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CAPTULO TRECE

ESPERANZA
"Anillo"


Actualidad, Residencia Namikaze al atardecer;

Kira mordió sus uñas, aún oyendo el llanto incesable del pequeño Uchiha en su habitación y luego soltó un suspiro. Amara no pudo hacer más que abrazar a la rubia mientras que de esa manera, esperaba la llegada de alguno de los dos padres. O mejor, si es que alguno había divisado sus mensajes.

Zoro estaba descontrolado, de eso no cabía duda. No quería hablar, no quería jugar y no quería ver a Goku. Aunque,  lo más preocupante para la mujer era el hecho que pudiese coger una fiebre de tanto lloriqueo. Pero aún así, algo más inquiría que estaba mal con Zoro; no solo el resfriado.

¿Acaso algo más atormentaba su pequeña cabecilla? Ella no estaba segura.

No obstante, el azabache de cinco años no solía ser así; para nada. Y mucho menos estando junto a Amara o siquiera la misma rubia. Él adoraba visitar a los Namikaze o jugar con la azabache y tampoco lo pasaba mal ahí, siempre sonreía y disfrutaba.

¿Qué era tan diferente ahora?

Algo más había tras de toda esa pataleta.

—¿Zoro tiene mucha pena? ¿Se le ha muerto el perrito? —murmuró la de ojos azulados hacia la rubia con presunta inocencia, quien solo alzó sus hombros.— Oye Kira, siento haberle dicho eso... Yo no pensé que iba a llorar tanto, porque se supone que los niños no lloran pero él es un llorica y...

—Tranquila Amara, no es tu culpa. —respondió, observando así su tablero de mensajes en WhatsApp con un breve suspiro. Uno sólo de su manada había respondido y ya había transcurrido una hora desde la respuesta, ¿acaso sería capaz de llegar antes que Chay se enterase y regañara a todo el mundo por ello?

Kira no estaba segura.

—Oye Kira, y si...

La pequeña azabache no pudo siquiera terminar su frase, pues el golpeteo de la puerta inundó ambos oídos e hizo que Kira no dudase ni un solo segundo en ponerse de pie para abrirla de manera fugaz, siendo así seguida a la vez por la pequeña Uchiha a pasos rápidos y preocupados.

—Kira ¿Qué oc...

—¡Gracias a Dios! ¡No sabes cuánto te adoro en este momento!

El menor de los hermanos Uchiha —sin contar a Sarada— no alcanzó siquiera a poner un pie sobre la entrada antes que la mujer le hubiese abrazado con fuerza por el cuello. Por su parte, Amara solo tiró de su brazo para que entrase de una vez y calmara a su pequeño amigo.

Sasuke estaba desconcertado.

—Oye oye, ¿qué ocurre? —soltó el pelinegro, separándose un poco de la casi exasperada Kira con cierta confusión— ¿Por qué mandaste el SOS? Creo que hasta Hidan vio el mensaje, ¿estás bi...

—Es Zoro, no para de llorar y Obito no me contesta las llamadas y yo si sigo así no creo qu...

Ahora, Sasuke parecía más confundido y desconcertado que antes, aunque se quitó bruscamente de su abrazo para por fin, ingresar a la vivienda con preocupación y suma rapidez. En este punto, la mujer ya no daba más de los nervios y tiritaba ferozmente. Estaba en su límite.

Si seguía así, probablemente se induciría un ataque y Kira no quería llegar a ese punto.

Amara sintió ansias de llorar, aunque solo por el miedo que se infringía el ver de esa manera a ambos mayores. La preocupación de ellos era evidente y le hacía entender que algo estaba más que mal.

—Sa-sasuke...

—A ver, tú tan solo cálmate y respira como lo haces siempre ¿Vale? —sugirió el Uchiha hacia Kira, cerrando así la puerta tras de él con ese semblante que adormecería a cualquiera— Dime dónde está Zoro e intentaré arreglarlo, pero por favor tienes que calmarte. No pasa nada, todo va a estar bien.

Kira, a puños cerrados y lágrimas acumuladas en sus ojos asintió. Para luego tragar saliva y señalar con su mano la habitación en donde se oían los llantos del pequeño.

—Tranquila, Kira. —insistió Sasuke al notar como ella no frenaba el tiriteo, mientras que por poco corría a la habitación y era observado por Amara— Nadie va a reprocharte, no hiciste nada malo, ¿ok? Porque si tuvieran que regañar a alguien por esto ése sería Obito, pues era su responsabilidad cuidar de Zoro hoy , no tuya ¿Vale?

Amara vio asentir a la rubia y siguió al Uchiha hacia la habitación. Habitación en dónde Zoro se encontraba sobre la cama en posición fetal con unas pocas lágrimas en sus ojos. Aún así, él seguía sollozando y negando con su cabeza como si fuese el peor día de su vida.

—Hey Zoro, ¿qué ocurre? —comentó el Uchiha de vendas en sus brazos, una vez se sentaba frente al pequeño y le abrazaba suavemente— Oye, tranquilo...

El pequeño Uchiha tras reaccionar hacia la voz familiar, alzó levemente su cabeza y mordió su labio, negando con su cabeza una vez más mientras volvía a llorar y le empujaba suavemente. Sasuke tragó saliva.

—¡T-tú también lo sabes maldito mentiroso, no te quiero aquí!

Sasuke se sintió sorprendido y ofendido por un momento, ¿qué él también lo sabía? ¿Acaso era una broma? No tenía ni la menor idea de a qué se refería su sobrino. Sasuke jamás le ha tratado como al resto para recibir ese griterío.

Pues, el Uchiha de dieciocho años no solía ser alguien muy expresivo con sus emociones o acciones, pero por Zoro no podía evitarlo y su rostro de preocupación e incertidumbre era el claro ejemplo de ello. No encontraba el sentido de sus palabras.

—¿Saber qué? —soltó de golpe, su seño levemente fruncido— ¿De qué estás hablando?

Zoro arrugó su nariz y mostró su rostro de enfado mientras gruñía, segundos antes de sacar algo brillante que traía en sus bolsillos. En el momento en que el menor mostró el objeto, Sasuke comprendió todo.

O al menos, gran parte de ello.

—Así que tú lo tenías... —murmuró con entendimiento, dando un suave y frustrado suspiro una vez sujetaba sus cabellos— Oye, él no va a dejarte por...

—¡No quiero que se case! —exclamó de pronto el pequeño, lanzando aquel anillo lejos de su alcance.— ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero!

Sasuke no tenía la menor idea de qué decir o hacer, pues él también lo sabía y en eso el pequeño tenía razón. En realidad, todos en la casa Uchiha estaban enterados y aunque Zoro hubiese robado el anillo de su padre antes de la fecha, ellos ya habían hecho el compromiso. Ya no había nada más que pudiese hacer él para al menos intentar cambiar de opinión a su hermano, y además, sería un acto egoísta de su parte.

Porque Obito era feliz con ella y él no podía quitarle esa felicidad que perdió durante tantos años.

—Zoro, si piensas que él va a dejar de prestarte atención por ella... estás equivocado. —intentó decir, sintiendo así una presencia más desde la puerta. Kira no podía creer lo que estaba escuchando.— Él te ama, y...

—¡¿Y por qué no está aquí?! ¡¿Por qué no me llevó a jugar con ellos?! ¡Mamá siempre está conmigo y papá no! ¡¿Por qué él se tuvo que ir con ella?! —gritaba en sollozos el pequeño, que a pesar de tener una edad básica ya comenzaba a entender cierta parte de las cosas a su propio criterio— ¡¿Por qué Papá no puede vivir con nosotros como antes?! ¡¿Por qué dejó a mi mamá si ella es tan genial?! ¡No es justo!

Sasuke mordió su labio inferior y luego hizo el intento de responder, pero algo dentro de él impidió dicha acción y solo quedó en una abertura de boca. Él no era quien para hacer entender a un niño que a veces las parejas tóxicas suelen separarse, siendo un acto mejor para todos y que ese hecho no implicaba el abandono. En realidad, no sabía cómo.

¿Cómo hacerle entender a un niño que sus padres eran unos... idiotas?

—¡¿Por qué tío Sasuke?! —gritó una vez más— ¡¿Por qué duele aquí?! ¡Ya no quiero estar resfriado!

Kira estaba empapada en lágrimas y no sabía si era por el simple hecho de oír las desgarradoras palabras de Zoro o porque su prima fuese tan idiota como para no darse cuenta que su hijo se enfermaba por su misma culpa.

¿Un resfriado? Si así fuese, en esta semana ya hubiese estado como nuevo; pero no fue así.

—Lla-llamaré a Izuna, él sabrá que hacer... —se murmuró a si mismo el Uchiha mientras cogía su teléfono, sin saber exactamente qué hacer o cómo actuar. Y luego, se puso de pie— espérame aquí Zoro, yo... Kira quédate con él, trataré de...

Sasuke parecía demasiado inquieto, a lo que Kira se acercó un poco, limpiando sus lágrimas. Ella ya no ocultaría nada, no era justo para Zoro.

—Bueno, yo...

—Entiendo, haz lo que debas.

En algún lugar del festival, Wurzburgo.

La música parecía inundar todos los oídos posibles, a excepción del grupo que había intermedio de muchas personas por razones contundentes. Sin embargo, Rin fue frenada, pero la azabache ya había notado la presencia de quien debería estar con su hijo y no en ése maldito festival.

Estaba contando, meditando... aguantando.

—¿Qué pretendes hacer? —fueron las fuertes y demandantes palabras de Tobirama hacia la castaña, quien se había posado frente al albino con el seño fruncido por no dejarle pasar. Rin por inercia trató de apartarlo unas dos veces, mientras que desde atrás volvían Lis y Marina a rostros preocupados.

Lis, por el hecho de que Kakashi no fuese visto y Marina, por la simple razón de que Shisui no se metiera en problemas al ser bastante chispita con temas así. Aunque también, por el bienestar de su amiga.

Incluso si eran conocedoras de la buena defensa que ella tenía para este tipo de situaciones. Chay no era una primeriza.

—¡Déjame pasar, Tobirama! —exclamó por sobre la música, Rin— ¡Solo quiero hablar con ella! ¡Que se ha burlado de mí! ¡No es asunto tuyo!

Chay rechinó sus dientes y presionó los puños tras oír esas palabras, mientras su mirada yacía directamente sobre la arena. Pues, ¿hasta cuándo tendría que seguir en casa sin poder divertirse como las personas de su edad lo harían por culpa del azabache? ¿Por qué Obito era un ser tan egoísta y carente de empatía con ese tipo de situaciones? Ella no tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo en ese momento, ¿rabia tal vez? No lo sabía.

Zoro estaba enfermo, y él estaba ahí disfrutando con su novia.

Pero, ¿acaso no es lo mismo que ella estaba haciendo con él? Eso era lo que más le afectaba, no estar junto a Zoro en momentos así. Si no tenía el apoyo de su familia, el mínimo es que Obito ayudase con ello. Pero no lo hacía.

—Uchiha, llévatela. —espetó el peligris, otra vez logrando que Rin no pudiese pasar hacia la muchacha que tenía detrás— Hey ¿Me estás oyendo? Que te la lle...

—¡¿Quieres dejar de darme órdenes?! ¡Eso ya lo sé, joder! —gritó el azabache, tomando fuertemente el brazo de su novia para quitarla de ahí. Sí, el Uchiha sintió algo de respeto frente a la voz del Senju.

—¡Obito! —se quejó la castaña, bastante sorprendida ante su reacción violenta— ¿Qué estás...?

—Será mejor que nos larguemos de aquí.

—Pero aún no he terminado con ella, solo quiero conversar y tú...

—Ahora, Rin. —bramó el Uchiha, presionando con fuerza la muñeca de la castaña. Él lucía preocupado, pero a su vez, cabreado.

¿La culpa lo estaba matando, o acaso era el hecho de tener a Tobirama cerca cuando portaba armas blancas dentro de su mochila? No estaba seguro, pues tampoco podía olvidar los nervios que sentía su cuerpo en ese preciso momento. Él solo quería disfrutar, pero si tan solo Chay...

¡Demonios! ¡Él jamás podría llegar a ser feliz!

—¡Me duele, Obito! —exclamó Rin, logrando así que su novio reaccionara y por fin se largara de ahí junto a ella.

—Lo siento... —murmuró, sin siquiera mirar atrás antes de perderse en la multitud.

Tobirama dio un suspiro y tocó su frente con frustración, mientras que Lis y Marina se observaban entre sí con cierta tensión en sus cuerpos. Esto olía a viejos tiempos, tiempos de los cuales ninguna pretendía recordar.

—Weber, ¿estás bi...

—Creo que debo irme, —soltó la pelinegro, casi al borde de las lágrimas, lágrimas de impotencia al ver la mueca en el rostro de su pareja— ¿podrías llevarme a la casa de mi prima?

Lis tocó su nuca y dio un suspiro, ¿dónde estaba Kakashi para arreglar este asunto? Por una parte, le agradaba la idea de que no fuese visto por Obito al igual que Shisui, sin embargo, ya estaban tardando demasiado en volver del puesto de bebidas al que fueron.

Y ahora... Chay se quería ir, no era justo.

—¿Estás segura? —preguntó el peligris, esta vez tensando un poco su mandíbula para, por consiguiente, abrazarla con suavidad.— Aún nos quedan unas horas aquí, no es mucho lo que dura...

—No puedo estar aquí sabiendo que Zoro está en otro lugar y enfermo.

—Está con tu prima, siempre has dicho que es una buena cuidadora, ¿no?

Chay soltó un suspiro sobre el pectoral del Senju, quien además de tonificado olía bastante bien. Ella jamás se cansaría de esos abrazos.

—¿Quieres quedarte? —cuestionó la Weber— Si es así puedo irme y tú...

—No, ni se te ocurra. —gruñó el Senju, esta vez buscando un sector con su mirada— Vine contigo, no tendría sentido quedarme si no estás.

—Te amo, idiota.

—Yo también, —respondió— relájate un momento y esperemos a que termine. Zoro está en buenas manos.

Marina conversó un momento con Lis sobre lo sucedido, pero frenó un momento sus palabras al notar algo sobresalir de la mochila que Tobirama traía consigo. Se trataba de un abultado y parecido a una radio, ¿por qué...?

Esto no le daba buena espina, ya que, a pesar de que su trabajo fuese a con la justicia no tenía sentido llevarla a ese lugar. Lis no lo notó, pero Marina por el momento prefirió hacer ojos ciegos y mantenerse alerta. Algo estaba siendo muy extraño en todo esto.

Si antes no le agradaba Tobirama, pues ahora siendo el "chico misterioso", mucho menos.

—Aún así, ¿podemos ir a un lugar que tenga señal? —insistió Chay, apartándose un poco de los brazos de Tobirama— Necesito saber cómo está Zoro...

Tobirama quiso responder, pero Marina se adelantó;

—No hay señal, Chay. —dijo, su tono de voz un tanto apenado— Traté de contactarme con Shisui muchas veces porque han demorado mucho y ni con eso. No pude.

Lis alzó los hombros.

—Con Kakashi pasa igual, ni idea donde se habrá metido ese hombre.

Las tres soltaron un suspiro, mientras el albino las observaba con algo de frustración. Pues, ya sabía a donde irían ahora; en busca de los dos amigos.

{...}

—Me da cuatro refrescos, por favor.

Kakashi se encontraba sentado en el local más cercano del festival junto a Shisui, lugar el cual estaba un poco lleno y ya llevaban varios minutos esperando su turno. Unos cuantos más y sería una media hora.

Shisui, tras aguantar la espera, finalmente se echó sobre la mesa y observó un punto fijo; pensando. Algo que pocas veces hacía.

—Venga, hombre —habló el Hatake, palmeando su hombro— ya nos van a atender, Marina no se morirá por unos cuantos minutos.

Shisui suspiró.

—Lo sé, solo estaba pensando en otra cosa.—refunfuñó y luego negó con su cabeza, causando la risa del peligris— Quizás sí debería preocuparme por Marina, ya llevamos mucho tiempo fuera y mira que Lis tambi...

—Tsh, no lo recuerdes que ya me llevé una bronca por fumar en la mañana.

El de cabellos negros soltó unas risas, no podía creer lo dominado que estaba su amigo.

—Sí, ríete de mí. —bufó el Hatake, rascando un poco su cabello con desinterés— No quiero ni ver la cara de Marina cuando se entere que tú sigu...

—Epa epa, códigos. —alzó su cabeza el Uchiha, a lo que Kakashi rió.— Te parto la puta cara si te atreves a decírselo.

—Inténtalo.

En ese momento, Shisui alzó su cuerpo y tomó al peligris de su playera con fuerza, causando aún más la risa de Kakashi. Aunque, sus risas y el golpe que venía hacía él fueron frenados por unos gritos en la entrada. En realidad, se trataba de una discusión.

Ambos alzaron sus cejas y voltearon la vista.

Ay no. Se pensó el peligris, al ver a su mejor amigo discutiendo con Rin. Pues, eso solo significaba que las dos mujeres y él ya se habían encontrado. Kakashi no podía escuchar claramente lo que se estaban diciendo, sin embargo, ella lucía muy afectada y él un tanto redimido. Pocas veces se le veía de esa manera.

—¿Deberíamos...?

—No, suficiente tiene con su mujer y Chay, —le frenó Kakashi— imagina si nos ve aquí.

Shisui suspiró.

—Es increíble como ese hijoputa se mete en problemas. —mencionó, negando con su cabeza.— En vez de Obito debería llamarse Buscapleitos.

Así, transcurrieron unos cuantos segundos, ambos en silencio esperando los refrescos que al parecer llegarían en mil años. Rin y Obito seguían hablando, pero no tan fuerte como antes. Ahora ella parecía estar llorando, y si no conociera a su amigo podría decir que él también. Era un llorón de primera.

Pero solo con Chay le había visto llorar, así que eso no ocurriría con Rin. Eso era extraño.

Shisui posó nuevamente su cabeza sobre su mano, mientras observaba el mismo punto fijo de antes. Kakashi, notando aquello observó hacia el mismo lugar. Luego dio un resoplido.

—¿En eso pensabas? —cuestionó el peligris, a lo que Shisui asintió.

—Siempre quedé con la duda de saber qué ocurrió con él, —dijo— porque la familia aún lo sigue buscando y eso es triste. Yo me hubiese rendido, ¿sabes?

—Yo también, —apoyó Kakashi— Tyler siempre hacía lo mismo. Desaparecía y luego en semanas volvía, era obvio que un día se iría para siempre.

Shisui tocó su cabeza, forzando su mente a pensar. Aunque no lo logró, casi nunca lo hacía.

—Pero desapareció justo después que Ob...

—Aquí tienen sus refrescos, disculpen la demora.

Shisui quedó con la palabra en la boca y mientras Kakashi agradecía, él no pretendió seguir con el tema. Era algo soldado, algo que no quería volver a recordar. Ya eran grandes, no tenían porqué volver a pensar en ello solo por un viejo cartel de "se busca" con el rostro de Tyler en él.

Ya habían transcurrido muchos años desde aquel incidente.

—Vamos por la otra entrada, no quiero que Obito se pegue un susto.

Shisui asintió y siguió a Kakashi por detrás mientras cogía los refrescos faltantes. Poco a poco se notaba como el festival iba bajando su multitud, incluso si los locales estuviesen llenos. Eso se pudo ver desde la puerta, y ambos lo agradecían.

Ahora tenían la tarea más complicada de todas; encontrar a su grupo.

{...}

—¡Izuna, joder tienes que escucharme porqu...

—Andrea, estoy ocupado ¿Puedes llamar en otro minuto? —respondió él en voz baja tras la línea del teléfono, mientras bajaba las escalas de su propia casa.

Sasuke le había llamado y tenía que llegar lo más pronto posible a la residencia Namikaze. Por lo qué había entendido, Obito nuevamente había hecho de las suyas. Pero más importante, Zoro estaba muy mal y no se permitiría que algo más le sucediese.

Ya era bastante con su hermano siendo su padre. Pero exactamente ese no era el problema, porque Obito no era un mal padre y estaba seguro que amaba a Zoro más que a nadie. Él no dejaría que alguien le hiciese daño.

No obstante, esa falta que siempre tuvo en él desde que Madara se fue y todo lo qué pasó después lo hizo ser lo que era ahora. Alguien que necesita la aprobación de otro, alguien que intenta recuperar el tiempo perdido como si tuviese dieciséis años. Alguien que no era capaz de soltar el pasado.

O de soltar a Chay.

—¡Izuna, que estamos en problemas joder! —insistió la castaña al móvil, y recién entonces Izuna cayó en cuenta del temblor de su voz, como si estuviese llorando.— ¡No sé como encontré señal aquí pero de verdad te necesitamos, y no encuentro a Tobirama por ningún lado y...!

—Espera, espera, calma. —Izuna frenó en seco y tomó sus llaves, sin siquiera observar a Fugaku, quien estaba sentado en el sofá observando quien sabe qué.— Explícame bien, que no entiendo. Ahora debo ir a casa de Kira porque a Zoro le dio una especie de crisis y los otros dos están en el festival sin señal, no puedo simplemente cambiar de rum...

—¡Se llevaron a Itachi!

Entonces Izuna presionó los puños y su corazón dio un vuelco, ¿acaso era cierto? ¿Por qué? No era algo que esperaba, así que tras dar un suspiro, salió disparado por la puerta hacia su auto. No era de su agrado volver a ver a Andrea en estas situaciones, porque si ella sufría... él también.

Se esperaba que algo sucediera con Obito, pero jamás pensó en Itachi.

¡Demonios!

// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.

¡Hola! Ha pasado mucho tiempo desde que actualicé pero aquí está, si bien está hecho a base de diálogos tenía muchas ganas de escribir estas partes jiji así que espero de todo corazón que les haya gustado!

De antemano decir muchas gracias y perdón por la espera, que ustedes apoyen esta historia es muy importante para mí así que muchas gracias!

Que tengan un lindo día o noche, abrazos a la distancia!💞

Adiosín!

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