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|Jaedan| Cambios Hormonales


Dan no podía darle menos importancia a esa fecha, lo único relevante ese día, era que no debía trabajar y si lo hacia, debían pagarle más. Cuando era niño, su abuela intentó darle algún regalo, pero debido a la situación económica, él mismo se había negado a celebrar dicha festividad.

Por su parte, a Jaekyung nunca le importó los regalos, tenia juguetes por montones y que le lleguen más, solo resultaba aburrido. Él no quería jugar, él quería entrenar y hacer algo productivo por su corta vida.

Así que, ambos decidieron no hacer nada más que pasar el día juntos, aprovechando el día libre que tenían y quizás simplemente quedarse en casa. Sonaba bien, era un buen plan, especialmente la parte no acordada pero obvia de "tener sexo todo el día"

Estaban cumpliendo dicho hermoso día de manera tranquila, si no fuera porque ciertas personas se enteraron de su falta de actividad exterior ese día, todo hubiera sido perfecto. Y no se hubieran convertido en una guardería de pequeños mocosos desastrosos.


- |Flashback| -

Como un acto de buen esposo, decidió levantarse primero para hacer el desayuno. Si Dan seguía durmiendo, incluso podría llevar una bandeja a la cama, sabía lo mucho que le gustaba ser sorprendido de esa manera.

Empezaba por algo básico, unas tostadas con palta, tomate, ajonjolí y huevo frito. Acompañado de su café recién preparado de su cafetera francesa. También había acompañado con mermelada, mantequilla y embutidos, solo por si el pelicastaño tuviera más hambre.

No tardó mucho, cuando se dirigió con dicha bandeja hacia su habitación, dejándola a un lado, en una pequeña mesita que tenían.

Luego, acarició el cabello del pelicastaño, buscando despertarlo y dio un suave beso en la comisura de sus labios, era suave, tierno y corto. 

Por su parte, Dan tenía el sueño pesado, incluso cuando agarraba y jugaba con sus mejillas, este solo gruñía levemente, pero no despertaba. 

Jaekyung sonrió ante esa visión, con sus dedos golpeteaba el rostro del mayor, aún así, este seguía durmiendo. Y, con eso, le dieron ganas de molestarlo un poco.

Tarde o temprano Dan iba a despertar, solo que recibiría un pequeño castigo por su terquedad en dormir. 

(ó㉨ò)ノ✨

Las manos del pelinegro bajaron hasta la ropa interior del mayor, despojandolo rápidamente de esa prenda. Incluso con los ojos cerrados podría hacer ese acto, conocía a la perfección cada paete del cuerpo del pelicastaño. 

No había zona que no hubiera tocado, lamido o acariciado. Realmente, todo era suyo.

Sin miedo, se acercó a la intimidad del mayor, metiendo su boca en el miembro de este. Al inicio, con una lamida suave alrededor de toda la punta, en búsqueda de saber cuál sería la reacción de su pareja.

Un simple estremecimiento fue lo que hizo Dan, temblando en su sitio.

Con dicha "confirmación", Jaekyung continuó con su labor, introduciendo la polla del pelicastaño en lo más profundo de su garganta. Sin escatimar ni un momento, saboreando tosa su longitud.

No solo chupaba dicho miembro con dedicación, también recorría con su lengua, dejando un rastro de saliva por todo su alrededor, lamiendo constantemente la zona.

El pelicastaño se retorcía debajo suyo, soltando pequeños suspiros, aún sin levantarse, últimamente su sueño solía ser demasiado profundo. Y su cuerpo solia sentirse más cansado.

 Jaekyung, al notar el placer que sentía su amado, decidió detenerse, alejándose un poco de su labor y sonriendo de manera socarrona.

Pequeñas protestas nacieron de los labios del mayor, quién parecía estar queriendo más. Impaciente, llenado por su lujuria.

El pelinegro, llevo una mano, acariciando la longitud del pelicastaño, de la base a la punta. Simplemente con un solo dedo, hacía un camino, lleno de diversión.

Su tacto era cada vez más suave y lento, disfrutaba cada jadeo lastimero que lanzaba el mayor, quién parecía frustrado por la reciente falta de atención.

Dan no parecía estar despierto; sin embargo de su boca salían palabras como "más" o "sigue", y con eso se dio cuenta, que lo estaba sintiendo. Incluso en sus sueños, podía sentir el juego de la estimulación a medias.

Quizás podría hacer un último acto de bondad, complaciendo por completo a su pareja. Dispuesto a eso, volvió a meter todo su miembro en su boca, además, llenó su interior con dos de sus dedos.

—- ¿Q-qué haces? —- preguntó Dan, quién había despertado, sorprendido.

Lo que habia creido que era un sueño húmedo, era la realidad. Sus fantasias, eran correctas.

—- Complaciendote, dormilón —- contestó Jaekyung, lamiendo la comisura de sus labios, sin quitar la mirada del mayor.

Su vista completamente fija, expectante de cada movimiento que pudiera presentar su pareja, admirando el sonrojo avergonzado de sus mejillas.

Dan no sabía que contestar, estaba sumamente nervioso por como lo observaba su pareja. Pero tenía algo seguro, necesitaba más. No podía quedarse con las ganas, quería llegar a su orgasmo.

—- Continúa —- ordenó este, desviando ligeramente la mirada. Abriendo un poco sus piernas, esperando que el pelinegro tuviera más acceso a su intimidad.

Jaekyung, aún se sorprendía cada que el mayor solía ponerse un poco atrevido. Y no iba a negarlo, realmente le encantaba esa faceta.

Puso sus dedos en la entrada del pelicastaño, sonriendo mientras los introducía lentamente, haciendo que su pareja pudiera verlo y que sepa quién estaba tomándolo. 

Con velocidad y fiereza, movía sus dedos de manera hábil, dando vueltas por todo el interior de este, ensanchando su entrada cada vez más.

Si lo expandía lo suficiente, quizás podría introducir su miembro por completo y llegar hasta el fondo de este, siendo abrazado por sus paredes internas.

—- Aquí —- susurró Dan, en medio de un gemido, mientras agarraba su propia polla. Estaba desesperado, deseoso por más placer.

Jaekyung entendió lo que su esposo quería, y claro que iba a cumplirlo, realmente estaba dispuesto a todo por él.

Nuevamente, acercó su boca al miembro del mayor, sin dejar de mover sus dedos en dicho interior. Lamiendo y chupando, realizando dicha mamada con demasiada experiencia. 

Dan se sentía sensible, demasiado sensible.

Su cuerpo empezaba a temblar sumido en los placeres que le brindaba su pareja. Sus piernas perdieron toda fuerza, sus dedos se abrían y cerraban, apretándolos.

Sus manos empezaban a buscar algo de que sostenerse, jalando de manera inconsciente los cabellos del menor. Pero no quería separarlo, adoraba sentir la boca de este en su intimidad.

También, cuando se sintió cercano a su liberación, movió sus caderas con desenfreno, empezando en circulos, luego de adelante hacia atrás. Sintiendo como la lengua de Jaekyung lamia todo su glande, amaba su aliento caliente chocar contra él.

No podía soportarlo más, realmente no podía.

Su respiración se hacía cada vez más irregular, su corazón latía rápidamente y simplemente cerró sus ojos. Los cerró con tanta fuerza, mientras soltaba un gran gemido ahogado, con sus labios entreabiertos y sus mejillas sonrojadas.

Toda su esencia fue a caer en la boca de Jaekyung, sin tener tiempo para pensar en eso. Estaba suficientemente concentrado en su propio placer.

El menor, limpió la comisura de sus labios con sus dedos. Esperando a que el pelicastaño abriera un poco los ojos, adoraba verlo avergonzado.

Y efectivamente, Dan, abrió los ojos, siendo su primera visión el pelinegro tragando todo su liquido blanquecino.

Su mirada, cambio radicalmente, teniendo cierta preocupación por este. Además, una ola de vergüenza llenaba su cuerpo por completo. Si pudiera verse, estaba seguro de que se encontraba completamente rojo.

—- No tenías que tragarlo —- susurró Dan, desviando la mirada. Apretando un poco las sábanas.

Jaekyung sonrió, había tomado absolutamente todo, sin dejar caer ni una sola gota.

—- Te prende que lo haga —- se burló, besando suavemente los labios del mayor. Timidez o vergüenza, eran palabras que no conocía.

Dan, sin poder entender sus propios sentimientos, con una valentía superior a lo esperado, valentía que estaba teniendo ese último mes gracias a descubrir que estaba embarazado. Le lanzó una almohada al menor.

Jaekyung siguió sonriendo, acercándose de manera peligrosa al pelicastaño. Moviendo su mano en forma de caricia desde la punta de los dedos de este, subiendo lentamente hasta su cadera.

Dan, soltó un suspiro un poco agitado. Todavía no se recuperaba de su reciente orgasmo, no creía tener la suficiente energia para ir por el "plato principal"

El pelinegro se aferró a sus labios, introduciendo su lengua con ferocidad. Obligándolo a "luchar" con él. Tocó su cuello, para acercarlo aún más, impidiendo que pueda zafarse de su agarre. Sus movimientos algo bruscos en la boca, eran suaves cuando llegó a acariciar sus cabellos.

—- Detente ~ Ah —- suplicó Dan, sintiendo una inminente falta de oxigeno. Su respiración volvió a estar agitada. Y ante eso, frunció el ceño, ¿qué acaso Jaekyung quería matarlo? Casi lo deja sin poder respirar.

Al escucharlo toser, Jaekyung acarició su espalda con ternura. Se había pasado un poco, habia olvidado que este se encontraba un poco más débil que antes. Así que no se despegó ni un momento de este, incluso acariciando su cuello.

Cuando por fin la respiración de Dan se tranquilizo, pudo secar las pequeñas lágrimas de placer, mezclado con asfixia que estaban acumuladas en sus ojos. Y su estómago sonó de una forma completamente vergonzosa, exigiendo comida.

O(≧∇≦)O

Jaekyung simplemente sonrió, levantándose de la cama, caminando en dirección de la mesita dónde antes habia dejado el desayuno. 

—- Toma —- le dijo, caminando nuevamente hacia la cama y sentándose al lado del pelicastaño, admirando la sonrisa que este mostraba.

—- Gracias —- susurró Dan, llevando un pedazo de pan a su boca, mezclado con mermelada y mantequilla. Pues, últimamente le gustaba el sabor del dulce y salado unidos.

El pelinegro simplemente admiraba lo concentrado que estaba su esposo comiendo, disfrutaba ver sus mejillas regordetas masticar con dedicación mientras su mirada se iluminaba completamente complacido por las delicias del desayuno.

—- ¿Quieres? —- preguntó Dan, extendiendo un poco de waffle a la boca del menor, como este lo veía con tanta atención creía que tenía hambre.

Jaekyung aceptó, tomando con cuidado lo que su esposo le daba, no estaba hambriento, pero si disfrutaba ser alimentado.

Y eso sucedió repetidas veces, ambos compartiendo del mismo plato, masticando hasta que no quede nada, finalmente dejando a un lado la bandeja.

—- ¿Vamos a bañarnos? —- preguntó Jaekyung, tocando con delicadeza la nariz del mayor, le resultaba cálido poder acariciar cualquier parte de este.

El pelicastaño al inicio se negó, le resultaba dudosa esa proposición... ¿Iban solamente a bañarse o llegarían a la siguiente fase? No sabía si estaba con la suficiente fuerza como para soportar la fiereza del menor, su acción y emoción.

—- Es solo una simple ducha —- comentó el pelinegro, al notar la expresión "cobarde" del mayor. Él ya podía controlar sus instintos lujuriosos, por lo que le indignaba la falta de confianza de su pareja, quién aún seguía en alerta.

Con sumo cuidado, sin esperar la confirmación de este, decidió cargar al mayor al estilo "princesa", poniendo sus manos debajo de sus rodillas y sosteniendo su espalda.

Dan, sonrió un poco confundido ante tal atención simplemente rodeando sus brazos al cuello del menor y recostando su cabeza en él, inhalando su aroma varonil.

Al ingresar al jacuzzi, el agua se encontraba tibia y eso relajó inmediatamente sus cuerpos. Ambos, quitándose por completo todo rastro de ropa que les quedaba, estando completamente desnudos.

Jaekyung admiró la suave y tersa piel del pelicastaño, tocando sus dedos los hombros de su pareja con sumo cuidado. Su mirada se centró en el vientre de este, que no estaba levemente abultado. Si cualquier otra persona lo veía, no notaria ningún cambio en el cuerpo del pelicastaño. Pero Jaekyung lo conocía realmente bien, hasta el más mínimo detalle no era desapercibido.

Además, hace dos meses ambos tuvieron la noticia de que Dan estaba esperando un bebé, era obvio que el menor estaría atento a cada detalle, después de todo, lo llevaban esperando por bastante tiempo.

Con dichos pensamientos en mente, Jaekyungt tomó algo de shampoo y empezó a lavar el cabello del mayor, acariciando suavemente su cabeza y teniendo sumo cuidado en que dicho productos no cayera en sus ojos.

Dan se recostó aún más en el pecho del menor, quedando completamente pegado a él, disfrutaba de su cuerpo que le brindaba cierto calor, compartiendo su calidez. Amaba cada parte suya, especialmente cuando era tan atento como  ese instante.

Las manos del pelinegro lentamente fueron acariciando cada zona de este, bajando por su cuello y jabonando sus clavículas y bajando suavemente por sus hombros.

Fue sobando ambos brazos del mayor, incluso las manos, dedo por dedo, jabonaba y acariciaba con una pequeña sonrisa en el rostro, sin poder disimular su emoción.

Dicha emoción fue lentamente mezclas con lujuria, pues estaba empezando a sentir su cuerpo calentarse al delinear con sus manos cada parte del mayor, especialmente cuando llegó a los pezones de este, que estaban rojizos e hinchados.

Inmediatamente desvió la mirada, manteniendo el poco autocontrol que aún le quedaba. No soportaría seguir viéndolo de esa manera. Sin embargo, pese a su falta de visión sobre el cuerpo del mayor, sus manos seguían trabajando sobre el cuerpo de este.

—- ¿Jaekyung? —- preguntó confundido el pelicastaño, sintiéndose confundido por su repentina reacción.

A la mierda, todo lo mucho que se había aguantado, no podía más, realmente no podía. Era como estar hambriento, tener un banquete y negarlo.

Las manos del pelinegro bajaban de manera peligrosa a los glúteos del mayor, amazando con dedicación esa zona y provocando suspiros de este.

Su tacto se volvía cada vez más deseoso y desesperado, queriendo introducirse dentro de él, anhelando su calidez.

Dan gimió levemente, complacido por las atenciones que le estaba brindando su pareja. Sabía que eso no iba a terminar en una simple ducha, y aún así, no podía negarse, porque realmente le gustaba.

( ˘ ³˘)🔥

Llevó su mirada al pelinegro, dando una afirmación para que pueda continuar con el tacto, sintiendo como los dedos de este se introducían en su interior, haciendo un desastre con su cuerpo.

Por lo ejercicio previo a la ducha, se sentia realmente relajado, no habia necesidad de ser toqueteado más, pero Jaekyung parecía sumamente emocionado.

Los labios del menor fueron a parar al pecho del pelicastaño, lamiendo suavemente por esa hinchada y rojiza zona, introdujo un pezón en su boca, succionando con fuerza. Y con su mano, pellizco el otro pezón, sorprendiendose de la dureza que presentaba el mayor.

Podría decirme que Dan está siendo estimulado por tres partes, sus dos pezones y su interior, por esa razón, no podía soportarlo más. Y tampoco quería cansarse con juegos previos, cuando lo más emocionante era lo principal.

—- Ah ~ Detente —- susurró este, cerrando levemente los ojos —- Solo entra en mi, te estoy esperando —- continuó, tocando la mano del pelinegro, impidiendo que se moviera en su interior.

Jaekyung agradecido por el atrevimiento de su pareja, decidió ser una persona sumamente obediente y darle lo que pedía con tanto anhelo.

Lentamente fue introduciendo su miembro en ese cálido interior de su pareja, hundiéndose con suavidad en lo más profundo de él, tomándolo con delicadeza. 

Asegurándose de que al ver cada expresión del mayor, podía darse cuenta si todo se encontraba bien con él, si no le habia hecho daño con la penetración.

Dan, como respuesta inmediata y sin perder el tiempo, empezó a mover sus caderas de manera talentosa, fluyendo con sus movimientos cuál danzante.

Prácticamente se había vuelto un experto en ese sentido, sintiendo placer ante cada toque de su pareja, ante cada embestida que el menor le daba, como llega a lo más profundo, golpeando con fuerza su punto dulce y chocando contra su próstata.

Y también sabía lo mucho que Jaekyung disfrutaba al sentir sus paredes internas moverse en circulos, haciendo un vaivén lleno de delicia y placer.

Los gemidos de Dan se mezclaron con los suspiros de Jaekyung, inundando la habitación de sonidos incoherentes dónde solo se podía entender la excitación de dos personas.

Sus pieles fueron chocando con brutalidad, dejando sonidos vergonzosos que salían al unir sus pieles y mezclar sus fluidos.

Aunque el cansancio acechaba el cuerpo de Dan, sus ganas de seguir haciendo ese acto indecoroso era muchisimo más fuerte. Limitándose a jadear desesperado, sin despegar la vista del menor.

Estaba sintiéndolo, realmente sentía como todo su cuerpo se había convertido en una zona erógena, emocionándose ante el más minimo contacto.

—- Te amo —- susurró, en medio de un suspiro, mientras cerraba sus ojos con fuerza. No le avergonzaba decir esas palabras, su naturaleza era ser romántico; sin embargo, creía que la forma en la que estaban no era apropiada para palabras tan profundas y tiernas.

—- Yo también te amo—- respondió Jaekyung, sin dejar de moverse en su interior. Su climax estaba tan cerca, con la mente nublada, sus sentimientos se hacían más claros.

Sus movimientos seguían y seguían, acelerando sus embestidas, pues ante dichas palabras sintió una excitación aún mas profunda, sabiendo que estaría cerca de su climax.

Pero antes de terminar, se aseguraría de avergonzar al mayor con sus palabras. Hacerlo estremecer hasta el punto que no pudiera pensar en nada ni nadie más.

—- Como aprietas, joder —- gruño el pelinegro al oído del pelicastaño —- ¿Acaso quieres cortar mi polla?

Dan, soltó un suspiro confundido, apretando verdaderamente sus paredes internas producto de la verguenza y sus mejillas, completamente sonrojadas ante tal declaración.

—- Te ves tan jodidamente sexy —- siguió Jaekyung, disfrutando de cada gesto que hacía este —- ¿Vas a mover más tus caderas para mi? Eh, ¿pequeño?

El pelicastaño, intentó esconder su rostro en la almohada, pero claramente su esposo no le permitió eso, así que simplemente cerró los ojos, esperando que su sentimiento ahorrado se desvanezca o que el menor guarde silencio por completo.

—- Joder ~ Kim Dan —- pronunció Jaekyung, pausando sus palabras, esperando una reacción del contrario —- Dan ~ Oh ~ Dan.

Fue en ese momento, que el pelicastaño no soportó escucharlo más. Tomando el rostro del menor entre sus manos, y con mucha rudeza, tomó sus labios.

Moviéndose en un choque torpe, simplemente con la idea de callarlo, uniendo sus labios con timidez, que lentamente se convertía en un toque más salvaje y feroz, pues Jaekyung habia tomado el mando.

Sus lenguas, chocaron repetidas veces entre ellas, soltando pequeños suspiros y respiros, llegando a sentir el cálido aliento de cada uno, ambos, sin ganas de detenerse.

No solo estaban comiéndose la boca, pronto, cuando sus miradas se chocaron, demostraron lo lujuriosos que podían verse sus ojos. Ambos, con deseo y ganas que parecían nunca iban a detenerse, un fuego que nunca se apagaría.

Dan fue el primero en flaquear, todo su cuerpo habia empezado a temblar demasiado, aproximándose a su gran liberación. Su corazón empezó a latir mucho más rápido de lo normal, sintiéndose ligeramente sofocado por el beso del menor, el oxigeno le estaba empezando a faltar.

Jaekyung al darse cuenta dejó de meter su lengua en la boca del mayor, simplemente daba peaueños "piquitos" externos, dándole tiempo para respirar con más normalidad.

Pronto, se dio cuenta de que el pelicastaño había llegado a su climax, cuando mordió su labio inferior y cerró sus ojos con fuerza, soltando un suave grito en el cuál el ruido quedo en el interior de su garganta.

Y el interior de este dejó de temblar, pasando a succionarlo por completo.

Dan, había quedado por completo fuera de la realidad, su mente estaba completamente nublada, suspirando de manera agitada, con toda la electricidad recorriendo su cuerpo.

Jaekyung al sentir más presión en su parte baja,  producto del orgasmo del mayor, también llegó a su climax. Tiro su espalda hacia atrás, soltando un suave gruñido, mientras dejaba caer todo su blanquecino y espeso liquido en el interior del pelicastaño. Llenando por completo sus paredes internas. Y cuando salió de él, pudo darse cuenta de como su esencia escurría por la entrada de Dan, escapándose por sus gluteos.

Sonrió ante esa vista que le proporcionaba su pareja, amaba hacer eso con él. Y ver escurrir todo su semen por la cama, dejando en claro que él era quién poseía a Dan todos los días.

Sabía que este podía encontrararse cansado, que el cuerpo del mayor no daba para más, pero realmente quería seguir. Sus ojos, miraron a Dan, como quién pidiendo volver a empezar 

¿Un ronda más? Si, solo una ronda.

Después de todo lo que había pasado la noche anterior y hace unos minutos, no había sido suficiente, necesitaba más, mucho más.

Necesitaba absorber por completo los fluidos del mayor, dejándolo completamente seco y sin fuerzas para hacer nada más que quedarse a su lado.

Así que cargó al mayor con cuidado, posicionandolo encima de su regazo, elevando sus caderas y frotándose contra su entrada, pidiendo permiso para ingresar nuevamente.

Dan suspiró un poco cansado, pero asintió levemente, no le haría mal una ronda más.

El pelinegro con dicha confirmación, volvió a introducirse en su interior, llegando hasta lo más profundo de si, tocando inmediatamente su golpe dulce y sintiendo como la calidez del mayor lo estaba apretando. 

Tomó sus caderas, moviendo hacia adelante y atrás a su ritmo, rápido y desesperado. Nuevamente, los gemidos inundaban la habitación, con Dan aferrándose a los hombros del pelinegro y Jaekyung a las caderas del mayor.

Sus miradas conectadas, deseosas y cariñosas, fueron separadas por el constante sonido el celular. Al inicio habían decidido no darle importancia pues era Heesung llamando  Jaekyung, fue cuando sonó el celular de Dan, apareciendo Yoon-Gu en la llamada, que tuvieron que contestar.

Fue Jaekyung quién tomó el teléfono sin dejar de moverse dentro de Dan, diciendole que guarde silencio.

—- Dan no está disponible, ¿qué quieres? —- preguntó directamente, sin tacto ni delicadeza. Por su parte, el pelicastaño golpeó suavemente el hombro del menor, indicándole que no debía responder de esa manera.

—- Eh... Yo —- susurro nervioso Yoon-Gu, no seria facil convencer a Jaekyung —- Quisiera saber si pueden cuidar un momento a los bebés. Una horita.

Jaekyung se iba a negar inmediatamente, pero Dan le susurró un "diles que si" y ante eso, fruncio el ceño.

¿Cuidar a dos mocosos que ni sabían caminar? ¿Y a otros dos mocosos que estaban en etapa de destruir todo y revolotear?  Ni loco.

En un movimiento astuto, puso el celular cerca a los labios del mayor, diciendo —- Diles tú —- y en búsqueda de castigarlo, empezó a moverse con mucha más fuerza en su interior.

Ante eso Dan, negó con la cabeza, no podía emitir ninguna palabra, lo único que podía salir de su boca eran sonidos eróticos que estaba reprimiendo con todas sus fuerzas.

—- ¿Jaekyung? —- preguntó Yoon-Gu, algo impaciente por el llanto repentino de uno de sus bebés. 

—- Ya —- suspiro Dan, al sentir el miembro del menor llegar a lo más profundo de su interior y  cortó inmediatamente la llamada. No podía callar más sus gemidos, por lo que termido dando un jadeo ahogado, corriéndose en el instante.

El pelinegro sonrió, sabía que el mayor se volvía más sensible cuando habían "externos" cerca. Lo que no esperó, era recibir un golpe en el hombro.

Dan había salido de su interior, levantándose con dificultad del jacuzzi y caminando en dirección a su cama, estaba sumamente avergonzado. 


O(≧∇≦)O

Jaekyung confundido lo siguió, esperando una respuesta por la repentina salida del mayor, quién se había escondido entre las sabanas.

—- ¿Dan? —- preguntó el menor —- Ven aquí o voy para allá.

El pelicastaño salió de la manta que lo cubría y gritó —- ¡Sal! Me hiciste pasar vergüenza —- susurró, con sus ojos aguados, creyendo que Yoon-Gu lo había escuchado gemir.

El pelinegro dio un gran suspiro, parecía que su broma había salido mal —-No es para tanto, ellos también tienen sexo —- explicó como si fuera lo más obvio del mundo.

Ante dichas palabras, el mayor empezó a llorar escandalosamente, en medio de la cama, con el ánimo bajo y todo el rostro rojizo.

Jaekyung se acercó a él, con cuidado, tirándose en la esquina de la cama y cerró los ojos. No era la primera vez que Dan hacía un drama por algo innecesario, pero le entendía.


-|Fin Del Flashback|-

Jaekyung iba a negarse completamente, pues aún no se acostumbraba a cuidar a los hijos de Heesung ¿y tenía que cuidar también a los de su entrenador?

Pero la mirada llena de emoción de Dan, le hizo aceptar dicha cuestión, con la condición de que sería poco tiempo. Lo bueno, era que ellos tenían más de 5 años, sería más fácil, ¿verdad?

No, no era nada sencillo.

¡Malditos mocosos revoltosos! 

Dan había ido, unos minutos a preparar una ensalada de frutas que pudieran compartir y todo se había vuelto un caos.

El hijo mayor de Heesung, había desordenado todas las sillas del comedor y con su carrito de juguete, estaba rayando su hermosisimo piso. Oh, pobre de su granito. Odiaba el sonido que emitían esas llantas cada vez que adelantaba y retrocedía dicho carrito.

Las hijas del entrenador, se estaban peleando por alguna muñeca favorita. Una, la quería para luchar un campeonato y la otra, deseaba que fuera actriz. Jalando a la pobre muñeca de un lado a otro, para luego, enfrentarse ellas en una pelea.

Al notar el alboroto, el bebé de Heesung empezó a llorar con fuerza, sus pequeños pulmones hacía ruido en toda la cosa, generando incluso eco por todo el lugar. Resonando especialmente en los oídos de Jaekyung, quién estaba intentando controlarse lo suficiente para no gritar y sacar a todos los revoltosos de su casa.

La única tranquila, era la pequeña de Yoon-Gu, quien tenía la personalidad de Heesung, pues esa pequeña "demonio" se reía observando lo que pasaba a su alrededor, como si estuviera disfrutando el sufrimiento de Jaekyung.

El hijo mayor del entrenador, no hacía nada, simplemente se había dormido del aburrimiento por no tener su celular en mano.

Cuando Dan volvió casi suelta los platos que estaba agarrando, sus manos empezaron a temblar un poco confundido por todo lo sucedido y rapidamente se serenó, acercándose con el rostro ligeramente enfadado.

—- Agarrame esto —- dijo Dan, extendiendo el bowl con frutas a Jaekyung, con fuerza y rapidez. También, señaló al bebé de Heesung y Yoon-Gu, indicándole que debia ser su responsabilidad tranquilizarlo.

Con dicha orden Jaekyung, dejó la fruta a un lado y con sumo cuidado cargó al bebé, tocando especialmente la cabeza para evitar que se golpee si hiciera un movimiento fuerte por el llanto.

Luego Dan, se dirigió a la hijas del entrenador, quitándoles la muñeca y arrodillándose a la altura de ellas. Su ceño, que antes se encontraba fruncido, cambió a una ligera sonriaa.

—- Niñas, no deberían pelear por un juguete —- comentó él —- Cuéntenme, ¿cuál es el origen de la discusión?

Las niñas, al inicio se miraban mutuamente, con cierta desconfianza a las palabras del mayor, ¿deberían contarle lo sucedido? ¿Acaso un adulto podría entenderlas?

—- No puedo permitir que mi muñeca sea una delicada y dulce modelo, cuando debería ser una fuerte luchadora —- dijo la mayor, frunciendo el ceño, mirando a su hermana 5 minutos más pequeña.

—- Mi hermana no me quiere prestar su muñeca —- susurró la otra —- Me estoy aburriendo sin mis cosas —- sus ojitos, se pusieron con pequeñas lagrimas, buscando dar más ternura.

—- Tú las olvidaste por distraída —- recriminó su hermana —-No es mi culpa que no tengas tus juguetes.

La pelea, nuevamente se inició, pero por motivos distintos. Las hermanas parecían no querer tranquilizarse.

—- Hagamos una cosa —- propuso Dan, haciendo que las pequeñas guarden silencio y  llamó con la mano, al hermano de ellas, quién dejó de mover su carro en el suelo y se acercó al mayor.

Cuando el niño estuvo cerca, tomó un mantel que estaba cerca y lo colocó en el piso, pidiendo prestado el carrito del pequeño y también la muñeca. 

Tomó a dicha muñeca y la colocó sentada encima del carro, fingiendo que estaba siendo trasladada de un lugar a otro.

—- Su muñeca, tiene doble vida —- empezó a narrar Dan, imaginando una historia en la que los tres pudieran jugar —- Es una deportista suprema de noche, luchando en el ring contra muchos, agresiva y radical. Pero de día, gracias al transporte del carro mágico, se convierte en una dulce modelo, simpática y amable.

Pronto los 3 pequeños comenzaron a introducirse en la historia, agregando más cosas, el carro volaba por los aires y era transparente. La muñeca, tenía otras profesiones, una maldición, combate con enemigos, entrevista con periodistas. Y pronto, todos estaban lo suficientemente tranquilos, incluyendo al bebé de 11 meses, quien ante la calma, se durmió.

Jaekyung suspiro un poco más tranquilo, sintiéndose cada vez más admirado por las habilidades de su pareja. Por su parte, él era capaz de noquear a todos y pasar su tarde con Dan, pero por obvias razones no lo había hecho.

Así fue como la tarde pasó con los niños jugando, incluyendo a Dan, los bebés tranquilos durmiendo un rato y Jaekyung comiendo la fruta mientras observaba todo con más serenidad y sin impulsos agresivos, simplemente algo enfadado por la falta de atención de su pareja.

Pronto, el timbre sonó, era el entrenador que había venido a recoger a sus tres hijos, sonriendo un poco nervioso pues sabía lo juguetones y desesperantes que podían ser con extraños.

Después Heesung y Yoon-Gu también se llevaron a sus hijos, despidiéndose y pidiendo perdón por haber demorado un poco.

Cansado, Dan se tiró en el suelo, cerrando los ojos.

—- No volveremos a cuidar a esos demonios —- dijo Jaekyung, frunciendo el ceño, a lo que Dan asintió, todo había sido muy cansado.

"Espero que mi hijo sea tan tranquilo como Dan" pensó inmediatamente el menor, porque si tenía la personalidad de su pareja, no daría muchos problemas.

"Bebé, no tengas la personalidad de tu padre" pensó Dan, acariciando su vientre, sabiendo lo impulsivo que podría ser el menor.

.

.

.

Continuará...

¡Chic@s! Tengo TIKTOK, ¡Por fin! 

Jsjs, por el momento estoy publicando edits tanto de manhwa como anime. Luego será hablar de historias, spoilers, recomendaciones, etc... Espero me sigan y me apoyen con mucho cariño.

Soy: jccescritora

¡Los amo!💕



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