El entorno era desconocido y extraño, nunca había visto algo parecido a eso. Era frío en extremo, no había nada más que árboles secos sobre un suelo rojo, grandes rocas que ocultaban el horizonte y el cielo, decorado con pequeñas piedras que levitaban a lo lejos. Era como si estuviera en una cueva gigante que emanaba luz propia. Algo en el aire hacía que uno se sintiera completamente desolado, quizás el viento frío que sonaba al rozar con las piedras, o quizás la extraña luz rojiza que parecía artificial.

You YuMo caminó varios pasos buscando un camino, no había sido transportado mucho después que Wen ShanShui, por lo que no debería estar lejos, confiaba en que Yue ZhaoLin mantendría su palabra de llevarlo al mismo lugar, al menos quería mantener la esperanza. Por suerte no tardó en encontrar un sendero gastado, si había algo como eso, entonces muchas personas o animales pasaban regularmente por ahí.

Llamó a Wen ShanShui una, dos, y luego tres veces, pero nadie contestaba. No solo no podía sentir ningún tipo de energía, sino que tampoco había huellas o algo que indicara que el hombre hubiera estado en el lugar.

Apretó con su puño las arrugas de su ropa, justo en el corazón, como si quisiera calmarlo o detener el latido veloz que lo estaba enloqueciendo.

Siguió sin vacilar por ese sendero de tierra rojizo. Se sentía impotente por sus propios pensamientos negativos. ¿Por qué Wen ShanShui no respondía? ¿Por qué no había ni una señal?

Luego de un rato se adentró por entre unas cuantas rocas, dichas formaban un camino angosto que, luego de atravesarlo, dejaba ver otra vez el aparente camino gastado, aunque ahora, el camino dirigía a una pared. Si quería seguirlo, debía trepar.

—¿Quién atraviesa una ruta tan mala? —se quejó.

Pasó un largo rato para terminar de trepar y volver a ver el sospechoso camino frente a él, pero lo que sus ojos veían ahora era algo absurdo, había una puerta de pie. Esta puerta de madera estaba allí, sola y abierta, sin nada que la sostuviera, ni paredes ni techo. You YuMo se acercó y la analizó con detenimiento, no tenía nada extraño a simple vista. Por lo tanto, con la piel erizada hasta la cabeza, intentó ingresar un pie dentro.

Nunca se esperó algo como lo que vio, parecía ser que cuando ingresaba, desaparecía del lugar donde estaba, como si cambiara de dimensión. La sensación al atravesar la puerta era similar a tocar gelatina, un sentimiento extraño. Estaba desconfiado de lo que podría encontrar dentro, no obstante, era más importante encontrar a Wen ShanShui que cualquier cosa, ningún temor quemaría su determinación, al menos eso pensaba.

Ingresó una pierna por completo y al ver que nada malo sucedía, inhaló aire y la atravesó por completo.

Ni bien cruzó la puerta, su rostro fue empapado de un líquido rojizo, sus pupilas se encogieron al instante, esa sensación, ese tímido calor, era sin lugar a dudas sangre. Miró asustado hacia el frente, la escena que veía era absolutamente desagradable, había un hombre al que le faltaba un brazo, pero eso no era lo que lo hizo querer vomitar, sino lo que se estaba metiendo a la boca, eso era otra, ¿persona? ¿Qué era esa masa de carne y huesos? No lo sabía y no quería averiguarlo. El hombre parecía un animal desesperado, mordiendo y mordiendo la carne sin parar, salpicando sin piedad hacia todos lados. Aunque estaba a solo unos pasos de distancia, gracias a los cielos que era ignorado, rehuyó con su mirada y limpió su rostro, rodeándolo con precaución por si se percataba de su presencia.

«No mires... no me mires...» Suplicó en su interior.

Poco más adelante había varias personas tendidas en el suelo, un hombre de un tamaño enorme y sin expresión alguna daba latigazos sin parar, pero, quienes estaban recibiendo tales azotes, ya estaban inconscientes en el suelo.

Al ser ignorado una vez más, corrió tembloroso para alejarse de ese lugar, ¿qué pasaba si era visto? Esto era peor que una sala de torturas. ¿Cuánta gente habría allí? ¿Dónde estaba Wen ShanShui? La sola idea de que él estuviera entre estas personas lo agobiaba, quería llorar, quería abrazarlo tanto que podría gritar. Lo único que le daba esperanzas, era que no sentía ninguna energía humana allí, y menos la de Wen ShanShui.

Este lugar era, sin lugar a dudas, el cuarto nivel del inframundo.

Corrió lo más rápido que pudo y logró salir de allí, respiró profundamente, intentando quitar el olor a sangre que parecía haberse impregnado en su nariz.

Examinó la nueva zona con cuidado. Frente a varios pasos de él había lo que parecía ser un pequeño pueblo, desde donde estaba había dos caminos que dirigían hacia allí, y en cada uno había un letrero de madera gastado, uno decía "Entrada" y el otro "Salida", ¿Cómo era que ambos caminos llevaban al mismo sitio, pero decían cosas diferentes?

You YuMo no tenía planeado caminar por ninguno, ¿qué pasaba si se equivocaba? Solo se limitó a caminar entre ambos caminos, de esta manera se ahorraría los problemas, ¿no?

—¿Cómo se mantiene en pie una entrada así? La madera está arruinada.

Eso era así, la entrada era como un paifang de madera, lleno de hongos y completamente maltratado. Con miedo a que se le cayera en la cabeza ingresó en el extraño pueblo, esto era una escena diferente a la anterior. Aquí todo era tranquilo, pero al igual que antes, nadie lo miraba y nadie le hacía caso, había pequeñas tiendas de huesos y armas en casi todos lados.

You YuMo pensó «¿para qué querrían esto? ¿Qué utilidad le dan a estas cosas?». Eran huesos, cráneos y cabello atado como si fueran amuletos. ¿Qué harían con ellos tras comprarlos? ¿Pagarían con dinero real? ¿Y si era así, cómo lo conseguían?

Incluso en este lugar You YuMo no encontró pistas de Wen ShanShui, quizás él había sido transportado hacia otra parte, o quizás había seguido el camino equivocado. Sacudió su cabeza de lado a lado e intentó mantenerse firme.

Wen ShanShui debía estaba más lejos, más adelante. Grabó fuerte esa idea en su mente para convencerse.

Buscó en varias tiendas, incluso preguntó a sus vendedores, pero nadie sabía nada; por el contrario, le hacían preguntas sobre la vida afuera del inframundo, le preguntaban cómo había muerto, lo asustaban con frases como: "¿Vas a donar tus brazos?"O algunos ni siquiera le contestaban, como si fuera basura para patear.

Ya casi perdía la esperanza de que estos fantasmas supieran algo, pero justo en la salida del pueblo vio un último puesto. En él atendía una anciana, esta no vendía huesos, pelos, látigos o armas desagradables, sino que vendía una especie de polvos de colores, esto hizo que You YuMo sintiera un poco más de confianza y se acercó con cautela:

—Buenas, señora. ¿Qué es esto que vende?

La anciana estaba acomodando algunos recipientes con el polvillo de colores dentro. Primero colocaba con suma delicadeza el polvo, luego lo aplastaba con una pequeña prensa plateada hasta dejar todo en un nivel uniforme y liso, todos sus movimientos transmitían paz.

«¿Acaso no está preparando incienso?», reflexionó, rascándose la barbilla.

Esta anciana se percató de la presencia del chico y elevó su vista, sus ojos eran casi blancos, pero podía ver, sus labios estaban partidos por todas partes, pero no parecían molestarle. Sus uñas tenían sangre seca en los bordes, solo que no parecía notarlo. La anciana se acercó temblorosa, como si apenas pudiera mantenerse en pie.

—Bienvenido, jovencito, bienvenido. Ofrezco cenizas, no puedo asegurar a quienes les pertenecen, pero puede llevar la que quiera. ¿Usted es nuevo por aquí? No recuerdo haber visto su cara. Aunque... —reflexionó—. En los últimos meses, han llegado muchos nuevos, son enviados al jardín de la entrada y a otros jardines del inframundo, supongo que habrás pasado por uno para llegar hasta aquí. —Sonrió, cerrando muchísimo esos labios partidos.

You YuMo hizo un tic con su ojo, ¿eso era incienso de cenizas de huesos? Y esos "jardines", ¿había más de uno entonces?

—¿Todo en orden, mi niño?

You YuMo se vio obligado a salir de su trance y asintió velozmente.

—S-soy nuevo por aquí. Acabo de llegar.

—Entiendo... entiendo, últimamente entra mucha gente joven como tú, tienes suerte de que no te hayan atrapado para jugar. ¿Cómo está la situación afuera?

—Supongo que... no lo sé muy bien.

—Entiendo, entiendo... Ten cuidado, la gente aquí es muy cruel y puede engañarte.

—¿Hace cuánto está usted aquí? —dudó You YuMo.

La anciana se concentró por un momento y apretó sus labios, parecía costarle recordar.

—Tal vez tres años, no lo sé. Quizás trece, o quizás treinta.

«¡Qué mala memoria! ¿Quizás esté muy anciana como para recordar incluso algo así?».

—¿Puedo hacerle una pregunta? —preguntó, elevando las comisuras de sus labios.

—No sé si esta anciana pueda ayudarte, y si me preguntas cómo escapar, déjame decirte que no hay manera de salir.

—Antes de pensar en irme necesito encontrar a alguien. Él es un joven un poco mayor que yo, su cabello es negro, lo lleva suelto, pero siempre arreglado. Sus ojos son grises y viste ropas negras con dobladillos blancos. ¿Lo has visto? Es alguien muy apuesto, si lo ha visto, seguro lo recuerda.

—No, lo siento. —Negó con su mano y cabeza—. No he visto a nadie así; pero sí me he enterado de que hace unas horas llegó una persona al palacio del rey fantasma, dicen que se abrió un agujero en el aire y cayó del cielo. Dicen que actualmente está apresado allí, pero no digas nada, la gente le tiene miedo a la magia en este lugar.

—¿Quién se lo dijo? ¿Do-dónde está el palacio? —se abalanzó You YuMo, casi perdiendo el equilibrio.

—Aah... yo tengo conocidos que saben mucho, las noticias vuelan en este lugar.

—Entiendo, entonces, ¿puede decirme dónde está ese lugar? Realmente necesito verificar que no sea la persona que estoy buscando.

La anciana levantó su mano arrugada y pálida para señalar hacia una colina repleta de árboles, era un bosque.

—Necesitas cruzar ese lugar, luego debes encontrar una cueva. Ella te llevará un piso más abajo, pero ten cuidado, casi no hay luz allí, y muchos se aprovechan de eso para atacar y robarte los huesos. Ese es el único camino que dirige al palacio.

You YuMo se inclinó con una leve reverencia.

—¡Muchas gracias! Me ha ayudado mucho.

Sin gastar más tiempo, el joven corrió hacia el bosque, un lugar que le pareció increíble. ¿Cómo podía una planta siquiera crecer allí? You YuMo no sabía si maravillarse o si sentir lástima por ellas.

Luego de pasar por una zona desierta, llegó al bosque, contempló el lugar y disminuyó la velocidad casi con la boca abierta por el asombro. Todo lo que lograba divisar era color rojo, el césped, los árboles y las hojas, todo era de un color rojo intenso, los árboles eran mucho más grandes de cerca, por lo que su visión era obstruida considerablemente.

«Un nuevo preso», You YuMo sentía que su corazón iba a estallar. Si de verdad se trataba de Wen ShanShui, ¿entonces él no estaba en condiciones de defenderse? ¿Cómo podría Wen ShanShui estar preso? No tenía esa respuesta y esto lo estaba volviendo loco, además, como si le añadiera sal a la herida, su mente no lo ayudaba tampoco, imaginándose los peores escenarios posibles.

De una cosa podía estar seguro, ellos dos habían sido de los últimos en ser enviados por un portal; si lo que la anciana decía era verdad, y una persona había caído desde un agujero hace poco tiempo; entonces esa persona, ese prisionero, era muy posible que fuera Wen ShanShui, tenía que verificarlo sí o sí.

Recorriendo el bosque, You YuMo analizó mejor cada espacio, pero ni una sola cueva se veía. Tenía que haber un truco o algo en las palabras de la anciana, por lo que decidió regresar por donde había caminado, solo así se percató de que por más que caminara, no lograba llegar a la entrada, no sabía si era una alucinación, o quizás era alguna trampa. Su cuerpo se sintió sumido en una profunda angustia, sentía que perdía las ganas de seguir, de caminar, hasta de respirar. ¿Valía la pena continuar?

You YuMo no conocía lo que estaba sucediendo con él.

Estos árboles eran conocidos como "Los árboles del suicidio". Estas extrañas plantas enormes se alimentaban de la sangre que se drenaba en el suelo, tomando así su color; pero lo que provocaba que las personas las llamaran así, no era el tinte de color sangre, sino que se refería a la fragancia que despedían.

Eran algo así como árboles que cazaban con su aroma, esta fragancia provocaba una extrema tristeza y desolación, sus "presas" se infligirían daño allí mismo, y como les invadiría un extremo deseo de morir, entonces el corte no sería nada superficial. Además, a pesar de su tamaño gigante, no necesitaban grandes cantidades para sobrevivir, un solo cuerpo tenía suficiente sangre como para seguir con vida por meses.

Los fantasmas que requerían de cruzar ese bosque para buscar mercancías o simplemente para conseguir alimento debían sí o sí cruzar por ahí. Si bien todos en el reino fantasma eran, precisamente, fantasmas, este cuarto reino tenía varias particularidades, y una de ellas era que las almas obtenían cuerpos de carne y hueso como cuando estaban vivos. Estaban condenadas a ser castigadas de por vida, por esto mismo volvían a sentir dolor y sentir hambre, podría decirse que eran la raza de fantasma más similar a los mortales.

Por ende, algunos fantasmas tomarían el riesgo de ingresar en los bosques como este para buscar alimento, ya que, por más que se apuñalaran cientos de veces, no morirían.

You YuMo se agachó en cuclillas, su olfato era al menos diez veces superior que cualquier humano promedio. El dolor en su corazón comenzó a ser más y más fuerte, sus lágrimas comenzaron a caer, recordó su pasado en He Ping, su vida de discípulo, a sus amigos, y el pensamiento de que jamás volvería a ver a la persona que más amaba lo consumió. Los recuerdos parecían ser agujas que perforaban su alma y corazón.

El cabello dorado danzó junto con el viento, barrió su mirada hacia arriba y se puso de pie, como si buscara ayuda de los cielos. Caminó algunos pasos e intentó buscar un camino para salir. Iba balanceándose, un paso pesado tras otro, las lágrimas seguían fluyendo, quería desaparecer, ya nada era importante. Si no podía regresar, si no tenía un hogar ni a su persona más amada junto a él, ¿algo valdría la pena en esta vida?

You YuMo miró la espada en su cintura, al verla se sintió desbordado de emociones, ¿cuántas veces habría luchado con ella? Recordó el momento en que Wen ShanShui se la entregó, esos días cuando todavía todo era tranquilo, esos días a los que quería regresar, abrazar a esa persona fuertemente, tomar su mano y ver su sonrisa. Entre lágrimas You YuMo siguió contemplando esa espada, era tan preciosa, tanto que sintió que quería verla más de cerca, era tan fácil como sacarla de su funda, y eso hizo.

Su rostro era reflejado en el filo de la hoja, prestó más atención y recordó que ahora llevaba ese filo de color rojo. Más y más sentimientos llegaron a él, se llevó el filo a su garganta sin detenerse a pensar ni un momento, pero cuando estuvo a punto de cortar, una mano pálida como la de un fantasma lo detuvo.

Su energía estaba al límite, a punto del colapso, You YuMo no podía ver correctamente por la cantidad de lágrimas en sus ojos, sin embargo, esa figura era demasiado conocida.

—¿Wu ShuangJue...?

Fin capítulo 14.

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Chan chan chaaaannn

No digo nada y mejor les dejaré unas referencias por aquí jsjsjsj:

Estos son los Paifang (la entrada del pueblo del inframundo) En realidad, casi todos los pueblos de Tiān, etc, tienen este tipo de entradas:

Paifang, también llamado pailou, es un estilo de puerta de la arquitectura tradicional china, parecido a un arco.
La palabra paifang era originalmente un término colectivo para las dos divisiones administrativas superiores de las antiguas ciudades chinas.

PD: Me encanta el diseño que tienen.💖

Y por otro lado...

¿Conocían a los Jubokko? Yo los conocí investigando sobre árboles que se alimenten de humanos o.o

De acuerdo al folclor Japonés, el jubokko es un yōkai con forma de árbol. Aparece en lugares que fueron campos de batallas que dejaron una cantidad de muertos particularmente alta. Su apariencia no difiere mucho de un árbol ordinario, pero se convierte en un árbol yōkai tras haber absorbido grandes cantidades de sangre humana de los muertos en batalla, por lo que posteriormente el jubokko sobrevive alimentándose de esta. También de acuerdo al folclor, si una persona pasa cerca de un jubokko, este le atraparía y sus ramas cambiarían de forma para simular tubos, por medio de los cuales absorbería la sangre de la víctima. Un jubokko que se haya alimentado de una persona en esta forma conservaría una apariencia fresca. Otros detalles míticos incluyen que cuando un jubokko es cortado, gotearía sangre, y que una rama de judokko puede ayudar a curar o descontaminar a una persona.

(info de internet)

Ejemplos del inframundo (siempre aproximado, nunca tal cual askjjkas xD) y de los árboles:

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