Capítulo 24. Un conejo que no teme mostrar los dientes.
En el capítulo anterior.
En alguna parte de Orario.
-¿Está seguro de esto, Apolo-Sama?-Preguntó un hombre de cabello largo mientras se inclinaba ante su dios.
-Sí... lo quiero... se lo arrebataré a Hestia...-Respondió con una sonrisa pervertida mientras se relamía los labios.
-Como ordene, Apolo-Sama-El aventurero confirmó dicho pedido y salió de la habitación.
El hombre quedó solo y unos leves gemidos de goce por algo que sucedía en su retorcida imaginación rompían el silencio impuesto por la falta de personas ahí.
-Tráelo pronto, Jacinto...-Susurró a la nada.
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En el capítulo actual.
-¡E-Espere K-Kami-Sama! ¡No es algo que pueda contarle con lujo de detalle!-Gritaba Bell mientras era sacudido en reiteradas ocasiones por la pequeña diosa de coletas.
-¡Soy tu diosa! ¡Quiero saber cómo mi hijo perdió su pureza!-Hestia seguía con dicho tema en mente, sorprendente sabiendo que no faltaba mucho para que el sol se asomase.
Sí, es tal como lo piensan, la charla se alargó durante toda la noche, por lo que ninguno había dormido siquiera un minuto.
-¡Kami-Sama, por favor! S-Solo quiero dormir... tengo que reunirme con Lili y Welf para ir al calabozo... además... es un asunto... que no puede salir entre pareja...-El peliblanco, con las mejillas sonrojadas y su voz apagándose con el transcurrir de su oración, no deseaba que ese asunto se alargara más de lo debido.
Era obvia su vergüenza, también intentaba ser considerado con Eina. Definitivamente lo mataría si se enterara que anda divulgando lo ocurrido es anoche, aún si solo es con su diosa.
-Hmmmmm. De acuerdo...-Hestia suspiró decepcionada.
-L-Lo lamento...-Se disculpó el muchacho.
-No. No tienes por qué disculparte. Fue mi insistencia la que causó esto, es solo que... me siento orgullosa de ti, Bell. Por fin las barreras que se autoimponían se van destruyendo. Una amiga mía me dijo que el amor se debe expresar y compartir mutuamente sin importar lo que la gente diga, desgraciadamente ustedes deben estar con un perfil bajo en Orario ya que ella se metería en problemas si se enteran de su relación contigo y tú tienes ese tema con la camarera de "La señora de la abundancia". En fin, no insistiré, sigue avanzando a tu ritmo-Con la cabeza enfriada y la emoción disminuida, se tranquilizó y de hecho lo que dijo alegró a Bell, en serio su diosa es la mejor.
-Sí. Gracias por entenderlo-Agradeció el peliblanco con una sonrisa ligera en sus labios que reflejaba alivio.
-No es nada, ve a dormir, tú tienes compromisos y yo trabajo, así que descansemos lo que podamos y esforcémonos otro día más-Hestia fue a la pequeña y desgastada cama en el cuarto detrás de ellos.
-Buenas noches, Kami-Sama-Respondió Bell, sentándose en el sillón con las mismas características.
-Buenas noches, Bell-Con un tono maternal, la diosa le regaló ese buen deseo mientras sus ojos se cerraban por el cansancio.
Bell, quien yacía acostado y mirando al techo, solo pensó en una cosa.
"Desearía... poder darles a ambas lo mejor del mundo... Hestia-Sama merece una vida más tranquila... Y también quiero que Eina viva su vida sin preocupaciones... ¿Qué puedo hacer...?" Estaba preocupado por su nulo avance en orario, respecto a lo monetario claro está.
Su "Familia" de un único miembro era una de las que menos poder adquisitivo tenía y su sede, de hecho no se le podía considerar como tal, ya que era una edificación con destrozos que fue prestada por la diosa Hefesto, a la cual, Hestia le debe una alta suma de dinero por el tiempo que esta la mantuvo.
-Debo esforzarme... Dar lo mejor de mi... Para demostrarles lo mucho que me importan-Susurró mientras el cansancio hacía de las suyas y lo sumergía poco a poco en un sueño pronfundo.
Un par de horas después.
Bell se hallaba de pie con su armadura, solo se encargaba de algunos pequeños detalles extra.
Tomó una tela roja que reposaba en la mesa de centro.
Este la envolvió en su cuello a manera de bufanda para después ponerse el regalo que hace unos ayeres Eina le regaló. Aquel protector de brazo color esmeralda que equipaba en su muñeca derecha.
A su costado derecho, yacía una funda para espada vacía, Bell volteó en diferentes direcciones en búsqueda de ella.
-Está en la entrada, la dejaste allá cuando llegaste-Una voz conocida le indicó la ubicación de su arma.
-Gracias Kami-Sama-Bell le agradeció mientras tomaba dicha arma.
Una espada un tanto vieja pero que, sorprendentemente, ha sobrevivido al paso del tiempo.
Él la enfundó en su cadera.
-Eso sería todo. Nos vemos al anochecer Kami-Sama-Bell, quien se dirigió a la puerta de la iglesia para ir al calabozo y encontrarse con sus compañeros, se despidió.
-¡Nos vemos! ¡Saluda a Eina de mi parte!-Hestia agitaba su mano a la distancia, tal vez Bell la escuchó ¿Quién sabe? El muchacho se alejó tan rápido que no se apreciaba que durmió menos de 2 horas.
-Bell, siempre lleno de energía-La diosa con coletas se rió ligeramente y regresó a los adentros de su sede, cerrando la puerta detrás suyo.
Ella también tenía que dar su máximo esfuerzo día con día si quería evitar la preocupación de su hijo.
-No niego que sería agradable tener cierto estatus en Orario y miembros que deseen unírsenos, sin embargo... es egoísta pensar en eso o sumarle más peso en las espaldas a mi Bell-Se dijo a sí misma mientras buscaba su uniforme para dirigirse a su trabajo en una de las tiendas de Hefesto.
El silencio en la iglesia se sentía extraño, incluso habiendo pasado dos días sola por el viaje de Bell con Eina a Melen.
No obstante... este fue roto...
*toc* *toc* *toc*
La puerta fue golpeada.
Esto extrañó a Hestia ya que es raro que alguien llamara a al misma a esta hora teniendo en cuenta que no había motivo alguno para que un visitante se presentara.
Ella caminó y abrió la puerta lentamente, asomándose por un diminuto espacio.
-Hola... Hestia...-Un hombre de cabello pelirrojo y una sonrisa asquerosa la saludó.
El color de la piel de la diosa palideció al verlo de pie enfrente suyo.
-Apolo...-Lo nombró.
No es tonta.
No ha estado en Orario tan poco tiempo como para no saber lo que significaba la presencia de dicho dios en sus aposentos.
"Bell..." En un fugaz pensamiento, la imagen de su hijo se proyectó.
-¿Podemos hablar un momento? Hay algo que tienes y... me interesa-Dijo Apolo con un tono amenazante.
Ella tragó saliva y, con movimientos erráticos, lo invitó a entrar.
Con Bell, a cercanías del gremio de aventureros.
Bell corría un tanto agitado, la hora que acordó con Welf y Lili se acercaba pero no podía ir al calabozo sin antes ver a aquella semi elfo de ojos color esmeralda, la chica de sus sueños... su amada.
Fue visualizando la entrada de dicho sitio, las puertas se abrían y cerraban en repetidas ocasiones por el flujo de gente que entraba y salía.
Si algo hay en demasía dentro de Orario son los aventureros.
Cruzó y, a unos metros, una belleza de cabello corto y castaño, con ojos color esmeralda y un uniforme idéntico al de las recepcionistas y asesoras del lugar, firmaba unos cuantos documentos a una velocidad increíble.
Sobra decir que la descripción anterior encaja perfectamente en Eina, la mujer más diligente con su trabajo.
Ella lucía realmente concentrada en los documentos en los que escribía y apilaba a su costado.
El peliblanco solo pudo verla, admirarla.
Está claro que la quiere y que para él no hay mujer mas hermosa en la faz de la tierra.
Si quedaba alguna duda dentro suyo respecto a sus sentimientos, estas se desvanecieron en el viaje a Melen.
Sacudió su cabeza porque, de ser por él, se quedaba todo el día admirando su belleza, sin embargo, no contaba con el tiempo para ello.
-¡Einaaaaaaaaa!-Saludó animadamente mientras agitaba su mano a la dirección de la asesora.
Ella frenó en seco su pluma tras escucharlo.
Alzó la cabeza y lo vio.
Su corazón latió a un ritmo acelerado, sus mejillas se sonrojaron enormemente.
Se preguntarán ¿A qué se debe eso? Simple... ¡ELLA NO PUDO DORMIR EN LO ABSOLUTO POR PENSAR EN LO QUE SUCEDIÓ EN MELEN!.
Gracias a eso, cada vez que ese chico que se acercaba a ella aparecía en su subconsciente, no podía evitar comportarse como una niña enamorada, aunque prácticamente ya es eso, una niña enamorada.
-Fufufu... otra vez, ya van 5 en 1 hora-Se burló Misha a su costado.
-Al menos ahora no se sonrojó de la nada, las otras cuatro nos asustó por gritar sin aviso alguno, como si contuviera la emoción-Rose, quien caminaba detrás de las 3 con una pila de papeles, agregó al comentario anterior de la pelirrosa.
Su amiga se levantó de golpe al ver a Bell.
-¡¿C-Cuántas veces te he dicho que no entres así?!-Lo regañó sin más.
-¿Eh? ¿Es lo primero que le dice a su novio cuando lo ve?-Susurró Misha un tanto sorprendía.
-¿Cuál fue el término que Loki-Sama nos dijo? Tsundere creo que era...-La mujer lobo de cabellera roja recordó una plática que tuvo con la diosa antes mencionada.
-¡Sí! ¡Eina es una tsundere!-Se mofó la pelirrosa.
*¡PUM!*
Eina la golpeó con un libro.
-¿Qué pasó aquí?-Bell ladeó la cabeza al ver como la asesora golpeaba a una de sus compañeras.
-¡Eso dolió!-Se quejó la chica.
-H-Hola Bell... Y-Ya te dije que no hagas mucho escándalo cuando me visites-La semi elfo intentó tomar una actitud tranquila y no explosiva en esta ocasión.
Mientras tanto, se inclinó a un lado para susurrarle algo al oído a Misha.
-Hablaremos cuando se vaya... ya son muchas las burlas...-Una amenaza que asustaría al mismísimo dragón negro salió la muchacha.
Quien recibió aquellas palabras sintió un remolino formándose en la boca de su abdomen.
-A veces pides a gritos que te regañen-Le dijo Rose, alejándose de la escena.
-Dejando de lado lo anterior. ¿Qué sucede Bell? ¿Hay algún problema respecto al calabozo?-La asesora tomó su papel de trabajadora del gremio.
-N-No, nada de eso. Amm... ¿Podríamos hablar en privado?-Pidió el peliblanco.
-C-Claro-La seriedad de Eina se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.
Ella guió a Bell para entrar a una de las salas de estudio. No es como si él lo necesitara pero no se quejó.
La semi elfo abrió la puerta, permitiendo que Bell fuese el primero en entrar, luego ella cruzó y cerró.
-Oye Eina, lamento el alboroto, solo quería... ¡¿Mmmmm?!-El muchacho fue silenciado, impidiendo comunicar su razón de estar ahí.
Mua
La pareja del conejo lo besó tiernamente, sorprendiéndolo por lo repentino que fue.
-T-Te extrañé...-Dijo la asesora unos segundos después de despegar sus labios de los de Bell.
-E-Eto...-El cerebro del peliblanco hizo corto circuito.
Vamos conejo, ya hicieron algo más intenso que un beso ¿Por qué te avergüenzas?.
-Yo también te extrañé, Eina... Solo quería decirte que iré al calabozo... ¡N-No tenía la intención de recibir un beso tuyo antes de partir ni mucho menos!-Él negó con cabeza y manos.
-Fufufu-Eina se rió por dicha actitud.
-Bell, eres un tsundere-Agregó como burla.
-¿T-Tsundere?-Bell no conocía ese término.
-Loki-Sama lo define como una persona que expresa lo opuesto a lo que de verdad siente o piensa-Explicó la semi elfo mientras seguía riéndose.
-En todo caso tú también lo eres Eina-Bell la enfrentó.
-¿Ah? ¡Yo no soy una tsundere!-El constante uso de "Tsundere" por parte de Eina había activado un odio tremendo de su parte cada vez que alguien osaba llamarla de esa forma.
-Fufufufu-Ahora fue el muchacho quien se burló.
-Hfffff-Eina infló sus mejillas y cruzó los brazos.
(Nota del autor: Esa fue lo más parecida que encontré a la descripción que puse).
Bell se acercó y posó sus palmas en ambas mejillas de la elfo.
-Pero... eso es algo que amo de ti-Agregó antes de besarla.
Mua
Por segunda vez, sus labios se unieron.
Pareciese que se han acostumbrado a besarse diariamente ¿Dónde quedó el conejo temeroso? Preguntas para después.
-S-Siempre juegas así... dices algo que me molesta y luego haces esto para que se me olvide, no es justo-Se quejó Eina, abrazando la espalda de Bell pero sin verlo al rostro.
Infló sus mejillas nuevamente.
-Tal vez solo lo hago con la intención de que suceda lo segundo... ¿No crees?-Él acaeció la mejilla de la semi elfo y juntó su frente con la de ella.
-Tonto-Le dijo la asesora.
-El más grande-Respondió el peliblanco.
Mua
Se vieron el uno al otro aún abrazados, hasta que...
-Amm... Muy tierno y todo pero... te necesitamos aquí...-Misha, quien irrumpió en la sala de estudio, los interrumpió.
-¿Eh? ¡¿Misha?!-Se separaron rápidamente. No estaban acostumbrados a las muestras de afecto en público.
-¡AL MENOS TOCA!-Le gritó Eina.
-¡Lo hice como 3 minutos pero no contestabas!-Contestó la pelirrosa.
-P-Perdón. B-Bell, tú entiendes ¿No?-Le preguntó a su amado haciendo referencia a que debía irse.
-No es problema, yo también debo reunirme con mis compañeros, adiós Eina-Le sonrió a la semi elfo, sujetándole la mano por un segundo.
-Adiós, Bell-Ella también se despidió.
Se soltaron y Bell dio media vuelta y se fue, mirando de reojo hacia atrás mientras que Eina le sonreía al verlo de espaldas y tocaba donde Bell la acarició.
-Ahhhhh...-Soltó un suspiro de alivio, su corazón va a un ritmo alarmante cada vez que lo ve.
-Así que esto es estar enamorada...-Se dijo a sí misma antes de volver a su puesto.
Con Hestia, en la iglesia abandonada.
-Dale Hestia, contéstame. Me siento raro al no obtener respuesta-Con aires de superioridad, Apolo presionó a la pequeña diosa.
Hestia permanecía con la cabeza agachada de pie enfrente del Dios antes mencionado, quien se sentó en aquel viejo sillón donde Bell dormía.
Se preguntarán ¿Qué provocó su miedo? La respuesta es simple. Apolo... cuando quiere algo... cuando se fija en alguien... así sea de otra familia... los roba para sus propios deseos y estos no siempre son los más puritanos.
La diosa era consciente de ello y, teniéndolo aquí, no pudo evitar presentir que le intentaría robar a su único hijo.
-Ese niño. El pequeño novato, es de mi interés, agradecería que me lo dieras amablemente. Ambos sabemos que un juego de guerra solamente retrasaría lo inevitable, así que evitémonos problemas innecesarios-Dijo el dios pelirrojo con clara confianza, su arrogancia solo competía con su perversión.
-Tengo muchos planes con él... es simplemente... excitante esperar que se una a mi...-Agregó con sonrojo en sus mejillas. (Les voy a ser sincero, me está dando un asco tremendo describir las acciones de este cabrón).
Hestia respiró hondo, necesitaba calmar sus nervios, no sucumbir a las amenazas de ese idiota.
Había de dos sopas, número 1, rechazarlo sin más, causando un constante asedio y acoso de la familia Apolo, hasta acorralarlos a aceptar. Número 2, aceptar el juego de guerra pero decidir por Bell no es algo que ella haría, además, sería él contra una de las familias más numerosas de Orario.
Se vea por donde se le vea, las posibilidades eran mínimas.
Pero Hestia no se lo facilitaría.
"Mi Bell no es débil... y no está solo..." Pensó, recuperando la confianza.
Sonrió con deleite, enfrentando el aire de superioridad que Apolo emanaba.
-Es una lástima, él no prefiere a los viejos como tú-Dijo con unos ojos sin color que infundiría miedo al mismísimo Ottar (No literalmente).
Apolo, al oírlo, se le saltó una vena de la frente.
-¿Qué dijiste enana insolente?-Le preguntó con los ojos inyectados en sangre.
-Además, aún si viviésemos en el loco mundo donde lanzara a mi hijo a las garras de un tonto pervertido, una basura como tú, no podría. Su falna la obtuvo hace menos de 3 meses. No puede cambiar de familia-Continuó, insultándolo un par de veces en el transcurso de sus palabras.
*¡PAM!*
Un par de palmas golpearon fuertemente la mesa.
Se trataba de Apolo quien se levantó de repente y aporreó ambas manos.
-¡NO QUIERAS PASARTE DE LISTA CONMIGO MALDITA DIOSA INÚTIL!-Le gritó con el rostro completamente rojo. La ira lo que dominaba su cuerpo y razón.
-¡Y TÚ NO VENGAS A MI CASA A DARME ÓRDENES! ¡SOY LA DIOSA DEL HOGAR Y SI TENGO QUE SACARTE A PATADAS LO HARÉ!-Hestia le plantó cara.
-Jajaja ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡ESTÁS COMETIENDO UN ERROR MUY GRANDE AL PROVOCARME!-Las amenazas regresaron.
-Y tú uno de mayor tamaño si crees que te lo daré sin pelear. Aunque... es decisión de Bell-Respondió la diosa, bajando sus humos.
-Tch. Los acorralaré para que no les quede otra opción... Dime ¿Qué harás en un juego de guerra? Él podrá ser el aventurero del momento pero solo es nivel 2, no hay forma de que gane-Se mofó Apolo.
-Como dije, es decisión de ¡MI! Bell-Ella hizo énfasis en "Mi" demostrando que Bell era suyo y no lo cedería.
Apolo le dio la espalda.
-Es todo lo que quería decirte. Espero que estés lista, tienes hasta la media noche para dar tu respuesta-Dijo sin siquiera voltearla a ver.
Abrió la puerta, salió y la aporreó fuertemente al salir.
Sola en medio de la sala, Hestia cayó de rodillas.
El alivio de no tenerlo a su lado le pasó factura.
-Maldita sea... Conociendo a Bell aceptará el juego de guerra así sin más...-Se lamentó mientras golpeaba el piso con el puño cerrado, sin importarle el dolor.
-Cálmate... tienes que confiar en él... además... en un juego de guerra, el retado puede imponer sus propias condiciones... necesito ayuda-Declaró.
A su mente llegó cierto dios que podría ayudarla.
-Es un imbécil pero no puedo negar que es bueno negociando-Comentó.
Se puso de pie y abandonó su sede, yendo hacia la de su conocido.
Mientras tanto, con Apolo.
-En verdad es una estúpida. Jacinto, ya sabes qué hacer-Dijo Apolo al capitán de su familia.
-De acuerdo, Apolo-Sama-Dijo el "hombre". (Ya ni sé si se identifica como tal por tanta media de riata XD).
-Embóscalo... hazlo sufrir hasta que venga a mis brazos-Dijo el dios con un tono un tanto extraño.
Jacinto frunció el ceño sin embargo, asintió.
Saliendo del calabozo, ya caída la tarde.
Las horas pasaron y Bell, Lili y Welf salían de su travesía dentro del calabozo.
Su aventura fue cuando menos tranquila, cosa que no esperas llegando hasta el piso 16 y habiendo obtenido ganancias muy altas.
-¡Wow! 150,000 valis-Se sorprendió Welf cuando la Hobbit llegó con un sacó de monedas.
-Creo que hicimos un buen trabajo, nos tocaría de a 50,000 por cabeza-Dijo Bell, sacando su propia bolsa para almacenar su parte.
-Tú eres un imán de problemas, siempre iban hacia ti los monstruos, como si quisieran matarte, Lilicuajo y yo la pasamos tranquilos-Dijo el herrero pelirrojo.
-Jejeje-El muchacho se limitó a reír y rascar su nuca.
-Bell-Sama, debe checar si no lo maldijeron-El comentario sarcástico de Lili mantenía el ambiente de unión y bromas entre el trío de aventureros.
-La casa de la bruja está cerca de aquí, deberías ir a buscar un amuleto de buena suerte-Welf concordó con la soporte.
-En fin. Oigan ¿Quieren ir a "La señora de la abundancia"? Muero de hambre-Sugirió el pelirrojo al terminar su comentario anterior.
-Lili también muere de hambre-La hobbit posó sus manos en el estómago mientras este rugía.
-No es mala idea, vayamos-Bell estuvo de acuerdo con ello aunque una parte dentro suyo le dijo que habría problemas.
"Syr... Bueno, mientras no lleve a Eina junto conmigo no debe ser problemático visitar el lugar, además, Mama Mía cocina delicioso" Se dijo a sí mismo.
Él se mantenía cauteloso respecto a la camarera de cabello gris/plateado. No obstante, seguía considerándola como una amiga.
-Y de paso nos cuentas cómo te fue en tu cita con tu chica, Romeo-Le dijo el pelirrojo a su compañero a forma de burla.
-¿Eh? ¡N-No creo que querían saberlo! F-Fue algo tranquilo, nada que resaltar-Bell intentó desviar la atención de su viaje a Melen pero era imposible.
-Solo picas nuestra curiosidad al justificarte tan fervientemente-Dijeron Lili y Welf al unísono.
-Ugh... Recuerden lo que les comenté respecto a Syr, no puedo divulgar al viento lo sucedido con ella, no es seguro-Comentó Bell.
-Además, es un secreto, debe mantenerse así. Solo porque confío en ambos se los conté-Agregó.
El trío se alejaba a la distancia, caminando unidos y conversando del tema de Eina sin nombrarla en sí, nunca se sabe quién puede estar escuchando y... de hecho... hicieron bien.
-Uh, "señora de la abundancia" A esa enana solo le importa el dinero, ya saben qué hacer-Jacinto le dijo a los miembros de su familia, entre ellos cierto hobbit llamado Luan.
El grupo de la familia Apolo se movilizó... harían su movimiento en dicho restaurante/bar.
En "La señora de la abundancia".
-¡Bell! ¡Bienvenido! ¿Dónde estuviste? Te extrañé-Tan pronto el antes mencionado cruzó la puerta junto a Lili y Welf, la camarera de cabellos grises los recibió, o mejor dicho, recibió a Bell.
Ella tomó su brazo y lo jaló hasta una mesa.
-¡H-Hola, Syr! ¡E-Espera! ¡Me arrancarás el brazo!-El muchacho fue arrastrando por las garras de esa mujer sin que opusiera resistencia.
-Sí. Ella es algo serio-Opinaron la hobbit y el herrero, dirigiéndose a la mesa donde los atenderían si tenían suerte.
-Dime Bell ¿Dónde estuviste? No te vi en dos días, me aburrí muuuuchooo-Syr se paró a un lado del peliblanco, insistiendo en obtener la respuesta a su duda.
-T-Tuve que realizar un viaje a Melen con la familia Loki y con Hermes-Sama-Respondió el chico con incomodidad por la cercanía de la camarera.
-Mmmmmm-Ella agudizó la vista, prestando atención al lenguaje corporal de Bell.
-No mientes. Es algo extraño que hayas ido ¿A qué se debe?-Las preguntas no se detendrían hasta saciar su curiosidad.
-F-Fui algo así como un guardia de Hermes-Sama. Asfi también fue pero atendió otros asuntos-Contestó.
"No es mentira, fue el papel que "Cumplí" según lo que Hermes-Sama le comentó al gremio" Pensó.
-Ya veo...-En Syr quedaban dudas, como si las respuestas de Bell no la convencieran por lo vagas que eran.
-¡Llegaron clientes! ¡Syr, atiende rápido a ese niño y ayúdanos!-Mama Mia interrumpió el interrogatorio de su camarera.
-¡En camino! Luego hablamos de eso ¿Qué van a ordenar?-Preguntó.
-Lo de siempre-Respondió Bell.
-Yo quisiera-Welf iba a decir su pedido pero lo interrumpieron.
-¡Tres espaguetis con jugo de piña!-Se dirigió a la cocina, dejando colgado al herrero.
-Tenía antojo de carne...-Susurró Welf con su orgullo dañado.
-Fufufufu-Lili se reía de su desgracia. Sí, tampoco tomaron su orden pero no le molestaba comer lo que Bell eligió.
-¿Llegará el día en que las mujeres no te caigan del cielo?-Preguntó el pelirrojo a su compañero.
De pronto sintió una mirada penetrante en su nuca.
Al voltear, Syr lo observaba con los ojos totalmente abiertos.
Esto lo asustó.
-¿Uh? No sé de qué hablas-Respondió el peliblanco y el sentimiento de ser observado se desvaneció.
"¡Este lugar es un maldito campo minado!" Se quejó Welf.
-Y... ¿De qué hablamos? ¿Próximas aventuras?-Preguntó Bell.
-Lili piensa que podríamos llegar hasta el gran árbol, usted es muy fuerte Bell-Sama-Dijo Lili con entusiasmo y el signo de valis en los ojos, pisos más bajos significaba aún más ganancias.
-Tal vez, últimamente siento demasiado fáciles los pisos intermedios-Dijo Bell sin la intención de sonar arrogante.
-Pffff el hijo de una diosa inútil tiene un poco de reconocimiento y se cree mejor de lo que es-Dijo un hobbit en la mesa detrás de la suya.
Bell lo escuchó claramente.
-Bell, no les hagas caso-Welf lo calmó.
-No te preocupes-El chico mantuvo la calma.
"Lo dijo el tío Zald y también Mama Mia, no debo sucumbir a provocaciones, solo sonríe y te sentirás mejor" Pensó el peliblanco, volteando hacia ellos.
Los vió y sonrió de oreja a oreja.
Esto incómodo a los hombres.
"Jajaja no me siento mejor... odio que hablen mal de mi diosa" Se dijo a sí mismo.
-Tch ¿No se va defender? Pues claro, espero mucho de un inútil hijo de esa pequeña idiota-Dijo alguien que acompañaba al hobbit de antes.
-Solo ve a sus compañeros, un herrero de pacotilla y una soporte ladrona-Dijo el hobbit.
Una vena saltó de la frente de Bell.
Solo tomó aire.
-Grandes palabras y mucha arrogancia para alguien compacto-Dijo al aire con una risa burlona.
El bar se quedó en silencio.
-Syr...-Ryuu la llamó.
-No hagas nada, esto se está poniendo interesante-Respondió la camarera con cierta agitación.
"Así que tú también puedes enojarte... maravilloso" Pensó la peligris.
-¡¿Qué dijiste imbécil?!-El pequeño parecía tener complejo por su estatura.
-¿Uh? Creí que el volumen de mi voz fue lo suficientemente alto. Dije que eres compacto, por respeto no lo dije de otra forma-Bell se puso de pie y le sonrió.
-Pero veo que te molesta, así que tú también mide tus palabras al referirte a mi diosa y amigos-Continuó, agachándose y plantándole cara con el ceño fruncido.
Sus ojos rojos como el rubí brillaron.
El Hobbit retrocedió un paso.
-¡No tiene nada de malo decirle inútiles a los inútiles!-De alguna parte sacó valor.
-Entonces no tiene nada de malo decir alfiler a quienes lo son-Bell dio un paso adelante y Luan uno atrás.
-¡¿Quién te crees?! ¡Solo eres un maldito niño conejo!-Dijo uno de los compañeros de Luan.
-Y ustedes y su compañero son solo pulgas chupa sangre. Familia Apolo... cierto, ese dios pervertido al que sus hijos le lamen los zapatos para tener una mísera recompensa-Les respondió tan pronto se percató del emblema que tenía el uniforme de aquellos hombres.
"Y si estás molesto, pégales en su maldito orgullo con las palabras y si eso no funciona, golpéalos tan fuerte que ya no puedan hablar en toda su miserable vida" Un ¿Consejo? Se escuchó en la cabeza del peliblanco.
La voz era conocida, le pertenecía ni más ni menos que a su madrastra Alfia.
Bell es un chico muy puro, por lo que Alfia tuvo que enseñarle a defenderse de los agresores, aunque no de una forma pacífica.
-¡¿QUIÉN DIABLOS TE CREES?!-Gritaron los cinco hombres, lanzándose a atacarlo.
*¡PUM!*
*¡PUM!*
*¡PUM!*
*¡PUM!*
*¡PUM!*
5 golpes consecutivos fueron dados a una velocidad anormal, incluso los aventureros de alto nivel se sorprendieron.
-¿Qué fue lo que nos hizo?-Ellos se quedaron estáticos hasta que...
-¡PUAHH!-Sintieron el golpe en sus rostros y cayeron a un costado.
-N-No pude verlo...-Comentaron.
"Vaya, casi morir por esas amazonas sirvió de algo" Pensó.
-Ustedes atacaron primero, que quede claro-Les dijo con una mirada aterradora.
-¡J-JACINTO!-Gritaron por ayuda.
Unas pisadas se acercaron desde uno de los pasillos de "La señora de la abundancia".
-Esto no puede quedar impune, lo sabes ¿Verdad?-Un extraño con cabello largo y amarrado emitía un aura pesada, sin embargo, esto no intimidó a Bell.
-Ustedes comenzaron, no son víctimas-Respondió Bell.
-¡JAJAJAJA! Eres gracioso...-Se rió Jacinto.
*¡SLASH!*
En una fracción de segundo lanzó un tajo con su espada hacia el pecho del peliblanco.
Este rayó su armadura.
-Jacinto... Nivel 3... familia Apolo-Susurraron los demás clientes.
-Nivel 3...-Bell lo supo, podrá ser arrogante pero tenía razón de ser, era un nivel más alto que él.
Eso lo preocuparía de no tener un estado irregular...
-Tch. ¡Fue suerte que pudieses esquivar!-Al pareces Jacinto se enojó por no dar en el blanco.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
Mandaba cortes en diferentes direcciones, costados, piernas, brazos e incluso apuntó al cuello del conejo pero este los esquivaba con gran precisión.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-Si planeas vencerme sólo con eso, debo decirte que he enfrentado a una o dos personas más fuertes que tú-Comentó Bell sin dejar de esquivar.
-¡CÁLLATE!-Gritó el capitán de la familia Apolo.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
En un intento desesperado tiró su peso hacia adelante para perforar el cuerpo de Bell, sin embargo no consiguió dar con su objetivo.
*¡Pam!*
Cayó de boca al piso.
Su espada se deslizó a unos centímetros lejos de él.
Estiró su brazo para tomarla pero Bell pateó el arma lo más lejos posible.
-Eres nivel 3 ¿No es verdad? ¿Qué se siente que un inútil hijo de una diosa idiota esté jugando contigo?-Le preguntó con los puños en guardia.
Jacinto se puso de pie.
-¡Maldito!-Lanzo un golpe.
*¡PUM!*
El impacto resonó claramente en los oídos de los presentes.
Un gancho al hígado fue dado.
-Eso sonó muy mal-Opinó Bell.
Bajo su cabeza y vio su puño enterrado en el torso de Jacinto.
-¡Puah!-Él esculpió saliva.
-¡AHHHHHHHHHHHHH!-Intentó devolver el golpe.
*¡PUM!*
Pero lo único que recibió fue otro impacto, esta vez en la cara.
*¡CRASH!*
Su cuerpo salió disparado y se estrelló con una mesa y las sillas que rodeaban la misma.
Se puso de pie nuevamente.
-Tantito amor propio, ya hasta me está doliendo más a mi golpearte-Dijo Bell suspirando pesadamente.
-Veremos si sigues tan confiado cuando atrapen a tu diosa en esa mugrienta iglesia-Contesto Jacinto con una mano en el estómago.
Un escalofrío recorrió la espalda del peliblanco.
-¿Qué dijiste...?-Sus ojos perdieron color.
-¡JAJAJAJAJA! ¡ASÍ QUERÍA VERTE! ¡LA FAMILIA APOLO ES NUMEROSA! ¡ESA IGLESIA DEBE ESTAR ARDIENDO EN LLAMAS AHORA MISMO!-Se burló a carcajadas.
-Es curioso... aún siento mi falna...-Comentó el chico.
-Welf... Lili... tengo que irme-Les dijo.
-Bell... tu mano-Dijo Lili.
Él bajó la cabeza y vio unas partículas blancas flotando en su puño izquierdo.
Rápidamente dirigió su atención a Jacinto.
-E-Espera... ¿Qué es eso...?-El hijo de Apolo sintió que se metió en un gran lío.
*¡PUUUUUUUUUUUUM!*
Un puñetazo en el centro de la cara fue recibido sin aviso alguno.
Su cuerpo salió disparado y...
*¡BOOOOOM!*
Un hueco de tamaño considerable quedó en la pared lateral de "La señora de la abundancia".
Sobra decir que Jacinto quedó fuera de combate.
El resto de los miembros de la familia Apolo quedaron sin habla al ver a su capitán ser humillado por el chico con apariencia de conejo.
Sin mediar palabra alguna, Bell lanzó un saco con 50,000 valis en donde Mama Mia observaba con intensiones asesinas.
-Tengo que irme...-Ni corto ni perezoso, salió del bar.
Un silencio incómodo resultó de esta confrontación.
-Ahhhh~ me mojé...-Dijo Syr con espasmos.
-¿Te cayó algún vaso con cerveza?-Preguntó Ryuu, ladeando la cabeza.
En la iglesia abandonada.
Bell corría a todo lo que sus piernas daban, su respiración agitada de sobraba cuan preocupado estaba.
Su diosa corría peligro si lo que dijo Jacinto era cierto.
Miró al cielo y humo se desprendía de la dirección de su sede.
Esto causó que el miedo lo comenzara a consumir poco a poco.
Al llegar, se topó con algunos magos con el mismo uniforme que los del bar.
-¡FIREBOOOOOOOOOOOLT!-Gritó con ambas palmas extendidas.
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
Cuatro disparos de magia fueron lanzados a los magos, dando en el blanco.
-¡AHHHHHHH!-Sintieron un ardor en la zona de impacto.
-¡RETIRADA! ¡NUESTRO OBJETIVO SE CUMPLIÓ!-Ordenó uno de ellos.
Bell no tenía tiempo para darles una lección, debía comprobar si su diosa estaba bien.
Pateó la puerta, rompiéndola en el acto.
Volteó a todos lados sin encontrar a Hestia.
Entró al cuarto de su diosa y tampoco estaba.
Todas sus cosas estaban regadas en el piso, destruidas y/o en llamas.
No obstante... estaba aliviado.
Su diosa no estaba, lo que significa que no se vio envuelta en el incendio.
Salió del edifico ya que este se estaba inestabilizando por el daño en su estructura.
Respirando lentamente, se alejó del fuego y se sentó en el suelo.
-Llegue pronto... Kami-Sama...-Pidió.
En la mansión de Apolo.
-Déjame ver si entiendo, aceptan el juego guerra si pueden unir miembros de otras familias... ¡JAJAJAJAJAJA! ¡¿Quién crees que ayudaría a tu estúpida familia?!-Apolo no aguantó la risa.
-Ese ya es problema nuestro. ¿Aceptas o no?-Hestia no tenía ni una pizca de miedo y no caería en provocaciones.
-Estás muy confiado Apolo. Puedes llevarte una sorpresa-Hermes, quien ayudó a negociar las condiciones del juego de guerra, opinó.
-De acuerdo, de acuerdo. Pueden invitar a quienes deseen, sin embargo, si nosotros ganamos... tu hijo será mío. Así que, en el hipotético caso de que ustedes ganen ¿Qué pedirás?-Preguntó el dios a Hestia.
-Todo, y te irás a Tenkai-Al revelar sus deseos, Apolo perdió la sonrisa.
-¿Cuánto vale para ti ese niño?-Preguntó.
-Todo en este mundo. Si quieres jugar sucio, también nosotros lo haremos-La diosa de coletas ni retrocedió.
-Tenemos un trato, nos vemos en una semana para el juego de guerra-Respondió el dios retador.
Cierta chica de cabello largo y azul guió a ambos dioses fuera de la mansión.
"El conejo blanco robará todo lo que el sol usurpó..." Fue el pensamiento de la chica, una especie de Epifania o visión.
Pasaron algunos minutos y Apolo se mantuvo sentado en la sala de su sede, esperando a Jacinto y al resto de sus hijos hasta que...
-¡APOLO-SAMA!-Gritaron con desesperación, esto lo sacó de su relajación.
-¿Qué pasa Luan? ¿Consiguieron lo que les pedí?-Preguntó.
-¡APOLO-SAMA! ¡CANCELE TODO TRATO DE JUEGO DE GUERRA! ¡ESE NIÑO ES UN MONSTRUO!-Gritó el Hobbit con terror.
Tras de él, el capitán de la familia entró con el rostro ensangrentado.
La confianza de Apolo desapareció cuando se le relató lo sucedido.
-¿Qué he hecho...?-Preguntó con dificultad para respirar.
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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.
Como podrán notar, le hice varios cambios a este arco, en sí porque es de mis menos favoritos y quise hacerlo diferente al canon. También quise ser coherente con los niveles de poder ya que Bell literalmente escapó y golpeó a dos niveles 6, aunado a que entrenó con 2 niveles 7, así que pienso que solo un nivel de diferencia no debería ser lo suficiente como para meter en problemas al conejo ¿Qué piensan?.
En fin, déjenme sus opiniones.
¿Cómo estuvo el capítulo ? ¿Sí les gustó?
Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.
Por cierto, por favor voten por cuál fic desean que actualice ahora, de ser posible, actualizaré ambos pero le daré prioridad al que gane.
*Fic de BellxRyuu
*Fic de BellxTionaxFreyaxHelun.
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¡Si gustan leer una novela original escrita por mi, pueden leer la que recién acabo de publicar!
"Objetivo frustrado por un amor inesperado"
Acompáñanos en al historia de Akiro Itō para cumplir su tan anhelado deseo... ¡Vengarse de quien rompió su corazón!.
Aquí les dejo el link para que vayan a leerla o pueden encontrarla en mi perfil. Hasta ahora llevo el prólogo y el primer capítulo del primer volumen.
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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...
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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.
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