-...Y quiero hacerle una gran sorpresa para declararme Gulfy, ¿Me vas a ayudar? – Mis hombros cayeron en ese momento, sentí mis ojos aguarse, respiré para que las lágrimas retrocedieran.

-¿Por qué quieres que yo te ayude? – Mew hizo un pequeño puchero y de nuevo quise llorar. – Ni siquiera soy bueno para esas cosas Mew, sabes que nunca tuve una cita romántica, las únicas veces que salí con alguien era para ir de chaperón – Mew, me miro por un momento sin decir nada, pude ver algo en sus ojos. Ese algo que odie ver alguna vez, lastima.

-Pero tienes buenos gustos, te necesito para esto – casi se arrodilla frente a mí – Eres mi mejor amigo y quiero que me ayudes con mi persona especial. Te juro que si me dice que sí, te lo deberé toda la vida. Me ha gustado por años.

Tú también me has gustado por años. Le di una pequeña sonrisa que me dolió hasta el alma y enseguida asentí.

-Es Art ¿No? – tenía que preguntar. Mew y Art habían sido amigos desde mucho tiempo antes que nosotros nos conociéramos un año atrás, ellos eran como uña y mugre. Gun una vez me comento que Art estaba enamorado de Mew y él creía que era correspondido.

Por mi parte, Mew me gustaba desde que nos conocimos, él era un chico cool en el trabajo. Desde que llegó a la empresa se robó todas las miradas, era guapo y además inteligente. Fue un flechazo, pero claro que no me hacía ilusiones. Hasta que en una noche de copas con nuestros compañeros Mew me besó, todos estaban borrachos, ni siquiera se habían dado cuenta pero cuando menos acorde lo tenía sobre mí, besando, lamiendo y mordiendo mis labios. Había sido el mejor beso de mi vida, segundos después se desmayó.

No hace falta decir que mi amigo jamás se acordó de esa noche y yo no se la recordaría, sus salidas con Art parecían cada vez más personales e íntimas y yo, lo único que podía hacer es ver. Y moriría con mi flechazo o buscaría a alguien más.

Mew soltó una carcajada y miro al suelo, parecía feliz – No te lo diré, pero ayúdame – tomó mi mano y la apretó. La piel hormigueó.

-Vale, pero dime que le gusta. ¿Qué es lo que se te ocurre? ¿Cuándo va a ser tu declaración? – Solo quería que la tierra me tragara y me escupiera en mi departamento con un bote de helado y una película de romance.

- Quiero que sea en el mirador de la ciudad – miró soñador hacia el cielo – que tomemos del mejor vino, que comamos la mejor cena y unos chocolates. Si, unos chocolates – Piqué un bocado de mi pastel que había comprado cuando llegamos a la cafetería, casi lo había olvidado.

-Hecho ¿con cuanto contamos? – se mordió el labio.

-No tengo limite – miro a su reloj – Quiero confesarme el domingo Gulf. Por favor – colocó sus manos juntas rogándome. – Ahora me tengo que ir, por favor si tienes dudas mándame mensaje. Quedé de verme con Art – se acercó y me dio un pequeño beso en la mejilla de despedida.

-Claro.

30 minutos después estaba en mi departamento tomando helado y viendo bajo la misma estrella. Odiaba esa película, pero cumplía con hacerme llorar. Mis lágrimas caían como cascada por mis mejillas. No entendía como él tenía que haber muerto cuando me estaba haciendo a la idea de verla a ella muerta. Maldita jodida película y aquí seguía, viéndola como si el final fuera a cambiar. Enseguida tendría que ver Yo antes de ti. Otro clásico que odio, son películas tan malas pero ambas, me hacen llorar y era lo que necesitaba. Desahogarme y dejar mi maldita obsesión con el fantástico Mew Suppasit .

Bip bip bip

-Miré a mi celular, hablando del rey de Roma. Mew Suppasit me estaba deseando buenas noches como cada noche desde que nos conocimos. A mí me deseaba una buena noche y seguro a alguien más le daba una buena noche.

Ya mejor llévame diosito.

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Eran las 9 de la noche, estaba probando la comida del chef que Mew contrato para su declaración. Mi amigo me veía mientras probaba los bocadillos, estaba tan cansado, desilusionado y abatido.

-¿Qué te parece este Gulf?

-Es delicioso, creo que si fuera tu persona especial me gustaría este – Mew sonrió y asintió.

-¿Les gustaría probar algún postres?

-Emmm no...- Interrumpí a Mew antes de que se negara.

-Claro, ¿Qué es lo que tiene? – Mew me observo - ¿Qué? Esto es gratis, deberías de pagarme con algo dulce lo que hago por ti- él negó y siguió comiendo.

El pastel de red velvet que había comido era delicioso, ojala Mew lo metiera en su menú para su cita, pero no, era mejor así. Me daría el lujo de solo ser yo quien lo probara.

-Sabes que odio el vino, tienes que escogerlo tú – contesté mientras Mew me ofrecía una copa.

-¿No vas a probar ninguno? – negué, ahí estaba de nuevo ese puchero. – Vamos Gulfy.

.No, elige tú – quería irme de ese lugar. Solo era viernes y su declaración y cita romántica me tenían con los pelos de punta. Quería que esto terminara ya y que Mew me presentara a su persona especial solo para que acabe de romper mi corazón y buscar una cita en alguna aplicación. Seguro puedo conseguir algo.

-¿Ya te quieres ir? – oh dios, sí.

-Estoy cansado – contesté-

-Gracias por hacer esto por mí, no sé cómo haría todo esto solo.

-en teoría solo me tiene aquí a tu lado para quejarme. Tú mismo hiciste que arreglaran en el mirador, elegiste la comida sin tomar en cuanta mi opinión y además tú elegirás el vino – él sonrió y asintió.

-Vamos, te llevo a tu casa.

-Sí, gracias. Necesito una ducha caliente – Vi a Mew dándome una mirada sardónica mientras salíamos a su carro.

-¿Me puedo bañar contigo?

-diablos, no – lo golpeé el hombro.

-Nunca me dejaste bañarme contigo, Earth si me deja – casi vomité.

-Porque además de mi nadie más ha visto mi cuerpo, claro, si contamos que mi mamá me vio hasta que tenía 10 años. Pero fuera de ahí nadie y a Earth lo ha visto medio Asia. Es un maldito exhibicionista – Íbamos de regreso a casa.

En algún momento del viaje, en alguna intersección, Mew salió hacia otro lugar. Cuando menos acorde nos estábamos alejando del camino principal.

-¿Me vas a secuestrar? – Mew soltó una carcajada.

-¿Eso es lo que quieres? – se mordió el labio, sentí mi cara colorearse de rojo.

-Si me estas secuestrando quiero decirte que estudie artes marciales, además veía ICarly el calcetín con mantequilla lo cargo – volvió a reír.

-Quiero que veas la vista que tendré el domingo con mi persona especial – mi sonrisa se desvaneció.

Cuando llegamos al lugar, mis ojos no se pudieron despegar de la asombrosa vista. Era hermoso, era una cosa maravillosa, era romántico y además me daban ganas de llorar. Demonios si no fuera hombre creería que mi periodo se acerca.

-Creo que le encantara – salimos y nos recargamos en la parte delantera de su auto.

-Eso espero. Quiero que sea un momento especial. – me mordí los labios. – Y quiero que también estés aquí – levante la vista hacia él.

-¿Por qué?

-Quiero que veas todo lo que me ayudaste a hacer. Sin ti no hubiera tenido el valor.

-Pero Mew, yo no puedo...

-Por favor- Ya le pedí a Gun que te compre un traje bonito, él también vendrá y Off y Earth. Enserio los necesito conmigo – Yo enserio que no quería.

-Pero eso le quita lo romántico – asintió.

-Pueden llegar después de que se lo haya dicho, lo citare a las 8, ustedes pueden estar aquí a las 9. Si me rechaza te necesitare, y si me acepta quiero que ustedes estén conmigo – ay dios, este hombre me quiere matar. Te odio Mew Suppasit.

-Está bien, yo estaré aquí Suppasit– me abrazo y me apretó fuerte contra sus brazos.

-Eres el mejor – su aliento hizo mi cuerpo estremecerse, me dejé apretar. -¿Y tú Gulfy? ¿Alguna vez te has enamorado? ¿Te gusta alguien? – me separó un poco solo para poder verme a la cara. Sentí mis mejillas calientes.

-Hay alguien especial, pero no me corresponde – él me miraba atento, no podía alejar mis ojos de los suyos.

-¿Ya se lo dijiste?

-No.

-¿Y cómo sabes que no te corresponde?

-Porque ya tiene a alguien – Mew seguía mirándome, había de nuevo ese brillo en ellos. Odiaba la lastima. La odiaba con el alma. Sus ojos de pronto bajaron a mis labios. Espera ¿Qué? ¿Mis labios? Volvió a ver a mis ojos una vez más. Creo que ya estoy viendo cosas diosito.

- Yo... Gulf – Yo enserio quería besar a este hombre frente a mí pero no quería perder su amistad. Aparte de idiota soy un cobarde. Me alejé de Mew separándome y él pareció volver la realidad.

-Estoy cansado – camine hasta su auto.

-Sí, también yo.

El camino a casa fue silencioso. Y el sábado también lo fue. Mew no me envió mensaje de buenos días ni de buenas noches.

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El domingo por la noche Gun pasó por mí, ambos nos veíamos bien. Yo estaba nervioso, cuando llegara al lugar ya sabríamos si Mew fue aceptado o rechazado. Off iba en la parte de atrás del auto de mi amigo, yo quería darme la vuelta e irnos.

-Guau – escuché la voz ronca de Off cuando llegamos al lugar. Mire también a donde él veía, todo era simplemente hermoso. Y ahí, de pie dándonos la espalda estaba Art y Mew, se veían bien. Supongo que estaban bien y yo había acertado con Art. Me corazón se hizo añicos.

-Vamos, vamos, vamos – nos pidió Gun que saliéramos. Parecía tan emocionado. Demonios, Mew Suppasit podía ser un maldito romántico.

Chanyeol me ayudó a bajar, Gun se acercó a Mew antes que nosotros y le dio algo. Después retrocedió y se llevó a Off. Art me miro y sonrió levemente. Enseguida se alejó.

¿Qué demonios había rechazado a Mew? Mi amigo respiró hondo y enseguida se giró a verme, yo abrí mis ojos grandes, él se veía muy mal. Sus manos estaban temblando. ¿El maldito de Art lo rechazó? ¿Rechazó a este hombre?

-¿Qué está mal Mew? – me acerque y tome sus manos para que dejaran de temblar. - ¿Te sientes bien? – asintió y me dio una sonrisa nerviosa.

-Ya todos se fueron – dijo en afirmación. Miré hacia atrás y efectivamente mis amigos no estaban ya.

-¿Qué? ¿Por qué? LLAMEMOSLOS – Mew apretó mi mano un poco, llamando mi atención. Después me llevó a la mesa y me hizo sentarme. Él se sentó enfrente y yo no entendía nada. -¿Art te rechazo? – Mew rio.

- No, Gulfy.

-¿Entonces? – Su rostro estaba rojo de pronto. No parecía estar bien.

-Art no es mi persona especial - ¿Qué? Abrí mi boca con sorpresa.

-¿Entonces quién es? – mi cabeza no procesaba nada.

-Tú – dijo en un susurro. Mi mundo se detuvo de pronto.

-¿Cómo?

-Tú eres mi persona especial. Esto es para ti.

-No juegues.

-Jamás jugaría con esto. Anda, comamos. De pronto pareció más animado – es tu comida favorita – Destapo el plato frente a mí, eso no era lo que habíamos pedido.- Sé que te encanta esta pasta, lo pedí especialmente para ti.

-No estoy entendiendo – asintió.

-Come mientras te explico – asentí y probé la deliciosa de pasta, hice un sonidito de placer.-Tú eres mi persona especial, me gustas Gulf – Casi se me atora el fideo.

-Pero Art.

-Art es mi amigo.

-Dijiste que te gustaba desde hace años, nosotros nos conocemos hace un año.

-En realidad te conozco desde hace 5 años – No, enserio quería matarme con los fideos.

-No recuerdo.

-Estabas en la universidad, jamás te diste cuenta de mí porque yo era un año menor y tú te ibas a graduar. Me flechaste desde entonces y, cuando por fin entré en la empresa y te encontré, me encontré perdido. Y yo ya estaba locamente enamorado de ti – mi corazón pálpito rápidamente.

-¿Y porque me pediste ayuda?

-Porque soy un tonto, no sabía que era lo que iba a hacer, quería saber que te gustaría a ti pero no me ayudaste mucho. Así que al final confié en la ayuda de Art.

-Pensé que él te gustaba.

-No, él es como mi hermano y tú.... No sabes lo que me cuesta estar a tu lado y quererte besar, desde ese primer beso mi cabeza no deja de revivirlo – estaba en shock.- Diablos Gulf el único en quien pienso al acostarme es en ti y el primero al levantarme, Por eso todo el tiempo te mando mensajes. Solo que ayer no pude, creía que si te mandaba mensaje me declararía en el momento o simplemente de echaría para atrás.

-Espera déjame procesar esto – mordí mi uña - ¿Entonces te me estas declarando?

-Sí, Gulf Kanawut me gustas – sentí mis ojos aguarse. -¿Yo te gusto?

-¿Qué mierda dices? Claro que me gustas idiota- Mew soltó una carcajada.

-Es bueno saberlo.

-¿Sabes que he estado sufriendo un maldito año porque creí que te gustaba Art y yo enamoradísimo de ti?

-Imposible, tú... simplemente eras hermoso en ese tiempo y ahora... demonios eres tan sexy – me ruborice y me mordí el labio.

-Esto tiene que ser un sueño – comencé a pellizcar mi mejilla.

-¿Qué tal si comemos y después te demuestro que no estas soñando?

Cuando la cena se terminó, mi cabeza ya daba vueltas. No solo Mew había elegido mi cena favorita sino que en lugar de vino estábamos tomando algún jugo de manzana. Mi sorpresa fue entonces cuando el pastel de red velvet llegó a mis manos que casi salte del gusto. Mew me sonrió y comió de mi plato.

Resultó todo ser obra de todos mis amigos y Art, Yo había sido vilmente engañado, ellos lo sabían y ahora deberían de estar riendo de mí.

Mew Suppasit resulto corresponder mis sentimientos o podría decir que yo a él. No podía creer lo que había dicho pero en el momento en que se acercó a mí y me dio el mejor beso del mundo, quise creer que era real.

Mis rodillas casi flaquearon, mis manos hormigueaban y mis labios estaban bendecida mente siendo ultrajados por los labios de Mew Suppasit.

-Dios, podría morir feliz justo ahora. Susurró sobre mi oído mientras veíamos hacia la ciudad,

-¿Por qué aquí? – señale al mirador.

-Papá me traía cuando era un niño, es mi lugar favorito y cuando te conocí por primera vez, me jure que aquí me declararía a ti.

-Parece todo tan irreal.

-Pues te traeré a la realidad – dijo dándome la vuelta.

Los labios de Mew tomaron los míos otra vez, solté un pequeño ruidito de sorpresa pero no me despegué. Cuando comenzó a trazar con su lengua mis labios abrí mi boca dejando que su lengua y la mía jugaran. Mew mordía mis labios, y de pronto chupaba también. Nuestros besos eran hambrientos pero aun así, yo estaba feliz porque Mew Suppasit y yo al fin estábamos saliendo y su persona especial era yo.