Los día de felicidad se han vueltos e interminables en esa familia de siete integrantes, cuatro padres y tres preciosos hijos. Niños que ya tenían siete años de edad, ya podían comer solos y correr por toda la casa como pequeños terremotos.

Ni porque eran cuatro personas no podían contra esos tres pequeños e imperativos con la personalidad de sus padres, ni ninguno de ellos había sacado la personalidad de Valentín, en aspecto físico si se parecían a él, pero solamente eso.

Los primeros días fue muy agotador, los ojos de los adultos y el aspecto físico era demasiado cansado, a penas se quedaban dormirnos y los niños ya estaban despiertos, llorando por comer, eran muy glotones de bebés.

Según iban creciendo así se iba volviendo mas fácil y también el poder dormir mejor, sin embargo todo ese cansancio, noches difíciles se les olvidó cuando los escucharon decir; Papá, padre. Eso fue estar en el cielo para los cuatros padres, sonriendo y grabando todo lo que decían ellos sin importar que en ocasiones solo balbucean.

El sentimiento de jubiló fue todavía mas grato cuando los pequeños empezaron a dar sus primeros pasos, en ese instante cada uno de ellos se cristalizaron sus ojos. Viendo lo adorable que se veían caminando, parecían patitos recién nacidos con sus patitas temblorosas.

Esos momentos han sido los más felices para ellos, el poder ver el crecimiento día a día de sus hijos. Todo el cansancio y falta de sueño se esfuma al momento de verlos y escucharlos sonreír.

—¿Qué están haciendo tanto que no bajan?—Preguntó, Aurora. Mirando de vez en cuando el reloj verde en su delicada muñeca.

Ya son las 7:00 de la mañana, ya deberían de haber bajado. Nuestros abuelos tampoco los veo por ningún lado, comentaron que no tardarían y ya llevan diez minutos desde que se fueron.

—Es muy probablemente que los tres no se hayan podido resistir a la belleza de papá, lo han de ver acorralado.—Dijo como si nada Ryan, mientras veía el recipiente con mermelada de fresas, olía muy bien.

—Que te he dicho de hablar así.—Eiden vio a su hermano con sus ojos entrecerrado.—Deja ese bote ahí...—Entonces vio que a su derecha su pequeña hermana, ya estaba comiendo.—No vayas a ensuciarte, Aurora.—El pequeño Eiden levantó una servilleta, poniéndola en el cuello de su hermanita.

No podía permitir que ese hermoso y muy pulcro vestido de princesa, celeste con flores se manche con la mermelada de fresa. Ella sería quien lanze pétalos de flores sobre el camino que llevara a sus padres al altar.

Valentín y sus tres amantes esperaron exactamente siete años para poder casarse, querían dedicarse en cuerpo y alma en cuidar a sus hijos por eso no se casaron a los meses luego de dar a luz.

También porque querían irse de luna de miel pero no querían dejar a su pequeños, sabían que sus padres son personas de fiar, sin embargo los iban extrañar, por eso esperaron que los tres pequeños tuvieran una edad algo adecuada.

—No es momento de estar comiendo.—Mira a su lado izquierdo, ahí estaba un silencio Ryan al igual que su hermana, comiendo de esa mermelada de fresa.—Ryan.

—¿Qué?—Jala rápidamente el bote para que su hermano mayor, no se lo quite de las manos.—Mírame, tengo servilletas en todo el cuerpo. No voy a manchar mi ropa, deja de mirarme así.

Eiden no se si es porque es el mayor, pero estan agua fiestas y tan desagradablemente correcto, se comparta como un anciano en vez de lo que somos niños, bueno. Aunque todos usamos ese término cuando en verdad nos conviene.

—Si llegas a manchar tu ropa juro que te voy a dejar peor que una papilla.—Advirtió.

Hoy es el día en que nuestros padres se casarán, ellos han esperado mucho tiempo para este día. No puedo permitir que se arruine nada de lo que hemos planeado, tiene que ser un día inolvidable el cual recordemos para siempre.

Es por eso que estamos vestidos de está manera, bien presentados con estos esmoquin negro con blanco. Solo Aurora lleva ese color celeste que le queda muy bien, acentuando con su tersa piel. Ella es muy descuidada por eso y mas tengo que evitar que manche mermelada su ropa.

—Como si solo vas ir a pegar.—Ryan se aleja de su hermano mayor.—Antes de que me toque seré yo, quién te haga papilla.

—¿Entonces por qué te estás alejado?—Arqueo su ceja.—¿Miedo?—Sonríe.

—¡Claro que no!—Alza su pecho.—Soy mucho mas fuerte que tú.

—Ven para acá, veamos quién es el debilucho...

—Sino se callan seré yo la que le dé una paliza.

Tanto Ryan como Eiden se sentaron rectos, era a su hermana menor a la que en verdad le tenían miedo. Se podría ver tranquila como uno de sus padres, Kaisér, pero es toda una fiera cuando la hacen enojar o la despiertan mientras está feliz durmiendo.

Una vez Ryan tuvo la magnífica idea de jugarle una broma, ella estába descansando pero Ryan que la despierta y el pobre que sale volando tras probar el puño de Aurora.

—Sabemos lo que te preocupa, hermano mayor.—Dicen al unísono Aurora y Ryan.

—Tenerlo por seguro que este día será inolvidable para nuestros padres, para nosotros.—Ryan intenta calmar los nervios de Eiden.

En realidad si ambos se encuentra comiendo es porque también se encuentra nerviosos, esa era su manera de calmar sus nervios, comiendo.

‹Hemos visto a nuestros padres desvelarse, buscando el lugar perfecto en donde le juraría amor eterno a nuestro papá. Nosotros también le ayudamos, fue divertido dar nuestra opinión y que ellos tomarán en cuanta nuestra sugerencia.›

Ryan sonrió al recordar lo ridículos que se veían su hermano Eiden y Aurora cuando buscaban la ropa para este momento.

‹Mi padre, Black. No tiene sentido de la moda, gracias a Dios que es papá el que le compra su ropa y le dice cómo vestirse.›

—¡Ya estamos aquí!—Eran los tres abuelos quienes habían llegado.—Tienen que ir a tomar sus posiciones, sus padres están por bajar.

—¡Bien!—Los tres pequeños fueron con sus abuelos al altar.

Ellos que se van y los novios que vienen bajando las escaleras, los labios de Valentín se veían un poco hinchados y su cabello medio desordenado.

—Por su culpa mi peinado se arruinó.—Le otorgó un manotazo a cada uno de ellos.

Ryan tenía razón al decir que sus padres no se habían resistido a la belleza de Valentín, mas bien se calentaron, enloqueciendo al ver a Valentín con ese traje blanco.

Sintiéndote la necesidad el deseo hacerlo suyo en ese mismo instante y así fue, no pudieron contenerse las ganas, terminaron haciendo el amor mucho antes de que sea la noche de bodas y hayan contraído matrimonio.

—Por poco y no llegamos a nuestra propia boda.—Sonrió tontamente.

—Que nos hayamos tardado un poco no hace ninguna diferencia.—Hablan al mismo tiempo.—Ya eres nuestro casados o no, eres todo nuestro y de nuestros pequeños hijos.—Besa el rostro de Valentín.—Te amamos.

—Y yo a ustedes, gracias por no rendirse conmigo y por venir en busca de mí.

—Siempre iremos por ti y te amaremos hasta el final de los tiempos.—Una vez hablaron al unísono, besando nuevamente a Valentín.

—¡Papá, padres!—Corren a abrazarlos.

Cada uno sostiene en sus brazos a los pequeños, quienes no tardaron en mostrarle mucho amor a Valentín. Ellos caminarán juntos sobre ese camino cubiertos de lindos pétalos. Esperado que sus días sean así siempre, felices en familia para toda la eternidad.

Fin.🥺🤧

Nota🤍

Hola, buenas tardes. Feliz tarde. 💐🏵️ Espero se encuentren muy bien de salud. Buen provecho si están o si ya almorzaron.

Con este extra se da por terminada está historia, es grandioso pero al mismo tiempo triste llegar a su fin 🥺😭🤧 gracias por su apoyo 🙇 por sus comentarios.✨🤍 Gracias por llegar conmigo hasta el final.✨🥺

Atte:Yessi.A