Capítulo cinco
Había pasado una semana desde que se había lesionado el tobillo, y la verdad ya se encontraba mucho mejor, había tenido suerte de que no hubiera sido tan grave como en otras ocasiones....Porque Si, esa no era la primera vez que se torcia algo.
Ahora estaba usando una muleta para caminar, pero mejor eso que quedarse en cama todo el mes.
Miro la maleta que estaba en su cama, no tenía gran cantidad de ropa a decir verdad, Aioria no era de usar muchos conjuntos distintos, así que sólo necesitaba lo normal, igual sabía que su hermano mayor le compraría ropa en cuanto llegue.
Terminó de cerrar la maleta y suspiro, en verdad no quería ir a la ciudad...le gustaba la tranquilidad y, maso menos, libertad que tenía en su pequeño pueblo.
Escucho pasos afuera de su puerta, y antes de que pudiera abrir, su hermano menor asomo la cabeza y lo miro algo triste
- Porque no puedo ir tambien?
- Porque nuestros padres y el abuelo quieren que te quedes reg....
En eso, otro chico se asomó
- y yo? Como poco y no hago ruido
- Nicolás no mames
Los tres muchachos fueron por un momento, de alguna forma siempre lograban levantarse el ánimo entre sí.
Las risas fueron interrumpidas por un grito de "Ya es hora!" Por parte de su abuelo, que se encontraba afuera junto al carruaje.
Y No, no uno lujoso, la familia Leo era humilde, no millonaria.
El doncel bufo algo irritado y agarro las muletas, su mejor amigo le ayudó con la maleta en el camino hacia la entrada, mientras que su pequeño hermano solamente iba despidiéndose del mayor y quejándose de que el tambien quería ir.
Envidiaba el hecho de que regulus creyera que se iba de vacaciones, en verdad extrañaba tener esa inocencia e ignorancia sobre el mundo...
Al llegar los esperaban su abuelo, con una expresión sería, y sus padres, ambos con una sonrisa triste.
- Listo aio?
Pregunto el doncel mayor acercándose para revolverle los cabellos.
- Si pa..
Intercambiaron un abrazo de despedida, sólo serían unas semanas, pero en verdad los extrañaría.
Se acercó a su padre, quien le revolvió nuevamente los cabellos y le pidió que se cuidara. No esperaba un abrazo,después de todo el hombre era bastante reservado, pero algo cariñoso.
Miro a su abuelo, no esperaba ningun tipo de cariño por parte de este, su última muestra de afecto había sido ya hace mucho tiempo, y está ocasión no sería una excepción.
Entró al carruaje y este empezó a andar, serían unas cuantas horas antes de llegar a la capital, así que se acomodó para dormir mientras un viejo amigo de Nicolas conducía.
Aveces, mientras dormía, tenía lindos sueños. En algunos era un fuerte guerrero, Un cazador, explorador, etc, todo lo que le encantaría ser.
Lo único que sus sueños concordaban era en una cosa...en ellos no era un doncel.
Cuando soñaba, imaginaba lo que podría haber sido de no haber nacido como uno, imaginaba como pudo ser su vida si aquel examen médico no hubiera revelado ese segundo género.
Cuando se enteró no comprendía de que se trataba, era sólo un niño pequeño y creía que era cualquier otra cosa. Fue después que se dio cuenta de lo que conllevaba ser un doncel...renunciar a esos sueños de ser alguien increíble, y conformarse con ser una buena pareja...
Como deseaba que nunca se hubiera descubierto que era un doncel...o de lleno no serlo.
- Aioria, despierta, ya llegamos
Escucho la voz del amigo de Nicolas y despertó, soltó un pequeño bostezo y luego se bajo, con algo de dificultad debido a la herida y agarro la maleta.
Miro alrededor, sin duda alguna las vistas de la capital eran mucho más elegantes y habitadas que en los pueblos del alrededor.
Busco con la mirada a su hermano mayor, que no fue difícil de encontrar ya que estaba corriendo en direccion a ellos, seguido por su primo Shura, quien intentaba alcanzarlo.
- Aioria! Hermanito cuando tiempo!
Antes que pudiera responder ya tenía a su hermano mayor abrazandolo de manera alegre y revolviendo el cabello.
Aioros era unos siete años mayor que él, aunque la verdad el caso no se veía tan adulto, había logrado conservar bien su apariencia adolescente. Tenía un cabello castaño oscuro y ojos celestes como los suyos, aunque su piel era un poco más bronceada.
- Aioros! Yo también te extrañe hermano...
- y yo estoy pintado o que?
El doncel río y volteó a ver a su primo Shura, quien estaba parado frente a ellos con los brazos cruzados pero una sonrisa ladina.
Shura era cuatro años menor que Aioros, y era bastante parecido al Cid, cualquiera que los viera pensaría que eran padre e hijo, aunque sólo fuera su sobrino.
- perdón Shura, pero es más fácil detectar a Aioros y sus abrazos locos
Su primo le revolvió el cabello mientras reía y lo ayudaba a cargar con la maleta.
- Bueno, entremos a casa...
Aioria se despidió de Nobuo, el amigo de Nicolas, y se encaminó a la casa que su hermano y primo compartían.
- woah, esto está muy vacío Aioria, mañana mismo iremos a comprarte ropa
El mencionado suspiro sonriendo, ya suponía que su hermano mayor lo obligaría a comprar más ropa luego.
Bueno, al menos había sido una recibida bonita...
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