Después de despertar del coma, me han realizado varios estudios. Ahora estoy en uno de mis chequeos mensuales, a los cuales de verdad no me acostumbro, estaba acostada dejando que la máquina me tomara los exámenes, realmente es desesperante estar aquí adentro.

-Solo unos minutos más Danila espera.

Es fácil decirlo más no hacerlo, no soy una mujer paciente. Después de unos minutos salí de la maquina y unas enfermeras me retiraron los cinturones, los cuales me mantenían amarrada a la cama para poder entrar al aparato.

-Listo, después puedes pasar por tus resultados.-yo solo asentí con la cabeza, no tenía ganas de conversar con el médico.

(...)

Me encontraba en mi casa como era costumbre según los médicos no era recomendable que yo trabajara, así como también mi marido me convenció de no hacerlo hasta que no me encontrara del todo bien, mi vecina Kate igual estaba aquí como casi todas las noches, lo cual resultaba ser molesto pero por educación no le decía nada.

-Deberías comer algo.

-No tengo hambre.-Colocó la taza de té frente a mí.

-Puedo hacerte una sopa.

La verdad era extraño el que yo no sintiera hambre, incluso en este momento sentía nauseas con solo pensar en comida. Decidí no tomarme la píldora para el dolor de cabeza el día de hoy, no quería volverme adicta a ella.

Estaba harta de tanto medicamento y de los doctores ¿Para qué seguir con las citas y los estudios? Siempre me dicen lo mismo, que no saben cuándo regresara mi memoria pero debo tener paciencia y convivir con mi familia.
No puedo no recordar el accidente que sufrí y eso también se añade a mis frustraciones.

-No, gracias Kate.-Termine de beber el té, me levante de la silla en la que me encontraba sentada y deje la taza en el fregadero.-Ya no quiero seguir aquí.

-Tienes que pensar en Jake.

Pensar en Jake, mi marido el cual siempre se encontraba viajando por su trabajo, era querido por todos sus amigos. Pero solo yo sabía como era en realidad ya que cuando estábamos solos, ocurrían peleas las cuales eran solo por su trabajo y sus viajes continuos.

-Esta no es la vida que yo quiero. La idea de vivir en Boston era de Jake no mía, no me gusta estar aquí.

Jake me había convencido de venir aquí, ya que prácticamente él tomaba todas las decisiones sin tomar en cuenta mi opinión. Decía que esto era lo mejor para ambos o más bien para él, a pesar de que aquí él tenía a sus amigos y a su familia sentía que no encajaba, sentía que no pertenecía a ese lugar.

-Si quieres, me puedo llevar a Yareld para que descanses.

-No, está bien. Yo solo quiero descansar, gracias por estar aquí.

-Sabes que no es problema.-Se levantó de su silla y la acompañe hasta la puerta.

De nuevo me hallaba aquí sola sin compañía ya que mi hijo Yareld de 4 años se hallaba dormido en su habitación.

Fui hasta el despacho de Jake, era como un extraño para mí, estos ocho meses juntos no eran muy útiles que digamos.

Me senté en la silla que se encontraba en el despacho al cual casi nunca entraba, era un lugar privado para él, había cartas sobre su escritorio que decidí acomodar, algunas eran facturas.

Buscaba el abrecartas así que revise los primeros cajones y nada, hasta el tercer cajón a la izquierda lo encontré; revisaba algunas cosas y encontré una factura por el hospital de más de 10 mil dólares lo que se me hizo extraño de que fuera de una clínica privada ya que Jake dijo que el seguro había cubierto todos los gastos y que el accidente lo había tenido en San Diego.

Se supone que el accidente fue en San Francisco, el avión estrelló al aterrizar en la pista, esto debía tener información incorrecta mi cabeza me punzaba pero mi curiosidad seguía.

Cuando intente abrir el ultimo cajón se encontraba cerrado con llave, busque en los cajones con la esperanza de encontrar la llave que abriera aquel cajón pero dentro de estos solo había papeles, folders, carpetas y uno que otro artículo de oficina que se podía guardar aquí, de seguro Jake las tenía escondida en algún lugar pero ¿Por que? ¿Que es lo que quería esconder?, subí hasta nuestra habitación donde la mayor parte del tiempo me encontraba sola, revise sus cajones donde se encontraba toda su ropa, sus camisas, calcetines, calzoncillos hasta que encontré las llaves.

Regrese al despacho y logre abrir el cajón en donde había un portafolio negro el cual abrí con la otra llave, en este se encontraban historiales médicos de Jake, de Yareld y los míos, comencé a revisar mis reportes médicos de estos ocho meses y también venía la información de mi coma, declararon pérdida de memoria y el daño irreversible después de 3 años en coma... ¿Pero qué?

Jake me había dicho que sólo estuve una semana así, me había mentido. Seguí leyendo al parecer estuve en una clínica privada en San Diego; el doctor que me reviso era mi marido Jake, yo no sé mucho sobre los hospitales pero si sabía que él no podía revisar mi caso si teníamos algún parentesco. Me había dicho que yo me accidente en San Francisco, me explicó que solo fue una semana pero esto me revelaba mucho más que eso, no era posible ¿Porque me mentiría? Esto era demasiado extraño.

Revise más a fondo y me encontré con una fotografía de una niña su cabello castaño oscuro casi negro como el mío, sus rasgos eran iguales a los míos y sus ojos cafés claro, se parecía a mí, hasta podía ser posible que esta pequeña niña fuera mi hija.

La cabeza me daba mil vueltas y yo sin poder recordar absolutamente nada, solamente hay algo que no entendía... ¿Qué ganaba Jake con mentirme y hacerme creer que tuve el accidente San Francisco?

Varias preguntas en mi mente pero no sabía si encontraría la respuesta.

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