¡Feliz día de San Valentín! (Segunda parte)
Pov Severus
Hoy me levanté con el bellísimo placer de mi miembro en la boca de mi esposo, apenas termine me arruinó el día con cinco palabras.
-¡Feliz día de San Valentín! - Me dije Harry y ahí se arruinó mí mañana, y miren que había comenzado muy bien.
-Me tienes que hacer recordar eso - Le gruñi.
-Te guste o no, hoy es San Valentín y espero que hayas planeado el mejor día de San Valentín de todo Hogwarts porque esto va a ir directamente a la cantidad de sexo que tengamos hasta nuestro aniversario.
Era una forma de decir que si no lo hago sentir en las nubes, hola abstinencia sexual hasta noviembre, nuestra anivesario.
-Tengo toda la noche planeada - Le dije.
Era una villa mentira pero piadosa y blanco, pues me hacia sentir mejor.
-Eso espero - Susurro Harry - Arriba, baña y cambiate.
Antes de que me diera cuenta ya estábamos en el Gran Comedor. Lo único de lo que me arrepiento es no haber tenido sexo mañanero.
Pero el día apenas comenzaba, me senté en la silla con la idea de desayunar pero las cosas nunca son como las planeamos.
-Ve y ayuda a tu hijo menor a ganarse una cita con el mini-Malfoy - Me dijo Harry apenas me senté en la silla.
-¿Y como hago eso, Potter? - Le dije mirándolo mal y solo me sonrió.
-Primero, cada comentario mala se dirige directamente a la cantidad de sexo que tengamos en el año y segundo, yo que mierda se, se padre por una vez en tu vida y ayudalo. - Me dije y suspirando me levanté de mi silla.
Piensa en el sexo con Harry, piensa en el sexo con Harry, piensa en el sexo con Harry.
-¿Puedo usar cualquier medio? - Le pregunté.
-Hazlo feliz con eso me basta - Dijo Harry.
-Voy a ver que puedo hacer - Susurre y salí del Gran Comedor.
Mi plan para ayudar a Albus se pone en marcha, mi segundo hijo nació con la misma suerte que yo en el amor, James va a ir al Callejón Diagon con una rubia de Ravenclaw y Lily iba a ir junto a unas amigas a Hogsmeade. Pero Albus de seguro tenía planeado mirar a Scorpius desde lejos como un acosador.
Por eso Harry me obliga a ayudar. Espere en el pasillos afuera del Gran Comedor hasta ver a Albus, Scorpius y Julius dar vuelta en la esquina y sacando discretamente la varita, le apunte a Albus.
Era inmoral si, estaba mal sí, pero en mi dejense es más rápido para todos, Albus con cita y yo con Harry a solas. Todos ganamos y lo mejor es que es incoloro, y Harry ni Albus tienen porque enterarse. Y no se me ocurre nada más.
-Imperius - Dije - Dile a Scorpius todo lo que piensas de él, beso e invitalo a una cita - Ordene. Los estuve mirando algunos minutos hasta que Harry apareció detrás mío, justo cuando Albus y Scorpius se dieron ese inocente beso.
-Sea lo que hayas hecho, muy bien amor - Me dijo y me dio un beso en el cuello.
Vimos como un fogoso beso comenzaba entre ambos y Harry se sonrojo, un poquito.
-Chicos, los Señores Snape están tras mío - Parecía que las palabras de Julius llegaron a los oídos de los chicos porque rompieron el beso y nos miraron.
-Que rápidos crecen - Dijo Harry - Ahora voy a ayudar a Sirius, amor - Me dijo y me dio un diminuto beso, esas palabras solo me traían escalofríos de pensar en la discusión del chucho y el lobo.
-¿Podemos ir al Callejón Diagon para la cita? El olor a amortentia me está dando dolor de cabeza - Fue lo último que escuche antes de irme de nuevo la Gran Comedor, rogando que aún haya tiempo de un desayuno decente.
Con el tiempo que quedó apenas pude comer algunas cosas y volví a la habitación, apenas entre me lamente todo el resto del día.
-Papá... - Apenas llegué me encontré a un lloroso James sentado en la cama matrimonial y al verlo pensé en las palabras de Harry "Actúa como padre o adiós sexo".
Me senté a su lado y antes que pudiera decir o hacer algo, James se me tiró encima y comenzó a llorar más fuerte y sobre mi túnica.
-¿Que pasa? - Le pregunté a pesar de saber que le iba a arrepentir.
-Mélanie me deje en Sammm.. Valentín, pá.. Amm... ¡Por lechuza! Am... Ah.. ¡Quien hace eso! - Lloraba como si se hubiera acabado el mundo entero.
-¿La rubia, la Ravenclaw? - Fue lo primero que atine a decir.
-Si... Ahm... Lo puedes creer, ¡A mí me dejó! ¡Ella! - Los lágrimas, gritos y gemidos de James llegaron a un punto que lo levanté de mi hombro y con mí mano cubrí su boca para poder hablar.
-No tienes seis años James pero te compro un helado de un kilo en Florean Fortescue y pues comprarte algún accesorio de Quidditch de menos de 30 galeones, el que quieras - Lo decía con tal de que dejara de llorar y lamentarse conmigo, que se supone que debería hacer.
Saque la mano de su boca y le tiendo un pañuelo.
-Esta bien pero 35 galeones - Me dijo entre lágrimas. Y lo mire mal, el mocoso se estaba aprovechando, después Harry me dice que su hijo es un león, eso es mentira, los tres son viles serpientes.
-James - Gruñi y pide ver desde primera fila como sus ojos acumulaban más lágrimas.
-Bien, bien - Le repetí, todo sea por terminar el día en la cama con Harry, y no durmiendo exactamente.
Usando la floo, nos dirigimos al callejón Diagon, directo a la heladería, mientras yo pedía un cuarto de chocolate amargo, James pidió un kilo entero de cinco sabores que jamás había oído hablar en todo la vida.
Nos sentamos en las mesas del lugar y nos quedamos un rato, más que nada mirábamos a las personas caminar, los criticamos y después nos reímos de sus desgracias, pregunte por sus estudios y el futuro de mi hijo, solo siguió comiendo helado.
Después nos fuimos a la tienda de Quidditch y después de 45 minutos de intentar decidir se compró un set para alinear escobas de 33 galeones, a poco y le preguntó al vendedor si dentro venía un hipogrifo o un gnomo pero James me detuvo de decirle, cuando menciono la mancha de lágrimas en mi túnica.
Con un James feliz y contento, volvimos a Hogwarts con 42 galeones menos y casi cuatro horas fuera de ahí. Cuando entramos casi en la entrada ví algo que casi me detiene el corazón y me sostuve del hombre de James.
-¿Ese quien es? - Era como una voz de ultratumba.
-Alejandro Martinelli, Hufflepuff, 16 años y es la cita Lily - Me dijo James y me tuve que agarrar de la pared para no caerme.
-Ci..ta, una ci..ta - Susurre - ¿Desde cuanto Lily tiene citas?.
-Desde comienzo del año - Dijo James. Ví como los dos se iban en un carruaje.
-¿A dónde van? - Le pregunté a James.
-A Hogsmeade, supongo - Me dijo James - No me meto en su vida.
-¿Y sus amigas? - Le pregunté pensando en lo que nos dijo a Harry y a mi.
-Todas tienen pareja - Dijo James.
-Si ves a tu madre, dile que fui a ver a Lily con sus amigas - Le dije a James y lo deje en el medio del Salón.
No hay a espiar a Lily, solo la voy a vigilar para asegurarme que ese chico no tenga malas intenciones con mi nena.
A las nueve de la noche...
-Al fin te encuentro Severus - Me regaño Harry cuanto entre a nuestras habitación.
-Oh, Harry. - Suspire - No sabes el día que tuve.
-Hace una hora te estoy esperando Sev, hoy es San Valentín - Me dijo Harry sonriendo.
-Oh por Merlín Harry, persigue a los chicos todo el día y me olvide de nuestra cena - Dije y me senté en la cama devastado, desviando mi mirada de la mesa con velas y la cena que trajo Harry.
Adiós sexo, como te voy a extrañar.
-Ven, siéntate - Me dije Harry mostrando la silla, suspire pesadamente y me fue a sentar, ya esperaba los gritos.
-A tus métodos ayudaste a Albus con su cita, me entere que consolaste a James cuando lo dejaron plantado, que seguiste a Lily por todo Hogsmeade porque la viste con Alejandro, en el medio te encontraste con Albus y Scorpius, que tuviste que aguantar una incómoda merienda con ambos y una bochornosa escena - Las palabras de Harry me asustaban hasta algún punto. - Estoy orgulloso de tí por haber sido tan buen padre y preocuparte tanto por los niños, te amo - Estas palabras eran acompañadas por los pasos de Harry, que venía a mi regazo.
-Aun tienes fuerzas para... - La voz de Harry era susurrada en mi oído - Divertirnos.
¡Feliz San Valentín para mi!
Fin
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