Cuando tu madre muere de un derrame cerebral, dejándo a sus dos hijos con su padre, alguien opresor, abusador, alcohólico y sobretodo, un creyente en la iglesia, o así al parecer era lo que el Señor Jeon demostraba. ¿Qué es lo peor que puede haber? Choi Beomgyu decía no había nada peor que eso, hasta qué:
-¡Bamgyu! ¡Bamgyu! El padre trajo a su hijo. - Susurró mi pequeña hermana de catorce años, con una radiante sonrisa, como si lo que me acaba de decir era un gran secreto -
-¿El padre tiene un hijo?
-Uhum. - Asintió para luego tomar de la mano a su hermano y llevarlo a atrás de los arbusto de la oficina del padre, Beomgyu se quejó un poco al ver como su traje se ensuciaba, y el vestido de su hermana también, pero al parecer a ella no le importaba eso - Escucha.
-En el nombre del padre, del hijo, del espíritu Santo, Amén. - Finalizó el padre, Beomgyu conocía esa voz -
-Amén. - Esa voz hizo cerrar un poco los ojos a Beomgyu, era dulce, serena, nunca la había escuchado -
-Bien, hijo. Es hora de comenzar la ceremonia. - Los pasos se escucharon y los dos niños se asustaron, optando por esconderse más en los arbustos. Beomgyu pudo percibir un chico de cabello rubio, con una casulla blanca que le llegaba al suelo, se notaba de baja estatura, y de complexión delgada, era muy lindo -
-¡Jimmy, Beomgyu!
-¡Es papá! - Susurró la niña de ojos grandes con miedo - Corre, nos va a regañar.
Beomgyu tomó de la mano a su hermana para salir corriendo, su padre era muy estricto en cuanto a lo puntual, bueno, era estricto en todo. Sobre todo con Beomgyu, tal vez porque era el mayor, pero a veces el trato que le daba era malo, y no entendía. Él no recordaba que fuera mal niño, él no se portaba mal, pero siempre lo castigaba por cualquier cosa. A él le gustaba proteger a su hermana pase lo que pase, prefería recibir esos golpes él antes que su hermana.
Su mirada se perdió en aquel chico, que se mantenía callado al lado del padre. Su mirada era profunda, como si estuviera buscando algo, ¿Pero qué? Y sintió un escalofrío al sus ojos cruzarse con los del chico, sintiéndose incómodo pero sin poder quitar su mirada, mientras aquel rubio sostenía también su mirada, soltando una pequeña risa, como si hubiera encontrado lo que buscaba.
Beomgyu devolvió la sonrisa, sólo que más tímida. Lo que no esperaba, es que alguien los estaba mirando.
La pequeña de ojos grandes tomó la mano de su hermano, un poco intimidada al ver aquel rubio, pero quería ser positivo.
Porque el espíritu Santo es fuerte, pero la carne es débil.
El señor Jeon se acercó con sus hijos al final de la ceremonia para que les den su bendición, así con eso, Beomgyu pudo detallar más el rostro angélica que tenía aquel chico, el hijo del padre.
-¿Es su hijo, padre? - Escuchó decir a lo lejos, su mirada trazaba una línea invisible en el rostro del nombrado rubio, quién lo mirada con una pequeña sonrisa, una ceja alzada, como si pudiera leer su mente, como si supiera qué tan rendido estaba ante él con sólo haberlo mirado una vez -
-Sí, mi esposa me dejó traerlo, es un buen chico, le eh enseñado todo para que él pueda estar aquí. Su nombre es Taehyun, Kang Taehyun, tiene quince años al igual que Beomgyu. - Los tres hicieron una pequeña reverencia al igual que Taehyun en modo de saludo, sin dejar atrás los modales -
-Taehyun es lindo. - Dijo sin pensar la pequeña niña tomada de la mano de Beomgyu, mostrando esa dentadura perfecta a pesar de tener todavía dientes de leche -
-Gracias, Jimmy. - Hizo otra reverencia Taehyun, y Beomgyu no podía dejar de verlo, ¿Por qué era tan hermoso? Era imposible que un chico fuera así tan hermoso -
-Bien, nos vamos. - Avisó el señor Jeon, para dar una última reverencia e irse con sus hijos -
La casa de aquellos tres no era pequeña, pero tampoco tan grande, también Beomgyu se encargaba la limpiarla todos los días, no quería hacer enojar a su padre, y menos cuando estaba bebiendo, como ahora, que prefería hundirse en el alcohol antes que intentar resolver los problemas en su cabeza.
Beomgyu limpiaba los platos sin querer hacer ruido, a su padre no le gustaba. Pero al llegar de la iglesia, el ambiente estaba más raro de lo normal.
-Beomgyu, cada día te pareces más a tu mamá. - Escuchó a su padre susurrar en su oído, el olor a alcohol lo hizo estremecer, eso no era bueno, se quedó estático esperando algo más - Ella, era una zorra.
Los ojos del chico se llenaron de ira, empujando a su padre con toda sus fuerzas, sin pensar en las consecuencias. Haciendo soltar a éste último una carcajada.
-Ah, ahora quieres jugar. Bien, juguemos. - Beomgyu intentó escapar de la cocina con pánico en su rostro, sintiendo como su padre lo empujó tan fuerte que lo hizo tambalear y dejar caer al suelo -
Miró hacia arriba desde el suelo, observando con lágrimas en sus ojos como su padre empezaba a sacar su correa. Era inútil escapar, pues siempre terminaba peor, o algunas veces, lo pagaba con su hermana, y él no quería que aquel monstruo pagara las cosas con su hermana menor, había prometido protegerlo de todos.
Se pudo escuchar cuando aquel metal aterrizó en su delicada piel, pues un gritó ahogado no se pudo esperar a sonar. Beomgyu sentía como aquel metal abría de nuevo esas heridas que ya casi estaban sanas, que tanto les había costado curar, no era bueno curándose sólo, y tampoco quería que su hermana lo viera en ese estado.
Cada vez perdía más la voz, cansaba gritar, cansaba llorar y suplicar sabiendo que nada lo iba a salvar. ¿Cómo las personas podemos ser tan crueles?
¿Porque somos crueles con personas más indefensas que nosotros? Esa era la pregunta que se hacía Beomgyu, antes de caer en el suelo desplomado, sin fuerza para seguir tratando de pararse después de aquel castigo.
La sangre corría por su espalda, cayendo en el mismo sitio que sus lágrimas, valiendo absolutamente nada.
-Una cosa más, no te quiero cerca de ese rubio, nunca. Prometo matarte si te acercas a él. - El olor a alcohol repugnó a Beomgyu, quién casi no podía mantener sus ojos abiertos -
Desearía morir.
*
Su hermana Jimmy tocó suavemente esa parte donde estaba la herida, sus ojos observando aquella curita que había en la frente y otra en la barbilla, no tenían sangre, pero aseguraba que si hacía movimientos bruscos, ésta no iba a tardar en salir.
-Tranquila, Jimmy. No pasa nada, estoy bien, entra a clases, el timbre ya sonó. - la niña miró a su hermano una vez más, queriendo llorar pero su hermano quitando esas traicioneras lágrimas con el dorso de su mano - Pórtate bien, sí lo haces, te daré una recompensa.
La niña asintió despacio, sin ánimo de nada. Dejando por último un beso en la frente, haciendo reír a Beomgyu.
-Hasta más tarde.
Espero a que su hermana entrara al salón, para luego dirigirse al suyo. Su mirada clavada en el suelo, sí, mierda, dolían tanto las heridas.
Se congeló en la puerta del salón, al ver aquella cabellera rubia, quién sonreía con naturalidad, dando ese aura tan pacífico, como si todo a su alrededor estuviera bien y fuera bonito. Su mirada se cruzó con la de él, haciendo que su corazón diera un salto, como si se hubiera quedado sin alma al ver esa maliciosa sonrisa.
-Puedes pasar, Beomgyu. - Aquel regaño lo hizo entrar de la realidad, tomando asiento en los últimos puestos. Para su mala suerte, o buena, tal vez, Taehyun tomó asiento a su lado después de una breve presentación -
-Hola, Beomgyu. - El nombrado asintió, con sus mejillas rojas, ¿Porque se sentía tan atraído a aquel chico? -
Claramente su padre ayer le advirtió que se alejara de aquel muchacho, más, ¿Por qué? Sí Taehyun lo único que desprendía era felicidad y ternura. O eso parecía.
Algo que muchos ignoramos y deberíamos tener más en cuenta era que no nos permitamos ignorar nuestro sexto sentido.
No te acerques.
-Seremos amigos, ¿No? -
No seas su amigo.
-¡Claro! - El rubio sonrió, completamente feliz. Había mordido el anzuelo - Sí quieres más tarde te enseño el colegio, ya que eres estudiante de intercambio y es tu primer día en la escuela, debes estar perdido.
-Sí, estás en lo correcto.
-Shh.
Siseó la maestra, pidiendo silencio de aquellos dos adolescentes que no paraban de hablar. Soltando pequeñas sonrisas cómplices.
El colegio no es que era tan grande, más la cancha sí, y teniendo en cuenta que ya había sonado la campana de la salida hace veinte minutos, no había nadie en ese lugar. Taehyun caminaba dando pequeños brincos al lado de Beomgyu, quién se seguía sintiendo un poco tímido.
-¿Qué le ocurrió a tu rostro? - Beomgyu volvió a enrojecer por décima vez en el día a causa de ese rubio -
-Me caí, soy muy torpe.
-Oh, creo que tener el ojo morado no es algo que pueda pasar-
-Eres el hijo del padre, es muy extraño que estudies en una escuela común y corriente y no en la de monjas. - Comentó Beomgyu hacia el menor, quién paró de brincar para encararlo, notando claramente el cambio de tema, soltando una breve risa, muy interesante Beomgyu -
-Después de hablarlo bastante con papá y llorar él accedió, pero sólo por medio año.
-Uhm. - Soltó un sonido con su garganta, haciendo notar que lo estaba escuchando atentamente -
-Todos nos iremos al infierno. - Beomgyu soltó una carcajada, ¿Cómo el hijo de un padre diría eso? ¡Ese chico era un ángel! - ¿No me crees? Hasta tú también.
Taehyun era un chico raro. Pensó Beomgyu.
-Mira, si cometemos un pecado iremos al infierno, ¿Por qué mejor no cometer miles sí igualmente irás así hayas cometido uno? - Tenía un punto, pero no le gustaba -
-Yo nunca eh pecado, no creo que eso pase conmigo. Y contigo tampoco.
-Soy Gay, Beomgyu. Obviamente me iré al infierno por eso. En el cielo no aceptan personas como yo. - ¿Gay? En su casa estaba prohibida esa palabra, y en la escuela también, en los libros tampoco aparecía, era muy raro escuchar esa palabra, como si fuera un tabú - Y tú también lo eres.
No soy Gay.
-¿Quieres que te lo demuestre? No paras de acosarme con tu mirada, siempre te sonrojas cada que te digo cosas fuera de contexto, miras mi cuerpo descaradamente, ¡Oh! ¿Y quieres ver algo más?
Beomgyu tenía su boca abierta, sus mejillas rojas debido a aquella actitud y cosas tan precipitadas que había dicho.
Pero fue peor cuando el menor tocó sus labios con los suyos, haciendo que sus mejillas se sintieran tan rojas, estaba congelado, no podía apartar a Taehyun, ¿Por qué? ¡Estaba besando a un chico! !Y no cualquier chico, sino a Kang Taehyun, el chico que su padre le había dicho que si le hablaba él lo iba a matar!
Aunque claramente no le estaba hablando, lo estaba besando. ¿Eso cuenta?
Sus brazos reaccionaron empujando al menor, haciendo que éste sonriera después de notar la reacción de su Hyung. Eso era tan divertido.
Beomgyu tomó su bolso para después salir corriendo tapando sus mejillas.
No quería aceptar que no había sentido asco por el beso con otro chico.
Maldito sea el día que te besé.
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Por si lograron notarlo, cambié mucho la historia, por eso duré mucho en subirla. El capítulo se me borró dos veces y eso es bastante frustrante.
El capítulo no está corregido, pido perdón, últimamente no tengo tiempo para nada.
Saben que cualquier cosa está abierta mi bandeja de mensajes.
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