Danila.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo?.-no respondí.

-Quiero ir a mi casa.

-¿Por qué aquel tipo dice que es tu esposo?.-tampoco respondí eso.-¿Por qué quería llevarte con el?

-Déjame ir o llamaré a al policía y te acusaré de secuestro.-suspiro.

-No dejaré que te vayas.

-Entiende no te recuerdo, para mí eres un desconocido que podría hacerme daño.-se comenzó a acercar, me sentía indefensa.

-¿Crees que yo te haría algún daño?.

-Si, puedes ser como Jake.

-Así que aquel tipo se llama Jake.

-Aléjate de mi.

-¿Por qué?

-Me incómodas.

-O tal vez tu cuerpo me recuerda.

-¿Qué tratas de decir?

-Esta casa es tuya, viviste aquí toda tu niñez, tu nombre completo es Ana Danila Harrinson, ahora debes de tener 28 años, te gusta mucho el frappe y el helado de galleta oreo, te dan miedo las arañas y los ratones, eres alérgica a los gatos por eso prefieres los perros, sabes de administración, te gustan las puestas del sol y prefieres un día de campo que la playa, tu comida favorita son las hamburguesas, tu color favorito es el verde y te encanta dormir de lado o boca abajo.

-Puedes inventar todo eso, ahora mis gustos son diferentes.

-Tienes dos lindos lunares en tu glúteo derecho.-abrí mis ojos como platos.

-¿Cómo....?

-Yo he visto tu cuerpo desnudo, y créeme me grabe cada rincón de él.

-Tu y yo....

-Si.

-No es posible.

-Además de otra cosa pero eso te lo diré en unas horas. Ahora podemos ver la casa.

-¿Para qué?

-Para que recuerdes, además tengo tus álbumes de fotos que servirán.

-Esta bien, pero antes quiero bañarme.-asintió, al pararme note que tenía una pijama puesta.-¿Me quitaste la ropa?

-Era para que durmieras cómoda.

-Por eso sabes de mis lunares.

-No, yo lo se porque tú y yo hemos hecho el amor.

-¿Cómo sé que no me has violado el tiempo que estuve inconsciente?

-No sé por quién me tomes pero yo jamás obligaría a una mujer a estar conmigo.

-Me iré, no trates de impedirlo.

-¿A dónde si no tienes familia?

-A cualquier lado.

-Tengo pruebas sobre tu pasado, para que las dudas que estoy seguro que tienes desaparezcan.

-¿Estamos casados?.-mi pregunta lo tomó por sorpresa.

-No.

-¿Cómo es que me acosté contigo?

-La historia es súper larga, pero la contaré después.

-¿Cómo me conoces?

-Te lo contaré mientras recorremos tu antigua casa y veas los álbumes.

-Esta bien.

Me pare para ir directo al baño.

-Te espero en la sala.

Me duche, busque mi maleta, saque unos jeans gastados, una remera color vino y unas zapatillas cómodas, al salir el estaba sentado en el sillón.

-Te mostraré cuál era tu habitación.

-¿Vivías conmigo?

-Si.

-¿Por qué?

-Todo a su tiempo.

-¿Cómo sabré si de verdad no mientes?

-Tu misma lo juzgaras. Aunque después de esto no te quedarán dudas, además de que puede que recuerdes algo.-se paró y camino hacia las escaleras pero antes de subir volteo para ver si lo seguía.

-Eso será casi imposible.

-Claro que no.

-Los doctores dijeron que mi pérdida de memoria es irreversible, nunca sabré quién fui, o que hice.

-Yo te ayudaré a recordar.-extendió su mano hacia mi, dude un poco pero al final la tome, deje que me guiará a la segunda planta.-Esta es la habitación principal, perteneció a tus padres, pero yo dormía aquí con Miranda.

-¿Quién es Miranda?

-Tu habitación era la del fondo.-me guió hasta ella.-Sigue igual a como la dejaste el día que las perdí.

-¿Nos perdiste?.-abrió la puerta, una hermosa habitación lila, una cama enorme, dos roperos, una puerta que de seguro daba al baño, una cómoda con un espejo, unas ventanas que dejaban entrar la luz del día, una mesita de noche junto a la cama, camine hasta esta y vi un porta retratos, lo tome para mirarlo, era yo y estaba con una niña.-¿Quién es ella?

-Eso te lo diré más al rato.

-No recuerdo nada de esto. Siento que será mejor que me vaya.

-Se que no recordaras rápido, pero trata de hacerlo.

-No puedo, cuando me voy a acordar de algo la cabeza comienza a dolerme, y mis pastillas calman el dolor.

-¿Qué tipo de pastillas son?

-No lo sé, solo hacen que mi dolor se vaya.

-Tal vez esas pastillas no te dejan recordar.

-Estas loco.

-Escucha tu tenias una hermana, pero ella está muerta, antes de eso tú y yo tuvimos un romance, ella nos descubrió lo que provocó que....

-¿De qué hablas?

-Te cuento cómo fueron las cosas.

-Yo no pude traicionar a mi hermana.

-Digamos que yo también estuve detrás de ti.

-Soy una mala persona.-susurre.

-No lo eres.

-¡Claro que si! ¿Cómo pudimos hacerle eso? Por mi culpa ella está muerta.

-No es así.-la cabeza comenzó a dolerme.

-Déjame sola.

-No, debes escucharme.

-¡Solo quiero estar sola!

Le sorprendió mi comportamiento, por lo cual salió de la habitación, sujete mi cabeza con las manos, me estaba doliendo mucho, las lágrimas salían de mis ojos, ¡Dolía! ¡Me dolía horrible!