Capítulo 1
Febrero 2, 2098
Me arropé aún más buscando un poco de calor extra. Había dejado un poco abierta la ventana para que la habitación se ventilara, pero me había olvidado de cerrarla por la noche y el frío proveniente de afuera estaba congelándome.
Cerré los ojos aguardado y contando los minutos para que el despertador sonara, tal vez fueron solo diez minutos, pero eran minutos que había desperdiciado y era vital estar descansada porque eran semanas de exámenes y eran los últimos, ¡por fin!
El semestre terminaría dentro de tres semanas y me graduaría de profesora especializada en historia. Era una de las profesiones mejores pagadas de la manada junto a medicina y esperaba con ansias salir de la ciudad para volver a mi casa, era difícil de creer, pero extrañaba aquel pequeño pueblo.
El despertador sonó, me levanté con resignación y sentí el frío del piso al tocarlo con mis pies descalzos, como pude busqué las zapatillas y en la mesita de luz había dos pares de medias recién lavadas para colocármelas, el frío era completamente insoportable y era necesario tener capas extra de ropa para no sufrir por la mañana, también dormía con el jean puesto para mantenerlo caliente. Diferentes tips que aprendí para sobrevivir en este tipo de clima. La habitación era una caja extra chica de zapatos, estiré mi mano para prender la tetera que estaba a escasos centímetros, esa era mi cocina, justo al lado de mi cama. A pocos pasos tenía una pequeña habitación que era el baño y eso era todo. Mi espacio era completamente diminuto, no podía darme el lujo de tener algo más grande. Estar cerca de la capital era completamente costoso.
Taché en mi lista mental mientras organizaba todo para empezar el día, miré el reloj, eran las siete de la mañana, justo a tiempo para tomar dentro de veinte minutos el autobús que me dejaría a dos calles de la universidad. Preparé un poco de té y cerré todo con seguro.
—Hace demasiado frío hoy —dije en forma de saludo mientras cerraba la puerta.
—Como todos los malditos días. —Mi vecino respondió acomodándose la bufanda.
—Amanecer suena como una buena manada para irse a vivir, ¿no crees?
Ambos empezamos a subir por la escalera, solo eran dos pisos hasta llegar a la azotea. Marino intentó sonreír, pero salió una mueca.
—Ojalá pudiéramos viajar a otras manadas, es abrumador quedarse en Inmarcesible, quiero ver otros paisajes, culturas, conocer criaturas nuevas.
Marino era mi vecino, él se especializaba en curación mágica y se graduaría dentro de dos años, si todo seguía en buen rumbo. Estaba emocionado porque sus estudios iban bien y según su última actualización era el quinto en los promedios más altos.
Al llegar a la azotea ambos aguardamos en la pequeña fila donde había dos criaturas más esperando su turno. Cuando la pequeña pantalla del puente dio afirmativo ambos subieron, el puente solo permitía el peso de dos criaturas para mantener la seguridad, nuestro turno sería dentro de cinco minutos.
El sector Venus se caracterizaba por sus altos edificios donde se albergaban demasiados departamentos y los mismos estaba unidos por puentes, ya que por tierra no se podía acceder a ningún lado debido al agua. Debía pasar tres puentes más hasta llegar a tierra firme, luego sería chequeada por un control para poder acceder al centro de la capital: Cereus. Debíamos pasar los muros que dividían las diferentes zonas en la manada, siempre que estaba cerca de ellos la enormidad de los mismos me intimidaba.
—Creo que Amanecer sería mi lugar deseado, aunque las tormentas y terremotos es lo que no me convence todavía. Pero la comida es lo que me llama realmente la atención. —Marino habló mientras ambos hacíamos fila para nuestro último paso, el anhelado chequeo.
—Eclipse también suena bien —respondí.
—Debatible.
Cuando llegó mi tan anhelado turno me despedí de Marino recordándole que pasaría a hacer la compra semanal y luego la dividiríamos.
Los guardias, que mayormente eran hombres lobos, revisaron lo que traía en mi mochila para asegurarse que no llevaba algo que pudiera resultar peligroso, me desinfectaron (debía pasar por una cabina en donde sucedía el procedimiento) y luego se acreditaba en el sistema el ingreso al hermoso y glamuroso Cereus.
Esto siempre sucedía si venías de los sectores más pobres e ingresabas a las elites, las invasiones con infectados y otros seres que suelen atacar en las áreas más pobres de la manada en ciertas ocasiones traían consigo algunas enfermedades que podían perjudicar a los miembros de los sectores más influyentes. Por eso era largo y tediosos el proceso de desinfección y la examinación de lo que traías era necesario, para mantener la seguridad.
La parada de autobús se encontraba a veinte metros del control de seguridad, llegaría dentro de quince minutos a la universidad. Tomaría las dos clases que tenía por la mañana, almorzaría e iría más tarde a trabajar en la joyería. Podía enfrentar perfectamente a este día.
En la hora del almuerzo me dirigí al restaurante donde trabajaba Cloe, nos gustaba comer juntas, por suerte le daban el tiempo suficiente para que ella almorzara conmigo. Agradecí a la diosa por tener una bufanda en mi mochila, el frío empeora en ciertas horas del día. Al abrir la puerta la característica campanilla sonó y el calor fue lo que me recibió, ¡al fin!
—Espera en la mesa —Cloe gritó desde la cocina.
No había tantas criaturas en el restaurante porque no era la hora del almuerzo todavía, faltaba una hora. Me senté en nuestro lugar habitual mientras me deshacía de algunas prendas colocándolas en el respaldar de la silla.
—¡Amo esa sopa! —expresé con alegría cuando Cloe me dejó en frente un plato con comida, ella se sentó enfrente mío.
—Plato del día —respondió con una sonrisa mientras se ataba el pelo rubio en un moño alto, noté su Tablet rosa en la mesa, había trabajado demasiado para poder comprarla—. Apúrate antes de que se enfrié.
Shchi era un tipo de sopa muy popular en Cereus, básicamente estaba compuesta por carne, repollo, hongos, condimentada con especies de la región que le daban un toque fresco y siempre debía ir acompañada con pan de centeno.
—Debo mostrarte esto. —Dejó la cuchara a un lado y tomó su Tablet buscando algo en específico.
Tomé un bocado de la sopa, este restaurante nunca decepcionaba con sus comidas. Siempre que podía y mi presupuesto me lo permitía comía aquí.
—No me sorprende si nieva de nuevo dentro de algunos días —murmuré llenando el silencio.
—Mañana está anunciado fuertes tormentas, ten cuidado cuando estés en los puentes.
—Lo sé —la calmé. Hacia dos meses atrás dos chicas humanas quedaron atrapadas cuando una tormenta fuerte llegó y murieron congeladas, lamentablemente el puente se trabó debido al hielo y nadie pudo asistirlas.
—¿Te enteraste? —preguntó entusiasmada.
—No.
—Nuestro Alfa asistirá a la fiesta por la reconstrucción del bosque.
—¿El bosque que separa Azalea de Cereus?
—Exacto, el que se quemó debido a la pequeña batalla que se desarrolló con los infectados, el fuego quemó un gran porcentaje de vegetación. Lograron restaurarlo en su totalidad y harán una fiesta.
Azalea era un espacio pequeño, algunas pocas hectáreas, donde vivía el Alfa de la manada. Cereus era el segundo lugar más seguro y por alguna razón aquellas bestias lograron atravesar hasta casi llegar al Alfa, pero la seguridad pudo controlar el ataque lo mejor posible.
—Me alegro mucho de eso, no me quiero imaginar cuánto costó.
—Creo que el Alfa consiguió ayuda mágica —ella sonrió—, por las pocas imágenes que tengo. Alguna hada de la naturaleza debió haber ayudado, sino es completamente imposible.
—Tus instintos para recolectar información nunca fallan, cuando estés en la fiesta me contaras el chisme, ¿verdad?
—Es nuestro trato, no debes dudar de ello.
Las hadas y brujas no eran bienvenidas en la mayoría de las manadas, su pasado que encierra demasiada muerte marcó su reputación, nadie quiere saber nada con ellas. Ese tipo de magia estaba sumamente prohibida y si el rumor era cierto, era sumamente raro que proviniera del alfa. Él era el ejemplo para Inmarcesible, no sería beneficioso que otras criaturas empezaran a tomarse tales atrevimientos, estábamos mejor de esta manera.
«Las brujas no son malas, es simplemente mala fama, ¿Blanca?»
Blanca, era...todo. Ella me dio todo y jamás logré pagar esa deuda.
—Iré como reportera, ya tengo todo planeado. Estoy muy emocionada.
—Lo harás bien, además no es tu primera vez en un evento importante y tienes que estar muy orgullosa porque te volvieron a elegir, empiezas a forjar confianza en los organizadores.
—Es todo gracias a mi profesor, no es sencillo dar oportunidades a los humanos, él me recomendó.
—También es gracias a tu talento, no lo olvides.
Humanos, simples deshechos, lo más bajo de todo. No éramos importantes; no teníamos fuerza extraordinaria, tampoco inteligencia superior, ni manipular herbología, ningún indicio de alguna cualidad extraordinaria. Por esa razón, nos menospreciaban, mal vistos en todos los sentidos. No teníamos buenos salarios sea cual sea el trabajo que obtuviéramos, pocas oportunidades de progresar en cualquier área de nuestra vida. Aunque eso no siempre fue de esa manera, antes de que la Gran guerra estallara, los humanos éramos los que gobernábamos estas tierras, después perdimos contra las criaturas mágicas.
—Mucho lujo habrá en esa fiesta —tomé un poco de agua—, ¿ya tienes vestido?
—Sí, una compañera me prestó uno y le hice algunas modificaciones.
Cloe me pasó la Tablet para que leyera lo que pondría en su blog al respecto de esta noticia. Cada palabra escrita estaba sumamente cuidada, la mayoría de sus lectores le gustaba obtener algo fresco y divertido para leer en relación a las noticias, Cloe lograba poder cumplir con todos esos puntos.
—El martes cuando nos volvamos a ver podremos cotillear, especialmente sobre los vestidos y de los guapos hombres que asistirán, podrías escribir sobre ello. —Le devolví la Tablet.
Ella asintió contenta con mi predisposición porque le encantaba la moda, buscó algo en su Tablet y me lo mostró. Le hice una mueca y eso provocó una risa por parte de ella.
—Él es tan sexy, su cabello negro y un poco largo le da un estilo muy particular, es uno de los Alfas más lindos —siguió pasando las fotos—. Su trasero es lo mejor, creo que le compite al Alfa de Amanecer.
Traté de no reírme ante su mirada de enamorada. Cloe no mentía, pero admitirlo frente a ella no era opción porque me molestaría por semanas.
—Oh —seguí la mirada de Cloe que se quedó fija en el televisor.
—La preocupación por los ataques con infectados está en constante aumento. Se han registrado un mayor número de incidentes en las áreas más desfavorecidas de las manadas alrededor del mundo. Lamentablemente, algunos de estos ataques han sido devastadores. La manada más afectada hasta ahora ha sido Eclipse, con una pérdida de cincuenta mil criaturas en las últimas dos semanas.
—Como tú dices Catalina los ataques cada vez se hacen más fuertes y las preocupaciones por los más débiles siempre está presente en los diferentes Alfas a lo largo del mundo. —El reportero siguió completando la información de su compañera, se encontraba en Eclipse, en el fondo se veía el caos provocado por los ataques.
—Incluso Inmarcesible no está exenta de los ataques, ya que se han informado los últimos incidentes en Estragón.
—Se han identificado doscientas muertes; ciento ochenta humanos, doce vampiros sanos y ocho gárgolas que desgraciadamente estaban padeciendo su particular enfermedad y no lograron sobrevivir al ataque.
—Esperemos que los líderes puedan tomar cartas en el asunto.
—No lo harán —dijo con enojo un hombre humano que se encontraba en la mesa contigua—, no les importa en absoluto.
Un gruñido se hizo presente en el restaurante haciendo que el silencio fuera la única opción, un hombre lobo se había puesto un poco gruñón debido al desafortunado comentario. Uno de los meseros, cambió el canal por uno de música.
—Espero que puedan resolver la enfermedad, no quiero contagiarme. —Era humana y los riesgos se triplicaban en nuestro caso, los demás tenían más opciones para sobrevivir ante un ataque.
—Estamos seguras con los muros que dividen las diferentes áreas. Toma con pinzas esas noticias, mayormente dramatizan.
Los muros nos mantenían separados, por suerte Venus no estaba tan alejado de las zonas importantes, si un ataque pasaba los guardias llegarían rápido. Esa había sido la principal razón por la cual alquilé el departamento a comparación de otros sectores de la manada Venus estaba en el tercer lugar al respecto de seguridad. Tampoco quería comprobar si era verdad, porque implicaría un ataque y las opciones de morir al ser mordida por un infectado para un humano eran muy altas.
¡Hola! A partir de ahora, encontrarás debajo de algunos capítulos el mapa con la ubicación de las diferentes manadas. Siempre puedes regresar al primer apartado para consultar el mapa en cualquier momento.
Agradezco sinceramente tu lectura y te invito a votar y comentar. Tus opiniones son muy valiosas para mí. ¡Gracias por acompañarme en esta historia!
La manada de Inmarcesible se divide en varios sectores:
Venus: El territorio donde nuestra protagonista vive se distingue principalmente por sus exuberantes bosques y un suelo que no es lo suficientemente resistente para soportar estructuras pesadas. Por esta razón, la mayoría de las construcciones se encuentran en el agua. Además, Venus es conocida por cultivar una especie de trufa que prospera en este territorio.
Cereus: Este lugar es la capital de la manada y se destaca como centro principal de actividad. Aquí se encuentran los importantes recursos, servicios y puntos de encuentro de la comunidad.
Azalea: Un pequeño territorio ubicado a pocos kilómetros de Cereus. Es aquí donde reside el alfa de la manada y su presencia lo convierte en un lugar importante y estratégico.
Estragón: Esta sección de la manada se caracteriza por ser más pobre en recursos y está más expuesta a posibles ataques. La falta de recursos y la vulnerabilidad hacen de Estragón un territorio desafiante para sus habitantes.
Estos son solo algunos aspectos distintivos de cada territorio en la historia. Espero que te resulten interesantes y emocionantes a medida que explores más sobre ellos.
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