Capítulo 12 - Un pequeño regalo.
Dentro de la vieja casa, de manera un tanto perezosa, Wen ShanShui abrió los ojos primero. Sintió el calor de las sábanas y un cuerpo aferrado a él, pero fue apenas cuando miró hacia abajo que recordó lo que había sucedido la noche anterior.
El largo y dorado cabello de un discípulo desprendía ese aroma dulce y fresco, era agradable como el de las flores mojadas con el rocío. El joven estaba por completo acurrucado en su pecho, como si ese fuera el lugar más seguro y cómodo del mundo. Yacía recostado sobre su brazo, respirando de forma casi imperceptible; parecía un sueño indestructible.
Con los ojos casi cerrados y sin pensar demasiado, besó la parte superior de la cabeza del muchacho. Lo hizo dos veces, el primer beso fue prolongado y tierno, mientras que el segundo fue más corto y delicado. Al percatarse de lo que había hecho, se incorporó de golpe, preocupado de lo que podría suceder en consecuencia.
Por fortuna, You YuMo era muy difícil de despertar, un par de simples besos no lo inmutaría en lo más mínimo. No obstante, aunque no despertó, lo apretujó con fuerza, gruñendo entre dientes; imitó lo que les hacía a sus pobres almohadas.
—No te vayas —balbuceó You YuMo.
El corazón de Wen ShanShui brincó un par de veces, ¿qué se supone que debía hacer ahora? Preocupado por no ser liberado, tiró en dirección contraria.
—You YuMo, necesito salir de la cama. Por favor, suelta mi cintura y espalda.
Al sentir cómo su cuerpo estaba apretujado por los brazos del joven dormido, recordó lo que solía suceder. «You YuMo aprieta con extrema fuerza su almohada cuando intento despertarlo».
Casi sin aire, se mantuvo sentado en la cama, no tenía oportunidad alguna de salir victorioso o intacto. Al final, decidió dejarlo un tiempo más y se volvió a acostar junto a él. No pasaría nada malo debido a que era día de descanso, por lo tanto, podía darse el lujo de dormir hasta tarde.
Pasado un corto rato, o quizás medio shichen, Wen ShanShui volvió a dormir, mas, al sentir que You YuMo se movía, no tardó en despertarse.
You YuMo se incorporó con lentitud y talló sus ojos. Se veía somnoliento, muy despeinado, lo que, por alguna razón, era agradable para el hombre a su lado. Miró a Wen ShanShui sentado allí, lo observaba con una calidez indescriptible, una calidez que jamás vio en nadie más. Se dio cuenta de que esa era la persona en la que más confiaba, la persona con la que podría contar siempre. Sintió una profunda felicidad al verlo, así que sonrió y, con tranquilidad, expresó:
—Buenos días, Wen ShanShui, ¿pudiste descansar?
Wen ShanShui le devolvió el gesto, ¿cómo no hacerlo? Era tan tierno para sus ojos que, aun si quiso evitarlo, las comisuras de sus labios se elevaron.
—Buen día, he descansado bien. ¿Qué me dices de ti? ¿Pudiste dormir bien? ¿Te sientes mejor?
—Estoy bien, ya me siento mil veces mejor. Wen ShanShui, gracias por todo —contestó, sentándose junto a él—. No sentí nada de frío en toda la noche, eres cómodo. —Siguió tallando sus ojos al hablar.
El maestro acomodó sus propias ropas e hizo a un costado el cabello ajeno, cepillando un poco el desorden causado por los tirones de antes.
—You YuMo, hoy es día libre. ¿Tienes planes?
—No... ¿Por qué? —Giró su cabeza con duda y bostezó.
—Voy a ir a la capital. Tú nunca la visitaste desde dentro, ¿cierto? Es decir, sin escaparte o esconderte.
Esas palabras eran algo que You YuMo no se esperaba. ¿Wen ShanShui lo sabía? ¿Por qué nunca lo regañó? Su expresión había quedado congelada al igual que su cuerpo.
—Tú... Wen ShanShui, ¿lo sabías? Yo...
—Yo me entero de muchas cosas, pero no te preocupes. Ir al pueblo no es nada grave, no tendrás un castigo por algo así. De todos modos, es mejor que me des aviso, si pasara algo, al menos sabría dónde encontrarte, ¿de acuerdo?
—Sí... Lo siento, no volverá a suceder.
—Ya olvida eso. En estos días, el pueblo estará más animado, no creo que lo hayas visto así. No es con exactitud un festival, pero muchos mercaderes forasteros vienen. Habrá cosas interesantes, quizás encontremos medicinas o algo así, ¿qué dices?
Los ojos verdes de You YuMo se iluminaron, enseguida negó con la cabeza.
—Nunca lo vi así de cerca, y menos en una ocasión especial, tan solo me escabullí un par de veces. En realidad no he visto mucho.
—Está bien, te creo. —Acarició el dorado cabello frente a él—. Entonces, ¿qué hacemos?
La expresión de You YuMo brilló con todavía más emoción: era como salir de vacaciones junto a la persona que más admiraba. ¡Era lo mejor! Sin miedo a nada, se lanzó sobre su maestro.
—¡Claro que quiero ir! ¡Wen ShanShui, gracias!
—Bien, bien. Vamos a comer algo y salimos.
You YuMo saltó de la cama sin esperar alguna otra palabra. Su corazón latía con fuerza, ya quería ir. Olvidar por completo el miedo para pasar el día con Wen ShanShui, ¿qué podía ser mejor? Más rápido que una flecha, se dirigió al baño y, antes de entrar, gritó:
—¡Date prisa, Wen ShanShui!
—Parece que ya está un poco mejor. —Sonrió.
Después de un buen desayuno, Wen ShanShui y You YuMo salieron en dirección a la Capital del Palacio. El mayor había pensado en conseguir algunas hierbas medicinales, un poco de material para crear sellos mágicos y papel especial; esas cosas eran fáciles de conseguir en esas ocasiones, y de buena calidad.
La mañana en la montaña siempre era pacífica, ambos amaban eso del lugar donde vivían, pues el sonido de la naturaleza les calmaba el corazón, como si fuera la canción de una madre. You YuMo iba más que emocionado caminando a su lado.
—Wen ShanShui —habló con emoción.
—¿Qué sucede?
—¿Me enseñas a crear sellos y talismanes más avanzados? ¿Qué tal crear artefactos? Creo que mi nivel ya es suficiente.
—¿Yo?
—¿Quién más?
—Eh... Bueno, si lo que buscas es perfeccionarte en el área, no soy el mejor cultivador para enseñarte. Yi Hen puede enseñarte mejor, incluso Yue Jin podría ayudarte con eso, él ha inventado algunos —reflexionó—. Aunque él siempre está ocupado, quizás Yi Hen sea la mejor opción. —continuó, pensando en voz alta.
You YuMo hizo un puchero muy evidente.
—Yo aprendo bien tus técnicas, no quiero que me enseñe Yi Hen. Es algo... ¿Extraño? Sí, estar con él es extraño.
—¿Sí? ¿Por qué?
—No lo sé, siento que atraviesa mi mente, como si leyera mis pensamientos. No pienso mal de él, sé que es una gran persona, pero... es extraño.
Wen ShanShui entendió lo que You YuMo quería decir. En parte, tenía razón, Yi Hen era una persona muy calculadora, podía ver a través de las personas y sacar rápidas conclusiones. Gracias a eso, tenía la capacidad de saber cuando alguien le mentía y cuando no. También podía planear situaciones futuras para su beneficio, él era así, con un sexto sentido que casi nunca le fallaba.
Siguiendo el camino de la montaña, ambos vieron una cara conocida, un apuesto joven de cabello plateado caminaba en dirección contraria a la de ellos.
—¡ShanShui! Qué bueno encontrarte tan temprano —dijo, jocoso, hacia su hermano menor. Al instante, bajó la mirada hacia You YuMo—. Buen día, You YuMo, ¿cómo estás hoy? Veo que ustedes siempre están juntos, no le temen a nada. Así me gusta.
—Estoy... mejor... Gracias por preguntar —contestó You YuMo sin entender del todo la intención burlona de Yi Hen.
—Hoy quizás llueva —devolvió también con una broma Wen ShanShui—. ¿Qué haces tan temprano, Yi Hen?
El hombre soltó una carcajada.
—Sabes muy bien que en mis días libres me levanto a la hora que quiero, hoy coincidió que fue temprano. Bueno, dejemos mis dulces sueños de lado. ¿Qué hacen ustedes tan temprano? ¿Bajan la montaña? ¿Un paseo matutino? ¿Irán hacia la capital? —preguntó con su usual sonrisa amistosa.
—Sí, necesito material y medicina. Además, es una buena oportunidad para que You YuMo conozca mejor el lugar.
—Muy bien, muy bien. —Asintió con la cabeza—. Si necesitan algo, vengan a mi casa, los ayudaré. —Se despidió con sus manos y siguió su camino.
—¿Qué le pasó? Es raro verlo temprano en un día así —preguntó Wen ShanShui, confuso—. ¿Habrá algo que no puede decir todavía?
—¿Ves? Te dije que era extraño.
Wen ShanShui miró extrañado las espaldas de su hermano mayor antes de continuar caminando.
La ciudad era enorme. Había cientos de comercios con cortinas de tela en sus puertas, algunas tiendas callejeras, así como mercaderes que venían a vender sus productos desde otros pueblos; por lo general, ellos colocaban sus productos en las calles. Todo eso junto a un montón de gente que deambulaba, paseaba o tan solo conversaba con los mercaderes.
—Si quieres ver algo en especial, solo tienes que decirlo —insinuó Wen ShanShui al ver la emoción en los ojos de You YuMo.
—¿De verdad? Entonces, me gustaría ir ahí. —Señaló una larga calle donde había puestos ambulantes, mesas con libros viejos y comida de todo los gustos—. Huele bien ahí.
Wen ShanShui analizó la zona. No parecía haber nada raro, incluso distinguió algunas cosas interesantes.
—De acuerdo, recorre los lugares que te interesen. Iré justo por detrás, no te pierdas.
Gracias a esas palabras, You YuMo se sintió liberado. De todos modos, estaban las condiciones de no armar ningún alboroto y, sobre todo, de no tocar lo que no era suyo. Algunos mercaderes no se enfadaban si un forastero tocaba sus objetos, pero otros podían ser muy rudos con sus palabras, hasta llegaban a recurrir a la violencia por personas demasiado curiosas.
Desde algunos bares, varios hombres salían a ofrecer sus bebidas especiales de la casa, las cuales You YuMo rechazaba por contener alcohol. No era algo prohibido en días libres, solo lo era dentro de la academia o en días de clases, la cosa es que no le gustaba la sensación que el alcohol le generaba, eso sumado a que su tolerancia no era muy buena.
Wen ShanShui, por su parte, comenzó a hacer sus propias paradas en los puestos, siempre vigilando al joven por el rabillo del ojo. Ya un poco más tranquilo de que no parecía querer alejarse demasiado, siguió buscando cosas interesantes para llevar. Se acercaba a tiendas de antigüedades o hierbas medicinales, estaba muy interesado en las hojas provenientes de zonas lejanas, las que eran difíciles de conseguir y que, por esa razón, eran bastante caras. Por suerte, el dinero no era un problema ni para la academia ni para los maestros. Todos ganaban muy bien por su trabajo y casi no necesitaban gastar su dinero para los materiales utilizados en las clases. La institución tenía a la reina misma como principal proveedora, los ancianos Wěi Dé y Shèng ZhīGuāng se encargaban de que nunca faltara nada. También los proveía de talismanes de protección y objetos de alto valor espiritual, siempre había de todo. Algunos sellos o talismanes, por ejemplo, eran de papel amarillo, de seda y otros de fibra barata.
Mientras tanto, You YuMo miraba y olfateaba con dicha los aromas de las comidas exóticas de la ciudad. Hacía paradas en las tiendas de armas, normales y espirituales, las cuales estaban hechas con los más finos materiales, sin embargo, lo que le llamó la atención fue un hermoso arco decorado con jade.
—Hace mucho que no practico con el arco —recordó, tocando la fina arma.
Su mano se movió hacia atrás como un rayo cuando recordó que no debía tocar nada, y, en ese preciso segundo, una voz se escuchó.
—Oh, joven cultivador. ¿Le gusta? —Se acercó un vendedor—. ¿Quiere probarlo?
You YuMo lo miró casi con estrellas en sus ojos.
—¡¿Está bien si pruebo?! ¡¿En serio?!
—¡Claro! Mire. —Se acercó a You YuMo, colocó el arco en sus manos y lo puso en posición para lanzar una flecha. Le sujetó los brazos, enderezó su espalda y movió su cadera, presionándolo suavemente con el cuerpo—. Te posicionas de este modo y es más ligero. Lo hice yo mismo para que fuera rápido, eficaz y hermoso. Si ya has usado arcos antes, te darás cuenta de que es algo diferente —dijo, emocionado, luego añadió—: También puedes moverte con libertad con otras... —Su boca se cerró en automático, y es que notó una mirada amenazante de alguien que se acercaba.
Ojos grises y apagados lo miraban con irritación. Algo andaba mal con esa mirada afilada y casi prendida en llamas. Todo se sintió sombrío por un instante, sus pies temblaron al igual que sus manos. Esas sensaciones juntas le indicaron el peligro inminente, por lo que, sudando en frío, el hombre soltó todo contacto con You YuMo. Aquel dejó su posición anterior con el arco en manos.
—¿Señor? ¿Puedo hacer qué cosa? —Levantó una ceja, confuso.
—¿Qué hacen? —preguntó Wen ShanShui sin despegar su vista del vendedor, quien, frotando las manos, se alejaba.
You YuMo, risueño, elevó el arco hacia la cara de Wen ShanShui.
—¡Mira! Estaba recordando, hace mucho que no porto un arco. Desde que salí de He Ping, no he usado más que la espada que me regalaste.
—Oh, es cierto. En aquel momento utilizabas un arco.
—Solía entrenar a diario con él, de hecho... Pude haberme especializado con el arco en vez de la espada. Creo que me hubiera ido igual de bien —alardeó.
El rostro de Wen ShanShui cambió de inmediato, quizás era algo de culpa o tristeza, una expresión casi imperceptible que cambió cuando You YuMo añadió:
—Pero entrenar contigo es mejor. Además, siempre me gustó más pelear con la espada. —Entregó el arma a su dueño, un poco brusco, pero no violento.
Con esas palabras sinceras, los ojos de Wen ShanShui volvieron a levantarse con calidez y un brillo inexplicable. Quizás era justo lo que quería escuchar, algo así como un alivio para su corazón. Si había algo que no quería, era que sus discípulos se arrepintieran de elegirlo a él como maestro.
—¿Querías ver algo más? —preguntó, llevándose un mechón negro hacia atrás de la oreja.
—No lo sé, hay muchas cosas que... ¡Ah! ¿Qué es eso? —Salió corriendo a una tienda donde vendían maquillajes y adornos para el cabello.
Wen ShanShui al principio lo había seguido, mas, en una tienda anterior a la que estaba You YuMo, exactamente por detrás, se hallaba una interesante tienda de libros. Miró dos o tres de magia y otros de botánica. Era extraño ver libros de medicinas y hechizos tan al aire libre. Después de levantar unos cuantos, algo llamó su atención: una zona un tanto separada de la del resto de los libros, incluso aquellos parecían estar ocultos a propósito.
Algo que vio lo obligó a dejar la tienda. Era mejor dejar lo antes visto para caminar y acompañar a You YuMo. Su rostro estaba algo diferente cuando llegó hasta la tienda donde se encontraba el muchacho.
—¿Conseguiste algo bueno? —inquirió el rubio, probándose un sujetador de tela para el cabello.
—Sí. —Volteó su mirada hacia un costado.
—¿Qué te parece? Muy llamativo, ¿no crees? —Señaló su cabello atado.
Wen ShanShui lo volvió a mirar, preguntó:
—¿El tuyo se dañó?
—No es que se haya dañado. Es que está algo usado y, en cualquier segundo, me dejará con todo este nido suelto —bromeó—. Quiero cambiar el color, eso es todo.
Wen ShanShui observó el color del sujetador que llevaba You YuMo y el que se había probado, luego buscó entre los sujetadores que estaban sobre la mesa y agarró uno de color verde oscuro.
—Este, este me gusta. —Colocó su mano sobre el cabello de You YuMo—. Te queda muy bien este color.
—¿De verdad? Entonces llevaré este, tú tienes un buen gusto.
—¿Tienes dinero?
You YuMo no pensaba pagarlo, de eso se encargaría Wen ShanShui, por lo que se limitó a sonreír de oreja a oreja y estirar la palma de su mano. En consecuencia, Wen ShanShui suspiró, ¿cómo iba a negarse a eso?
—De acuerdo, yo lo pago. Será un regalo.
—¡Yay!
El hombre de cabello negro le pagó al vendedor con varias monedas. Un artículo como ese no era caro, aparte, ya se había acostumbrado a pagar las cosas y desastres de You YuMo. No era nada nuevo para él.
—Ten, ¿puedes sostenerlo un momento? —pidió el rubio.
La pálida mano le entregaba al maestro un sujetador color rojo. No se veía tan viejo, aun si tenía ya un tiempo de haberse usado, todavía podía sujetar el cabello de alguien como debía. Wen ShanShui asintió agarrando el sujetador mientras You YuMo se colocaba el nuevo.
—Oh... Te queda muy bien, se ve mejor cuando está puesto.
—Eres muy confiable para este tipo de cosas. Gracias por comprarlo por mí. Ahora iré hacia allí. —Al decir esas palabras, salió corriendo como un perrito emocionado.
—¿Eh? ¡Te olvidas del otro sujetador!
—¡Tíralo! ¡Está muy gastado! —gritó a la distancia.
Con ojos profundos sumidos en un tornado de sentimientos, Wen ShanShui miró la roja tela en sus manos. Su siguiente acción no fue desecharlo, sino guardarlo en sus ropas.
—¿Cómo podría tirarlo?
Llegado el medio día, ambos ya estaban algo exhaustos por la caminata. Decidieron comer en alguna tienda de la zona, había varios restaurantes y posadas con ese servicio para sentarse y comer, pero Wen ShanShui escogió un lugar que pensó era suficiente para los dos. Parecía un sitio tranquilo y bastante formal, el cual no llegaba al extremo de hacer sentir a sus comensales obligados de llevar ropas lujosas o modales en extremo finos. Se sentaron en una de las mesas ratonas, alejados de los pocos clientes que pudiera haber. Para llegar ahí, debían atravesar un biombo de bambú y una cortina de cuentas, que dividía las zonas entre sí. Ese detalle, y la calma que solía haber en tal sitio, era lo que atraía a Wen ShanShui.
Nadie los vería comer, como mucho, verían sus pies y pantalones por el agujero que tenía el biombo debajo.
De inmediato, una mujer de cabello castaño ingresó en la pequeña y reconfortante zona, llevaba ropas elegantes y una sonrisa natural.
—Buen día, jóvenes cultivadores. ¿Qué van a pedir?
Wen ShanShui miró a You YuMo.
—¿Qué quieres comer?
El joven de ojos esmeralda lo miró, dudoso. Él tan solo conocía los nombres de los platillos de He Ping, platillos que, por supuesto, no eran muy variados o elaborados. Por lo general se basaban en pescados, verduras y fruta. Pensó en lo que más le gustaba comer en la academia, dado que, si bien no tenía idea de los nombres de los platos que les servían allí, sabía qué ingredientes tenían. Solía elegir carne y verduras que tuvieran un sabor fuerte, y que, claramente, tuvieran algún durazno de por medio si era posible.
—Ejem... Carne con verduras y duraznos —dijo, muy seguro. Wen ShanShui soltó una risa en susurros.
—Bueno, que sea carne con verduras y duraznos, por favor —continuó riendo.
—¿Qué es tan gracioso?
—Nada, no importa. —Volvió a sonreír.
De un momento a otro, mientras ambos conversaban, una montonera de soldados entró en el mismo restaurante. Se dieron cuenta de eso por el sonido de las botas de hierro, además de que su vestimenta era reconocida con facilidad, incluso con solo mirar por debajo del biombo. Se escuchaban exhaustos, e ignoraron la presencia de los espadachines por completo. El grupo se sentó en una mesa cercana a la de ellos, por lo que, como hablaban en tono alto, se podían escuchar con claridad sus voces.
—Es un alivio que lo hayan encontrado —dijo uno de ellos, abriendo una botella.
—Eran puras cenizas, daba miedo —aseguró otro, sacándose el casco.
—La reina estaba desesperada por encontrar esa cosa. ¿Qué podría tener un montón de escombros como esos? —manifestó el más alto de todos.
—¿Por qué tantas dudas? ¿Desde cuándo cuestionan las decisiones de nuestra reina? No hagan preguntas, limítense a seguir las órdenes —sentenció otro diferente, que empezó a beber un vino caro que se les acababa de servir.
El más alto bajó su mirada, preocupado.
—Sí... Al final, después de buscar toda la noche y la mitad de un día, le llevamos un cuerpo casi carbonizado.
—Qué desagradable... —Su compañero con el casco en brazos puso cara de asco.
Wen ShanShui y You YuMo se miraron uno al otro con seriedad y continuaron escuchando a los soldados. Bastó un intercambio de miradas para saber lo que el otro estaba pensando: «esa cosa de la que hablan debe ser el hombre que estaba en el sótano».
Una bandeja se apareció frente ambos, sorprendiéndolos.
—¡Qué disfruten su comida!
Estaban tan pendientes de la conversación que se habían olvidado del pedido. Regresaron a su propio mundo y Wen ShanShui agradeció inclinando su cabeza. La mujer, satisfecha y sonrojada, se alejó para que ambos comieran tranquilos.
You YuMo tomó un par de palillos para poder agarrar los cubos de carne, eligió con cuidado algunos de los vegetales y los colocó en su platillo. Wen ShanShui, por otro lado, esperó a que este sacara lo que quisiera de allí y, solo luego, comenzó a tomar para él.
You YuMo llevó un trozo de carne a su boca, en cuanto lo saboreó, sus ojos brillaron de emoción.
—¡Cielos! ¡Esto está delicioso!
—Es bueno que te guste. —Carialegre, llevó un trozo de carne a su boca.
—En la academia también es deliciosa la comida, pero esto es algo diferente.
—Sí, es el restaurante que más admiro. Lleva años aquí, desde antes de la epidemia, tiene sentido que haya sobrevivido al paso del tiempo. Cada generación cocina igual o mejor que sus antecesores, son muy buenos —aportó Wen ShanShui.
—¿Vienes a menudo?
—No tanto. Solo vengo en ocasiones especiales con Yi Hen.
You YuMo hizo un tic con sus hombros.
—Oh. Ya veo. Tú... siempre estás con Yi Hen.
—¿Eh? No es tanto como dices. Ambos estamos muy ocupados, apenas nos vemos.
Wen ShanShui frenó, ¿por qué sentía que debía excusarse o dejar algo en claro? Quizás no quería permitir que You YuMo creyera algo que no era, ¿tan importante se había vuelto?
Por detrás, volvió a escucharse la conversación animada de los soldados.
—Volvió a venir Tian Huo, yo lo vi. Nadie más me cree aparte de ustedes, ¡no estoy tan ciego! —expresó el que tenía el casco en su mano, quien procedió a dar un fuerte sorbo.
—¿Qué? ¿Otra vez? —dijo uno que llevaba una cicatriz en su nariz.
—No entiendo, en Tian tenemos prohibido ingresar en Huo, y en Huo tienen prohibido entrar en Tian. ¿Por qué la reina no tiene problemas con dejar ingresar a su hermano? —cuestionó el más alto.
—Quizás están considerando arreglar las cosas y abrir las fronteras —insinuó uno con la boca llena de comida.
El más alto estiró su brazo para tomar un trozo de comida.
—¿Han visto la barrera negruzca en la que se oculta el reino Huo?
—No —murmuró el de la cicatriz.
El soldado que no soltaba su casco hizo una mueca y levantó ambos brazos.
—Una vez estuve muy cerca, es tal y como dicen, la mismísima entrada al infierno. Las altas montañas que rodean la barrera parecen estar rodeadas de seres oscuros de otra dimensión. Su aura es terrorífica.
—Qué miedo. Espero nunca tener que acercarme —añadió el alto.
Wen ShanShui escuchaba con más atención que antes, no se podía imaginar una razón por la que el hermano de la reina estuviera visitando Tian. ¿Sería como los soldados decían? ¿Era para arreglar las cosas entre ellos y volver a abrir fronteras? Si eso era así, ¿por qué el hombre de fuego había creado el símbolo de Huo en el suelo? O más bien, ¿por qué estaba el símbolo en primer lugar? ¿Allí estaba la respuesta? ¿Tenía esa visita algo qué ver?
Aquello no hacía más que generarle incomodidad y muchas dudas. Sujetó su mentón por un largo rato. «En primer lugar, ¿por qué no se puede ingresar en Huo? ¿Es en verdad por peleas familiares? ¿No habrá otras intenciones por detrás de esto?».
You YuMo miró a Wen ShanShui mientras masticaba con manchas en los labios.
—¿Wen ShanShui? ¿Ya no comes? Está muy bueno como para que lo dejes enfriar.
Ante ese llamado de atención, Wen ShanShui por fin reaccionó.
—Ah... Tienes razón, lo siento. —Al ver el manchado rostro de You YuMo, agarró una servilleta de la mesa y limpió con ella las comisuras de sus labios.
—Sé más prolijo al comer. ¿O quieres parecer un niño?
—Lo shiento, esh que eshto está muy bueno. —Tragó y agregó—: Oye, si encontraron solo cenizas de esa cosa, es un alivio —susurró.
—Sí. Espero que sea eso...
—Estamos a salvo. ¿O no? —preguntó con algo de duda.
—Sí —respondió, observando los ojos verdes esmeralda—, estás a salvo aquí.
Wen ShanShui no quería prometer algo de lo que no estaba seguro de poder cumplir, mas, ¿qué conseguiría preocupando al joven? Tenía la intención de decirle muchas cosas, pero, con lo que había pasado, quizás no era el mejor momento.
You YuMo no creyó eso del todo, ya conocía cuando Wen ShanShui ocultaba algo bajo palabras tranquilizadoras. Sabía que su maestro tampoco estaba satisfecho con la información de los soldados.
—¿Piensas que hay algo más? ¿Cierto?
Wen ShanShui lo miró, sorprendido, e hizo un momento de silencio. Ya no tenía sentido ocultarlo.
—No consigo descifrar qué es lo extraño de esto. Quizá se me estén escapando tantas cosas que ni siquiera me lo puedo imaginar. Estoy intentando formar un rompecabezas sin las piezas necesarias. —Sus labios se apretaron—. Lo siento, You YuMo. No quería preocuparte más, ayer pasaste por algo terrible... Yo...
—Wen ShanShui, nunca dejas de buscarle la solución a todo —dijo, sin terminar de escuchar al otro, pues ya había adivinado lo que diría—. Algún día espero que puedas contarme las cosas, me gustaría poder ayudarte. Sé que cargas con varias preocupaciones, no estaría mal que confiaras más en mí. Quizás logre sorprenderte.
Esas palabras fueron genuinas, desde el fondo del corazón de su discípulo. Wen ShanShui lo miró, sintiendo vergüenza y compasión.
—Lo siento, te contaré todo cuando tenga más información. Necesito tiempo.
—No te disculpes, no es malo... Así eres tú.
Wen ShanShui le mostró una sonrisa algo lastimera. No sabía qué decir con exactitud, por lo que decidió cambiar de tema. Después de todo, esa salida a la capital había sido para olvidar los problemas, al menos por un rato.
—De acuerdo, terminemos de comer. Ya es tarde y debemos regresar.
—¿Me vas a enseñar hechizos avanzados? —El joven de cabello dorado volvió a sacar el tema.
—Sí, está bien.
—¡Lo he conseguido! —exclamó, levantando una mano.
Luego de terminar de almorzar y charlar otro rato, ambos volvieron a la academia. You YuMo ya no estaba tan nervioso por lo que había sucedido el día anterior, no obstante, a la mente de Wen ShanShui le continuaban llegando muchas preguntas sin respuesta; confusiones y contradicciones que no se podía quitar.
You YuMo presentía la preocupación de su maestro. Se empezaba a sentir entristecido por no ser tan bueno como para ayudar, pero no importaba qué, haría lo necesario para apoyarlo, si era necesario, lo haría desde las sombras.
Fin capítulo 12.
╭══════•>☘<•══════╮
¡Hola! ¿Qué tal? :3
Como que la relación de estos pillos va creciendo eh :3 Sé que la van desarrollando despacio, pero no se preocupen, es real jaja xD
Por aquí les dejo ejemplos de la capital de Tian (nueva), que me la imagino bastante similar a la Antigua Ciudad de Lijiang (otro nombre que tiene es Dayan, y es la parte más histórica y pintoresca de Lijiang):
Info:
Lijiang es una ciudad histórica ubicada en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China. Es famosa por su bien conservada antigua ciudad, que ha sido designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su rica herencia cultural y arquitectura tradicional.
El corazón de Lijiang es su antigua ciudad, conocida como "Dayan". Esta ciudad histórica se caracteriza por su diseño urbanístico tradicional, calles empedradas, canales de agua, puentes de madera y arquitectura de estilo naxi, que es la etnia local. Los edificios de madera y las estructuras tradicionales chinas se mezclan con la cultura naxi para crear un ambiente encantador y pintoresco.
💖¡Nos vemos en el próximo capítulo!💖
╰══════•>☘<•══════╯
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro