-Puedes irte.

Después de pasear en mi auto para despejar mi mente regrese a la casa, no estaba feliz al dejarla ir pero sentía que era lo correcto, Danila había recuperado su libertad y yo no sé la volvería a quitar.

-Gracias por ser amable conmigo.-me abrazo, la apreté fuerte entre mis brazos, fue inevitable no derramar mis lágrimas en su hombro.-No llores.-dijo dulcemente.-Por favor no llores.-se separó de mí y limpio mis lagrimas.-No vale la pena llorar por mí.

-Me duele dejarte ir.

-Gracias por comprenderme y por haberme dado la oportunidad de trabajar.

-Aún tienes tu trabajo, sería lo menos que puedo hacer.

-Ojalá encuentres a una mujer que realmente pueda amarte.

-Eso lo hacías tú, tú me amabas.

-Si yo lo hice alguien más lo hará, cuidará de ti y de tu hija.

Junte nuestros labios en un beso, no podía evitar hacer el último intento, la bese de una manera pasional, logre alzarla para que sus piernas estuvieran alrededor de mi cintura, la lleve hasta la cama donde la acosté con cuidado.

-Matt...-acaricie su pierna hasta llegar a su muslo, no dejaba de besarla, no quería dejar de hacerlo.-Matthew.-volvió a insistir, oculte mi cabeza en su cuello y volví a llorar, acaricio mi espalda tratando de darme consuelo.-Está bien llorar Matt, no es de débiles, pero créeme yo no valgo la pena, tú encontrarás a otra persona que te ame de verdad y lo más importante, que no se olvide de tu amor.

Me dolía tanto esta despedida, pensé que todo volvería a ser como antes pero ya era tarde para nosotros.

(...)

A la mañana siguiente entre a trabajar como era lo habitual después de dejar a Scarlet en el colegio, Danila dijo que seguirá trabajando aquí, lo que se me hizo extraño es que no llego en todo el día, ella siempre es puntual y bueno a la Danila que conocí no le gustaba llegar tarde al trabajo o faltar sin avisar.

Danila.

A pesar de que me dolió ver a Matthew llorar, no podía hacer nada, no lo recordaba y me había negado a que él me dijera mi pasado, el motivo del que vine aquí ya no me interesaba, quería concentrarme en mí y en mi futuro.
Iba camino al trabajo cuando la persona que menos deseaba ver apareció frente a mí, lo último que vi fue a él y después todo se volvió negro.

Narrador omnisciente.

Fue un golpe fuerte, lo bastante para que la mente de Danila comenzará a mostrarle algunos de sus recuerdos, no todos, pero si los suficientes para saber quién era, fue como un sueño que estaba teniendo donde veía todo de su vida, hasta el día que volvió a ver a su hermana, pero de su amor por Matthew no recordaba absolutamente nada.

Jake se iba a vengar de Matthew por haberle arrebatado su "felicidad" de nuevo y ya tenía su objetivo en la mira.

-¿Qué necesita?.-dijo la directora.

-Vengo por Scarlet Shay.

-¿Usted quien es?

-Trabajo para el señor Shay, el me dijo que viniera por su hija surgió una emergencia pero no puede venir por su hija.

-Debemos llamarlo primero.

-Adelante.

Jake no fue nada tonto, logró contratar a una persona que iba a hacer que esa llamada no llegará a Matthew, su teléfono lo habían hakeado para que pareciera que dio la autorización de sacar a Scarlet. Fue cuestión de unos instantes en lo que la directora llamaba y después fuera por la pequeña Scarlet para llevarla hacia Jake.

-Bien es cierto, aquí está la niña y su padre está al tanto.

-Gracias directora.-el tomo a Scarlet en brazos para llevarla hasta su auto.

-¿Quién eres tú?

-Trabajo para tu papá.

-¿El donde está?

-En su trabajo.

-¿Me llevarás con el?

-No, pero verás a alguien muy especial.

-¿Quién?

-¿Te gustaría volver a tu mami?.-le preguntó a la pequeña mientras la sentaba en el asiento trasero y le colocaba el cinturón.

-Si.-sonrío la pequeña con inocencia.

-Yo te llevaré a verla.

-¿De verdad?

-Claro, será una sorpresa para ella y después tu papá también se nos unirá.

Scarlet sonrió ante la idea de ver a sus dos padres juntos, lo que no se imaginaba es que Jake no lo decía de una manera positiva, el solo deseaba deshacerse definitivamente de todo el pasado de Danila, así tenga que quitar del camino a Matthew y a su hija, para después llevársela, y ahora sí, ella estaría sin ninguna posibilidad de escapar.