Capítulo 13. Día en el hospital, pasado doloroso
-Ammm ¿Qué está sucediendo aquí en este mismo instante?-Esa pregunta fue hecha por Bell, quien aún reposaba en cama tras su batalla contra el minotauro.
Según el diagnóstico de Airmid, él debería reposar ahí al menos ese día y ya podría ir a su sede para continuar con su recuperación.
-Simple, vine a cuidarte, no puedo descuidar a mi novio ¿O si? ¿Acaso te molesta que esté aquí?-Preguntó Eina, ella había llegado a la sede de la familia Dian Cecht para cuidar al pobre conejo, en ese momento se encontraba pelando una manzana para dársela a Bell.
"¡Dijo novio! ¡Ahhhhh me siento muy feliz! Es la primera vez que me dice así, aunque apenas ayer comenzamos a salir" pensó Bell, llorando Internamente pero de felicidad.
-¡En lo absoluto! No me molesta, al contrario, me hace muy feliz que estés aquí, pero me preocupa un poco lo que el señor Royman podría decir sobre todo esto, por lo que me habías dicho, es una persona muy severa contigo y no quisiera que te metas en problemas por mi culpa-Respondió el joven, negando completamente la posibilidad de que las preguntas hechas por la semi elfo fueran afirmativas.
-Tienes razón en que es muy severo conmigo, pero no sabe que estoy aquí contigo, aunque sea un tirano, yo siempre he trabajado diligentemente desde que entré al gremio, no he tenido vacaciones así que le pedí que me diera este día libre y no tuvo otra opción más que permitírmelo, trabajar duro todos los días tuvo sus beneficios-Contestó la asesora, sonriéndole tiernamente a su pareja, mientras se sentaba en una silla al costado de la cama de este último.
-Me alegro que no haya ninguna clase de problema aunque me siento un poco mal de que pases tu día libre en una sala de hospital aquí conmigo, me gustaría salir y llevarte a algún lugar, pero Airmid me asesinará si pongo un pie fuera de esta cama-Comentó Bell, recordando lo terrorífica que era aquella enfermera.
-No sólo ella, yo igual lo haría, sobreviviste por muy poco a esa experiencia tan cuesta arriba, no quiero que te muevas de este lugar ni que vayas al calabozo hasta que te encuentres bien, respondiendo a lo que dijiste la principio, entiendo que una sala de hospital no es un lugar para disfrutar un día libre pero... s-si estoy contigo, cualquier lugar es bueno-Dijo Eina, sonrojándose ligeramente por la última parte de sus palabras, las cuales eran entrecortadas por su nerviosismo.
-Me hace feliz saberlo, me siento de la misma manera, cuando estoy contigo, me siento muy tranquilo y alegre-Expresó el peliblanco, sonriéndole tierna y dulcemente a su pareja.
-N-No digas cosas tan vergonzosas, haces que me sienta apenada-Contestó la semi elfo ante las sinceras palabras del joven.
"Pero tú fuiste quien comenzó..." pensó Bell, no comprendía el cambio tan repentino.
-Lo lamento, sé que es difícil manejar una situación cómo está, somos pareja pero sólo nos hemos conocido por unos cuantos días, es por eso que estoy dispuesto a seguir tu ritmo, aunque, no es como que yo no me sienta de la misma manera, estoy nervioso por tener una novia tan linda como tú, siento que no es real, por ese mismo motivo... Eina...-Dijo el peliblanco, mientras tomaba ambas manos de Eina.
Eina permanecía atenta a las palabras del muchacho, con sus ojos muy abiertos, pero al ver que sus manos entraban en contacto con las de Bell, su mente hizo corto circuito.
"¿Eh? ¡¿Q-Qué hace tan de repente?!" Dijo la chica en su mente, tratando de comprender lo que sucedía, pero tantos fue su duda que dejó de oír lo que Bell decía.
-Vayamos a nuestro ritmo, no tenemos que hacer lo que los demás esperan que hagamos, debemos avanzar a la velocidad que nos sintamos cómodos-Sugirió el muchacho, no le importaba que tomara mucho tiempo el acostumbrarse a la relación, solo le interesaba que avanzaran juntos hacia un futuro feliz.
Aunque... esas palabras no fueron alcanzadas por la persona a la que iban dirigidas.
"... pero Bell es quien tomó mis manos así que no se me puede considerar una desvergonzada, ademas de que me siento muy feliz cuando lo hago, es tonto pensar que eso es algo malo cuando hasta ya nos b-besamos... ¡AHHHH! ¡¿EN QUÉ ESTÁS PENSANDO EINA?! E-eso fue por el calor del momento, n-no creo poder hacerlo naturalmente en una situación cómo esta, p-pero si él quisiera no creo poder negarme..." pensaba Eina, mientras su mirada estaba fija en el rostro de Bell, quien movía sus labios con el pasar de sus palabras pero la mente de Eina no se encontraba en aquel sitio.
-¿E-Eina?-El muchacho nombró a su pareja, al ver que no obtenía respuesta alguna.
La semi elfo seguía divagando en sus pensamientos, sin prestar atención a aquel llamado.
-¡Eina!-Insistió Bell al llamado, agitando ligeramente a la susodicha.
-¿Eh? ¿Eh? ¿Qué pasó Bell? Perdón, mi mente se fue a otra parte-Respondió la semi elfo, con mucha vergüenza por su deplorable actitud.
-M-Me lo imaginaba, no hay problema, no tengo problema en repetir lo que dije-Comentó Bell, entendiendo la situación.
-Dije que, en resumidas cuentas... aunque parezca que todo este inicio de relación haya sido muy rápido, no significa que la relación misma tenga que serlo, vayamos a nuestro ritmo, tenemos toda una vida para conocernos mejor al fin y al cabo-Agregó el joven a sus palabras anteriores, con un tono dulce, al parecer no tenía la intención de cambiar de parecer ni de decisión, él deseaba pasar toda su vida con aquella hermosa chica que le robó el corazón en un instante.
-Toda una vida...-Logró balbucear Eina.
"Nunca había pensado a futuro mi vida... tener pareja es algo que no había cruzado en mi mente hasta ahora... hasta que te conocí, pareces muy seguro de que quieres que sea tu acompañante de vida, pero yo aún me siento nerviosa... no quiero que mueras y quedar sola otra vez, me da miedo pensar que existe esa posibilidad pero... me da mas miedo quedarme sin hacer nada, tengo que arriesgarme, aunque exista la posibilidad de que todo acabe mal, deseo tomar el riesgo, porque... vale la pena" pensó Eina, mientras veía con cariño a aquel joven que le robó el corazón desde el primer momento que lo conoció, aquella dulce sonrisa que siempre iba dirigida a ella cuando ambas miradas se topaban día con día en el gremio.
-Vayamos a nuestro ritmo, Bell, si hay algo que nos incomode en algún momento, hablémoslo y arreglémoslo, seamos sinceros con nosotros mismos y con el otro, ese es el tipo de relación que quiero tener contigo, una en la que confiemos en el otro-Respondió Eina, posando una de sus manos en la mejilla de Bell y viéndolo fijamente, con una mirada tranquila, segura de lo que dice.
-Eina... ¡Lo prometo!-Respondió Bell, haciendo lo mismo que ella, posar su palma en la mejilla de ella.
-Bell...-Dijo la muchacha, con una mirada deseosa, no hacía falta ser un genio para saber qué era lo que ella quería hacer.
-Eina...-Nombró el joven a aquella chica.
"Esta es mi aventura..." dijo en su mente, acercándose para cumplir sí deber como hombre.
Y fue así, como se daban un tierno beso nuevamente, la cantidad de estos mismos que se han dado pueden contarse con la palma de una mano pero... todos y cada uno de ellos era realmente un placer para ambos inexpertos en el amor.
Tras algunos segundos de aquel tierno beso en el que unieron sus labios solamente, se separaron.
-Te amo...-Dijeron ambos al mismo tiempo.
Sus miradas siguieron fijas en los ojos del contrario, pero su mente volvió a carburar, dejando de lado el calor del momento y ambos quedaron completamente rojos como tomates.
-E-Es cierto, la m-manzana, t-tienes que comer-Rompió el hielo Eina, recordando aquel fruto que aún yacía en la mesa, ya había terminado de pelarla pero aún no se la daba a Bell.
-¡Tienes razón! Ahora que lo dices me muero de hambre, ya pasaron algunas horas desde que comí...-La voz del chico fue interrumpida cuando un trozo de manzana fue acercado a su boca.
-D-Di Ahhh...-Dijo Eina, desviando al mirada a un lado, conteniendo al vergüenza que sentía, ella trataba de alimentar a Bell como había visto en algunas ocasiones en la plaza del amor.
Bell salió de la sorpresa y siguió la instrucción.
-Ahhhh-Dijo Bell mientras abría su boca.
En ese momento soltó el pedazo de manzana y el joven comenzó a masticarlo para después tragarlo.
-Deliciosa-Opinó Bell respecto al sabor del fruto.
-O-Otra, aún queda más-Expresó la asesora, mientras acercaba nuevamente un trozo de la manzana a la boca de Bell, al parecer perdía la pena al haberlo logrado una vez.
-Ahhhh-Volvió a abrir la boca el joven.
Después de comer ese pedazo de manzana, ambos se vieron por un momento y se rieron ligeramente por lo dulce de la escena.
-Ser alimentado por ti hace que cualquier comida tenga un sabor especial, Eina-Dijo Bell, sonriéndole y dándole un beso en la frente.
-Me alegra saberlo, así que, por favor, quédate conmigo-Respondió ella, abrazando al muchacho.
-Así será-Contestó él, correspondiendo el abrazo y acariciando la nuca de ella.
Pasaron algunos minutos, ambos seguían en su escena de parejita feliz, ella dándole de comer, ayudándolo a acomodarse en la cama, en todo ese tiempo, Airmid no hizo acto de presencia, tal vez porque cierta elfo le dijo que se encargaría de todo respecto a Bell con una mirada muy afilada, como si se sintiera molesta de que otra chica atienda a su amado, Airmid decidió no indagar en ello, no sentía que saldría viva si le llevaba la contraria a aquella chica.
-Da mucho miedo... me pregunto si ese joven puede soportar esa actitud en su pareja, pero en fin ¿Quién soy yo para juzgar los sentimientos de otros?-Dijo la médico del otro lado de la puerta, mientras escuchaba cómo iban los cuidados de su paciente, bueno, su paciente hasta hace unas horas.
De regreso en la habitación.
-Por cierto Bell, dijiste que teníamos toda una vida para conocernos, pero quisiera que me contaras sobre ti, si no hay problema, claro-Pidió Eina, aún sentada al lado del joven.
-Por supuesto que no hay problema, pregunta algo que desees, yo contestaré-Dijo Bell, dándole camino libre a las dudas de la joven semi elfo.
-Bien, me hablaste de tu familia, de tu madrastra, tío y abuelo pero, todo lo hiciste en tiempo pasado ¿Qué sucedió?-Preguntó ella, tenía sus sospechas pero quería confirmarlas.
-Oh, umm, es un tema un poco difícil de tocar pero prometí serte sincero...-Expresó el muchacho, con cierto nerviosismo.
Después de suspirar algunos segundos, comenzó su explicación.
-Mi madrastra, mi tío y mi abuelo me cuidaron gran parte de mi vida, ellos me entrenaron para poder tener experiencia cuando me aventurara a venir a Orario, es por ello que puedo decir que soy "irregular", si, eso, creo que ese fue el término que Kami-Sama usó en mi cuando notó mi crecimiento, pero volviendo a lo que respecta a mi familia, todo fue tranquilo hasta que cumplí 7 años...-La mirada de Bell se oscureció de repente.
-Todo fue tranquilo hasta que... ellos llegaron...-Agregó.
-¿Quienes?-Preguntó Eina, ella había notado aquella sombría reacción de Bell.
-Evilus...-Aquel nombre fue dicho y causó un cierto escalofrío en la espalda de Eina.
-¿E-Evilus?-Preguntaba con miedo la asesora.
-Llegaron a mi pueblo, un Dios de nombre Thanatos si mi memoria no me falla, junto con Erebus, otro dios, ellos dos, traían consigo a algunos aventureros, quienes estaban destruyendo todo mi pueblo y asesinando a todas las personas que estaban a su paso...-Bell comenzó a temblar mientras recordaba aquello.
-Toda esa sangre... ese fuego... esa destrucción... pero sobre todo... la frialdad de sus miradas al matar... fue la primera vez que sentí terror verdadero-Agregó a sus palabras anteriores.
-Mi madrastra y mi tío estaban luchando, cuando se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, ellos llevaban la ventaja, mi abuelo y yo nos ocultamos en la cabaña, él intentaba calmarme pero por todos esos gritos me era imposible-
-Después de algunos minutos, todo se mantuvo en silencio hasta que... alguien entró a la cabaña-
-Al parecer, uno de los seguidores de esos dos malditos dioses logró colarse... y noqueó a mi abuelo, me tomó como rehén, al parecer sabían sobre mi parentesco con mi madrastra-
-Cuando ella se dió cuenta, todo se detuvo, no deseaba que me dañaran, pero de un momento a otro, ambos dioses se acercaron a hablar con ellos-
-No lograba escuchar lo que decían pero... mi corazón me decía que ese era el adiós-
Bell tomó un poco de aire para continuar mientras sus lágrimas brotaban de sus ojos, al parecer no era grato recordar todo eso.
-Después de algunos minutos, mi tío y madrastra se acercaron a mi, tenían una mirada cansada, pero sobre todo, estaban llorando, al parecer, mi suposición era correcta...-
Flashback.
-Bell... tenemos que irnos...-Dijo Zald, hacia aquel pequeño.
-T-Tio Zald... ¿Por qué tienen que irse? ¿Por qué se irán con esos señores malos?-Preguntó el joven Bell, mientras lloraba, pero trataba de limpiar sus lágrimas con sus brazos.
-Si no nos vamos, estarás en peligro, estaremos en peligro mejor dicho, no deseo que te veas envuelto en esto, es por eso que debemos irnos...-Dijo Alfia, agachándose y limpiando con la yema de sus dedos las lágrimas que se deslizaban de las mejillas rojas de su hijo.
-P-Pero...-Trataba de dar motivos para que se quedaran, pero no podía decir nada.
-Lo lamento, mi pequeño, pero así deben ser las cosas-Contestó Alfia, abrazando al joven con fuerza y llorando al igual que lo hacía él.
-M-Madrastra Alfia... no ¡Mamá! ¡Por favor no me dejes!-Decía el joven
mientras su llanto aumentaba.
Él se aferraba cada vez más al abrazo de ella, no deseaba soltarla.
-Bell, prométeme que serás fuerte, prométeme que serás tan fuerte que nadie más te obligará a hacer algo que no quieras, pero sobre todo, sigue teniendo ese dulce y amable corazón, sigue siendo esa noble persona que eres ahora, cumple tus sueños, hijo mío-Contestó Alfia, mirando cara a cara al pequeño albino.
Bell seguía llorando, sin parar, no lograba contestar la pregunta.
-Alfia... es momento de irnos-Interrumpió Zald, posando su mano el hombro de ella.
-Qué emotivo pero no me interesa, si no quieres que Freya y Loki se enteren de la existencia de ese niño, el último regalo de la familia Hera y Zeus, tendrás que venir con nosotros, soy un hombre de palabra, así que cumpliré mi parte mientras tú cumplas la tuya-Dijo una voz algo ronca, al parecer pertenecía aquel dios que llamaban Thanatos.
-Lo cumpliré, pero si no cumples tu parte, yo misma acabaré contigo-Contestó Alfia, con un tono amenazante.
-Por favor, ambos sabemos que no eres ni la mitad de aventurera que eras antes, tu enfermedad te está debilitando, puedo notarlo-Dijo el dios, con un tono arrogante.
-Lo mismo sucede contigo, Zald, eres más débil-Agregó Thanatos.
-Ya vámonos-Dijo Erebus, tratando de cortar toda clase de conflicto.
Todos partían, dejando detrás un pueblo destruido y desolado al igual que a un pequeño llorando y de rodillas.
-¡MAMÁ ALFIA!-Gritó el niño con todas sus fuerzas con la esperanza de ser escuchado.
Ella, quien logró oírlo, volteó.
-¡SERÉ UN HÉROE! ¡PROMETO HACERME FUERTE! ¡YO ACABARÉ CON TODOS LAS PERSONAS MALAS Y TE SALVARÉ!-Gritó nuevamente el niño a todo pulmón, con una fuerte decisión y apretando fuertemente sus puños hasta que sangre salió de las palmas de sus manos.
Alfia únicamente agachó la mirada y las lágrimas volvieron a brotar de su rostro.
-Todo lo que quería es que no te vieras envuelto en esto pero... no lo logré... perdóname hermana, perdóname-Dijo Alfia para sí misma, con mucho arrepentimiento, hasta que un brillo blanco que provenía de sus espaldas, le llamó la atención.
Una silueta blanca, se sitió detrás del joven niño, por alguna razón, le daba calma y le hacía sentir que todo estaría bien.
-Se el mayor héroe que todo el mundo haya visto... Bell-
Fin del flashback.
-Y... así fue como perdí a mi familia... me esfuerzo para cumplir mi promesa, gracias a mi mamá es que me esfuerzo día con día para ser fuerte-Finalizó Bell, aún con lágrimas recorriendo la superficie de sus mejillas.
-Poco tiempo después mi abuelo pasó a mejor vida... pero creo que es algo que mejor deberíamos hablarlo después, no me siento capaz de seguir recordando todo lo que me sucedió-Agregó el peliblanco a sus palabras, sonriéndole a Eina, aunque no expresaba felicidad alguna.
Hasta que Eina lo abrazó fuertemente.
-Debiste sufrir mucho, no... estoy segura de que sufriste mucho, tan sólo tenías 7 años y te sucedió eso, no me quiero ni imaginar todo lo que sentías en ese momento y en los años venideros, incluso ahora, pero no estás solo, estoy aquí contigo, tu familia, los amigos que haz hecho y yo estamos contigo-Dijo Eina, abrazándolo y llorando en el hombro de Bell, por imaginarse el dolor que sintió y siente por aquella secuela.
Bell solo correspondió el abrazo y agachó la mirada, enterrando su rostro en el hombro de ella.
"Gracias a mi mamá me esfuerzo día con día para ser fuerte... o eso era así hasta que te conocí... Eina, muchas gracias por estar conmigo... te juro que te protegeré, a ti y a todas las personas importantes para mi, no me volverán a quitar a nadie más, no lo permitiré" pensó Bell con una decisión inquebrantable.
-Muchas gracias Eina... muchas gracias...-Contestó Bell, apretando más el abrazo pero el temblor que sentía en su cuerpo cesó cuando Eina habló.
Flashback.
-Al parecer ya se fueron esos dos monstruos-Dijo una voz detrás de Bell, quien no prestaba atención.
-No les perdonaré lo que me hicieron, dijeron que no te matáramos pero... no dijeron nada sobre golpearte, aunque dudo que eso calme mi furia-Agregó la voz anterior, se trataba de uno de los secuaces de Evilus.
Bell seguía sin prestar atención.
Cuando esa persona se acerco para golpear a Bell, un brillo en el puño del niño logró ser visto por él y sus oídos captaron un sonido semejante al de unas campanas.
-Cállate...-Susurró el joven albino, para apuntar su puño al rostro de aquella persona.
-Gospel...-Agregó a aquel Susurró y una gran fuerza fue puesta en aquel golpe, dando en el rostro de la persona y arrancando la cabeza del resto del cuerpo.
Toda la sangre que brotó del cuerpo decapitado salía como el agua de una manguera abierta, manchando el cuerpo del niño.
Después de ello, Bell se desmayó y todo se volvió oscuro, esa fue la primera vez que el poder del héroe despertó en su cuerpo.
Fin del flashback.
"Así que eso pasó después... entonces tiene sentido que el Argonauta me haya dicho que olvidé lo relacionado con el poder, ya lo tenía desde niño y en esa ocasión se activó... pero también eso olvidé..." pensó Bell, con una rostro serio.
"Sé que es casi imposible que sigas viva mamá, pero... aún si existe la pequeña posibilidad de que no hayas muerto a manos de la familia Astrea en el ataque de evilus a Orario, así sea diminuta, la tomaré y daré todo de mí para encontrarte" agregó a su hilo de pensamiento, aún siendo abrazado por Eina.
-Te amo, Eina-Susurró Bell al oído de la semi elfo.
-Yo también te amo Bell, sé que el pasado es doloroso, pero estaré en tu presente y en tu futuro para darte ánimos cada vez que sientas que todo se cae, así que, siempre que necesites hablar de algo que te mortifique... cuenta conmigo-Respondió Eina, tomando con ambas manos el rostro de Bell y besándolo nuevamente.
"Lo sabía... encontré a la indicada... ¿Qué pensará mi mamá si me viera de esta manera? Lo más probable es que la vida de Eina y la mía estén en peligro" pensó Bell mientras se reía por dentro al imaginarse ese escenario.
"Aunque ambas tienen un carácter muy fuerte, seguramente se llevarían bien" finalizó el joven aventurero.
Después de algunos segundos, sus labios se separaron.
Pasaron algunos minutos tranquilos hasta que Bell recordó algo.
-¡Oh! Casi lo olvido, Eina, subí a nivel 2-Comentó el joven peliblanco con toda la naturalidad del mundo.
-Ya veo, subiste a nivel 2 en menos de un mes...-Dijo Eina con calma mientras pelaba otra manzana.
Hasta que comprendió lo que había dicho.
-¡SUBISTE A NIVEL 2 EN MENOS DE UN MES!-Gritó con impresión la semi elfo al entender lo que eso significaba.
-S-Sí, eso dije-Contestó Bell, con algo de miedo.
-¡ESTO ES PELIGROSO BELL, OTROS DIOSES PUEDEN PONER SUS OJOS EN TI!-Gritó nuevamente Eina, agitando al hospitalizado Bell.
-¡E-Espera Eina! ¡Estamos en un hospital!-Decía el peliblanco, tratando de calmar a la asesora.
-Vaya... no me esperaba esto, me esperaba una escena más linda, más como una pareja-irrumpió una persona en la habitación y dijo aquello.
-Kami-Sama...-Dijo Bell al ver que se trataba de su diosa.
-Tranquila asesora, mientras Freya o Loki no hagan nada estúpido todo estará bien, dudo que otra familia sea rival para Bell-Explicó Hestia, calmando a Eina.
-Hehehe...-Rió nerviosamente la persona de la que se hablaba.
-Pero Hestia-Sama...-Trataba de excusarse Eina.
-Fácilmente puede derrotar a un nivel 2 a finales y luchar al tú por tú contra un nivel 3 a inicios, toda la excelia que ha recaudado y la experiencia que tiene en batalla por el entrenamiento de su familia lo hacen un hueso duro de roer, muchos niveles 3 no tienen siquiera la excelia que Bell recaudó siendo nivel 1-Explicó la pequeña diosa, sentándose en la cama.
-Confiaré en usted Hestia-Sama...-Concluyó la semi elfo, evitando seguir con la discusión.
"En parte Eina tiene razón... despertaré la atención, espero que podamos seguir ocultando a los demás nuestra relación, no, debemos hacerlo, ella puede estar en peligro si pasa lo contrario" pensó Bell, sosteniendo su barbilla.
-Que tiempos más problemáticos se acercan hacia mi...-Susurró el joven mientras miraba al techo del cuarto.
Bueno amigos, hasta aquí el capítulo de hoy, tal vez cause conflicto lo de Alfia y se preguntarán ¿Por qué prometió salvarla? Bien, según Astrea Récord, el evento de danmemo, nunca se encontró el cadáver de Alfia después de que la familia Astrea peleara contra ella, así que puede que en mi historia el objetivo de salvarla siga en pie, o tal vez no ¿quién sabe?.
Respecto a lo que dijo Bell al matar al seguidor de evilus, es un cántico corto de una de las magias de Alfia, el cántico es "Gospel" pero la magia se llama "Satanas Verion", Bell NO USÓ la magia de Alfia, sólo lo dijo simbólicamente al golpear a aquel seguidor jajaja.
Otra cosa más, Bell aquí, si se dan cuenta, no es tan tonto, tomen en cuenta que Bell si se leyó y escuchó sobre la edad oscura de Orario, por eso sabe lo que sucedió con su tía y tío.
Aquí les dejo la descripción de "Satanas Verion"
Miren mi dibujooooo, alabada sea Freya sama JAJAJAJA
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