Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 5: ᴇʟ ᴇᴄᴏ ᴅᴇʟ ꜱɪʟᴇɴᴄɪᴏ.🦋



Mis manos seguían sobre sus muñecas, tensas, como si no pudiera soltarlas aunque quisiera. Mi mente estaba en blanco, pero mi cuerpo seguía en movimiento, como si lo hubiera dejado tomar el control. Y entonces, cuando nuestros ojos se encontraron de nuevo, esa chispa que había crecido entre nosotros parecía ser la única realidad. Algo había cambiado en la forma en que nos mirábamos, algo que no podía negar ni rechazar.

— ¿Q-qué estábamos haciendo...?— Dijo, con sus labios finos.

Mis palabras parecieron desmoronarse antes de salir, pero al final, me forzaron a decir algo, aunque mi voz temblara.

— No lo sé. — La respuesta salió de mis labios como un susurro, una verdad cruda que no pude disfrazar. — No sé por qué lo estoy haciendo, pero... no quiero soltarte...

Lawrence no se movió, pero sus ojos se estrecharon ligeramente. Su respiración era más rápida ahora, como si las palabras me hubieran golpeado de alguna manera, como si estuviera procesando algo que no quería enfrentar. No pude evitar notar la tensión que se había acumulado en su rostro, como si estuviera lidiando con algo que le costaba comprender.

Nos miramos en silencio, pero fue una mirada intensa, cargada de algo que no se podía definir con palabras. Mis manos seguían sobre sus muñecas, y su piel, tan cálida, me transmitía algo que no sabía cómo manejar. ¿Por qué no podía controlarme? ¿Por qué sentía que no quería que este momento se desvaneciera?

Entonces, fue él quien dio un paso adelante, acercándose aún más, y en sus ojos pude ver algo que me hizo dar un respiro profundo. Su boca estaba medio abierta, como si quisiera decir algo, o incluso como si se estuviera preparando para hacer algo. El aire entre nosotros se volvió denso, palpable, y de repente me pareció que el espacio entre nuestras caras se hacía cada vez más pequeño.

¿Lo iba a hacer?

Quería saberlo. Quería que lo hiciera. Pero, justo cuando estaba a punto de sentir el roce de sus labios, algo cambió. Con un movimiento rápido, como si hubiera tomado conciencia de lo que estábamos a punto de hacer, Lawrence se apartó de mí, con el rostro ligeramente enrojecido. Sus ojos no dejaban de buscar los míos, pero algo había cambiado en él también. La calidez que había estado presente en su mirada se había disipado, reemplazada por una mezcla de confusión y firmeza.

— No hagas eso. — Su voz sonó más dura de lo que había esperado, más seria. — No hagas cosas como esa...

El tono de su voz no era de reproche, sino de advertencia, como si estuviera protegiéndose a sí mismo, como si no quisiera admitir que lo que acababa de ocurrir entre nosotros, aunque breve, había sido algo demasiado intenso. La tensión en el aire seguía flotando, palpable, y pude ver cómo sus manos se relajaban lentamente, como si quisiera asegurarse de que no habíamos cruzado una línea irreversible.

Antes de que pudiera decir algo más, la puerta de la sala se abrió de golpe, y alguien entró, rompiendo la atmósfera cargada que se había formado entre nosotros.

Era Michael, el otro músico, que tocaba con nosotros en las prácticas. Había estado fuera durante un buen rato, y ahora, al vernos en esa posición, se detuvo en seco. Sus ojos se abrieron ligeramente, y su rostro pasó de la confusión a la incomodidad casi de inmediato. Sabía que había algo extraño en el aire, algo que no quería ni comprender.

Michael nos miró rápidamente, y sin darme tiempo de reaccionar, carraspeó y apartó la vista hacia el rincón de la sala.

— Uh, perdón, ¿interrumpo? — dijo, con un tono de voz incómodo, como si no supiera cómo manejar lo que acababa de presenciar.

Lawrence y yo nos separamos casi al mismo tiempo, como si una corriente eléctrica nos hubiera atravesado a ambos, forzándonos a alejarse uno del otro. Mi violín  quedó abandonado en el suelo, y por un momento, nadie dijo nada.

Mi respiración aún era irregular, y al igual que Lawrence, mirábamos a otro lado, evitando encontrarnos. ¿Qué acababa de pasar?

Michael, notando la tensión en el aire, hizo un esfuerzo por hacer como si no hubiera visto nada. Se acercó a uno de los bancos donde se guardaban los instrumentos, como si no hubiera nada fuera de lo normal.

— Creo que... estoy interrumpiendo algo. Mejor vengo después, ¿no? Prácticamos más tarde... — murmuró con una sonrisa forzada, pero nadie le respondió. El ambiente se había vuelto demasiado denso, y nuestras mentes no sabían cómo procesar lo que acababa de suceder.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad de silencio, Lawrence carraspeó, rompiendo la quietud del momento.

— Sí, eso es, Michael. Vamos a... practicar más tarde. — Su voz estaba más controlada ahora, pero había una ligera vacilación en sus palabras. No pude evitar notar que sus ojos seguían evitando los míos.

Yo también miraba al suelo, como si estuviera buscando una salida, una forma de escapar de la incomodidad que se había instalado entre nosotros. Pero no podía evitar que mis pensamientos volvieran una y otra vez a lo que había sucedido, a ese momento suspendido entre el deseo y la confusión. ¿Qué íbamos a hacer con esto?

Michael, por su parte, no parecía saber cómo reaccionar. Nos miraba de reojo, y aunque trataba de parecer despreocupado, la situación no pasaba desapercibida para él. Nos había visto, y no había vuelta atrás.

La tensión en el aire era palpable, y aunque intentábamos mantenernos ocupados con las partituras y el instrumento, el silencio que seguía pesaba más que cualquier palabra.

¿Qué iba a pasar después? Tenía que pedírle un perdón o algo...


Michael, con un esfuerzo palpable por ignorar lo que acababa de suceder, hizo una ligera inclinación hacia atrás, sin dejar de mirar la escena con incomodidad. Carraspeó una vez más, esta vez para hacerle saber a todos que se sentía como un intruso.

— Bueno... creo que... mejor vuelvo después. — Dijo, y con una rápida mirada de reojo a ambos, se dio la vuelta y salió de la sala en silencio, cerrando la puerta tras de sí con cuidado.

Una vez que la puerta se cerró, el silencio en la habitación fue aún más pesado. La atmósfera se volvía cada vez más incómoda, y era imposible ignorar lo que había quedado entre nosotros. Los minutos parecían estirarse, como si el tiempo mismo estuviera retrocediendo, negándose a que cualquier palabra fuera pronunciada.

Lawrence y yo estábamos en la misma posición, mirando al suelo, como si estuviéramos buscando respuestas allí, en las sombras del suelo que nos rodeaba. Ninguno de los dos se atrevió a mirar al otro, como si nuestras miradas pudieran hacer que todo lo que había sucedido se volviera aún más real.

Finalmente, como si hubiéramos llegado a un acuerdo tácito, levantamos la vista casi al mismo tiempo. Nuestros ojos se encontraron fugazmente, y, al igual que antes, hubo algo en esa mirada que ninguno de los dos pudo negar, pero nos apartamos inmediatamente, incómodos.

— Lo... lo siento. — Dije, con una voz que temblaba, no solo por el nerviosismo, sino también por el resentimiento que empezaba a formarse en mi pecho. — No debí haber... No sé qué estaba haciendo. Perdón.

Lawrence hizo un gesto con la mano, como si quisiera apartar mis palabras sin darles mucha importancia, pero su rostro estaba aún tenso, su cuerpo rígido. Dio un paso hacia mí, y por un momento pensé que la distancia entre nosotros se reduciría, que hablaríamos de lo que había pasado, de lo que habíamos sentido, pero en su lugar, dio un paso atrás, y su mirada se endureció.

— No quiero tener problemas. — Su voz fue clara, firme. — Ya sabes... soy famoso y esas cosas. No quiero que haya malentendidos o que esto se convierta en algo que no es.

Las palabras me golpearon de lleno, y aunque traté de esconder la frustración, no pude evitar que un sentimiento de enojo comenzara a formarse dentro de mí. ¿Acaso todo lo que habíamos compartido no significaba nada para él? ¿Era tan fácil dejarlo ir?

— Está bien... — Respondí, mi voz algo más grave. — Si eso es lo que quieres...

Me levanté lentamente, incapaz de mirar a Lawrence a los ojos, y me dirigí hacia la puerta. La ira seguía burbujeando en mi interior, mezclada con una profunda tristeza. No quería irme. No quería dejar que esto terminara así, pero la vergüenza, el silencio, todo lo que se había dicho y no dicho, me empujó a dar ese paso.

Antes de salir, me giré ligeramente, mirando a Lawrence por última vez. Había algo en su expresión que me hizo dudar, pero no dije nada. No había nada más que decir.

— Nos vemos mañana. — Fue lo único que logré decir, y salí rápidamente de la sala, dejando atrás la tensión que todavía colgaba en el aire, como un peso invisible.

El sonido de la puerta cerrándose tras de mí resonó en mi cabeza mientras me alejaba, mis pasos más pesados de lo que deberían ser. 

Me quedé allí, parado, con la puerta cerrada detrás de mí, el violín y el arco aún en mi mano izquierda, y todo dentro de mí en un caos. La cabeza me daba vueltas. ¿Qué estaba pensando Lawrence? ¿Era todo un juego para él? ¿De verdad creía que esto no era algo serio? ¿Que lo que había pasado no importaba?

Suspiré, frustrado conmigo mismo y con todo lo que había pasado. No quería pensar en ello, pero las preguntas seguían atacando mi mente sin descanso. Me sentí impotente, como si todo hubiera sido una especie de error, pero no podía negar lo que había sentido. Eso había sido real. Lo había sentido.

Y entonces, sin pensarlo mucho, empecé a caminar hacia adelante, como si pudiera escapar de esos pensamientos. A lo lejos, vi a Michael, parado cerca de los bancos donde guardamos los instrumentos. No sé cómo, pero vi la oportunidad de hablar con él, de sacarme este peso de encima, aunque fuera por un segundo.

— Michael, mira... — empecé, tratando de sonar calmado, pero la urgencia en mi voz no me dejó mentir. — No pienses lo que pensaste. No es lo que crees. Fue todo un malentendido.

Michael me miró con esa calma suya, sin dejar de hacer lo que hacía, como si quisiera restarle importancia al asunto. Pero me miró de nuevo, y me dio esa sensación de que él lo entendía, sin necesidad de explicaciones.

— Hauser... — dijo, su voz tranquila como siempre. — Lo que pase entre ustedes dos no es mi incumbencia. No vi nada, y no diré nada.

Al escuchar esas palabras, sentí un peso levantar de mis hombros. Algo dentro de mí se alivió, como si me hubiera quitado un enorme lastre. La tensión que me había mantenido rígido, como si fuera a romperme, desapareció por un momento. Pero, aun así, no podía dejarlo así. Tenía que decirlo, tenía que sacar todo lo que había dentro de mí.


Me senté junto a Michael, el violín descansando en mis piernas. Todo lo que había pasado seguía dando vueltas en mi cabeza, como si no pudiera escapar de ello. El aire seguía pesado, y aunque trataba de relajarme, había algo dentro de mí que no dejaba de inquietarme. Tomé una respiración profunda antes de hablar, no sabía por dónde empezar, pero tenía que contárselo, tenía que sacar todo lo que había dentro.

— Sabes, Michael, yo... no planeaba que esto fuera a pasar. Realmente no lo planeaba, pero de alguna manera, no pude evitarlo. — Comencé, mirando al frente mientras las palabras salían de mi boca de manera casi automática. — Estoy... estoy enamorado de Lawrence. No sé cómo llegó a este punto, pero aquí estoy, sintiendo esto por él.

Michael me miró en silencio, como si estuviera esperando que siguiera. A veces, no sabía cómo podía ser tan tranquilo, pero me dio ese espacio, ese silencio que necesitaba para seguir.

— Todo empezó en las prácticas, como siempre. Nada fuera de lo común. Pero algo cambió. No sé cómo explicarlo, ni siquiera sé si tenía sentido, pero empecé a ver a Lawrence de una forma diferente. Al principio, era solo un compañero de banda, alguien con quien compartía el escenario. Pero... luego todo se volvió más... complicado. — Mi voz tembló un poco al recordar el momento que me había marcado, el momento cuando todo se volvió más real.

Miré a Michael, esperando que me entendiera, aunque no estaba seguro de si lo haría.

— Había algo en su mirada, algo que me hizo pensar que tal vez, solo tal vez, podría haber algo entre nosotros. No sé qué pasó exactamente, pero cuando nos miramos... todo cambió. Esa chispa, esa tensión entre nosotros... era como si el mundo se hubiera detenido por un segundo. Y, de repente, no pude controlarlo. Mis manos no querían soltarse de las suyas, mi cuerpo parecía estar actuando por su cuenta. No sé cómo describirlo, solo... sentí que quería estar más cerca de él.

Hice una pausa, intentando ordenar mis pensamientos, pero la confusión seguía allí, en cada palabra.

— Y luego... luego pasó. Nos miramos y por un momento, parecía que iba a suceder, como si estuviera a punto de besarme o algo así. Estaba a punto de... — Mi voz se quebró por un momento, recordando lo que sucedió después, lo que Lawrence había hecho. — Pero justo cuando estábamos a punto de cruzar esa línea, él se apartó. Se apartó de mí, como si de repente se hubiera dado cuenta de lo que estábamos a punto de hacer. Y sus ojos... ya no eran los mismos. No era la misma calidez, solo confusión. Y luego, me dijo algo que no esperaba.

Me quedé en silencio, recordando sus palabras con la misma claridad que si las hubiera escuchado justo ese momento.

— Me dijo: "No hagas eso". Como si fuera algo malo. Como si todo lo que había pasado entre nosotros fuera un error. Y, sinceramente, no sabía qué hacer. No sabía si debía insistir, si debía decirle que yo... que yo quería que sucediera. Pero no podía. No quería presionarlo. Todo se volvió tan... raro. Y entonces, entraste tú. Y fue como si todo se rompiera. Nos separamos, sin decir nada. Solo quedamos ahí, mirando al suelo, sintiendo la incomodidad en el aire.

Suspiré, sintiendo que todo me estaba asfixiando, como si no pudiera escapar de esa tensión. Miré a Michael, sin poder evitarlo, buscando alguna respuesta en su mirada.

— No quiero perder a Lawrence, Michael. Pero no sé qué hacer con todo esto. No sé si lo que siento es lo correcto, o si solo estoy... haciendo un lío de todo. Solo sé que no quiero que me vea como a un loco, como si lo estuviera acosando o algo. No quiero que se aleje de mí por algo que no debería haber pasado. Pero al mismo tiempo, siento que no puedo dejarlo ir.

Michael guardó silencio por un momento, y me sorprendió lo tranquilo que se mantenía. Yo esperaba algún consejo, algo que me ayudara a entender todo esto, pero él simplemente me miraba. Finalmente, habló.

— Hauser... lo importante es que seas honesto contigo mismo. Si estás enamorado de él, no lo ocultes. Pero también tienes que respetar sus sentimientos, ¿sabes? A veces, las cosas no salen como uno quiere, y no siempre lo que sentimos es correspondido. Pero eso no significa que todo esté perdido. No tienes que forzar nada.

Me quedé callado por un momento, dejándome llevar por sus palabras. La idea de ser honesto conmigo mismo, de aceptar lo que estaba sintiendo, me dio algo de alivio. Tal vez no tenía todas las respuestas, pero no podía seguir escondiéndolo.

— ¿Y si lo pierdo todo? — le pregunté, en un susurro, sin poder evitar el miedo que se instalaba en mi pecho.

— Si lo pierdes, lo perderás porque no era el momento, porque no era lo que debía ser. Pero no te arrepientas de lo que sientes. Lo importante es que tú sabes lo que hay en tu corazón, Hauser. Y eso no cambia.—Hizo una pausa.— Lo que pasa entre Lawrence y tú no es fácil, Hauser. — dijo, después de un rato. — A veces, los sentimientos no son correspondidos, o quizás lo son, pero no siempre se dan en el momento adecuado. Lo importante es que seas honesto contigo mismo y con él. Si lo que pasó entre ustedes dos no es algo que él quiere, entonces... tienes que aceptarlo, aunque duela. Pero si lo que sientes es real, y él también lo siente, tal vez haya una oportunidad. Solo no te quedes con las dudas, porque las dudas nunca te dejarán avanzar.

Me quedé en silencio, reflexionando sobre todo lo que me había dicho. Tal vez tenía razón. Tal vez no todo tenía que resolverse de inmediato. Pero al menos ahora sabía que no estaba solo.


ਏਓ                                                     ਏਓ


Después de haber soltado todo, me sentí extraño. Como si una carga que ni siquiera sabía que llevaba sobre mis hombros se hubiera aliviado un poco. El aire en la habitación parecía un poco menos denso, aunque la confusión seguía ahí, latente. Me quedé mirando a Michael, que me había escuchado con paciencia, sin interrumpirme, dándome ese espacio que tanto necesitaba. No pude evitar sentirme agradecido.

— Gracias, Michael... Realmente necesitaba hablar de esto con alguien. — Dije, dejando escapar una pequeña sonrisa, aunque aún estaba sumido en mis pensamientos. La sensación de alivio era real, pero el miedo seguía acechando, como si no supiera qué hacer con lo que acababa de decir.

Me sentí más ligero, pero algo seguía rondando en mi mente, algo que necesitaba aclarar. No quería quedarme con dudas. Miré a Michael y antes de que pudiera hablar, sentí que algo en el ambiente cambiaba, como si el aire volviera a volverse denso, esta vez por una razón diferente. La puerta de la sala se abrió de golpe, interrumpiendo mis pensamientos.

Era Lawrence.

Al verlo, algo se removió dentro de mí. Mis ojos se encontraron con los suyos al instante, y sentí esa chispa que había sentido antes, pero esta vez fue diferente. Algo en su mirada había cambiado, algo que no supe identificar. Fue como si todo lo que había sentido antes se hubiera desvanecido en un suspiro, reemplazado por una confusión que no podía comprender. No sabía si era mi mente jugándome una mala pasada, pero el calor que había sentido antes ya no estaba. Solo quedaba esa extraña sensación de que las cosas ya no serían las mismas.

Lawrence parecía algo agitado, su respiración más rápida, como si estuviera buscando algo, como si algo lo estuviera apurando. Pero lo más extraño fue la rapidez con la que apareció, como si hubiera estado esperando el momento exacto para entrar. Cuando vio a Michael y a mí juntos, hizo una pausa, como si se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.

— Hauser, Michael... — Su voz sonó un poco más dura de lo normal, y me pareció que había una especie de presión en sus palabras. — La práctica ha terminado. Es tarde. Ya es hora de irse.

El tono de Lawrence era directo, casi como una orden, pero también había algo en él que no supe identificar. Había una cierta urgencia en su voz, una especie de desesperación contenida. No lo entendía bien, pero no podía evitar sentir que algo había cambiado, algo que ya no era tan fácil de ignorar.

Me quedé allí, paralizado por unos segundos, mirando a Lawrence mientras él nos dirigía esas palabras. Mi cuerpo reaccionó automáticamente, como si quisiera salir de la sala, pero mis pensamientos seguían atrapados entre la confusión y las emociones que aún no entendía completamente. Lawrence había cambiado, y eso me desconcertaba. Aquel Lawrence que había sido tan cercano, tan cálido... ahora parecía estar a kilómetros de distancia.

Michael fue el primero en reaccionar. Levantó una ceja, pero no dijo nada, solo asintió con la cabeza, como si ya estuviera acostumbrado a que la práctica terminara de esa forma. Yo, por otro lado, sentí que las palabras se me atoraban en la garganta. No sabía qué decir, no sabía si debía hablar o simplemente callar.

Finalmente, Lawrence dio un paso atrás, dándonos la puerta para que saliéramos. A pesar de que estaba ahí, tan cerca, mis pensamientos seguían dispersos, y no podía evitar sentir que algo entre nosotros había cambiado. No entendía qué era, pero sabía que algo se había roto. Ya no era como antes.

Me quedé unos segundos, sin saber qué hacer, mirando a Lawrence, luego a Michael, y finalmente a la puerta. ¿Qué iba a pasar ahora? ¿Cómo iba a encarar todo esto?

La salida estaba ahí, pero mi mente seguía enredada en lo que acababa de pasar. Ya no era solo la confusión sobre mis sentimientos, ahora había algo más. Algo en el aire, algo que no podíamos evitar. Algo que estaba más allá de las palabras.

¿Era el final de algo que nunca llegó a empezar? ¿O solo el principio de algo que ninguno de los dos entendía?



Lawrence terminó de mirar a Michael con una expresión que no dejaba lugar a dudas. Sus ojos, antes vacíos de emoción, ahora brillaban con una intensidad que me hizo sentir incómodo. Había algo en su mirada que no podía ignorar, algo que se sentía casi... amenazante. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, desvió la mirada hacia mí, y de alguna manera, su expresión cambió por completo.

Su rostro, que antes estaba cargado de tensión, se suavizó en lo que solo podría describir como una mirada amigable, aunque todavía había algo en sus ojos que me hizo dudar. Como si estuviera tratando de ocultar algo. Algo que no entendía del todo.

— ¿Son mejores amigos? — preguntó, su tono casual, pero sus ojos brillaban con una pregunta que no podía ignorar.

Lo miré por un momento, pensando en cómo responder. No quería decir demasiado, pero tampoco mentir. Así que, con una sonrisa, respondí con suavidad:

— Algo así. — Mi voz sonó más tranquila de lo que sentía en realidad.

Sin embargo, algo cambió en Lawrence en ese preciso instante. Vi cómo su rostro se tornaba de repente más serio, como si una nube oscura hubiera pasado por encima de él. Sus cejas se fruncieron ligeramente y su expresión se endureció. Me quedé un poco sorprendido por la rapidez con la que pasó de una mirada amigable a una casi... molesta. Estaba claro que algo no le gustaba de mi respuesta, o de la situación en general.

Su mandíbula se apretó, y no pude evitar sentir una oleada de incomodidad al ver cómo su mirada se volvía más fría, más distante. La tensión en el aire se volvió más palpable, y yo, sin saber qué decir, solo lo miraba esperando a que él hablara.

Y entonces, con voz más baja y cortante, dijo algo que me dejó sin palabras.

— No me gustó que te haya abrazado. — Su tono fue firme, como si esas palabras estuvieran cargadas de algo más que solo una simple queja.

Mi mente se quedó en blanco por un momento. ¿Qué acababa de decir? La sorpresa me golpeó con fuerza, y por un segundo no supe cómo reaccionar. Pensé que había malinterpretado sus palabras, pero su expresión lo decía todo. Estaba celoso. Muy celoso. Algo que no había esperado, y mucho menos de él.

— ¿Qué? — Mi voz tembló un poco, sin querer mostrar mi asombro, pero no pude evitarlo. — No entiendo...

Lawrence me miró fijamente, con esa misma expresión tensa, pero su voz era más suave, como si tratara de calmarse.

— No me gusta que otros te toquen. — Dijo, con una frialdad que era difícil de ignorar. — Y mucho menos en frente de mí.

Mis ojos se abrieron un poco más, incapaz de comprender por completo lo que estaba sucediendo. ¿Era celos lo que sentía Lawrence? No sabía si debía reírme o preocuparme. Pero una cosa estaba clara: lo que acababa de ocurrir entre nosotros había dejado una marca, y ahora las emociones se desbordaban de una forma que ninguno de los dos podía controlar.

Me quedé en silencio, mirando a Lawrence, buscando alguna señal de que esto era solo una mala interpretación. Pero su rostro no mostraba dudas. No estaba bromeando.

Aquel momento incómodo, cargado de tensión, me dejó atrapado en mis propios pensamientos. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Qué significaba todo esto entre él y yo?

Y, lo más importante, ¿cómo iba a enfrentar lo que acababa de decirme?


Yo no podía creer lo que acababa de escuchar. Lawrence, celoso, realmente celoso. Me quedé unos segundos en silencio, procesando sus palabras, y luego, no pude evitar soltar una risa suave, aunque no era una risa de burla, sino más bien una mezcla de sorpresa y algo que no sabía cómo clasificar. De alguna forma, me sentí... feliz.

— Nos conocemos hace ocho días y ya tienes celos... — Le dije, mirando sus ojos con una sonrisa divertida, como si no pudiera creer lo que estaba pasando.

Lawrence me miró fijamente, su expresión malhumorada y tensa, pero algo en su rostro cambió, como si estuviera luchando por mantener su compostura. Luego, con voz firme, me corrigió.

— Una semana, mejor dicho. — Su tono fue más seco que nunca, y pude ver cómo sus ojos se oscurecían con un leve destello de frustración.

El simple hecho de que corrigiera la cantidad de tiempo me hizo sentir una pequeña chispa de satisfacción. Una semana. Una semana era todo lo que habíamos compartido, y eso me decía más de lo que parecía. Mi corazón dio un pequeño salto de felicidad. No era solo celos. Había algo más. Algo que, aunque no entendía por completo, me dejaba una sensación cálida en el pecho.

Pero la calma no duró mucho. Lawrence, con su mirada más malhumorada, me miró nuevamente, sus ojos afilados como si no estuviera dispuesto a ceder en lo más mínimo.

— Y, repito, no me gustó que te tocara el hombro, ni todo ese contacto innecesario. — Dijo, casi gruñendo esas últimas palabras, como si fueran un reproche. — No me gusta que esté tan cerca de ti.

Mi risa, que había sido suave antes, se convirtió en algo más evidente. No pude evitarlo, me sentí un poco aliviado al ver que sus celos no solo eran reales, sino que me afectaban de una forma extraña. Aunque la situación era incómoda, había algo en la manera en que se preocupaba por mí, algo que no esperaba, y eso me hacía sentir... bien, de alguna manera.

— ¿En serio, Lawrence? — Le dije, aún riendo, aunque traté de contenerme. — ¿Te estás poniendo celoso por eso?

La expresión en su rostro se endureció, y aunque no lo dijera directamente, sus ojos brillaron con algo que me hizo sentir que había dado en el clavo. Lawrence realmente estaba celoso. Y, de alguna forma, eso me hacía sentir un poco más seguro, aunque no dejaba de ser extraño y confuso.

— No es gracioso, Hauser. — Murmuró, su tono más bajo, pero todavía claro. — No me gusta. Y no quiero que eso se repita.

El mal humor de Lawrence era evidente, pero algo en su mirada seguía siendo algo diferente. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero una cosa estaba clara: las cosas entre nosotros se habían complicado más de lo que había pensado. Y aunque no sabía cómo manejarlo, no podía evitar sentir que, tal vez, esto era solo el comienzo de algo que ninguno de los dos podía evitar.

Poco a poco, la risa se me fue apagando, pero todavía no podía dejar de sonreír de forma sutil. Algo en su actitud, en esa mezcla de celos y protección, me decía que tal vez había algo más entre nosotros. Y aunque aún no podía entender todo lo que sentía, no podía negar que me gustaba.

Lo miré fijamente, dándome cuenta de que, aunque no lo admitiera, algo había cambiado. Y yo no quería que eso se desvaneciera tan fácilmente.

La risa seguía saliendo de mis labios sin poder evitarlo. Vi la expresión de Lawrence, su rostro tan serio y malhumorado, y todo eso me parecía absolutamente encantador de una manera extraña. No podía dejar de reírme. Algo en su actitud celosa, en su intento de mantener todo bajo control, me hacía sentir... bien. Como si las piezas del rompecabezas comenzaran a encajar, aunque no estuviera seguro de qué imagen formarían al final.

— Estás celoso... — Dije entre risas, casi incapaz de contenerme. — ¿De verdad?

Lawrence frunció el ceño aún más, pero su mal humor solo hacía que la situación fuera más cómica para mí. Estaba disfrutando de este momento, de alguna forma. La idea de que alguien como Lawrence pudiera sentir celos por mí, incluso si era solo por un abrazo, me hacía sentir como si todo estuviera sucediendo demasiado rápido. Pero de una manera que no quería detener.

Pero justo cuando pensé que la tensión comenzaba a disiparse, algo cambió. La puerta, que hasta ahora había permanecido cerrada, se abrió de golpe. Una figura femenina apareció en el umbral, una joven chica con una presencia que no podía ignorarse. Tenía una postura elegante y una sonrisa que, aunque dulce, no pasaba desapercibida. Con un aire de confianza que dejaba claro que conocía el lugar y a las personas que allí estaban, caminó hacia nosotros.

— Lawr, cariño. — Dijo, con una voz suave y cálida, saludando a Lawrence con un tono que dejaba claro el afecto entre ambos.

Mi expresión camnió a sorprendido.— ¿''Lawr''?— Susurré. Algo molesto.

Mis ojos se dirigieron hacia ella, y no pude evitar notar cómo la tensión de mi cuerpo aumentaba al instante. Ella se acercó a Lawrence con una familiaridad que me hizo sentir incómodo, incluso si no sabía por qué. Alyssa, era su nombre, o al menos eso supe en ese momento.

Ella miró a Lawrence con esa sonrisa que claramente revelaba que lo conocía más que bien, y sin más preámbulos, se acercó a él, posando su mano sobre su pecho antes de besarle los labios. Fue un beso rápido, pero con tanta intensidad que hizo un sonido sonoro, como si la cercanía entre ellos fuera innegable. El gesto, tan descarado, hizo que la risa en mi rostro se desvaneciera de inmediato.

El beso, aunque breve, fue suficiente para que todo mi cuerpo se tensara. La sensación de incomodidad me invadió rápidamente. Mis ojos se abrieron ligeramente, y aunque intenté disimularlo, mi mente no podía dejar de procesar lo que acababa de ver. Aquella era la novia de Lawrence, y, por alguna razón, el simple hecho de verlos juntos me hizo sentir un nudo en el estómago.

Alyssa se apartó de él, sonriendo satisfecha, y no pude evitar notar el brillo de su mirada. Miró a Lawrence con una expresión que combinaba orgullo y cariño, como si se sintiera completamente segura de su lugar en su vida.

Mi sonrisa desapareció por completo, reemplazada por algo que no podía controlar. Sentí la rabia empezar a burbujear dentro de mí. No sabía por qué, pero la imagen de Lawrence y Alyssa juntos me incomodaba de una forma que no había anticipado. Mi respiración se hizo un poco más pesada, y, sin quererlo, el malestar empezó a surgir en mi pecho.

Alyssa me lanzó una mirada rápida, casi evaluadora, pero fue tan fugaz que no supe cómo interpretarla. Luego, volvió a centrar su atención en Lawrence, ignorándome completamente, como si yo no estuviera allí.

Lawrence, por su parte, no parecía darse cuenta de mi cambio de actitud. No me miraba, ni siquiera parecía percatarse de lo que había sucedido entre nosotros. Estaba demasiado concentrado en Alyssa, como si ella fuera la única persona que existiera en ese momento.

Y yo... yo ya no sabía qué pensar. Me molestaba eso, ser ignorado con esa chica de piernas largas toda rubia pintada besándo a Lawrence. Que rabia.




----

Perdón si hay errores :<

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro