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CAPÍTULO 31

PARTE 1

MESES ANTES
Oficina principal de policías

-Ya te he dicho que mi hermano desapareció- Su tono de voz era fuerte, sus ojos mostraban la amargura del momento.

Su compañero de la estación estaba tratando de buscar las palabras para poder ayudar a su amigo.

-Gugk, ya envié a varias patrullas a la ciudad, confía en que Jungkook aparecerá pronto...- Las palabras del oficial fueron calladas por el golpe que se escuchó cuando la mano de JunGugk impactó contra la mesa de su compañero, mostrando lo disgustado que se encontraba.

-Creo que no captaste mis palabras, te dije que los malditos de Jung JunMin tienen algo que ver- Su mandíbula estaba tensa y el sudor se hizo presente en su frente.

Su compañero lo miró por unos segundos, un tanto dudoso de las palabras de JunGugk.

-La mafia de Jung JunMin desapareció hace una semana ¿Por qué razón se llevarían a tu hermano? Es un chico de buenas notas, atento y cariñoso y tú lo has mantenido alejado de los asuntos policíacos o al menos eso quiero creer-

El hombre lo miró con una ceja alzada, JunGugk desvío la mirada y después se armo de valor para poder dar inicio a algo que sabía que lo llevaría al arrepentimiento.

-Sea como sea, te traeré a JunMin vivo o muerto a esta misma oficina- Volvió a mostrar la molesta en su rostro. JunGugk era una persona muy expresiva y eso se podía notar cuando sus cejas se unían, cuando comenzaban a salir las pequeñas arrugas de su frente, cuando sus pupilas se expandía y sobre todo cuando sus orejas se tornaba rojas por el enojo.

Se dio la vuelta para salir de la estación, todo bajo la atenta mirada de su compañero y jefe, quien antes de ver el cuerpo de JunGugk salir, decidió hablar.

-Será mejor que vayas a casa y permanezcas fuera del caso, eres la víctima en esta ocasión-

El pelinegro lo miró unos segundos y asintió, desviando su mirada. Estaba más que claro que no iba a complacer las palabras de su jefe, estaba claro que le daría fin a la Espina Roja a como diera lugar, sabía que su hermano había sido secuestrado y se encontraba en las manos de JunMin.

Ahora solo le tocaba idear un plan para poder entrar.

....

Hacia frío afuera, las calles se encontraban solas y una tenue luz roja alumbraba ese callejón, donde más de una vez fue llamado por varios homicidios en esa zona.

Se estaba congelando por completo pero la figura de un hombre le llamó la atención.

- Estas aquí para ingresar ¿no? - El hombre llevaba una máscara de gato, ocultando todo su rostro.

- Sí, me dijeron que la subasta comenzaba en unas horas - El hombre de máscara asintió y le extendió la mano al JunGugk.

- Tienes que dar el dinero antes del evento - Volvió a mover su mano, esperando el dichoso dinero.

JunGugk se sorprendió, pero realmente no quería entrar en conflicto con ellos.

- Tengo mil dólares en efectivo - Le dio el dinero, el cual estaba perfectamente ordenado.

El hombre contó el dinero por encima y asintió, hizo una seña para que lo siguiera a lo más profundo del callejón.

Una puerta se hizo presente en su campo visual, esta estaba cerrada bajo varios candados, todo era tan silencioso, pero cuando la puerta fue abierta por el hombre encubierto todo lo que parecía ser tranquilo, paso a ser una completa pesadilla.

- Eres bienvenido, solo procura no meterte en problemas - El hombre habló, dejando ir a JunGugk, quien no quitaba su expresión de asombro de su rostro.

Trató de disimular e inspeccionar el lugar de par en par, el pasillo era oscuro y con un papel tapiz de color rojo, en las paredes habían cabezas de animales colgando, perros, gatos, lobos...

Olía a muerte, los gritos de los hombres a la distancia quienes estaban disfrutando de un terrible espectáculo.

Un chico pelirojo le estaba abriendo el pecho a otro joven, rompiendo sus costillas con sus manos, dejando que la sangre llenara todo su rostro, el cual estaba con una sonrisa plasmada.

- Miren esto - Gritó el chico desde el escenario. Su mano se hundió en el abierto pecho del chico, haciendo presión y sacando con fuerza el corazón de este - ¡¿No se ve delicioso?! -

Todos los presentes parecían hombres viendo a una mujer desnuda en un burdel de mala muerte, todos tan excitados entrando en un estado de clímax con solo ver como el chico pelirojo devoraba con sus dientes el órgano.

JunGugk sintió náuseas al ver como el desquiciado tiraba con fuerza de la piel del joven, quitando la casi por completo, alimentándose de esta, llenando su boca de sangre, podía ver cómo lo tragaba todo, vio como los ojos del chico eran arrancados sin piedad alguna.

Estaba jugando con ellos como si fuera un malabarista, para después tragarlos como si de un dulce se tratara.

Todo era una pesadilla viviente.

El chico prácticamente fue devorado vivo por una persona, una que parecía estar llegando a un completo orgasmo con solo alimentarse de carne humana, con solo plantar el cuchillo una y otra vez en la blanda piel de un inocente.

JunGugk pensó que lo había visto todo, que tal vez su mente había llegado a un punto de quiebre luego de graduarse como policía, después de tantos casos, creyó pensar que su mente estaba en un estado mental fatal, pero se había equivocado.

Ahora era un infiltrado y para poder pasar desapercibido tenía que comportarse como tal.

Por esa misma razón comenzó a analizar el comportamiento de cada uno, sus expresiones, voces y deseos, seria un criminal, seria un asesino, seria un maldito caníbal que lograría escabullirse para poder dar en el punto débil de la Espina Roja.

- Ahora con ustedes, un breve espectáculo de nuestro querido Kim y su mascota -

Ese hermano que había desaparecido hace unas semanas atrás, estaba frente a sus ojos, al lado de la persona que nunca creyó imaginar.

UN AÑO ANTES

- Si los dejamos vivos ¿donde esta la diversión?- Dijo con una sonrisa cínica, refiriéndose a los guardias. Comenzó a disparar como loco, mientras que una sonrisa cómplice se formaba en su rostro.

Vio como uno de los agentes se acercó y logró alcanzarlo con la mirada, Taehyung se dio cuenta de quien era.

Era ese agente que llevaba años buscándolo, a todos, a la mafia. Pero nunca dio con su paradero.

- ¡Maldito hijo de puta! - Gritó el oficial, Taehyung logró escuchar aquello y su expresión cambió a una seria, algo dolida. Bajó el arma, al igual que su mirada.

- Nunca en su vida me ha insultado de esa manera- Susurró para sí mismo.

Dio un vistazo una última vez, viendo como aquella persona lo miraba con el odio acumulado en su alma.

Nada le había dolido tanto como eso, después de años, nunca creyó que aquella mirada llena de amor y felicidad se convertiría en una de odio y anhelo de verlo muerto.

Sintió rabia en su interior, ya nada era como antes y tenía que aceptarlo. Jeon JunGugk no estaba en su vida.

.....

Era una completa tortura para sus ojos, ver como a su hermano menor lo esposaban a un reja de metal y abusaban del el repetidas veces.

Sabía que Taehyung estaba desgarrando el interior de su hermano, podía ver cómo la sangre escurría por las piernas de su pequeño, como este lloraba pero se dejaba penetrar una y otra vez.

Su cuerpo subía y baja con cada embestia, los chasquidos que se escuchaban entre sus pieles era simplemente horrendo.

Durante toda su vida nunca llegó a imaginar algo así, Taehyung podía ser todo lo que quisiera, todo lo que él alguna vez pensó que era, pero nunca lo vio como un violador, menos como un secuestrador.

Cuando conoció a Taehyung, él era un simple estudiante de secundaria, todo comenzó con una simple y vaga venta de drogas y terminó metiéndose en misiones de la mafia de Jung JunMin.

Nunca lo supo, nunca vio las señales que todos sus parientes le decían.

"Ese hombre no es bueno"

"Tiene mucho secretos"

"No me da buena espina, deberías de tener cuidado"

Se negó un sin fin de veces a creer aquellos comentarios, Taehyung le recordaba que sus familiares y amigos estaban locos, que solo invitaban excusas para que terminara con su relación de casi cuatro años.

Pero estaba tan perdidamente enamorado que cayó en sus palabras, él juró que Taehyung lo amó, podía jurar con los ojos cerrados que Taehyung lo amó hasta aquella noche.

Donde fue llamado por un tiroteo que se estaba presentado en una de las mansiones de las costas.

Fue cuando vio como Kim Taehyung, su novio, su prometido, su todo, estaba disparando en la cabeza de varios enemigos y tomaba una cierta cantidad de droga y se la llevaba junto a sus compañeros.

Esa misma noche Kim llegó al departamento que compartía con él.

- Eres un bastardo - Su voz era profunda y su mirada mostraba una decepción total, el rostro de Taehyung se volvió pálido. - Te vi Kim, vi como matabas a esos hombre -

- No es lo que parece, JunMin... - Taehyung trató de llegar a él, para poder tomarlo de las manos. Sin embargo, el menor se apartó rápidamente.

- Me vas a decir que JunMin te obligó a entrar en su mafia ¿no? Ahórrate tus excusas, te vi, vi como disfrutabas quitarle la vida a esos hombres -

Taehyung lo veía incrédulo, tratando de contener muchas palabras que quería decirle al menor.

- ¿Sabes JunGugk? No tienes moral para decir eso ¿tengo que recordarte que no eres un santo? -

Y esas palabras habían terminado con su bonita relación de años, habían terminado con el corazón de JunGugk y con el de Taehyung, quien se convirtió en una persona completamente distinta y ahora era consiente de ello.

Al ver como dejaba golpes el cuerpo de su hermano, como besaba con brusquedad sus labios, como lo follaba tan rudo contra la rejas de metal.

Quería destrozarlo y hacerlo pagar por todo lo que había hecho.

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