Ji Min tiene muchas tareas que hacer pero sabe que si las hace, al próximo día, los compañeros de clase se la quitarán.

Él es un niño inteligente, saca muy buenas notas sin apenas esfuerzo. Su madre le compra regalos por eso, pero no cree que ser recompensado de ese modo le sirva. Se siente como un perro cuando le dan un premio.

El no es un perro ¿O sí?

Ese día está triste porque su amigo virtual Yoon no le contestó los mensajes y se aburre demasiado. Se puede permitir unos minutos de descanso para escuchar una canción. Su canción favorita. Mueve la cabeza al son de la melodía, golpea sus dedos contra la mesa siguiendo el ritmo de la bateria. Cada vez más fuerte; un golpe, otro golpe...

Sonríe y mira a su pequeño hámster. Lo saca de la jaulita y se lo pone en la cabeza mientras que se mira al espejo y hace playback de la canción.

El pequeño animal se engancha de sus hebras castañas pero resbala y cae sobre su hombro. Ji Min estira su brazo derecho y lo deja pasear hasta que llega a su mano. Allí sobre su palma lo sostiene, lo encierra y lo aprieta un poco.

La música sigue sonando.

Los labios de Ji Min se mueven con la letra de la canción, pero no emite sonido alguno. Mira fijamente los ojitos redondos, negros y brillantes del hámster. Su mano se cierra un poco más fuerte, un poco más... Y un poco más.

No tiene control de los que está haciendo.

Aprieta los dientes y a la vez da un último apretón. Su hamster chilla y sus ojos saltan hacia afuera.

Ji Min siente que el aire se le fue debido a la concentración que tenía sobre la presión en el animal con su mano. Toma una bocanada de aire y se queda mirando lo que ha hecho. Es la primera vez que mata a un animal, pero por alguna razón no se siente mal.

Parpadea varias veces. Sigue escuchando la canción.

Mira la hora en el reloj. Se da cuenta que son las siete de la tarde. Solamente unos minutos más y podrá salir. Y aún con el animalito en su mano, decide dejarlo en la jaula, en la esquina, y si su madre le pregunta le dirá que lo encontró muerto.

Se quita ese problema de encima y sigue moviendo la cabeza. Se sienta enfrente a la computadora esperando que su amigo Yoon vuelva. Golpea la mesa y espera paciente.

Pasan dos minutos y ve que él se vuelve a conectar. Sonríe ampliamente y pone sus dedos sobre el teclado.

Chim:
Pensé que no quería hablar más conmigo. Me puse a hacer las tareas :)

Yoon:
Tuve un problema... Siento haberte dejado hablando solo. Pero ahora debo irme, es mi hora de running.

Chim:
Ah... Prefiere ir a correr antes que hablar conmigo. Vale, lo entiendo. Es una pena porque quería mostrarle algo.

Yoon:
Pues muéstrame. Tengo cinco minutos más.

Chim:
Tengo un hámster. Le puse Yoon por usted, pero creo que murió ¿Sabe de animales? :"(

Yoon:
No me interesa mirar tu hámster. No me gustan los animles.

Chim:
Oh... Y si le enseño otra cosa ¿Se quedará?  ^^

Yoon Gi se queda con los dedos en las letras del teclado, pero no las presiona. Acaba de tener un momento de crisis y vuelve a hablar con ese chico que lo único que hace es provocarlo. Traga saliva porque le gusta, está ansioso. Podría dejar de ir a correr sólo para pasar un rato con el chico.

Yoon:
A ver... ¿Qué quiere que vea?

Ji Min sonríe y pasa la lengua por sus dientes haciendo ruido. Todavía escucha música mientras habla por el chat con el mayor. Le gusta jugar con él, es divertido. Activa su micrófono y baja el volumen de la música.

Comienza a gemir a través del aparato y luego lo tapa para reírse.

Yoon:
Como te gusta hacer eso. Eres una perra.

Chim:
No soy una perra... Que maleducado es Yoon. Eso me ofende. Sólo gimo para usted ¿Qué se piensa?

Yoon:
¿Ah, si? Pues no puedo esperar a que lo hagas sobre mi oído, pero de verdad.

Chim:
Es un asqueroso... Yo sólo quiero que me compre un heladito y tengamos una cita bonita y romántica ¿Qué le parece?

La cara de Ji Min se ve reflejada en la pantalla del ordenador. Tiene una sonrisa extraña, se siente satisfecho de hacer y decir esas cosas. Parece que su amigo Yoon está desesperado por verlo. Él también quiere verlo, otra vez cerca del río fingiendo que no lo conoce. Piensa en la cara que le pondrá cuando se de cuenta de que es él con quien habla.