"Comete una masacre y serás un emperador".
Claude frunció el ceño mirando fijamente el cuadro de la bella mujer peli marrón de ojos verdes.
Se enamoró de ella, confió en ella, en sus palabras, tuvo sueños estupidos de ellos dos siendo una hermosa pareja pero al final le clavó una puñalada por la espalda junto a su hermano.
Hermano.
Ellos jamás fueron hermanos, jamás fueron una familia. Eran enemigos.
Y ahora en su palacio estaba una de sus hijas.
Cuando se reunió por primera vez con Jamileth y vio un destello cerúleo pensó que había alucinado y que ella portaba algo de magia imperial por eso sus ojos brillaron por leves segundos. Pero no se imagino que ella portará los ojos imperiales.
Eso cambiaba absolutamente todo.
No le importaba que la gemela mayor también tuviera ojos imperiales lo importante era que Jamileth era alguien de la realeza y que sería una futura mariposa.
La mujer más importante y poderosa de todo el mundo.
Tenía al mismísimo oro sagrado entre sus manos. No podía dejarla en las manos de los Alfierce.
De seguro ellos solo sabrían que tiene magia y los ojos imperiales pero no se imaginan el grandioso poder que porta.
Si era entrenada y educada estrictamente sería una persona sumamente poderosa.
Pero...si era poderosa y a futuro descubría que ella era hija del antiguo príncipe heredero y que él lo mató, podría obtener deseos de venganza e iniciaría una revolución. Eso era un problema.
Tenía que hacer algo para que esa niña esté por completo de su lado y que jamás lo traicione.
Podría hacer que forme una amistad sólida e indestructible con su hija pero la amistad se rompe fácilmente cuando se trata de vengar a un familiar.
Y si bien Jamileth no conocía a sus padres, él estaba seguro que esa niña lucharía por ellos. Porque era una huérfana que siempre habrá deseado amor.
Él lo entendía, él deseo eso cuando era niño y luego se convirtió en lo que hoy era gracias a sus deseos de venganza.
No podía dejar que esa niña se vaya de sus manos como si fuera agua.
Tenía que tenerla a su lado para siempre, sería beneficioso para el imperio y para él.
Pero si no funcionaba el plan de amistad y a futuro veía deseos oscuros en ella...tendría que acabar con su existencia antes de que sea más poderosa.
No sé podía arriesgar a que algo le pase a su hija o a su imperio.
Incluso si la dejaba convertirse en caballero y juraba lealtad a su imperio no podía confiar en ella. Ya que un juramento es fácilmente roto cuando también se trata de venganza.
-"...ya entiendo, ese maldito perro cree que las gemelas son mis hijas, nadie además de las personas del palacio supieron de su relación y ahora están muertas, solo Felix sabe sobre ellos, Lillian York también debe de pensar que son mis hijas por eso su temor, ahora entiendo...tal vez".
Se levantó y camino hacia el cuadro de Penélope.
No había dudas de que si decía a su pueblo que las gemelas eran sus hijas nadie lo dudaría eran la perfecta combinación de Penélope y alguien de la realeza.
También entendió el plan de Roger con las gemelas, era un plan estupido pero que logró darle una idea y que por más planes que Roger piense jamás podría ir un paso adelante de él.
Roger jamás sabría lo que él descubrió ese día, bien.
Jugaría el mismo juego que Roger.
Le diría a Jamileth que era su hija pero que debía de mantenerlo en secreto.
Si ella pensaba que era su hija, se sentiría en familia, jamás los traicionaría.
No corría peligro de que alguien le diga que era hija de Athanasio porque solo Felix y él sabían la verdad.
-"eres hija de esa maldita perra pero no te pareces en nada, por el momento, esperemos al futuro para ver si eres como ella...te odio con todo mi ser pero tu hija será lo único bueno que me ayude en mi Era".
En la oscuridad de su cuarto solo sus ojos brillaron.
Pero él no sabía que ese plan le traería consecuencias en el futuro y que cometería el error más grande de su vida.
La noche había llegado y Jamileth se encontraba en el cuarto del palacio garnet que le fue asignado. Fuera del cuarto habían dos caballeros custodiando su "seguridad".
Lucas le había explicado lo que estaba pasando.
Pero ella seguía sin querer estar allí, quería ayudar a su amiga pero no de esa manera. No le gustaba la forma en que la miraban.
No le gustaba lo que estaba pasando.
Flashback.
Cuando Felix los llevó al cuarto, se fue dejando solos al mago y a la niña.
La dejo en un sillón y se arrodilló ante ella.
-no tienes que tener miedo, no dijiste que querías ser un caballero?, proteger a la realeza es el deber de un caballero imperial, debes de ser fuerte...cuando el emperador lo decida empezaremos con tu entrenamiento como futura mariposa, yo seré tu maestro, debes de estar contenta tendrás un gran poder y serás la mujer más poderosa de todas -hablo con su sonrisa arrogante tan normal en él.
Pero solo obtuvo el silencio de la menor, la cual estaba mirando al suelo y tenía fruncido el ceño.
-...enana, podrás volver cuando todo esto termine, es complicado pero eres inteligente podrás entenderlo -dejo de lado su burla y le sonrio con suavidad haciendo que ella apriete sus manos.
-deja de mirarme así -ante su susurro arqueo una ceja.
-yami?.
-no me llames así! -lo miro enojada y él se sorprendió al ver sus ojos brillantes.
Ella se bajó del sillón y se alejó de él, haciendo que se pare.
-no somos amigos para que me llames así!, no los entiendo, tú me miras raro y el emperador también, él...él me mira igual que lo hacen mis tíos conmigo y mi hermana, no me gusta, quiero irme a mi casa aquí nadie es mi amigo...ustedes no son mis amigos, no son buenos -susurro lo último bajando la cabeza y apretando su vestido.
Lucas la miro apacible y suspiro.
-acaso no hemos sido buenos contigo?, te explicamos todo con calma y por lo que sé, te han tratado con respeto y amabilidad.
-no!, no quise decir eso!, me trataron bien pero...pero me miran raro!, no son totalmente buenos, lo sé, lo puedo ver, soy una niña pero no soy tonta -lo volvió a mirar con furia.
Furia hacia lo que estaba pasando, lo que le sucedía, las órdenes que estaba recibiendo, que no la entendieran y que ella no se pudiera dar a entender por ser una niña con miedo.
-incluso Athanasia no es tu amiga? -la miro atento y sereno esperando su respuesta.
Ella apreto sus labios y luego nego.
-no...At...la princes me mira con desco... -hizo una mueca al no recordar la palabra y bajo la cabeza haciendo que una sonrisa surgiera en el rostro de Lucas.
Él entendía perfectamente lo que ella quería decir pero la pinchaba para que exprese todo lo que sentía porque así su enojo aumentaba y su magia empezaría a surgir con más fuerza.
-ella también me mira raro y kiel me dijo que las personas que me miran así no son mis amigos.
Ante el nombre del Alfierce, Lucas frunció el ceño molesto. Por qué creía tanto en las palabras de ese dichoso Kiel.
Pero ella seguía siendo una niña, podía ser muy influenciable si la persona adecuada se ganaba su confianza. Era entendible.
-como sea, sé paciente y no des problemas, piénsalo me ayudas con la recuperación de la princesa, entrenas un poco, si el emperador te deja, y al final te vas a tu casa, pero -se volvió a arrodillar ante ella y la miro serio -esto no lo puede saber nadie más que nosotros y el emperador junto a Loebein, nadie puede saber que eres una mariposa incluso tu hermana y ese tal kiel, lo entiendes?.
Ella lo miro nerviosa pero luego frunció el ceño y asintió.
-prometelo.
-...lo prometo, yami no le dirá a nadie sobre lo que paso hoy.
El mago sonrió satisfecho.
-muy bien, descansa enana luego vendré a verte -se paró y estuvo por acariciar su cabello pero ella se alejó y se acercó a la ventana dándole la espalda.
No somos amigos.
Claro, ella ya no confiaba en ellos.
Y solo estaba allí tan tranquila y sin hacer berrinches porque era lo suficientemente inteligente como para saber que debía de seguir las órdenes del emperador o le podía ir mal a ella o a sus seres queridos.
Lucas se fue de allí dándole una última mirada.
Era su reencarnación pero no eran iguales.
Fin flashback.
Solto un suspiro triste y abrazo la almohada en sus brazos.
Una sirvienta le llevó la cena pero ella no tocó la comida, no quería comer, se quería ir de allí.
Tenía miedo pero su orgullo y sus conceptos sobre ser un caballero no la dejaban llorar.
Ella tenía que ser fuerte para volver con su primo y su hermana.
En ese palacio nadie era su amigo pero aún tenía a su gemela y a su primo.
Cierto?.
-s-su majestad, no puede hacer eso!.
Felix miro alarmado a Claude luego de escuchar su plan.
La mañana había llegado y mientras Lucas seguía curando a la princesa, Jamileth esperaba paciente en el cuarto, había estado mirando el cielo durante toda la noche sin poder dormir.
No podía dormir sin su hermana o su primo.
Cuando Felix iba a volver con su trabajo de cuidar a la princesa fue llamado por Claude.
Y él le dijo su plan sobre hacerle creer a Yami que era su hija ilegítima, le contó sobre el plan de Roger y lo que seguramente sabían.
-claro que puedo, solo ella y nosotros lo sabremos, Lillian York sospecha sobre su origen pero nadie le dirá la verdad, que siga creyendo esa mentira, esa niña tiene que estar de nuestro lado, es por nuestro beneficio.
Siguió firmando los documentos ante la mirada estupefacta del caballero.
No podía creerlo, esta bien que esa niña sea hija de esa mujer pero ella no tenía la culpa de nada.
-la empezarás a entrenar como caballero, ese será mi primer regalo para que ella guarde el secreto y para que se sienta feliz y se quede tranquila en el palacio.
-...claude -ante su llamado serio lo miro curioso -te hablo como amigo y camarada, no puedes hacerle esto a una niña que ha sufrido tanto, no sé con certeza lo que ha pasado pero veo la soledad en sus ojos, esa niña no puede sufrir más, acaso piensas en lo que pasará si ella sabe que todo fue una mentira?, y si la princesa lo descubre y piensa que la reemplazaras?, si las dos se hacen amigas y Athanasia descubre que le mintieron a las dos?, cómo reaccionará Athanasia sobre esto?.
Jamileth es apenas una niña que no tiene la culpa de nada, no puedes hacer estos planes para el bien del imperio, estás siendo igual que ellos.
Ante sus palabras cargadas de nerviosismo, miedo, enojo e impotencia incluso frialdad se sorprendió pero luego chasqueo la lengua y se recostó en su asiento.
-para tener algo de dinero mata 10 hombres, para ser un caballero mata 100 hombres, para ser un noble mata 1000 hombres y para llegar a ser un emperador comete una masacre.
Felix eres muy ingenuo, el trono no es simplemente oro y joyas, todo el mundo lo sabe, hasta ahora no he tenido mis manos limpias para convertir al imperio en lo que hoy es, una mentira para asegurar al imperio no hará nada.
El pelirrojo apretó sus puños y cerró sus ojos con enojo.
-...bien, como desee su majestad, pero ten en cuenta que esto será tu más grande error -Felix Loebein era el único que se atrevía a enfrentar al emperador.
-trae a esa niña, debo hablar con ella.
El mayor se volvió a exaltar y asintió dejando solo al rubio.
-...un error?, hn jamás cometere el mismo error, no volveré a caer ante una perra.
Sus ojos brillaron de oscuridad ante los recuerdos de su pasado.
Los Alfierce y la condesa pagarían tarde o temprano por su trato hacia las gemelas, y Claude también lo haría.
Todos sufrirían por haber jugado con esos seres inocentes.
Pero...Jamileth estaría lista para la mayor traición de todas?.
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Primero iba a hacer que Claude adopte o tome bajo su tutela a Yami, pero después me dije "nah, hagamos que odien a claude y a la mayoría de los personajes de PE incluyendo a Atthy y zenit".
Habrá algunas excepciones pero en esta historia haré ver el lado malo de todos los personajes de PE.
Y yami tendrá algunos cambios, su comportamiento será muy humano, a veces sera inocente, blanda, rebelde, busca pleitos, que se siente equivocada y pide perdón para luego volver a ser inocente y bla bla bla. Quiero que ella tenga un comportamiento humano, que se equivoca y luego de sus errores aprende.
Obvio que a futuro todos sufrirán por sus lados oscuros que dejaron ver a la pequeña Yami.
Gracias x leer.
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