•DANIEL OVIEDO•
Observo su rostro angelical mientras está plácidamente dormida y sonrío levemente. Tocan la puerta y entra Jesús.

-¿Podemos hablar? -murmura

-Claro, vamos abajo

La arropo con las mantas y beso su mejilla dulcemente. Bajamos a la cocina y nos sentamos uno frente al otro.

-¿Crees que sabrá dónde está? -niego

-No sabe donde vivimos, a no ser que se informe

-Sácala del país Daniel, actúa rápido

-Hablaré con mi jefe -asiente- quédate con ella, no le quites el ojo del encima, cualquier cosa llámame por favor, procuraré no tardar -añado

Tras tomarme un café rápido, salgo en dirección al cuartel. Aviso a la secretaria del comandante general y me indica que pase cuando él da la orden.

-Agente Oviedo, ¿en qué puedo servirle? -dice girando en su sofá

-Seré claro, necesito sacar a mi pareja del país -se queda perplejo

-¿Por qué razón? -pregunta

-Deje que le explique -digo serio- mi pareja es menor, su padre la maltrató físicamente y la tengo en mi casa, la amenazó con llevarla a un internado y la golpeó brutalmente -explico

-¿Tiene fotos de la agresión en la joven? -niego- traela ahora mismo, el agente Thomas irá con usted

Asiento y me monto en el coche patrulla junto a Thomas. Nos dirigimos a mi casa y abro la puerta.

El olor del café recién hecho penetra por mis fosas nasales y sé que lo está preparando ella.

-Mi vida, si sabe tan bien como huele, eres una experta -digo desde la puerta

-Amor -viene hacia mí y me besa

-Tenemos que irnos al cuartel cariño, mi jefe quiere verte -explico raudo

Asiente y sube a vestirse, cuando está lista baja las escaleras y sube al coche.

Llegamos nuevamente al cuartel y entramos al despacho del comandante.

-No hace falta que declare nada jovencita, ya he visto todo lo que tenía que ver -dice al verla- pondremos en marcha una orden de aprensión contra su padre

Ella ahoga un grito y la abrazo mientras acaricio su cabello para tranquilizarla.

-Todo estará bien pequeña -susurro