamiento...? ¿No irás al calabozo?-Le preguntó.

-No, normalmente estos son los días en los que entreno con la señorita Aiz. Quisiera pedirle ayuda respecto a lo del juego de guerra-Explicó.

-Oh... Ya veo... Se llevan muy bien ¿Verdad?-Un tono de ultratumba provino de esa simple interrogante.

-Supongo que sí. Es una amiga preciada para mi-Contestó el peliblanco, sin percatarse de la creciente vena en la mejilla de su novia.

-Entiendo... Vámonos Bell. No querrás llegar tarde a tu "Cita" de entrenamiento-Ella se puso de pie rápidamente y lo jaló.

-¡E-Espera!-Sin voz ni voto, su cuerpo fue arrastrado fuera del apartamento junto con la semi elfo.

*¡PAM!*

La puerta se cerró de golpe.

-¡¿Eh?! ¡¿Eh?! ¿El diluvio universal?-El ruido despertó a Hestia quien seguida dormida en el sillón.

Volteó a todos lados y...

-Naaa...-Lo ignoró y volvió a dormir.

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En las murallas.

-¿Qué pasó con Eina? Lucía enojada-Susurraba el muchacho mientras trotaba hasta el punto de encuentro con su "Maestra".

Su cabeza buscaba la respuesta a la pregunta antes planteada con respecto a lo que pudo provocar el cambio emocional tan repentino en su pareja.

"Ni siquiera se despidió de mí con un beso, en verdad está molesta" Pensó.

Pensaba y pensaba sin alcanzar una conclusión. Según él no dijo nada malo pero ¿Qué se le va hacer? Después se disculpará por lo que sea que hizo y será bienvenido al mundo de los hombres.

Luego de caminar unos segundos se encontró con Aiz, quien parecía un tanto inquieta.

-¿Señorita Aiz...?-La nombró, despertando su atención.

-¡Bell...!-Devolvió el saludo, caminando con prisa hacia él.

-¿Te encuentras bien...?-Le preguntó.

-Ammm sí, creo-Contestó, sin comprender la preocupación por su estado.

-Escuché que la familia Apolo...-Aiz intentó justificar su actitud anterior.

-Ya veo, se trata de eso. Pues fui retado a un juego de guerra a la mala. Ellos destruyeron nuestra sede y no tuve otra opción más que aceptar-Informó a la rubia los detalles de dicha situación.

-¿Por qué no estás preocupado...?-Le dijo con duda.

-¿Mmm? ¿Debería estarlo?-Respondió Bell.

-Sí... Supe que derrotaste a Jacinto pero... Incluso un aventurero fuerte se puede ver abrumado por los números...-Explicó la "Princesa de la espada" con la intención de darle a entender la gravedad del asunto.

-Los números... La familia Apolo tiene decenas si no que centenas de miembros-Él tomó su barbilla.

Aiz asintió.

-Debes buscar ayuda... Aunque desconozco los términos-Sugirió.

-Kami-Sama me comentó que acordaron en que podemos invitar a un aventurero fuera de nuestra familia... O agregar a más a la nuestra pero nadie querría unirse a nosotros...-Bell sintió una pizca de miedo, cosa que, por su victoria ante el capitán de la familia Apolo, ignoró.

-Puedo acompañarte en vez de entrenar. Sería bueno que intentaras hablar con tus amigos y unirlos a tu familia...-Habló Aiz, intentando convencerlo.

-¿Estás segura? Digo, se supone que entrenaríamos y entenderé si quieres hacerlo en el calabozo. Puedo ir solo, ya me haz prestado tu apoyo lo suficiente-Externó Bell.

Aiz negó con la cabeza.

-Me gustaría acompañarte-Comentó.

-¿Por dónde empezamos?-Preguntó.

-Welf y Lili vienen a mi mente, con respecto a la familia Takemikazuchi no estoy seguro y Hermes-Sama ya me ayudó demasiado-El muchacho consideraba sus opciones con detenimiento, aunque tampoco es como si fuesen variadas.

-Vamos-Con una sonrisa, la joven tomó la iniciativa, arrastrándolo tras de sí.

-¡O-Otra vez me jalonean!-Se quejó, sin embargo, la rubia hizo caso omiso a ello.

"Jeje... Estoy teniendo un deja vú" Se dijo a sí mismo. Eina también lo llevó a rastras hasta el gremio hace tan solo unos minutos.

"Bueno, al menos no caeré desmayado cada 2 minutos" Pensó el peliblanco, yendo a su primer destino.

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Con Welf, en su taller.

-Y esa es la situación, no puedo permitirme pecar de confianza. Podría perder debido a eso-Bell explicó la situación a su amigo el herrero, quien escuchaba atentamente.

-Cambiar de familia... Supongo que no hay mucho que pensar-Dijo el pelirrojo ni corto ni perezoso.

Se alejó del conejo y se dirigió a su horno.

Las llamas avivadas se fueron apagando poco a poco hasta extinguirse por completo.

-Okey. Iremos con Hefesto-Sama-Dijo, limpiando sus manos llenas de grasa y cenizas.

-¿Eso quiere decir que...?-Los ojos del muchacho se iluminaron.

-Bell, nos metimos en este problema juntos y saldremos de él de igual forma. Somos amigos al fin y al cabo ¿No es así?-Contestó, levantándole el pulgar y guiñándole el ojo.

-Amigos...-Susurró Bell. Aún no se creía tener tan buenas amistades.

Para alguien que creció solo, era algo muy preciado.

-Por cierto, tenemos que ir por Lilicuajo y Mikoto-Agregó, tirando en la mesa un trapo manchado.

-¿Lili y Mikoto?-Bell se sorprendió por oír ambos nombres.

-Bell. Desde que le rompiste la cara a esos hijos de Apolo supe que no habría otro resultado que no fuese un juego de guerra. Por lo que busqué gente para unirse a la familia Hestia y ayudarte. Lili aceptó sin insistirle en demasía, también Mikoto aunque acordó en aceptar si después del año de cambio puede regresar con Takemikazuchi-Informó, envolviendo su brazo alrededor de él.

-Pero antes que nada ¿Por qué está la princesa de la espada aquí? No me digas que sales también con ella-Le susurró al oído debido a la presencia de la famosa aventurera de la familia Loki, quien yacía sentada en silencio en el rincón del taller del herrero.

-¡C-Claro que no!-Bell se alejó y negó dicha posibilidad.

-Bell y yo no estamos saliendo...-Contestó la rubia.

-Él es para mi como...-Ella sonrió instintivamente.

Una memoria pasó por su mente.

Se trataba de su padre.

-Familia...-Complementó su oración anterior, con sonrojo en sus cachetes.

El peliblanco la miró ligeramente ruborizado por lo dicho.

¿Familia? ¿Qué significa eso?.

-D-De todas formas. Eso facilita las cosas, serán 4 contra la familia Apolo. Aunque la ventaja por su parte sigue siendo abrumadora-Aiz cambió rápidamente de tema por las miradas intensas a su persona.

-Al menos una persona extra como refuerzo nos vendría bien. No necesariamente debe cambiarse ya que Apolo dio la condición de que podemos incluir a un aventurero que no sea de primera clase-Comentó el joven.

-Podría preguntarle a Aki o Raúl pero... No creo que Loki acepte-Dijo la rubia.

-No tiene sentido quedarnos quietos, buscaremos opciones-Dijo el herrero.

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En "La señora de la abundancia".

-¿Qué demonios le hace creer que aceptaré este trato? ¡DIOS IDIOTA!-Gritó Mama Mía.

*¡PAM!*

Golpeó la barra con su gram y pesado puño.

-¡Ighhhh! ¡G-Guardemos la calma!-Hermes saltó del susto al igual que su hija Asfi.

-Le dije que era mala idea-Le reclamó la peliazul a su dios.

-¡Ya sé pero tenía que intentarlo!-Contesto Hermes, temblando como gelatina.

-Mama Mia, quiero saber a qué se debe la propuesta de "Trabajo"-Dijo Ryuu, interponiéndose entre su jefa y el dios.

-¡Tch! ¡Nada bueno puede salir de él!-Se quejó la enana.

-Estoy-nya es más entrete-nyado que un festival-nya-Dijo Anya, comiendo palomitas que sabrá Dios de dónde sacó.

-Confirmo-nya-Chloe comió de las palomitas.

-Por cosas como estas siempre nos regañan-Lunoire suspiró, continuando con la limpieza de las mesas.

Syr, pro su parte, miraba Hermes atentamente.

-¡Es un asunto importante! ¡Lo juro!-Él hizo un dogeza en el piso. Era un poco humillante ver a un Dios en un estado tan lamentable.

-¡Bell Cranel fue retado a un juego de guerra por la familia Apolo y necesita ayuda!-Reveló, con la frente pegada al suelo.

-Cranel-San...-Ryuu dijo el nombre.

-Bell...-Syr por alguna razón sintió un enojo extraordinario hacia aquel Dios del sol.

Sus ojos brillaron momentáneamente pero recuperó la calma.

-Era de suponerse-Mama Mia frotó sus ojos.

-110 miembros contra él solo. No importa lo fuerte sea, si lo cansan antes de llegar a Jacinto será su fin-Opinó Lunoire.

-¡Ayúdalo Ryuu-nya! ¡No podemos-nya permitir-nya que ese trasero-nya sea mancillado-nya!-Las preocupaciones de Chloe eran distintas al resto.

"Pero si-nya siempre-nya lo manoseas-nya" Anya la juzgó con la mirada por su hipocresía.

-Ryuu. Es tu decisión-Syr la tomó de la mano tras decir aquello.

La elfo, sabiendo lo importante que él es para su amiga, no, siendo consciente de lo importante que es para sí misma, alcanzó una resolución.

-Aceptó, ayudaré a la familia Hestia en el juego de guerra-

-Pero serán 100,000 valis-Interrumpió la enana.

La cartera de Hermes sintió el terror.

-No soy un artefacto que pueda rentar, Mama Mía-Le recriminó la elfo a su jefa.

-Debo obtener una recompensa por darle a una de mis meseras-Contestó, dándole una palmada en la espalda.

A la distancia, observando la escena pero sin prestarle atención a la misma, Syr, la camarera de cabello plateado, lanzaba una advertencia que únicamente podía entenderse si sabias leer los labios.

-Si le haces daño a mi conejito, no habrá lugar en la tierra, en el cielo o en el limbo donde te puedas esconder de mi ira... Apolo-

Las Iris grises de la chica se pigmentaron de color violeta brillante.

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En la sede de la familia Apolo.

-¡Apolo-Sama! ¡Tiene que cancelar el juego de guerra! ¡Ese niño nos apaleará!-Suplicaron los hijos del dios, inclinados ante su presencia.

-¿Cancelarlo? ¿Por qué? ¡No me hagas reír! No hay forma de que él pueda ganarnos, no teniendo a "Jacinto" a mi lado-Contestó.

Aquel hombre de cabello largo y rojo dio un paso adelante.

Se trataba del capitán de la familia.

-¡Pero Apolo-Sama! ¡Bell Cranel lo derrotó!-Replicó Luan.

Daphne y Cassandra, quienes no supieron de ello, se impresionaron.

Él, siendo un nivel 2, derrotó a Jacinto, un nivel 3.

-No pasa nada... En el juego de guerra el resultado será diferente-Respondió, sonriendo lleno de confianza.

Cassandra observó detenidamente al capitán de su familia.

Jacinto no tiene expresión alguna.

Era un rostro como una hoja papel en blanco... sin nada.

Pero eso no fue lo que más la aterró, no...

Ni esos rasgos...

O la evidente falta de habla...

Fue lo apagado de sus ojos... la falta de "vida" en ellos.

-Un alma corrompida luchará contra la pureza de un alma inmaculada...-Susurró, recordando su profecía de la noche anterior.

Por fin lo entendió...

Un escalofrío recorrió cada rincón de su cuerpo.

La moneda sería lanzada al aire y solo la voluntad del destino decidirá de qué lado caerá.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

¿Qué será la profecía de Cassandra? ¿Qué habrá pasado en la sede de Apolo? ¡Lo sabremos en el siguiente capítulo!.

En fin, déjenme sus opiniones.

¿Cómo estuvo el capítulo ? ¿Sí les gustó?

Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.

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¡Si gustan leer una novela original escrita por mi, pueden leer la que recién acabo de publicar!

"Objetivo frustrado por un amor inesperado"

Acompáñanos en al historia de Akiro Itō para cumplir su tan anhelado deseo... ¡Vengarse de quien rompió su corazón!.

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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

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