Capítulo 33 - Las mentiras del juicio son el toque final
Como el pabellón donde se hospedaban los reyes estaba relativamente cerca de la academia, no tardaron en llegar.
Ingresaron en la gran sala en absoluto silencio, allí, Tian LiuYun se puso de pie de inmediato, parecía como si ya fuera una costumbre que hiciera ese movimiento.
—¡Explica lo que ha pasado, Jiang Xin! —gritó, como si su corazón estuviera desgarrado.
Tian Feng detuvo a su hermano, parecía que si no era detenido por alguien, sería capaz de lanzarse sobre esa persona.
—Tranquilízate, primero lo primero —dijo él, luego miró a Yi Hen con el ceño fruncido—. Guang Jin nos ha dado pruebas de que tú, Jiang Xin, eres no más ni menos que un ayudante del enemigo, ¿tienes algo para decir al respecto?
Yi Hen se rio para sus adentros, si este joven príncipe había entregado "pruebas" como para que los reyes lo trajeran a una audiencia de este tipo, entonces no tenía nada que hacer, ya estaba condenado, lo mejor era defenderse con la verdad e intentar que los reyes razonaran junto a él.
—Su alteza, jamás he traicionado su confianza, nunca he hecho algo que fuera contra de su voluntad y siempre los he apoyado desde el fondo de mi corazón, ¿puedo preguntar a qué pruebas se refieren cuando me acusan por tal cosa?
Tian Guang levantó su mentón hacia arriba, de inmediato, dos soldados trajeron consigo dos talismanes que tenían exagerada similitud con los trazos de Yi Hen, luego, Guang Jin dejó el cadáver que habían cargado hasta allí, dejándolo en el suelo.
Tian Guang miró con desaprobación, parecía pensar que todo esto era ridículo, como si el simple hecho de hacer este interrogatorio fuera una pérdida de tiempo.
—Esos talismanes fueron encontrados en el cuerpo de cinco soldados muertos, como mi hijo no estaba seguro de lo que eran, o para qué servían, consultó a un par de médicos de la academia Songshu. Yi Hen, son talismanes para bloquear los movimientos, "talismanes paralizantes", ambos médicos distinguieron que este es tu trazo, ¿los reconoces?
Esto era hasta cómico para Yi Hen, ¿en qué momento habían entrado en su habitación? ¿Había estado tan distraído esos días que ni siquiera se percató de tal cosa? Quería reírse de sí mismo en voz alta.
Enseguida recordó una ocasión, una noche en la que estaban juntos con Feng Baoshi.
Esa fue una vez en la que él y Feng Baoshi estaban en una posición indecente al extremo. A pesar de eso, Yi Hen consiguió percatarse de que alguien ingresaría sin permiso a la habitación, por lo que se escondió con el joven justo a tiempo. No había sido nada más ni nada menos que Guang Jin, sin embargo, en ese entonces recordó que el hombre había revuelto algunos papeles y, como no había conseguido nada de valor o de gran importancia, se había retirado de inmediato. ¿Acaso había entrado una segunda, o una tercera vez hasta encontrar lo que buscaba?
Era raro que Yi Hen se olvidara de bloquear la entrada a la habitación, pero no era algo que fuera imposible.
—Esos talismanes son míos, es tal y como dicen los médicos de Songshu. Aunque dejeme decir que, porque sean míos, no significa que yo los haya utilizado.
Tian Guang señaló al cuerpo del hombre tendido en el suelo.
—¿Qué me dices de eso? Es tu lanza, ¿dejarías que alguien más la toque? Esa lanza es un arma espiritual, no sé su nombre, pero estoy seguro de que solo te obedece a ti.
—Si bien mi lanza me obedece a mí más que a cualquier otro, sigue siendo incapaz de impedir que alguien más la utilice. No he sido yo quien ha matado a ese hom...
—¡Esa lanza! —exclamó Tian LiuYun invalidando sus palabras—. ¡Yo la he visto y solo tú la has utilizado!
Yi Hen rodó sus ojos, ¿en serio caerían tan fácil en este engaño tan estúpido y evidente? «¡Qué inútiles!», realmente quería escupir esas palabras, mas, en ese justo momento, saltó Feng Baoshi desde la absoluta nada.
—¡¡Guang Jin!! ¡¿eres estúpido?! —exclamó y giró rápidamente hacia Tian Feng— ¡Padre, yo mismo he visto cómo este imbécil ha cortado el cuerpo de dos soldados, él apresó a Yi Hen primero y luego se atrevió a tomar la lanza! ¿Cómo pueden creer esta tontería?
Las pupilas de Tian Feng se encogieron hasta el punto de parecer un muerto, perdiendo el equilibrio en su silla se agarró con fuerza para no caer hacia adelante.
—¡¿Cómo has dicho?! ¡Hijo, será mejor que te expliques ahora mismo!
—Padre —agregó sin gritar—. Estuvimos patrullando toda la noche, luego de investigar el bosque, alguien cubierto hasta la cabeza me atacó y desapareció en las sombras, observa. —Para demostrar sus palabras, subió parte de la prenda exterior, mostrando una gran venda que se teñía con un suave rojo—. Yi Hen me llevó a su habitación para tratarme con urgencia, y cuando estábamos allí, Guang Jin apareció junto a tres soldados. Mandó a encadenar a mi maestro, quien no ofreció resistencia, ¡solo cuando estuvo encadenado fue que Guang Jin se declaró culpable de mi herida! Luego agarró su lanza para asesinar a esta persona y a otro más, solo quiere inculpar a mi maestro de algo que no hizo. ¡Padre! ¡Tiene que creerme!
Guang Jin se echó a reír.
—¿Puede ver, tío? Lo defiende de esta manera tan intensa, ¿no es tal y como le dije desde un inicio? Mire, incluso me he herido por luchar contra él. —Guang Jin levantó su mano maltratada y mal vendada—. ¿Cómo puede ser que esta herida esté aquí si yo no he luchado contra él? Padre, tíos, este hombre asesinó a mis soldados y tuve que defenderme hasta poder encadenarlo, por suerte, solo mi mano fue herida. —Guang Jin miró con pena a Feng Baoshi—. Tíos me temo que es tal y como sospechaba. Solo miren su rostro preocupado.
Feng Baoshi estaba a punto de entrar en cólera, sabía que si ese idiota de su primo hubiera peleado en una batalla real contra Yi Hen, un corte en la mano sería lo más leve que podría conseguir, bueno, de hecho, así fue. Se olvidaba que Yi Hen era uno de los cultivadores más capaces y reconocidos de todos los reinos.
Nuevamente, Feng Baoshi inyectó la mirada en su padre.
—¡Eso es absurdo! Esa herida se la hizo luchando con mi maestro cuando me hirió frente al bosque. ¿Realmente le creen? ¡No pueden creer una locura como esa!
—No puedo creer esto... —Tian LiuYun negó con la cabeza.
—¿Le van a creer al primo Feng? —suspiró con tristeza actuada—. Queridos tíos, ¿ven lo obstinado que está? Es obvio que él ayudará a su amado maestro ante todo lo demás, ¿ahora se dan cuenta?
La sala quedó peor que un cementerio, no se escuchaba ni siquiera el viento, o alguna respiración, parecía como si el tiempo se hubiera detenido justo en ese momento.
«No puede ser cierto». Pensaron los tres reyes.
Antes, Guang Jin ya les había expresado su infinito temor a que su primo estuviese en una relación indecente con el maestro, sin embargo, los reyes en ese entonces habían ignorado esta suposición, pero ahora que lo volvía a mencionar, se lo tomaron más en serio esta posibilidad.
—¡Gu-Guang Jin, te estás pasando! —exclamó Tian Feng, casi rompiendo en añicos el apoya brazos de su silla—. ¡Estás hablando de mi hijo!
—Tío, no estoy mintiendo —se reverenció profundamente—. Feng Baoshi es quien miente y quien protege a este hombre, todo por su amor hacia él, ¿por qué otra razón defendería a un traidor? ¡Él está cegado!
Yi Hen y Feng Baoshi cruzaron miradas, ambos habían comenzado a sudar en frío, ¿qué dirían ahora?
Él era el Príncipe heredero Feng Baoshi, el hijo único de Tian Feng, un príncipe que debía buscar la prosperidad, y por ende, una descendencia segura, ya sea con una, dos, tres mujeres, veinte mujeres, él debía procrear; luego sus hijos debían liderar, tal y como se había hecho desde la antigüedad, ¿cómo iba a darle la espalda de esta manera a sus ancestros? No podía darse el lujo de "amar a cualquiera", él debía sí o sí traer descendencia y tranquilidad a su linaje.
Respiró profundo para calmarse y poder comenzar a hablar, pero los ojos de Yi Hen lo miraban muy serios, casi enojados. Eran brillantes, hermosos a su parecer, estos le decían muy claro: "No lo digas, no te delates".
Los puños de Feng Baoshi se cerraron hasta que los nudillos quedaron de color blanco.
—Yo no tendría ese tipo de relación con él.
Inmediatamente, como si una ola de paz llegara al corazón del viejo, Tian Feng se reclinó con alivio.
Claro que Guang Jin no pensaba dejar que esto pasara, tenía una vena casi saltando en su frente, de seguro había creído que convencer a sus familiares sería algo sencillo, y al ver que esto no era así, solo pudo recurrir a más ideas.
—Entonces, ¿está bien si le corto la garganta?
—¡¿Qué dices?! —gritó Feng Baoshi.
Exclamó justo a tiempo, Guang Jin ya había jalado del cabello del hombre y empezado a cortar con una navaja el pálido cuello, mas, con ese grito desgarrador, se vio obligado a detener su movimiento.
—Si él no es nada para ti, y además es un traidor que ha asesinado a muchos, no merece vivir.
—¡No le hagas daño! ¡Aleja esa mierda de su cuello!
El anciano Tian LiuYun quería hablar y detenerlos, solo que percibía algo raro, parecía que Feng Baoshi tenía algo más que contar, a su criterio, todo era demasiado sospechoso. Aunque nunca les había prestado atención a esos dos, había estado desde que se conocieron y, a decir verdad, Feng Baoshi siempre estuvo muy atento de Yi Hen, ¿era posible que tuvieran algo más que una relación de maestro y discípulo? ¿Por qué no dejaban que Guang Jin siguiera un poco más?
—Mmm... entonces te daré dos opciones —ofreció Guang Jin, después de una risa—. Aceptas que él y tú tienen ese tipo de relación y lo llevaré a al calabozo, prometo no asesinarlo. O lo niegas, quedas libre de cualquier crimen por apoyar a un traidor, pero él muere. Tú decides.
La cabeza de Yi Hen se movió aunque era sujetada con fuerza desde el cabello. Lo miró con rabia contenida, pues ya no podía soportar esto.
—El príncipe Guang Jin está siendo algo injusto —gruñó Yi Hen—. ¿Qué pasa si él acepta, pero es solo porque me aprecia como maestro? ¿Acaso usted no sabe que la relación de discípulo y maestro es así de estrecha a veces? ¿Cómo sabrá usted la verdad?
Guang Jin apretó más fuerte el pelo y lo jaló hacia atrás de nuevo.
—¿Crees que soy ciego o qué? Yo mismo los vi abrazarse y besarse como un par de casados.
—¿Y si yo digo que eso es una mentira?
Al sentir que su hijo era acorralado con las palabras de un "cualquiera", Tian Guang alzó la voz.
—¡Él es mi hijo, su palabra está mil veces por encima que la tuya, Jiang Xin! ¡¡Recuerda tu posición!!
Yi Hen soltó una sonrisa sarcástica.
—Je... o sea que a su majestad no le importa la verdad, sino que su hijo no quede como un mentiroso.
En la frente de Tian Guang comenzaron a aparecer venas, su color rojo evidentemente subió con descontrol.
—¡Atrevido! ¡Delincuente y sin familia!
Yi Hen era consciente de que Tian Guang le daría la razón a su querido hijo. Debido a su enfermedad en los pulmones, Guang Jin era débil de salud, su padre siempre había mostrado extrema preocupación por él, aunque lo dejaba liderar soldados y entrenar, siempre trataba de que su vida fuera sencilla. Era su único hijo después de todo.
Por parte de Tian Feng, no quería creer que su hijo estuviera con otro hombre, él tenía que continuar el linaje, no había otra escapatoria.
—Tú elegiste —musitó Guang Jin.
Feng Baoshi no sabía qué decir o qué hacer, miró a su padre y tíos buscando apoyo, ¿cómo podían permitir esto?
—¡Padre, por favor, dile que se detenga!
La navaja cortó, gracias a los cielos no fue mucho, solo lo suficiente para que sangrara en más cantidad.
—¡¡Tío!! —suplicó de una manera que jamás lo había hecho, sus lágrimas estaban siendo contenidas, pero no por mucho—. ¡¡Dile que se detenga, por favor!!
Tampoco hubo respuesta, no más que un desvío de mirada. Cuando la navaja se volvió a acercar al cuello de Yi Hen, no pudo evitarlo.
—¡¡Es verdad!! ¡¡Es verdad!! ¡¡Basta!! Por favor, no lo lastimes más... —lloró desesperado—. Ya déjalo... Por favor, te lo ruego, déjalo.
—Mmmm... No es suficiente con que digas "es verdad". Querido primito, ¿por qué no eres más claro? —rio mientras acercaba la navaja al sangriento cuello.
—¡Yo lo admito! ¡Lo dije, lo admito! Guang Jin, suéltalo... —Con un golpe sordo, cayó frente a Guang Jin y suplicó de rodillas por la vida de su maestro.
El rostro de Guang Jin no podía ser más perverso, su sonrisa parecía fuera de lo normal, era un rostro distorsionado por el placer de ver a su primo en esa posición.
Soltó el pelo de Yi Hen y su cabeza bajó sin fuerza, miraba hacia el suelo, como si se sintiera derrotado, su mente estaba en blanco,
Feng Baoshi soltó un sollozo y subió la cabeza.
—Yo estoy en una relación con Yi Hen, por favor perdónale la vida, lo prometiste.
—¡¿Ven?! —Guang Jin se echó a reír a carcajadas—. ¡¿Y me querían hacer ver como un mentiroso?! ¡Ahí tienen, ya pueden ver el final del linaje de mi tío Feng!
El padre de Feng Baoshi lanzó una copa de cristal sobre Yi Hen, derramando el líquido sobre él. Por el impacto, el objeto se rompió en varios pedazos, cortando al mismo tiempo parte de la mejilla del hombre frente a él.
—¡Descarado! ¡Sin vergüenza! ¡Seduciendo a mi hijo, maldito farsante! ¡Eres un maldito embustero!
La cara de Yi Hen estaba manchada de sangre al igual que su cuello, no le importaba el dolor, por lo que subió su mirada sin una pizca de miedo, sin que sus ojos perdieran ese brillo intimidante, más fuertes que los de una bestia furiosa.
—Están cometiendo una equivocación que lamentarán hasta el final de sus días.
Fin capítulo 33.
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Bueno...
A veces, pasa que aunque la verdad esté frente a los otros, ellos solo van a creer lo que quieren. En este caso, aunque todo fuera muy extraño y daba para investigar, el poder supera a la justicia. En lo único que mentía Yi Hen era en su relación, pero ya ven...
Bueno, tema aparte, el título tiene algo escondidito por ahí, y es que usé un modismo:
Título: Las mentiras del juicio son el toque final.
El modismo es: "El toque final" en chino: 画龙点睛.
Durante las dinastías del Norte y del Sur, hubo un pintor llamado en la dinastía Liang , y sus pinturas eran particularmente vívidas. Miembros de la familia real, nobles, empresarios adinerados se apresuraron a solicitar sus pinturas. Cuenta la leyenda que un año, el emperador Wu de la dinastía Liang le ordenó a Zhang Sengyao que pintara cuatro dragones dorados en la pared del templo de Anle en Jinling. En sólo tres días, dibujó cuatro dragones vívidos y majestuosos. Estos cuatro dragones son tan realistas y realistas que no se diferencian de los dragones reales. Por un momento, los espectadores quedaron asombrados. Sin embargo, cuando la gente miró más de cerca, descubrieron que ninguno de estos dragones tenía ojos. Defectos tan obvios desconcertaron a todos, y todos le pidieron a Zhang Sengyao que le agregara ojos al dragón. Zhang Sengyao dijo con una sonrisa: "No es difícil dibujar ojos para un dragón, pero una vez que se dibujan los ojos, los cuatro dragones se irán volando". Cuando todos escucharon esto, todos se rieron y pensaron que era muy ridículo. ¿Cómo pudo volar el dragón dibujado? Todos no lo creyeron y pensaron que Zhang Sengyao estaba bromeando. Zhang Sengyao no tuvo más remedio que aceptar pintar los ojos de dos de los dragones primero. Frente a todos, tomó su bolígrafo y pintó ligeramente los ojos en el cuadro. Justo después de terminar la pintura, sucedió algo increíble: el cielo de repente se volvió denso con nubes oscuras, seguido de un estallido de relámpagos y truenos. En la violenta tormenta, los dos dragones atravesaron la pared, volaron hacia el cielo y finalmente desaparecieron. hacia las nubes. Todos quedaron atónitos. Cuando las nubes se aclararon y el cielo se aclaró, todos vieron que solo quedaban dos dragones en la pared blanca como la nieve. Pero Zhang Sengyao simplemente se hizo a un lado, sonriendo y sin decir nada.
De aquí sale el modismo: "El toque final" 画龙点睛.
El mito de que el dragón atraviesa la pared y se va volando después de "el toque final" ciertamente no es creíble, pero la importancia del toque final en el arte es incuestionable. Haz cualquier cosa, no importa lo bien que lo hayas hecho antes, pero si no haces bien ese paso crítico, todo puede ser igual a cero. Por lo tanto, debemos centrarnos en los puntos clave de las cosas y darle el toque final, para que las cosas lleguen a ser perfectas. Si algo carece de los adornos más bellos, puede volverse opaco y perder su brillo.
En el caso del título, quise dar a entender que las mentiras de ambas partes, tanto de Yi Hen y de Giang Jin, dieron el "toque final" al juicio, del que ya prácticamente tenemos un veredicto.
Gracias a (información): baidu.com
¡Muchas gracias por leer! ¡Nos vemos en el que sigue! (ㆁᴗㆁ✿)💕💕
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