Capítulo 29 - Celos.
Feng Baoshi y Yi Hen lideraron algunos grupos de búsqueda. Mientras, You YuMo y Chang Gao lideraron otros diferentes. Buscaban a Yue Jin, quien de repente había desaparecido sin dejar una sola señal. Como si de un momento a otro se hubiera evaporado, o se lo hubiera tragado la tierra.
El día anterior quemaron el cuerpo de Zhi Jian, después de eso, Yue Jin no se dejó ver. Tampoco habló con nadie, se había esfumado como el polvo. No sabían dónde podía estar, mas, aunque se hubiese tomado un tiempo para pensar a solas, ya había transcurrido demasiado como para dejarlo pasar.
En la noche anterior se desató una terrible tormenta, y en ese instante tampoco regresó, o al menos no fue distinguido por nadie. La tormenta, para este entonces, se había calmado un poco, solo quedaba un cielo gris y un suelo humedecido. Algunas hojas quedaron pegadas en él, emanando un suave olor agradable.
Los soldados y hermanos de Yue Jin, lo estuvieron buscando por mucho rato. Recorrieron toda la zona y las habitaciones.
—¿A dónde demonios fue? —gruñó Wen ShanShui.
—Ya aparecerá, confiemos en él. Sabe lo que hace, es un hombre firme —contestó Yi Hen, algo inquieto.
—Lo que tú digas.
—¡Yi Hen! ¡Wen ShanShui! —Feng Baoshi saludó desde lejos, como si hubiera encontrado algo, pero su expresión no tenía mucho ánimo.
Por ese llamado preocupado, ambos hermanos se le acercaron con velocidad.
—¿Qué es? ¿Qué encontraste? —preguntó el de ojos dorados.
—Aquí, esto es un sello, ¿cierto?
Feng Baoshi señalaba una zona de tierra, donde había sido dibujado un símbolo un tanto extraño. Yi Hen se dio cuenta, tapando su frente con una mano al entender lo que sucedía.
—Ya entiendo. Él colocó este sello aquí para que no lo siguiéramos.
—¿Qué es? —preguntó, analizando más de cerca el joven príncipe de Feng.
Yi Hen se agachó y tocó la tierra dibujada con sus dedos.
—Esto impide el paso a cualquier persona. No quería que nadie lo siguiera ni lo viera escapar, funciona como un espejismo. Ahora ya está inactivo, es bastante difícil hacerlo funcionar, sin embargo, debido a que fue Yue Jin quien lo hizo, no me sorprende tanto.
—¿Yue Jin no quiere ser perseguido ni buscado? —expresó Feng Baoshi, intercambiando miradas con Yi Hen.
Wen ShanShui ni siquiera habló, permaneció en silencio, y pasados varios segundos, chasqueó la lengua. Pensó en que no podrían hacer nada, si él no quería ser buscado, pese a que ellos insistieran, era probable que el hombre ya estuviera lejos, quién sabe en dónde. Lo único que quedaba era esperar.
—¡Disculpen! —exclamó una joven corriendo en dirección a los muchachos.
La joven corría con delicadeza, aun así, casi tropieza con sus propios talones. Aquello no pasó a una caída por pura suerte, de manera veloz, logró componerse para continuar en dirección a Feng Baoshi.
—Oh... Yun Reqing, eres tú. ¿Qué haces en la guardia en un día tan malo? —preguntó con sorpresa Feng Baoshi.
—Feng Baoshi —contestó la muchacha de cabello rubio, pestañas largas, pálida piel y ojos verdes—. Primo Feng Baoshi, mi padre ha estado ausente del palacio desde que comenzaron los ataques en el puente. He estado tan preocupada y aburrida en el palacio que vine a verlo, sin embargo, cuando llegué aquí, él me ordenó volver a casa. Ayúdame, primo. Mi padre tiene confianza en ti. Si tú le dices que acepte a mis chicas y a mí, él dejará que me quede a ver algo interesante. Y claro, a ayudar a los soldados, somos mejores de lo que todos pueden imaginar.
Feng Baoshi mostró una cara llena de desconfianza.
—Querida prima, me gustaría ayudarte, y he visto cómo luchan tus chicas, sé que son buenas. Pero deberías hacerle caso al tío y volver. Te das cuenta de que esto es una guerra, ¿no? Acabamos de perder a un cultivador de elevado nivel, no, a dos de ellos.
—Yo puedo ayudar, Feng Baoshi. Primo, ayúdame a convencerlo —sollozó, agarrando las arrugas de las mangas de su primo; intentaba convencerlo.
Yi Hen observó a la muchacha. ¿Cómo es que alguien podía decir con tanto descaro que quería ver algo interesante? ¿No importaba si la gente estaba muriendo en batalla? Era probable que esa joven nunca hubiese vivido una pelea a muerte real. Además, la expresión del príncipe no era calmada, más bien, incómoda.
Yi Hen observó sombrío a esa joven colgada en Feng Baoshi. Siempre fue un hombre muy observador, podía adivinar, con un porcentaje alto de aciertos, qué personas eran de buen corazón y cuáles no. Aun si dejó pasar la actitud infantil de la chica, el comentario lo molestó un poco más de lo normal. La mirada de Feng Baoshi y Yi Hen hicieron un breve contacto.
—No. No insistas, no puedo pedirle eso al tío, él te protege demasiado. Esta no es una lucha normal. No importa lo que yo diga, él rechazará cualquier cosa, incluso si bajara un dios ahora mismo a convencerlo, dudo que vaya a aceptar —concluyó, quitando a la muchacha de su lado.
Mientras esa conversación incómoda se llevaba a cabo, los grupos de You YuMo, Chang Gao y compañía volvían de la búsqueda.
A juzgar por sus expresiones, no habían conseguido mucha información ni pistas. Pedirían el permiso de Yi Hen y Feng Baoshi, quienes comandaban los otros grupos de búsqueda, para buscar un poco más lejos.
Yun Reqing no se pensaba rendir ante su hermano. Se colgó de la persona más cercana, es decir, de Wen ShanShui.
—Tú, joven apuesto. Eres como una piedra preciosa. Tú eres un cultivador de Tian, ¿verdad? —dijo con voz seductora.
Wen ShanShui la observó, incrédulo, ignorando las adulaciones convenientes.
—Yo... Sí, provengo de Tian. —Intentó alejarla con cuidado.
Yun Reqing se pegó a él aún más, sonriendo, impregnando su perfume en la ropa ajena.
—Mi padre seguro te tiene confianza, quizá tú puedas decirle que me necesitan aquí. Quiero ver todo y quiero luchar, sanarlos. Son muchos y necesitan ayuda, ¿no? —prosiguió con voz provocadora.
—En realidad no conozco mucho a su padre. Yo no soy nadie para convencerlo.
Yun Reqing hizo un puchero y presionó el brazo de Wen ShanShui más sobre ella.
—Por favor, ¿sí? —insistió.
Wen ShanShui quería quitarla de una vez. No le gustaba el contacto físico ajeno, mas tampoco quería ejercer demasiada fuerza. Si llegaba a hacer algo brusco, o casi violento sin querer, quién sabe cómo se lo tomaría esta chica. Cualquier palabra equivocada que saliera de su boca podría ser el fin.
Nadie había notado la mirada de You YuMo, sus cejas estaban elevadas hacia arriba y su boca se había abierto un poco por la sorpresa. Impactado, se le erizó la piel y sus puños se apretaron. Una molestia muy aguda apareció en su cuerpo y recorrió toda su espina dorsal. Su corazón se sentía frío, más bien asustado, ¿por qué no podía solo mirar? Incluso si era evidente que Wen ShanShui no estaba a gusto, a él le molestaba. Todas esas emociones lo obligaron a acelerar el paso. Su mirada estaba oscurecida, frunció el ceño y se acercó aún más rápido. Quería quitar a esa mujer de ahí, el toque y el roce contra Wen ShanShui le provocaban un cosquilleo molesto en la cabeza, ya no lo quería tolerar. En ese momento no pensó en nada más que en quitarla de ahí. Por suerte, antes de hacer cualquier cosa, Wen ShanShui logró alejarla.
—Joven... Princesa, siento no poder ayudarla. Usted debería hablar con su padre como se debería, yo no puedo serle útil.
You YuMo exhaló, al mismo tiempo, su mirada cambió a una más suave, aun así, aún no era nada normal. Era la primera vez que se sentía amenazado de ese modo, nunca en su vida pasó por algo así. Su corazón todavía latía nervioso.
Yi Hen se acercó a Feng Baoshi y habló para todos.
—Es tiempo de volver. —Miró a You YuMo, quien llevaba un rostro terrible—. Al parecer, los jóvenes no se sienten bien. Vayan a descansar.
You YuMo se acercó a Wen ShanShui, formando un disimulado puchero, y preguntó:
—¿Quién es ella?
—Al parecer, es la hija de Tian LiuYun, Yun Reqing.
—Creo que le agradas —expresó, mirando de reojo a Wen ShanShui—. Incluso ha dejado su olor en ti. Qué mal gusto.
—¿Es así? —Olfateó su manga. Había un olor muy empalagoso—. Oh... Es verdad, tampoco me gusta.
Wen ShanShui suspiró, algo entristecido, no se atrevió a decir nada.
Yi Hen empezó a hablar justo en ese instante y se centró en prestarle atención. Lo que contó su hermano era lo que habían descubierto, sin embargo, quiso dejar en claro que Yue Jin era un buen cultivador, alguien justo y honesto que siempre persigue el bien. Debían esperar a que regresara a tiempo para la batalla. No quería que nadie generara rencores o sentimientos negativos en esos momentos complicados.
Todos comprendieron la situación con rapidez y le dieron menos importancia de lo que Yi Hen esperaba. Quizás se debía a que la lluvia comenzó a caer; a pesar de que era suave, con el tiempo empaparía sus ropas.
Cuando todo terminó y fueron liberados, Chang Gao y Bai GuangXuan se dirigieron hacia el salón de Tian LiuYun. Allí se les comunicó de inmediato que serían enviados pronto a pelear. Estaban preparados, eran un gran equipo desde pequeños, y el entrenamiento en la academia los había pulido aún más. Ti WuChang y Ti ChenYing también los acompañarían, con cuatro líderes al frente, el puente aguantaría uno o dos ataques más.
La lluvia pasó, y la comunicación entre You YuMo y Wen ShanShui disminuyó en consideración. Por alguna razón, You YuMo evitaba a Wen ShanShui, o más bien, a todo el mundo; parecía estar inmerso en su propio mundo de pensamientos. Masticaba palabras en su boca, no obstante, nunca decía nada con sentido.
Wen ShanShui, extrañado e inquieto, lo dejó pensar tranquilo. ¿Acaso estaba de mal humor? El día anterior le intentó enseñar algunos sellos y talismanes sencillos, pero no dejaban de ser avanzados, ¿quizás estaba enojado por no recordarlos? Wen ShanShui negó con su cabeza, You YuMo no se enfadaría por algo como eso. Tal vez tenía hambre. Quería preguntarle, y era extraño que no consiguiera hacerlo.
Dos días pasaron con tranquilidad desde la desaparición de Yue Jin. Lo único fuera de lo común era You YuMo seguía pensativo, sumergido en su propio mundo mientras continuaban recuperando energías.
Por lo visto, el rey había cedido al fin ante su hija, bueno, en parte. No la dejaría luchar, solo quedarse mientras tanto. Ella ayudaba en la limpieza y en acomodar todo lo que los soldados dejaran en mal estado. Era un poco molesta, ya que gritaba bastante, se entrometía en los entrenamientos y acosaba a los chicos de Tian, sobre todo a Wen ShanShui y Yi Hen. Por su parte, You YuMo la ignoraba o miraba con frialdad.
You YuMo se despertó temprano esa mañana tibia y agradable, no obstante, algo sin dudas estaba mal en él. Ya era raro que no hablara mucho con Wen ShanShui, sino que, ahora, hasta había madrugado. En ese instante, estaba en un árbol de pétalos rosas. Su cabello danzaba junto a la brisa, llevaba ojos apagados y suspiraba demasiado. Había subido a una rama bastante alta, si alguien lo hubiera buscado en todo ese rato, no lo habría encontrado.
Su posición era algo inadecuada para estar sobre un árbol con ramas tan finas. Estaba sentado, con sus rodillas casi tocando el pecho. En caso de perder el equilibrio, caería varios zhang hacia abajo, hecho que no le molestaba en absoluto.
Con anterioridad, se había colado en la cocina para robar más de siete duraznos. Sacaba uno por uno desde sus solapas, los comía con un gesto bastante complicado, como si no entendiera sus propios sentimientos, ni tampoco a su propio corazón. Era como si estuviera dudando de todo, algo le molestaba, dolía y cosquilleaba por todo su cuerpo y no podía controlarlo.
You YuMo llevó un durazno hacia el frente, luego le hizo un puchero.
—Sabes, esto no me gusta. Esa mujer... ¿Por qué tiene que acercarse tanto? ¿Ah? ¿Por qué? Huele muy mal, como si se hubiera sumergido en azúcar. No me gusta nada su actitud, es demasiado molesta y entrometida, ¿por qué no se mete con otro? —Chasqueó la lengua y le dio un mordisco al durazno al que le hablaba—. Demonios, me duele mucho el pecho —susurró.
Los celos eran complicados de entender. You YuMo era un joven que solía compartir todo lo que tenía, incluso los duraznos, en ocasiones. El ver que otra persona tenía intereses específicos hacia Wen ShanShui lo hizo entender.
«No quiero que nadie lo vea de ese modo. Si alguien estuviera con él, yo no podría soportarlo. No, no puedo verlo así, no quiero ver eso. No podré aceptarlo. No puedo preguntarle a Wen ShanShui si ella le interesa, ¿con qué cara se supone que lo haga? De todos modos, si le preguntara, ¿qué me diría? Tengo miedo de la respuesta, ¿qué estoy esperando que diga con exactitud?», pensó, escondiendo su rostro entre las piernas y lanzando el carozo hacia alguna parte.
—Demonios, no me gusta nada. No quiero que él vea a otra persona así, soy demasiado egoísta, soy asqueroso —murmuró entre dientes, con un leve sonrojo en sus mejillas—. Nunca seré lo suficientemente bueno para él —susurró.
Transcurrido largo rato, con las molestias en todo su cuerpo, bajó del alto árbol. La altura no fue una complicación, su entrenamiento era elevado: una caída así de alta ya no era un problema para sus músculos. Se dirigió hacia el cuarto de Chang Gao y Bai GuangXuan, quienes aún no habían vuelto. Fue a ver si Ti WuChang o Ti ChenYing estaban desocupados, sin embargo, tampoco estaban allí.
—Me siento mal, no quiero seguir así.
You YuMo no encontró a ninguno de sus amigos. No obstante, a lo lejos vio a Yi Hen hablar con Feng Baoshi. Parecían despedirse, por lo que corrió hacia él.
—¡Yi Hen! —llamó.
—Ah, eres tú, You YuMo. ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo?
—Yi Hen, necesito tu ayuda.
—¿Mmm? ¿Qué sucedió? Dime, intentaré ayudarte.
—Aquí. —Se tocó el pecho—. Me duele aquí, es muy molesto. Me siento triste, enojado, impotente, no puedo hacer las cosas que quiero. ¿Hay alguna forma de quitar esto? Solo necesito que estos sentimientos desaparezcan.
You YuMo no quería decir que sus celos lo carcomían por dentro, quería que Yi Hen adivinara por sí mismo y que, por arte de magia, le diera la píldora de la solución.
Yi Hen era muy perspicaz, sabía todo lo que sucedía en su entorno y nada se le escapaba, así que no pudo evitar congelarse en el lugar junto con su sonrisa. Por dentro, su estómago dolía por aguantar una fuerte carcajada. A causa de aquello, no pudo hablar por unos segundos.
—¡Yi Hen!
—Ah... Lo siento, estaba pensando —se excusó—. ¿Te duele? ¿Desde cuándo te duele? ¿Te has herido?
—No me he herido, siento este dolor y un cosquilleo por todo el cuerpo. Es muy molesto, fue desde que apareció esa mujer... Es decir... —Cambió sus palabras, con la intención de que no se percatara que todo era por culpa de Yun Reqing—. Luego de volver de la búsqueda de Yue Jin, solo empeoró.
—¿Algo más qué sientas?
—T-también siento que no quiero compartir algunas cosas... persona... con nadie. —Reflexionó su siguiente frase con cuidado antes de hablar—. No quiero parecer un idiota tampoco, espero que me comprendas.
Yi Hen soltó la carcajada que se había estado aguantando. No podía evitar ver graciosa la carita afligida y tierna del joven enamorado.
—Lo siento, You YuMo, yo no puedo curar eso. Es mejor que lo vivas en carne propia. Créeme, será mejor para ti.
Con la mente en blanco y sin comprender del todo las palabras del maestro de lanza, You YuMo exclamó:
—¡¿Qu-qué?! ¡E-esto no me gusta! ¿Por qué demonios tengo que vivir algo así de malo? No puedo actuar normal estando así, necesito algo que lo suavice o que me haga olvidar.
—Lo sé, lo sé. A nadie le gusta. Eso sí, te puedo recomendar algo. —Calmó su risa para poder continuar—. Piensa qué es lo que quieres con esa persona, ten presente que, si tú no la tomas primero, alguien más lo podría hacer. Es normal sentirse así, sobre todo si una persona te gusta más de lo normal, ¿no lo percibes así? ¿No es mejor si aceptas tus sentimientos?
You YuMo se rindió en intentar ocultar que lo que tenía eran celos y miró hacia un costado, avergonzado en extremo.
—No creo que sea normal... gustarme... Eso ya lo sabía, eso sí lo sabía —expresó, con un puchero y las mejillas sonrojadas.
—Dime, ¿te has preguntado qué pasaría si esa persona estuviera contigo por el resto de tu vida? ¿Seguirías sintiendo ese sentimiento molesto? ¿Estarías más tranquilo, quizás? Si amas a alguien, ¿no es normal decirlo? No importa quién sea. El amor es amor, aquí y en el mundo demonio.
You YuMo no contestó, Yi Hen no solía dar respuestas tan serias. ¿Quizás no sabía que se trataba de Wen ShanShui cuando decía "esa persona"? Miró hacia el suelo, pensativo.
—¿Cómo le digo a una persona algo así? No sé qué es lo que piensa, no comprendo sus sentimientos, no sé qué piensa de mí. ¿Y si me encuentra molesto? ¿Y si me rechaza? ¿Cómo podría vivir con eso? ¿No es mejor dejar las cosas como están?
Yi Hen colocó una mano en el hombro del joven y, con sinceridad, respondió:
—Tú eliges. Decirlo o no, es tu decisión. Tranquilo, estarás bien. Te recomiendo volver a tu cuarto y reflexionar lo que te he dicho.
—E-está bien, lo haré —dijo, aún más confundido—. Gracias, Yi Hen. Lo siento, hablar de algo tan incómodo...
—No te preocupes, el maestro Yi Hen siempre está para ayudar —dijo con burla.
—Sí, gracias.
Terminando la extraña charla, You YuMo se puso en marcha hacia su habitación, quería estar tan cerca de Wen ShanShui como fuera posible. Quizás esa conversación le había dado ánimos para hacer algo o para comenzar a hacerlo.
Supuso que solo necesitaba ese empujón de emociones para salir adelante, aceptar las cosas y sus sentimientos, tal y como Yi Hen le dijo.
Aceleró su paso, nervioso, aunque no tenía en sus planes decir nada de sus sentimientos, seguía queriendo preguntar "¿qué opinas de mí?" y "¿qué piensas de mí?".
El problema es que algo lo hizo frenar de súbito sobre sus pies. Al mirar hacia un lado del jardín, en un lugar lleno de árboles y flores, vio a Wen ShanShui junto a esa mujer otra vez. El lugar era muy oculto y era evidente de que se llevaba a cabo una conversación importante. Se acercó por detrás, quería escuchar de qué hablaban, o quizás, su corazón necesitaba escucharlo.
«Vamos, acaban de conocerse. ¿Por esa mujer estás tanto tiempo lejos? ¡No puede gustarte tan rápido! ¿O sí puede?», pensaba, caminando en cuclillas y negando con su cabeza. En realidad, fue él el que se alejaba de Wen ShanShui en esos días por culpa de sus sentimientos complicados. Decir "pasas tanto tiempo lejos" era un error.
En silencio, y al pasar varios árboles, llegó a un punto en el que podía escuchar la conversación. Sus oídos siempre fueron muy buenos, quizás no tanto como su olfato, pero lo suficiente como para conseguir espiar a la perfección.
—En serio —dijo Yun Reqing—, me gustaría poderlos conocer mejor a todos ustedes, las historias de Tian son geniales. Sabes, me he interesado justo en ti, maestro Wen TianZe.
You YuMo cerró sus puños, haciéndolos crujir. Su corazón quería explotar, palpitaba tan rápido que dolía. Su rostro quemaba y estaba más rojo que la sangre: sentía el impulso de querer saltar e interponerse.
Wen ShanShui suspiró y masajeó sus sienes.
—Agradezco sus sentimientos, aun así, por el momento, no puedo aceptar ninguna relación. Lamento tener que rechazarla —contestó, educado.
You YuMo cayó hacia atrás, cruzando sus piernas al mismo tiempo. «¡¿Qué demonios me sucede?! Ah... Casi salto sobre ellos. Estoy actuando raro. Antes no me sentía así, antes no era de esta forma». Suspiró sin ser escuchado. «¿Cómo pude pensar en que él aceptaría? Wen ShanShui no es así de fácil, él no buscaría a alguien solo por su rango, claro que la iba a rechazar». Sonrió, victorioso y con los ojos todavía humedecidos.
—Entiendo. Me gustó tu cara y tu cuerpo, quería conocerte mejor. Entiendo que no quieras ninguna relación ahora, no sabes cuándo serán enviados a pelear y todo es muy difícil. Sin embargo... —Suspiró—. Cuando todo esto termine, te preguntaré de nuevo. Quizás cambies de opinión.
Ella sonrió. En su cara se leía muy claro: "Seguro muere por estar con una princesa como yo. Seré la mejor esposa para este apuesto joven, me liberaré de mi padre de una vez por todas".
Wen ShanShui se dio la vuelta sin dar mucha importancia, parecía muy incómodo a esa altura de la conversación.
—Lo siento, debo irme —dijo él en tono sereno.
—S-sí... Claro, ve con cuidado.
You YuMo quedó como una roca, escondido detrás del árbol, sin atreverse a mover un dedo.
«Por favor que no me vea, por favor que no me vea, por favor que no me vea...».
Sin embargo, no tenía de qué preocuparse. Wen ShanShui se dirigió hacia un camino diferente y no se había percatado de su presencia. De inmediato, con algo de tranquilidad en su pecho y corazón, You YuMo volvió a su habitación. De alguna manera, sentía que quería hablar con Wen ShanShui más que antes, solo que temía que esas palabras de rechazo se devolvieran para él. Sin dudas, el miedo carcomía su cuerpo poco a poco.
Fin capítulo 29.
╭══════•>☘<•══════╮
💖¡Hola!💖
Yōu YúMò celoso xDD, quién lo hubiera pensado, pero bueno, es la primera vez que siente atracción por alguien, y ahora que apenas se está dando cuenta, una mujer que salió casi de la nada, se quiere "llevar" a Wēn ShànShuǐ jasjs, claro que se sentirá así uwú
Por aquí una ilustración de Yún Rèqíng (tengo que actualizarla ya sé xD tiene como uno o dos años kjsjks):
¡Nos estaremos viendo en el próximo capítulo, cuídense mucho! 💖 💖 💖
╰══════•>☘<•══════╯
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro