Capítulo 15 - Caso en Xuán Yá I.
Por un segundo que pareció eterno, el silencio se mantuvo en la habitación. You YuMo llegó hasta Wen ShanShui y se acuclilló a su lado. Sus miradas hicieron un breve contacto hasta que el segundo habló.
—Puede comenzar, señorita.
La joven por detrás de la puerta temblaba, su voz era cálida y juvenil. Sonaba entrecortada y preocupada, suspiró con dificultad y logró aclararse.
—Todo fue muy extraño aquella noche. Antes de desaparecer, mi padre actuó de una manera insólita. Parecía un loco desquiciado, tiró cuantas cosas hubiera en la casa y rompió todo lo que hubiera frente a él. A decir verdad, yo estaba en mi habitación en ese instante, solo escuché el desastre y sus gritos.
—Esa fue la primera vez que su padre actuó de ese modo, ¿cierto? ¿Nunca hubo episodios como ese antes? —interrogó el maestro.
—Mi padre es la persona más amable que conozco. Nunca le había escuchado gritar tantas locuras o maldecir a alguien así, menos actuar de esa manera. Por más enfadado que estuviera, él mantenía la compostura y su buen hablar.
¿Podría ser obra de la posesión de un fantasma resentido? Wen ShanShui hizo silencio, aunque por dentro buscaba todas las posibilidades posibles.
—¿Él le dijo algo a usted antes de desaparecer?
—Sí, luego del desastre. Él caminó hacia mi cuarto, tocó la puerta con suavidad, y, aunque yo tenía muchísimo miedo, me arriesgué y abrí la puerta. —Tembló e inhaló aire—. Le pregunté si todo estaba bien, ya que había escuchado gritos y golpes. Tan solo dijo: "Ahí abajo. Tengo mucho miedo. Ella es la culpable de todo, nos obliga a ir, yo ya no quiero ir".
—¿Ella? ¿De quién hablaba su padre?
—No lo sé, no pude preguntárselo. Después de decirme eso, entró en su habitación, y ya no volví a verlo.
Wen ShanShui reflexionó por un momento. Si se había vuelto loco de la nada, lo primero que uno pensaría era que había sido poseído; pero si el hombre le había hablado tranquilamente, e incluso le proporcionó información sobre lo que le pasaba, aquel no era el caso, o al menos no lo parecía. Para eso, había una pregunta clave que resolvería sus dudas al respecto.
—Cuando usted habló con su padre, ¿él tenía ambos ojos?
—Sí, claro que los tenía. ¿Por qué pregunta eso?
—Quería descartar algo. —Suspiró, dejando caer sus hombros, y añadió—: Escuché que muchas personas desaparecieron. Usted habló de un templo en construcción, ¿verdad?
You YuMo curvó una ceja y miró a su maestro. No comprendió del todo a lo que quería llegar, aunque tenía sus propias hipótesis.
—¿Por qué sacas lo del templo? —consultó You YuMo de todos modos.
—Tal vez sean ideas mías... ¿Puede ser que los desaparecidos sean todos trabajadores de la construcción? —conjeturó Wen ShanShui.
Pese a que ellos no pudieran verla, la muchacha asintió con su cabeza desde el otro lado.
—Al día siguiente, me enteré de varias desapariciones más en el pueblo. Todos cumplían con una característica: ellos eran parte de la construcción del templo.
—¿Sabe usted cuántos han desaparecido hasta el día de hoy? —preguntó Wen ShanShui, poniéndose la mano en el mentón.
—Luego de los primeros catorce hombres, enviaron a dieciséis más para continuar la construcción, ellos también desaparecieron. Nadie ha vuelto a ese sitio por miedo a no regresar.
—Entiendo —aclaró el maestro—. Usted dijo que sabía algo sobre esa bestia, ¿no? ¿La ha visto? ¿Qué sabe de ella?
—En realidad, esto me lo dijo mi padre, aunque no parecía decirlo en serio al final. Aun así, muy dentro de sus palabras, creo que decía la verdad. Tampoco quiero parecer una loca por lo que voy a expresar.
—No se preocupe, no la consideraremos algo como eso. ¿Qué dijo su padre?
—Yo supongo que hay personas detrás de esto. Mi padre me comentó: "Los humanos pueden ser verdaderas bestias. Pueden maltratarnos y llevarnos a cosas inimaginables. Por sus propios deseos de poder, hacen cosas inexplicables". —Pausó, como si le doliera recordar esas palabras.
—¿A qué quiere llegar con eso?
—Lo que digo es que mi padre ha visto... bestias humanas.
—¿Insinúa que lo decía de manera literal? —Se sorprendió el maestro.
—Sí, él continuó diciéndome. "A esa mujer le encanta ver sufrir a la gente como nosotros, tal vez a ese cultivador aún más. Son sádicos, deseosos de sangre. Hay cosas allí debajo de las que es mejor no hablar, cosas no del todo humanas. —Pausó una vez más con los labios temblorosos—. Terminó diciendo que no lo tomara muy en serio.
La joven esperó una respuesta de Wen ShanShui, quien intentaba digerir sus palabras. Ella volvió a tartamudear.
—Y-yo sé que se podría referir a sus jefes de construcción, son muy estrictos y arrogantes. Muchas personas son tan crueles como las bestias... Lo dijo con tanta seriedad al principio, todo para terminar diciendo que era una broma. Él no es así. ¿Y si hay una bestia que los está poseyendo? ¿Y si se los está comiendo? —Sollozó.
Wen ShanShui meditó y dirigió una mirada preocupada hacia You YuMo. ¿Podía ser que se estuviera enfrentando a alguna otra criatura? ¿El padre de esa joven intentaba decir que había verdaderas bestias humanas controlando la construcción? ¿Acaso era algo similar al hombre de fuego? ¿O solo insinuaba que sus jefes de trabajo eran personas malvadas como las bestias?
—¿Él mencionó algo más que hablara sobre bestias con formas humanas?
—No lo hizo. Los dioses quieran que no sea así... —Suspiró, confusa—. Las cosas que se me ocurren son impensables. Parezco una tonta ahora mismo.
—No lo es, no lo parece. Admiramos su preocupación y valor al contarnos. No se altere, buscaremos las respuestas. Por favor, descanse por ahora.
—Gracias, cultivadores, les deseo lo mejor.
De inmediato, Wen ShanShui miró a You YuMo, parecía concentrado en algo y el discípulo ya podía más o menos interpretarlo.
La joven se alejó de allí con rapidez, por lo que Wen ShanShui esperó a no escuchar sus pasos para abrir la puerta. Al hacerlo, tomó una fuente repleta de comida y la colocó sobre la mesa ratona, en la que anteriormente estaba acomodando sus sellos y talismanes. Esa chica había ido a llevarles la cena, no a charlar, solo que las cosas habían acabado así de repente, ¿era coincidencia o ella habría solicitado entregarles el alimento para hablar? Sin dudas, era una joven valiente.
El dúo se sentó para comer, al mismo tiempo, Wen ShanShui ofreció un cuenco con comida al joven rubio de expresión dudosa.
—¿Qué piensas sobre lo que escuchamos?
You YuMo tomó los palillos de madera, comenzó a comer y contestó:
—¿No es extraño? ¿Una bestia se comporta de ese modo? Si realmente es una, yo diría que se enojó por la construcción de ese templo, o al contrario, lo quiere para ella sola. Tal vez está justo sobre su territorio... Igual es muy extraño. Creo que podría haber una persona detrás de todo. Ella habló de una mujer y un cultivador, creo que ellos podrían tener algo que ver, hay que investigar.
—Tú también te diste cuenta. —Wen ShanShui asintió y, al igual que You YuMo, tomó los palillos para comer—. Esto podría ser obra de una persona que cultive con sacrificios. Quiero suponer que no es otra cosa desconocida, si es una bestia común comiendo humanos, entonces no es tan raro —aclaró.
—¿Y si nos equivocamos y en realidad sí es un cultivador oscuro?
—Debemos capturarlo primero. —El maestro masticó un vegetal— Y si es una bestia, derrotarla, aunque, ¿no te parece que ella hubiera destruido todo lo que llevaron esas personas a su territorio? Quiero decir, en vez de hacerlos desaparecer, ¿no sería una actitud más común destruir todo? Material de construcción y esas cosas. Me parece más lógico así.
Con esa respuesta, You YuMo bajó la mirada para dar un bocado.
—Exacto, cuando les molesta algo, lo destruyen. Podría ser una extraña excepción, la duda está ahí.
—Además, esta gente nunca había sufrido problemas con una bestia que viviera en la colina. Es un espacio demasiado abierto como para que una bestia decidiera vivir allí. Esa construcción inició porque el pueblo pensaba extenderse un poco más. Si ella estuviera molesta por esto, habría dejado claro que no permitiría que los humanos se acercaran tanto. Destruiría el templo y las casas a su alrededor.
—Sí, es extraño —agregó You YuMo—. No sentí ninguna presencia inusual en particular desde que llegamos.
—Mañana iremos temprano a investigar.
—Bien. Comamos tranquilos y descansemos primero, ¿qué tal eso?
—Me parece bien —respondió Wen ShanShui.
Ambos terminaron la cena y descansaron esa noche. Con los nervios y la emoción por las nubes, You YuMo esperaba resolver su primera misión junto a Wen ShanShui; deseaba demostrarle lo confiable que podía ser, quería demostrar que había crecido en todos los aspectos. Esa primera misión junto a la persona que más admiraba y quería, claro que estaría feliz. «Ojalá pudiera ser así para siempre... Ojalá nunca dejara de ser mi maestro», pensó en sus adentros, conciliando el sueño de inmediato.
Por la mañana siguiente, You YuMo y Wen ShanShui caminaron por las calles del pueblo en dirección a la colina. El menor iba casi dormido, puesto que se habían levantado muy temprano para investigar. Para Wen ShanShui, despertar al chico había sido un trabajo que requirió mucho de su tiempo; aquel solía abrazar con fuerza su almohada, a veces la sacudía para golpearlo con ferocidad y, con un movimiento desprevenido, podía tirar lejos a cualquiera, había que estar atentos. A causa de eso, Wen ShanShui se había levantado incluso un rato antes de lo previsto, todo para conseguir salir en hora.
Llegaron a la colina luego de una extensa caminata, subieron varios zhang de altura y encontraron el lugar en donde se estaba construyendo el templo. Ya estaba bastante adelantado, tenía la primera planta casi terminada, un primer piso, al que solo le faltaba la mitad del techo y una fuerte escalera de piedras; quién sabía cuántos pisos más serían añadidos.
Wen ShanShui se acercó a las finas decoraciones de las paredes para analizarlas. El templo estaba siendo decorado con materiales muy caros, incluso había finos hilos similares al oro, dibujando dioses o patrones característicos del reino. Todo eso era realizado por artesanos de muy buen nivel, los dibujos eran hermosos y sin errores, daban una sensación de infinita fe y dedicación; el dios al que le rezaban allí debía ser uno muy afortunado.
—Es un muy buen material, tengo entendido que la reina invirtió en todo esto a pedido de la gente del pueblo —comentó Wen ShanShui.
—¿Cuál es el punto con hacer tan caro un sitio así? ¿Acaso los dioses utilizan estas joyas o estos materiales para algo?
—No. No es más que una forma de los humanos para demostrar su devota fe hacia los dioses. Incluso las deidades tienen templos así de caros y lujosos.
—¿No podría gastarse todo este dinero para salvar a la gente que vive en la pobreza? —cuestionó You YuMo, admirando los finos hilos similares al oro.
—Eso es más fácil de decir que de hacer. Las personas creen que, cuanto más hermoso y costoso sea un templo, más atención les prestará el dios en cuestión. No todos piensan en los de abajo, sino en sus propios beneficios y familias.
—Eso es bastante triste.
—No es algo que nosotros podamos controlar. Así funciona y ha funcionado por generaciones, no podemos cambiar las creencias ni las maneras de demostrar afecto de la gente. Lo que podemos hacer nosotros, sin embargo, es ayudar siempre que se presente una situación difícil.
—En un futuro, yo quiero ayudar en lo que pueda, aunque no sea un dios. Ya sean ricos o pobres, me gustaría ayudarlos con mi cuerpo mortal. —Sonrió.
Ante tal confesión honesta, Wen ShanShui sintió su corazón ablandarse y calentarse, ¿cómo lo hacía? ¿Cómo era que You YuMo podía generarle tantos sentimientos?
—Los cultivadores podemos obtener una ascensión divina, si cultivamos lo suficiente, podrías entrar en los cielos. Poco se escucha de ese tipo de historias, aun así, es una meta prometedora si quieres más poder.
—No digo que quiera ser un dios, lo que digo es que, cuando me gradúe y pueda correr libremente, me gustaría ayudar siempre que se me requiera. Claro que también busco la inmortalidad y entrenaré para obtenerla. ¿Tú no buscas superar tu nivel actual, Wen ShanShui? —preguntó, lleno de calidez en sus palabras.
—Eso me parece bien. Y sí, también busco el camino de la inmortalidad, me alegra saber que tengas planeado un futuro, You YuMo. Llegarás muy lejos.
You YuMo no contestó a todo eso. Se veía pensativo, como si estuviera masticando palabras en su boca, las cuales no se atrevían a salir.
—Eh... ¿Entonces? ¿Encuentras algo raro en esto? —Regresó al tema de las decoraciones en las paredes.
—No con precisión en estos dibujos. Por lo visto, la reina se preocupa mucho por el bienestar de esta gente, les ha concedido tantos materiales y lujos. Sin duda, cree que este lugar tiene futuro.
—Sí. —El joven rubio observó los patrones—. En verdad lo cree.
—A pesar de que no percibo la presencia de ninguna bestia, siento que hay algo raro aquí. Tengo un mal presentimiento. You YuMo, ¿tú no sientes nada?
You YuMo lo miró de forma afirmativa.
—Lo hago, solo que no es igual a cuando una bestia domina un territorio Es una energía diferente. Además, es muy débil.
—Presiento que he sentido esto antes. —Wen ShanShui rascó su mentón—. Algo muy similar que no logro identificar.
Al escuchar esas palabras, You YuMo se adelantó y subió por las escaleras de piedra.
—Este piso estaba en medio de ser construido. Wen ShanShui, no hay nada aquí.
—No te alejes tanto, no sabemos lo que puede aparecer.
—No estoy lejos. —Bajó otra vez al piso inferior, haciendo pucheros.
Después de estar observando y analizando el templo por largo rato, buscaron en los alrededores. El entorno era abierto y casi no había árboles. Si una bestia vivía allí, tendría que ser muy visible, ¿o quizás muy pequeña? Se sabía que a las bestias les gustaba estar en lugares oscuros y cerrados, o al menos donde no fueran visibles, cualquier cultivador que pasara era una amenaza y, si no tenían donde ocultarse, era difícil sobrevivir, ¿quién no querría refinar el núcleo de una bestia para elevar su propio poder? Muchos lo harían sin dudarlo. Por eso, no era para nada una situación normal que vivieran en una colina de este tipo.
Wen ShanShui pensó que quizás era una bestia que vivía en cuevas hechas bajo tierra, algo así como los topos. No muchas vivían así, pero, para asegurarse, recorrieron toda la colina sin tener éxito alguno. No había ni una cueva o indicio de alguna.
El recorrido por la colina demoró mucho tiempo. Luego de descansar y comer algunos bocadillos que Wen ShanShui había comprado para llevar, siguieron buscando en la zona baja, hasta que You YuMo dejó salir un suspiro agotado y se recostó en el suave césped.
—Es inútil, no hay nada más que algunos animales aquí. Tampoco hay casi árboles. Estoy rendido, ya no quiero caminar más. —Jadeó, exhausto.
—Volveremos al templo, hay algo que no verificamos.
You YuMo suspiró otra vez y se puso de pie.
—Está bien, vamos.
Los jóvenes, cansados de caminar todo el día, volvieron a subir la colina y entraron en el templo una vez más. Wen ShanShui tenía una fuerte corazonada, comenzó a agacharse en diferentes sitios para tocar el suelo hasta que, por fin, algunas maderas sonaron diferente.
You YuMo se congeló, un mal presentimiento llegó a su cuerpo. Un recuerdo acompañado de mucho miedo lo invadió. Tragó saliva, haciendo que su nuez de adán subiera y bajara un par de veces.
—Wen ShanShui, eso... ¿Es un sótano?
—Está muy bien escondido, nunca había visto algo igual en un templo de este estilo, ¿por qué habría uno? —Lo miró con ojos preocupados—. Casi no se siente hueco, debe de tener una capa muy gruesa de madera.
You YuMo retrocedió algunos pasos y, nervioso, miró hacia afuera. La noche empezaba a asomarse, no le gustaba nada la idea de quedarse en un sótano por esas horas. En realidad, tampoco por el día, mas, si era de noche, con más razón no querría entrar
—El sol se está ocultando, será mejor que regresemos mañana. ¿No te parece? —Sonrió, tocando la espalda de Wen ShanShui.
Justo en el momento en que You YuMo terminó de hablar, el cielo, como si fuera por arte de magia o un castigo lanzado por los dioses, comenzó a nublarse de manera terrible. Para colmo, a los pocos segundos empezaron a caer rayos. Una fuerte tormenta había iniciado.
You YuMo maldijo en voz baja. Nunca le habían dado miedo los truenos o los rayos, pero, en esas circunstancias, con todos los recuerdos vívidos en su mente, se aterró. Al sentir uno caer cerca a ellos, no pudo hacer más que treparse a su maestro. Lo abrazó con fuerza y cerró sus ojos, como si ese fuera el sitio más seguro en el que estar. Temblaba, apretaba tanto su agarre que hasta dolió. Wen ShanShui se preocupó por esa actitud, no era propia de él.
—You YuMo, ¿qué te pasa? —dijo, dando suaves palmaditas en la preocupada espalda.
—¿Por qué tenía que llover justo ahora? Estuvo todo el día el sol radiante que hasta quemó mi piel. ¿De dónde salió esto? Me están jugando una broma, odio los sótanos y los lugares cerrados. ¡Maldita sea! —gritó, cerrando los ojos con fuerza y aferrándose más, sin intención de soltarse.
Wen ShanShui estaba confuso con esa respuesta.
—¿No te gusta la lluvia?
—¡No es eso, i-idiota! —Tiritó—. No quiero quedarme aquí de noche y menos si hay un sótano ahí abajo. Maldita sea. —You YuMo se estremecía miedo, y Wen ShanShui acarició su cabeza para intentar calmarlo.
Le había parecido hasta gracioso que lo llamara idiota, You YuMo jamás maldecía, y menos lo insultaba; era un miedo genuino. Wen ShanShui dio más palmaditas en uno de sus hombros, sin enfadarse en lo más mínimo.
—Está bien. Tranquilo, nosotros...
Antes de poder terminar, por debajo se sintió una energía inusual, como si varias pequeñas bestias estuvieran siendo envueltas y apresadas en otro tipo de energía.
Aferrado a Wen ShanShui, You YuMo volvió a tragar saliva con fuerza, se negaba a soltarse, pero el maestro debía entrar y ver qué cosa había allí. Lo más probable era que lo que fuera que se encontrara ahí abajo fuera el responsable de las extrañas desapariciones de los constructores del templo.
—You YuMo, debes calmarte. Escúchame, voy a bajar —dijo Wen ShanShui con calma en su voz.
El muchacho presionó con más fuerza el cuerpo de Wen ShanShui para que este no se soltase.
—No quiero soltarte.
—Escucha. —Suspiró—. Quédate aquí arriba si no quieres bajar. Tú no tienes por qué entrar, ¿está bien? Entiendo que estés así por todo lo que pasó en el sótano de la capital viej, por eso no te obligaré. Estaré cerca.
You YuMo negó con la cabeza mientras se aferraba con más fuerza y apretó con fuerza sus labios.
—You YuMo... —La energía se volvió a hacer presente con más fuerza que antes—. You YuMo, voy a bajar.
You YuMo abrió los ojos. Entendía que no podía hacer nada si se escondía, debía vencer sus miedos si quería mejorar. ¿A quién podría salvar si no podía salir adelante por sí mismo? Aparte, estaba junto a Wen ShanShui, juntos estarían bien. Toda su confianza estaba volcada en ese hombre, no lo dejaría solo, no podía traicionar su confianza, ¿acaso no era esa su idea desde un inicio? Demostrarle que podía ser de utilidad, que podía confiar en él. Si algo le sucediera, ¿podría siquiera perdonarse?
You YuMo negó con la cabeza.
—No puedo dejarte solo ahí abajo, iré contigo —sollozó.
El corazón de Wen ShanShui se ablandó y sonrió con dulzura.
—Gracias, eres un buen compañero. Eres muy confiable, You YuMo.
Tras un último apretón contra él, ambos se separaron con una sonrisa intranquila.
Al ser liberado, Wen ShanShui perforó las maderas con su espada hasta romperlas en pedazos. You YuMo se quedó escondido detrás de él, agarraba las arrugas de sus ropas y maldecía a todos los sótanos del cielo la tierra.
—Maldita sea... En serio preferiría no tener que bajar —balbuceó.
Wen ShanShui comenzó a sacar las maderas con sus manos, y, de manera increíble, You YuMo lo ayudó. Al terminar, se miraron a los ojos con decisión. Wen ShanShui, percibiendo el temor del otro, le estrechó la mano.
—Vamos juntos.
Nunca rechazaría esa mano, You YuMo aceptó y le asintió.
—Sí... Vamos.
«Si él está a mi lado, todo estará bien, no hay que temer, ¡es un sótano, nada más!», se mentalizó el joven de ojos esmeralda.
Bajaron por las escaleras de madera. Ya debajo, y con los pies en una superficie firme, Wen ShanShui sacó un talismán de luz y lo activó. De allí salió una bolita de luz, la cual alumbró el camino. Era blanca y pequeña como la palma de una mano, danzaba en el aire pareciendo indicar el camino frente a ellos, mas, en realidad, solo se mantenía a una corta distancia de su portador y creador.
Como You YuMo temía, el sótano era estrecho, húmedo y oscuro. Para empeorar la situación, la energía era horrible, el simple hecho de percibirla lo hacía temblar. Eso era debido a la extrañeza de la misma, muy diferente a la de las bestias, y a la vez, muy similar.
—¿Qué cosa está despidiendo ese tipo de energía? No puedo recordar dónde más la he sentido —dijo Wen ShanShui, tomando con más fuerza la mano a You YuMo—. No te alejes de mí, pase lo que pase, no te alejes.
You YuMo, quien contestó con un movimiento de cabeza afirmativo, habló entre susurros.
—Yo tengo el mismo presentimiento, y tampoco logro identificarlo.
Caminaron por el estrecho túnel casi pegado el uno con el otro. Al llegar al final, Wen ShanShui se detuvo. Había una puerta de madera bastante grande, que movió con cuidado. Sin precipitarse, esperó unos segundos y, al no escuchar ninguna respuesta desde el otro lado, decidió entrar, siempre con la guardia en alto.
El par ingresó en un salón, el cual estaba iluminado con una especie de cristales flotantes. Los mencionados eran muy bellos, tenían luz propia y un brillo encantador. En su interior, dejaban ver algo, se debía de mirar muy de cerca para notar qué clase de cosa era. Eso hicieron ambos y no tardaron en quedar helados en su lugar. Ya no les parecía tan bonito ese brillo.
Eran cinco cristales que contenían un líquido espeso, dentro de cada uno había una persona. En específico, jóvenes de más o menos la edad de You YuMo. En el suelo había un círculo mágico con un símbolo que ya habían visto antes, y en las paredes, sellos de tela dibujados con sangre.
Wen ShanShui se acercó corriendo a los cristales. Él reconocía a la perfección muchos de esos rostros. You YuMo, que miró con desagrado y lástima a esas personas, notó que a Wen ShanShui le había afectado más de lo normal.
—¿Wen ShanShui? ¿Te encuentras bien? —preguntó, preocupado y entristecido.
El hombre miró al suelo, luego a You YuMo. Su rostro ceniciento parecía el de un fantasma. Con la voz temblorosa, le contestó:
—Ellos... Muchos de ellos... Fueron mis discípulos.
El rostro de You YuMo quedó helado, sus ojos se abrieron cuanto pudieron a causa de la sorpresa, era la confusión en persona.
—¿Q-qué? ¿Qué dijiste?
Wen ShanShui volvió a ver los cuerpos.
—Ellos fueron mis discípulos, todos ellos. —Señaló—. Quisieron entrar en la Zona Final, You YuMo... Esto es muy extraño. Debemos salir de aquí de inmediato y pedir ayuda, hay que ayudarlos a salir de ahí antes de que sea tarde.
Antes de cualquier movimiento que quisieran realizar, varios golpes se escucharon en la entrada del sótano, como si algo estuviera cayendo. Sin pensarlo, ambos corrieron a la entrada, donde no había más que escombros. Ese temblor fue como si un terremoto se hubiera desatado. El suelo tembló y el polvo cayó con libertad sobre ellos, al igual que varias pequeñas rocas.
El templo se derrumbaba, enterrándolos vivos a los dos.
Fin capítulo 15.
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¡Hola! ¿Cómo están todos?
Por aquí les dejo la ilustración de los cristales, una referencia del pueblo Xuán Yá y del sótano (las dos últimas hechas con wombo.art):
Ejemplos de Xián Yá:
Se parece bastante a la aldea de Ping'an, que es un pueblo en el área escénica de los campos de arroz en terrazas de Longji, al noroeste de Guilin, China. Es una de las tres aldeas principales de la zona y se caracteriza por sus casas de madera tradicionales y las terrazas de arroz que se derraman por la ladera de la montaña.
¡Espero que les haya gustado!💖
¡Nos vemos en el próximo capítuloo!💖
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