La vida en la universidad de Homeland es una mierda. Siempre lo a sido, pero tener a gente que comparta tu miseria siempre la vuelve más ligera, y con el tiempo, menos perceptible. En algunas ocasiones incluso hace que deje de existir. Hacen que la mierda desaparezca.

Las personas de la universidad suelen ser bastante idiotas. De acuerdo, completamente idiotas, pero rescatamos lo que se puede.

Si pudiera escoger entre estar o no aquí, definitivamente escogería no estar aquí. No soporto a los adolecentes. Es irónico porque soy uno, pero no me considero a mi mismo como el resto de mis compañeros. Puedo decir que tengo una cantidad rescatable de cerebro que uso para jugar ajedrez y atinar a la canasta en el baloncesto.

Antes de que pueda seguir contándoles lo mucho, que odio a los adolecentes y sus razones, me encuentro de frente con mis cinco excepciones. Mi grupito de seis que me hace creer que la humanidad todavía tiene esperanza. Si, incluso me hacen creer que yo tengo esperanza.

Empecemos con el pegamento de nuestro grupo, la que mantiene todas las piezas en su lugar, Valery. A simple vista podría parecer una rubia tonta y risueña; yo creí que lo era. Si, tal vez parezco la clase de idiota que detesto, pero fue una de las mejores equivocaciones que eh cometido. Conocer la realidad de Valery Rayn es un regalo que valía la pena esperar para averiguar.

Valery es de las chicas más inteligentes que conozco, es buena en los deportes y tiene un sentido del humor impresionante. En el primer momento que hizo uso del humor negro ya se había ganado mi amistad. Tiene aspiraciones; quiere ser médico. Tiene metas; quiere ser el mejor promedio de nuestra generación y tiene sueños; quiere formar una familia.

Sigamos con Kaiden. Dios. De todo mi grupo definitivamente es él que más me sorprende que considere mi amigo. Por fuera es la clase de idiota que odio, pero una vez que te tomas el tiempo de rascar el interior descubres que es igual de idiota por dentro y por fuera, solo que por dentro tenía cosas rescatables. Kaiden es leal, como un perro a su dueño y la lealtad, hoy en día, es la cosa que más puedes apreciar. Kaiden es leal a todos nosotros. De nuestro grupo, es como un escudo, el que nos protege.

Cuando él está, todos se enteran de nuestra existencia, siempre es el centro de atención y cuando digo siempre, es siempre. En los pasillos, los salones, la cafetería, la cancha, la piscina. En. Todos. Lados. A veces me sorprende la cantidad de chicas que están detrás de él, especialmente cuando el idiota —haciendo una excepción con nosotros— es diez mil veces más idiota con el resto de la gente. El poder de cumplir con los estereotipos de belleza es ridículo.

Bien, ahora Thomas. Si yo me considero a mi mismo como un antisocial, Thomas James se ríe de mi en mi cara. En un principio, cuando lo conocí, creí que era mudo. Lo juro. No hablaba y si se dignaba en mirarte era muy extraño. Al único que e visto que le pone atención es a Kaiden, pero ¿quien no? Digo, el idiota parece que trae un megáfono incluído en la garganta. Es imposible ignorar su presencia.

Thomas siempre trae los auriculares encima, al igual que su skate. Le diría que me enseñe a montarla, pero eso solo podría acabar de una forma, conmigo de bruces contra el suelo.
En general podría catalogarlo como una persona pacífica a la que no le interesa hacerle frente a sus problemas, tal cual. La cantidad de veces que hemos salvado su tracero de golpizas es increíble; por hemos, me refiero a Keiden, pero nosostros le damos ánimos, así que supongo que eso cuenta ¿No?

Continuemos con Zach, el novio de Valery. Cuando se trata de ser un idiota con las chicas siempre e creído que hay dos tipos: El idiota que se cree la gran cosa y las ignora, y el idiota que les hace caso y luego las desecha; Kaiden pertenece al primer tipo, Zach al segundo. Si tuviera que escoger a alguno, definitivamente escojo a Kaiden. Una pregunta sencilla.

Todo lo malo de Zach se recompensa con grandes dotes en deportes, encanto, en calificaciones y en ser un buen amigo, porque sí, por supuesto debía ser un buen amigo para que no pudiera odiarlo. Sea cual sea su tema con las chicas, conmigo siempre a sido una buena persona, pero eso no significa que me agrade lo que les hace ¡Siguiente!

Sarah Winter. Finjamos que mis latidos no aumentan a un millón por minuto mientras mis ojos enfocan su cabello marrón que luego se pasan a su gran sonrisa.

Sarah ¿Por dónde empezar para describir a Sarah? Tal vez podríamos empezar por su gran habilidad para agradarle a las personas, por su despreocupación por la vida, su serenidad, su calidez. Sarah no es del tipo al que le preocupé sus sueños, es de la que te ayuda a cumplir los tuyos y eso, poco a poco la va ayudando a cumplir los suyos.

Estar cerca de ella es como estar parado bajo el sol en invierno, es como sentir calidez cuando a tu alrededor solo hay frío. Estar cerca de ella es como tener una descarga de adrenalina, por muchos motivos, el principal es que es fanática de meterse en problemas y de enrollarnos en ellos, eso sí, jamas estarás aburrido con ella.

Soy adicto a esa dosis de adrenalina.

Kaiden chasquea los dedos frente a mi cara y parpadeo saliendo de mi planeta. Soy extremadamente fácil de distraer, me descuidas y en un segundo ya me estoy cuestionando la existencia de todos.

—Tierra llamando a sueños eróticos con Sarah, ¿Tienen a Luis por ahí?  —le doy un golpe en la mano y este suelta una larga carcajada. Usa una chaqueta de cuero color negra, pantalones de mezclilla aguados a la cadera de los cuales en la esquina sobresale su boxer color rojo y lleva un cigarrillo en la oreja, está siguiendo el prototipo del bad boy al pie de la letra.

—Dejalo en paz —Sarah interviene anclandose a mi brazo. El aroma a licor y perfume caro me invade y disfruto de su aroma discretamente. Está usando un conjunto de color azul, el cual consiste en unos pantalones de seda acampanados y un top, un labial rosado pinta sus labios, algo raro, ella siempre usa rojo.

—Solo bromeaba —me guiña un ojo y le enseño mi dedo corazón en respuesta. Puedo escuchar a un par de chicas que pasan por el pasillo suspirar cuando él lo hace.

—¿Pueden dejar de pelear? —Valery está recargada en los casilleros... En pijama. Sí, recién lo noté. Su pijama es gris con corazones, es de cuerpo completo con un largo cierre en el centro, también tiene una capucha, pero no la usa. Su cabello está suelto, se nota que está vez se a venido justo como se a parado. Tampoco es que a alguien de nosotros le importe, estamos en finales de semestre, así que nadie le presta atención a nadie.

Exepto yo claro, mi única motivación para existir es analizar a las personas. Tal vez por eso quiero ser psicólogo.

Zach, está usando la chamarra de la escuela, la cual consiste en una tela rojo con las mangas blanca y las letras U y M entrelazadas en el lado derecho del pecho con una tela dorada. Él también está recargado en los casilleros, está teniendo una guerrilla de miradas con Thomas, este lleva una camiseta marrón y un pantalon desgastado color azul, él está parado a lado de Kaiden. Tiene unos audífonos de diadema colgados en el cuello y su skate bajo el brazo

—Vamos viejo, rindete —Zach le súplica y nosostros reímos. Thomas no dice nada y solo continúa mirándolo. Segundos después Zach parpadea y se rasca los ojos —, ¡Maldito! —nosotros reímos más.

Thomas parpadea un par de veces y continúa con su vida como si no acabará de tener aquel pequeño altercado con el pelirrojo.

—¿Tienen planes para hoy? —Valery pregunta.

—¿Me ocupas para algo? Puedo agendarte una cita si quieres —Valery le da un tirón de pelo a Keiden y este gruñe antes de devolverselo. De un segundo a otro ya no paran de darse tirones de pelo.

—¿No harás nada? —le pregunto a Sarah, que observa la escena con diversión y antes de que me lo diga esa expresión me responde.

—Pero si es divertidísimo —se ríe. Su risa me llena los pulmones aire.

A falta de alguien maduro que intervenga, Thomas aleja a Kaiden de Valery y le advierte a la rubia con la mirada que se detenga. Sin dudarlo Valery se detiene. Todos le tenemos un poco de miedo a ese cabron.

—Bueno, no me interesa si tienen planes o no —Valery ancla su brazo al de Zach nuevamente mientras intenta arreglar el desastre que le a hecho Kaiden en el cabello—, nos veremos hoy a las diez en el nube. Si llegan tarde se la verán conmigo.

Thomas resopla y Sarah aplaude.

—¡Fantástico! —recargo su cabeza en mi hombro y las mariposas se sueltan por mi estómago —, ¡Yo invito la primera ronda!

—Nadie hablo de beber, maldita alcohólica —Kaiden finge desagrado.

—Pues puedes mantener tu lindo trasero de cuero lejos de la barra —lo señaló con su dedo —, pero yo beberé hasta que olvide como carajos me llamo.

Soltó un pequeño grito de emoción y Kaiden resoplo.

—Mi mamá me enseñó que es de mala educación negar cuando te invitan a algo, así que me tienes Sari —la castaña le enseño su dedo corazón y Kaiden le mando un beso desde lejos.

Su necedad por pelear a veces era sorprendengte.

La campana que anuncia el inicio de nuestra proxima clase nos saca de nuestra pequeña platica y todos nos miramos. Sarah tiro de mi brazo en una señal de que era hora de irnos. Tenemos frances juntos.

—Los vemos en el descanso —les digo y Sarah y yo nos marchamos.

Nunca eres completamente conciente de lo mucho que necesitas el contacto de alguien hasta que su tacto no esta presente, desde que Sarah y yo nois conocimos hemos estado cerca del otro casi todo el tiempo, por ello puedo sentir como mi cuerpo desea estar cerca de ella cuando no esta, es una sensacion extraña, pero palpitante que se enciende y que no soy capaz de apagar.

—Ella siempre lleva con sigo ese aroma de licor caro y perfume, ya es parte de ella.

Sarah siempre trae su computador en la mochila, no usa telefono, solo esa computadora en la que siempre esta escribiendo, segun me conto le gustaria escribir un libro, pero nunca llega a algo concreto, escribe y escribe, pero nunca puede mantenese en una idea fija, aun asi, he tenido el placer de leer un par de sus borradores, son muy buenos, aunque por la falta de coordinacion y orden suelen ser bastante confusos.

Eh notado que a exepcion de que se trate de una fiesta, Sarah no habla con nadie que no seamos nosotros a menos que sea necesario, es en general muy sociable si se le acercan, pero sino, no.

Lo se, parezco un acosador. La verdad es que cuando se trata de ella tal vez lo soy, solo un poco.

—¿Has pensado en mi propuesta, pecas? —Si, definitivamente adoro que me llame asi.

Parpadee, volviendo mi atencion a la pregunta.

Oh, claro, lo de trabajar con sus padres. Trague.

—Si, lo he pensado mas de lo que imaginas.

Dimos vuelta en uno de los pasillos

—Quiero que sepas que te lo propuse porque se que jamas aceptarias mi dinero si crees que no trabajaste por ello, por eso te ofreci el trabajo, se que te pagaran bien.

—Lo se y te agradezco profundamente la oportunidad, en especial por...

No soy capaz de decirlo en voz alta y se que tampoco hace falta, desde la muerte de mis padres, hace seis meses he intentado frenar lo inevitable, que ya no tenga ni un solo centavo ni para comer.

—Le dire a mis padres que te presentaras a partir del lunes —Bien, hoy es jueves, asi que tengo un par de dias para disfrutar de mi libertad.

—De acuerdo —le digo con una sonrisa.

Despues de frances ambos nos dirigimos a la cafetería, nos sentamos en la misma mesa que está en la esquina y esperamos a que los chicos lleguen.

El lugar va llenándose y cuando ellos por fin llegan escuando comienzo a sentirme completo.