Capitulo 2:Adicción Toxica a ti
Alisa sabía que él tenía razón y que había sido estúpido y cruel de su parte hacer esos comentarios, lo malo es que una vez dichas las palabras no podían recogerse y ella no podía hacer nada, simplemente se dijo que trataría de ser más prudente la próxima vez, pero sabía que eso estaba más que alejado de la verdad.
Ella cuando de hablar se trataba iba siempre al ataque como un animal de caza, hundiendo las garras en dónde sabía que más daño causaba, era un mal habito, pero por eso era tan buena en lo que hacía.
Se sentía culpable y triste ahora, él no se merecía ese trato, lágrimas poblaron sus ojos y por primera vez en años tuvo que cancelar una cita laboral, pero no podía recibir a nadie en ese estado.
Por su parte Duncan, después del trabajo en el cual no logro concentrarse, se dirigió al gimnasio con la intención de que el ejercicio físico le calmara un poco y se quedó allí por horas sufriendo su desdicha, cansándose para no pensar, muy de noche volvió a su casa, sí su casa, aun lo era, todavía no se marchaba, pero pensó que lo más sabio sería empacar todo y marcharse al día siguiente, quizá debió haber ido a buscar un departamento para alquilar en vez de ir al gimnasio.
Cuando abrió se dio cuenta de que Alisa, le esperaba en la sala y la vio enfadada.
─ ¿Dónde te metiste?
─No es tu asunto, al cabo no me quieres.
Respondido con frialdad, esas palabras dolieron, ella estaba acostumbrada a siempre recibir una sonrisa y un beso nada más él llegaba, pero era lógico que no sería así nunca más, lo había arruinado todo. Entonces siguió en el barco en el que se había subido.
─Yo no, pero sí tu hija, no se quiere dormir sin que le des el beso de las buenas noches.
─Pobrecita, voy a verla.
─Báñate primero, estas asqueroso ¿con quién estuviste?
─Con una rubia en el gym ¿algún problema?
─Eres libre de acostarte con quien quieras.
Le espeto de mala gana y eso incomodo a ambos.
─No me acosté con ella, era la instructora, gracias por tu real permiso, pero no me interesa, ya no me gusto lo de ser usado y no volveré a ello, así que no te seré infiel, aunque te duela.
─No me duele, me tranquiliza, por ahora.
Duncan la ignoro y subió a su habitación, se dio un rápido baño, asqueroso, sí como no, sólo estaba sudado, no es que fuera enlodado o algo, así esa mujer a veces le sacaba de quicio, al terminar de lavarse fue a ver a su niña.
─Hola ¿cómo está mi princesa?
─Molesta, no te vi hoy.
Repuso la niña con un adorable pucherito. Luna era una hermosa mezcla de los dos, tenía las facciones de su madre y el tono del cabello de Alisa, tan negro como las alas de los cuervos, pero había heredado su tono de piel y sus ojos.
─Me estás viendo ahora.
─Pero tengo que dormir y no jugué contigo.
─Mañana jugaremos.
─ ¿Lo prometes?
─Sí.
─Que no se te olvide.
─No para nada.
─Si me plantas comerás mil agujas.
─ ¡Que cruel! ¿Qué paso con el juramento de la garrita?
─Me di cuenta de que no tenemos garritas, solo uñas, pero no garras, además es mejor con una amenaza que imponga. ¿Sabes quién si tiene garras? Un gato ¿podemos adoptar un gato? quiero un michi.
Sí, eso definitivamente lo había sacado a su madre.
─No veo porque no, tal vez adopte uno cuando me marche luego del divorcio y podrás jugar con él los días que te quedes conmigo.
Si bien la idea del divorcio ponía triste a la niña la promesa de tener un gatito aliviaba un poco su pena.
Alisa se levantó muy temprano y se dirigió hacia el cuarto de invitados dónde había dormido Duncan la noche anterior, para su sorpresa, él ya no estaba allí, bajo a la cocina he hizo el desayuno, despertó a su hija y después de la comida la llevo al colegio, se fue al juzgado, tuvo una jornada agotadora, paso por la niña a la escuela y la llevo a la casa con la jovencita que la cuidaba de dos a ocho y se fue a la notaría, llego a su casa en la noche, busco en vano a su marido, pero no lo vio para nada.
A la mañana siguiente intento buscarlo de nuevo sin éxito, su trabajo fue casi igual al anterior, llego a su casa a las siete y media de la noche y vio a su marido en el comedor con la niña y Mitsy la niñera, lo miro enfadada y se dirigió a su habitación sin saludar.
─ ¿Qué le pasa papi, no nos dijo hola?
─Seguro está cansada y tuvo algún problema, ya se le pasara.
Alisa odiaba admitirlo, pero la razón de su enfado radicaba en que lo extrañaba a él, bueno en realidad a su cuerpo, apenas llevaban dos días sin hacer el amor y ya lo deseaba, se dio un baño intentando enfriarse, el deseo que sentía por él no era normal, salió del tocador y allí frente a ella estaba él mirándola fijamente.
─Hola.
Dijo con un tono tranquilo y sereno, al parecer ya lo había superado, él se veía tan fresco y normal y ella, ella tenía ojeras, el cabello seco y opaco y las uñas destrozadas, y se suponía que el enamorado era él.
─ ¿Cómo te va? ¿Dónde andabas? ¿Con quién?
─Me va bien, en la oficina, o aquí para jugar con la niña en tu ausencia, sólo o con Luna y la niñera ¿es todo?
─ ¿Realmente estabas solo?
─ ¿Te interesa? ─ el arqueo una ceja con escepticismo.
─Mucho.
─Ya. ─ chasqueo la lengua
─ ¿Lo estabas?
─Sí, estaba solo, pero... ¿Si no me amas...? ¿Por qué me celas eh?
─Tu eres mío.
La miro con los ojos entrecerrados y torció los labios en una mueca incomoda por unos segundos.
─Ah, se me olvidaba lo egoísta y posesiva que eres, hasta con las cosas materiales, pero... ¿qué no me autorizaste a acostarme con quien quiera? ¿Vamos dime?
Le espeto recordando lo que le dijo dos noches atrás.
─Cállate, yo sigo siendo tu esposa.
─No por mucho, según sé.
Ella frunció el ceño, por un momento le pareció estar ante una fierra acorralada.
─Mientras seas mi marido, me serás fiel.
─Sí lo seré ¿ya empezaste los tramites del divorcio?
─No, he estado muy ocupada.
Eso le sorprendió un poco, no que estuviese ocupada, si no que no lo hubiera priorizado, a juzgar por la forma en que dijo no amarlo ni al él, ni a la niña imaginaba que esos trámites ya estaban por terminarse.
─ ¿Estas segura de que es lo que quieres Ali?
dijo acariciándole. Y se odiaba por eso, odiaba ser tan débil ante ella y necesitarla tanto hasta un grado que le hacía humillarse. Sus amigos tenían razón, eso era enfermo, esa relación era peor que Chernóbil.
Ante sus toques eléctricos, ella tuvo miedo de flaquear y se apresuró a contestar.
─Sí es eso lo que quiero.
─Bien, tramítalo, ah y no me celes entonces.
─Que ¿ya tienes quien se te ofrezca?
Contrataco sin poder evitar extender su red de celos sobre él, divorcio o no, no lo quería junto a otra, al menos no tan pronto, era egoísta y lo sabía, pero, aun así. Él se encogió de hombros y contesto.
─Siempre he tenido Ali, lo sabes, pero he pensado en Kristen Stevens, como tu sucesora, es muy hermosa, inteligente y tierna, además lleva años tras de mí.
─Pues que les aproveche.
─Gracias, buenas noches, Alí
─ ¿Hoy tampoco vas a dormir conmigo?
Él la miro impactado. ¿Era en serio? ¿Que tenía esa mujer en la cabeza? mangas porno seguro.
─No, no puedo estar cerca de ti sin tocarte ¿dime quieres que te toque?
─No. ─ Mintió. ─ Mejor vete.
─Eso pensé, prácticamente me prohibiste hacerte mía.
─Buenas noches, Duncan.
No lo podía creer lo había rechazado otra vez, de nuevo y con las ganas que le tenía, tonta se dijo, pero no, debes mantenerte firme, poner en alto tu orgullo, no te dejes además no quieres una vida como la de tu madre, no nervios, no preocupación, no dolor, tu no querías hijos y él te dio a Luna, pero Alisa ¿acaso no amas a Luna? y ¿a él? Alisa ¿a él? ¿Qué sientes por él? ¿Es que no lo necesitas? pero carajo como lo deseas, como anhelas sus caricias, sus besos, debes ir a buscarlo y...
No Alisa ¡no!, si sigues sucumbiendo a la pasión tendrás más hijos y la vida de tu madre, no, eso no, no es lo que tú quieres, no quieres que tu vida se vea llena de hijos que griten y te vuelvan loca de trabajo, de estrés de... Pero lo quieres a él, lo deseas y no es correcto, si tú y él siguen...Podrías embarazarte de nuevo y no quieres más hijos, no.
Escucho un sonido de agua, abrió la ventana y observo por ella a su marido en la piscina nadando con tan sólo unos calzoncillos muy ajustados, se veía tan deseable, se relamió los labios como recordando su sabor, luego vio a su pequeña reunirse con él, se veían tan felices, aunque ya era tarde, Luna debía estar dormida, se puso una bata y salió afuera oculta tras los matorrales, vio a sus seres más amados. ¿Lo eran?
─ ¿Papi me queda bien el bañador rosa?
─Sí, cariño muy bien.
─Quiero uno del color de mis ojos.
Comento la niña mientras se colocaba sus flotadores con imágenes de las princesas Disney.
─Combinaría bien
─Te amo papi.
Dijo sonriente y seguidamente se lanzó al agua siendo recibida por los brazos de su padre quien beso su mejilla.
─Yo también te amo nena, hay algo que debo decirte cariño, tu madre y yo hemos tenido problemas y creo que nos divorciaremos.
Duncan había esperado el momento apropiado para hablarle de eso, pero este no se presentó, así que tuvo que decírselo así, por lo menos el agua de la piscina siempre los había relajado a ambos. El semblante de la niña cambio de inmediato.
─ ¿Qué? no papi, por favor no.
─Princesa lo siento tanto, pero creo que así será.
─ ¿Es mi culpa? ¿Hice algo?
─No, por dios ¿por qué los niños siempre piensan que es su culpa? cariño es sólo que nos dejamos y el amor si no se alimenta se va, muere, es culpa mía y de tu madre, no tuya mi cielo, todo saldrá bien.
─ ¿Y con quien voy a vivir?
Pregunto la pequeña con los ojos llorosos, tenía ya edad suficiente para entender lo que era un divorcio y el hecho de que se tenía que quedar con uno de sus padres y viendo al otro en pocas ocasiones.
─Eso aún no lo sé Luna, pero no queremos hacerte daño, encontraremos un acuerdo amistoso, nena, seremos mejores padres separados.
─ ¿Ya no se quieren?
─Sigo amando a tu madre, pero no es suficiente, mi amor no ha sido muy bueno, ha sido algo sofocante, no se amar como ella se merece.
Dijo lanzándose toda la culpa. En parte pensaba que así era, él no sabía cómo amar y había sido tan dependiente de su esposa que ella al fin se había hartado.
─Yo te quiero papá y sí que sabes amar.
─Gracias por eso princesa, ahora Vamos a nadar un poco y luego a dormir.
─Sí papá.
Estuvieron juntos un rato en el agua y después de salir, él la llevo hasta su habitación, Luna estaba algo triste y confundida por el divorcio de sus padres y esperaba que ellos se reconcilian y olvidaran esa estúpida idea.
Duncan no tardó mucho en adormecerla, pero al volver al cuarto que ocupaba, noto que Alisa, le esperaba allí para reclamarle.
─ ¿Por qué le hablaste de nuestro divorcio?
─Alisa ¿estabas escuchando?, bueno era lo mejor hablarle con la verdad, te pregunte si de verdad nos divorciaríamos y dijiste sí, así que como va en serio ¿para qué mentirle? ¿qué caso tiene? ¿No crees que sea mejor así Ali?
─No, tienes razón.
─Quiero que se quede conmigo.
─Yo también.
─Dijiste que no la...
─Dije que no estaba segura, pero sí la quiero y mucho y la quiero conmigo, es a ti a quien no quiero.
Vio un rastro de dolor en sus ojos y se apresuró a decir.
─Pero te deseo. ─ Entonces se dio cuenta que cometió un error.
─Lo sé.
─Yo te deseo ahora. ─Sin importarle siguió.
─ ¿Quiere sexo Ali?
─Sí quiero sexo. ─Exigió, pero con algo de temor, pues noto algo extraño en su mirada, algo en su expresión que la hizo pensar que quizá lo mejor fuera a marcharse, pero se quedó estática en su sitio.
─ ¿Esta noche Ali?
─Sí, esta noche y la siguiente y todas hasta que nos separemos.
Espeto con decisión, después de todo siempre afrontaba todo de frente o casi todo, lo deseaba, iban a divorciarse por qué era lo mejor, pero antes de eso no se negaría disfrutar de ese cuerpo que tanto la enloquecía. Él dejo escapar una risa frustrada, la miro fijamente, frunció el ceño y pregunto con pesar.
─ ¿Y cuándo será eso?
─En dos o tres meses.
Eso era mucho tiempo, más de lo que esperaba, imagino que a lo mucho sería una semana y no le veía el caso a prolongarlo.
─Quiero a mi hija conmigo Alí, es más mía que tuya.
Retomo el tema principal asumiendo que lo otro era sólo un intento de distracción por parte de Alisa usando el sexo de pretexto como siempre.
─Yo fui la que la dio a luz.
Protesto indignada, por el comentario de su esposo.
─Y luego la olvidaste.
Evitando seguir en la batalla por la custodia de la niña, regreso al tema anterior.
─Quiero sexo ahora, Duncan.
─Pero yo no.
Él se apartó y le pidió que volviese a su cuarto, ella lo detuvo del brazo y le obligo a mirarla.
─ ¿Ya no me deseas?
─Sabes bien que sí.
─ ¿Entonces?
─No soy un objeto sexual Alisa, no estoy para satisfacer tus caprichos tóxicos, si quieres sexo cómpratelo.
─ ¿Cuánto quieres por noche?
Se mordió los labios con impotencia, al darse cuenta de su error, de lo cruel y desatinado de su comentario, pero una vez salido de su boca no podía hacer nada por retrocederlo, se insultó a sí misma al notar lo mucho que lo había herido, ese fue un golpe bajo sin duda.
Sus ojos eran demasiado expresivos, tan transparentes que siempre mostraban sus emociones.
─Yo no me vendo, ya no, consíguete un prostituto.
─Te quiero a ti.
─Pero yo no quiero ser tu juguete.
─Antes no te importaba serlo.
Alego a sabiendas de que él le había confesado haberse dado cuenta desde tiempo atrás de cómo lo veía ella, y aunque eso dolía, no podía hacer nada para controlar esa adicción que sentía por él, por su cuerpo, no es que fuera en si una ninfómana, de ser así cualquier hombre le valdría, pero no, tenía que ser él, sólo él.
─Antes no íbamos a separarnos y tenía la esperanza de que me amaras, de que era solo mi inseguridad lo que me hacía dudar, ahora sé que no me amaras nunca, antes creía que por lo menos me querías, pero ahora sé que ni siquiera me respetas.
─Siento causarte dolor, Duncan ve a dormir.
─Buenas noches, Ali
─ ¿Duncan...?
─ ¿Qué?
─ ¿Nunca más vamos a....?
─A tener sexo.
─Eso no...No es lo que quise decir yo...
Lo miro a los ojos, parecía un pájaro herido y aunque lo necesitara, no estaba dispuesta a hacerlo sufrir más, ya le había hecho suficiente daño, pero como lo deseaba había sido egoísta mucho tiempo y él tenía el derecho a ser libre.
─Alisa....
─No, no digas nada.
─Me rechazaste hace un momento.
─Sí, pero mentí....
─Y me diste luz verde para engañarte.
─Y después te la quite, quiero decir...Sólo lo dije porque estaba molesta y celosa, no quiero que nadie te toque, nadie más que yo.
─Antes me tocaron otras, tú lo sabes, e incluso me lo recordaste hace un momento.
Su rostro mostro aflicción y culpa, con voz suplicante pidió.
─No lo repitas.
─Me prostituía.
─ ¡Cállate!
─Tu fuiste quien lo sacó a relucir primero. He tenido sexo por dinero, siempre fue así.
─ ¡Basta!
─Lo sabias, cuando hicimos el...Cuando tuvimos sexo por primera vez, yo te lo confesé y me aceptaste así ¿recuerdas?
─Calla no sigas, fue hacer el amor y fue hermoso...
─Sí, al menos por mi parte, me entregue a ti con amor, pero...
─ ¿Tú? yo era virgen, yo me entregue, tú eras un...
─Un golfo, un gigoló, un vividor ¿acaso no? un prostituto, un sexoservidor, un meretriz, una puta, una suripanta, un chico de alquiler, dilo. Usado, sucio y degradado cierto, pero el único imbécil enamorado, a fin de cuentas, tú también solo me usaste.
Sus ojos reflejaban su enojo, pero también toda esa tristeza contenida, finalmente no pudo retener las lágrimas que escaparon abundantes expresando su dolor. Se sentía tan patético.
─Yo te amaba, no me importo, tu pasado no era tu culpa, tú no querías, tú fuiste....
Ella tenía los ojos anegados en lágrimas también y lo miraba temblorosa odiándose por su maldito comentario e insistencia que le hacía revivir aquella época tan cruel, el verlo tan roto la desgarraba por dentro.
─Violado y luego vendido, obligado a hacerlo, sí cada vez fue una violación distinta.
─Duncan no te hagas eso.
─Y ahora tú quieres hacerlo, quieres humillarme así.
Reclamo, y ella maldijo el momento en que le pregunto cuanto quería por satisfacerla. ¿Cómo fue capaz de soltar aquel dardo letal?
─Yo no, yo....
─ ¿Eso quieres? Eso tendrás, te daré sexo.
─Duncan no.
─Como el que les daba a mis clientas, pero descuida tú no tendrás que pagar, considéralo un regalo de despedida.
Puntualizo y uso su mano para limpiar las molestas lágrimas, luego parpadeo y se quedó mirándola con resentimiento y una mezcla de odio y dolor.
─No, ya no me iré a dormir
─Sí, pero conmigo.
─Duncan no...De verdad lo siento.
─No te preocupes "ama" te dejare satisfecha.
Dijo con un falso tono sumiso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro