El día de la cita para la biopsia se presentó, la condujeron por un pasillo largo, largo, por fin llegó a la sala de operaciones la acomodaron en la cama de operaciones llegó el doctor enfundado en su bata de cirujano, su tapa boca, junto con él llegaron varios estudiantes que ella no supo si eran hombres o mujeres.

Sí le quedaba un poco de pudor lo perdió totalmente allí, expuesta quedaba a merced del doctor si algo en la operación salia mal, no lo podía identificar con ese tapaboca,  se dispuso a practicar la biopsia explicando paso por paso a sus estudiantes que atentos seguían todos los movimientos del doctor, y claro que todo salió bien afortunadamente toda la operación la hizo el doctor no metieron mano los estudiantes.

La llevaron a su cama, cada tres horas una enfermera iba a checar que no tuviera contracciones, paso una semana sin ningún cambio todo estaba perfecto al parecer el espermatozoide estaba muy bien instalado  ni siquiera sintió el terremoto que pasó a su rededor, la dieron de alta no sin decirle que al mayor signo de dolor se fuera rápidamente al hospital pero nada, la criatura se quedó.

Ese embarazo fue el mejor de los cuatro recibió una atención de punta cómo se dice ahora,  a los nueve meses nació la cuarta hija de Rosa sana y salva, con el DIU en la mano, que por más que se quebraron la cabeza los doctores no se explicaban cómo había llegado a la manita de la bebé.

En una de las visitas al doctor  iba acompañada de su esposo,  les dijo

-Señora usted ya no puede seguir teniendo familia, bueno en realidad si puede, pero usted  ya no está apta para cuidar más críos, les recomiendo que usted señor se practique la vasectomía, es una operación rapidísima.

Él accedió gustoso al siguiente día se fue al seguro social y se la practicaron ya tenían una preocupación menos.

En los años setentas llegó la moda del naturismo, como ahora está la moda de los veganos, decían que el naturismo era lo máximo para curar todo tipo de enfermedades, una buena amiga se convirtió al naturismo dejo de comer carne y se alimentaba sanamente cómo decía ella, la convenció de ir a una consulta con una seudo doctora, seudo porque cuando llego al consultorio no vio ningún diploma donde se acreditará a la mujer como tal.

La amiga le saco una cita, cómo supuestamente la doctora era muy buena había muchos clientes, cuando le tocó su turno entró, la mujer le dijo

 -Tome asiento por favor, mire hacia arriba por favor.

 Con una lupa  empezó a leer el iris de los ojos, mágicamente le dijo todo lo que ella sentía dónde sentía los dolores más fuerte, le dijo

- Tiene que dejar todos los medicamentos que está tomando pues esos medicamentos en lugar de ayudarla la están enfermando más. Usted tiene intoxicada la sangre

 Enseguida la mujer sacó una hoja de papel dónde estaban las instrucciones de lo que  tenía que hacer y comer para obtener su salud nuevamente, le vendieron varias yerbas medicinales que iban a sustituir a los medicamentos.

Rosa estaba dispuesta a seguir todas las indicaciones, lo primero que tenía que hacer era levantarse a las seis de la mañana bañarse con agua fría, primero tenía que mojarse el lado izquierdo empezando por el pie y poco a poco ir subiendo hasta el hombro, enseguida el lado derecho, por último la cabeza tenía que ser así, si no, no hacia efecto, después se tenía que envolver en una toalla, luego en una cobija acostarse hasta que sudara que para desintoxicar el cuerpo, tenía que cocer sus yerbas medicinales las que tenía que beber como agua de uso. Desayunaba un plato de yogur, con frutas no tenía que revolver, la fruta ácida con la fruta dulce, o comía de una o comía de otra le añadía pasas nueces y almendras. Nada de café, podía comer quesos blandos como panela, requesón, prohibidos los quesos duros,

A las diez de la mañana tenía que asolearse era el baño de sol tenía que durar bajo el rayo de sol acostada por lo menos media hora, enseguida meterse a la regadera otra vez, volverse a envolver en la cobija y sudar de nuevo. 

Tomar todo él te medicinal que aguantara  su vejiga, al mediodía la comida consistía en abundante ensalada verdura cocida, chayotes, brócoli, coliflor, etc. legumbres, tortillas, pero absolutamente nada de carne, por la tarde  tenía que hacer un baño de asiento compro una tina especial para ese tipo de baño, es como un asiento te sientas y quedas sentada en agua.

Por la noche la cena era ligera por lo regular ensalada o fruta, tres veces a la semana tenía que ir a tomarse un baño de sangre, es un baño turco, que para que se limpie la sangre era todo un maratón.

Pero ella como toda guerrera seguía las instrucciones al pie de la letra, lo que parecía un milagro empezó a realizarse, sus coyunturas se empezaron a desinflamar y el dolor a desaparecer ella empezó a adelgazar, y tenía más movilidad en las extremidades,  se sentía feliz.

Su piel se torno  gris no tenía nada de color en sus mejillas, parecía un zombi, bueno pero era mejor eso que sentir los dolores, sus manos estaban muy heladas y los pies también, saludaba a las personas y le decían que tenía manos de muerto de tan frías que las tenía.

Pasaron varios meses en los que ella se sentía perfectamente bien, pero un buen día el encanto se perdió, se acostó y cuando despertó ya no se podía mover, estaba igual que el primer día que empezó a estar enferma su marido raudo y veloz la llevo a urgencias del seguro social iba tan mal que la dejaron hospitalizada, le pusieron suero con medicamentos para el dolor y vitaminas llevaba una anemia terrible.