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Capítulo 4


Descendimos rápidamente y con precaución desde el edificio hasta llegar a la orilla del lago. Sabíamos que lanzarnos desde esa altura nos causaría daño, arruinando así nuestra misión de rescatar a nuestra pareja. Debíamos actuar con inteligencia. De repente, se escucharon aullidos pidiendo ayuda. Confiaba en que Yakov los entendería y esperaba que enviaran una ambulancia con urgencia.

¡Nada malo pasará! —Lev me regañó y no quise contradecirlo porque no me dejaba tomar el control, estaba fuera de sí.

Entró al agua congelada y por un breve momento olfateó para seguir el sutil rastro, nadó hasta llegar justo donde se veía una parte de la estructura, el frío estaba empezado a ser demasiado intenso.

¿Dónde está? —preguntó.

Logramos subir a una parte de la estructura que parecía ser lo suficientemente sólida para aguantar nuestro peso. Olfateó de nuevo buscando el rastro que se desvanecía con rapidez.

¡Allí, su abrigo está enganchado! —Lev gruñó en señal de aprobación y se lanzó al agua. Nadamos unos metros y el olor que emanaba de ella se volvió aún más intenso al tenerla a solo unos pocos centímetros de distancia.

Jaló con fuerza el abrigo hasta que se rompió, permitiéndole deslizarse algunos centímetros por el agua. Lev agarró firmemente su suéter y nadó en diagonal, intentando sacarnos del agua mientras vigilaba de reojo a nuestra pareja. Justo en ese momento, escuchamos el chapoteo de más hombres que se adentraban en el agua para ayudarnos, estando ya en medio del camino.

—¡Preparen la ambulancia! —Yakov seguía en su forma humana y eso me tranquilizó porque en este momento era lo que necesitábamos.

Las manos de mi beta y de una mujer tomaron a nuestra pareja, con rapidez la ubicaron en una camilla que ya estaba preparada y la subieron a una de las ambulancias. Lev se sacudió el exceso de agua y se preparó para saltar hacia adentro de la ambulancia.

—No puedes entrar Lukyan eres muy grande en este momento —Yakov soltó una risita, mientras empujaba afuera—. Deja que la doctora se encargue de la humana.

¡Es mi pareja! —Lev le gruñó de forma agresiva, aunque fuera imposible que Yakov entendiera.

Yakov se quedó quieto, tratando de no alterar la situación. Con precaución cerró las puertas de la ambulancia y eso alteró más a Lev. Golpeó la ambulancia y la misma se desplazó lejos de nosotros.

Debemos dejar que los médicos la atiendan, puede estar grave, siendo lobos ahora estorbamos. Déjame tomar el control.

¡No! —el gruñó y se dispuso a seguir la ambulancia.

—¡Lukyan! —Yakov gritó.

Lev se mantuvo cerca todo el tiempo de la ambulancia hasta llegar al hospital, por suerte estábamos relativamente cerca. Al llegar los doctores salieron para ayudar, pero se detuvieron al vernos, la mujer que acompañaba a nuestra pareja abrió la puerta con brusquedad.

—¡Uno de sus pulmones está comprometido! —ella gritó, pero se quedó quieta al vernos.

Debemos apartarnos, estamos provocando caos, ella necesita a los médicos. Déjame tomar el control.

En esta ocasión, no hubo objeciones por su parte. Se retiró a un área apartada y me permitió tomar el control. El cambio se produjo a una velocidad mayor de la que estaba acostumbrado. De repente, escuché el chirrido de neumáticos al frenar y Yakov salió del automóvil rápidamente.

—¡Aquí! —llamé su atención, Yakov abrió la parte de atrás de su auto y sacó una muda de ropa.

—Por suerte lo tomé de tu auto. —Tiró la ropa y como pude las agarré, el cambio me había dejado un poco aturdido.

—¿Qué fue esa reacción? —me reprochó—, todos quedamos sorprendidos.

—Pareja —logré susurrar. Me coloqué la ropa interior y seguí con los pantalones, siempre llevaba una muda de ropa en el auto, agradecería a mi beta más tarde por acordarse.

—¿Es tu pareja? —preguntó perplejo.

—¿Puedes creerlo?

Aún no lograba aceptarlo por completo; era simplemente abrumador, especialmente en estas circunstancias. Terminé de ponerme las zapatillas mientras observaba la expresión de estupefacción reflejada en el rostro de Yakov.

Espero que lo asimiles pronto —murmuró Lev con cierto malhumor—. Ella es mía, quiero decir, nuestra.

Corrí hasta llegar a la entrada trasera del hospital, donde me encontré con un bullicio abrumador. Observé a mi alrededor, tratando de ubicar a alguien que pareciera ser un médico. Un hombre se paró delante de una puerta, ubicó el número y tecleo algo en su tableta.

—Han traído a una mujer hace algunos minutos, quiero saber su estado.

El individuo presentaba rasgos que denotaban su ascendencia élfica, como sus orejas puntiagudas. Fijó su mirada en mí, aparentemente intentando encontrar una respuesta ingeniosa, pero su expresión cambió al percatarse de mi presencia. Observé cómo tragaba saliva, mientras el olor a sudor se volvía perceptible. No tenía intención de intimidarlo, solo buscaba obtener información.

—Iremos a recepción, tendrán información allí.

Me condujo a través de un par de pasillos hasta que se detuvo para hacerle una pregunta a una mujer. Ella asintió y comenzó a buscar algo en una de las computadoras disponibles. Sentía las miradas de todos sobre mí. No era habitual verme por aquí últimamente, y mucho menos en este estado. Estaba ligeramente herido, con algunos cortes superficiales, y vestía de una manera poco convencional. Siempre solía usar trajes, por lo que mi apariencia informal llamaba la atención de aquellos presentes.

—Está en cirugía, tuvo un colapso en uno de sus pulmones, pero nada para preocuparse demás. Será llevada a la habitación número once, sala oeste. —Aquella mujer era una mujer lobo menor, lo notaba por el color de sus ojos.

—Quiero que la ubiquen en la mejor habitación, con los mejores cuidados, ella tiene que sobrevivir, ¿entienden?

Ambos asintieron y noté el breve reconocimiento de la importancia de la situación por parte de ambos. Quería que ella sobreviviera, no podía darme el lujo de perderla cuando apenas la había encontrado, no sería justo.

—Yulia —la mujer miró de nuevo la pantalla de la computadora—, ella es la mejor doctora que tenemos. Fue quien la atendió desde el primer momento, puedes estar seguro que dará todo por mantenerla a salvo.

—Ella se destaca por salvar vidas —Yakov apareció poniendo una de sus manos en mi hombro—, vamos a sentarnos.

—Será asignada a la habitación diecisiete, sala este.

—Gracias. —Giré buscando el cartel para orientarme, al encontrarme me dirigí allí seguido por Yakov.

La apruebo —habló lev—. Espero que no mientan al decir que es la mejor doctora, es necesario que mi pareja sea atendida de la mejor manera.

En el pasillo, los asientos estaban vacíos. No había muchas personas o pacientes transitando por esta ala del hospital, lo cual suponía que se debía principalmente a que era un área privada y de mayor costo. Nuestra ubicación no era cercana a la sala de cirugía debido a un estricto protocolo del hospital al respecto. Durante los últimos dos años, este hospital había sido sometido a una remodelación y, entre las manadas, se consideraba el tercero más moderno.

—Lo logrará —Yakov me dio aliento—, a lo sumo tendrá algunos huesos rotos.

—Es humana. —Frágil, rompible en miles de pedazos.

¡Saca esa idea de la cabeza!

—Pero tenemos a los mejores sanadores, ya escuchaste a esos dos en recepción, sobrevivirá.

Un tenso silencio nos envolvió mientras esperábamos. La incomodidad aumentaba porque mi ropa estaba ligeramente mojada, y el aire acondicionado estaba demasiado fuerte. Nadie se acercaba para proporcionarnos al menos un poco de información. La situación era demasiado complicada para pensar con claridad y dejar la ira atrás.

No imaginé que conocería a mi pareja en estas circunstancias. Se suponía que nos deslumbraríamos por su belleza, no que estuviéramos preocupados por su supervivencia.

Lo sé.

Es desalentador haber pasado tantos años sufriendo, y ahora que la encontramos, todavía tenemos que enfrentar más sufrimiento.

Sentí su dolor profundamente, se entrelazaba de manera intensa con el mío. La preocupación era abrumadora, el solo pensamiento de perderla era aterrador. Aunque nuestro vínculo era frágil, estaba presente, y no podía soportar la idea de perderlo.

—Logramos estabilizar el colapso del pulmón derecho. Además, se observaron fracturas en las costillas, una de las cuales requirió la colocación de tornillos para su reparación. También se presentaron contusiones y una fractura en el tobillo derecho. Afortunadamente, los órganos vitales no se vieron afectados.

La doctora lucía agotada después de una extensa cirugía que llevó cuatro horas y veinticinco minutos. Fueron horas de tensión inagotable, pero lo más importante era que mi pareja seguía con vida. Si Ady superaba estas horas críticas, esta dedicada mujer y su equipo recibirían una gratificante recompensa.

—Las primeras veinticuatro horas son fundamentales. Nuestra preocupación principal es evitar cualquier posible infección o neumonía. Si logra superar este período crítico, esperaremos otras cuarenta y ocho horas antes de comenzar a administrar el suero de Avellazmín.

El Avellazmín era una poción antigua elaborada con plantas de la región que tenía propiedades beneficiosas para el proceso de regeneración. En el caso de los humanos, se administraba en pequeñas cantidades y el proceso de suero en estas circunstancias era considerado la mejor opción.

—¿Cuánto tardaría en recuperarse y si pasa las horas críticas? —Mi Beta preguntó.

—En su condición actual la recuperación sería en meses, pero si administramos el Avellazmín solo tres semanas.

—Impresionante.

—Técnicamente para una criatura mágica serían cinco días de recuperación, pero al ser humana es más frágil en ese sentido.

—Muchas gracias —apenas logré murmurar.

—Si pasa las veinticuatro horas criticas podrás verla.

No podía ignorar esa condición, ya que su estado era crítico. Se encontraba en una habitación llena de comodidades, atendida por los médicos más destacados de nuestra manada. Tenía la certeza de que se recuperaría y podríamos seguir adelante. La mujer nos dio algunas indicaciones más y se retiró.

—Bueno, supongo que no volverás a tu casa. Haré que Lily te preparé una nueva muda de ropa y algunos elementos para que te higienices.

—Trae mi computadora y celular, adelantaré trabajo desde aquí.

Asintió en señal de despedida, consciente de que necesitaba distraer mi mente durante estas horas críticas. Adelantar o simplemente leer material de trabajo sería suficiente para mantenerse lo bastante distraído y pasar las tortuosas horas. No sabía qué más hacer en esa situación.

¿Crees que ella nos quiera? —Lev murmuró.

¿Por qué preguntas? —Me volvía a sentar.

El hecho de no haber podido rescatarla y mantenerla a salvo podría interpretarse como una señal de debilidad. Esto resulta deshonroso y nos hace parecer débiles a sus ojos.

No deberías pensar así —lo reprendí—, no somos débiles. Ella nos amará por lo que somos, no somos los Alfa de esta manada por ser débiles. Confía en que nos amará.

Lev guardó silencio, cerrando nuestro vínculo. Entendía perfectamente su preocupación. Las parejas predestinadas tenían un lazo irrompible y velaban por la seguridad mutua. Él sentía que habíamos fallado, especialmente siendo uno de los lobos más fuertes en todo el mundo. Resultaba inaudito que nuestra pareja hubiera resultado herida, pero al menos Ady seguía con vida. Ahora que conocíamos su existencia, podríamos enfocarnos en asegurar su seguridad.

Una vez tuviera mis pertenencias en mis manos, me pondría en contacto con el equipo de seguridad para recopilar información sobre este ataque de infectados. Resultaba poco común que atacaran esta zona de la manada, ya que contábamos con varios puestos de seguridad que detectaban cualquier irregularidad. La situación era completamente inaudita y me dedicaría a identificar a aquellos responsables de esta situación insólita. Los infectados se podían detectar fácilmente por su olor, ¿por qué nadie logró identificarlos antes?

Además, necesitaría contactar al Alfa de la manada de Candilazo para obtener ciertos medicamentos que no estaban disponibles en el mercado regular, pero que serían de gran ayuda para fortalecer los huesos de Ady más allá de lo común para un humano. También me encargaría específicamente de preparar una de las habitaciones de huéspedes en mi casa y organizar sus pertenencias, ya que no creía que ella quisiera regresar al edificio, y mucho menos a esa escena donde aquellas criaturas murieron. 

¡Saludos! A medida que avanzamos y exploramos la historia, vamos conociendo a los diferentes personajes. Me complace anunciar que he decidido llamar cariñosamente a mis apreciados lectores "tulipanes"Esta elección de nombre se debe a mi aprecio por las flores, especialmente los tulipanes. Al igual que estas hermosas flores que florecen en primavera, ustedes representan la belleza, el amor y la prosperidad. Estoy emocionada de compartir este viaje literario con todos ustedes, mis queridos tulipanes 🌷

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