—Señor Park, la junta de las tres de la tarde parece que será mucho más antes, ¿quiere que la cancele o prefiere a la nueva hora acordada? —algo que Mina amaba de su trabajo, era que casi la mayor parte de su tiempo estaba lo suficientemente ocupada como para pensar en otras cosas, pero algo que definitivamente no le gustaba, era seguir a su jefe, como ahora lo estaba haciendo.

La ciudad estaba llena de personas de un lado a otro, ocupadas, tan ocupadas, que ni siquiera prestaron atención a la magnifica y gran sonrisa que el empresario dueño de Park Cosmetics tenía en su rostro mientras caminaba a pasos largos y decididos, mientras su asistente Mina estaba detrás de él haciendo preguntas que apenas y Jimin podía escuchar con claridad.

—¿Señor Park? —pregunto Mina mientras seguía caminando para poder darle alcance a su jefe.

—Mina, la junta esta bien a la hora que sea, siempre y cuando no interrumpan mi cita con Yoongi —respondió Jimin.

—Esta bien, señor Park —Mina miro de nuevo su teléfono celular—, en ese caso, tenemos exactamente una hora para regresar a las oficinas y poder estar en la reunión —pero Jimin no la escuchaba—, ¿señor Park?

—¡Sí! —Mina no esperaba que su jefe saliera corriendo a prisa de nuevo, haciendo que ella volviera a apretar el paso detrás de su jefe.

Últimamente Jimin se había pasado la mayor parte de su tiempo sumamente distraído, tan distraído que había hecho cosas que definitivamente no muchos de los empleados en la empresa consideraban normales. Desde que el empresario había comenzado a salir con aquel periodista, todo era una locura, Jimin se la pasaba en la oficina con una sonrisa a todo momento, cosa que definitivamente lograba causar un leve temor entre los empleados, también estaba el hecho de que cuando el horario de trabajo terminaba, Jimin era el primero en salir de las oficinas, siempre con mucha prisa, y sin dar explicaciones, no le importaba si acaso tenía que revisar algunos documentos antes de salir del trabajo, ni siquiera le interesaba si acaso se trataba de algún documento importante, lo único que le interesaba era salir e ir por Yoongi.

Mina era la empleada más cercana a su jefe, y ella notaba todo aquello que pasaba con su jefe, y Jimin se veía sumamente emocionado con muchas cosas, y más si se trataba de estar con su novio, a veces salían a comer cuando Yoongi tenía tiempo libre, suspiraba de vez en cuando, e inclusive se ponía a jugar con los bolígrafos en la oficina pensando que nadie lo veía, Mina había notado como prácticamente en los meses que pasaron, Jimin había pasado de ser un jefe exigente a un pequeño niño que necesitaba mucha atención y que se ponía feliz cuando sabía que ya podría dejar las responsabilidades de lado por un rato para sentirse feliz con la persona que más ama.

Y ahora mismo, después de casi un año de relación con su novio, Jimin había estado sumamente interesado en sólo una cosa, en anillos, Mina se había quedado con la boca abierta cuando escucho a su jefe decirle que debía de acompañarlo a escoger un anillo de compromiso.

Jimin entro a la joyería en cuanto vio el brillo de las cientos y cientos de piezas de joyería que había en los aparadores, Mina apenas y había logrado alcanzarlo, Jimin estaba sumamente emocionado, sus ojos brillaron en demasía al ver el color dorado y plateado en los aparadores, esta había sido una decisión de suma importancia para él, y claro que se había arrepentido por unos momentos, quizás podría ser mucha presión para Yoongi, ¡pero no podía evitarlo! Yoongi era prácticamente el amor de su vida, y definitivamente quería pasar el resto de sus días con él, y nada se lo impediría.

Durante el ultimo mes, Jimin había estado pensando, y pensando demasiado, tanto que ni siquiera prestaba atención a las cosas que pasaban en la oficina, sus pensamientos solamente se basaban en una sola cosa; proponerle matrimonio a su novio. Jimin consideraba que los meses que pasaron juntos como pareja oficial y las semanas que pasaron como pareja no oficial, le habían ayudado mucho a ver a Yoongi como la persona con la que compartiría toda su vida por completo, y nadie le haría cambiar de opinión. Es por eso que no quería perder el tiempo, ¿qué mejor que comprar un anillo para proponerle matrimonio?

—S-señor Park —la voz de Mina lo saco de sus pensamientos, miro detrás suyo a la chica que ahora mismo soltaba un largo suspiro—. ¿Acaso esta escuchándome? No tenemos mucho tiempo, y la empresa queda a casi cuarenta minutos de aquí, y... —pero fue interrumpida por su jefe.

—No importa, Mina.

La chica no podía creer lo que estaba escuchando.

—¡Señor Park! Es una junta importante, su madre estará presente, además de los nuevos socios con los que harán un nuevo trato.

—Lo sé, Mina —sonrió hacia la chica, Mina no sabía qué hacer, todo era una locura—, y llegaremos a tiempo, no debes de preocuparte, sólo deja que compre un anillo de compromiso y nos iremos de inmediato.

Mina no podía enojarse por escuchar aquello, Jimin se veía sumamente contento por estar allí, y definitivamente por más prisa que llevarán para irse a la reunión Mina no dejaría que esa sonrisa se apagará, así que, si llegaban tarde, no importaba mucho después de todo.