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Era su último día en la escuela, entrarían de vacaciones y según su madre le dijo, los padres de Wei Ying pensaban cambiarlo de colegio, porque se mudarían.

¿Había una noticia más triste que esa? Para Lan Zhan, no. Se iría su amigo. Quizás el único que tuvo.

Parecia que Wei Ying no sabía de ésto, riendo, sonriendo, saltando de un lado, sin nada más que pensar.

Lan Zhan había invitado a Wei Ying, quizás era la primera vez que lo hacía directamente, había perdido la timidez o mejor dicho, la vergüenza, de que Wei Ying quizás lo rechazaría pero lo que obtuvo fue un: “¡Claro que sí! ¡Esperé esto tanto como que mi papá me compre la figurita del asesino wazaaa!”

Fue algo realmente gracioso, pero, a los ojos de Lan Zhan, los ojitos grises de Wei Ying brillaron, sus manitas se alzaron festejando y el corazón de Lan Zhan... Latía con rapidez al ver esa tierna sonrisa en los labios del contrario.

Así que ahora, estaba organizando su cuarto, dejando juguetes a la vista para que Wei Ying escoja uno, jueguen hasta cansarse, quizás... También regalárselo. Aunque el verdadero regalo estaba en una cajita aparte que él mismo empacó.

Vió su cuarto limpio, juguetes listos, cama lista por si Wei Ying quería saltar, le había pedido a su hermano mayor que me preste sus libros, o mejor dicho comics, por si Wei Ying quería leer esas historias con dibujos, tenía todo listo.

Hasta que sonó el timbre.

— Wei Ying.

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Los papás de Wei Ying se fueron, y el pequeño Wei Ying no dudó en pasearse en la casa como si fuera suya, con un pequeño Lan Zhan siguiéndolo sin protestar .

— y entonces, mamá guardó mis juguetes y no pude traer a Manzanita para que la conozcas — mencionó el pequeño, e hizo un tierno puchero.

— Mm, tengo juguetes, sí Wei Ying quiere jugar con ellos.— mencionó, el contrario solo ladeó su cabecita y negó.

— No, Manzanita es especial y diferente... Es un burro — mencionó Wei Ying, Lan Zhan asintió escuchándolo — mi mamá me lo regaló cuando de maaaas pequeñito — juntó su pulgar con su dedo índice, exagerando el tamaño — así, así... No podía dormir solito, y con Manzanita, dormía mejor.

Lan Zhan se sintió enternecido, realmente escuchar a Wei Ying... Oh, cuánto extrañaría escucharlo siempre. Hablando y hablando, sin parar.

— pero... ¿Sabes qué si quiero? — preguntó Wei Ying , Lan Zhan negó — quiero saltar en la cómoda cama de Lan Zhan.

Lan Zhan asintió, y fueron a su habitación, la mamá de Lan Zhan los vió y sonrió enternecida, su pequeño hijo realmente extrañará al pequeño Wei.

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Faltaba poco, Lan Zhan nunca había anhelado tanto que el tiempo se detenga, que no avance... Que retroceda.

Pero lamentablemente no podría hacer nada... Ambos niños estaban tirados en la cama de Lan Zhan, viendo el techo, luego de horas y horas de juego (donde realmente Wei Ying fue el que realizó más), descansando un momento.

Luego, ambos pequeños se vieron sonriendo, era una mirada cómplice, una mirada entre dos almas gemelas. Tan pura, e inocente.

— Lan Zhan... — susurró débilmente Wei Ying, el nombrado asintió.

— Mm.

— Me cambiaré de colegio. — musitó con pesar, quizás... Por primera vez en todo el tiempo que lo conoció, los ojitos grises que se iluminaban, ahora no eran por alegría, eran de tristeza, lágrimas acumuladas. — No quiero... Pero, mis papás dicen que tenemos que mudarnos.

Lan Zhan asintió, debía ser fuerte, sujetó la mano de Wei Ying, y asintió dándole fuerzas.

— Te extrañaré mucho, más que a la señora que vendía jugos en el colegio, o más que el conejito que se escondía de mí — mencionó con lágrimas que escapaban de sus tiernos ojitos.

— Wei Ying — pronunció, capturando la atención del contrario, jaló suavemente su mano para que ambos se sentarán frente a frente en la cama. — No llores.

Limpió las lágrimas que se escaparon de sus pequeños ojitos.

— es solo... Realmente extrañaré a Lan Zhan — sollozó un poco más.

— Wei Ying, somos amigos... ¿Verdad? — Wei Ying asintió —, no debes pensar que nuestra amistad se romperá... Mamá podría llamar a tu mamá y hablaríamos.

Wei Ying negó:— pero... No sería lo mismo.

— Valdrá la pena, Wei Ying. — susurró, y acarició la mejilla del menor, en una muestra de consuelo — los ojitos grises de Wei Ying son muy lindos para llorar por eso.

Wei Ying sonrió levemente:— los ojitos de Wei Ying... ¿No son fucsia?

Lan Zhan negó, y Wei Ying río un poco. — son grises... Muy lindos...

Se levantó de la cama, dirigiéndose a la cajita que había decorado y ordenado, sacando una caja de colores. Wei Ying lo miró expectante.

— hice un pequeño presente para Wei Ying, con esto... Me podrás recordar siempre.— murmuró.

Wei Ying vio la cajita emocionado, sonrió y cuando Lan Zhan se acercó lo suficiente, lo abrazó.

— gracias, Lan Zhan, eres el mejor — sonrió, Lan Zhan al verlo, sonrió también.

Wei Ying se grabaría muy bien aquella diminuta sonrisa.

— hay una cajita de colores, tienen los nombres de cada uno para que los diferencias, guardé algunas cosas y ... — retiró un listón rojo de la cajita. — Con esto... El cabello de Wei Ying se verá más bonito.

Wei Ying se quedó observándolo, Lan Zhan algo dudoso, colocó la cinta alrededor de su colita de caballo, como pudo, hizo un nudo como miró alguna vez a su madre hacerlo con su propio cabello.

Asintió, complacido.

— Wei Ying se ve bien

Wei Ying sonrió y lo abrazó de nuevo.

—¡Volveré por ti, Lan Zhan! Lo prometo .

Lan Zhan sintió sus orejas calentarse y solo asintió.

Sin duda, Lan Zhan esperaría por Wei Ying el tiempo que sea necesario... Los próximos minutos, la pasaron riendo y creando nuevos sucesos juntos.

Cuando Wei Ying se tuvo que marchar, se dieron un fuerte abrazo, despidiéndose una vez más.

— ¡Nos vemos pronto, Lan Zhan!

— Mm, hasta luego... Wei Ying.

No se dirían "adiós",  el "adiós" es para siempre... Y ellos, volverían a encontrar.

F i n .

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Espero que les haya gustado <3
Falta un epílogo, así que no se desesperen :3

Dedicado a: Gatitokiwwi ✨🫶🏻.
Feliz cumple, toma esto como un pequeño regalo :3 ✨🫂, pronto hay otra sorpresa, tqm <3. ♥️