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Smell like Blood.


Huele a sangre.

Will y Bill se despidieron de los ambos castaños mientras se subían al automóvil de su padre.

—¿Qué tal tu primer día, Will? —Phil le pregunto dulcemente.

—¡Estupendo! —Will rió suavemente —, nos hicimos amigos de unos gemelos muy agradables, ¿verdad, Bill?

Y antes de que Bill pudiera responder su padre se encontraba interrumpiéndolo.

—¡Ese es mi hijo! —Bill rodó los ojos con algo de fastidio, tristemente ya estaba acostumbrado a ese trato por parte de Phil.

Will era la adoración de Phil por múltiples motivos: era dulce, tierno, adorable, paciente, inocente, responsable, inteligente y claro, le recordaba todo lo que era mamá.

Todo lo que lo que Bill jamás sería ante sus ojos.

El auto se detuvo frente a la casa, pasando por lo que parecía un tope, uno que Bill no recordaba.

Will bajó primero bastante emocionado, emoción que desapareció para ser remplazado por un grito secundado por las lágrimas, eso fue suficiente para hacer a Phil y a Bill bajar rápidamente del vehículo.

Will era un llorón y todos lo sabían, pero eso no le quitaba el hecho de que todos odiaban verlo de esa forma, era devastador.

Un olor desagradable a sangre invadió la nariz de Bill, y buscando lo que había visto su hermano mayor, lo encontró: un pelaje blanco bañado en sangre -ahora sucio- se encontraba debajo de la rueda del auto de Phil.

Phil cubrió con rapidez los ojos de Will alejándolo de la escena, prometiéndole un helado para olvidar el cuerpo del conejo muerto, alejó con rapidez al niño de cabellos azules olvidando por un segundo a Bill, quien veía el conejo sin expresión alguna en su fino rostro.

El rubio se volteó entrando a su casa, ya no había nada interesante que ver afuera, al menos esperaba que Will le invitara un poco de su helado, pues sabía perfectamente que Phil no compraría uno para él.

[...]

—Bill, ¿puedo dormir contigo? No puedo dejar de pensar en eso —Will preguntó con los ojos llorosos, Bill instantáneamente supo que la imagen del conejo muerto aún permanecía en su cabeza.

—Si quieres —Bill murmuró dejándole un espacio a su hermano en la cama.

—Gracias Bill —el mayor susurró sollozando un poco.

Su hermano menor se sintió un poco mal al respecto.

—No llores Will —murmuró.

Y Bill hizo lo primero que se lo ocurrió para calmar a su hermano. Lo que el castaño había hecho con él para calmarlo anteriormente... abrazó al de ojos azules.

—¿Bill? —Preguntó dudoso y sorprendido por el comportamiento de su hermano—, ¿estás bien?

—Sí, ¿algún problema? —Cuestionó defensivamente.

—Perdón, es sólo que es la primera vez que empiezas un abrazo —respondió apretando con más fuerza a su hermano.

—Shh, sólo deja de llorar y duérmete —el rubio le contestó un poco tosco, ignorando lo que su hermano le decía.

—No eres malo como Phil me dice a mí y a todo el mundo, al contrario, yo pienso que tienes un gran corazón, sólo que él no lo puede ver —susurró suavemente antes de quedarse dormido en los brazos de su hermano.

Bill aún no podía entender como su hermano podía dormir con tanta facilidad, mientras que él no paraba de pensar en el castaño que lo había tratado tan distinto a como la gente solía tratarlo, a excepción de su hermano mellizo, quien no tenía otra opción al ser su hermano, se separó de él y se bajó de la cama, Will le había dado una gran idea.

Bajó las escaleras saliendo de la casa directo al patio y con una pequeña pala de juguete busco el hoyo que Phil había hecho en la tarde, y, desenterrando poco a poco su objetivo, dejo que ese desagradable olor inundara sus fosas nasales.

[...]

—¿Qué traes ahí? —Will cuestionó a su hermano que llevaba una caja de cartón en brazos.

—Anoche no pude dormir y decidí darle un regalo a Pino —contestó con simpleza mientras se encogía de hombros.

—¿Pino? —Preguntó Will confundido.

—Oh, Dipper, es que huele a pino —respondió bajando la mirada a sus pies.

—¿Le hiciste un regalo a Dipper? —Will demostró su sorpresa en aquella pregunta.

Su hermano nunca hacia cosas así, primero el abrazo y ahora el regalo, Will se preguntaba qué había pasado el día anterior cuando ambos chicos desaparecieron al mismo tiempo.

—Sí —contestó por lo bajo, bastante inseguro.

—¡Eso es genial! ¡Estoy seguro de que le gustará! —Will exclamó emocionado—, ¿puedo saber por qué le darás un regalo?

—Para que sepa que él también me agrada —Bill murmuró subiéndose al auto—, pero no podía darle el mío o me moriría.

Will lo miró confundido mientras se subía el auto al lado de su hermano.

—¿De qué hablas, Bill? ¿Qué hay dentro? —Will preguntó bastante confundido.

—Un corazón —respondió.

—¿Le darás un corazón? Eso es muy lindo de tu parte —confesó Will, interpretando lo que su hermano le había dicho de una manera dulce e inocente —, ¿para que la caja? ¿No hubiera sido mejor un dibujo? Tus dibujos son muy bonitos.

—No sería lo mismo Will —le dijo Bill frunciendo el ceño.

—Yo pienso que sí.

—Si tú lo dices —Bill contestó una vez llegaron a la escuela.

Phil hablaba entretenidamente por teléfono.

—¡Cuídate Will! —Gritó Phil antes de desaparecer en su auto.

[...]

—¡Vamos Bill! ¡Tú puedes! —Su hermano le animó antes de ir con Mabel, jalando a la castaña, llevándola lejos de su hermano y el castaño.

Algo incomodaba el pecho de Bill y sabía que era culpa del castaño enfrente de él.

—¿Qué traes ahí, Bill? —Preguntó Dipper con una sonrisa mirando al rubio.

Bill desvió la mirada hacía su hermano que se alejaba cada vez más con la castaña y luego extendió la caja con fuerza, Dipper no quería demostrar lo nervioso que lo ponía estar solo con Bill.

—Es para ti, Pino —contestó con las mejillas sonrojadas.

El castaño se sorprendió, ¿Bill le estaba dando un regalo?

—Gracias —el color subió a su rostro también y con sus manos temblorosas acepto la caja—, y ya te dije que no me llames así.

Bill sonrió un poco.

—Pero hueles a pino —Dipper correspondió su sonrisa con timidez, pensando que el rubio no pararía de llamarlo así hiciera lo que hiciera, aparte, ¿qué tan malo podía ser?

El castaño miro la caja unos segundos antes de abrirla...

Un chillido escapo de sus labios antes de soltar la caja asustado, ¿eso era un corazón?

—¿Pino? ¿No te gustó? —Preguntó Bill con un rostro que reflejaba tristeza, sus ojos sintieron un par de lágrimas acumularse.

Dipper miro algo asustado a Bill, pero esa expresión se borró cuando vio la primera lagrima resbalar por la mejilla del rubio, la culpabilidad invadió su pecho y recogió la caja algo tembloroso.

Había un fuerte hedor a sangre saliendo de la caja.

—No es así Bill, es sólo que me sorprendió bastante —Dipper le sonrió un poco nervioso—, no me esperaba algo así.

—Lamento si te asusto mi regalo —se disculpó algo tembloroso, se sentía indefenso frente a él —, es sólo que no podía darte el mío porque si te lo daba me moriría.

Dipper suspiró, la intención de Bill estaba muy lejos de querer hacer algo malo y el castaño lo sabía, dejo la caja un segundo en el escritorio donde habían trabajado durante las clases.

—Está bien Bill —Dipper le sonrió dulcemente y lo abrazo, esperando que las lágrimas del rubio dejarán de salir—, gracias por tu regalo, fue muy lindo de tu parte.

Dipper se separó un poco de Bill antes de sonreír.

—Es sólo que no puedo conservar tu regalo, porque eventualmente se pudrirá y no quiero que pase eso —Dipper tomó la caja—, enterremos esto afuera y dejemos descansar en paz a este animalito, aparte, si lo enterramos permanecerá por siempre en este lugar.

Dipper le extendió una mano a Bill sonriéndole y esperando que lo acompañase.

Bill sonrió tomando la mano del castaño y empezando a caminar hacia el patio de la escuela, debajo del mismo pino de ayer, dejando enterrado el corazón de regalo.

—¡Rayos Bill! —Exclamó el castaño—, ya es tarde, será mejor que nos apuremos, mamá debe estar molesta.

Dipper tomó del antebrazo al rubio llevándolo hasta la puerta de la escuela, ambos buscaron a Will y a Mabel con la mirada, pero a la única que encontraron fue a la castaña que comía un par de galletas con su madre.

—¡Mabel! —Dipper gritó llegando hasta ella y su madre con Bill a un lado—, ¿y Will?

—Se fue con su padre —murmuró Mabel algo molesta, ese hombre no le daba buena espina y su madre la miró confundida.

—Pero... ¿y qué hay de Bill? —Preguntó Dipper preocupado.

Bill suspiró, odiaba a Phil.

—No es la primera vez, puedo ir caminando, creo —la madre de los castaños abrió los ojos sorprendida.

La última vez que había hecho eso, la ex de Phil se había encargado de ir a buscarlo.

—Claro que no, yo te llevaré a tu casa, ni en mil años te irás sólo, al menos no en mi presencia —la castaña le sonrió dulcemente—, Bill, ¿cierto?

—Sí —Bill contestó algo inseguro—, ¿no es una roba-chicos? ¿Verdad?

La madre de los mellizos rió.

—Claro que no... al menos no que yo sepa —la castaña le sonrió guiñándole un ojo—, por cierto, ¿qué les paso a los dos?

Preguntó mirando su ropa llena de mugre.

—No me digas que tendré que lavar eso, Mason —Dipper se sonrojó hasta las orejas.

—¡No me llames así, mamá! —Gritó Dipper—, esta Bill...

Murmuró por lo bajo jugando con sus dedos, Bill lo miró confundido, ¿Mason? ¿Ese era el verdadero nombre de Pino?

—Hey, hey, yo te llamo como quiera, soy tu madre y no por algo te puse ese nombre —la castaña respondió divertida mientras Mabel reía, Bill sonrió.

—Pero no me gusta... —Dipper murmuró avergonzado—, ya te dije que me llames Dipper.

Por un segundo la duda de si él, Will y su madre serían una familia sería tan agradable como la de los Pines cruzó por su cabeza, tal vez, si su madre aún estuviera con ellos...

—Bill corazón, ¿pasa algo? —Preguntó la señora Pines mientras Bill negaba rápidamente con la cabeza.

—Sólo pensaba y... —Bill le sonrió a la señora—, muchas gracias, señora Pines.

—Oh, no me llames señora me haces sentir más vieja —la madre movió la mano restándole importancia.

—Ah, pero tu si puedes quejarte cuando te llaman por algo que no te gusta —Dipper murmuró cruzándose de brazos.

—Más respeto a tus mayores, Dipper, y claro que puedo, soy tu madre —su madre le reprendió, pero manteniendo una sonrisa—, por cierto, Bill, ¿quieres un helado? Yo invito.

Bill sonrió con algo de brillo en los ojos mientras asentía.

Algo tenían los Pines que le hacían sentir aquella calidez en el pecho.

———

Actualización para que Koarlita relaje los chakras. 

Alguien me haría el favor de decirle a mi editora/esposa/Zulevil/LaKuinZ que: ¿dónde chingados esta mi portada?
Pd:
Bb, si ves esto: fokiu, quiero el divorcio.

—Tania, el pan de Dios <3. 

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