Descubierta
Iban en el auto de Tzuyu, la menor había pasado por Jeong a su casa después que esta la llamara el día anterior y le informara sobre su encuentro con las Moonsun.
Tzuyu no paraba de negar ante las locuras que su mayor vivía cada día.
Le había hablado de las mayores un par de veces y le sorprendió que la invitara a verlas, pero en vista de que era la única forma de librarse de la molesta de Nayeon, no protestó y aceptó acompañarla.
—Pobre de Moonbyul Unnie, yo no me hubiera contenido y te golpeaba ahí mismo. — Decía recordando lo que le contó la mayor. —Si yo te hubiera visto paseándote con ella como la parejita más feliz del mundo, un golpe se hubiera quedado corto.
—¡Ya Yoda! Tengo suficientes nervios acumulados ante lo que me dirán las Unnies. — Tzuyu sonrió de forma burlona, era la segunda vez que veía a su Unnie en ese estado y la primera había sido ante la japonesa.
—¿Así que ellas te asustan? — Dedujo y la rubia negó.
—Las respeto Chewy, ellas son, buenas influencias.
Tzuyu le dio una palmada en la espalda en forma de apoyo y al poco tiempo llegaron frente a una casa grande con un jardín muy bien cuidado al frente.
Había una rubia esperando en la puerta y cuando Tzuyu despidió a su chofer y se volteó, se encontró en con una escena que la hizo reír bajo.
Cubrió su boca cuando otra rubia abrió la puerta de la casa y se dirigió a ella ignorando como la otra tenía a Jeong tomada de la oreja mientras le daba pequeños golpes en la cabeza.
La rubia que recién salía llegó a su lado con una resplandeciente sonrisa, por un momento le dio miedo no saber donde la había metido su Unnie, pero mantuvo la calma.
—¡Hola! Tú debes ser Tzuyu. — Le habló Solar, ella asintió despacio. —Un gusto, yo soy Kim Yongsun, pero puedes decirme Solar.
La morena tomó la mano de la mujer y le regaló una pequeña sonrisa. —Un gusto Solar Unnie. — Dijo suavemente, miró en dirección a Jeong que ahora pasaba la mano por la zona donde la rubia mayor la golpeaba anteriormente.
Solar se percató de eso y volteó al mismo lugar —No te preocupes, ella estará bien, se que byul puede parecer aterradora pero es todo un amor. Entremos ya. — Solar le habló como si eso fuera suficiente para no temerle a Byul, y aunque decidió aceptar confiar en ella, por el momento se mantendría lejos de la primera, no quería terminar como Jeong.
Tzuyu la siguió en silencio. Y cuando llegaron a la sala habían un par de mujeres más, una castaña y otra pelinegra. —Chicas, ella es Tzuyu, la amiga de Jeong. — Anunció Solar y ella hizo una reverencia. —Ellas son Hyejin, Wheein y Moonbyul. — Señaló a cada una respectivamente.
—Hola. — Ella acompañó su suave saludo con una pequeña sonrisa.
—Bueno Jeong, ya puedes empezar a hablar, toma asiento por aquí Tzuyu. — Habló la otra castaña señalándole un espacio a su lado. —Eres tan adorable. — Tzuyu miró a Jeong y luego a Solar pidiendo alguna clase de permiso, sin entender el porque, Jeong no mentía cuando le dijo que las chicas tenían un aura de autoridad muy fuerte.
—Bueno, esto es muy largo de contar pero tienen que entender que tengo buenas razones.
Moonbyul la miró negando, no podía creer que de verdad estuviera diciendo aquello pero prefirió guardar silencio, y seguir escuchando. No es que le molestara Jeong, es que no entendía como es que podía haber vuelto con esa chica que tanto la hizo llorar.
Jeongyeon empezó a contar cada una de las cosas que le habían pasado, exceptuó todos los detalles de la japonesa porque no venían al caso según ella, pero fue grande su sorpresa cuando a medida que avanzaba en su relato, la rubia que la recibió con un reclamo suavizaba su expresión e incluso se le veía arrepentida, pero no la culpaba, ella también se hubiera golpeado si hubiera vuelto con Nayeon como si nada.
Una vez que terminó de hablar, la única que la miraba algo incrédula era Solar, no era que no confiara en sus razones, sino porque sentía que ocultaba algo y tal vez no estaba tan equivocada.
—¿Y en serio esta fue la mejor idea que se te ocurrió? — Habló Hwasa. —¿Volver con la detestable?
Tzuyu río por la forma en la que la mayor llamó a Nayeon. —Es porque ella es tan cabezota que no pensó en algo mas inteligente que permanecer junto a la nefasta.
—Oigan ya les explique, se que es increíble que les diga que no amo a Nayeon estando con ella, pero es la verdad. — Jeong se levantó quedando frente a todas. —¡No la amo! Simplemente todo se dio de este modo, yo quería descubrir la verdad y ella quería estar conmigo, sólo acepté por eso, ¿correcto?
—Digamos que te creo. — Intervino Moonbyul. —¿Cuanto has avanzado hasta ahora?
Y a pesar que Jeong percibió su desconfianza, solo suspiró antes de responder. —Me gané su confianza otra vez, pues sé que ella piensa que muero por ella como antes, y era justo lo que estaba esperando. — Se sentó otra vez. —Por eso ya tengo pensado como dar el siguiente paso.
—No entiendo nada. — Comentó Wheein con sinceridad.
—Es sencillo Unnie, además sé que el señor Yoo puede salir tan perjudicado como yo.
—¿Tu papá también es parte de esto? — Hwasa la miró haciendo una mueca, cada vez la situación la enredaba más.
—No de ese modo, me refiero a que él es uno de los objetivos, todo esto empezó desde que el apareció. — Jeongyeon volvió a contar sus planes y una vez todas estuvieron de acuerdo al fin dejaron de lado los reclamos sobre su relación con la castaña.
Y tal y como predijo todas terminaron adorando a Tzuyu, era increíble que su odio por Nayeon las uniera.
Pasaron la tarde con las mayores y una vez el ambiente se hizo más cómodo, éstas se dedicaron a platicar con Tzuyu, quien no soportaba ni escuchar el nombre de Nayeon.
Solar le había pedido ayuda a Jeong en la cocina, pero ella sabía que se trataba de algo más, algo que al parecer ninguna de las otras notó.
Llegaron a la cocina y la mayor la miraba analizándola.
—¿Como vas con Mina? — Los ojos de Jeongyeon se abrieron de la sorpresa y su rostro se tornó rojo.
Le parecía increíble que la mayor supiera que había visto a Mina, y más increíble que la recordara cuando sólo les habló de ella una vez.
—¿Como es que... — Solar levantó su mano indicándole que se detuviera.
—Tengo buena memoria y se que obviaste muchos detalles en tu historia, como por ejemplo a Mina ¿No será porque ella tuvo algo que ver con tu plan verdad? — La voz de la mayor era afirmante y su mirada era incrédula.
La menor se sentía descubierta, y no tuvo más opción que suspirar rendida. —No es así, ella es otro caso. — No admitiría que Mina le gustaba aún.
—¿Así que ella te gusta verdad? — Jeongyeon abrió la boca más sorprendida, la mayor parecía estar en su mente y eso le dio un poco de miedo.
—¿Como es que tú... — Retrocedió un paso mirando como la mayor se acercaba a ella con una sonrisa triunfal y su mano en su mentón.
—No tenía idea de nada, pero deberías controlar tu lenguaje corporal. — Ahora si estaba más sorprendida y frustrada. —Porque así como yo, cualquiera podría descubrirlo.
Jeong asintió tomando aire. —¿Como supiste que ocultaba cosas?
—Soy Psicóloga y es mi especialidad Jeong. Pero también soy mujer, combina esos conocimientos con la intuición femenina y soy lo que obtendrás. — Solar se giró a buscar algunos bocadillos en los gabinetes de su cocina y volvieron a la sala.
Jeong se sentía mas cómoda ahora, estaba pasando una agradable tarde al lado de sus amigas y reía sin parar.
Sin imaginar lo que encontraría al llegar a casa.
Nayeon había ido a casa de sus padres y después de dos horas decidió irse, hablar de negocios otra vez no era algo que le resultara atractivo, y el tema de Jeongyeon empezaba a volverse algo fastidioso, no sabía si era porque los mayores no dejaban de cuestionar sus métodos o porque empezaba a sentirse mal por ella.
Acompañó a su hermano al gimnasio un rato, obviamente solo para hablar con él, ya que ese tipo de actividades no era el suyo, la verdad era que golpear un saco de arena como salvaje, era algo que solo Im Jaebum haría con tanta dedicación.
Su hermano estaba escuchando atento como la castaña le hablaba de lo cansada que estaba de la situación con Jeong y el aprovechó de preguntarle como le había ido con Momo.
—¡Oye! Esa sonrisa dice mucho — Bromeó Jaebum cuando la menor sonrió feliz.
—Espero te conformes porque es lo único que sabrás, esa chica es fantástica, no te haces una idea. — Su sonrisa pícara fue suficiente para que el mayor soltara una carcajada.
—Es tu tipo de chica ¿No? — Siguió bromeando.
—¡Lo sabes! — Respondió Nayeon revisando su celular. —¿Y como te fue a ti? ¿Esa chica no terminó entre tus sabanas?
JB detuvo su tarea de darle golpes al saco y lo rodeó con los brazos para detenerlo, Nayeon le lanzó una toalla para que se secara —Ella realmente me gustó... — Informó sonriendo —Es súper linda, por eso no pude irme con ella esa noche.
—¡Por Dios Jaebum! ¿Que te pasa? Estás muy lento Oppa.
—No me reclames, ya te dije que de verdad me gusta, por eso fue que decidí conocerla mejor antes de terminar en la cama con ella como cosa de una sola noche. — Nayeon lo miró arqueando la ceja.
—¿Y que mejor manera de conocer a alguien que en el sexo? Creeme que así es como sabes si una relación funcionará — Nayeon habló confiada —Imagina enamorarte de una chica y que cuando tengan relaciones no haya química, eso sería deprimente.
—Bueno eso sólo pasaría si en realidad no estas enamorado hermanita, y entiendo que es tu filosofía pero no la mía.
—¿Desde cuando te volviste tan aburrido? — Bromeó Nayeon dándole un pequeño golpe en el hombro ahora que se había sentado a su lado.
—Tu Oppa se ha enamorado hermanita. — El chico río y Nayeon negó.
—Aish, esa palabra siempre complica las cosas Oppa, no caigas. — Dramatizó la menor.
—¡No, tú no puedes decirme eso! ¡No te has enamorado! — Molestó el pelinegro. —¿O si?
—¡Idiota! Claro que si, por eso te lo digo, si no me hubiera enamorado tal vez ahora estuviera casada con Jeongyeon como muestra de uno de mis actos de rebeldía.
—¿Que? — La cara de shock del mayor hizo reír a Nayeon.
—Mi relación con Jeong terminó por esa razón Jae. — El mayor la miró asombrado, no muchas veces la menor hablaba tan sinceramente.
Por eso decidió guardar silencio. —Si no me hubiera enamorado de Jeong hace años, si no la hubiera amado, me habría dado igual lo que papá le hiciera.
—¿Por eso te fuiste? — Nayeon asintió. —Yo siempre me pregunté que era eso tan grave que te había hecho cambiar de parecer, ya que cuando te lo propusieron te negaste rotundamente.
—El amor es mi razón ¿Entiendes lo que digo ahora? Por eso no quiero que te enamores.
—Nay, entiendo que te preocupes por mi, pero no tienes que hacerlo. Además tienes una nueva oportunidad con ella ahora ¿no?
—Sabes que mis razones son...
—Por las razones que sean Nay. — Jae tomó su mano —Mira, entiendo lo de su trato y no es que me sienta orgulloso del padre que tenemos — Hizo una mueca. —Pero si no supiera lo que eres en realidad, no te lo preguntaría ¿Aún la amas? — Preguntó mirándola a los ojos.
—¿Como terminamos hablando sobre esto? — Nayeon evadió su pregunta. —No se como...
—Entonces si la quieres. — Afirmó el mayor ante la actitud de la chica. — ¿Lo vez? No hay nada de malo en eso. Y creo que deberías aprovechar esta oportunidad. Me has dicho que ella aún te quiere.
—Si Jae pero, es complicado y ahora que conocí a Momo no sé que...
—Así que la rubia de la otra noche te gusta. — Bromeó Jaebum.
—Con ella todo es tan intenso, pero Jeong es importante para mi. — Admitió finalmente —No sé ¿Se puede amar a dos personas? — Recordó la pregunta que le hizo Jeong hace un tiempo.
—Sólo se ama a una persona Nay, pero puedes querer a muchos. Piénsalo de ese modo y tal vez obtengas tu misma las repuestas. — El mayor se levantó repentinamente dejando a una Nayeon pensativa en aquel gimnasio.
¿Seria posible que ella en serio amara a Jeongyeon todavía y no lo viera? Últimamente creyó que todo se trataba de pasarla bien con la menor y que le gustaba sentirse amada por ella, pero ¿Y si en realidad el trató que le ofrecieron los adultos solo fue un excusa de su parte para no alejarse de ella?
Eso la hizo temer porque significaba que su hermano tenía razón y esta era una nueva oportunidad que le daba la vida para ser feliz.
Jeongyeon volvió una hora antes del anochecer, le pidió a Tzuyu la dejara a un par cuadras pues quería caminar un poco, además el auto de Nayeon estacionado frente a su casa le indicó que era lo mejor.
La había pasado muy bien con las mayores y le encantó que su compañera se llevara bien con ellas.
Escuchaba música y vió la puerta entre abierta por lo que se quitó sus auriculares colocándolos en su cuello.
Escuchó voces desde el interior, así que entró en silencio, parecía que una discusión entre Nayeon y su mamá se estaba desarrollando, algo insólito tomando en cuenta que últimamente se llevaban de maravilla, pero fue peor lo que alcanzó a escuchar.
Nayeon llegó a la casa de Jeongyeon y suspiró antes de bajar de su auto, la menor de seguro estaba por llegar pues le había avisado que iba en camino. Las palabras de JB le hicieron analizar la situación, y puede que tal vez y sólo tal vez, en su interior estuviera arrepentida de usar a la menor de ese modo, y quisiera salirse de ello.
Abrió la puerta principal con la copia de las llaves que le dió Sunhee, y se dirigió a la cocina para hablar con ella primeramente.
—Tenemos que reconsiderar el plan. — La mayor que tomaba una taza de te mientras leía una revista la miró dejando de lado la misma.
—Creí que eso había quedado claro la ultima vez que lo hablamos querida, no hay nada que reconsiderar. — Respondió Sunhee con calma e indiferencia.
Nayeon apretó su puño, esa mujer la desesperaba. —Pues ya no quiero hacerlo así. — Dijo casi gritando.
—¿Acaso estás ebria? — La mujer habló con burla.
—No le permito que me insulte, solo quiero informarle que la única forma en la que siga con esto, es a mi manera.
—¿Que estás tratando de decirme? — La mayor se levantó golpeando la mesa. —Escúchame muy bien niña. — Se acercó amenazante a ella, ignorando la presencia de su hija en la puerta de la cocina.
Nayeon por su parte, no se inmutó, pues lejos de intimidarle, la actitud de la mujer la hizo fruncir el ceño. —No te voy a permitir que te conviertas en un obstáculo para mis planes de tener el dinero de Jeongyeon en mis manos sólo porque...
Nayeon había escuchado llegar a la menor, aún cuando esta intentó no hacer ruido —La amo, y no voy a permitir que la lastime, no esta vez.
—Como si me importara lo que sienten. — La mujer río sin gracia. —Lo único que quiero es...
—No debería sorprenderme. — La voz de Jeongyeon hizo que ambas miraran en su dirección.
Nayeon se alegró al ver la expresión de pánico de la mayor, y se dirigió a su lado. —Jeong, lo lamento mucho, yo...
Jeong la miró y esbozó una sonrisa triste. — Esta bien Nayeonnie. — Susurró acariciando su mejilla. —Supongo que esperaba esto de cualquier manera. — Suspiró. —Mi madre no puede fingir ser buena, y aceptar a su hija desviada por tanto tiempo.
—Jeongyeon dejame explicarte, antes de sacar conclusiones apresuradas, ¿si? — Pidió la mujer intentando tomar la mano de la rubia que la apartó rápidamente.
Nayeon sonreía triunfal en su interior, y pensar que no tuvo que hacer nada para que la menor creyera en ella.
Y Jeong quien por suerte se mantenía más calmada de lo que las mayores esperaban volvió a mirar a su madre con una expresión seria. —Fue suficiente con lo que escuche mamá, y no te preocupes, que no tendrás que seguir preocupándote por lo que siento, porque en este instante me voy de aquí.
Sunhee la tomó de la mano cuando ésta intento irse. —Deja de ser tan infantil de una buena vez.
—¡Dejela en paz! Ella ya tomó una decisión y debe respetarla. — Nayeon con una de sus mejores actuaciones se enfrentó a la mayor, que no sólo se creyó su actuación, sino que también se sorprendió.
—¿Ah si? ¿Y a dónde te irás? ¿Eres tan ingenua para creer que Dong Wook te recibirá con los brazos abiertos? — Aprovechó la oportunidad para nombrar al ojiverde.
Jeongyeon frunció el ceño y sonrió negando, no le sorprendió que su madre confundiera las cosas una vez más. —Al menos él no tiene nada que ocultar.
Y eso fue suficiente para que la cocina se llenara de sus gritos —Pues te vas a arrepentir una vez que conozcas su verdadero rostro, y volverás aquí cuando no tengas a donde ir.
—¡Le informo que sí tiene a donde irse! ¡Y SE VA CONMIGO EN ESTE INSTANTE! — Le gritó Nayeon una vez más.
La mayor asintió molesta —Bien. — Las miró con odio a ambas —¡ENTONCES LARGUENSE! No me interesa lo que hagan.
Jeongyeon no habló, no quería decir nada, su primera sospecha había sido confirmada y estaba en un pequeño shock, aunque por otro lado se sentía aliviada de descubrir que a pesar del amargo sabor que dejaba en ella la traición de su madre, Nayeon esta vez era sincera.
Asintió dándole una última mirada a su madre y cuando se vió reflejada en sus ojos miel, no pudo evitar que una lágrima rodara por su mejilla.
Lágrima que Nayeon se encargó de limpiar y la siguió hasta su habitación. Jeong empezó a empacar cosas esenciales y una vez cerró su maleta bajó sin mirar atrás. Ninguna habló hasta que entraron al auto de la mayor y ésta lo puso en marcha.
—Jeongyeonie. — Llamó tomado su mano — ¿Como te sientes?
La menor le sonrió. —Estoy bien — Observó sus manos unidas y la acarició con su pulgar —Gracias.
Nayeon le regaló una de sus mejores sonrisas, una sincera, que logró hacerla sentir especial, como la única en su mundo. —No tienes nada que agradecer mi amor, es lo menos que podía hacer por ti, sólo espero que tu madre piense mejor las cosas, no creí que fuera a decir todo eso.
—Conoces a mi madre tanto como yo bunny, no se disculpará o admitirá que se equivocó. — Suspiró. —Pero no hablemos de eso.
—Esta bien ¿Que te parece si antes de ir al departamento vamos por algo de comida italiana? — Nayeon sonrió emocionada.
Y al ver ese entusiasmo, la menor sólo asintió con desinterés, comer era lo último que pasaba por su mente.
Tenía demasiadas cosas por las que preocuparse, tenía que asimilar que no solo había descubierto el porqué de la forma de actuar de su madre, sino que se había ido de casa, y mucho peor, se había ido con Nayeon, quien no sólo resultó inocente, hasta los momentos, sino que estaba a su lado apoyándola como la mejor novia del mundo.
A ninguna de sus amigas le agradaría saber todas esas cosas, y en especial la última pero no quiso seguir dándole vueltas a ello. Nayeon logró sacarla de sus pensamientos cuando llegaron al lugar donde comprarían la comida, de camino al departamento, y en la cena, que no fue diferente, la castaña hablaba y le preguntaba por sus clases, sus proyectos y cualquier cosa que no tuviera que ver con los hechos recientes, algo que internamente agradeció.
Se había duchado para final mente intentar dormir, mientras la mayor hablaba por teléfono con su hermano, o eso creyó ella.
Estaba acostada boca abajo con sus ojos cerrados, pero aún no se dormía cuando Nayeon entró a la habitación y la saludó con una sonrisa tierna. Dejó su celular en la mesa de noche y se acostó a su lado, más bien se acostó con la mitad de su cuerpo sobre su espalda.
Pasaron un rato en esa posición, Nayeon tomó su suave mano y entrelazó sus dedos, y entre las caricias que la menor dejaba en su mano con su pulgar y su dulce olor a vainilla la castaña logró relajarse a tal punto que casi se duerme.
—Ha sido un día lleno de muchas emociones. — Habló Jeongyeon por fin, se estaba debatiendo sobre si contarle o no a su novia acerca de Dongwook, pues su madre lo había mencionado y no dudaba que la castaña tuviera curiosidad por saber sobre él, aún cuando no lo preguntara.
Nayeon apoyó su mentón en su hombro mirándola, y con su mano libre empezó a acariciar los mechones del cabello rubio de la menor indicándole que le prestaba atención. —No sé que decirte, no puedo ni siquiera imaginar lo que llevó a tu madre a actuar de ese modo. — La mentira salió tan natural de sus labios que incluso ella se la creyó.
—Y yo que pensé que... — Río sin ánimos. —No importa. — Suspiró. —Hay algo que quiero decirte. — Dijo cambiando de posición, se volteó sentándose o más bien recostándose del espaldar de la cama mientras la mayor se recostaba de su hombro y volvía a unir sus manos.
—¿Es grave? — Nayeon jugaba con sus manos mientras era ella quien ahora jugaba con su cabello castaño.
—Eso depende. — La mirada curiosa de Nayeon la enfrentó y se sentó para escucharla atentamente. —Es que... — Suspiró. —Mi padre esta vivo. — Nayeon fingiendo sorpresa abrió más sus ojos —Si, apareció hace unas semanas, aproximadamente un par de meses ya, no lo sé con exactitud. Quería decírtelo porque es ese Dongwook del que mi madre habló.
—Jeong, eso es increíble ¿Como fue que pasó todo esto? Yo no tenía idea de que, espera ¿No estaba muerto?
Jeongyeon negó la chica habló rápido pero pudo entenderla, su confusión había sido parecida cuando vió por primera vez al ojigris. —Eso es lo que mi madre nos hizo creer a todos. Pero él apareció y la verdad, en el poco tiempo que llevo de conocerlo, me di cuenta de que es un hombre admirable.
Nayeon sintió el cariño en las palabras de Jeongyeon hacia su padre y no pudo estar más feliz, su plan había salido a la perfección, pues no sólo había quedado como una novia comprensiva sino que había conseguido que Jeong al fin le hablara del mayor.
—¿Osea que ya has compartido con él? — Nayeon fue cuidadosa sobre la pregunta que hizo y el tono de voz que utilizó, recibiendo una afirmación de la rubia.
—La última vez que lo ví fue hace dos semanas. — Mintió la menor, tampoco quería arriesgarse del todo con Nayeon, pues no todo estaba claro aún. Necesitaba descubrir que tenía que ver el señor Im en los planes de su madre y ella era la única que podía llevarla a él. —Un par de días antes de que empezáramos a salir.
—Estoy sorprendida, no imagino como te sientes tú con esta situación mi amor. — Nayeon acarició su mejilla. —Pero espero conocerlo pronto.
La rubia se sorprendió ante sus palabras pero sonrió —Bueno, tal vez la próxima vez que me busque los presente.
—Debe ser un hombre ocupado. — Nayeon quería saber más sobre él, pero como no quiso levantar mas sospechas decidió no preguntar más.
—Así parece, no entiendo porque mi madre lo odia tanto. — Nayeon se recostó en su hombro otra vez esperando escuchar la historia que de seguro la menor le contaría. Y sonrió cuando la rubia continuo hablando. —Cuando lo ví por primera vez, todo fue tan confuso, por un lado me sentía feliz de conocerlo, pero una parte de mi se sentía dolida, por descubrir que toda la vida creímos en una mentira que mi madre construyó y fue capaz de mantener sin importarle lo que sentíamos.
—¿Y ella no te explicó sus razones?
—Intenté hablar con ella, pero ni siquiera soporta escuchar que lo nombre. Fue el quien me explicó su versión, y ya que mi madre se negó a darme la suya, y yo era incapaz de creerle alguna palabra, no volvimos a hablar del tema.
—Lo lamento tanto Jeong. — Nayeon se abrazó a su cuerpo mientras ella acariciaba su espalda. —¿Y Seungyeon lo sabe?
—Lo sabe, y me alegra que no tenga que pasar por nada de esto, mamá le hizo la vida suficientemente difícil ya.
—¿Y porque tu tienes que soportarlo?
—Es mi madre a pesar de todo, y aunque no sea la mejor, la amo.
Nayeon después de escucharla suspirar, supo que era difícil para Jeong hablar sobre eso.
Por eso después de unos minutos de hablar de otros temas, terminó por dormirse en sus brazos, gracias a las caricias que recibía en su cabello y espalda.
Mientras que Jeongyeon, como hacia varias noches, no pudo dormir demasiado, pues a pesar de estar cómoda, su mente parecía no querer dejarla descansar.
Es el inicio de los enredos en Esmeralda Japonesa.
No recuerdo si revisé errores, pero luego veo eso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro