Capítulo 5: Cautivado por ti.
Misa: y aquí está, el penúltimo capi de este fic agafsfsafsv que emoción *u*
Sé que me tardé, y no pondré excusas, porque simplemente no quise escribir y me puse a hacer otras cosas, pero el punto es que terminé el capi ¿no?
Lo malo, es que esta es mi última semana de vacaciones, y este nuevo año, se ve que se viene más agotador que el año anterior. Es muy difícil estudiar diseño TnT
Nos leemos al final
POR FAVOR, LEAN SIEMPRE LO QUE PONGO EN LAS NOTAS, POR ALGO LOS AUTORES LAS PONEMOS ¬¬*
PD: Todos su reviews contestados, los del capi anterior, porque si me dejan en anteriores, se me olvida y como ando corta de tiempo, se me pasan xD
¡Disfruten, rían, lloren (?!
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Capítulo 5: Cautivado por ti.
2 meses después.
Sasuke se encontraba en su oficina ordenando unos papeles.
En los dos últimos meses, había tratado de centrar su cabeza de lleno en el trabajo sin mucho éxito.
Su matrimonio con Gaara, fue igualmente cancelado a regañadientes de su madre y los padres de Gaara, pero él no estaba dispuesto a tener un matrimonio con el cual, iban a empezar de plano mal. Actualmente, seguía hablando con Gaara, quedando sólo como amigos, aunque sabía que Gaara hacía todo lo posible porque volvieran a ser lo que fueron antes. Cosa más que imposible.
De Naruto, no había sabido más de él. Desde ese día, en el que el doncel lo echó del club, él no volvió por esos lugares, por lo que era poco probable que se volviera a topar con él algún día.
Aun no podía entender el comportamiento de Naruto aquella noche. A lo mejor, el doncel tenía problemas de humor, y era bipolar o algo así. Pero si a Naruto le gustaba tanto la psicología ¿cómo no se daba cuenta de sus problemas? El doncel era todo un enigma. Un enigma que al le hubiese gustado descifrar y conocer más.
Sacudió frenéticamente la cabeza y volvió a lo suyo. Entonces recordó, que le había prometido a su madre ir a visitarla. Bien. Saldría antes del trabajo ese día, aprovechando que no tenía mucho, ya que pronto volvería su padre y él era muy estricto si de trabajo se trataba.
Dieron las tres de la tarde, y Sasuke dejó todo ordenado y partió a casa de su madre. Al menos, ella había dejado de insistir con el tema de que volviera con Gaara y esperaba que siguiera así. No le llamaría, prefería llegar de sorpresa. Hacía mucho que no veía a su madre sonreír y sabía que si llegaba de sorpresa, le causaría una pequeña alegría.
Tras 20 minutos de recorrido, Sasuke por fin divisó la mansión de sus padres, detuvo su auto y lo dejó estacionado afuera. No quería ingresar con él, ya que llamaría la atención. Abrió el gran portón con sus llaves y cuando estuvo a punto de llegar a la puerta, vio que la empleada de su madre estaba barriendo la entrada.
—Hola —le saludó.
—Sasuke-sama, que sorpresa. La señora Mikoto no me dijo que vendría también —dijo la empleada de cabello castaño largo y ojos azules.
—Es que no le avisé.
—Ya veo.
—¿Dónde está ella?
—Está en la terraza con...
—Gracias. Voy solo.
—Eh, señor...
Pero Sasuke hizo caso omiso a las palabras de la empleada y fue hasta la terraza.
—Entonces ¿van mejor las cosas con mi hijo, Gaara? —logró escuchar decir a su madre ¿acaso estaba con Gaara? Decidió esconderse tras unas plantas. Desde allí podría oír todo, pero no ver a su madre y a Gaara.
—Somos amigos —respondió Gaara.
—No lo puedo creer. De novios, casi esposos, a amigos. Supongo que estás viendo como revertir eso.
—Trato, pero Sasuke no quiere nada y dudo que vuelva a querer.
—Pues entonces tienes que insistir, ya verás cómo vuelve a ser tuyo.
—Madre, deberías darle a Sasuke algo de tiempo —escuchó la voz de su hermano ¿Qué hacían los tres reunidos?
—¿Tiempo?, ¿para qué? Hay que actuar rápido Itachi, así como lo hicimos con el prostituto ese y como ves, Sasuke no lo ha visto más.
Sasuke no podía creer lo que oía ¿acaso, estaban hablando de Naruto?
—Sí, pero por eso mismo, dale tiempo para pensar.
—¿Y que vuelva a encontrarse con el tal Menma? No, claro que no. Tal vez debí cerrar ese maldito local y acabar con él de una vez por todas. Fui demasiado benevolente con él.
Ahora lo entendía todo. Era por eso de la actitud de Naruto aquella noche. Su madre lo había amenazado para que se alejara de él. De seguro Itachi le había ido con el chisme y por eso Gaara había ido a su apartamento, para hacer tiempo. Los tres estaban confabulados. Quizá, esperaba eso de su madre, ya que era alguien muy clasista, pero ¿su hermano? Estaba muy decepcionado de él.
Salió de ahí antes de escuchar alguna otra cosa que lo decepcionara más.
Cuando llegó a la entrada, la sirvienta seguía ahí, por lo que le dijo:
—No le digas a mi madre que vine. Por lo que vi, está ocupada y no quiero molestarla.
—Pero...
—Por favor, no hace falta que la molestes con algo así.
—Está bien.
—¿Puedo confiar en ti?
—Sí —la mujer le sonrió sinceramente.
—Gracias.
Apenas Sasuke entró a su auto, lo echó a andar sintiendo como una gran furia crecía en su interior.
Cuando llegó a su apartamento, comenzó a tirar todo lo primero que encontraba ¿Por qué su madre y su hermano querían manipular su vida?, ¿acaso él no tenía derecho a decidir qué hacer con ella? Estaba tan molesto, pero lo que más rabia le daba, era saber que Naruto había salido afectado. No quería ni pensar en las cosas que su madre le debía de haber dicho. Estaba claro que lo había amenazado, y al parecer, no sólo a él, sino a sus compañeros del club.
Tenía que volver y hablar con él, pero por lo que oyó, era muy probable que su madre lo haya mandado a vigilar por las noches, sino ¿cómo sabría que él no volvió a ver a Naruto? Su madre era capaz de eso y mucho más, por lo que se dio cuenta.
Pero había una manera de salir, sin que nadie se diera cuenta.
Cuando la noche hizo su aparición, Sasuke se vistió como estaba previsto, con un polerón gris con capucha, unos lentes de marco negro que nunca usaba, pero que tal vez debería, unos jeans y unas zapatillas blancas. Con esa pinta, parecía un joven normal y no el elegante ejecutivo que siempre mostraba ser.
El plan que trazó, era el siguiente: primero, se vestiría con esas ropas, segundo, saldría dejando las luces encendidas, tercero, bajaría por las escaleras e iría a la salida trasera del edificio, que daba por la otra calle, y cuarto, tomaría un taxi para que nadie lo notara. Ahora, si su madre lo vigilaba, era muy probable o que fuera afuera de su apartamento o afuera del club, y eso ya estaba resuelto con la ropa.
En esos momentos, era un simple hombre nada más.
Se sentía como si estuviera en una película de esas, de persecuciones, y se sentía raro. Muy raro. Pero Naruto lo valía.
Sólo se sintió seguro, cuando estuvo adentro del taxi. Este lo dejó cerca de donde iba, porque los taxistas, como le explicó aquél, temían un poco meterse por esos lares, cosa que Sasuke entendió perfecto. Pagó y se bajó caminando el par de cuadras que quedaban hacia el club Jinchuuriki. Cuando estuvo afuera, miró discretamente hacia todos lados, no encontrando nada extraño, por lo que entró. El lugar seguía igual de ruidoso que siempre. Si calculaba bien, a esa hora, Naruto debía de haber terminado su show, cosa que comprobó al no ver a nadie en el escenario. Perfecto. Se sentó en una de las mesas del rincón, viendo unos metros más allá, a la chica rubia. En cuanto ésta terminó de tomar el pedido, él le hizo señas para que se acercara, viendo como la chica iba muy confundida hacia él.
—Señor, si me pudiera esperar un poco...
—Soy Sasuke —le dijo quitándose los anteojos y levantándose un poco el gorro de la capucha.
—Oh.
—Necesito hablar con Menma.
—Pero...
—Dile que ya lo sé todo.
—¿Todo? —Sasuke asintió— Bien, veré qué hago —y la chica desapareció apresuradamente.
Pronto una chica se acercó a tomarle la orden, a lo que él pidió un whisky. Esperaba que Naruto, aceptara hablar con él.
Ino caminó apresuradamente y le encargó el pedido que tomó a un compañero para poder ir con Naruto. Llegó al camerino de éste, y tocó la puerta, escuchando un "adelante" de parte de su compañero.
—¿Sucede algo Ino? —le preguntó Naruto, quien ya estaba listo para irse a descansar.
—Sí. El tal Sasuke está afuera.
—¿Cómo dices? —Naruto se levantó de su asiento.
—Eso, y dice que lo sabe todo.
—O sea, que ya sabe que su madre...
—No sé, supongo. Quiere hablar contigo ¿vas a ir?
—Pero ¿y su madre sabe que está aquí?
—No creo. Así como anda vestido, está irreconocible.
—Ya veo.
—¿Entonces?
—Iré. Tengo que saber que me tiene que decir.
—Vamos.
Naruto se acomodó su peluca y salió detrás de Ino. Ésta le indicó donde estaba, dirigiéndose de inmediato ahí.
—¿Sasuke? —preguntó y éste le miró notando de inmediato que se trataba de él y que como decía Ino, estaba irreconocible.
Sasuke le hizo un ademán para que se sentara a su lado, y así lo hizo.
—Qué bueno que viniste —le dijo Sasuke.
—¿Qué haces aquí?
—A hablar contigo ¿a qué más?
—Pero...
—Sé lo que hizo mi madre y lo lamento mucho. Odio cuando ella se mete en mi vida.
—Ella sólo se preocupa por ti.
—Pero nada le da derecho a venir aquí ¿Qué te dijo exactamente?
—Sasuke, será mejor que te vayas...
—Dime ¿Qué fue lo que te dijo? —le preguntó Sasuke con un tono autoritario que dejó helado a Naruto.
—E-ella me dijo que me alejara de ti, y que si no lo hacía, acabaría conmigo y que cerraría este local.
—Ya veo.
—Yo me asusté mucho, ya que no quiero que mis compañeros salgan afectados por mi culpa.
—No te preocupes, eso no va a pasar —Sasuke tomó su mano izquierda por sobre la mesa, acto que lo descolocó completamente.
—Pero...
—No quiero más peros de tu parte. No me escapé de incognito de mi departamento sólo para oírte decir eso.
—¿De verdad te escapaste? —Naruto rio.
—Sí. Como todo un criminal —Sasuke también rio.
—¿Por qué... haces tanto por alguien como yo? Es decir, estás yendo en contra de tu madre por mi culpa, y yo no quiero que te pelees con ella por eso.
—¿Me creerías si te digo que ni yo mismo lo sé?
—¿Eh?
—Mira, no tienes porqué sentirte culpable, ya que mi madre, no tiene ningún derecho a meterse en mi vida.
—Pero eres su hijo. Es normal que se preocupe por ti si de repente te empiezas a relacionar con alguien como yo. Si yo estuviera en su lugar, y mi hijo empezara a frecuentar estos lugares, también me preocuparía.
—¿Te gustaría tener hijos? —preguntó Sasuke de repente.
—Eh... ah... bueno —Naruto se sonrojó—, por supuesto que sí. Me emociona la idea de tener un pequeño que dependa de mí y en el cual pueda volcar mi amor, pero ¿por qué preguntas eso de la nada?
—Sólo era curiosidad, ya que mencionaste lo de ponerte en el lugar de mi madre.
—Ya veo.
—Si te soy honesto, nunca he pensado en tener hijos. Jamás me ha llamado la atención la idea de ser padre, además, creo que lo haría pésimo —dijo dándole un sorbo a su whisky.
—No lo creo —Sasuke le miró curioso dejando el vaso nuevamente en la mesa—, ya que no puedes saber eso sin vivirlo. El día en que tengas a tu propio hijo en brazos, podrás decir si eres buen padre o no.
Sasuke no pudo evitar quedarse mirando fijamente a Naruto. Por un momento, dejó volar su mente a un mundo en el cual, él llegara del trabajo a casa y Naruto le estuviera esperando con el hijo de ambos en brazos... el hijo de ambos...
—Sasuke ¿estás bien? —la voz de Naruto lo sacó de su extraña ensoñación.
—Sí ¿me decías algo?
—Bueno, te preguntaba sobre que qué pasó con lo de tu prometido.
—Ah, bueno, cancelé la boda, por supuesto. Ahora Gaara y yo, nos estábamos tratando como amigos... hasta hoy, ya que descubrí que él también estaba involucrado con mi madre, y mi hermano.
—Ese día recuerdo que dijiste que irías con tu hermano ¿pasó algo?
—Sí. Esa noche él me dijo unas cosas que me hicieron dudar de ti, por eso no vine al otro día, sin embargo, decidí que a la noche siguiente sí vendría y comprobaría con mis propios ojos, si acaso eras un mentiroso, pero entonces, Gaara se apareció en mi departamento y le di unos minutos para que me explicara. Supongo que fue para hacer tiempo mientras mi madre y mi hermano venían aquí.
—Eso parece. Y entonces ¿qué piensas de mí? —le preguntó Naruto disimulando su curiosidad.
—No creo que seas un mentiroso. Si fueras un interesado como dice mi hermano, te habrías hecho la víctima y no lo hiciste, incluso te pusiste del lado de mi madre, en vez del mío. Además, puedo ver en tus ojos que no mientes, y que te muestras tal y como eres conmigo, cosa que hace que me agrades más.
Las palabras de Sasuke, no pudieron evitar hacer que Naruto se sonrojara, acción que a Sasuke le pareció adorable.
—Me alegra que pienses así —le dijo Naruto.
—Por cierto ¿cuál es la respuesta a mi pregunta?
—¿Eh?, ¿cuál pregun...? —Entonces recordó— Ah, eso, bueno mi jefa Konan me dijo que no había problema.
—Que bien, eso quiere decir que podremos juntarnos fuera de aquí, lo cual es más conveniente.
—¿Estás seguro?, ¿no crees que sería peligroso?
—Para nada. Si sales como Naruto, y yo con mi traje incognito, es imposible que mi madre se entere, al menos, por el momento. Ya luego hablaré con ella.
—No deberías arriesgarte así.
—¿Qué puede hacer mi madre? ¿Desheredarme? Ella no tiene el poder para eso. Y si te preocupa que ella haga algo contra ti o tus compañeros, te aseguro que no pasará nada. Tienes la palabra de un Uchiha.
—Como usted diga señor Uchiha, confiaré en sus palabras —Naruto inclinó la cabeza y ambos se echaron a reír.
—Será mejor que me vaya ¿podemos vernos mañana en la plaza central?
—Claro ¿a qué hora?
—A las 6, si te parece.
—Sí, está bien.
—Entonces, nos vemos —Sasuke sacó su billetera y dejó el dinero de lo consumido.
—Nos vemos —despidió Naruto a Sasuke sin que ninguno de los dos perdiera en ningún momento la sonrisa.
Daban casi las 6 y Naruto estaba sentado en una banca del parque, esperando a que llegara Sasuke.
Se sentía raro estando ahí como Naruto, y no como Menma, pero sobre todo, le carcomía el saber qué pensaría Sasuke de él. Pero más se sentía avergonzado por el hecho de que Konan e Ino, le ayudaron a arreglarse para la salida que ellas llamaron "cita". No era una cita, sino una salida de amigos, les había dicho hasta el cansancio al par de mujeres, quienes hicieron caso omiso a sus palabras y le siguieron diciendo cita.
—Naruto —escuchó a alguien decir a sus espaldas y sintió una mano posarse en su hombro, haciendo dar un brinco.
—¡Ah! —gritó del susto levantándose de golpe de la banca.
—Hey, soy yo —le dijo Sasuke.
—Dios, me asustaste ¿sabes que vestido así, pareces un delincuente?
—¿En serio?
—Sí.
Sasuke llevaba puesto una chaqueta negra que le quedaba algo grande sobre un sueter gris, y unos jeans oscuros y unas zapatillas negras, más los anteojos del día anterior y el cabello peinado hacia abajo algo desordenado.
—Al menos no parezco yo.
—En lo absoluto.
—En cambio tú, te ves muy bien —le dijo Sasuke con una sonrisa.
—Gracias —Naruto agachó la mirada algo sonrojado. Ese día, vestía una polera verde oscura con una chaqueta color crema, unos pantalones cafés y unas botas también cafés.
—Es raro verte sin la peluca. Tu cabello rubio es muy bonito —Naruto se lo quedó mirando—. Es decir, te queda mejor el rubio ¿Por qué no empezamos a andar? —Sasuke algo avergonzado, decidió desviar el asunto.
—Claro, pero ¿A dónde vamos?
—Tú sólo sígueme ¿vale?
—Está bien —Naruto siguió a Sasuke y tras andar un poco, llegaron a un pequeño, pero elegante restaurant.
—Entremos.
—Bien.
Ambos entraron y se acomodaron en una mesa apartada. Pronto apareció un mesero y les entregó los menús.
—Puedes pedir lo que gustes.
—Pero...
—¿Qué dije sobre los peros?
—Ok. Pediré unos Espaguetis a la carbonara.
—Yo pediré lo mismo y para tomar un vino tinto, el mejor que tengan.
—Muy bien —dijo el mesero— ¿y de postre?
Sasuke miró a Naruto para que pidiera.
—Un mousse de chocolate está bien.
—Yo quiero un Cheesecake agridulce.
—Con permiso —el mesero tomó los menús que Sasuke y Naruto le extendían y se retiró.
—Hacía mucho tiempo que no entraba a un restaurant —comentó Naruto.
—Me alegra ser yo quien corte ese "mucho tiempo" —sonrió.
—Suenas como alguien victorioso.
—Así me siento.
—Eres raro.
—Tú lo eres más.
—No tú.
—Tú.
—Ok, quedemos en que ambos somos raros ¿vale?
—Vale.
No pasó mucho tiempo, cuando el mesero volvió con sus pedidos y procedieron a comer, entre una conversación muy amena, y esa no fue la única vez. Ambos salían casi a diario, y al parecer, Mikoto ni se había dado cuenta. Sasuke suponía que era por la llegada de su padre, ya que al estar él, su madre tenía más restricciones. Él también debería tenerlas, pero hace mucho que dejó de hacerle caso en todo a su padre, mientras le cumpliera en el trabajo, para su padre estaba bien. Claro que, se había molestado un poco cuando supo lo de la cancelación de su compromiso con Gaara, pero luego de explicarle, Fugaku Uchiha pareció entender y dejó el tema zanjado. Sasuke se hacía una idea del porqué no le replicó. Había algo en el pasado de Fugaku que sólo él y su madre sabían, claro que sus padres desconocían que él lo supiera, pero era algo en lo que no le gustaba pensar.
Así, pasaron tres meses. Tres meses que a Sasuke le bastaron para saber que estaba totalmente cautivado por Naruto, aunque el rubio desconociera ese hecho, y prefería que fuera así por el momento.
Justo en ese instante, se estaba perfumando para salir a comer con Naruto. Hacia dos meses que había dejado de vestirse como un "delincuente" como le decía Naruto, para ser él; Sasuke.
Cuando ya estaba listo, el timbre de su apartamento sonó, por lo que con un suspiro, fue a ver. No importaba quien fuera, tendría que echar a esa persona rápido.
Al abrir la puerta, vio parada a su madre, quien al instante le echó una mirada de arriba abajo.
—¿Y a dónde vas tan elegante y perfumado si se puede saber? Ah, no me digas, vas a una cita ¿verdad? ¿Quién es la afortunada o afortunado? Espera ¿es Gaara cierto? —se contestó ella misma con entusiasmo entrando en el apartamento.
—No madre, no es Gaara —Sasuke cerró la puerta—. Y sí, voy a una cita y ya iba de salida.
—Vaya, que manera más sutil de echar a tu madre.
—¿A qué viniste?
—Vine a decirte que estamos invitados a una fiesta.
—¿Fiesta de qué?
—Es por los Namikaze. Se fueron del país hace un tiempo y ahora están de vuelta, y van a hacer un fiesta a la cual tenemos que ir, ya que tu padre hace mucho que quiere hacer negocios con ellos y esta es una gran oportunidad.
—Si se trata de negocios, entonces no me puedo negar ¿cuándo es?
—El sábado a las 8 de la noche en su mansión. Pasaremos a recogerte.
—Bien, ¿y no pudiste decírmelo por teléfono?
—¿Acaso no puedo aprovechar el momento para hacerle una visita a mi hijo?
—No quise decir eso...
—Está bien, no te molesto. Ojalá te vaya bien en tu cita —dijo con un claro sarcasmo—. Nos vemos el sábado.
—Me la pasaré bien, de eso no tengas dudas —le sonrió y le abrió la puerta.
—Como tú digas.
Más tarde, Sasuke se juntaba con Naruto en un pequeño restaurante a almorzar.
—¿Pasa algo? —le preguntó el rubio al verlo un tanto distraído.
—-Nada. Bueno, sí. Hoy antes de salir, mi madre me visitó y sacó de inmediato que me iba a juntar con alguien.
—Oh —dijo Naruto con algo de temor.
—Pero no te preocupes, si ella intenta hacer algo, lo cual dudo, hablaré con ella.
—Sí, pero eso no me calma del todo.
—¿Acaso no confías en mí?
—No.
Ambos se echaron a reír.
—Gracias —dijo con sarcasmo Sasuke.
—De nada —le respondió Naruto— ¿Y, qué quería?
—Quería invitarme a una fiesta. Una familia está de regreso y dará una fiesta, y mi padre quiere hacer negocios con ellos, así que no me puedo negar.
—¿Tan importantes son?
—Supongo, son unos tal Namikaze, si no me equivoco... ¿ocurre algo? —preguntó Sasuke al ver que a Naruto se le cayó el tenedor en el plato.
—Sí, lo que pasa es que no lo agarré bien.
—Ya —pero a Sasuke esa excusa no le convencía. Y ahora recordando, Naruto solía ser de clase alta, así que a lo mejor, había oído ese apellido antes y eso le causó un impacto. Sí, eso era lo más probable, pero prefería no preguntarle. Por el momento.
—¿Una fiesta?
—Sí ¿algún problema?
—Es que sabes que a mí las fiestas no me van —se quejó Itachi.
—Vas a ir. Todos iremos. Tu padre no puede dejar pasar una oportunidad como esta.
—¿Y para qué quiere papá más dinero si ya tiene suficiente? —preguntó Itachi llevándose después, un pedazo de torta de durazno a la boca.
—Itachi —le regañó Mikoto. Ambos se encontraban en el living de la casa Uchiha tomando té.
—Vale, aunque no entiendo para qué quieren mi presencia, si se trata de negocios, con Sasuke y papá basta. Espera, tú quieres que vaya para conseguirme alguien ¿verdad?
—¿Cómo es que adivinas? —Mikoto puso una sonrisa ladina.
—Entonces no iré.
—Irás, aunque te tengamos que llevar amarrado.
—Tsk ¿Y quiénes son los anfitriones?
—Los Namikaze, los conocimos hace unos años en una fiesta.
—¿El señor rubio con la pelirroja?
—Esos mismos.
—¿Ellos no tenían un hijo?
—Parece, no estoy segura. No los conozco mucho.
—Estoy seguro que tenían un hijo doncel.
—¿Por qué?, ¿acaso te interesó? —preguntó con sumo interés Mikoto.
—No, para nada —Itachi empezó a hacer memoria de la fiesta en la que conoció a los Namikaze.
Fue en una fiesta que dieron unos parientes de Gaara. Fue en dicha fiesta en donde Sasuke y Gaara empezaron a tratarse, como olvidarla.
Él estaba con su madre, y fue ella quien se los señaló.
—Mira Itachi, esos de ahí, son los Namikaze. Tengo entendido, que hoy presentan a su hijo, quien es doncel, deberías ir y conocerlo.
—No, gracias —dijo él comiendo un bocadillo.
—Itachi ve. Luego me cuentas como te fue —le ordenó muy seria.
—Vale. Voy —Itachi fue de mala gana a presentarse, pero lo disimuló muy bien en cuanto estuvo delante de la pareja—. Buenas noches, mi nombre es Itachi Uchiha, hijo de Fugaku y Mikoto Uchiha. Mucho gusto.
—Mucho gusto. Yo soy Minato Namikaze y ella es mi esposa Kushina —el hombre rubio de ojos azules, señaló a su esposa pelirroja.
—Mucho gusto Itachi-kun —dijo la mujer.
—Y mi hijo ¿dónde se metió? —Minato empezó a buscarlo con la mirada— Ah, ahí está —fue a buscarlo—. Itachi-kun este es mi hijo Naruto.
—Mucho gusto —le saludó el chico rubio, quien era un doncel muy lindo.
—¡Eso es! —gritó Itachi.
—¿Qué pasa Itachi?, ¿Por qué gritas así? —le preguntó sorprendida Mikoto.
Ahora lo entendía. Sabía que al doncel del club, lo había visto en alguna parte, pero no podía recordar donde. Ahora no le cabía duda. Ambos eran iguales, exceptuando el cabello y el nombre, pero el nombre bien se lo pudo cambiar al igual que el color del pelo. Era él. Pero ahora la pegunta que le asaltaba era ¿Qué hacía el único hijo de los Namikaze trabajando en un club nocturno?
Lo mejor sería ir a esa fiesta, y averiguar el máximo posible.
Continuará...
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Misa: ¿se han dado cuenta, que Itachi siempre está comiendo algo? ok, nada que ver xD
¿ven que el malentendido, no duro mucho? (inner: pero si fueron dos meses ¬¬*) sí, pero en tiempo real, no duró ni un capi xD
¿Quién ama a Sasuke en este fic? (*u*)/ primera vez que lo hago tan bueno y lindo, me siento rara xD
En los reviews a muchos les dije que Mikoto, Itachi y Gaara no eran malos, esperen el último capi, y lo verán n.n
Pregunta: ¿creen que Itachi será un factor importante para el SasuNaru?, ¿encontrará Itachi pareja y contentará a su madre? Todo esto y mucho más, en el capi final de Ese doncel y yo :v
Y eso, nos leemos la próxima vez.
Les pido una cosa de escritora a lector. Por favor, no presionen a los autores con las actualizaciones, ustedes tienen que entender que todos tenemos una vida y ocupaciones aparte de escribir, algunos trabajan, otros estudian o hacen ambas cosas.
Yo siempre que voy a tardar, se los hago saber, y sin embargo, siempre me ponen que actualice rápido. Vale, yo entiendo que cuando leemos y la historia queda interesante, queremos saciar nuestra curiosidad pronto, pero pongámonos en el lado del autor. A veces el tiempo, las obligaciones y la inspiración, son grandes factores que hacen que tardemos. Espero lo entiendan. Quizá, algunos aún no pasan por la difícil etapa de la U, pero lo pasarán y entenderán mejor.
Me disculpo si esto sonó mal para algunos lectores, no lo digo por todos, pero hay gente que de verdad no entiende y llega hasta atacar a los autores sin valorar nuestro esfuerzo. Créanme que me ha pasado algunas veces.
PD: si te gustó el capi, deja review, cada review le saca una sonrisa a Misaki, Sasuke y Naruto ^^
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