Dedicado a: -Sweethazelnut-

Max estaba buscando un libro de biología en la biblioteca, leer no era lo suyo pero si quería estudiar medicina era algo que dejaría de lado. Se adentro mas al no conocer mucho aquel lugar, aeptó ir al colegio de esa zona solo por su primo, detestaba estar solo.

Escuchó voces y su curiosidad le ganó.

— Pero que mier… —Alguien cubrió su boca y lo alejó de ahí.

— Guarda silencio, deja de moverte. —Hablo un chico detrás suyo, aun lo tenía atrapado en sus brazos, era fuerte, eso alcanzo a notar por cómo rodeaba su pequeño cuerpo con facilidad.

— Soy William… —Liberó a Max, William vestía un chaleco de cuero, un jeans azul.

— Que vista tan bonita…

El chico mas alto abrió sus ojos negros en grande, acomodo sus churcos cabellos hacia atras. Nervioso.

— Lamento decirtelo, soy hetero
El pequeño Max cruzó sus brazos. Pero luego sonrió.

— Me lastimaste cuando apretaste mi cuerpo, al menos ayúdame a buscar un libro, te aseguro que no tengo otras intenciones. —Se acercó al chico y acarició su pecho.

William se sonrojo y al ver aquellos ojos verdes no pudo negarse, ni siquiera su mente le permitió dudar. Dejó que el chico lo llevará hasta la otra sección de la biblioteca a buscar dicho libro. Pero ahora el libro era lo de menos, si el chico estaba ofreciéndose quién era él para negarse a tan bonitos ojos.

Dejaron de lado la situación de Ezekiel y Percy, olvidando que los encontraron en medio del beso, entre secretos se ocultarían.

— ¿Y si no lo encuentro?

— El libro es lo de menos chico rudo…
William sonrió y dejó el libro que estaba por sacar del estante, tomó al chico para cargarlo contra la pared, su respiración está cerca del oído del más bajo con una sonrisa dejo un beso sobre esta.

— Creo que olvidas que no me conoces, eres atrevido y me tuteas con tanta confianza, aparte de que te entregas de manera tan fácil a mi.

Ambos soltaron una corta risa y se miraron cómplices, solo sería algo del momento, un momento de placer que llegaría al olvido sin sentimientos ni emociones.

Se miraron los labios, se aferraron, ninguno sabe el qué momento ya estaban besándose y tocando sus cuerpos, con susurros, la respiración agitada y la sensación placer en cada toque.

…

—  Mañana, no podré quedarme contigo. —Percy cruzó sus brazos al oír aquello. — No pongas esa carita, entiende que mi madre se molestara, lo más probable es que ya lo esté.

— Entonces ya no es necesario irte.
Ezekiel realmente quería darle el capricho de quedarse más tiempo con él, pero su madre era un hilo filoso en su cuello.

— Siempre me ves, un día sin pasar tiempo juntos pasar rápido que ni lo tomarás en cuenta, lo prometo. —Le entregó un helado de chocolate, mientras else compraba el de menta, de aquel pequeño puesto que siempre pasaba por la calle del frente de su colegio.

— Tú madre parece odiarte, cuando estas cerca a ella temo por tu vida.

— Es mi madre, no me hará nada. —Mentira. La convivencia con ella es una pesadilla, una dolorosa agonía, con gritos como ecos en su mente, con violetas marcas en su cuerpo, convivir con alguien que parece haber acumulado la ira y recién explotarle en estos últimos años.

— Cualquier cosa llamame.

— Tengo tu chat fijado, en todas mis redes sociales, te llegará mi mensaje.
Otra mentira, desde el año pasado, Percy sospechaba, algo sucedía, cada que él regresaba con su madre no aparecía por una semana. No debía dejarlo irse, tomó su mano del moreno y se aferró entrelazando sus dedos con la intención de que así se quedará a su lado.

— Esta vez responderé…

No lo logró.

Llegaron al auto y ahí permanecieron hasta terminar sus helados antes de entrar al coche para irse.

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Ezekiel estaciono el auto frente a su casa, buscó las llaves y abrió la puerta, la casa olía a pollo recién salido del horno.

— Llegue…

Hablo suave al ver a su madre ahí cerca parada frente suyo, como si supiera cuándo llegaría y que tanto entraría a la casa. No hubo ni un saludo, ningun abrazo, absolutamente nada.

— Estaba con Percy.

— Dejarás de verlo.

Ezekiel levantó la mirada y frunció su ceño, molesto y la primera reacción fue darle la espalda a esa fría mujer.

— Podría dejar que me golpearas, pero jamás que me alejaras de la única persona que me ha mostrado algún tipo de cariño mientras tu te aferrabas a una persona muerta, ni mi padre ya te quiere cerca.

Sintió un jalón de sus cabellos y luego ser empujado contra un pequeño mueble, el florero que estaba ahi cayó al suelo rompiéndose en pedazos, suspiro y miro solo los pedazos de vidrio, como si supiera lo que vendria, pero los segundos pasaban y ninguna patada llegó.

— ¿Le  matarás, como lo hiciste con ella?

Abrió los ojos y se dio la vuelta, sentado aún en el suelo, apretando uno de los vidrios. Su madre se inclinó más cerca de él.

— Cada desgracia mía es tu culpa, la hubiera protegido a ella, como quisiera verte a ti muerto.

— El accidente no fue mi culpa.

— Deja de creer eso, ambos sabemos que eres un maldito asesino, que quita la felicidad a otros, me quitaste todo, desde que te tuve en el vientre, por mi me hubiera encajado un cuchillo cuando te retorcias en mi vientre.

Ezekiel apretó con más fuerza el vidrio, sin darse cuenta que su mano sangraba un poco.

— ¡No soy el culpable! —Grito moviendo el brazo que sostenía el pedazo de vidrio provocando que el filo rozara en la mejilla de su madre.

Una risa horrible se escuchó por parte de la mujer, ella acariciaba su mejilla, sangraba poco, la herida no fue profunda, pero cuando detuvo sus risas; miedo el miedo recién invadió en Ezekiel.

…

— Percy…

—Dime papá ¿De qué quieres hablar?

— ¿Esa camisa no es de Ezekiel?

El hombre señaló la prenda de ropa que llevaba puesta su hijo.

— Si… —Murmuro.

— Ni siquiera terminaste de vestirte y solo llevas eso, a tu madre no le gustaría que andarás así.

El castaño se mordió los labios y asintió.

— Quiero irme a mi cuarto.

Pero fue ignorado, su padre se acercó a él, y lo tomó del cuello para acercarlo a su rostro haciendo presión en el lugar.

— Papá, por favor… —Rogó con algunas lágrimas en su rostro.

— Antes muerto que un hijo gay, no quiero tus estupideces de exhibirse así, como si quisieras provocar a un hombre, si veo que pasa algo comprometedor con aquel muchacho soy capaz de enterrarlos en patio de la casa y bailar en sus tumbas.

Percy asintió y así finalmente lo liberó, se dio la vuelta y se fue de manera rápida a su habitación, con la mirada fija de su padre en su cuerpo. Se recostó en su cama y se abrazó a sí mismo, luego escuchó unos pasos, con miedo corrió a su armario y se colocó un buzo deportivo ancho.

— No quise herirte.

El hombre entró a la habitacion sin tocar la puerta.

— Me preocupa que alguien te toque, no puedes andar así, eres tan lundo como tu madre, saliste igual a ella. Lo hago para protegerte.

Mentira, los deseos sucios del hombre estaban reflejados en su hijo solo por la apariencia exacta a su ex esposa. Una mente enferma estaba ahi presente.

Nota de Autor/ra:

Tenía que actualizar seguido pero mi cuenta se salio de wattpad en la universidad nos hicieron pasar incluso domingo. Estaba re estresada que incluso quería llorar.

Este capítulo fue un poco duro, la persona de arriba es una gran escritora, también es buena miga y tiene unos consejos de escritura muy buenos.

Besos hasta el próximo capítulo.