El la miro tan asombrado, que por un momento pensó que él se había imaginado esa respuesta, pero ella le pregunto.

─ ¿Y bien?

─Sabes, también necesitas un psicólogo.

─Uno muy joven y guapo.

─ ¿Por qué no?

Ella bajo la mirada al piso no quería ver su expresión cuando se sincerara, peor no busco las palabras oportunas.

─Porque yo no quiero olvidarme de ti, tu recuerdo me hace bien.

─Hablas como si estuviera muerto, y como yo te hacía daño te separaste de mí, entonces ¿porque recordarme?

Pregunto con evidente sarcasmo alejando sus manos de su cuerpo.

─No, me separe de ti porque no quería más hijos, ni presiones, ni responsabilidades, ni compromisos, ni hacerte daño a ti, que si querías tener familia.

─ ¿Así que me liberaste?

─Sí, para que puedas realizar tu sueño.

─Yo quería una familia contigo, no sin ti.

─Lo siento yo sólo...

─Me diste mi libertad, según tú, pero me celas y quieres acostarte conmigo, dime ¿acaso no sabes cómo nacen los niños?

Ella le miro con la cara roja sintiéndose tonta, sabía que sus argumentos eran un asco, si se portara así en el juzgado su carrera se iría a pique.

─Por supuesto que lo sé. No me tomes por idiota.

─Pero quieres sexo.

─Sí y puedes usar condón cuando...Tú y yo...Ya sabes.

─Sí, siempre lo use porque decías no estar lista para un segundo hijo, además yo podía haberme hecho la vasectomía si tú hubieses querido, con tal de seguir a tu lado, de que me amaras, pero no me amas, olvidaste decir eso, me separe de ti porque no te amo, nunca lo hice y nunca lo hare.

Le espeto usando las mismas palabras que ella le dijo ese día. Él suspiro frustrado cada vez que la veía era lo mismo, terminaban atrapados en esa poderosa tensión sexual y reclamándose cosas el uno al otro, haciéndose daño. El divorcio había sido la mejor opción como ahora lo seria alejarse rápido de allí.

─Lo siento, no hubiera querido dañarte, pero yo... No podía seguir con la farsa y tú ¿acaso hubieras renunciado a tener más hijos por mí?

─Sí, ¿que no te lo acabo de decir? pero tú no me diste opción, de igual forma no pienso tener más hijos, no habrá otra mujer importante para mí, sólo aventuras o ni eso, dependerá de si me curo del trauma, en fin, antes me negué a tener ayuda psicológica por vergüenza, pero ya no.

En eso escucharon que tocaban a la puerta, minutos después, Luna asomaba su cabecita.

─Hola papi ¿puede pasar?

─Sí princesa, luces muy hermosa hoy.

─Yo siempre,

─Y ¿hay algún príncipe por allí?

La niña sacudió la cabeza negativamente y sus rizos azabaches por el peinado que traia se alborotaron.

─En serio, ¿no se lo ocultarías al rey?

─Y sí el rey decide cortarle la cabeza.

─Oh, él no haría eso.

─Ok, hay un niño que me gusta, se llama Sansón.

Alisa los escuchaba enternecida hasta que la niña dijo que alguien le gustaba, entonces frunció el ceño ¿y por qué carajos se lo contaba a su padre y no a ella?

─Ah ¿Qué interesante?

─Como el tipo de la larga cabellera, no me habías dicho nada Luna.

Reclamo Alisa, la pequeña se encogió de hombros.

─Sí, como él de ese cuento y no te dije porque no y ya.

─Que cruel, no confías en mí.

Se quejó su madre.

─No en los asuntos del corazón, no es nada personal mami, pero no sirves para eso, en todo lo demás eres perfecta.

Espeto la niña con un rostro muy serio.

─Vaya gracias.

Replico ella herida y salió de la biblioteca dejándolos solos.

─Así que Sansón, ¿sabías que ese nombre significa sol?

─No, así que la luna y el sol que lindo, digo lo sería, sí me hiciera caso.

─ ¿Y no te corresponde?

─No, es idiota, le gustan las niñas mayores.

─Ah, pero tú eres muy bonita, seguro cambia de opinión y entonces tú serás la luna de su vida y él será tu sol y tus estrellas.

Dijo citando a Got.

─Más le vale.

Ambos se rieron y después salieron juntos de la biblioteca, buscaron a Alisa para despedirse y él prometió devolverle la niña el domingo.

─Esperen, mamá, el lunes no tengo clase ¿recuerdas? ¿Puedo quedarme un día más con papá?

─Si a él le parece bien.

─Sí, me parece bien, la traigo el lunes entonces.

─ ¿No tienes ningún compromiso para ese día?

─Iré al cine con Kristen, pero a ella no le importará incluir a Luna en los planes, ya le llevare después a ver la película que ella quiera, o tal vez tan sólo le cambie la fecha de la cita y se lo retribuya con una cena, sé que lo entenderá.

─ ¿Sales con ella?

─Iba a ser nuestra primera salida, como ella ya sabe del divorcio.

Dijo encogiéndose de hombros, su exesposa se notaba enfadada y lo cierto era que el hizo el comentario casual porque era cierto, no había tenido la intención de enfadarla o encelarla, pero no podía negar que disfruto eso.

─No ha perdido el tiempo.

─Así es, no lo ha perdido.

─Y tú tampoco.

─Tengo que superarlo, nos vemos Alisa, pásala bien.

Cuando Duncan, salió Alisa experimento un enorme vacío en su corazón, él ya estaba consolándose con otra y ella se estaba muriendo, el divorcio no había sido una buena decisión, quería recuperarlo, pero no sabía el cómo.

Duncan llego a su apartamento con la pequeña, era un loff de dos piezas por lo tanto la pequeña tenía una habitación allí decorada con Ponys y princesas Disney, aun cuando solo la fuera a usar los fines de semana, era algo que su padre podía permitirse y hacia todo por complacerla. Después de todo esa niña era literalmente el único amor en su vida.

─ ¿Papá podemos adoptar un gato? Siempre he querido uno, pero mamá no me deja.

Dijo retomando la petición que le había hecho antes.

─De acuerdo, pero tú lo vas a cuidar cuando estés aquí. Incluido limpiar la caja de arena.

─Ok, vayamos mañana a adoptarlo, quiero uno marrón, no mejor uno negro como pantera, no uno blanco o tal vez un siamés.

─Como quieras, pero tendrás que enseñarme como cuidar un gato.

─Es como cuidar un niño papi, tú ya tienes experiencia.

Una vez Duncan hubo acostado a su hija, llamo por teléfono a su secretaria y amiga.

─Kristen, soy Duncan, ¿Cómo estás?

─Hola guapo, estoy muy bien, hum. ¿Me llamas en plan laboral, o en términos más amistosos?

─Es por lo de la ida al cine.

─Sí, ya elegí la película y...

─Kristen, lo siento, no voy a poder este lunes.

La chica al otro lado de la línea dejo salir un gimoteo, antes de preguntar en tono quejumbroso.

─Pero ¿Por qué?, ya te he esperado mucho.

Protesto y era lo cierto, estaba enamorada de él desde que entró a su empresa. Aun así, nunca hizo nada no quería ser una rata rompe hogares, aunque tanto ella como casi todos los que conocían a la pareja pensaban que ese era un hogar ya roto con una relación malsana o simplemente forzada por la niña. la gente no sabía su situación verdadera, pero si podían notar que no había armonía ni amor, que no era un hogar tal cual. por supuesto nadie sabía que los orígenes de ese problema tenían que ver con traumas inseguridades y mucho sexo como tapadera o escape de esas emociones turbulentas en ambos.

─Bueno, antes estaba casado.

─Sí, pero no quisiste ser mi amante, ni salir conmigo antes. Ok siendo honesta, aunque me gustas nunca hubiera aceptado ser la otra, tan desgraciada no soy.

─Alisa me hubiera matado de tener una amante, y no se me dan esas cosas de la infidelidad, no es correcto, ni que el hombre rompa sus vínculos así, ni que las mujeres intenten separar una pareja, te lo deje claro antes. Sé que no pretendías ser a otra, pero si ser su reemplazo. Bueno te dejo, tengo conmigo a mi princesa.

A la pelirroja le desagrado el comentario, llevaba mucho tiempo enamorada de su jefe, no era una mala mujer, ni una puta, y sabía que había hecho mal en insinuarse ante un hombre casado pero su justificante era que estaba en verdad enamorada y que se daba cuanta que el matrimonio de su amor no era más que una mala broma, de hecho, creía que él único que no lo notaba era él.

─ ¿Estas con tu exesposa?

─No, con mi hija, y es la razón por la que te cancele, se quedara conmigo no tiene clase el lunes ¿me entiendes no?

─Sí, de nuevo me gana la partida, otra mujer, sabes que llevo queriendo contigo desde antes que dejaras a Alisa, lo admito deseaba que te dieras cuenta de que ella no era lo que necesitas y me dieses una oportunidad y ahora tu hija se convierte en otra que nos separa.

─ Kristen lo siento, en verdad tú me gustas, pero el amor que sentí por Alisa, fue muy grande y de hecho la sigo amando, el divorcio fue idea de ella, no mía, no debo jugar contigo y por eso te lo digo, en cuanto a Luna, comprenderás que siempre estará en mi vida.

─Eso dolió, pero dame esperanzas, ahora tú y Alisa no son nada y sé que puedo ganarme tu amor. quizá incluso tu hija me acepte, es decir no es que hayan terminado por mi causa no tendría que verme como la mala.

─No creo que pueda volver a amar, sé que el enamorarme para mi es imposible ahora.

Él consideraba que lo mejor era sincerarse, las falsas esperanzas, las mentiras piadosas en cuestión de amor, sólo eran placebos que a la larga inducían a más dolor. No quería hacerle a nadie lo que le habían hecho a él, en todos los sentidos.

─ ¿Y qué hay de tu cuerpo?

─ ¿Qué con él?

─ ¿Serias mi amante?

─ ¿Es eso lo que quieren todas de mí?, pues no, no soy un juguete, olvídalo.

Colgó de golpe el teléfono furioso y Kristen se quedó con un enorme signo de interrogación en la cabeza. No creía haber dicho nada malo, cualquier hombre en su lugar estaría feliz de que una chica le ofreciera sexo, sin compromisos, ni garantías, entonces ¿qué pasaba con él? No lograba entenderlo, pero seguiría en la caza. Eso no lo haría con cualquier hombre claro, no es que fuera una mujer fácil, pero que mujer no querría acostarse con un tipo tan increíblemente guapo y amable. claro su imbécil ex que lo dejo ir, aunque sospechaba que la tipa esa también estaba fascinada con su cuerpo y que ya estaría lamentando su decisión.

─ ¿Papá estás enojado?, ¿pasa algo?

pregunto Luna entrando a su cuarto, había notado que de pronto se veía distinto, que algo lo estaba incomodando.

─No cariño, estoy bien. Creí que ya te habías dormido.

─ ¿Con quién hablabas?

─Con mi secretaria, es que suele ser un poco tonta a veces.

La niña se restregó los ojos, estaba adormilada pero el grito le había espabilado.

─Tú no gritas casi nunca, y no por algo como una tontería, debió ser un error muy grande.

Él suspiro, su hija sin duda era muy inteligente, quizá demasiado para su edad.

─Sí, cometió el mismo error que tu madre.

─ ¿Cuál?

─Querer usarme.

─ ¿Cómo?, no entendí, ¿Cómo usarte?, tú no eres un objeto.

─Eso mismo chiquita, no lo soy, pero ellas creen que sí, y en el caso de tu madre, yo se lo permití por mucho tiempo.

─ ¿Por eso te divorciaste de mamá?

─En parte, nos divorciamos porque ella así lo quiso, pero eso influyo, y en mi caso no deseo ser usado por nadie más.

─ ¿No hay esperanza de que tú y mamá se reconcilien?

─No lo sé, pequeña, no depende de mí, pero ella sólo quiere...

─Usarte.

─Sí, y no se lo permitiré más, en realidad no sé, tal vez nos usemos un poco el uno al otro en lo que aprendemos a superar esas viejas manías. Pero eso es un tema que no debo discutir contigo, vuelve a dormir princesa.

─ ¿Me cuentas un cuento antes de dormir?

─Claro que sí princesa.

─Bien quiero que sea el cuento de un oso, de una princesa, de un pájaro, de una mami y un papi, y de una flor.

─ ¿De todo eso en un cuento?

─Sí.

─Ok, había una vez, en un bosque, una cabaña, donde vivía un oso, tenía como amigo a un pájaro y a una princesa, pero la princesa estaba muy triste porque sus papas iban a separarse, por ello le pidió consejo al oso y al pájaro y ellos la llevaron a un claro del bosque, y le dijeron:

"Cuenta la leyenda, que, en un ojo de agua, flotando en una hoja de nenúfar, hay una flor mágica, que es capaz de unir a las personas, recordándoles su amor, a todas y cada una de ellas que la miren y le muestra el camino a la felicidad." Así que la princesa, le pregunto al oso por el paradero de la flor y este le dijo que sólo el pájaro lo sabía, fueron con él que gustoso les enseño el lugar, entonces la niña hizo que sus padres la siguieran al bosque en busca del ojo de agua y en cuanto ellos vieron la flor, recordaron lo mucho que se amaban, se tomaron las manos y se dieron un beso volviendo unirse para siempre. Y bueno así termina esta historia, la familia vivió unida y feliz por siempre, ah claro adoptaron al pájaro y al oso que se volvió su guardián.

─Que bonito cuento papá, ¿crees que haya una flor así que los una a ti y a mamá de nuevo?

─No creo hija, pero ojalá así fuera, ojalá y así fuera.

─Buenas noches papito.

─Buenas noches princesa.

Una vez Duncan dejo a su pequeña, se metió a la regadera tomar un baño, no podía evitar el pensar en su mujer, ¿de dónde se había sacado ese estúpido cuento? "hay Alisa, como sigo amándote, ojalá existiera esa flor que une a las personas, sabe dios como te necesito ahora a mi lado, te extraño tanto y como estoy deseándote en este momento, te amo tanto, muero de ganas por hacértelo, ¿Por qué contigo es así, sólo contigo por qué?, salió del baño y se recostó, estaba sumido en sus pensamientos cuando oyó el timbre del teléfono.

─Sí, Duncan Vandervick.

─Hola Duncan soy yo, llamaba para saber cómo está la niña.

─Está bien, Alisa, está conmigo, acaba de dormirse.

─ ¿Y tú?

─Bien dentro de lo que cabe, pensando en ti.

─Yo...Yo, también he estado pensando en ti, el lunes ¿cómo a qué horas vas a atraer a la niña?

─En la noche ¿Por qué?

─ ¿Te gustaría quedarte?

─ ¿Es eso una invitación?

─Sí lo es, bueno espero que no lo tomes a mal, si no quieres no, sólo que me gustaría mucho hablar contigo.

─Hablar ¡que decepción!, yo esperaba algo mucho más íntimo.

─Bueno, yo también, si tú quieres, será lo que tú quieras.

─No renunciaste al placer, sólo a mi ¿verdad Ali?

─ Tu eres el placer Duncan, la decisión es tuya.

─Bien, me quedare, pon tu mente a trabajar Ali, quiero algo especial.

─Lo hare, no te arrepentirás.

─Eso espero. Buenas noches, un beso.

─Buenas noches, mil besos.

Una noche de pasión con Alisa, después de dos semanas y tres días, sí que habían tenido abstinencia, él también tenía que dejar volar la imaginación, quería de vuelta a su mujer, la quería a su lado e iba a hacer todo por conseguirlo, tendría que buscar la forma de hacerla morir de deseo, de mostrarle lo que había perdido y luego apartarse, asestar el golpe. 

Eso le costaría trabajo, pero sí salía bien toda la cosa, ella estaría suplicándole que volviera, pero también quería su amor, tenía que conseguirlo, ya vería como, se mostraría suave, dulce tierno, cálido unas veces y frío, desconfiado, distante, le contaría sus alegrías y le dejaría ver cuando estuviera herido, la llevaría a la confusión, a la obsesión y a la locura, y después conseguiría, su ternura, su afecto, su cariño y finalmente su amor, tendría que jugar sus cartas muy bien si quería triunfar y ese lunes, Ali iba olvidar lo mucho que odiaba los lunes y verlo como su día favorito, de eso se encargaba él.

Maldita sea ¡No! que carajos estaba pensando, él había hecho todo eso antes y no funciono, nunca lo hizo, 10 años juntos y no consiguió su amor, lo más que lograría seria que se arrastrar suplicando por sexo si al dejaba en abstinencia mucho tiempo, pero sería solo eso y anda más, no conseguiría su amor acababa de decir que ya no quería ser usado, se enojó cuando Kristen le pidió sexo, pero si era su ex, el muy imbécil incluso fantaseaba, se odiaba era tan patético un total y ridículo simp.

Armand y Daniel tenían razón le dio toloache seguro, o como diaria Rusell le dieron agua de calzón. No había otra forma si no le hizo un amarre no entendía como podía ser así y solo con ella, pero ¿por qué hacerle un amarre aun hombre que no amas? Joderle la existencia no más, o su dinero, si tenía demasiado dinero, pero no es como si Alisa fuera una mantenida tenía su trabajo y era buena en ello, más bien mala, era malísima, era una gorgona, una  arpía, una maldita súcubo que lo estaba llevando a la locura. ah...necesitaría una ducha fría ya.

Todo el fin de semana lo paso con la niña yendo de un lugar a otro, Habían ido a un refugio para adoptar un gato, Duncan pensó que era mejor que comprarlo en una tienda de mascotas, porque había muchos animalitos necesitados de cariño buscando un hogar, no necesitaban que fuese de raza, y a veces incluso en los refugios se encontraban perros y gatos que lo eran y aun así habían sido abandonados por dueños irresponsables,

Luna había elegido a un gatito blanco que la enamoro nada más verlo, era lindo y muy tierno, muy pequeñito y crecería junto con ella, ok mucho más rápido que ella, así era con los animalitos, pero sería lindo verlos jugar juntos. después compraron en una tienda todo lo que necesitarían para la nueva mascota, platito, camita, comida, juguetes y compraron un libro llamado todo sobre mi gato que enseñaba sobre los cuidados de un felino y curiosidades sobre ellos. el libro era bastante divertido porque estaba escrito desde la perspectiva de un gato y era un libro que un niño podía leer y encontrar entretenido también y aprender de él.  y estaba ilustrado con hermosas fotos e imágenes de felinos incluyendo al autor del libro, un gato siamés tabby point.

Pasaron el fin de semana viendo películas infantiles, jugando con el gato y platicando entre ellos, recuperando el tiempo perdido. Esa pequeña era su todo, quizá el único amor que conociera.

El lunes a las nueve de la mañana se levantó y fue a despertar a su hija, le sirvió como desayuno unos Croissant rellenos de chocolate y leche, cuando terminaron de comer se fueron a la oficina, pues tenía una junta importante, pero ella podría distraerse viendo la decoración, jugando con colores y papel, con dulces y galletas que le servirían y claro podía si lo quería, llevarse a las muñecas y le prometió que sólo estarían allí un rato y luego la llevaría al teatro,

Ya en la junta él se desenvolvía con su natural aplomo, cuando entro Kristen y le informo que su niña se había puesto a llorar porque se cortó con una tijera. Él salió de la junta pidiendo una disculpa y fue a ver a su hija, corrió hasta ella alarmado y la miro examinándola buscando el daño.

─Luna ¿estás bien?

─Sí.

─Me ha dicho Kristen que te has cortado.

─De eso nada pa, Luna se ha cortado con la tijera y Alisa la regañaba y la curaba, sólo jugaba a las muñecas y esa tonta se lo creyó, es muy boba.

El suspiro aliviado y luego la reprendió.

─No hagas eso princesa, me has asustado y no seas grosera con ella.

─Perdón, no lo volveré a hacer, y no te preocupes papá, vuelve a tu junta.

─Ok, ten cuidado princesa.

─Sí lo tendré.

─ ¿Tu niña está bien?

Pregunto Kristen aun preocupada

─Sí lo está, sólo estaba a ella no le paso nada, sólo jugaba, fuiste engañada, regreso a la junta.

─Entiendo.

La chica fue a quejarse con la niña por su jugarreta.

─Niña me dijiste que...

─No boba, yo jugaba tú te lo creíste por bruta.

─Ya niña, no me ofendas

─Ok, lo siento, sólo una advertencia, no vas a conquistar a mi padre.

La chica la miro asombrada de que ella supiera sus intenciones, pero por lo visto no debía subestimarla, era mejor estrategia tratar de ganársela y no ponerse contra ella, porque sabía que saldría perdiendo, Duncan adoraba a la enana esa.

─ ¿Por qué me odias?

─No te odio, pero no quiero nada contigo, no te quiero de mamá, quiero que mis padres vuelvan a estar juntos y tú eres un obstáculo.

─ Eres una chica lista eh, pero yo no he sido la causa de su divorcio, él me gusta y ahora que es libre quiero intentarlo, anda dame una oportunidad.

─Yo no creo, inténtalo si quieres, pero vas a fracasar.

─Veras que no

─Él sigue amando a mi mamá, me lo dijo ayer.

Eso bien lo sabía ella, era lógico, él por desgracia estaba bien enculado con esa arpía.

─ Tú te pareces tanto a ella, aunque tienes los hermosos ojos de tu papá.

─Y a mucha honra Kristen.

─Eres una listilla y te entiendo, me agradas mucho, y no quiero causar problemas, pero entiende que tus papas ya están separados, tronaron, así que dame una oportunidad de estar con él, tal vez yo le haga feliz, realmente lo amo y él merece ser feliz.

─No creo él no te ama, pero hare una tregua contigo secretaria.

─Gracias.

─Ok, tienes una semana para lograr algo con él o lo dejas de intentar vale.

─Una semana es muy poco, no es justo.

la pelirroja pensó que llevaba años deseándolo sin lograr nada, aunque no es que hubiera sido muy agresiva, el saberlo un hombre casado le detenía de tomar un plan más agresivo.

─Nada lo es, una semana, en las próximas interferiré y te saboteare, ahora disípate quiero seguir jugando.

─Claro nenita.

─Odio que me digan así.

─Como digas princesa.

─No lo lograra.