Capítulo 2: "Allan"
Sin embargo, mi impacto fue mayor que una caída cuando mis ojos lograron enfocar el rostro detrás de aquellos fuertes brazos que aún permanecían alrededor de mi cintura.
- ¿Estás bien? - preguntó sacándome de mis ridículos pensamientos que no encontraban una explicación lógica.
¿Cómo coño había hecho eso?
- Pero... tú, ¿cómo?, ¿no estabas por allá?
- ¿Qué? - preguntó confundido.
Sacudí mi cabeza entrando en razón y entendiendo lo ridícula que me veía en ese momento, porque era algo completamente absurdo. No podía ser el mismo chico de antes, el de la mirada penetrante, era imposible que se hubiera trasladado con tanta rapidez. Puede que solo fuera alguien con un gran parecido físico o mi mente me estaba jugando una mala pasada después de tantas horas sin dormir.
Genial, debo parecer una loca.
- Disculpa, creo que estoy un poco abrumada con todo esto.
- Te entiendo- me consoló- yo llegué hace unos días y me sentí igual, ¿necesitas ayuda?
- Bueno...- me resultaba vergonzoso admitirlo- estoy un poco perdida, esto es demasiado grande.
- Créeme cuando digo que te entiendo, pero estás de suerte- dijo con una amplia sonrisa- te voy a hacer un tour por el lugar.
- De veras que te lo voy a agradecer.
- Primera parada secretaria docente, necesitas rectificar tu matrícula... Ven, dame la maleta para ayudarte- dijo antes de comenzar a conducirme por los pasillos como todo un experto.
- No estuviste en el curso introductorio ¿verdad? - preguntó con una ceja enarcada.
- Realmente no creí que fuera tan importante- me encogí de hombros restándole importancia.
- Una de las cosas que hicieron fue mostrarnos las instalaciones, explicarnos dónde eran los salones y todas las materias que daríamos este semestre.
- Por cierto, soy Allan- dijo extendiéndome su mano- con toda la locura no nos habíamos presentado.
- Mi nombre es Allison- respondí tomando la suya.
Nos quedamos mirándonos un par de segundos tomados de las manos como par de tontos.
- Bien esta es la oficina- me señaló una puerta- te espero aquí.
- Gracias, eres muy amable- dije antes de adentrarme en el local.
Justo como me había comentado Allan al rectificar la matrícula me entregaron un folleto de la universidad, mis horarios y las llaves de la que sería mi habitación, la cual me explicaron que compartiría con una chica que se había instalado un par de días antes.
Allan me esperaba afuera, apoyado en la pared con las manos en los bolsillos.
Ya con más calma pude detallarlo: era bastante alto, con cejas pobladas, cabellera negra abundante y unos ojos azabaches penetrantes, aunque cálidos. Muy guapo, ¿qué digo?, una obra de la naturaleza digna de admirar.
Me dedicó una afable sonrisa la cual le devolví con gusto.
- ¿Listo? - preguntó acercándose a mí.
- Sí
- Bien, próximo parada la residencia femenina- asentí con la cabeza.
- ¿Tú que estudias? - se me ocurrió indagar.
- Leyes, y ¿tú?
- Literatura.
-Vaya, interesante- curvó sus labios aún más ampliando la sonrisa que hasta ahora no había desaparecido de su rostro.
- ¿Qué?
- No sé, eres algo así como la chica de los libros.
- Algo así, me gusta mucho leer y también escribir.
- Eres una chica interesante y yo soy un tipo curioso ¿sabes?
- Bueno...- me puse algo nerviosa, no sabía a ciertas si era una forma de coquetear conmigo, nunca había tenido novios, ni mucha interacción con los chicos.
No se equivocaba al decir que era "la chica de los libros", porque lo más interesante que hacía en mi vida era leer, nunca salía mucho de casa, y el único conocimiento que tenía acerca del romance era a través de la literatura.
- Bien, es aquí- dijo señalando uno de los edificios- Me alegra mucho haberte conocido, supongo que nos veremos por ahí- dijo frotando su nuca algo... ¿Nervioso?
- Sí, supongo que sí y... muchas gracias.
- Ha sido un placer "chica de los libros"- me dijo con aquella sonrisa antes de marcharse. ¡Y qué sonrisa madre mía!
Tomé mis maletas para adentrarme en el edificio, en busca de mi habitación, era la treinta y tres, que según los papeles que me habían entregado debía estar en el tercer piso. Así que, con mucha dificultad subí las pesadas maletas por las escaleras, pensando que quizás debí pedirle un poco más de ayuda a Allan.
Justo me vino a la cabeza algo curioso, mi número de la suerte ese día era el tres.
Día tres de septiembre, autobús número tres y ahora habitación número treinta y tres del piso tres del - ¡Oh! - Exclamé sorprendida al mirar el folleto- del bloque número tres.
Esto era... extraño y escalofriante.
Entré a la habitación, era pequeña comparada con la mía en casa y teniendo en cuenta que era para dos personas; las paredes eran de un color azul claro, había dos camas individuales separadas por una ventana de cristal que daba una vista perfecta del campus, cubierta por unas cortinas blancas; dos closets bastante chicos, uno a cada lado de la habitación y dos mesas de estudio.
Una de las camas ya estaba tendida y medio cuarto estaba cubierto por posters de bandas y símbolos extraños. Recordé que mi compañera se había instalado unos días antes y aparte de que no tenía oportunidad de elegir cama me preguntaba qué clase de chica me había tocado para convivir de cerca los próximos años, porque a simple vista se podía intuir que tenía gustos extraños, sin mencionar el desorden en su cama y encima de su escritorio.
Coloqué mis cosas en la cama que estaba vacía y me tiré en ella soltando todo el aire a modo de relajación. Estaba abrumada, asustada y bastante sola en este lugar, tuve suerte al conocer a ese chico.
El colchón además era incómodo y los pequeños detalles se me juntaban creando un caos emocional.
Saqué mi móvil y busqué el número de Judith. Necesitaba hablar con mi amiga, era la única capaz de calmarme en estas circunstancias.
- ¿Tan rápido me llamas? sí que me extrañas- contestó ella al tercer timbre.
Espera... ¿Es en serio? ¿Al tercero?
- Ni te imaginas cuánto.
Comenzaba a asumir que estaba enloqueciendo.
- Cuéntame ¿qué tal te ha ido por allá?
- Bueno... creo que bien, apenas llegué a la habitación justo ahora- le comenté- La universidad es grande, demasiado para mi gusto y conocí un chico, uno muy guapo que me ayudó con mis maletas, la cama es incómoda y creo que mi compañera de habitación es rara solo con mirar sus cosas.
- Vaya, todo eso y apenas es tu primer día...
- Sí- exhalé fuerte nuevamente.
- Pero no estás contenta ¿verdad?
- Es que... nunca he estado tan sola.
- Puedes hacer esto ... debes hacerlo, no puedes vivir toda tu vida encerrada en una burbuja- me aconsejó ella.
- Tienes razón.
- Y cuando sientas que te vas a dar por vencida siempre puedes llamarme y yo estaré aquí para darte ánimos.
Cuánto agradecía tenerla en mi vida.
- Muchas gracias, eres la mejor amiga del mundo.
- Cuídate amiga, hablaremos pronto- dijo antes de colgar.
Silencio, un enorme silencio me envolvía.
Pasé un rato acomodando mis cosas en el armario, comparado con los objetos de mi compañera los míos se veían muy cursis e infantiles. Me preocupaba que no nos lleváramos bien, a simple vista se notaba que éramos polos opuestos.
Estaba agotada del viaje, así que decidí descansar un poco. Me acosté en mi camita que obviamente no tenía nada que ver con la de casa y tan solo al apoyar mi cabeza en la almohada sentí mis párpados pesados, cerrándose y dando paso a un sueño profundo.
Estaba como soñando, pero era algo raro... una sensación extraña invadía mi cuerpo, un escalofrío recorría mi espina dorsal y justo frente a mí estaba... ¿Allan?, Sí, era el chico que recién había conocido, pero no con esa mirada cálida, sino con una intensa y fría que congelaba mis entrañas. Su sonrisa era diabólica, como si del mismo diablo se tratara...
Abrí los ojos sobresaltada y un grito hizo eco en la habitación cuando la imagen de una chica de cabellera negra con aspecto gótico se hizo presente frente a mis ojos a penas a unos centímetros de mi cara.
- Pero ¿qué coño haces? - dije arrastrándome hacia atrás pegando mi espalda a la pared en un intento por alejarme de aquella loca. Mi pecho subía y bajaba preso del pánico.
- Solo te observaba, hacías gestos muy extraños- dijo ella encogiéndose de hombros como si fuese una conducta normal.
- Eso es raro.
- Bien, yo soy rara- admitió orgullosa.
- ¿Tú eres mi compañera de habitación?
- Eso parece.
Que bien, tendría que compartir mi cuarto y mi espacio con una desquiciada. Vaya suerte la mía.
- Soy Emma- dijo.
- Yo me llamo...- No logré terminar porque ella se me adelantó
- Bueno ya que están hechas las presentaciones te digo las reglas.
- ¿Reglas? - no entendía a qué se refería.
- Sí, reglas de convivencia- afirmó ella mientras yo me limité detallarla, era una chica bonita, aunque tanto trapo negro la deslucía, llevaba sus ojos, labios y todo de ese mismo color, realmente daba miedo- no toques mis cosas, no me molestes y no invadas mi espacio personal- aclaró enumerando con sus dedos sus supuestas reglas.
- Tú misma las rompiste hace cinco minutos al estar tan cerca de mi cara- le respondí molesta.
Pero qué se creía esta loca, que solo por llegar antes iba a imponer sus ridículas reglas. Estaba bien que hubiera respeto, era necesario de hecho, pero no era maneras de decir las cosas y tampoco había sido la presentación más amistosa.
- Admito que fue un mal comienzo- dijo ella encogiéndose de hombros.
Aún más genial, aparte de loca era también problemática.
***
Mamá me había preparado un táper con comida casera, así que no tuve necesidad de ir al comedor ese día. Me quedé encerrada en la habitación y luego de alimentarme con la sabrosa comida de mamá y terminar de acomodar mis cosas tomé una toalla y algo de ropa para ducharme. La peor parte eran los baños, que era uno solo para cada piso, algo así como un baño comunitario, mi peor pesadilla porque realmente me gustaba la privacidad.
Al entrar lo primero eran los lavabos, a la derecha los cubículos con las tazas y a la izquierda las duchas.
El baño estaba vacío, supuse que era demasiado temprano. Algo que había que reconocer y es que todo estaba muy limpio. Las losas blancas que revestían las paredes brillaban.
Dejé mis cosas guindas en la puerta y procedí a desvestirme y meterme bajo el chorro de agua. Mientras el agua tibia recorría mi cuerpo miré hacia atrás un par de veces. Algo me tenía intranquila y es que sentía que me miraba. Era ilógico, pues no había nadie y la puerta estaba cerrada, así que le resté importancia. Estaba demasiado paranoica.
Me vestí con un piyama compuesto por un short corto de ositos y una blusa blanca de tirantes, no estaba dispuesta a salir de mi habitación, de eso estaba convencida. Mi plan para la noche era acostarme en mi cama cómodamente a leer, vamos lo que venía siendo mi rutina diaria en casa.
Sí, había recorrido kilómetros dispuesta a cambiar mi aburrida vida y no hacía nada para conseguirlo. En el fondo creo que me gustaba mi tediosa rutina o simplemente me había adaptado tanto a ella que era difícil abandonarla.
En fin, busqué en mi teléfono la aplicación de Wattpad lista para leer, necesitaba algo emocionante y a la vez lindo, uno de esos amores intensos pero relajantes. Disfrutaba alejarme de la realidad por eso me encantaba la fantasía. Encontré uno y comencé a leerlo.
Pasaron las horas mientras yo devoraba cada capítulo, uno tras otro sin detenerme. No sabía si leer podía considerarse un vicio, en ese caso yo era una viciosa de la lectura. Aquel libro me tenía tan atrapada que no noté el tiempo pasar, estaba tan concentrada en el sexy protector de Aurora, la protagonista, que ni siquiera me di cuenta de que llegó la media noche. Tampoco supe en qué momento me quedé dormida, hasta que una voz me despertó.
-Alisson- casi como un susurro en el viento.
Ya era oficial, estaba enloqueciendo.
Me senté en mi cama y froté mis ojos para espabilarme. Ya mi compañera estaba en su cama en un sueño profundo, no supe en qué momento llegó.
Volví a acomodarme en la cama dispuesta a conciliar el sueño nuevamente restándole importancia, pensando que quizás lo había soñado.
-Aaaaallisooooooon- casi como una melodía en el viento, mi nombre sonaba escalofriante.
Joder... No, no estoy soñando, estoy completamente despierta y eso da un miedo que te cagas.
Hola, hola mis queridos lectores.
¿Qué les ha parecido el capítulo de hoy?
😱 Esto está de miedo 😟
Hasta ahora tenemos:
😊 Un chico guapo.
🤔 Dos chicos que se parecen o ...
(Las demás teorías se las dejo de tarea)
🤨 Una compañera de habitación extraña y problemática.
😱 Y muchas cosas extrañas y tenebrosas sucediendo desde que Alisson llegó a la universidad.
¿Qué les pareció Allan? 😎😏 Déjenme sus opiniones en los comentarios.
Sé que me excedí con el capítulo de hoy, no acostumbro a hacerlos tan largos (me emocioné 😋)
El libro que está leyendo Alisson es "Euforia" de LoverRazvan17. Se los recomiendo.
Los que están leyendo "Déjame verte" saben que me gusta reconocer la constancia de mis lectores, allí hice algo similar con el libro "Nací para tí" de mi primera lectora tiryadrian el cual también les recomiendo.
Los que no han comenzado a leer "Déjame verte" les sugiero que le den una oportunidad, basta con una sola para engancharse 😉.
No olviden votar ⭐
Los quiero 😘
Hasta el próximo capítulo...
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