Único
La hermosa figura de Jin corriendo por todos los puestos dentro de aquel mercado callejero, adornado en su totalidad por la festividad de Halloween, hacen al mismo Kim Seokjin, volverse un niño de apenas 6 años, que luce completamente emocionado por la infinidad de cosas que hay en todos y cada uno de los puestos a su alrededor.
La madre de Jin le había inculcado la preciosa manía de decorar su departamento en las fechas que a él más le encantaban, inclusive ahora que ella ya no estaba con su pequeño niño de 22 años.
ㅡNo corras. Te vas a caer, Jinnie ㅡhabló algo eufórico su prometido, haciendo a su vez que el mismo se preguntase si estaba por casarse con un joven o un niño.
ㅡ¡Vamos TaeHyungie! ㅡexclamó sonriente el menor, y mientras corría de vuelta a su atractivo prometido, no tardando mucho en tomar su mano entre la suya y hacerlo correr tambiénㅡ. Tenemos que encontrar el esqueleto bailarín.
TaeHyung, a comparación de Jin, no era muy apegado a las festividades. Nunca le habían emocionado ninguna de esas fechas cómo Halloween, Navidad, Año nuevo. Sin embargo, cuando el pelinegro conoció al precioso castaño de Jin con todo aquello que a él no le gustaba, se dio cuenta de cuán divertida era la vida, además de irónica, por supuesto.
ㅡ¿En qué parte lo viste? ㅡpreguntó TaeHyung, al mismo tiempo en que era jalado de su mano por el menor.
ㅡHasta el final del pasillo B ㅡcontestó feliz Jinㅡ. Cuando salí del trabajo ayer, Jimin me convenció de venir a dar un vistazo a las cosas tan lindas que venden aquí y ese encantador esqueleto bailador fue el que se robó por completo mi atención ㅡcontó demasiado alegre Jin, tomando todavía la mano de su prometido que sonreía a cada una de las palabras que salían de la bonita boca de su Jinnie.
ㅡ¿Y por qué no lo compraron ayer? ㅡindagó TaeHyung, sin darse cuenta que Jin había formado un gran puchero.
ㅡPorque no traía dinero ㅡpuchereo el castañoㅡ. Era pobre en esos momentos.
ㅡPero si tú siempre traes dinero contigo por si se te antoja comprar algo ㅡcomentó serio TaeHyung, viendo que el letrero arriba de ellos decía "Pasillo B".
Y Jin se sintió de nueva cuenta afortunado de tener a su apuesto TaeHyung.
Centrando su atención en TaeHyung, Jin sonrió travieso por lo que aún no le había dicho a su coqueto prometido. Y como si fuese un detector de verdades a medias, TaeHyung detuvo su caminar y obsevó a su lindo niño.
ㅡ¿Qué fue lo que no me dijiste, Kim SeokJin? ㅡinterrogó TaeHyung, no sin antes darle una mirada más que penetrante.
Claro que aquello ya no funcionaba con su tierno Jinnie, que en vez de pensar que se veía demandante, pensaba que se veía adorable queriendo ser mandón, puesto que TaeHyung siempre había sido un sol con él.
ㅡPuede que no te dijera que aquel esqueleto bailarín cuesta cerca de doscientos dólares ㅡconfesó nervioso y algo risueño Jin, notando esporádicamente como el rostro de TaeHyung cambiaba a uno de total sorpresa.
ㅡPues, ¿qué hace?
ㅡBailar, amor ㅡrespondió el menor e inmediatamente una risa escandalosa se hizo presente, llamado la atención de las personas que caminaban tranquilos en el entorno.
Mirándole más que cautivado y enamorado, TaeHyung también comenzó a reír, pero por lo gracioso e inocente que se veía su Jinnie, en esos instantes dónde nada más importaba que su felicidad.
ㅡEntonces vamos a correr ya, o alguien más nos lo ganará ㅡTomando la mano delgada pero bella de Jin, ambos empezaron a correr por aquel pasillo con escasa gente.
Era imposible que Jin pensará alguna vez en dejar al excelente ser humano que era TaeHyung, quien a pesar de no gustar de aquellas fechas que a él tanto le encantaban siempre hacía lo imposible por complacerlo.
Los minutos corriendo fueron cerca de cinco, hasta que por fin, al acercarse casi al final, Jin sonrió ampliamente pues frente a sus ojos color avellana, un delicado, gracioso y por demás gallardo esqueleto apareció, reluciendo cada uno de sus doscientos seis huesos, que era aún más guapo de lo que recordaba al tener una sonrisa en su esquelético rostro.
ㅡ¡Buenas tardes! ㅡsaludó amablemente Jin, llamando la atención de la vendedora en cuestión de segundosㅡ. Quisiera llevarme el esqueleto que tiene aquí, por favor.
ㅡLo lamento ㅡinició diciendo la vendedora con voz serenaㅡ. Ya lo he vendido, y por el momento no cuento con otro ㅡY cómo si TaeHyung escuchará el sonido del corazón de su guapo Jinnie romperse, se deslizó hasta el lugar donde el mismo se encontraba con la mirada triste y sin pensarlo preguntó.
ㅡDisculpe, ¿en cuánto lo tenía?
ㅡEn doscientos dólares. Era edición limitada ㅡseñaló la fémina, rompiendo aún más el corazón de Jin.
ㅡLe doy seiscientos dólares por el ㅡofertó TaeHyung, atrayendo la atención no sólo de la vendedora sino de Jin tambiénㅡ. No tiene que pensarlo mucho. Le estoy ofreciendo mucho más de en lo que lo vendió originalmente ㅡhabló seguro el pelinegro, haciendo a la misma mujer frente a él, sonreír muy ampliamente.
ㅡ¿Gusta que se lo empaque, señor?
Aquellas fueron las palabras que la pelirroja formuló y que no sólo la hicieron feliz a ella sino a Jin también.
En definitiva TaeHyung era un excelente partido para Jin, pero no por su dinero, ni por lo que pudiese comprarle con él, sino por lo detallista que era al recordar que Jin amaba más que a nada esa fecha, en donde sin falta le presumía todo lo que habían comprado él y TaeHyung, a su madre.
ㅡTe amo mucho, TaeHyungie ㅡsusurró meloso Jin, y mientras sujetaba a su vez el brazo izquierdo de TaeHyung con sus manos, mientras esperaban que la vendedora terminará de empacar aquel esqueleto bailarín de un metro y medio en una caja más que elegante, demostrando que en efecto era de edición limitadaㅡ. Nunca me cansaré de decírtelo.
ㅡTe amo mucho más, Jinnie ㅡmusitó TaeHyung, depositando un beso sobre la frente del mismo, principalmente, para enseguida besar sus labios carnosos y con forma de una perfecta cereza, que sentía jamás se cansaría de besarㅡ. Siempre haré todo por verte feliz, mi niño boni, no tan niño, pero si muy bonito...
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