Estar metido en ese departamento lo asfixiaba, le hacía recordarlo, por lo que había tomado la decisión de venderlo y darle la mitad de dinero a Hyunjin, luego buscaría otro sitio donde vivir, por el momento se quedaría con su mejor amigo.

El tiempo había pasado, cinco meses para ser exactos, las heridas ya no dolían como antes, las lágrimas se habían secado y todo parecía insignificante, pero Jeongin seguía sintiendo un hueco en su pecho cuando lo recordaba.

Necesitaba poder superarlo definitivamente, por ello había tomado otra drástica decisión; irse de viaje.

—¿Por qué te quieres ir? —le preguntó Félix, su mejor amigo—. ¿Acaso te sientes un estorbo o algo así? Porque sabes muy bien que mi casa es tu casa, Jeongin, no es necesario que te...

—Calma, Lix —lo interrumpió Jeongin—. No me voy porque me sienta un estorbo ni nada por el estilo.

—¿Entonces por qué te quieres ir?

—Porque lo necesito, Lix. Es lo mejor para mí en estos momentos.

—Pero no quiero que te vayas... —dijo con un puchero—. No me parece justo que tú estés sufriendo mientras que ese imbécil siga disfrutando con su amante.

—Félix, por favor...

—Lo siento, Innie, pero es que me llena de coraje y...

—Calma, ¿sí? —pidió en voz baja.

Félix era una persona muy pacífica, una masita de amor que no le podía hacer daño a nadie, no le gustaba buscar problemas ni estar metidos en ellos. Sin embargo, cuando se metían con lo que amaban, así sean personas u objetos preciados, se les desconocía completamente. Félix se volvía un ogro cuando dañaban a lo que amaba.

—No será por mucho tiempo —volvió a hablar Jeongin—. Solo iré de vacaciones para relajarme y pensar en mí. Voy a regresar, lo prometo.

—Está bien, si es tu decisión, pues la apoyaré, ni modo —dijo, alzándose de hombros.

—Gracias, Lix.

—¿A qué hora sale tu vuelo? Para poder acompañarte y dejarte embarcado.

—Mañana temprano, a eso de las 9 am.

—Okey, voy a preparar los bocadillos para que lleves en tu viaje.

—Lix, no es necesario.

—Lo haré quieras o no, ¿okey?

—Okey...

Félix se dio la vuelta, yendo hacia la cocina, mientras Jeongin se quedó pensando y observando aquel sobre blanco en su mano.

—Félix —llamó, acercándose hacia la cocina.

—¿Qué sucede?

—Saldré un rato.

—¿A dónde irás?

—Hay algo que debo hacer antes de marcharme, algo para cerrar definitivamente esta etapa de mi vida y poder seguir adelante.

—¿Le darás esa carta?

—Sí.

—Está bien, anda. Ya sabes que siempre tendrás mis brazos y mis hombros.

—Gracias, Lix —susurró—. Gracias por todo lo que has hecho por mí.

—Lo haría una y mil veces más.

Jeongin sonrió como respuesta, luego se dio la vuelta y tomó un taxi para que lo llevara al nuevo departamento de su ex, tenía que entregar eso para poder viajar mañana sin ningún peso encima, sin ningún remordimiento que atormentara a su vida.

Cuando llegó tocó el timbre con su dedo temblando, pero tomó inhaló y exhaló para calmarse, tenía que enfrentarlo.

La puerta se abrió y dejó ver a su ex, tenía su cabello alborotado y algunas marcas en su cuello, era evidente lo que había sucedido, más Jeongin intentó no prestar atención a eso.

—¿Jeongin? —soltó Hyunjin con asombro—. Hola, qué sorpresa verte.

—Uhm, solo vengo a decirte algo, será rápido.

—Está bien, ¿qué sucede?

—Bien —soltó aire de su boca—. Yo sabía que me estabas engañando, lo supe hace un año atrás, pero no nunca dije nada...

La sorpresa de Hyunjin era evidente en su rostro. ¿Jeongin lo sabía hace un año? ¿Por qué no dijo nada desde entonces? ¿Por qué guardó silencio por tanto tiempo?

—No entiendo, ¿por qué te callaste? ¿Por qué no dijiste algo? —preguntó en voz baja y con su rostro lleno de desconcierto—. Por qué... ¿Por qué no terminaste conmigo? Tú odias las mentiras e infidelidades...

—Porque te amaba —contestó, sintiendo ganas de llorar, pero conteniendo con eficacia esas lágrimas que amenazaban con salir—. Te amaba tanto que no me importaba que estuvieras con alguien más, me bastaba con que siguieras a mi lado. Muy masoquista de mi parte, ¿no lo crees?

—Jeongin...

—Me callé... —lo interrumpió—, me callé porque tenía miedo de que me dejaras, pero al final no fui suficiente para ti y me dejaste...

Antes de que Hyunjin dijera algo, Jeongin continuó.

—Ya no me duele tanto como antes, es por eso estoy aquí, para poder decírtelo personalmente.

Jeongin sacó el sobre de su bolsillo y se lo extendió a Hyunjin, quien lo observaba con desconcierto.

—Tómalo —pidió Jeongin.

—¿Qué es? —preguntó Hyunjin, tomando el sobre blanco.

—Léelo, es mi despedida para cerrar esta etapa de mi vida —explicó.

Entonces fueron rodeados por un fugaz silencio, en donde Hyunjin observaba el sobre blanco en sus manos con muchos pensamientos y sentimientos mezclados.

—A pesar de todo lo sucedido, yo realmente fui feliz a tu lado, te amé tanto —habló Jeongin de nuevo, rompiendo con ese doloroso silencio—. Es por eso que espero que seas feliz... Ojalá que seas muy feliz, Hyunjin.

—También deseo lo mismo para ti.

—Bien, entonces me retiro... —musitó, respirando profundamente—. Adiós, Hyunjin.

Hyunjin asintió como respuesta, entonces Jeongin se dio la vuelta y se retiró del lugar, todavía con un diminuto dolor en su corazón, pero aquel peso que cargaba en sus hombros desde semanas atrás se había esfumado y una calma lo había abrazado.

Dentro del departamento, Hyunjin sacó lo que estaba en el interior del sobre, era un pequeño papel con una clase de poema escrito en él.

Vivimos una ruleta de emociones,
tanto tristes como felices.
Ahora que todo ha terminado,
es hora de despedirse.

Para llegar a esta decisión
tuve que llorar mucho,
Porque fui tan feliz a tu lado,
que me costaba aceptar que
al final me hiciste daño.

No lograba asimilar
que yo debía distanciarme,
que tú me habías herido
y yo debía dejar de aferrarme.

Hoy renuncio a ti,
Por ti y tu felicidad,
pero lo hago más por mí.
Porque quiero ser feliz,
y sé que contigo no va a ser así.

Ojalá te sientas bien a su lado,
que no recuerdes historias del pasado
y te dé lo yo no pude haberte dado.

Te deseo lo mejor, excompañero.
Te pido de favor que no la estropees de nuevo.
Sigue con tu vida ahora sin mí,
y espero que seas feliz.

Hyunjin sintió un pequeño dolor en su corazón, quería creer que esa sensación se debía a todos los años que compartió con Jeongin, por lo mucho que lo amó y fue feliz a su lado. Caminó hacia su habitación para ver el cuerpo desnudo de su novia reposado en las sábanas desordenadas. Soltó un enorme suspiro, de verdad esperaba haber tomado la decisión correcta, esperaba obtener la felicidad con su nueva pareja.

Por otro lado, Jeongin se encontraba entrando a su hogar, Félix creía que Jeongin llegaría llorando, más no fue así. Jeongin venía con una expresión de agotamiento, sin embargo, no había llorado, no había derramado ni una sola lágrima. Ahora solo le quedaba continuar con su vida, sería difícil, realmente difícil, pero se esforzaría para seguir adelante. 

Ojalá les haya gustado, gracias por leer.

Aprovecho para contarles que tengo en borrador una historia ChanIn que viene a ser la continuación de esta de aquí, está enfocada en lo sucede con Jeongin meses después de la ruptura, pero todavía siento que no está lista para ser publicada.