Capítulo 11. Gran adversidad.
Dentro del calabozo.
Un joven peliblanco venía acompañado de una pequeña soporte, estaban iniciando su jornada en el calabozo como ya era costumbre en ambos.
La travesía iniciaba de manera normal, derrotando a contados rivales, algunos goblin, Kobold y ocasionalmente hacía acto de presencia unos cuantos Dungeon Lizard cuando Lili y Bell habían descendido más allá del piso 1.
-Oye Lili... ¿Será posible bajar hasta el piso 11 nuevamente?-Preguntó Bell hacia la pequeña hobbit, quien se encontraba recogiendo las piedras mágicas que los monstruos asesinados con anterioridad habían soltado.
-Yo lo seguiré a donde sea si usted lo decide señor Bell, pero debo preguntar ¿Se trata de aquella chica?-Preguntó Lili, levantando su mochila y poniéndola en sus hombros nuevamente, lista para partir.
-N-No es por eso, e-es que creo que me sería útil para saber qué tan fuerte soy ¡Si! ¡Es por eso!-Respondió el peliblanco con un leve tartamudeo al iniciar su frase.
Lili no era tonta, Bell es como un libro abierto cuando se trata de ocultar sus intenciones, en resumen... no sabe mentir.
-Señor Bell, he conocido a mucha gente pero nadie ha sido tan malo como usted a la hora de mentir, a veces no sé si es muy noble, muy amable y de plano muy tonto-Dijo la pequeña soporte, tratando de comprender a aquel espécimen frente a ella.
-¡Hey! ¡No soy tonto! P-Pero posiblemente si sea las dos anteriores... jejeje-Contestó Bell, rascando con nerviosismo la parte posterior de su cabeza y soltando una pequeña risa.
-Ya señor Bell, dejemos eso de lado y responda a mi pregunta, sólo quiero saber lo que le sucede para poder ayudarlo como usted me ha ayudado desde que lo conocí, me siento en deuda y además... ¿No los amigos se deben ayudar mutuamente? Usted dijo que somos amigos, así que me agradaría un poco de confianza-Expresó Lili, cerrando los ojos y explicando con detalle cada una de sus palabras.
Bell solamente permaneció en silencio, estaba sumergido en su mundo.
"Demonios... lo primero que Eina y yo acordamos para estar juntos y estoy apunto de ceder, me encuentro con la espalda en la pared, dioses... ¿Por qué me hicieron tan incapaz de mentir? No digo que mentir sea bueno pero poder hacerlo me habría sacado de tantos problemas a lo largo de mi vida... aunque mi madrastra Alfia me habría matado si se enteraba que le mentía... no, me hubiera matado aunque no le mintiera" pensó el peliblanco, recordando todas las veces que mentir le hubiera facilitado las cosas a lo largo de sus años de vida.
-Tio Zald... Abuelo... hoy más que nunca me pregunto ¿Cómo sobrevivieron con mi madrastra Alfia? Yo tampoco sé cómo lo hice-Susurró Bell para sí mismo, en un tono de voz casi imperceptible.
-¿Señor Bell? ¿Se encuentra bien? Se quedó viendo al piso como un idiota-Dijo Lili, rompiendo la concentración del aventurero.
-¿Eh? Perdón Lili ¡Oye! ¡Me estás insultando mucho el día de hoy!-Reclamó el peliblanco al volver al mundo terrenal después de abandonar el mundo abstracto de su mente.
-¡Porque usted se está comportando raro! ¡Solo tiene que contestar si vamos al piso 11 por aquella chica o no!-Contestó Lili con el mismo tono de voz que el joven había empleado.
Bell únicamente tomó aire para relajarse.
-Tienes razón, perdón, sí, es por ella, lo que sucede es que... digamos que tuve un avance en nuestra relación... ¡Pero el calabozo no es lugar para estar hablando de ello! Entonces... ¿vienes conmigo?-Preguntó Bell, extendiendo su mano hacia la hobbit.
-Tan sencillo que era decir eso... ¿Eh? ¡¿Tan rápido?! ¡Señor Bell usted es muy atrevido!-Expresó Lili, viendo al muchacho con una mirada sorprendida pero pícara.
-¡No es lo que te imaginas! S-Solo digamos que la cita que tuve con ella fue... fantástica-Contestó Bell, con un brillo en sus ojos, propio de alguien que recuerda un hermoso momento.
Lili al ver esto, abrió sus ojos con sorpresa y sintió una ligera incomodidad en su pecho.
"¿Por qué si dije que lo iba a apoyar me duele verlo de esa manera por otra chica? Yo sólo siento agradecimiento por él... ¿verdad?" Pensó Lili, tratando de comprender sus propios sentimientos.
De pronto, la mirada esperanzada del muchachos se fijó nuevamente en la pequeña soporte.
-Sigamos avanzando, Lili-Dijo Bell, iniciando el paso para seguir bajando.
Lili únicamente lo siguió a sus espaldas, pensando pero sin descuidar sus sentidos por si algún peligro se acercaba.
"Él se ve muy feliz... no puedo intervenir... no importa si es como amigos, mientras pueda seguir al lado suyo soy feliz" Dijo la hobbit en su mente, con una determinación muy alta.
-¡Apresuremonos señor Bell! Debe juntar mucho dinero para darle un buen regalo a su novia-Dijo Lili, jalando el brazo del peliblanco, sus ánimos habían sido levantados nuevamente por ella misma y su resolución.
-¡¿Novia?! ¡P-Pero ella y yo no somos...!-Bell iba a negar lo que la Hobbit había dicho pero fue interrumpido.
-Ya le dije que usted es un mal mentiroso y si no fuera poco, también es muy malo ocultando las apariencias, así que, no mienta, no va con usted, siga siendo esa persona tan pura-Dijo Lili, riéndose y/o burlándose del chico.
Bell solamente se sonrojó y permaneció en silencio, ya no había manera de justificarse, si noble alma lo había hecho blanco de burlas de la pequeña chica.
-¿Y cuál es su nombre señor Bell?-Preguntó la soporte.
-Su nombre es... Eina-Contestó Bell ya estando resignado, pero feliz de tener alguien en quien confiar.
Y de esa manera, ambos continuaron bajando, sin saber los peligros que el calabozo, o mejor dicho, un aventurero molesto por falta de atención, les había preparado.
A la lejanía de donde Bell y Lili se encontraban(Piso 3), unos gritos provinieron.
-¡AYUDA!-
-¡MINOTAURO!-
-¡AHHHHHHHHHH!-
Esos y muchos gritos de esa clase se repetían seguidamente hasta que eran callados de repente y después todo era silencio absoluto.
El calabozo en silencio es más terrorífico que con ruido...
En el gremio.
Una hermosa semi elfo se encontraba con la mirada perdida, viendo hacia la nada, tenía dibujada una sonrisa de oreja a oreja, mejillas color carmesí y sus ojos llenos de tranquilidad y mejor aún... felicidad.
-Eina...-Decía cierta asesora pelirosada para llamar la atención de su amiga, sin lograr tener éxito.
"Bell y yo... él y yo... no lo puedo creer... sólo llevo una semana de conocerlo pero no pude decirle que no, mi corazón late a ritmos irregulares cada vez que estoy al lado suyo, me siento encantada... nunca antes había tenido estos sentimientos por alguien, nunca había experimentado esta clase de... ¿Amor? ¿En verdad es amor? ¿Cómo puedo saber si es amor?, quiero saberlo... quiero saber si es amor lo que siento por él... pero algo dentro de mi, muy en el fondo, me dice que sí lo es" pensaba la asesora, sin dejar de lado aquel estado en que se encontraba, ignorando inconscientemente a su compañera de trabajo.
-Bell...-Dijo Eina, sonriendo al nombrarlo.
-¡EINA!-Gritó Rose, azotando las palmas de sus manos en el escritorio de la semi elfo, sacándola de esa manera del trance en que estaba.
-¡¿Uh?! ¡Perdón! ¡En serio perdón! ¿C-Cuánto tiempo estuvieron hablándome?-Decía Eina, sonrojada por la vergüenza de ser regañada y expresando su pregunta.
-Desde hace media hora, los aventureros que entran te ven extraña y no les contestas, así que ellos se alejan y vienen a nosotras, nos estas llenando de trabajo, más te vale tener una buena explicación de tu actuar ¿Qué demonios te pasa? ¿Qué te dijo ese niño?-Preguntó Misha con claro enojo, aunque su enojo era una capa externa de su verdadero sentimiento, el cual era puramente... curiosidad.
-Nunca pensé decir esto de una cabeza hueca como Misha, pero ella tiene razón, estas extraña-Dijo Rose, suspirando al final, aunque, de igual manera que su otra compañera, tenía curiosidad sobre lo que había sucedido en los pocos minutos que Eina y Bell habían platicado a afueras del gremio.
-C-Chicas... n-no sucedió nada, solo m-me dijo algunas cosas lindas y...-Trataba de argumentar la semi elfo pero al parecer, el inicio de su explicación no fue convincente para aquellas dos chicas que eran realmente perspicaces.
-¡No nos mientas! ¡Nadie actúa de esa manera solo por unas palabras! ¡Ni siquiera tú que tienes nula experiencia en el amor!-Gritaron la mujer lobo y la humana con gran fiereza.
Aquel reclamo provocó que varias miradas se dirigieran al trío de chicas, quienes solamente procedieron a disculparse con euforia por el escándalo que habían hecho inconscientemente.
-D-Dejen eso... es personal, no deseo hablar sobre Bell y yo... al menos no ahora que estamos trabajando-Dijo Eina, tapando su rostro con sus manos, ella estaba muy roja ya que recordó aquella declaración de hace unos minutos.
-Ya no es personal, tu falta de concentración nos está acumulando más trabajo, así que...-Dijo Rose.
-Hablarás ahora... ¡A LA SALA DE ESTUDIO!-Acompletó Misha a las palabras de la mujer lobo, jalando a la semi elfo a aquel lugar, mientras que Rose entraba junto con ellas y cerraba la puerta tras de sí.
-¡Esperen!-Eina trataba de detenerlas.
*PUUUUM*
El sonido de la puerta al cerrarse de golpe hizo aquel estruendo, dejando a los aventureros con mucha duda sobre lo que estaba sucediendo.
-Las asesoras son aterradoras...-
-Ni que lo digas...-
-¿Quién se hubiera imaginado que detrás de aquellos hermosos rostros se ocultaba un carácter de ese calibre? Creo que no solamente las asesoras deberían evitar relacionarse con aventureros, también nosotros debemos alejarnos de esas locas-
De vuelta al calabozo.
Bell y Lili continuaron bajando entre los pisos, después de algunos enfrentamientos entre el aventurero y algunos Frog Shooter y War Shadow que habían cuando cruzaron del piso 6 al piso 7. Aquel enfrentamiento fue completamente fácil y manejable para el peliblanco quien tiene un estado cercano al nivel 2.
De pronto comenzaron a llegar algunas Killer Ant junto con varios Needle Rabbit.
-Lili, detrás de mi, son demasiados, puedes verte envuelta en el combate-Dijo Bell, posando un brazo frente a la chica y desenfundado su espada con la mano libre que le quedaba.
Lili hizo caso a ello y se alejó a unos cuantos metros del mismo.
-Bien, veamos qué tal me desempeño contra muchos contrincantes-Dijo el peliblanco para su mismo, sin perder la vista en sus rivales.
Pisando fuerte en el suelo para impulsarse, comenzó a correr en su dirección, alertando a los monstruos para que ellos igual fueran de frente para comenzar el combate.
Bell blandió su espada de manera rápida, rotando de mano el arma para cubrir diferentes ángulos de ataque.
"Gracias señorita Aiz, sin usted, seguiría usando ambos brazos y al momento de atacar, uno de mis lados estaría desprotegido" pensó Bell, recordando parte del entrenamiento que tuvo con la princesa de la espada durante toda la semana.
Seguía lanzando aquellos cortes, 1... 2... 3... cada vez que la espada entraba en contacto en la superficie de alguno de los cuerpos, eran eliminados, las Killer Ant comenzaron a rodearlo desde todos los espacios posibles, pero de un giro rápido fueron cortadas, dejando únicamente sus piedras mágicas como recuerdo de que alguna vez existieron.
Uno de los Needle Rabbit se acercó desde un punto ciego que Bell había dejado descubierto intencionalmente.
Antes de siquiera poder clavar sus dientes en su contra parte con forma humana, una palabra salió de la boca de Bell.
-¡Firebolt!-Seguido de ese "cántico", un rayo de color escarlata se concentró en la palma de su mano para después salir rápidamente en dirección del pobre conejo que veía únicamente como la muerte tocaba a su puerta.
El conejo fue eliminado y sólo quedaban algunos cuantos que lo acompañarían en unos cuantos segundos.
Bell había decidido que depender mucho de su magia sería un suicidio, el cansancio más el riesgo de caer en Mind Cero, y de esa forma dejar a su suerte a Lili por no poder ser capaz de moverse, provocaría una inminente situación riesgosa, no siempre tendría la suerte de ser encontrado por la señorita Aiz como en esa ocasión cuando probó por primera vez su magia.
Los enemigos seguían cayendo uno por uno, limpiando la zona hasta que por fin pudo finalizar con la última Killer Ant al clavarle su espada en un tajo descendente desde la cabeza de la misma hasta cortar en dos mitades el cuerpo.
Bell solo volteó en todas direcciones para asegurarse de que había finalizado su trabajo.
-Ya es seguro Lili, puedes salir-Dijo el peliblanco, para que la pequeña hobbit saliera de su escondite.
-¡Eso fue genial señor Bell! ¡Usted acabó con todos en un pestañeo! No puedo creer que solamente sea nivel 1, es el aventurero más fuerte con el que he trabajado-Dijo Lili, elogiando al joven muchacho, provocando que este se sonroje.
-Jejeje ¿En serio? Tal vez si sea tan fuerte, pero de todas maneras me falta un largo camino que recorrer-Expresó Bell, respondiendo a los elogios, aunque fuera ridículo, aquellas palabras levantaron ligeramente su ego y confianza.
-Espero poderle ser de utilidad en su camino, señor Bell-Dijo Lili, mirándolo a los ojos.
-Así será Lili...-Respondió Bell pero un frío recorrió su espalda completa, haciendo que se pusiera en estado de alerta.
Esto tomó por sorpresa a Lili.
-¿B-Bell?-Nombró al peliblanco la pequeña hobbit.
-Lili, huye... algo no anda bien...-Dijo el joven, con su mano en el mango de su arma que permanecía en su funda.
-¿A qué se refiere señor Bell?-Preguntó Lili con miedo, al ver esa reacción tan seria en el rostro del aventurero.
-Ve a buscar ayuda, usa tu arma mágica si es necesario, dudo que haya algún monstruo restante que pueda darte problemas, eliminé a la mayoría, así que vete, llama la atención de cualquier otro aventurero si no vuelvo en 2 minutos-Ordenó Bell, sin despegar la mirada de la entrada al piso 8.
-¡De acuerdo! Señor Bell, cuídese, trataré de buscar ayuda-Respondió la pequeña, sabía que no debía ir en contra del instinto de aquel aventurero.
La chica corrió rápidamente al lado contrario de donde aquella presencia emanaba.
Bell hizo lo propio, caminó lentamente a la boca de la bestia.
Al acercarse lo suficiente... lo vió.
-¿Q-Qué demonios es esto?-Preguntó al ver la carnicería que había en el piso ocho.
Cuerpos aplastados, cortados, mutilados, llenos de sangre, charcos rojos que se extendían por gran parte del piso, partes de huesos sobresaliendo de los aventureros que habían perdido sus vidas de esa manera tan brutal, extremidades en partes alejadas de los cuerpos, cabezas aplastadas y un fuerte olor a hierro.
-No puede ser... ¿quién demonios hizo esto?-Preguntó el joven nuevamente para sí mismo, no había rastro del responsable, Bell tuvo que aguantar sus ganas de vomitar por la escena y el olor tan fuerte.
-H-Huye...-Dijo una voz entre los cadáveres.
-¿Uh? ¡Sigue alguien vivo?-Dijo Bell, mirando en todas partes, en busca de la persona que había soltado aquella palabra.
Caminó de manera apresurada, mirando cada cuerpo para lograr vislumbrar a la persona en cuestión.
Ahí lo pudo ver, a un hombre de entre 30 y 40 años, al parecer era un aventurero un tanto mayor. La sorpresa del chico al ver un sobreviviente se opacó al ver el estado en el que se encontraba.
No tenía la mitad inferior de su cuerpo...
-N-Niño... huye-Le dijo aquella persona, con una mirada que se iba apagando poco a poco, casi como el andar de Bell cuando se acercaba a él.
-No puedo huir, usted sigue vivo ¡Tengo que salvarlo!-Gritó Bell con decisión pero algo lo tomó por sorpresa.
Un minotauro se acercó desde atrás de aquel hombre.
Pesadas posadas resonaban cuando se acercaba, el peliblanco sintió un terror indescriptible por la presencia que emanaba aquel monstruo.
-Irregular...-Logró decir cuando lo percibió correctamente.
El minotauro lo observó directamente, volteó ligeramente hacia donde el hombre en sus últimos suspiros de vida estaba.
Regresó la mirada hacia Bell y... ¿le sonrió?.
-¡ESPERAAAAAA!-Gritó el muchacho tratando de detener lo que aquella bestia iba a hacer pero... no fue lo suficientemente rápido.
*CRACK*
Un crujido sonó cuando la pezuña del minotauro se posó en la cabeza de aquel hombre y en cuestión de segundos, la destruyó.
La mirada de Bell pasó de miedo a un terror indescriptible, pero... no había cabida para esos sentimientos en este momento.
Tomó con fuerza su espada, seguía mirando fijamente a aquella bestia sádica cubierta de sangre.
-Sabes... en ocasiones siento pena por los monstruos a los que asesino, hasta el punto de que un sentimiento de empatía se desarrolla en mi por ellos-Decía Bell, sacando poco a poco su arma, su mano temblaba pero debía ser fuerte.
El minotauro lo miraba atentamente, como si entendiera lo que decía, como si esperara a que estuviera completamente listo para pelear.
-Pero... por ti solo siento una furia indescriptible en este momento... hay mucha diferencia entre el asesinato y la crueldad-Agregó el peliblanco, posando hacia adelante su espada con ambas manos.
-¡POR ESO NO PUEDO PERDONÁRTELO! ¡ACABARÉ CONTIGO!-Gritó el muchacho.
El minotauro solamente sonrió.
El duelo entre aquella bestia y aquel aventurero estaba por comenzar.
-¡AHHHHHHHHHH!-Gritó Bell, lanzándose hacia adelante para ser quien fuera el primero en atacar, levantando su espada para cortar a la bestia.
El minotauro no se hizo esperar y se lanzó con mayor intensidad hacia Bell.
Bell vió la oportunidad de cortar el torso del monstruo por una pequeña apertura que este había dejado al momento de levantar sus grandes y pesados brazos para contactar con el rostro del joven.
*SLAAAAAAAH*
La espada se levantó de manera ascendente, cortando el aire de manera rápida y provocando que la punta y el filo lateral de la misma entrara en contacto con la carne del monstruo.
Al realizar aquel corte, la sangre quedó impregnada en el arma pero... al parecer el monstruo había planeado eso.
De un momento a otro, después de ese pequeño rose, el monstruo bajó con fuerza ambos brazos, en dirección al pequeño joven, era como si una gran roca fuera soltada desde una corta distancia, la velocidad con la que caían era realmente alta, tan alta que... no pudo ser esquivada.
"¿Qué demonios...?" Pensó Bell al ver lo que el monstruo había planeado.
*PUUUUUUM*
El gran peso de los puños había entrado en contacto con... ¿El suelo?.
Bell había logrado esquivar de último momento, lo que el monstruo había golpeado fue el brazo del chico pero logró moverlo antes de que fuera aporreado con el suelo por la inercia del golpe.
-Es demasiado rápido... apenas pude esquivar-Dijo el joven para sí mismo.
-Tengo que ganar... no dejaré que ese monstruo suba, si lo permito muchas más vidas se perderán-Dijo Bell para sí mismo, levantándose del suelo donde estaba tirado al lanzar su cuerpo hacia atrás.
Bell se lanzó nuevamente, con todo lo que tenía, con toda la fuerza que sus piernas lograran recaudar para aumentar la velocidad de sus movimientos.
La fuerza que yacía en sus brazos se fue para soportar los movimientos tan rápidos que hacía con la espada, comenzando a desgarrar la piel del minotauro y, por consiguiente, hacerlo retroceder lo más posible para frenarlo.
El monstruo parecía sorprendido por el cambio tan repentino en la fuerza del chico, no era la misma con la que había comenzado el encuentro.
El minotauro bloqueaba con sus brazos cada corte, Bell blandía su arma en lugares al azar ¿o eso parecía?, todos sus cortes iban a zonas específicas, unión del húmero con el omóplato para impedir el movimiento libre del hombro del minotauro en ese brazo, cortes a las zonas blandas de las costillas en las que podría fracturar de mejor manera los huesos y algunos de los ataques iban dirigidos al rostro de la bestia pero eran interceptados antes de lograr conectar.
Cada rápido movimiento con su espada hacía que Bell quemara la piel de su palma, no era normal la velocidad con la que sus brazos tenían que moverse para lograr concretar los movimientos que planeaba en su mente.
"Tengo la ventaja, pero no me debo confiar por ello, ese monstruo acabó con esa gran cantidad de aventureros sin siquiera recibir daño" pensó Bell mientras seguía atacando.
Parecía un conejo escurridizo, atacaba de todas direcciones, enfrente, atrás, costado derecho, costado izquierdo, cada vez que el minotauro trataba de atacar, lo hacía en donde el aventurero había estado, porque se había cambiado de posición en un parpadeo, dejando solo una cortina de tierra y polvo.
Más rápido, necesitaba ser más rápido para acabar con esto, él sabía perfectamente que no podría mantener una batalla de esa manera por mucho tiempo, no importa lo fuerte que fuera en ese momento, continuar con aquel ritmo de combate por una batalla prolongada era realmente imposible para su cuerpo.
Con lo que Bell no contaba era que el monstruo se adaptara a esa fuerza, no por nada había sido entrenando por... EL REY OTTAR.
Lanzando un puñetazo en dirección del chico, Bell se dió cuenta de que su ventaja iba a ser eliminada.
-¡PUAAAH!-Gritó Bell al sentir como el golpe era conectado en su estómago.
*CRASH*
Piedra rompiéndose al entrar en contacto con el cuerpo del joven era la que producía ese crujido.
Bell había sido estampado contra pared por aquel ataque.
-¿Qué demonios? S-solo fue un golpe y me dolió como si me hubieran lanzado una aplanadora encima-Dijo el muchacho, tratando de reintegrarse.
Antes de siquiera poder salir de la pared, una gran cantidad de polvo era levantada por el andar de un minotauro furioso, todo estaba siendo destruido con el pasar de sus pezuñas.
-Esto es malo...-Logró decir Bell, tratando de quitarse de la trayectoria.
*PUUUUUUM*
Aquel impacto había sido recibido pero fue solo dado a la pared, Bell se movió justo antes de ser contactado por ese tren en movimiento.
Saltó de espadas y tomó distancia pero antes de que sus pies tocaran el suelo, una gran patada se acercó a su cuello.
"¿Eh ¿no me puedo mover..." pensó el chico viendo como aquella pezuña iba a contactar.
*PUUUUUM*
El golpe fue dado nuevamente y causó un crujido en el cuello del chico.
El cuerpo de Bell se arrastró por todo el suelo, la fricción de aquel contacto trataba de impedir que siguiera avanzando.
-Ugh...-Ese sonido salió de sus labios al sentir como su rostro se llenaba de un mar de sangre, había roto parte de su frente al estrellar la cara al suelo.
La sangre tapaba la vista de uno de sus ojos.
Él trató de levantarse pero otro golpe fue dado en su estómago, lanzándolo hacia un lado y estrellándose contra otra pared.
"N-No puedo levantarme... m-me duele todo... mis brazos están temblando" pensó Bell al hacer un recuento de los daños pero sin poder mover su cabeza para ver al causante de ello.
"Mi cuello duele... no puedo moverlo... está rígido" dijo el joven en su mente.
-Patético...-Dijo el minotauro mientras se acercaba a él.
-Acabas de... ¡AHHHHHHHH!-Decía eso Bell hasta que uno de sus brazos fue pisado hasta casi quebrarse.
¿Por qué no se quebró? Simple, la bufanda de piel de goliath había hecho su trabajo al absorber parte del impacto, cuando la patada fue dada al cuello del joven, esta salió de aquel lugar y quedó en el suelo, Bell sólo extendió su mano para tomarla, un pequeño golpe de suerte en una situación desventajosa.
-Jeje... algo de suerte...-Logró decir Bell con una sonrisa cansada.
El minotauro volvió a atacar, golpeando repetidamente al cuerpo del chico.
-¡AHHHHHHHH!-Gritaba Bell mientras sentía sus huesos crujir por cada contacto recibido.
El monstruo, por su parte, sólo sonreía con sadismo al ver aquella escena tan deplorable de aquel aventurero que había dicho al principio de la pelea que lo iba a derrotar.
¿Dónde quedaron esas palabras? ¿Dónde quedó ese orgullo? Estaba siendo destrozado junto con su cuerpo.
*PUM*
-¡AHHHHHHHHH!-Solo eso podio gritar el pobre muchacho, su cuerpo no reaccionaba.
"Siento... mi consciencia desvanecerse..." pensó Bell
Cada golpe que recibía solamente era sentido como una punzada, ya su cuerpo se comenzaba a a entumecer.
Escupiendo sangre tras cada impacto.
Sus huesos crujiendo.
Algunos rompiéndose.
Sus ojos apagándose poco a poco.
Su vida desvaneciéndose con el pasar de los segundos.
-Perdón... abuelo...-Dijo Bell con las pocas fuerzas que reunía.
Su cuello giró a un lado, posando su mirada en el brazo que no pudo ser roto.
-Perdón... Eina...-Agregó a sus palabras, soltando lágrimas.
De un momento a otro, el monstruo se detuvo, ya no tenía sentido seguir gastando sus energías, el resultado ya había sido decidido desde que él dejó de pelear.
El minotauro solo se alejó con una mirada de decepción, Bell iba a morir.
Los ojos del muchacho estaban fijos en su brazo, específicamente en aquel regalo que le había dado Eina.
"Lamento no poder cumplir mi palabra... en serio lo lamento... debí hacerte caso... no salvé a nadie, ni siquiera a mi mismo... lamento que tengas que sufrir por mi nuevamente" pensó el chico, con sus lágrimas recorriendo su rostro.
Pero... una frase recorrió su mente.
"-Si tuviera que dar mi vida para protegerte otra vez, lo haría sin dudarlo, pero si mi muerte diera como resultado el entristecerte, entonces sacaré fuerza de algún lado para superar cualquier adversidad y regresar con vida, te lo prometo-"
"Regresar con vida... yo le prometí eso..."
"-Lo prometo, sí desde el inicio eras mi motivo para sobrevivir, ahora más que nunca tengo que volver a tu lado, Eina-"
"Mi motivo para sobrevivir... volver a tu lado..."
-Es cierto... yo le prometí eso... al igual que no volverla a hacer llorar-Dijo Bell recuperando el brillo de sus ojos.
Comenzó a levantarse con todo lo que le quedaba.
-También juré proteger a las personas que no pueden hacer por sí mismas-Agregó el peliblanco mientras se ponía de pie completamente.
-Porque ese es... mi camino para ser un héroe-Concluyó el chico.
-¡HEY!-Gritó Bell, llamando la atención de aquella bestia delante de él.
El minotauro volteó con sorpresa ante tal acto.
No se esperaba que aquel joven se pudiera poner de pie nuevamente.
Un brillo blanco se desprendía de su cuerpo, iluminando lo que lo rodeaba.
Un brillo como aquella leyenda de un gran héroe... quien enfrentó justamente al mismo rival, un minotauro.
-Aún sigo con vida-Terminó el joven, apuntando su espada hacia aquella bestia y sonriendo con mucha confianza.
Un gran bramido fue dado por el minotauro.
-¡AHHHHHHH!-Un grito de guerra fue lanzado por el aventurero.
Ambos se acercaron a toda velocidad para sellar sus destinos, para saber quién sería el vencedor y quien perecería.
El segundo y último round de este encuentro había dado inicio.
Con Lili, buscando ayuda.
Aquella pequeña hobbit estaba subiendo los pisos, buscando a alguien que pudiera acompañarla para asegurarse de que Bell estuviera bien, los dos minutos que él había dado por sí sucedería algo ya habían pasado.
"Necesito encontrar ayuda, es peligroso, si Bell se puso de esa manera, debe ser algo realmente peligroso" pensó Lili mientras seguía corriendo pero ningún aventurero o grupo de estos mismos se hacía presente para pedirle ayuda.
Hasta que, unas voces lograron ser escuchadas por la pequeña hobbit.
Se trataba de la familia Loki.
-Te digo, esta vez lograremos cerrarle la boca a esos malditos de la familia Freya, llegaremos hasta el piso 60-Dijo Bete con clara confianza o mejor dicho ¿Arrogancia?.
-Diría que eres muy positivo pero sé que lo dices para saciar tu ego-Respondió Tione, provocando al beastman.
-¡¿Eh?! ¡Lo digo por mi! ¡Tú solo estorbas maldita amazona!-Contestó el jo bro lob, respondiendo a la provocación de su compañera de familia.
-¡Ya basta ustedes dos! ¡El calabozo no es lugar para estar discutiendo!-Reclamó Finn, el capitán de la familia Loki.
-¡Dile a esa maldita amazona!/¡Dile a ese maldito perro!-Dijeron ambos al mismo tiempo.
-Ustedes dos son un caso, me sorprende que Tiona no se haya metido-Dijo Riveria observando a la amazona, quien estaba hablando con Aiz.
Pero de la nada, una presencia fue percibida.
-¡Ayuda por favor!-Gritó Lili mientras corría hacia ellos.
-¿Uh?-Dijeron todos al notar la presencia de la hobbit.
-¡Ayuda por favor! ¡Mi compañero! ¡Mi compañero está en problemas!-Gritaba Lili a todos los de la familia Loki.
-Aléjate pequeña, no estorbes-Dijo Bete, haciéndola a un lado.
-Bete, no seas así, si podemos ayudarla hagámoslo-Recriminó Tiona, acercándose a la chica.
-Bien dime ¿Qué pasó?-Agregó al amazona.
-¡Mi compañero! ¡No ha vuelto! ¡Bell no ha vuelto del piso 8!-Contestó la hobbit con claro miedo.
-¿Bell?-Preguntó Tiona pero grande fue su sorpresa cuando una chica pelidorada comenzó a correr a gran velocidad.
-¡¿Qué demonios?! ¡Vamos con ella!-Dijo Finn, guiando a su familia.
"Bell... dime por favor que estás bien... no quiero perder a nadie más..." pensó la princesa de la espada mientras corría a gran velocidad y detrás de ella el resto de su familia junto a aquella chica que había alertado sobre lo que pasaba.
Un gran Boaz sólo observaba desde las sombras a todos los aventureros pasar, sin mediar palabra.
"Mi trabajo está hecho, ese niño debe estar muerto después de la golpiza que el minotauro le dió, no es necesario que interfiera" pensó Ottar pero algo Interrumpió aquel hilo de pensamiento.
-¡FIREBOOOOOLT!-Se gritó desde el piso 8.
Los ojos del capitán de la familia Freya se abrieron enormemente.
-No puede ser posible...-Logró decir con una cara incrédula ante lo que estaba pasando.
-Ese maldito niño sigue vivo... ¿cómo es posible? Sólo es un nivel 1...-Agregó el boaz a sus palabras.
En ese momento, él decidió observar lo que sucedía, la familia Loki ya estaba demasiado alejada de él y cerca de Bell como para detenerles el paso, sólo podía ver lo que estaba pasando sin interferir.
De vuelta con Bell y el minotauro.
La batalla comenzaba, los golpes del minotauro eran bloqueados por la espada del chico, juntando la fuerza de sus brazos para no ser empujado por la potencia con los que aquellos ataques contaban, sus piernas frenaban ligeramente el desplazamiento y levantaba la tierra que estaba combinada con los litros de sangre.
Aquel brillo blanco seguía resplandeciendo en su cuerpo, como si de un faro se tratara, su cuerpos se sentía tibio, dándole calma a su corazón y a su mente pero no era lo único que hacía, recuperó sus fuerzas de pelear, no fue sanado, no fue curado, solo fue recompuesto su voluntad de seguir adelante.
El minotauro se preparó para golpearlo, dejando una apertura que fue captada por el muchacho.
-¡FIREBOOOOOLT!-Gritó el muchacho, lanzando un rayo de color rojo hacia el hocico de la bestia, haciéndolo retroceder por el impacto de la explosión.
Ese pequeño resquicio fue aprovechado y Bell clavó su espada en el abdomen del monstruo, pero no tuvo éxito para llegar a la piedra mágica, aún era muy resistente su cuerpo, por lo que decidió seguir hiriéndolo superficialmente para que las heridas se fueran haciendo a,s profundas gradualmente con el pasar de los segundos y cortes.
-¡AHHHHHHH!-Gritó el minotauro, tratando de golpear a Bell pero con la simpleza de un bailarín, él había esquivado.
Cuando la batalla había iniciado, muy probablemente habría recibido aquel golpe, pero ahora que había vuelto a ser aquel guerrero, era imposible que con tan poco fuera vencido.
-¡FIREBOOOOOLT!-Volvió a gritar el chico, lanzando nuevamente su magia pero a las heridas abiertas en el torso del monstruo.
El minotauro retrocedió nuevamente y sentía como las quemaduras de las llamas se esparcían por dentro suyo, escupiendo sangre en el proceso.
Parte de su rostro estaba chamuscado por la primera explosión, la potencia de esa magia era irregular, parecía estar potenciada, para una magia de lanzamiento rápido era imposible que tuviera tanta fuerza.
El minotauro se desesperó y se lanzaba con toda la fuerza que tenía, Bell solo bloqueaba y contraatacaba, él sabía perfectamente que con otro golpe estaría acabado, su fuerza de voluntad era lo único que lo mantenía de pie y, aunque fuera rápido, la fuerza del monstruo seguía siendo mayor a la suya.
Sin darse cuenta, la familia Loki había llegado para observar lo que pasaba.
Aquel brillo los había guiado hasta ahí.
Todos yacían con una mirada llena de sorpresa.
-¿Qué demonios sucede...?-Preguntó el hombre lobo al ver tal demostración de fuerza.
-Bell...-Dijo Aiz con gran sorpresa.
-¿No es el muchacho que estaba aquella noche en "La señora de la abundancia"?-Preguntó Finn con el mismo rostro que todos los demás.
-¡Es imposible! Eso fue hace poco más de una semana ¡NO PUEDE SER POSIBLE QUE SE HAYA HECHO TAN FUERTE EN POCO TIEMPO!-Gritó Bete con furia pero no podía dejar de ver la batalla.
-Ese minotauro no es normal...-Dijo Riveria para desviar la atención hacia aquel chico y que todos la centraran en el oponente.
-¿A qué te refieres con que no es normal...? ¿Uh?-Dijo Tione al notar la gran cantidad de cadáveres en el sitio, todos eran aventureros de nivel 1 al parecer pero eran muchos.
-No es posible que sólo un minotauro normal pueda haber hecho esta masacre, debe ser por lo menos equiparable a un nivel 2 a finales... o un nivel 3 a inicios-Explicó Finn al percatarse de aquella escena.
-¡Entonces deben ayudar al señor Bell! ¡Él es sólo nivel uno! ¡Puede morir! ¡Miren su cuerpo!-Dijo Lili con lágrimas en sus ojos, ella estaba realmente preocupada por su compañero y amigo.
-¡Hey maldita niña! No sé si te haz percatado pero el que parece rogar por ayuda es el minotauro-Dijo Bete, haciendo que la pequeña Hobbit regresara su mirada a la pelea.
Lili vió como aquella bestia estaba siendo brutalmente masacrada por Bell, quien yacía con una calma impropia de la situación pero no estaba ileso, su sangre seguía cubriendo su rostro y su armadura estaba destrozada, algunas heridas en su cuerpo seguían abiertas y soltando aquel líquido rojo.
-Es como el Argonauta...-Logró decir la menor de las hermanas Hiryute.
-¿Aquella historia del niño que quería ser un héroe?-Preguntó Tione a su pequeña hermana.
-Me encanta esa historia-Respondió Tiona con una sonrisa, al parecer disfrutaba ver aquella demostración.
-No puedo creer que yo, "El valiente", me esté maravillando por un acto de valerosidades de otra persona...-Dijo Finn para sí mismo.
-Un héroe...-Mencionó Aiz.
"Algún día llegará un héroe para ti... Aiz"
"Quédate aquí... Aiz..."
-Papá...-Dijo en voz baja la princesa de la espada, aquella presencia tan poderosa que desprendía Albert, el padre de Aiz, era similar a la que aquel muchacho estaba teniendo en ese instante.
Volviendo a la pelea.
"Tengo que terminar con esto rápido, me veo tranquilo pero por dentro me siento fatal, como si estuviera apunto de caer..." pensó el chico mientras seguía blandiendo su espada, no podía hacer nada más, si le daba un pequeño espacio al minotauro para atacar, sería su fin, no estaba en condiciones para una batalla de dar y recibir.
Justo cuando iba a tomar la iniciativa, un gran dolor fue sentido en su brazo izquierdo.
-¡UHHH!-Ese sonido salió de sus labios, sentía como un ardor se expandía.
Era sencillo saber de qué se trataba, era el brazo que había sido aplastado al principio, aunque no fuera roto, no significaba que no hubiera recibido daño, aunado a eso, estaba forzando muchos movimientos con él desde que se volvió a poner de pie.
El minotauro notó esto y lanzó un golpe hacia él.
-¡LO VA MATAR!-Gritó Aiz mientras corría a ayudarlo.
-¡FIREBOOOOOLT!-Había salido de los labios del chico pero no hubo explosión.
Todos estaban atentos de lo que había sucedido pero nadie se esperaba aquella escena.
El arma del chico se pintó de un color rojo llameante y debajo de la misma se pudo ver la mano del minotauro, había sido cortada en un rápido movimiento.
Bell se alejó del monstruo apenas pudo.
"Eso estuvo cerca... no creí que eso funcionara... pensé que la espada iba a explotar apenas la magia pasada por ella" pensó el joven mirando ligeramente su arma.
El brillo de su cuerpo se comenzaba a desvanecer y sus heridas volvían a sentirse.
-Debo terminar con esto-
-¡FIREBOOOOOLT!-Gritó nuevamente, regresando las llamas a su espada y lanzándose por el minotauro.
Una gran cantidad de cortes contactaban al monstruo, quien ya no bloqueaba de la misma forma, sin un brazo, le era imposible, pero si eso no fuera poco, cada corte desgarraba todo lo que osara tocar el filo de la espada.
El minotauro trató de golpearlo nuevamente pero otra vez fue rebanado su brazo.
*SLASH*
Era lo único que había dejado aquel corte, sólo ese sonido y un brazo tirado en el suelo, el minotauro estaba acabado, sin brazos, herido, esperando a que su rival no tuviera la misma brutalidad que él tuvo con los aventureros que asesinó.
-Yo no soy tú... acabemos con esto rápido, la crueldad, la violencia injustificada, no van conmigo, no si quiero ser un héroe-Dijo Bell ante su rival, preparándose para terminar con todo.
En un movimiento rápido, corrió hacia él y antes de que su espada entrara en contacto con el torso del monstruo, dijo...
-¡FIREBOOOOOLT!-
Encendiendo el arma y haciendo el corte al cuerpo del minotauro, para que esté después explotara.
*PUUUUUUUUUM*
Tras el estallido, un cuerno del minotauro había sido desprendido del mismo y, contrario al resto del cuerpo, éste no desapareció.
El brillo que Bell emanaba se apagó totalmente, haciendo que se desmayara de pie, aunque también había que darle crédito al Mind Cero por el uso excesivo de su magia en el último tramo del combate.
Todos los espectadores estaban impresionados por la hazaña del joven.
-Ese idiota lo logró...-Dijo Bete con gran sorpresa.
-¡Bell! ¡Bell!-Gritaba la pequeña hobbit, corriendo hacia él.
-Mind Cero, creo que salió muy bien parado de todo esto-Dijo Riveria mientras se acercaba al joven de igual manera que Lili.
-Hey anciana, dinos cuáles son sus estadísticas-Exigió el hombre lobo.
-No puedo hacer eso, es privado-Respondió la alta elfo.
-Gracias por respetar eso...-Dijo la persona en cuestión.
Todos se sorprendieron al oír esa voz.
-¿Estás bien? ¿Puedes moverte?-Preguntó Riveria al ver que Bell recuperó la conciencia.
-No... no puedo...-Respondió el peliblanco, volviendo a caer desmayado.
-Usó sus últimas fuerzas para decirnos eso, respetemos su decisión, Bete-Dijo Finn, tratando de calmar a su compañero.
-Tch-Contestó el beastman como reproche.
-¿Cómo dijeron que se llamaba?-Preguntó el Hobbit.
-Bell... Bell Cranel-Respondió Aiz, con una sonrisa, al parecer se sentía orgullosa.
A la distancia, aquel boaz de la familia Freya observaba todo lo que había sucedido.
-¿Qué eres Bell Cranel?-Preguntó.
En la superficie.
La familia Loki había escoltado a Bell y a Lili, llevando al primero hacia la sede de la familia Dian Cecht para que se recuperara, sus heridas eran múltiples, demasiadas como para ser curadas por una poción o por magia de curación por parte de Riveria, quien había tratado de regresarlo a un estado mejor del que se encontraba.
La diosa Hestia fue informada de lo sucedido y corrió a de prisa para ver cómo se encontraba, pero había un lugar que debía visitar antes.
Gremio.
-Y eso fue lo que sucedió... Bell y yo s-somos pareja... ¡SÓLO SE LOS DIGO PORQUE CONFÍO EN USTEDES! ¡NO VAYAN A DECIR NADA!-Dijo Eina al terminar de contar lo que sucedió con Bell y como ambos habían comenzado a entablar una relación romántica.
-Wow... ese niño es realmente impresionante, pensé que te quedarías soltera para siempre y que cuidarías de mis hijos-Dijo Misha, con la mirada decaída, ella quería un novio.
-Oye es me ofende mucho ¿Sabes?-Recriminó la semi elfo con una mirada seria.
-En fin, felicidades Eina, espero que sean muy felices y no te preocupes, de aquí no saldrá nada-Contestó Rose, guiñándole el ojo a su amiga.
-Gracias chicas, pero creo que sería bueno regresar al trabajo, ya perdimos mucho el tiempo-Dijo Eina, levantándose y dirigiéndose a la puerta.
Al abrirla, una pequeña diosa la estaba esperando.
-¡ASESORA! ¡BELL! ¡ESTÁ EN LA CEDE DE LA FAMILIA DIAN CECHT!-Gritó Hestia para después jalar a la semi elfo.
-¡¿Hestia-Sama?! ¡¿Qué sucede?!-Preguntaba Eina con histeria.
-¡BELL FUE HERIDO POR UN MINOTAURO! ¡TENEMOS QUE IR POR É!-Gritó la pequeña diosa.
Esas palabras habían hecho latir mucho el corazón de la pobre chica, abundando su ser con un enorme miedo.
-¡Vete Eina! ¡Nosotros estaremos aquí!-Dijeron ambas amigas de la semi elfo al ver cómo el rostro de la asesora perdía su color.
La diosa y la semi elfo corrieron en dirección a la cede de la familia Dian Cecht.
"Por favor, que Bell esté bien, por favor, por favor" pensaba Eina mientras poco a poco sus lágrimas iban saliendo con el paso de los segundos.
"No quiero perderlo... No ahora que por fin encontré a alguien tan especial para mi, alguien que me quiere, alguien que me ama y más importante, alguien con quien puedo compartir una feliz vida" agregó a su hilo de pensamiento.
"Asesora... no necesito leer mentes para saber lo que estás pensado, por el momento sé que está vivo, siento su falna todavía..." pensó Hestia al ver el rostro de Eina
Las chicas en el gremio sólo veían a su amiga llorar del miedo.
-Espero que todo esté bien... no merece sufrir así-Dijo Misha.
-Niño, más te vale sobrevivir, si lastimas a mi amiga al morir, buscaré la forma de revivirte para matarte yo misma-Comentó Rose con la mirada al cielo.
Bueno amigos, hasta aquí el capítulo 11, espero que sea de su agrado, pensé que tardaría más en escribirlo jajajaj, en fin, espero a su opiniones del capítulo.
¿Qué les pareció el combate? ¿Qué habrá sido esa nueva habilidad? Le tengo pensado un nombre, no será la habilidad de argonauta.
Pd: Nmms 11 capítulos y Bell apenas subirá a nivel 2 jajajaja, esta cosa se va alargar.
Pd2: algunas personas me preguntaron si tenía amigos en la plataforma que fueran escritores igual y la respuesta es... sí, he tenido contacto con algunos y la verdad son muy buenas personas, por ejemplo:
Pepeabra06
PochJota
Gasannz
Finedhas
Ellos son realmente a todo dar y sus historias son muy buenas, si por aquí hay algún team Aiz, Ryuu o Freya, lean sus historias, son de las GOD, creo que gracias a Pepeabra06 Es que me animé a comenzar a escribir, no se imaginan lo feliz que me hizo saber que él seguía mis historias.
Bueno amigos, los nomino a ustedes cuatro para que etiqueten a otras cuatro personas con las que hayan hecho amistad por aquí, también sirve para recomendarlos a otros lectores y así ayudarnos a crecer.
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