Danila.

El muy cobarde se atrevió a levantarme la mano y no me soltaba. Estaba claro que no me dejaría ir, me jaló para llevarme hasta su carro cuando vi que un puño se estampó contra la cara de Jake.

-¡No la vuelvas a tocar! -Gritó el señor Shay.

-¿Qué te sucede? Ella es MI esposa.

-No lo es, estas mal de la cabeza ¡Y lárgate antes de que te parta la cara a golpes por atreverte a pegarle!-Jake se levantó del suelo me miró por última vez antes de subir a su auto.

-Volveré por ti amor.-Dijo para después arrancar el vehículo.

-¿Estás bien?

-¡Aléjate de mi! Tú eres igual que el, están locos.

-Por favor Danila cálmate.

-¿Qué me calme? Tú tanto como él me dicen varias cosas sobre mí, se aprovechan de que perdí la memoria para hacerme daño.

-Jamás te haría daño.

-¿Cómo estaré segura de eso?

-Porqué te amo.

-Eso mismo dijo Jake y me mintió ¿Cómo puedo confiar en ti?

-Tal vez tu mente no me recuerde pero tu corazón si.

-¿A qué te refieres?

Junto sus labios con los míos, me sujetó de la cintura pegándome a él y rodeé su cuello con mis brazos. Sentía algo extraño era algo mágico e increíble, esto no sentía cuando besaba a Jake tal vez me esté diciendo la verdad y el si puede responder todas las dudas que tengo.

Nos separamos por la falta de aire, me miraba a los ojos sin decir nada.

-Quisiera creerte pero no puedo.-Me atreví a romper el silencio.

-Ven conmigo.-Abrí mis ojos sorprendida.

-No, yo estoy en un departamento y la verdad quisiera regresar ahí.

-Esta bien te llevo, mañana pasare por ti además a una persona le dará gusto verte.

-¿Quién?

-Lo sabrás mañana.

-¿Podemos irnos? La cabeza me está pulsando.

Nos subimos a su auto, condujo por donde le dije, llegamos a mi destino. Lo deje pasar en lo que él atendía una llamada de no sé que, yo busque mis pastillas pero no las encontraba.

-Mierda.-Exclamé, sentía que me aplastaban la cabeza, me dolía y mucho. No había tenido un dolor así de fuerte.

-Tengo que.... ¿Estás bien?

-Si no te preocupes.-Se acercó a mí, mis ojos hacían contacto con los suyos lo cual ocasionó que me doliera aún más la cabeza ¿Qué pasaba? Sus ojos, ya los había visto varias veces pero no lograba saber si eran de él o de alguien más.

-Creo que lo mejor será es que te lleve a tu casa.

-¿Mi casa?

-Larga historia, pero estarás más segura tal vez ese tipo nos siguió. Si te dejo sola, el puede que venga y no quiero que te dañe.

-Yo...-El dolor de cabeza me mataba, revise el ultimo cajón de la cómoda, genial, saque una pastilla, tenía una jarra de agua en la mesita de noche, vertí un poco en el vaso, para tomarme la pastilla.-Estaré bien no te preocupes.

-¿Que tomaste?

-Un medicamento que me dieron para los dolores de cabeza.

-Debo irme, no le habrás la puerta a nadie.-Asentí.

Matthew.

Después de dejar a Danila en su casa, tuve que ir por Scarlet. Estaba en serios problemas, trataba de estar enojado pero estaba feliz de saber que Danila estaba viva, no podía creerlo ¿Qué habría pasado con ella en estos cuatro años? ¿Quién sería aquel hombre que se atrevió a pegarle? Maldito hijo de puta sí que me había cabreado el saber que se atrevió a levantarle la mano. Llegue a casa de Chris, iba a tener una conversación muy seria con mi pequeña.

-Qué tal bro

-Hola Chris.

-¿Por qué tan serio?

-Ciertamente no estoy feliz por lo que hizo Scarlet.

-Yo estaría orgulloso de saber que mi hija pelea.

-No es propio de una niña, debo hacer algo al respecto.

-Meterla a clases de boxeo, ganara millones.

-¿Dónde está mi hija Chris?

-En la sala veíamos películas.

-Llámala nos iremos enseguida.

-Es una niña, no seas tan duro con ella. Necesita a su madre al parecer era muy apegada a Miranda.

Chris fue a buscar a Scarlet, yo sé que ella necesitaba a su mamá pero eso lo hablaríamos después. Scarlet me vio y sonrío, yo la miraba serio, tome su mochila la cual Chris me había dado.

-Gracias Chris.

-Cuando quieras.

-Despídete de tu tío.

-Adiós tío Chris, gracias por pasar por mi.

-Cuando quieras nenita.

Subí a Scarlet al auto, para ir directo a la casa.

-Papi.-Se animó a decir, pero no respondí sólo miraba el camino.-Papá.

-Estas en serios problemas jovencita.-Fue lo último que dije y ella guardo total silencio todo el camino.