Después de que encontré a Michael en MI cabaña y de que él me viera desnuda, rápidamente me vestí e intenté salir de ahí pero ese vampiro es muy molesto -¿A dónde vas? -pregunta mientras se cruza en mi camino.

-Lejos de ti. -contesto seria y lo aparto del medio.

-Estás molesta porque te vi desnuda ¿Cierto? -dice haciendo que me sonroje.

-Sí, además estoy hambrienta y cansada. -corrijo mientras busco algo de comer en las alacenas y nada.

-Yo también y estoy viendo un delicioso bocadillo enfrente de mí. -murmura seductoramente, es obvio que se refiere a mí, yo le dirijo la mirada más seria que tengo y él me guiña un ojo.

-Mmm... a este lugar le hace falta un poco de luz. -digo acercándome a la ventana y abriéndola de golpe dejando entrar la luz del sol.

El vampiro se espanta y se esconde debajo de la chimenea -¡No vuelvas a hacer eso! -me advierte estando muy molesto y con la respiración muy agitada. Creo que me pasé.

-Jaja, solo eres un vampiro que le tiene miedo a los rayitos del sol. -digo en un tono burlón.

-Está bien, lo siento... -habla y se sienta en ese lugar con las piernas flexionadas.

-¿Qué? -pregunto mirándolo confundida.

-¡¿Ya lo olvidaste?! Traté de matarte Hela. -me recuerda.

-Ah eso... no importa. -sonrío sentándome en el sillón que está frente la chimenea -Además no es la primera vez que me pasa. -agrego.

-¿Ah no? -pregunta arqueando una ceja.

-No, tuve la oportunidad de matar a un lobo pero no lo hice y ahora somos amigos. -le cuento.

-¿Un lobo y tú, amigos? Es ridículo, es como decir que los vampiros no bebemos sangre. -ríe burlándose de mí.

-Cállate, soy amiga de dos lobos y me aceptarán en su manada, ya hice una de las tres pruebas. -digo cruzándome de brazos.

-¿Ah sí? Eso es... increíble. -habla sorprendido.

-Cuéntame de ti ¿Tienes familia? ¿Amigos? -pregunto cruzando mis piernas como un indio estando en el sillón e intentando no pensar en el hambre que tengo.

-Bueno... -él razca su cabeza -Es que... estoy solo. -murmura agachando la mirada.

-Lo siento, no lo sabía. -me disculpo por haber preguntado.

-Soy el último vampiro del mundo, esos cazadores mataron a todos mis amigos al igual... -cierra con fuerza los ojos -Al igual que a mi familia y todo por mi culpa.

-No creo que sea así. -niego.

-Sí lo es, los vampiros y los cazadores teníamos un acuerdo pero yo lo rompí y lo estoy pagando. -me explica, puedo sentir el dolor y la tristeza en cada palabra que dice.

-No debí preguntar. -me disculpo de nuevo.

-Descuida, eso fue hace décadas. -Mike forza una sonrisa.

-Bueno, ahora tienes una nueva amiga. -digo para hacerlo sentir mejor.

-¿En serio? ¿No vas a clavarme una estaca o quemarme con el sol? -pregunta arqueando una ceja.

-Claro que no. -sonrío y él copia mi acción, de repente Mike me lanza una bolsa de papas fritas. -Come. -me indica y yo asiento.

Abro la bolsa y como todo su contenido, sin importarme ensuciar mi mano y cara.

-Te pareces a un lobo, hasta comes como uno. -dice tratando de molestarme pero lo ignoro.

-Gracias. -digo lamiendo mis dedos y limpiando mi cara.

-Se lo quité a una pareja que estaba en una especie de pignic cerca de aquí. -menciona Michael haciendo que lo mire mal -Fue antes de prometer que no lastimaría a nadie. -dice en su defensa, estoy segura que los mató.

-Debes descansar si mañana tienes una prueba. -me aconseja, Mike bosteza y se acomoda hasta quedar dormido.

-Es cierto, él duerme de día. -pienso, me arrecuesto en el sillón y quedo dormida pensando en que, aunque no lata, Michael aun tiene corazón.