Buenas uwu/ aquí ta la actualización >:3
Lloremos en compañía (?) xD

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Como olvidarlo..¿Cómo olvidar aquel día en que su vida cambió totalmente? La ida de su padre fue un golpe muy duro no solo para quien era su esposa desde hace muchos años, si no también para sus hijos y el hogar donde vivían.

Edith muy pocas veces era las que comía o se fijaba en los detalles del hogar, poco a poco, su depresión fue haciéndola alejada de sus hijos y de las necesidades de la nueva bebé que había traído al mundo.

Edmond trataba de alegrar a su mamá, pero le era muy difícil ya que esta no cooperaba a ayudar. Pero él siempre estaría ahí para su madre..

Aveces no había nada para comer, o sencillamente..no había nada de comer. A lo que Edmond salía avergonzado a pedir dinero a la gente de la calle.

No recolectaba mucho con su pedir, pero lo que encontraba lo invertía en algo de comida para llevar a casa.

Poco a poco, el infernal invierno que abundaba los campos de Francia, devoraba todo aquello que permanecía vivo. Incluso la pequeña llama que aún sobrevivía en la familia de nuestro pequeño e inocente rubio.

– ¡Mamá, traje comida! —sonrió con dulzura el pequeño al llegar a casa, estando vestido con ropa vieja y rota, junto una bufanda color mostaza en el cuello—.

Edmond miró a su madre en el sofá acostada, todo el día se la pasaba de esa manera..ya aveces pensaba en que su madre parecía muerta en vida.

– Mami..¿Tienes hambre?..—se acercó a ella y abrió su bolsita. Mostrándole un pan y mantequilla—. No será mucho..pero al menos comemos algo..

Edith no respondió, solo se quedó en su misma posición..empezando nuevamente a sollozar.

Edmond se sintió triste ante ello, a lo que prefirió ir a ver a Anne para ver cómo seguía.

Entró al cuarto donde dormían y se topó a la bebé en su cuna, estaba jugando con un mosquitero que él mismo le fabricó.

Era una tela traslúcida y vieja, decorada con jazmines y margaritas..colgando del techo por un hilo que desprendió de una de sus camisas.

La bebé se entretenía mirando las flores, soltando risas tiernas por querer agarrar estas con sus pequeñas manitas.

– ¡Annee..! —entró al cuarto emocionado y se acercó a ella, dejando la comida en una mesa para después cargarla a ella—. Bonjour ma belle princesse! [Hola mi bella princesa]

Anne al ver que Edmond la cargó, río contenta y soltó un par de pataditas al aire, al igual que extendía sus brazitos para abrazarlo.

Edmond sonrió con ternura y la abrazó con suavidad, hasta que escuchó un silbido muy ligero..

Ese silbido llamó su atención, hasta que al acercar su oído al pecho de la bebé, escuchó que el silbido provenía de ahí.

– ¿Por qué el pecho te suena?..—mencionó nervioso, hasta que la bebé soltó un estornudo.

Edmond cargo bien a su hermanita y la llevó donde su mamá, la cual seguía llorando.

– Mami..Anne-Marie creo que está enferma. —mencionó angustiado, hasta que sobresaltó por una reacción brusca de su madre—.

– ¿¡Te parece que estoy en condiciones de saber qué tiene o no!? Edmond, ¡déjame en paz! Estoy acabada..¡Toma en cuenta que tú madre está muerta! —gritó entre lágrimas con un notable gesto de agotamiento y rabia en su rostro—.

Edmond bajó las orejas con miedo por su reacción agresiva, llegando a cristalizarse un poco sus ojos.

No dijo nada más, solo prefirió retirarse y ver cómo cuidaba a Anne mientras su madre nuevamente rompía a llorar desconsoladamente.

Edmond no sabía como distraer ya su mente de los gritos dolorosos de su madre..era como una pesadilla. Pero cuando notó que Anne empezó a sollozar por sentirse nerviosa, la abrazó.

– Shh..tranquila, mientras yo esté contigo nunca te pasará nada malo..—le susurra con gentileza y los ojos cristalinos—.

Pronto el niño encendió la chimenea con algo de leña que trajo del patio, disfrutando del calor junto la bebé.

Edmond estaba sentado en el piso, con Anne en sus piernas junto un libro de princesas.

– Quand ce fut le soir, Cendrillon voulut partir, et le prince voulut l'accompagner, mais elle lui échappa si vite qu'il ne put la suivre. Or le fils du roi avait eu recours à une ruse: il avait fait enduire de poix tout l'escalier, de sorte qu'en sautant pour descendre, la jeune fille y -avait laissé sa pantoufle gauche engluée. —menciona de forma suave hacia su hermana, sin quitar la mirada del cuento—.

[Al anochecer se despidió Cenicienta. El hijo del Rey quiso acompañarla; pero ella se escapó con tanta rapidez, que su admirador no pudo darle alcance. Pero esta vez recurrió a una trampa: mandó embadurnar con pez las escaleras de palacio, por lo cual, al saltar la muchacha los peldaños, se le quedó la zapatilla izquierda adherida a uno de ellos.]

Anne miraba con curiosidad y ternura los hermosos dibujos del cuento, fijándose en el hermoso vestido azulado de la princesa, al igual que en el hermoso palacio donde estaba.

– Algún día te daré un castillo..uno incluso más bonito que el de Cenicienta..—de forma dulce y cálida se dirigió a la pequeña, la cual alzó su cabecita y lo miró sonriendo con ternura—.

El rubio estaba tranquilo con su hermanita, hasta que empezó a toser con algo de fuerza y eso lo hizo ponerse nervioso.

Intentó calmarla pero no pudo, a lo que corrió con desesperación por la búsqueda de la mayor.

– ¡Mamá, Anne está enferma! —gritó con lágrimas en los ojos, llevándose un golpe de esta—.

Puso su cuerpo encima del de Anne, para que él recibiese el golpe..desafortunadamente, lo recibió. Dejándole adormecida la mejilla.

Edmond la miró con lágrimas desbordar de sus ojos..lágrimas no solo de dolor, si no también de miedo. Le empezaba a aterrar su madre.

– ¡Edmond déjame en paz, DÉJAME! —grita de manera ronca en su llanto descontrolado, haciendo que Anne empezase a llorar del miedo—. Cállate..¡CÁLLATE!

Cuando Edmond miró que su madre lanzo un golpe con intención de darle a su hermanita, rápidamente la puso debajo de él y se llevó el golpe otra vez. Haciéndolo llorar al haberle dolido donde le dió.

Edith al ver que golpeó a Edmond y que ya estaba loca..empezó a agarrarse con fuerza de la cabeza, llorando aterrorizada en lo que se había convertido.

No hizo nada más, sólo corrió al cuarto a encerrarse y a seguir llorando.

Edmond seguía llorando con temor, hasta que escuchó a Anne toser entre sus llantos.

Nuevamente se alarmó y la cargó nervioso, empezando a buscar medicinas en la casa con desesperación.

Logró encontrar un jarabe para la bebé, a lo que agarró un gotero y tomó un par de gotas, tratando de calmarla con sonidos suaves mientras se lo daba en su boquita.

Horas después, Anne se había calmado de nuevo. Y ahora estaba en los brazos de Edmond mientras tomaba
leche tibia en su biberón.

Edmond la mecía con suavidad frente la chimenea, mientras la miraba con detenimiento y se aseguraba de que no se ahogase con la leche.

– Eres una bebé muy hermosa..¿Lo sabes?..—sonrió enternecido hacia ella, la cual daba pestañeos lentos, siendo señal de que iría a dormir pronto—.

A los pocos minutos la bebé cayó dormida, a lo que él la acostó con suavidad en unos cojines que acúmulo en el piso debido a que su madre se había encerrado en el cuarto.

Él por su parte miraba con temor al invierno que amenazaba con entrar por las ventanas.

Estaba atemorizado..el jarabe le ayudó a la bebé, ¿Pero por cuánto tiempo le ayudaría?..¿O cuánto duraría el jarabe incluso?

El terror fue agudizado al escuchar su estómago rugir..tenía mucha hambre..pero había dejado los panes y la mantequilla en el cuarto..y probablemente su madre no le importaría o le dejaría buscarlo.

Fue a la cocina y reviso los estantes con detenimiento, topándose con nada más que polvo y tierra..

A medida que seguía buscando, se iba desanimando aún más, ya que no encontraba absolutamente nada. Eso lo hizo llorar, debido a que estaba con hambre y cansado de la ausencia de muchas cosas..

De la ausencia de su padre, de la falta de calidez de su madre..de la comida, de todo.

Pero él juraba ante el cielo que un día, brillaría como su cabellera rubia cuando era iluminada por el sol. Y que Edmond Clermont Ferrent..no sería un cualquiera.

También sabía que más adelante, él ya sería grande..y Anne estaría pequeña. Por lo que se fijó en que todo lo bueno que pudiese conseguir para que ella no llegase a sufrir cómo él, sin duda alguna..se lo daría.

Pasaron los días y Edmond se fijaba en tres cosas:

Buscar dinero, invertirlo en las necesidades y estudiar.

No tenía dinero suficiente para ir a la escuela..pero, tenía acceso a la biblioteca pública, por lo que se esforzaba en aprender lo máximo que pudiese de estos mismos.

Como sabía que dejar a su hermanita con su madre seria un castigo, logró encontrar una carreta. La cual adornó con colchones, juguetes y flores..no era una carroza digna de una princesa, pero iba a luchar para darle una que si fuese apropiada para su hermanita.

En esa carreta, metía a la bebé y la llevaba a donde él fuese. Teniendo mucho cuidado con esta al igual que se aseguraba de conseguirle algo de comer.

Algunos se enamoraban de la belleza de los niños, llegando a tenerles cariño y dándole desde comida hasta prendas de vestir, incluso llegaban a ayudar a Edmond aportándole productos de bebés para la pequeña.

Todo parecía ir yéndole bien al pequeño..demasiado bien para ser verdad.

Un día, Edmond llegó a casa y no encontró a su madre, supuso que salió..pero le alegró no encontrarla llorando en casa.

– Al parecer mami salió, vamos a descansar que ha sido un largo día..—bostezó y fue al cuarto, acostando a Anne en la cuna— Descansa, Mon trésor —mencionó de forma dulce, dándole un beso en la frente y yéndose a dormir —. [Mon trésor-> mi tesoro]

El oji azul fue cerrando los ojos, acurrucándose en su manta y quedando profundamente dormido..teniendo la luz de la luna iluminando su precioso rostro.

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Y logramos hacer el cap 2 wiiii :D/
Espero tener esta constancia con la historia de mi rubio hermoso uwu pero todo va a variar como siempre :')
Ahorita intentaré actualizar el de Eliza..so, veamos que tal surgen las cosas(?) xD
Gracias por leer :3

Hasta el próximo cap :3❤️