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Gracia y Desgracia

Jeongyeon no respondió la nota de Nayeon, la rabia que crecía en ella la hizo maldecir a la mayor muchas veces, se sentía como un juguete de que esta usaba cuando se le antojaba y después volvía a tirar.

Pero en el fondo la rabia era hacia sí misma, hacia su debilidad por Nayeon, a su poca fuerza de voluntad cuando la tenían en frente.

Se sentía molesta consigo misma porque sabía que ella era la única culpable de que la mayor siempre la buscara, pues era ella quien le daba la seguridad de que sin importar la hora o el lugar ella siempre estaría disponible cuando quisiera, pero ya debía terminar con eso, ya no podía volver a caer por ella, ni por ninguna otra nunca mas.

Ella no tomaba, de hecho repudiaba el alcohol pero sentía que su garganta necesitaba un trago para pasar el mal sabor de su anterior encuentro. Después de una ducha se arregló y salio de su casa vistiendo pantalones negros, camiseta blanca, botas Chelsea y una chaqueta de cuero, también de color negro.

No tenia idea de a donde iría solo subió al primer taxi que se le apareció y fue fue al centro de la ciudad, camino varios minutos hasta que encontró el lugar que buscaba, un bar con el nombre en letras iluminadas con luces de neón.

Se veía sofisticado y tranquilo ya que no había señal de borrachos alrededor, ni una larga fila esperando turno. Justo lo que necesitaba.

Entro y el ambiente le agrado al instante, había poca gente y la musica se escuchaba baja, era un ambiente relajado, se sentó en la barra con miles de pensamientos en su cabeza y pidió el trago mas fuerte del lugar.

La pelinegra que la atendió la miro incrédula pero al notar la pena que llevaba en su rostro le atendió en silencio, era su tercera ronda cuando al fin la chica le habló.

Los tragos eran fuertes y había obtenido lo que quería, su garganta los había sentido, cada uno de ellos.

Tenía el pequeño vaso en sus manos, observándolo como si este tuviera las respuestas a todas sus preguntas y la cura a su triste corazón, cuando la chica le habló.

Admito que es un buen diseño, pero no es tan interesante. — Bromeó la pelinegra al verla concentrada en el vaso.

¿Ah? — Respondió Jeong mirando a sus lados para confirmar que la chica hablaba con ella. — ¡Oh! Si. — Dijo sin saber de que hablaba la chica.

Vaya si que es grave lo que tienes, o no se si me pasé con los tragos que te di. — Habló la chica.

Jeong hizo una mueca, no podía creer que la chica de verdad le estuviera hablando — Es más de la primera. — Respondió al fin moviendo sus hombros. No entendía porque le contaba eso a una desconocida, pero a este punto, cualquiera le parecía mas sincero que Nayeon.

No me digas ¿te dejó tu novia? — Preguntó la chica, Jeongyeon negó.

Un suspiro salio de sus labios antes de responder — En realidad es mas complicado que eso — La chica que trataba de entender a la rubia hizo una mueca de estar pensando.

Uff, Complicado es sinónimo de amiga confundida — Comentó sorprendiendo a Jeong. La pelinegra notó la reacción de la rubia y sonrió — Así que es eso.

Otro suspiro y un asentimiento fue la respuesta de Jeong — Puede decirse que si, pero ya no tiene caso. Creo que nunca lo tuvo pero yo era la única que no lo aceptaba.

Eso es cruel hasta para mi, y mira que yo he visto de todo. — Bromeó la chica intentaba sacarle una sonrisa a esa bella chica pero no tenia éxito. — Y a parte de tu corazón roto ¿Tienes un nombre?

Jeongyeon. — Respondió rápidamente.

Un gusto Jeong, soy Hyejin, pero puedes llamarme Hwasa. — Se presentó la pelinegra extendiendo su mano. Jeong la estrechó y al fin sonrió.

Un gusto Hwasa. — Contestó Jeong contemplando la chica frente a ella que le sonreía amablemente.

Jeongyeon conversó con Hwasa por un rato y había decidido dejar de tomar alcohol así que en sus manos se encontraba una botella de agua, mientras escuchaba otra de las graciosas anécdotas de la pelinegra.

Ella seguía en la barra y de vez en cuando la chica la dejaba por unos momentos para atender a alguien más pero le había caído muy bien.

El ambiente seguía siendo agradable, pero habían mas personas, y parecía que Hwasa conocía a todos por lo que no era extraño que recibiera saludos cada minuto.

Hwasa insistía en presentarle a sus amigos como si no se acabaran de conocer, pero ella lo evitaba, aunque llego un momento en el que simplemente no pudo escapar y termino rodeada de las mejores amigas de la mayor contándoles su historia.

Esa es demasiada tragedia para una historia de amigas. — Habló la castaña llamada Yongsun, o mejor conocida como Solar, a estas chicas les gustaban los apodos. Según decía era la mayor del grupo pero parecía lo contrario.

Pues yo estoy de acuerdo contigo en que debes dejar de verla, no tiene caso que sigas allí y ella solo te use Jeong. — Dijo Moonbyul, otra rubia con una vestimenta similar a la de Jeong. Pero su cabello era largo.

Byul tiene razón Jeongie. — Dijo ahora Wheein, la castaña menor. — ¿Si ella no te quiere porque tu si tienes que seguir allí?

Es complicado chicas, ella fue mi primera vez en muchas cosas, se siente como si jamás fuera a superarla.

Pero que lo harás. — Apoyó Hwasa

Gracias Unnies. — Dijo Jeong siendo abrazada por todas.

Aeww eres toda una ternurita. — Dijo Solar apretando una de sus mejillas.

Aaaah. — Se quejó Jeong haciendo reír a todas.

Y así paso su noche, cuando ya faltaba poco para la media noche Byul y Solar, quienes descubrió eran pareja, la llevaron a casa, pues no aceptaron enviarla en un taxi a esa hora, y ella aceptó el aventon sólo para no soportar el Aegyo exagerado de la mayor de todas. Aunque le hacia reír.

La mañana llegó y un nuevo día de clases iniciaba, Jeongyeon se sorprendió de que la menor de sus amigas pasara por ella pero de seguro era para no esperarla fuera de la universidad como el día anterior.

Creía que ese día estaría desecha por los sucesos del día anterior, pero definitivamente conocer a las mayores en el bar le había ayudado mucho en su estado de animo. Tzuyu estaba sorprendida, aunque no sabía que le había sucedido, le agradaba verla feliz de algún modo.

Llegaron a la universidad y aun faltaban unos minutos para entrar a clases por lo que decidieron pasar por algo de comer ya que la mayor no había desayunado. Tzuyu estaba recostada del mostrador mientras la mayor ordenaba. Cuando las vió pasar por frente a ellas. Las japonesas.

El cuadro era el mismo, la pelinegra caminaba en el centro mientras la pelirrosa y la rubia iban a cada lado de ella, seguida de los tres hombres trajeados. Y cual si de un imán se tratase su mirada y la de la pelirrosa se encontraron por unos instantes, no sabe que fue exactamente pero algo en esa mirada la hizo sentir cosquillas en el estomago y escalofríos en todo el cuerpo. Nunca le había pasado y le aterró, por lo que apartó la vista rompiendo el contacto, para que de inmediato llegara su amiga de vuelta.

El día paso normal, las clases como siempre fueron la parte favorita de Jeongyeon y se dio cuenta de que algo le paso a su amiga, por lo distraída que estuvo durante las practicas, y espero hasta el almuerzo para hablar con ella. Pero todo rastro de cordura desapareció cuando miró a la mesa del día anterior, y observó como las tres japonesas comían y hablaban de algo.

Nuevamente se sintió hipnotizada por la hermosa pelinegra, que con delicados movimientos la hacía preguntarse como era posible que tanta belleza y elegancia se viera tan natural en una persona. Esa chica la hacia sentir cosas que la estaban asustando, pero no podía apartar su vista de ella, era como si esa japonesa fuera la más hermosa obra de arte y ella una simple mortal más que caía ante sus encantos.

Y su cara debió delatarla porque no fue hasta que Jungkook chasqueo sus dedos frente a su rostro que reacciono — ¿Que sucede?

Eso pregunto yo avestruz, te quedaste congelada.

Estoy bien solo, no se... — Movió su cabeza mordiendo su sándwich.

Creo que te gustan las japonesas — Jungkook era listo cuando quería. Todos en la mesa rieron ante el comentario del chico, y cuando Jeong le dio un golpe en la cabeza las risas no pararon.

¡Si serás tarado galleto! — Dijo Jeongyeon.

Eso te ganas por bocón — Habló Tzuyu burlándose de su amigo, y tomando de su bebida achocolatada.

Chicos ya dejen de molestarse, la violencia no es la solución, Jeong también tiene derecho de enamorarse — Dijo Jihyo — No solo ustedes tienen derecho de relacionarse en la universidad.

¡Jihyo! — Reprendió Jeongyeon.

Lo siento es que, te entiendo, esas chicas son hermosas y cualquiera podría caer ante ellas, aunque solo hay un detalle.

Es verdad. Son inalcanzables. — Respondió Taehyung sorprendiendo a Jeongyeon.

¿Y como sabes eso? — Jeongyeon pregunto en un estado de enojo que incluso a ella le sorprendió. — Apenas llevan un día aquí, no pueden conocerlas en solo un día.

Si que se puede Noona, primero, no hablan sino entre ellas, y la pelinegra según escuche es muy directa y despiadada, además de que sus escoltas no dejan que nadie se les acerque.

Esperaba que fueran más amables pero no es así. — Dijo Jungkook cabizbajo, de seguro él había sido uno de los que intentó hablarles.

Jeongyeon estuvo a punto de decirles que las chicas eran amables, al menos una de ellas, pero por alguna razón que desconocía, se sintió feliz de ser la única con ese privilegio, aunque se sorprendió de ser tan egoísta por un momento. — Bueno, no estoy interesada en seguir hablando de ello, iré al jardín. — Dijo antes de levantarse, aunque esta vez se sorprendió de ser seguida por Tzuyu, algo que alegro.

Y suspiró una vez estuvieron sentadas en bajo el mismo árbol.

Tzuyu conocía suficiente a su Unnie favorita como para saber que cargaba ese suspiro, y estaba casi segura de que tenía que ver con cierta coreana mayor.

¿Unnie?

Todo esta bien Chewy. — Respondió rápidamente Jeongyeon haciendo una mueca.

Tzuyu sabía que mentía, pero no podía hacer más.

Jeongyeon odiaba preocupar a las personas, odiaba que le tuvieran pena, pero aunque fuera consciente de que estaba siendo orgullosa, sentía que de igual forma el decir la verdad, no sacaría la espina que hería su corazón tan fácilmente.

Tzuyu suspiró y la miró. — La silenciosa tristeza en tus ojos me causa dolor incluso a mi Unnie. — Dijo. — Y se que tiene que ver con ella. Pero pareciera que no te quieres dejar ayudar. — Contó manteniendo su expresión seria, pero intentó no ser tan dura, pues no quería herir más a su amiga de lo que ya estaba.

Jeongyeon por su parte evitó la mirada penetrante de su amiga. — Ya nada puede ayudarme pequeña Yoda. — Trató de bromear pero la tristeza en su ser era más fuerte.

¿Volviste a verla verdad? — Preguntó la menor directamente, y aunque Jeong evitó su mirada, su silencio habló por ella, confirmándole la pregunta. — ¿Que pasó esta vez? — Estaba dispuesta a escuchar lo que fuera que esta dijera, aunque lo sospechaba.

Y fue con su mirada sobre ella, que Jeong no aguantó más y sollozó, recibiendo un abrazo de ella de inmediato. — Me usó otra vez Chewy. — Dijo la rubia aferrándose a Tzuyu que solo apretaba la mandíbula molesta, debía hacer algo mas que consolar a su amiga cada vez que se encontraba con Nayeon, estaba cansada de verla sufrir por ella. — Todo lo que he hecho ha sido amarla y ella solo se aprovecha de eso...

Entonces ya no la ames más. — Respondió Tzuyu sin encontrarle sentido a aquella situación.

Jeongyeon solo sollozó más fuerte. — Si fuera así de sencillo, ella ya no viviría en mi corazón. Contó con tristeza.

Tienes que sacarla de una vez por todas de tu mente y tu corazón Jeong. — Regaño. — ¡Vamos! No morirás si la sacas de tu vida... Morirás si la dejas allí. — Ver sus ojos llorosos era devastador.

¿Cuando creciste tanto pequeña Yoda? — Bromeó Jeong mostrándole una pequeña sonrisa, que rápidamente correspondió. — Gracias.

No agradezcas solo digo la verdad.

Lo sé, pero de igual forma tengo que agradecerte el que siempre hayas estado aquí conmigo.

Y al escuchar eso, Tzuyu sintió su corazón llenarse de alegría, el saber que había servido de algo su compañía la reconfortaba. — Para eso estamos Unnie, ahora deja de llorar, te ves terrible así. — Sonrió con cariño.

Hey más respeto a tus mayores mocosa — Río Jeong.

Unnie ¡Yah! — Se quejó Tzuyu por las cosquillas que recibía de la mayor.

Pasó el día de clases, con sus incidencias normales, y Tzuyu fue a llevar a Jeong de vuelta a casa.

No tenía que hacerlo, pero quería, además tenía otra razón, asegurarse que cierta mayor no se encontrara esperando a su amiga en su casa, y así fue.

Las amigas se despidieron y la menor se dirigió a un lugar que había visitado solo un par de veces, la residencia Im.

Tenía que dejarle un par de cosas claras a Nayeon, y sabía que tal vez Jeongyeon le reclamaría por meterse con la mayor de ese modo, pero no sabia que otra cosa hacer.

Llego a la casa, y el chofer se estacionó del otro lado de la acera.

Suspiró antes de bajar de su auto y una vez se puso sus lentes de sol, cruzo la calle y llamó al timbre.

Una chica con tez muy pálida le abrió la puerta. Y la miró sorprendida.

¿Hola? — Dijo la chica frente a ella.

Buenas tardes. — Saludo sonriendo dulcemente, pues no tenía idea de quién era y no quería hacerle un desplante. — ¿Nayeon esta en casa? — Preguntó seria.

¿Eres una amiga suya? No te recuerdo. — Preguntó Dahyun.

Soy amiga de Jeong. — Respondió y Dahyun asintió.

La más pálida entendió que si la morena era amiga de Jeongyeon, también debía serlo de su hermana. — Ah entonces también eres bienvenida, entra. — Dijo sonriendo y apartándose para dejarla pasar hasta la sala. — Ya voy por Unnie. — Avisó y Tzuyu asintió.

Sorpresa fue la de Nayeon al ver a la morena en su sala, sus lentes estaban en su mano y la miraba seria. — ¿Tzuyu? — Preguntó levantando una ceja.

No pierdas tu tiempo con falsas formalidades, solo vine a decirte una cosa Im. — Anunció la menor cuando la mayor estuvo frente a ella.

¿Que es lo que quieres? — Preguntó Nayeon a la defensiva, para nadie era un secreto que no se soportaban.

¡Que te alejes de una buena vez de Jeongyeon! — Soltó de pronto sorprendiendo a Nayeon.

¿Y tu que sabes eh? — Soltó Nayeon con rabia.

¿Que es lo que sé? — Río con sarcasmo, dando un paso al frente para desafiarla. — Sé que tú solo la has lastimado todos estos años, sé que solo la has usado para tu beneficio sin importarte lo que ella sienta.

Justo como esperó la sonrisa descarada de Nayeon apareció en su rostro, no estaba dispuesta a dejarse intimidar y por la forma en la que la miró y acarició su cabello fueron prueba de ello. — Escúchame bien niña, no sé que tengas con Jeongyeon pero lo que pase entre ella y yo no es problema de nadie.Tzuyu quiso golpearla, aunque sabía que tenía razón.

Es mi problema porque yo si quiero que este bien. — Contó con la mandíbula apretada, sus ojos llenos de furia lograron hacer temblar a Nayeon, aunque no lo demostró. — Porque yo he estado allí cuando ella no ha hecho más que llorar por ti, porque he sido testigo de sus ojos y palabras tristes, porque yo ví la desgracia en la que la convertiste hace años, todo a causa de tu egoísmo y no lo permitiré otra vez.

¿Y quien te crees para venir a insultarme a mi casa?Bramó la coreana con rabia, no necesitaba o quería dramas en su vida.

Me da igual donde estemos, lo único que me importa es que te alejes de Jeongyeon, y si no lo haces, te juro que volverás a saber de mi Im Nayeon.

Pues no te tengo miedo. — Reto Nayeon, su sonrisa de burla en su boca. — ¿Y adivina que? No me alejaré de ella hasta que yo quiera, no cuando tú decidas.

Si la vuelvo a ver derramar una sola de sus lágrimas por tu culpa, te juro que lo lamentarás, y mucho.

Veremos niña. — Dijo Nayeon sonriendo.

Eres tan despreciable, no se como ella puede amarte. — Soltó Tzuyu logrando enojar mas a Nayeon.

Vete de mi casa antes de que...

Tzuyu levantó su mano deteniéndola. — No estas en posición de exigir nada Im, me iré porque ya he terminado contigo. — Dijo y salió cerrando la puerta fuertemente.

Dahyun que no pudo evitar escuchar la conversación salió a la sala, encontrándose a su hermana sentada en el mueble mirando al frente con la cara roja de la ira.

¿Unnie? ¿Es cierto lo que dijo esa chica? ¿Tu le hiciste daño a Jeong Unnie?

Nayeon la miró y sonrió de forma escalofriante mientras se acercaba a ella. — Tú no viste, ni escuchaste nada de esto ¿Entendiste Dubu? — Dijo la mayor tomando fuertemente el brazo de la más pálida.

Si Unnie, esta bien, yo no ví nada. — Respondió la menor con miedo.

Nayeon la soltó sin decir más y se fue a su habitación dejándola allí sobándose el brazo, su hermana mayor era mala y apenas empezaba a descubrirlo.

Saludos.

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