La elegancia del estafador. (1/???)
Hola criaturas del señor uwu xd
Espero estén bien :3, por fin le daré comienzo a la historia de Edmond uwu/ espero les guste :D
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[Pongan la canción de arriba uwu❤️]
En un hermoso, cálido..y lujoso hogar. La servidumbre de aquella mansión, estaba decorando la navidad del hogar de cierto rubio. El cual estaba en la habitación de su hermanita, ayudándola a dormir con una cajita musical.
Aquella dulce canción inundaba con su melodía la habitación, la cual le pertenecía a su adorable y dulce niña.
La pequeña dormía plácidamente en unos acogedores brazos, siendo estos los de su hermano mayor.
Aquel erizo rubio balanceaba su cuerpo levemente de un lado a otro, mientras cargaba a la pequeña que llevaba en brazos y solo se limitaba a mecerla con suavidad junto aquella melodía dulce.
– Ya esta.. —sonríe ligeramente al notar que se durmió y la acostó con suavidad sobre aquellas sábanas blancas acolchadas, dignas para el descanso de su pequeña princesa—.
Edmond se acercó a su frente, dándole un pequeño beso en esta a la vez que la arropaba mejor. Una vez terminó, miró por encima de su hombro hacia la ventana, notando lo nubladas que estaban por el frío del invierno.
Fue hacia estas para asegurarse que estuviesen bien cerradas, después de ver que si lo estaban. Tapó estas con las cortinas, se fue hacia la puerta del cuarto y cerró la puerta con cuidado de no llegar a despertar a la pequeña.
– Que agotamiento..—mencionó al aire y soltando un suspiro al terminar, para cuando se dió la vuelta, sobresaltó al encontrarse a parte de su servidumbre, chasqueando con la lengua algo molesto—. ¿Qué quieren?
– La decoración está lista, monsieur —susurró uno de los sirvientes hacia el oji-azul—.
– Oh, okey. Bueno..en ese caso pueden retirarse..y al salir del pasillo mantengan silencio, Anne está durmiendo..–le dijo con seriedad a la multitud que tenía frente sus ojos, notando que estos se fueron yendo.
Cuando creyó que todos se fueron, notó que vino su asistente con un regalo.
– Bonjour, monsieur Clermont. Le traje..un presente..—menciona con algo de timidez y una dulce sonrisa, salvo que él no se inmutó ante ello—.
– Ah..merci —sin mucho interés ante ello— Puedes retirarte, Suzette. Déjalo en el árbol de navidad..
El joven francés se retiró del pasillo, dejando a la chica confundida..y también algo desanimada.
Esta bajó la mirada, no sabía como darle calor al corazón de hielo de aquel chico. Por lo que se rindió esa noche al querer demostrarle su amor.
El rubio se sentó frente su cómodo y gran sillón, sintiéndose agradado por la calidez del fuego que le brindaba la chimenea de aquel salón.
Edmond miró el árbol de navidad con detenimiento..amaba los adornos azules y plateados. Ignorando los adornos rosados que le metió forzadamente por su hermanita.
La secretaria dejó el regalo bajo el árbol, para después enderezarse y mirarle.
– Monsieur Clermont, ¿podríamos hablar?
– ¿Ahora qué? No agotes mi paciencia, la noche no es lo único que está odioso el día de hoy —sin mirarle ni cambiar su posición en la silla—.
Suzette se sintió algo nerviosa ante su comentario, hasta que suspiró pesadamente.
– ¿Por qué usted es tan..prétentieuse? [prepotente]
– Porque así soy, ¿A qué viene tu comentario tan insignificante..e insólito? —dijo ya molesto y poniéndose de pie, dirigiéndole su inquietante pero seductora mirada azul—.
– Lo digo porque..esta fecha usted siempre es muy duro no solo con los demás..con usted también. Y a decir verdad, me preocupa..
– Escucha, mis razones de ser no son de explicaciones para ti. Te voy a pedir que no insistas en explicaciones y te vayas a la de ya a tú casa, tu comprends? [entendiste?]
Suzette miró hacia otro lado con vergüenza por haberlo molestado, no dijo nada más y se retiró de la sala. Dejando a Edmond en paz.
– Por fin..—sonríe más calmado al sentirse tranquilo, hasta que escuchó unos pasos ir hacia él—. Sacrebleu! Enculé! —se volteó con molestia hasta que miró a un lince de ojos color oliva- Señor..excuse moi.. [Enculé-> que te den]
El rubio miró con pena al lince, quien se puso a su lado y sonrió ligeramente, negando con la cabeza.
– Oh, jajaja. Calmado tigre..¿Por qué tan grosero? Edmond, no sabía que tenías esa lengua larga..
– Pardon, me he sentido..algo abrumado por la fecha. Es todo..–dirige la mirada hacia otro lado–
El lince suspiró pesadamente, alzando la mirada hacia el gran candelabro de cristales que había en el techo.
– Es cierto que esta época ha sido una de las más fuertes para ti..¿Edmond, a estas alturas aún te afecta el abandono de tus padres?
– ¿Qué? Por supuesto que no, ni que fuese un niño. —rodó los ojos y bufó — Es una etapa quemada..sus cenizas se fueron con el viento.
– ¿Cómo olvidar que a estas alturas..hace 7 años te encontraría en tu estado de calle? Edmond, sé que te cuesta mucho abrirte con alguien..inclusive conmigo aún así yo te "crié" por así decirlo. Pero en estas fechas no me gusta verte así.
Edmond fue relajando su postura, dejando de mostrarse tenso para después tirarse a otro de los sillones.
– Es que..pensar en que estas fiestas, precisamente hace 10 años..me hace acordarme de toda la miseria que debí aguantar. Y si le soy honesto señor Pierre, no me he detenido a detallar como fue que conseguí todo esto..
El rubio llevó su mirada a una de las campanas del árbol de navidad, llegándole un recuerdo a su mente que creía haber perdido.
Hace 10 años, a un mes de navidad:
Edmond era un pequeño y dulce niño, de hermosa apariencia y con un rostro angelical.
Se encontraba poniéndole algunas campanillas al pequeño y viejo árbol de navidad que tenían en casa..
No tenían mucho, apenas lo que tenían lograban invertirlo en comida. ¿Regalos en navidad?, ¿cenas? Él nunca supo que era vivir las navidades y recibir un regalo como otros niños..
Siempre anhelaba un oso de peluche, debido a que una vez llegó a tener uno cuando estaba más pequeño, pero tuvieron que vender este único juguete debido a que él quería ayudar a sus padres con algo de dinero.
No ganó mucho por la venta de este, pero tener ese poco de dinero en su mano lo hizo sentir más que emocionado, lo hizo sentir rico y fuerte.
Pero a pesar de todo, los valores que sus padres le dieron eran superiores a la ausencia de cosas primordiales. Y el tenerlos a ellos era más que su felicidad, era su verdadera fortuna. La fortuna de no estar solo..
Una mujer se acercó a Edmond, la cual tenía una sonrisa en el rostro. Esta mujer, era su madre..Edith.
– Ed, ¿Cómo vas con ese árbol?..—sonríe con dulzura hacia su hijo, poniéndose de rodillas a su lado—.
– ¡Mère! Va bien..¿Crees que podamos ponerle luces esta navidad? —sonrió con dulzura hacia ella—. [Mère-> Mamá]
–Tenemos que verlo, mon soleil..Creo que podemos revisar el cerdito de ahorros y ver si nos alcanza para algunas luces.
Ambos se dirigieron al cerdito que tenían sobre una repisa de la cortina, tomando este y sacándole el corcho para ver cuánto había.
Edmond miraba con emoción, esperando que hubiese suficiente para las luces, pero solo cayeron 2 monedas..de un euro.
Edith miró con desánimo las monedas en su mano..le dolía tener que decirle a su hijo que no podría regalarle unas luces siquiera, pero el pequeño logró comprender su silencio y sólo la abrazó.
– Está bien..para el próximo año será. —sonríe de forma dulce y gentil hacia su madre—
– Edmond..eres un hijo maravilloso..¿Y sabes? Estoy segura de que serás un hermano maravilloso también..
Edith para ese entonces estaba embarazada de Anne, la cual nacería en un par de días.
Edmond estaba más que emocionado con la llegada de su hermana, él adoraba a las niñas, y el tener una le daría mucho orgullo ya que estaba más que seguro en que sería la más bella de todas.
La puerta de la casa se abrió y entró un hombre rubio de ojos verdes, el cual al ver a Edmond sonrió.
— ¡Mon fils! —sonrió ampliamente y abriendo sus brazos para recibir a su hijo quien había corrido a estos apenas lo vió—.
[Mon fils-> mi hijo]
— ¡Bienvenido, papi!
Edith se acercó a ellos y los abrazó con cariño, teniendo los tres un momento familiar muy sincero y cálido..
Semanas después, Anne ya había nacido. Era una hermosa y pequeña bebé rubia, con los ojos algo oscuros, pero ya era algo que se aclaraban con el pasar del tiempo.
Un hermoso ángel que trajo la felicidad a su hermano..pero una perdición que llegó a los ojos de su padre.
El tener a la bebé significaba más gastos por cubrir, más responsabilidades por asumir..y el padre de Edmond ya se sentía cansado y agobiado ante no poder con una boca más.
Edmond solo se dedicaba a cuidar y observar a la bebé con detenimiento, llegando a escuchar con nervios las peleas que tenían sus padres en ocasiones por los problemas económicos.
Él se sentía mal escuchando aquello, por lo que buscaba no oír sus gritos molestos y ruidosos..pero le era inevitable el llorar a solas por lo mal que se sentía al escuchar las peleas de sus padres.
Pero él no se dejaría tumbar..él tenía que ser fuerte, no solo por si mismo..si no por la bebé que ahora estaba agarrando uno de sus dedos con su manita.
– Te prometo que buscaré un mejor futuro para ti que esto..—susurró de forma suave hacia la pequeña, quien le miraba con tranquilidad y curiosidad.—
– ¡Estoy harto, Edith! Tener a Anne era una carga..¡Y tú sabías muy bien nuestras condiciones actúales! —gritó con molestia mientras iba a su habitación, recogiendo su maleta y agarrando sus pocas cosas para ir metiéndola a esta.—
– ¡Fabrice, espera! —se angustió al ver lo que hacía, empezando a reventar en un mar de lágrimas—. ¿¡Qué haces!?
– ¡Me voy de esta mugre! Estoy cansado..¡hostinado de esto! —gritó molestó y al terminar fue yendo a la salida de la casa.—
Edith lo estuvo persiguiendo, queriendo evitar que se fuese ya que no quería perder a su esposo.
– ¡Fabrice, por favor!..S'il te plaît, je t'en prie, ne fais pas ça! —gritó entre sus lágrimas mientras estaba tirada de rodillas y abrazándolo de sus piernas.— [Por favor, te lo ruego, no hagas esto.]
Edmond al oír a su mamá llorar, se separó con cuidado de Anne, yendo a ver qué pasaba y topándose con el escenario de su padre apartándola a ella para marcharse de sus vidas.
– ¿Papi, qué haces?..—miró confundido su maleta, al igual que sentía una presión en su pecho..—
– ¡Estoy cansado de esto, Edmond! Yo no aguanto..no aguanto, no aguanto. ¡NO PUEDO YA! —terminó de apartarla con brusquedad y de irse rápido. Dejando a Edith llorando desconsolada y de rodillas en la nieve.—
Edmond reventó a llorar, empezando a perseguirlo rápido, pero le era imposible por la nieve..
– ¡Papá!..¡No me dejes!..¡PAPÁ..! —gritó al frío ambiente con la voz quebrada al ver que sólo se alejó más y más..hasta desaparecer por completo.—
Edmond sintió el corazón despedazado, volviendo rápidamente con su mamá a abrazarla la cual seguía llorando sin parar, teniendo a Edmond ahora en la misma condición emocional.
Pasaron las semanas..y Edith estaba ya en un grave estado emocional, estando totalmente deprimida y viéndose incapaz de ocuparse de la casa e incluso de sus hijos.
El pequeño también se sentía muy mal..pero el encargarse de Anne distraía su mente, gracias a la ternura y dulzura de aquella inocente bebé que lo hacía sentir mejor.
No iba a ser una de sus mejores navidades..pero el tenerla a ella y a su madre le ayudaba a afrontar el abandono de su padre.
Pero...¿Qué garantizaba que no podía pasar algo más en su pequeña y única familia?
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Y bueno xD hasta aquí la primera parte uwu
Honestamente si me da cosita mi bebé :'( pero..yo soy la culpable porque yo lo decido así (?
Soy una desglacia😩
Pero por otro punto, espero les haya gustado este primer cap :3❤️
Hasta la próxima >:3 tomen awa ;v
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