Existe el señor Yoo (Pt.1)
Después de su encuentro con Nayeon, Jeongyeon pasó los días tranquila. Estaba y se le veía más relajada y sonriente, cosa que le agradaba a sus amigos pues les encantaba la Jeongyeon divertida.
Y todos notaron eso, incluso Tzuyu que se alegró de que su conversación con Nayeon hubiera dado resultados, ver a su Unnie favorita feliz y tranquila era todo lo que quería.
La rubia por su parte estaba agradecida de que la mayor no la buscara o la llamará, suponía que la mayor al fin esta había decidido alejarse de ella por el bien de las dos.
Y eso la hacia sonreír con alivio y felicidad, pues podía enfocarse por completo en ser la mejor en sus clases, aunque eso no impedía que en más de una ocasión se quedara embobada observando a la japonesa pelinegra, a lo lejos por supuesto.
Sana se había acercado a hablarle varias veces, lo que le permitió descubrir que la chica era una persona tierna y graciosa, y que le agradaba mucho, pero siempre lo hacia cuando estaba sola, y empezaba a creer que los chicos tenían razón al decir no les gustaba relacionarse con nadie aparte de ellas, y eso aunque la hizo sentir privilegiada, le intrigó mucho más.
Quería saber más de ellas, en especial de la pelinegra que según Sana le contó se llamaba Mina, y la rubia Momo. Sin embrago cuando Sana le ofreció que pasara la hora del almuerzo con ellas se negó diciendo que después lo consideraría, antes de salir huyendo sin entender porque, o tal vez si lo sabía y tenía miedo de lo que sentiría teniendo a Mina más cerca que nunca, porque si verla a lo lejos la ponía nerviosa, de seguro se desmayaría al tenerla al lado o al frente.
Pero tal parece que el destino tenía otros planes para ella, pues ese día cuando llegó a clases sólo se encontraban ella y Tzuyu en la mesa y alguien aprovechó la oportunidad de acercarse.
— ¡JEONG! — Gritó Sana alegremente, mientras las chicas que caminaban a su lado seguían su camino. — ¡Hola niña bonita! — Saludó mirando a Tzuyu sin darles tiempo de responder. — Jeong no me dijiste que la niña bonita era tu amiga.
Tzuyu se sonrojó ante el apodo de la pelirrosa y sonrió tímida mirando a la coreana en busca de una explicación.
— ¡Que gusto verte Sana! Si, Tzuyu es mi amiga. — Respondió Jeongyeon aprovechando para avergonzar más a la menor. — No seas maleducada Chewy, saluda a una nueva Unnie, se llama Sana.
Tzuyu la miró seria antes de dirigirse a la japonesa. — Un gusto Sana Unnie. — Respondió sonriendo e inclinando ligeramente su cabeza.
A Sana le pareció adorable aquello y rápidamente lo demostró con un chillido de emoción. — ¡Aeww! ¡Que tierna es Jeong! ¿Me la puedo quedar? ¡Es tan adorable! — Intentó acercarse a Tzuyu pero esta se alejó pidiendo ayuda a su mayor con la mirada.
— Ya Sana, la asustarás, mira que es tímida. — Bromeó Jeong disfrutando de todo.
Sana mostró uno de sus mejores pucheros antes de contestar. — Lo siento niña bonita. — Tzuyu no pudo evitar volver a sonrojarse ante el apodo y sonrió incomoda. — ¡Ya sé que hacer para que me perdones! — Anunció de repente asustando a Tzuyu pues Jeong parecía no inmutarse con sus palabras o su actuar.
— ¿Que quieres hacer Sana? — Preguntó Jeong.
— Las invitó a almorzar con nosotras. — Dijo y Jeong casi se ahoga con su gaseosa.
Aceptar la invitación de Sana era tener cerca a Mina, y eso la puso nerviosa. — ¿Que? No, no, no, no tienes que molestarte. — Miró a Tzuyu en busca de apoyo. — ¿Verdad Chewy?
Sin embargo Tzuyu notando la actitud de su mayor, aprovechó de vengarse, si bien tenía que soportar a Sana podía con eso, para molestar un poco a su Unnie. — Pues a mi me agrada la idea — Sonrió con malicia notando como la mayor abría sus ojos en modo de suplica sin lograr nada.
— ¡Perfecto! ¡Vamos Jeong! — Sana tomó a Jeongyeon del brazo mientras esta intentaba negarse y apenas pudo tomar su soda mientras Tzuyu se levantó con calma caminando a su lado.
— Espera Sana ¿Que pasa si tus amigas se molestan? De verdad no es necesario, Tzuyu algo de ayuda por favor. — Susurró al final. Pero su amiga sólo sonreía victoriosa ignorando sus suplicas.
— Tranquila se que le agradaran a las chicas. — Dijo Sana sin intención de soltarla.
Todos en el lugar observaban la escena asombrados de que una de las japonesas se mostrara cariñosa con alguien más. Algo que hizo que Tzuyu los mirara con el ceño fruncido y estos voltearan a sus asuntos de nuevo.
El corazón de Jeongyeon latía a toda prisa estaba segura que le daría un ataque de asma ahí mismo, y más cuando llegaron a la mesa y la rubia y la pelinegra miraron a Sana en busca de respuestas por la presencia de las nuevas intrusas.
— ¿Sana-chan? — Cuestionó Momo, que se sorprendió de ver a la chica linda de la que siempre Sana hablaba y la rubia que tenía tomada del brazo.
Mina en cambio la miró seria, algo que provocó escalofríos en el cuerpo de Jeongyeon, sentía que su cuerpo era demasiado débil para recibir una mirada como esa. Pero a Sana parecía no causarle nada, tal vez era la costumbre.
— ¡Explícate Sana! — Pidió Mina, y aún con el tono serio con el que lo dijo, a Jeongyeon le pareció el sonido más hermoso que había escuchado en su corta vida.
Tzuyu sonrió al descubrir el motivo de los nervios de su amiba «Así que la japonesa te pone de los nervios Unnie» pensó la Taiwanesa.
— Mina-chan, Momoring, es que al fin Jeong y la niña bonita, que se llama Chewy decidieron aceptar almorzar con nosotras — Anunció Sana alegre. Momo sonrió, mientras que Mina mantuvo su expresión seria y luego negó ante la actitud d su amiga.
— Como sea — Dijo la pelinegra.
— ¿En serio Sana-chan? — La emoción de Momo no sorprendió a Mina, que siguió comiendo de su ensalada con ¿Kétchup? Jeong se sorprendió ante esa combinación, pero no dijo nada, al parecer ya no tenía forma de salir de esa, al ver que la pelinegra no le dio importancia a sus presencias.
— Si Momori — Sana se sentó al lado de Mina y Jeong, mientras Tzuyu se encontraba al lado de Momo y Jeong. — Yo no sabia que Jeong era amiga de la niña bonita así que fue increíble.
— ¡Oh si! — Dijo Momo sonriendo coqueta, Mina bufo, sus amigas no tenían remedio. — Un placer conocerlas señoritas, sobretodo a ti niña bonita, yo soy Hirai Momo — Momo se acerco a Tzuyu y esta se alejo «¿Que les ocurre a las japonesas con la invasión del espacio personal?» pensó la menor.
Tzuyu asintió y sonrió incómoda — Igualmente Momo.
— Momoring — Regaño Sana— No hagas eso que es muy tímida.
Momo le mostró un tierno puchero y Tzuyu río. — Aeww hasta su risa es tierna — Dijo Momo volviendo a incomodar a la menor. Sana, que recibió una bolsa de uno de los escoltas, les entregó un sándwich y un jugo a cada una.
Jeongyeon miraba a Tzuyu con cara de te lo advertí sin sospechar que tenía sobre ella la profunda mirada de alguien más. Mina la miraba curiosa. Pero apartó la vista rápidamente cuando Jeong la descubrió.
— Lo se Momoring, es tan adorable, pero es mía así que no te acerques — Dijo Sana logrando que Tzuyu tosiera, estas chicas si que la sorprendían a cada momento.
— No se vale Sana-chan, tu siempre te quedas con las mejores — Momo hizo un berrinche que hizo reír a Sana.
— Lo siento Momori, yo la ví primero. — Dijo la chica tranquilamente. — ¿Verdad Mina-chan?
— Así es Sana-chan — Dijo la menor sin mirarla.
Jeongyeon y Tzuyu se miraron, sin duda la menor de las japonesas era todo un misterio. — Perdonen a Mina-chan, ella es buena, solo que no habla mucho cuando no esta en confianza.
— ¡Sana! — Llamo Mina — Deja de hablar sobre mi con estas chica ¿Quieres? No sabes quienes son.
Jeongyeon le dio la razón a Mina asintiendo y sin saber de donde saco la valentía le respondió — Eso tiene solución señorita, si nos presentamos ya no seremos desconocidas.
Mina solo la miró sin ninguna expresión en su rostro y levanto su ceja. — Mi amiga es...
— Chou Tzuyu — Respondió Tzuyu rápidamente.
— Si, ella es Tzuyu y yo — Se levanto — Soy Yoo Jeongyeon, y es un gusto conocerlas a todas — Dijo sonriendo y haciendo una reverencia provocando las risas de Momo y Sana.
Mina se quedó en silencio, había escuchado esos apellidos antes, el señor Chou era dueño de una reconocida linea de restaurantes en toda Asia, y el señor Yoo, como no recordarlo, si era en sus famosas joyerías donde siempre encontraba las mejores prendas.
— Si — Dijo Mina — Ya saben del nombre de Sana y Momo, yo soy Myoui Mina. — Jeongyeon que ya se encontraba sentada sonrió sin ninguna intención de disimulo al enterarse del nombre de la hermosa pelinegra con un rostro decorado por pequeños lunares.
— Un gusto Myoui Mina. — Dijo sin dejar de sonreír. Creyó que no volvería a escuchar la voz de Mina pero se equivoco cuando la menor apoyo sus codos sobre la mesa y cruzó sus dedos apoyando su mentón en éstas, mirándolas fijamente.
— Conocí al señor Chou, mi familia es socia de uno de sus restaurantes en Japón. — Dijo hablando a Tzuyu, le sorprendió que esa desconocida conociera a su padre, y su negocio. La menor sonrió incomoda, Jeongyeon al notarlo quiso intervenir pero la japonesa volvió a hablar mirándola directamente a ella — Y el señor Yoo es muy buen amigo de nuestra familia, sus creaciones son las mejores, aunque jamas menciono que tuviera una hija. — Y eso fue un balde de agua fría que dejó a Jeongyeon sin aliento.
Comenzó a tener un ataque de asma frente a todas — ¡Jeongyeon! — Grito Tzuyu buscando el inhalador de la mayor en su mochila, hace mucho que no tenia un ataque. Pero comprendió que escuchar eso la sorprendió hasta a ella. Poco a poco la mayor se fue calmando.
— Bien, fue un gusto conocerlas chicas pero me tengo que ir — Habló Jeong cuando recupero el aliento, se levanto y se retiro, Tzuyu se disculpó con las japonesas y se fue tras ella.
«No puede ser, el señor Yoo existe» pensó Jeongyeon «Tiene que ser una broma»
Gracias por el apoyo hermosas personitas...
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