Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27


—¿Entonces? —Preguntó Julio dándole una mirada considerable a Jennifer Aniston en la tele—. ¿Cuándo viene la parte del sexo? —dijo girándose hacia Tom, quien comenzó a toser a su lado, sorprendido por las palabras del muchacho.

—¿Qué? —exclamó una vez que consiguió calmarse.

—El sexo —repitió Julio—. ¿Cuándo vamos a tener sexo?

Tom se quedó con la boca abierta, sin creerse que de repente le saliera con aquello mientras miraban la televisión después de la comida, justo con su madre en el cuarto de al lado. Molesto, le miró frunciendo el ceño.

—Nunca —sentenció. Había decidido para sí mismo, que no volvería a dejar que Julio tomara decisiones arbitrarias de ese tipo y tampoco le iba a seguirle la corriente en todo.

—¿Cómo que nunca? —Exclamó Julio, casi saltando de su asiento—. Pero si tú fuiste el que dijo que era parte de "andar en serio"—se quejó formado comillas con los dedos mientras decía la última parte.

—Bueno —Tom se encogió de hombros—. Es que estoy seguro de que no tienes idea de cómo hacerlo con un hombre, no confió en ti.

—Ah—Julio levantó una ceja pensando en ello—. Bueno, cómo lo prefieres ¿Arriba o abajo? —Tom sintió la cara caliente de la vergüenza, eso era algo que no había cambiado, la charla de Julio siempre terminaba haciéndolo enrojecer en algún punto—. Ya veo, coincido contigo —murmuró adoptando una pose pensativa—. Pero bueno, si vas a estar abajo ¿No será lo mismo que hacerlo con una mujer? Soy bueno en eso—se jactó con una sonrisa.

—No, no es lo mismo —gruñó cruzándose de brazos—. Para empezar porque no soy una mujer.

Julio frunció el ceño devolviendo la vista a Jennifer Aniston en la pantalla y luego de un rato comenzó a asentir.

—Bien, me haré cargo de eso—dijo levantándose del sillón para dirigirse a la puerta.

—¿A dónde vas? —le cuestión Tom desde su sitio, extrañado por la reacción.

—A investigar —dijo tomando las llaves de su camioneta.

—¡A donde! —repitió tratando de alcanzar su andador para caminar más rápidamente.

—A un bar gay —contestó saliendo de la casa y subiéndose a la camioneta.

Mientras arrancaba para marcharse, creyó escucharla voz de Tom maldiciéndolo desde la casa, pero no estaba seguro de ello, así que continuo su camino hacia el nido del conocimiento.

Media hora después se hallaba caminando en medio de la zona rosa, buscando un sitio adecuado para su investigación. Había una gran cantidad de negocios por ahí, desde cafés hasta establecimientos que aún no abrían sus puertas por la hora, probablemente sitios nocturnos.

Julio miró su reloj de muñeca. Eran apenas las cinco de la tarde así que se decidió a entrar a un café-bar que se encontraba casi vacío, podía ver desde afuera que los trabajadores comenzaban a limpiar las mesas, quizás por el cambio de turno. Había un par de parejas sentadas aquí y allá, pero en general la actividad era poca.

Sin tomarle tanta importancia caminó hasta la barra, pidiendo lo primero del menú.

Frunciendo el ceño notó que a su lado había un hombre con vestido y peluca. No dijo nada, pero tipo le lanzó una mirada hostil al notar el escrutinio, Julio, sin embargo, se dedicó a los suyo.

—¿Primera vez por aquí? —preguntó el barman, un hombretón de unos cuarenta años, corpulento y calvo.

—¿Se nota? —comentó de manera descuidada.

—Pues sí, solo los nuevos miran así a Clarice sin temer a la castración —agregó señalando al otro tipo en la barra, el del vestido.

Julio le miró sin comprender.

—Yo soy Clarice —espetó el hombre, forzando la voz y lanzándole una mirada furiosa.

—Ah—Julio se giró hacia él—. Un gusto, hermano —él había usado la palabra "hermano" como una expresión, pero Clarice, que es como en un futuro aprendería a decirle, se puso como un toro. Por un momento el barman pensó que Clarice le sacaría los ojos, pero esta pareció pensárselo mejor.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó sin contestarle el saludo, mirándole la mano con un gesto desdeñoso—. ¿Te escapas de tu novia para pasar el rato? Te advierto que por acá viene más gente hetero de la que piensas.

Julio suspiró encogiéndose de hombros.

—En realidad, vine aquí para aprender del sexo gay ¿Alguien me quiere enseñar?

El barman suspiró.

—Ajá, un hetero queriendo experimentar —canturreo asintiendo—. Supongo que habrá muchos interesados por acá, pero ten cuidado, si no es lo tuyo, no es lo tuyo.

—Oh —Julio negó con la cabeza—. No, no estoy buscando sexo, me reservo para mi novio, le dije que vendría para acá y luego regresaría muy estudiado —comentó asintiendo con la cabeza, como si les estuviera contando un gran secreto, aunque por la sonrisa en su rostro era obvio que bromeaba.

Clarice y el Barman, a quien después descubriría que se llamaba Jorge, se miraron fijamente un segundo y después comenzaron a reírse.

—¿Pero qué diablos te pasa? —Preguntó el Jorge tirándose la carcajada—. Si ya tienes un novio ¿Qué haces preguntado esas cosas por acá? ¡Te va a malinterpretar! —comentó negando con la cabeza.

—Es que me dijo que no se acostaría conmigo hasta que supiera más del tema y decidí que vendría a preguntar a los expertos —aseguró.

—Ya veo ¿Sabes cual es una mejor idea? Investigar en internet o con especialista en educación sexual —Jorge apenas y lograba calmarse

—Estas nuevas generaciones son cada día más estúpidas —espetó Clarice, inclinándose sobre la barra para tomar la copa que sirvió Jorge y dándole un trago—. Estás llamando a los problemas con esa forma de actuar —agregó, encogiéndose de hombros.

—Supongo —A decir verdad, Julio no había pensado demasiado en el tema, aunque en un futuro se daría cuenta la suerte que había tenido al cruzarse con aquellos dos—. De todas formas, ya vine hasta acá, denme algunos consejos y complementaré mis estudios con teoría después —comentó, con una sonrisa en los labios. Jorge le dedicó una mirada a Clarice y ella puso los ojos en blanco.

—¿Qué prefieres? ¿Arriba o abajo? ¿O quizás algo más? —cuestionó, el barman, logrando tomar el control de sí mismo.

—Arriba —Julio utilizó su pulgar para reforzar el punto.

—Ah, entonces pregúntale a Clarice, yo no soy el mejor para el tema.

Julio le miró confundido mientras se preguntaba qué tan alto sería el tipo, sin embargo, no dijo nada, simplemente negó con la cabeza y se giró hacia Clarice con una mueca de interrogación.

—Jorge —dijo esta—. Tráeme un trago, esto se va a tardar.

.

.

.

Por su parte, Tom estuvo dando vueltas, mirando por la ventana hasta las tantas de la noche, cuando decidió que lo mejor era dejar al idiota y largarse a dormir. Sin embargo, justo cuando dieron las doce, un sonido en su ventana le hizo despertarse sobresaltado.

No debía haberlo hecho, Julio ya había entrado por ahí muchas veces antes, sin embargo, eso no evitó que casi gritara del susto. El hecho de estar medio dormido lo afectó bastante en este aspecto.

Julio, sonriendo, le hizo señas para que guardara silencio y se metió en la cama con él.

—Inicié mis estudios hoy —dijo—. Pronto podremos tener sexo.

Tom, furioso, le dio un golpe en el brazo.

—Qué estuviste haciendo afuera ¿Eh? ¡Voy a matarte Julio! —gruñó apretando los puños y golpeándole el brazo repetidas veces. Julio soltó un quejido antes de girarse para tratar de detenerlo.

—¡No hice nada! —exclamó—. ¡Solo le pregunté a algunos chicos gay al respecto! ¡Ellos me explicaron! ¡Joder Tom, estate quieto! —se quejó, tratando de meter las manos para protegerse, aunque el gesto resultó inútil, porque fue golpeado de todos modos.

Tom se detuvo de golpe, apenas distinguiendo su silueta en la oscuridad.

—¿Cómo? —preguntó confundido.

Julio tuvo que explicarle lentamente todo lo que pasó, aunque omitió la parte en la que le pidieron que mostrara una foto de su novio y luego le molestaron por la siguiente media hora, cuestionándolo sobre la clase de brujería que usó para hechizar a Tom.

Este simplemente le miró avergonzado.

—Eres un bruto Julio ¿Cómo se te ocurre? —preguntó cubriéndose el rostro con el brazo, mientras se dejaba caer en la cama. Julio le demostraba constantemente que siempre podía desbloquear un nuevo nivel de estupidez.

—Bueno, es que tus dudas son razonables ¿Cómo vas a dejarme si no se hacerlo? —Sonrií, repitiendo las palabras que le había dedicado el muchacho esa mañana.

Tom suspiró, se inclinó hacia Julio y lo besó.

En medio de la oscuridad, Julio le rodeó con los brazos, sujetándole con fuerza, aferrándose a Tom.

En los últimos tiempos, le era imposible imaginarse la vida sin él.


Ya estamos en la recta final gente T-T

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro