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Capítulo 43 - Primero sanar el corazón.

Ese pabellón estaba destruido, sin embargo, era el único lugar que mantenía un techo más o menos estable.

Yue Hua y Yue Jin estaban intentando quitar el veneno del cuerpo de su hermano, este filo sería llamado "de la esperanza" para los humanos, pero para los demonios era un veneno que no solo los mataba, sino que los hacía pasar por una terrible agonía, peor que una tortura física. El efecto duraba un breve momento antes de matar al afectado, era seguro que hacía no querer haber nacido, haciendo sentir ese tiempo como una horrorosa eternidad.

Ambos sabían lo que provocaba, maldijeron y rogaron mil veces hacia el cielo, pero, ¿los dioses los escucharían rezar? Ellos se habían criado ya una vez como humanos, ¿rezar sería útil?

No importaba mucho si lo era o no, ambos lo hicieron, quizás por costumbre, o quizás por fe, después de todo, en sus vidas "humanas", siempre solían hacerlo en los momentos difíciles.

Wu ShuangJue y Ming Shan se acercaron, ambos tenían múltiples heridas en sus cuerpos, y aunque sus artefactos de barro estuvieran con poca carga de energía ahora mismo, contribuyeron a ayudar para quitar el veneno.

Si bien ellos naturalmente ya no podían entregar energía espiritual, gracias a los artefactos sí que podían.

No transcurrió mucho tiempo para que por detrás aparecieran Wen ShanShui y You YuMo. Ambos habían sido guiados por Yi Hen y Feng Baoshi luego de analizar y verificar que todo estuviera, dentro de todo, en orden con los heridos.

Por suerte, algunos médicos que aún estaban en condiciones se encargarían por un rato de las personas en estado más grave. Esto había sorprendido un poco a Yi Hen, y es que los discípulos y maestros que habían sobrevivido estaban ayudando muy eficientemente, incluso a los soldados, a quienes habían insultado hasta el cansancio solo unos días antes.

Lamentablemente, muchos escudos fallaron en su momento, por lo que había multitudes de personas calcinadas, quien sabe cuantas de esas cenizas que revoloteaban por sus costados eran humanas.

Aunque se lamentaran ahora, era inevitable, no se podían crear escudos más potentes o de mejor tamaño en las condiciones anteriores.

Ahora, Yue ZhaoLin era tratado en estas ruinas de una habitación, reinaba la preocupación allí dentro, You YuMo, Wen ShanShui, Yi Hen, Feng Baoshi y todos enviaban sus energías para destruir el veneno, debían quemarlo en su interior, frenar la propagación que se negaba a partir. No importaba que Yue ZhaoLin hubiera destruido la paz junto al fantasma y el rey demonio, la guerra había sido ganada, ¿por qué no salvar esta vida? No era cualquiera, era el hermano de dos de sus mejores aliados, ¿cómo podían dejarlo morir y no ayudar?

Al ver semejante acción por parte de todos, obviamente los corazones de Yue Jin y Yue Hua se apretaron, el más joven, de hecho, incluso comenzó a llorar.

—Gracias... Gracias... De verdad... —sollozó—. Él pagará por sus acciones, pero para eso necesita estar vivo...

Yue Jin, quien estaba a su lado, lo observó.

—Ahora estará bien, ¿no crees? Tantas personas nos están ayudando, sería difícil no conseguir que mejore, así que no llores.

Yue Hua se estaba mordiendo el labio inferior para no llorar, asintió con la cabeza, incapaz de formular una frase sencilla.

Si los humanos no estuvieran ayudando a quitar este veneno, de seguro la energía demoníaca de Yue Jin y Yue Hua no serían suficientes, esto no era porque ambos fueran débiles, sino que este veneno había sido creado específicamente para matar demonios, por supuesto que estaría preparado para recibir este tipo de curaciones demoníacas. Pero si se trataba de poder humano, se convertía en una historia completamente diferente; el veneno se iría retirando poco a poco con más facilidad.

Gracias a esto, en medio shichen y poco más, Yue ZhaoLin se estabilizó, y el veneno fue consumido.

—Lo llevaré a casa, por favor no hablen de él con los otros. —Yue Jin tomó el frágil cuerpo de su hermano en sus brazos—. Quien sea que pregunte, él no existe, me encargaré de que no tome represalias. También me encargaré de su castigo, él entenderá, lo conozco muy bien... Solo confíen en mí.

Todos estuvieron de acuerdo con esto, Yue Jin se encargaría de él y además no permitiría que regresara con malas intenciones.

—Ya que Yue Xi... —frenó Yue Jin antes de terminar—. Puesto que el primer rey se ha autodestruido, no tendrá resentimientos contra ninguno en específico.

—Está bien, Yue Jin, no es necesario que asegures más —respondió Yi Hen con convicción.

Yue Hua se sobresaltó.

—¡Déjame ir a cuidarlo! ¡Tú mejor quédate para curar a los humanos!

Yue Jin reflexionó, Yue ZhaoLin no necesitaría más que descanso de ahora en adelante, por lo que dejarlo con Yue Hua no era algo malo o imprudente, incluso, probablemente despertara dentro de algunos días.

—Acompáñalo —ordenó hacia Wu ShuangJue.

—Claro que lo haré —chasqueó la lengua tras decir esto—. Incluso si no me lo pedías, iba a hacerlo.

Yue Hua elevó las comisuras de sus labios.

—Gracias... Wu ShuangJue.

Ya que el castaño era más alto y fuerte que Yue Hua, fue él el encargado de cargar en su espalda al demonio, no obstante, Yue Hua rápidamente abrió un portal, ayudando a sujetar con fuerza al herido.

Antes de partir, Yue Hua cerró los ojos con fuerza, realizando posteriormente una profunda reverencia hacia todos.

—Nos veremos pronto, por favor no tengan rencores contra él, sé que es imposible que lo perdonen, sé que se ha equivocado. Solo entiendan que él también ha perdido cosas injustamente. De verdad, yo me encargaré de golpearlo como se debe, no deben preocuparse por eso.

You YuMo y compañía sonrieron con algo de pena por esto, y luego de contestar al saludo, solo vieron cómo el joven desaparecía por el portal junto a Wu ShuangJue.

Estuvieron un largo rato curando heridas y quemaduras de varias personas luego de todo ese largo trabajo.

Yi Hen, Yue Jin, Wen ShanShui y You YuMo eran los que más aportaban ayuda en este aspecto, al menos para los más heridos que necesitaban curas más específicas o fuertes, ellos eran sin dudas los más capaces.

Pasaron largos shichen exhaustivos, y luego de haber tratado a la gran mayoría, los que estaban en mejores condiciones se dispusieron a buscar supervivientes, Yun Reqing era una de las que lideraba los grupos de búsqueda, aunque también había sufrido de graves quemaduras en su rostro, no planeaba dejar de moverse, no parecía querer demostrar debilidad.

Antes de salir en esas búsquedas, había sido fuertemente reprendida por su padre, en realidad, la joven tuvo que haber huido junto a su grupo de chicas, pero terca como era, se había quedado para luchar. A pesar del regaño que recibió por parte de su padre, e incluso con una herida dolorosa, ella no se arrepentía.

You YuMo, por otro lado, estaba sentado en una roca alejada del resto de las personas, miraba atento hacia el horizonte, pensando, o quizás reflexionando alguna cosa del pasado, soltaba breves suspiros, como si no supiera qué hacer.

No my lejos de él apareció Wen ShanShui, quien lo había estado buscando. Calculaba que estaría por esta zona, pues You YuMo siempre encontraba los lugares más ocultos y difíciles de hallar cuando quería pensar a solas, era realmente bueno en eso, pero Wen ShanShui también era bueno encontrándolo, se complementaban a la perfección.

Cuando el hombre de cabello negro se acercó por su espalda, You YuMo supo de inmediato que era su esposo, aun mirando hacia el horizonte, expuso en voz baja:

—Tú... ¿Lo odias?

La brisa hizo hondear ambos cabellos mientras un silencio consumía ese breve momento.

Wen ShanShui se acercó y se sentó junto al joven.

—¿Tú qué crees? ¿Tú lo odias?

You YuMo mostró un puchero.

—ShanShui.... —formó un puchero—. No me respondas con otra pregunta, te estoy preguntando yo primero, entonces contesta, luego cuestionas.

Esa reacción era tan bonita que Wen ShanShui sintió que su corazón se calentaba, soltó una suave risa, quizás sonaba un poco traviesa:

—Lo siento. —Hizo una breve pausa y miró también hacia el horizonte—. No lo odio.

—Él fue quien te envió allí, fue uno de los que utilizó a Tian Huo para que atacara la academia, también asesinó a tantos, yo...

—¿Te arrepientes de haberlo salvado?

—No lo hago.

—¿Lo odias?

—No lo odio. Por alguna razón, me parece extraño no odiarlo.

—¿Entonces?

You YuMo tenía sentimientos contradictorios dentro, Yue ZhaoLin había generado un caos enorme, y aunque tenía sus razones, nada justificaba la crueldad, las muertes; ninguna de sus acciones eran las correctas, era un ser que debía pagar con un castigo acorde a sus acciones, pero él no era quien iba a imponerlo, y tampoco los humanos, probablemente, sería Yue Jin y Yue Hua. ¿Por qué no lo odiaba? Él era quien había enviado a Wen ShanShui hacia el inframundo, por su culpa había sufrido tanto.

—Creo que si tú no estuvieras aquí, si tú hubieras perdido la memoria o hubieras muerto, no podría perdonarlo, no querría verlo en otro lugar más que bajo tierra, pero estás aquí, entonces puedo perdonarlo, sin embargo, ¿qué hay de las personas que sí han perdido a sus seres queridos? ¿Serán capaces de perdonarlos?

Él tenía razón, el sentimiento de odio no era tan profundo debido a que la persona que amaba aún estaba junto a él, pero, ¿qué pasaba con el resto? Nadie perdonaría al hombre que destrozó sus vidas.

—No se trata de perdonar, sino de aprender a vivir con lo ocurrido, dejando atrás el rencor. YuMo, aunque el perdón puede no ser alcanzable para todos, el odio no debería dominar la vida de quienes han sufrido. Dejar atrás esos sentimientos es un camino hacia la sanación personal, aunque las cicatrices de la pérdida permanezcan.

—¿Tú lo dejarías? Si él me hubiera quitado la vida, ¿olvidarías el odio?

—No lo haría.

You YuMo no pudo evitar reírse un poco de esa respuesta.

—¿No te acabas de contradecir justo ahora?

La hermosa sonrisa, junto a esos ojos verdes brillantes con la luz de la luna, provocaron que Wen ShanShui quisiera besar tiernamente sus labios, realmente estaba siendo algo hipócrita ahora mismo.

—Aunque puedo decir lo que me parece correcto, no significa que lo aplique todo el tiempo. ¿Sabes cuál es la diferencia entre su odio y el mío?

—¿Cuál es?

—Si él te hubiera hecho daño a ti, entonces mi problema sería con él, no con toda su raza, ¿ves la diferencia?

Claro que lo hacía, en el caso hipotético de que Wen ShanShui tomara venganza por haber perdido a su ser más amado, solo tomaría represalias con el asesino, no con toda la raza a la que este pertenecía, ni con personas que no tenían nada que ver con el conflicto, ¿cómo podía meter en el mismo saco a todos?

—De alguna manera... me hace feliz saberlo —respondió You YuMo, devolviendo el beso con un toque suave en las comisuras de sus labios—. Mi respuesta sería la misma, no podría dejarlo pasar.

Quizás el tiempo haría olvidar el resentimiento de muchos, pero era muy probable que algunos no lo hicieran. Quizás algunos fantasmas nacerían de esta masacre, sin dudas habría mucho trabajo por delante, ya fuera con deidades creadas para la destrucción o fantasmas resentidos; quién sabe cuántas cosas más vendrían con los años.

Yue ZhaoLin iba a tener que vivir con el remordimiento y el peso de esas vidas por el resto de sus días, con el odio y el resentimiento de muchos sobre su persona.

—Solo no guardes rencor en tu corazón y aprende a perdonar; las cosas son como son, y debemos vivir con eso —culminó Wen ShanShui.

You YuMo elevó las comisuras de sus labios y continuó mirando el horizonte, en silencio, con sus dedos ahora entrelazados, no necesitaban nada más que eso, paz, estar juntos, sin nadie que los molestara, con eso ya sentían que tenían lo suficiente para vivir.

Por otra parte bastante alejada, Yi Hen estaba tratando una herida que Feng Baoshi había ocultado. Ahora no estaban en el pabellón anterior, sino que en carpas individuales improvisadas con tela que habían sacado de alguna parte.

—¡¿Y por qué no me dijiste?! —exclamó en susurros el hombre de cabello plateado, mientras escurría el agua de un paño.

—¡AH...! ¡Sé gentil, por favor! ¡¡AH!! ¡Qué cruel que eres!

El dolor era porque la tela tenía la medicina verdosa de Yi Hen, y cada vez que la aplicaba sobre la herida, producía ese terrible dolor.

—¡Ya habías bajado mil puntos! ¡Pues ahora bajaste diez mil más! Si quieres recuperarlos, ¡deberás trabajar toda tu vida! —volvió a exclamar en susurros.

—N-No seas así... No me hables así... —sollozó—. Yi Hen... No me grites...

Aunque Feng Baoshi tenía una carita de cachorrito abandonado, Yi Hen realmente no quería ni mirarlo, el joven había escondido la herida de su cintura, en realidad él ya sabía que estaba allí, era, de hecho, la herida que le había proporcionado Guang Jin antes, pero nunca había mencionado que se había vuelto a abrir.

—¡¿Sabes lo peligroso que es cuando una herida se vuelve a abrir?!

—Yi Hen... ya no me grites... —expresó sollozando, ya incluso podían verse lágrimas en sus ojos.

Con esa expresión, el hombre no pudo soportarlo, intentó calmar su corazón y suspiró.

—Maldita sea... Baoshi, ¿por qué no me dijiste? ¿Tan mala es mi medicina? De verdad es que... ¿De verdad no quieres que sea yo quien te cure?

Con estas pocas palabras el corazón de Feng Baoshi parecía haber sido apuñalado con tres mil flechas, ¿cómo se había vuelto de esta manera?

—N-no, tu medicina es la mejor, solo es que duele mucho, pero quiero que tú me cures, siempre. Estás equivocándote si piensas en lo contrario —exhaló aire, conteniendo otra oleada de dolor—. L-La situación era crítica, y no me dolía mucho; por eso no dije nada.

—Quedaste inconsciente justo frente a mí hace solo un momento, ¿cómo que no dolía? ¿Cómo puedes no darte cuenta?

—Te lo digo en serio, antes no dolía, sabía que estaba allí, pero no dolía...

—No escondas ese tipo de cosas, en serio me asusté en ese momento... yo... —Yi Hen comenzó a limpiar con más velocidad—. ¡Niño tonto!

—¡AH! ¡Nunca más lo haré, lo prometo!

—¡Aunque grites, debo colocar la medicina incluso por dentro, aguanta!

Feng Baoshi apretó sus labios.

—Lo sé... lo siento... No volverá a pasar.

—Está bien siempre y cuando te recuperes, está terrible, está infestado. Maldita sea...

Mientras el mayor seguía escurriendo el trapo, tres personas ingresaron en esa "habitación".

Yi Hen no llevaba su usual sonrisa simpática, sino que parecía estar a punto de cortar cabezas.

Tian LiuYun vio esto y hasta se sorprendió, pero Tian Feng, quien venía por detrás de su hermano, se acercó sin que nada le llamara la atención.

—¿Cómo estás, Feng Baoshi?

El príncipe dejó de quejarse de inmediato y bajó su mirada, nunca se había percatado de que había nuevas personas allí, aunque Yi Hen sí lo había hecho. La verdad era que estaba en algo más importante como para prestarles atención, no le importaba si eran dioses o reyes, primero curaría esa horrible infección.

Feng Baoshi contestó, notando que Tian Guang también estaba allí.

—Bien, Yi Hen me ha tratado todas las heridas.

—Parece doloroso —observó el padre.

—No es tanto, solo un poco—disimuló el joven.

—¿Y la herida de tu cara? —Tian Feng ya había visto que la mitad del rostro del joven estaba herido, no era nada grave, pero Yi Hen temía que quedara una cicatriz, y como podía evitarse, había tomado todas las precauciones necesarias, cubriendo excesivamente la cara del muchacho.

—Está bien, ya todo está bien, me recuperaré pronto de todas las heridas.

Yi Hen no dirigía palabra alguna, simplemente estaba allí, arrodillado y curando a Feng Baoshi con cara enfurruñada, Tian Feng, quien no lo quería para nada, lo llamó.

—Tú, tú... —reflexionó, observando a Yi Hen—. Como seas, ¿puedo hablar contigo?

—Si su alteza se refiere a mí, tengo un nombre —respondió de inmediato—. Preferiría que me llamara por el nombre que mis desconocidos padres me dieron, o por el nombre que mi maestro eligió. El que prefiera, me es indiferente. Sin embargo, debo advertirle que ahora mismo estoy curando una herida que ha empeorado por culpa de un chico imprudente, y no estoy de humor para conversar. Espero que sepa disculpar y pueda esperar.

Los tres reyes quedaron boquiabiertos con esta respuesta, Yi Hen siempre era amable y cortés, aunque esta actitud era entendible de cierta manera, les sorprendió a todos. Bueno, no solo estaba cansado, sino que tenía la responsabilidad de vigilar que todo estuviera bien, y todavía estaba este jovencito terco que no cuidaba de sí mismo. Sin contar que, hace no mucho, casi le cortan la cabeza, tachándolo de traidor.

—Yi Hen —Tian Feng formuló otra frase—. Solo queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento, incluso después de todo lo que sucedió, nos has salvado. Yo... —frenó nuevamente en sus palabras, como si se fuera a arrepentir de lo que diría a continuación—. Ya no tendré nada que ver contigo, puedes hacer lo que te plazca. Espero que sepas disculpar mis errores del pasado.

Todo ese tiempo en el que el hombre había hablado, la expresión de Yi Hen no cambió, pero sus movimientos se hicieron más lentos.

—Acepto las disculpas, no hay rencores, mi futuro depende solo de mí, no de lo que me den permiso. Por lo tanto, tengo pensado seguir acompañando a Feng Baoshi en el camino del cultivo y la vida, espero sepa entenderlo.

—¡Sobre...! Sobre otros temas... —Miró a su hijo—. Feng Baoshi, luego de esto, quiero hablar contigo a solas.

Feng Baoshi hizo un breve silencio antes de contestar, como si tuviera que pensar en lo que iba a decir.

—Padre, su hijo entiende el mensaje, luego podemos hablar mejor. Esta vez te lo explicaré todo.

Tian Feng asintió y se retiró junto a sus dos hermanos, dejando a ambos hombres solos otra vez.

—No puedo creerlo. Seguro esa charla será sobre nosotros dos, Yi Hen... Todo depende... Definitivamente, no voy a perderte, ¿escuchaste? Voy a convencerlo a como dé lugar —murmuró, cubriéndose la cara con ambas manos, muerto de vergüenza.

Como si todo su ser se hubiera entibiado, Yi Hen se puso a la altura de Feng Baoshi, quitó esas manos que cubrían su rostro y besó sus labios.

—Aunque él no lo acepte, yo te llevaría conmigo a donde sea, siempre voy a cuidarte, ¿vendrías conmigo?

—Y-yo iría contigo... Escaparía a donde sea... Yi Hen... De verdad lo haría.

Después de regalarle una sonrisa sincera, Yi Hen volvió a bajar para seguir tratando la herida.

—Baoshi.

—¿Dime?

—Yo te amo.

Esas palabras habían salido dichas una sola vez en sus vidas, siempre era "te quiero", "me gustas", pero aparte de la confesión que había definido el comienzo de su relación, él jamás repitió esas palabras.

Los ojos de Feng Baoshi se cargaron de lágrimas, si no habían salido por culpa de la medicina, entonces ahora lo hacían por la felicidad.

—Yo... también lo hago... También te amo.

—¿Entonces por qué lloras? —Se burló.

—Yo no lloro... solo soy feliz, déjame ser feliz... Nunca lo dices así... Nunca eres tan sincero... Solo te burlas y dices cosas raras. Exceptuando situaciones puntuales, no me dices lo que sientes. Déjame llorar.

El mayor soltó una carcajada en voz baja, parecía estar conteniéndose a abrazarlo.

—Está bien —besó una mano del joven—. Solo siento muchas ganas de decírtelo ahora, perdona mi atrevimiento, perdona que no lo diga seguido, realmente es lo que siento por ti todos los días.

—Está bien... No debes disculparte, me gustas tal como eres, Yi Hen, para mí, eres perfecto tal y como eres.

Fin capítulo 43.


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Holiis, ¿cómo están? :3

Espero estén disfrutando del final de estas obras, siento que EDF es más oscura que EDC xD pero bueno, en este libro los personajes siento que crecen bastante en lo personal, luego de ciertas vivencias, aprenden y comprenden muchas cosas que quizás antes nunca hubieran imaginado >:3

¡Nos vemos pronto!

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